dos poemas cortos trenzados.

AYER Y NADA.

Lerda semana, profiláctica, un marcapaso,
calcé sandalias de pescador
me afeité con esponjas de mar,
soñé bellas galaxias y andrómedas,
y desperté pensando, sentado en Venus,
sin espacios verbales, en un rito sagrado,
plagado de primates buscando el lenguaje.
Encontré siete prosas sin títulos
y un poema torcido en una trenza de mujer.
Vacío. vacío. vacío, una absoluta nada.


ERA, HASTA AYER SIN PENAS.

¿Porqué la vida cambia tanto?
si hasta ayer todo era tranquilo
aún el aire era el mismo,
era igual,
sí, ayer era miércoles, a secas,
pero el jueves rezó otra oración
ya no soy el de antes,
no, cambié, sí,
me llamo siempre ernesto,
un lapsus
pero yo no soy yo, me fuí lejos,
al allí.
Si alguien me llama por mi nombre
deberá soportar indiferencia, mudez,
ser y trascender
y tambien trascendencia
claro, muy separados.
Pero que rara es la vida, ¿no?
parezco un exiliado
sí, de mi mismo,
sin pasaporte