Gracias, Francisco, por traernos a Jaime Gil de Biedma, poeta al que tuve la fortuna de conocer, al que admiro profundamente y que ha influido poderosamente en mi amor por la poesía y en mi obra.
Jaime Gil de Biedma: Poeta catalán en lengua castellana (Barcelona 1929-1990). Su lírica, de temática civil y amorosa, se caracteriza por un tono personal inconfundible y, pese a su brevedad, ha ejercido una influencia decisiva. Traductor de Eliot y de Isherwood, prosista ("Diario de un artista seriamente enfermo", 1974, y su edición ampliada, póstuma, "Retrato del artista en 1956", 1991), crítico ("Cántico: el mundo y la poesía de Jorge Guillén", 1960), publicó una antología general de su obra poética en 1975: "Las personas del verbo", completada en 1982.
"LA POESÍA DE JAIME GIL DE BIEDMA" por Juliana Mediavilla Pablo
Según José Manuel Blecua en su prólogo a "La poesía de Jaime Gil de Biedma" la poesía del autor de "Las personas del verbo" se caracteriza desde sus primeros escritos por la búsqueda de una expresión deliberadamente clara y sin complicaciones de imágenes ni metáforas. Dice, no obstante, de él que es un poeta cultísimo que esconde muy bien sus extraordinarias lecturas.
Para Gil de Biedma ser poeta consiste en una empresa desesperada de salvación personal. Respecto a su identidad como poeta sus ideas son claras: responder a las exigencias del tiempo histórico que a uno le ha correspondido y la ruptura que ello representa. Él reconoce como profesión la de Ejecutivo de una compañía comercial, nada más lejos de la poesía. Con mucha ironía por su parte habla de la disparidad de ambas actividades. Para él la poesía es una actividad gratuita, no es una profesión y la gran ventaja de no poderse ganar la vida con ella es que uno no necesita escribir. El poeta escribe cuando quiere o cuando no puede evitarlo. La poesía se convierte así no en una obligación, sino en reducto de la necesidad personal: Escribir un poema no toma tiempo prácticamente. Lo único que uno necesita para escribirlo es que se ponga pesado, que se empeñe en que uno lo escriba. Eso quiere decir que de repente se le ocurre a uno y vuelve y vuelve (…) Se pone tan pesado que al final uno termina por escribirlo: y lo puede escribir caminando, en la ducha, afeitándose. Lo único que se requiere es una cierta disponibilidad de espíritu.
Pertenece a la Generación del 50 y se incluye en la llamada Escuela de Barcelona, tuvo una estrecha relación con todos sus componentes, en particular con Gabriel Ferrater y Carlos Barral. Con Gabriel Ferrater comparte su admiración por la poesía anglosajona, principalmente por Eliot y Auden de ellos incorporará el humor y la ironía como ingrediente básico y también la “sinceridad” frente al brillo verbal. Otras afinidades con Ferrater serán su fervor por Baudelaire, su admiración por Catulo, su pasión por la literatura medieval en detrimento de la renacentista, su rechazo al surrealismo y su defensa de la racionalidad.
Reúne su obra poética en el libro "Las personas del verbo", compendio de sus tres libros: "Compañeros de viaje", "Moralidades" y "Poemas pótumos"
"Las personas del verbo" es una íntima reflexión sobre la existencia moral e intelectual de J. Gil de Biedma y además una meditación sobre la vida. Los poemas surgen motivados por la propia experiencia. En cada uno de los libros que incorpora hay una especie de unidad temática, porque –para decirlo con palabras del propio autor- En mi poesía no hay más que dos temas: el paso del tiempo y yo.
"Compañeros de viaje" es un compendio de instantes de la vida del poeta que incluye recuerdos de su infancia, imágenes de tertulias entre amigos, paisajes urbanos y descripciones y opiniones de la situación política de su país. En el libro aparece de forma recurrente el tema de la amistad, como descubrimiento de un nuevo sentimiento que contrapone a la soledad adolescente mencionada en las primeras composiciones en las que se muestra como un joven lleno de temores, de miedos adolescentes a menudo relacionados con su incipiente homosexualidad. La crítica señala "Compañeros de viaje" como su poesía más comprometida, ello se debe a su inevitable matiz político de clara tendencia comunista. Un buen ejemplo sería el poema “La historia para todos”, en el que el poeta hace una feroz descripción de la represión del régimen franquista.
En su estilo ya se encuentran los recursos que van a ser, dentro de la evolución, constantes: el encabalgamiento, la repetición, la circunlocución y el uso sabio y discreto de la imagen, porque pese a la abundancia de este recurso, evita la estridencia, el excesivo atrevimiento. Encontramos también el gusto por las canciones populares: La mejor poesía/ es el verbo hecho tango. Se aprecia en todo el libro un tono cercano, una vez más es el propio poeta el que mejor lo defiende: La poesía que yo pretendo hacer no es comunicación, sino conversación, diálogo. Ya aparecen en este libro numerosas citas, o utilización de versos de otros poetas, incluso en francés o en inglés si ello favorece al poema.
"Moralidades" nos muestra una poesía de la experiencia social y un tema dominante que será “la mala conciencia burguesa”. Su experiencia de ser burgués. Aprende a usar este tema a través de los poetas ingleses. Rechaza sus orígenes, pero no puede evitar reconocerlos como base de muchas peculiaridades de su carácter y de su mitología personal. No incurre en el error de otros poetas cuya ideología les lleva a falsificar su experiencia, pero eso no evita que caiga en sentimientos contradictorios.
Se nos muestra el contraste entre pasado y presente: no sólo tiene nostalgia por una infancia mítica, sino también por una juventud que ya pasó. Al ser la voz poética socialmente identificable, son “sociales” los poemas, pero aún siendo sociales forman también parte de la experiencia de ser burgués:
…Señoritos de nacimiento
por nuestra mala conciencia escritores
de poesía social…
En este libro aparece también el tema de la reflexión sobre el amor y el sexo. Hace del ser amado la razón de sus días en poemas como “En el nombre de hoy”, alude a su doble vida derivada de su homosexualidad en el poema “Albada”, o bien se desnuda ante el lector para mostrarle sus razones ante el amor y el sexo en uno de sus más emblemáticos poemas: “Pandémica y celeste”.
Persiste en la personalización del habla y en la estilización de las actitudes verbales en la comunicación. A veces se somete a la disciplina estrófica, conjugando los ritmos con el naturalismo rítmico conversacional. Se aprecia una voz más madura: alguien que conoce y se conoce más y domina el oficio poético: decir lo que quiere y como quiere.
A veces intenta dotar de un aire de canción a sus poemas, o incluye frases humorísticas o máximas morales:
…Porque le apremia el tiempo,
y en el amor –él lo sabe-
aunque no tiene aún que dar dinero
tiene ya que dar inteligencia.
"Poemas póstumos", el último libro de "Las personas del verbo" incluye veintisiete poemas en la segunda edición (Barcelona 1982), entre los que se podría hacer una división temporal: poemas que hablan de la crisis del final de la juventud (1965-67) y poemas que perfilan la crisis y analizan sus secuelas (1968-1981). No se quiebra en ambos la línea temática. Todo el libro en su conjunto aborda el tema de un personaje enfrentado a la edad como muerte y a la edad como supervivencia. El título es revelador: Poemas póstumos pertenecen a un Jaime Gil de Biedma desaparecido, sustituido por otro Jaime Gil de Biedma, y se nos narran las consecuencias de esta sustitución. La pérdida de otro paraíso: la juventud: …el último poema del libro se llama “Después de la muerte de Jaime Gil de Biedma”. En realidad, de lo que se trata es de la crisis del fin de la juventud. Cuando uno termina con una edad de su vida, le pasa como cuando termina con una neurosis, es decir, que uno en parte se muere. Hay toda una parte de uno que se muere. En esta crisis personal se produce un desinterés literario y una progresiva tendencia al silencio. Se convierte en el personaje del poeta que no escribe. Ya no necesita escribir poemas. El poeta confiesa en una entrevista su miedo al suicidio y dice que escribió “Después de la muerte de Jaime Gil de Biedma” para no suicidarse. Explica también el impacto que le produjo el suicidio del poeta Gabriel Ferrater.
El tono de este último libro es distinto. El interlocutor es ahora el propio Jaime Gil de Biedma, su doble. Ahonda en la pesadilla de sentirse acosado por uno mismo. La madurez, la trayectoria vital, la nostalgia del pasado, la enfermedad o la proximidad de la muerte son los temas dominantes. El egocentrismo que ha presidido su obra poética se condensa y se agiganta en este libro. Se produce un sentimiento de decepción y desesperanza. En este estado de ensimismamiento sólo hay cabida para sus problemas personales. De esta reflexión surgen poemas como “Contra Jaime Gil de Biedma” o “Después de la muerte de Jaime Gil de Biedma”.
Perfecciona sus recursos y en el último libro abundarán más las citas: desde Dante a Baudelaire, pasando por Fray Luis, Góngora, Eliot, Cernuda…, incluso las autocitas, las referencias a la propia obra: los poemas se entrecruzan obsesivamente citándose unos a otros mediante un yo cerrado en sí mismo, acosado por la lucha interior.
Su silencio posterior, su retirada en el momento en que Narciso conserva todo su esplendor, hacen que la obra de Jaime Gil de Biedma sea una obra viva, brillante, que se mantiene inalterable a pesar del paso del tiempo.
Jaime Gil de Biedma sigue siendo el poeta burgués que derrochó sueños y recuerdos ante un lector poco acostumbrado a confesiones en la penumbra, que supo captar vicios y miserias de una España en busca de esperanza de futuro y, en definitiva, que hizo de su poesía un canto a la vida en su más pura esencia. Su muerte a causa del sida produjo un gran impacto social en aquella España de 1990.
Juliana Mediavilla Pablo
Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Barcelona.
Ha compaginado su trabajo como docente con su afición por la poesía.
Es miembro del grupo poético METÁFORA, adscrito a la biblioteca Mercè Rodoreda, en el que participa en la organización de diferentes actividades en torno a la poesía: talleres, recitales, tertulias poéticas, etc.
Escribe asiduamente en el foro poético poesiapura.com y se reúne en Barcelona con un grupo de poetas del mismo foro que dio lugar a la formación del Grupo Poético Laie, con el que colabora en diferentes proyectos poéticos.
Desde su trabajo como docente, ha participado en diversas publicaciones en revistas de los diferentes centros de Secundaria, así como en otras de ámbito local.
POEMAS de JAIME GIL DE BIEDMA
(leidos en el acto en su honor celebrado por el Grupo Metáfora el día 25 de Marzo de 2009, año en que de haber vivido el poeta hubiera cumplido los ochenta)
CONTRA JAIME GIL DE BIEDMA
De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar de piso,
dejar atrás un sótano más negro
que mi reputación —y ya es decir—,
poner visillos blancos
y tomar criada,
renunciar a la vida de bohemio,
si vienes luego tú, pelmazo,
embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes,
zángano de colmena, inútil, cacaseno,
con tus manos lavadas,
a comer en mi plato y a ensuciar la casa?
Te acompañan las barras de los bares
últimos de la noche, los chulos, las floristas,
las calles muertas de la madrugada
y los ascensores de luz amarilla
cuando llegas, borracho,
y te paras a verte en el espejo
la cara destruida,
con ojos todavía violentos
que no quieres cerrar. Y si te increpo,
te ríes, me recuerdas el pasado
y dices que envejezco.
Podría recordarte que ya no tienes gracia.
Que tu estilo casual y que tu desenfado
resultan truculentos
cuando se tienen más de treinta años,
y que tu encantadora
sonrisa de muchacho soñoliento
—seguro de gustar— es un resto penoso,
un intento patético.
Mientras que tú me miras con tus ojos
de verdadero huérfano, y me lloras
y me prometes ya no hacerlo.
Si no fueses tan puta!
Y si yo supiese, hace ya tiempo,
que tú eres fuerte cuando yo soy débil
y que eres débil cuando me enfurezco...
De tus regresos guardo una impresión confusa
de pánico, de pena y descontento,
y la desesperanza
y la impaciencia y el resentimiento
de volver a sufrir, otra vez más,
la humillación imperdonable
de la excesiva intimidad.
A duras penas te llevaré a la cama,
como quien va al infierno
para dormir contigo.
Muriendo a cada paso de impotencia,
tropezando con muebles
a tientas, cruzaremos el piso
torpemente abrazados, vacilando
de alcohol y de sollozos reprimidos.
Oh innoble servidumbre de amar seres humanos,
y la más innoble
que es amarse a sí mismo!
(De “Poemas póstumos”)
* * *
DE VITA BEATA
En un viejo país ineficiente,
algo así como España entre dos guerras
civiles, en un pueblo junto al mar,
poseer una casa y poca hacienda
y memoria ninguna. No leer,
no sufrir, no escribir, no pagar cuentas,
y vivir como un noble arruinado
entre las ruinas de mi inteligencia.
(De “Poemas póstumos”)
* * *
ARTE POÉTICA
A Vicente Aleixandre
La nostalgia del sol en los terrados,
en el muro color paloma de cemento
—sin embargo tan vívido— y el frío
repentino que casi sobrecoge.
La dulzura, el calor de los labios a solas
en medio de la calle familiar
igual que un gran salón, donde acudieran
multitudes lejanas como seres queridos.
Y sobre todo el vértigo del tiempo,
el gran boquete abriéndose hacia dentro del alma
mientras arriba sobrenadan promesas
que desmayan, lo mismo que si espumas.
Es sin duda el momento de pensar
que el hecho de estar vivo exige algo,
acaso heroicidades —o basta, simplemente,
alguna humilde cosa común
cuya corteza de materia terrestre
tratar entre los dedos, con un poco de fe?
Palabras, por ejemplo.
Palabras de familia gastadas tibiamente.
(De “Compañeros de viaje”)
* * *
NO VOLVERÉ A SER JOVEN
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
(De “Poemas póstumos”)
* * *
CANCIÓN PARA ESE DÍA
He aquí que viene el tiempo de soltar palomas
en mitad de las plazas con estatua.
Van a dar nuestra hora. De un momento
a otro, sonarán campanas.
Mirad los tiernos nudos de los árboles
exhalarse visibles en la luz
recién inaugurada. Cintas leves
de nube en nube cuelgan. Y guirnaldas
sobre el pecho del cielo, palpitando,
son como el aire de la voz. Palabras
van a decirse ya. Oíd. Se escucha
rumor de pasos y batir de alas.
(De “Compañeros de viaje”)
* * *
EL JUEGO DE HACER VERSOS
El juego de hacer versos
-que no es un juego- es algo
parecido en principio
al placer solitario.
Con la primera muda,
en los años nostálgicos
de nuestra adolescencia,
a escribir empezamos.
Y son nuestros poemas
del todo imaginarios
-demasiado inexpertos
ni siquiera plagiamos-
porque la Poesía
es un ángel abstracto
y, como todos ellos,
predispuesto a halagarnos.
El arte es otra cosa
distinta. El resultado
de mucha vocación
y un poco de trabajo.
Aprender a pensar
en renglones contados
-y no en los sentimientos
con que nos exaltábamos-,
tratar con el idioma
como si fuera mágico
es un buen ejercicio ,
que llega a emborracharnos.
Luego está el instrumento
en su punto afinado
la mejor poesía
es el Verbo hecho tango.
Y los poemas son
un modo que adoptamos
para que nos entiendan
y que nos entendamos.
Lo que importa explicar
es la vida, los rasgos
de su filantropía,
las noches de sus sábados.
La manera que tiene
sobre todo en verano
de ser un paraíso.
Aunque, de cuando en cuando,
si alguna de esas noches
que las carga el diablo
uno piensa en la historia
de estos últimos años,
si piensa en esta vida
que nos hace pedazos
de madera podrida,
perdida en un naufragio,
la conciencia le pesa
-por estar intentando
persuadirse en secreto
de que aún es honrado.
El juego de hacer versos,
que no es un juego, es algo
que acaba pareciéndose
al vicio solitario.
(De “Moralidades”)
* * *
PANDÉMICA Y CELESTE
Quan magnus numerus Libyssae arenae
..................................................................
aut quam sidera multa, cum tacet nox,
furtiuos hominum uident amores.
CATULO, VII
Imagínate ahora que tú y yo
muy tarde ya en la noche
hablemos de hombre a hombre, finalmente.
Imagínatelo,
en una de esas noches memorables
de rara comunión, con la botella
medio vacía, los ceniceros sucios,
y después de agotado el tema de la vida.
Que te voy a enseñar un corazón,
un corazón infiel,
Desnudo de cintura para abajo,
Hipócrita lector - mon semblable,- mon frère!
Porque no es la impaciencia del buscador de orgasmo
quien me tira del cuerpo hacia otros cuerpos
a ser posible jóvenes:
Yo persigo también el dulce amor,
el tierno amor para dormir al lado
y que alegre mi cama al despertarse,
cercano como un pájaro.
¡Si yo no puedo desnudarme nunca,
si jamás he podido entrar en unos brazos
sin sentir -aunque sea nada más que un momento- igual
deslumbramiento que a los veinte años!.
Para saber de amor, para aprenderle,
haber estado solo es necesario.
Y es necesario en cuatrocientas noches
- con cuatrocientos cuerpos diferentes -
haber hecho el amor. Que sus misterios,
como dijo el poeta, son del alma,
pero un cuerpo es el libro en que se leen.
Y por eso me alegro de haberme revolcado
sobre la arena gruesa, los dos medio vestidos,
mientras buscaba ese tendón del hombro.
Me conmueve el recuerdo de tantas ocasiones...
Aquella carretera de montaña
y los bien empleados abrazos furtivos
y el instante indefenso, de pie, tras el frenazo,
pegados a la tapia, cegados por las luces.
O aquel atardecer cerca del río
desnudos y riéndonos, de hiedra coronados.
O aquel portal en Roma en vía del Babuino.
Y recuerdos de caras y ciudades
apenas conocidas, de cuerpos entrevistos,
de escaleras sin luz, de camarotes,
de bares, de pasajes desiertos, de prostíbulos,
y de infinitas casas de baños,
de fosos de un castillo.
Recuerdos de vosotras, sobre todo,
o noches en hoteles de una noche,
definitivas noches en pensiones sórdidas,
en cuartos recién fríos,
noches que devolvéis a vuestros huéspedes
un olvidado sabor a sí mismos!
La historia en cuerpo y alma, como una
imagen rota,
de la langueur goutée a ce mal d'être deux.
Sin despreciar
- alegres como fiesta entre semana -
las experiencias de promiscuidad.
Aunque sepa que nada me valdrían
trabajos de amor disperso
si no existiese el verdadero amor.
Mi amor,
....................... íntegra imagen de mi vida,
sol de las noches mismas que le robo.
Su juventud, la mía,
- música de mi fondo -
sonríe aún en la imprecisa gracia
de cada cuerpo joven,
en cada encuentro anónimo,
iluminándolo. Dándole un alma.
Y no hay muslos hermosos
que no me hagan pensar en sus hermosos muslos
cuando nos conocimos, antes de ir a la cama.
Ni pasión de una noche de dormida
que pueda compararla
con la pasión que da el conocimiento,
los años de experiencia
de nuestro amor.
......................................... Porque en amor también
es importante el tiempo,
y dulce, de algún modo,
verificar con mano melancólica
su perceptible paso por un cuerpo
- mientras que basta un gesto familiar
en los labios,
o la ligera palpitación de un miembro,
para hacerme sentir la maravilla
de aquella gracia antigua, fugaz como un reflejo.
Sobre su piel borrosa,
Cuando pasen más años y al final estemos,
quiero aplastar los labios invocando
la imagen de su cuerpo
y de todos los cuerpos que una vez amé
aunque fuese un instante, deshechos por el tiempo.
Para pedir la fuerza de poder vivir
sin belleza, sin fuerza y sin deseo,
mientras seguimos juntos
hasta morir en paz. Los dos,
como dicen que mueren los que han amado mucho.
(De “Moralidades”)
* * *
DESPUÉS DE LA MUERTE DE JAIME GIL DE BIEDMA
En el jardín, leyendo,
la sombra de la casa me oscurece las páginas
y el frío repentino de final de agosto
hace que piense en ti.
El jardín y la casa cercana
donde pían los pájaros en las enredaderas,
una tarde de agosto, cuando va a oscurecer
y se tiene aún el libro en la mano,
eran, me acuerdo, símbolo tuyo de la muerte.
Ojalá en el infierno
de tus últimos días te diera esta visión
un poco de dulzura, aunque no lo creo.
En paz al fin conmigo,
puedo ya recordarte
no en las horas horribles, sino aquí
en el verano del año pasado,
cuando agolpadamente
-tantos meses borradas- regresan
las imágenes felices
traídas por tu imagen de la muerte…
Agosto en el jardín, a pleno día.
Vasos de vino blanco
dejados en la hierba, cerca de la piscina,
calor bajo los árboles. Y voces
que gritan nombres.
............................................... Ángel,
Juan, María Rosa, Marcelino, Joaquina
-Joaquina de pechitos de manzana.
Tú volvías riendo del teléfono
anunciando más gente que venía:
te recuerdo correr,
la apagada explosión de tu cuerpo en el agua.
Y las noches también de libertad completa
en la casa espaciosa, toda para nosotros
lo mismo que un convento abandonado,
y la nostalgia de puertas secretas,
aquel correr por las habitaciones,
buscar en los armarios
y divertirse en la alternancia
de desnudo y disfraz, desempolvando
batines, botas altas y calzones,
arbitrarias escenas,
viejos sueños eróticos de nuestra adolescencia,
muchacho solitario.
............................................ Te acuerdas de Carmina,
de la gorda Carmina subiendo la escalera
con el culo en pompa
y llevando en la mano un candelabro?
Fue un verano feliz.
........................................ …El último verano
de nuestra juventud, dijiste a Juan
en Barcelona al regresar
nostálgicos,
y tenías razón. Luego vino el invierno,
el infierno de meses
y meses de agonía
y la noche final de pastillas y alcohol
y vómito en la alfombra.
............................................................ Yo me salvé escribiendo
Después de la muerte de Jaime Gil de Biedma.
De los dos, eras tú quien mejor escribía.
Ahora sé hasta qué punto tuyos eran
el deseo de ensueño y la ironía,
la sordina romántica que late en los poemas
míos que yo prefiero, por ejemplo en Pandémica…
A veces me pregunto
cómo será sin ti mi poesía.
Aunque acaso fui yo quien te enseñó.
Quien te enseñó a vengarte de mis sueños,
por cobardía, corrompiéndolos.
(De “Poemas póstumos”)
* * *
AMOR MÁS PODEROSO QUE LA VIDA
La misma calidad que el sol de tu país,
saliendo entre las nubes:
alegre y delicado matiz en unas hojas,
fulgor de un cristal, modulación
del apagado brillo de la lluvia.
La misma calidad que tu ciudad,
tu ciudad de cristal innumerable
idéntica y distinta, cambiada por el tiempo:
calles que desconozco y plaza antigua
de pájaros poblada,
la plaza en que una noche nos besamos.
La misma calidad que tu expresión,
al cabo de los años,
esta noche al mirarme:
la misma calidad que tu expresión
y la expresión herida de tus labios.
Amor que tiene calidad de vida,
amor sin exigencias de futuro,
presente del pasado,
amor más poderoso que la vida:
perdido y encontrado.
Encontrado, perdido...
(De “Poemas póstumos”)
* * *
AMISTAD A LO LARGO
Pasan lentos los días
y muchas veces estuvimos solos.
Pero luego hay momentos felices
para dejarse ser en amistad.
..................................................................... Mirad:
somos nosotros.
Un destino condujo diestramente
las horas, y brotó la compañía.
Llegaban noches. Al amor de ellas
nosotros encendíamos palabras,
las palabras que luego abandonamos
para subir a más:
empezamos a ser los compañeros
que se conocen
por encima de la voz o de la seña.
Ahora sí. Pueden alzarse
las gentiles palabras
-ésas que ya no dicen cosas-,
flotar ligeramente sobre el aire;
porque estamos nosotros enzarzados
en mundo, sarmentosos
de historia acumulada,
y está la compañía que formamos plena,
frondosa de presencias.
Detrás de cada uno
vela su casa, el campo, la distancia.
Pero callad.
Quiero deciros algo.
Sólo quiero deciros que estamos todos juntos.
A veces, al hablar, alguno olvida
su brazo sobre el mío,
y yo aunque esté callado doy las gracias,
porque hay paz en los cuerpos y en nosotros.
Quiero deciros cómo trajimos
nuestras vidas aquí, para contarlas.
Largamente, los unos con los otros
en el rincón hablamos, tantos meses!
que nos sabemos bien, y en el recuerdo
el júbilo es igual a la tristeza.
Para nosotros el dolor es tierno.
Ay el tiempo! Ya todo se comprende.
(De “Compañeros de viaje”)
* * *
APOLOGÍA Y PETICIÓN
¿Y qué decir de nuestra madre España,
este país de todos los demonios
en donde el mal gobierno, la pobreza
no son, sin más, pobreza y mal gobierno,
sino un estado místico del hombre,
la absolución final de nuestra historia?
De todas las historias de la Historia
la más triste sin duda es la de España
porque termina mal. Como si el hombre,
harto ya de luchar con sus demonios,
decidiese encargarles el gobierno
y la administración de su pobreza.
Nuestra famosa inmemorial pobreza
cuyo origen se pierde en las historias
que dicen que no es culpa del gobierno,
sino terrible maldición de España,
triste precio pagado a los demonios
con hambre y con trabajo de sus hombres.
A menudo he pensado en esos hombres,
a menudo he pensado en la pobreza
de este país de todos los demonios.
Y a menudo he pensado en otra historia
distinta y menos simple, en otra España
en donde sí que importa un mal gobierno.
Quiero creer que nuestro mal gobierno
es un vulgar negocio de los hombres
y no una metafísica, que España
puede y debe salir de la pobreza,
que es tiempo aún para cambiar su historia
antes que se la lleven los demonios.
Quiero creer que no hay tales demonios.
Son hombres los que pagan al gobierno,
los empresarios de la falsa historia.
Son ellos quienes han vendido al hombre,
los que le han vertido a la pobreza
y secuestrado la salud de España.
Pido que España expulse a esos demonios.
Que la pobreza suba hasta el gobierno.
Que sea el hombre el dueño de su historia.
(De “Moralidades”)
* * *
A TRAVÉS DEL ESPEJO
Como enanos y monos en la orla
de una tapicería en la que tú campabas
borracho, persiguiendo jovencitas…
O como fieles, asistentes
-mientras nos encantabas al
santo sacrificio de la fama
de tu exceso de ser inteligente,
éramos todos para ti. Trabajos
de seducción perdidos fue tu vida.
Y tus buenos poemas, añagazas
de fin de juerga, para retenernos.
(De “Poemas póstumos”)
* * *
[T’ INTRODUIRE DANS MON HISTOIRE…]
La vida a veces es tan breve
y tan completa que un minuto
-cuando me dejo y tú te dejas va
más aprisa y dura mucho.
La vida a veces es más rica,
y nos convida a los dos juntos
a su palacio, entre semana,
o los domingos a dar tumbos.
La vida entonces, ya se cuenta
por unidades de amor tuyo,
tan diminutas que se olvidan
en lo feliz, en lo confuso.
La vida a veces es tan poco
y tan intensa -si es tu gusto…
Hasta el dolor que tú me haces
da otro sentido a ser del mundo.
La vida, luego, ya es nosotros
hasta el extremo más inmundo.
Porque quererse es un castigo
y es un abismo vivir juntos.
(De “Poemas póstumos”)
* * *
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