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    JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

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    Recomendado JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Maria Lua Dom 30 Mar 2014, 07:34

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    JOSÉ DE ANCHIETA


    APÓSTOL DEL BRASIL
    Fundador de São Paulo y Río de Janeiro.
    Autor de la Primera Gramática Tupí-Guaraní.
    Creador de la Literatura y Teatro Brasileño.
    Primer historiador de los minerales, de la flora y fauna, y de la Ecología y Antropología del Brasil.




    José de Anchieta es considerado el primer escritor brasileño, aunque nacido en Canarias, España...

    Estuvo en Bahia, después en la fundación de las ciudades brasileñas: Santos, São Vicente, São Paulo,
    Rio de Janeiro y Reritiba ( hoy Anchieta, en su homenaje)...

    Escribió en latin, en español, en portugués y en tupí-guaraní ( lengua de los indígenas)
    Obras: poesía religiosa, teatro pedagógico... diccionario y gramática en tupí-guaraní


    Se le considera el primer autor de literatura médica en Brasil.


    José de Anchieta S.J., conocido como el Padre Anchieta (San Cristóbal de La Laguna, Tenerife, 19 de marzo de 1534 - Reritiba, Brasil, 9 de junio de 1597), fue un misionero jesuita y beato español en Brasil. Además fue un destacado lingüista, literato, médico, arquitecto, ingeniero, humanista y poeta. Es el primer dramaturgo, el primer gramático y el primer poeta nacido en las Islas Canarias y el padre de la literatura brasileña.
    Nacido en la isla de Tenerife, fue enviado a la Universidad de Coimbra, Portugal, en 1548. Una vez allí ingresó en la Compañía de Jesús y fue enviado como misionero a Brasil, donde murió en 1597. Fue el fundador de la ciudad de São Paulo y uno de los fundadores de la ciudad de Río de Janeiro.


    José de Anchieta era hijo de Juan de Anchieta Celayaran (natural de Urrestilla, barrio de Azpeitia, en Guipúzcoa, y primo de San Ignacio de Loyola) y de Mencía Díaz de Clavijo, descendiente de la nobleza canaria.
    Nació en la ciudad tinerfeña de La Laguna el 19 de marzo de 1534. Desde pequeño había mostrado una gran facilidad para realizar labores en el campo y en la vida cotidiana.
    En 1548, a la edad de 13 años, partió junto con su hermano Baltasar hacia Coimbra, en Portugal, donde estudiarían en la universidad de la ciudad. José se convirtió poco a poco en un gran amante de la poesía y de la escritura. Componía versos latinos con extrema facilidad y era llamado el "Canario de Coimbra". Buscando un lugar para hospedarse, encontró una iglesia en la que se refugió.
    Un día, se paró delante de la Virgen María y entonces averiguó que su verdadera vocación era ser misionero. Entró en una compañía jesuita que planeaba un viaje a Brasil, y predicar la palabra de Dios a los aborígenes del Amazonas, pero unos meses antes, José tuvo un golpe casual en la columna vertebral que le produjo una grave enfermedad.
    José de Anchieta se vio obligado a dejar los estudios y abandonar la vida religiosa, pero siguió luchando para viajar al Amazonas, aunque el Padre Correira se negó a que prosiguiera el viaje. José supuso que la Virgen le mantenía en pie, ajeno a su enfermedad. Tras tanto insistir, logró entrarles en razón y le dejaron marchar a Brasil.


    En mayo de 1553 embarcaría, junto con cinco jesuitas, hacia Brasil. Llegarían dos meses después a Salvador de la Bahía de todos los Santos, para luego ser trasladado a San Vicente, y su mayor, padre Manuel de Nóbrega, le acogería en la pequeña población de Piratininga.
    José empezaría a aprender la lengua tupí, hablada por los indios del mismo nombre. Estudiaría el idioma escribiendo versos y obras de teatro, y empezó a ejercer como dramaturgo. Con 21 años se dice que empezó a realizar prodigios que fascinaban a los demás jesuitas, como elevarse al orar ante la Virgen o iluminando la choza en la que se encontraban las figuras santas con las que José hablaba y se dice también que éstas le contestaban.
    Él seguía ayudando en la construcción de nuevos edificios religiosos, pese a su enfermedad. Un día, se adentró en la selva y encontró a unos indios torturando a un enemigo. Entonces, aplicando sus dotes de lenguas, consiguió soltar al preso y evangelizar a los nativos.

    En una pequeña piragua embarcarían él, el padre Manuel de Nóbrega y un joven indio evangelizado y fiel a José. Al llegar los indios tamoyos atacaron a los misioneros, matando al joven indio. José les hizo entrar en razón y lo llevaron al jefe, que les acogió como huéspedes.
    José ejercía como moderador entre los portugueses y las tribus amazónicas. Entonces, un día, José y el padre Manuel decidieron celebrar una eucaristía ante todos los indios, que quedaron admirados al comulgar y al leer la Biblia. Entonces, José empleó sus versos y los transformó en canciones que les enseñaba a cantar. Se hizo tan famoso que muchas tribus intentaron acogerlo, aunque se negaron. Lo intentaron por la fuerza pero Dios estaba con los evangelistas y les protegió en todo momento.
    Mientras, Manuel de Nóbrega se marchó para realizar un tratado en la ciudad que uniera los pueblos amazónicos con los europeos. Aunque el padre Nóbrega no se encontraba, siguió contribuyendo con los indígenas y ellos le enseñaron prácticas de la medicina que realizaba el hechicero. Al fin llegaría el padre Nóbrega un año después con el pacto sellado.


    Tras la llegada de Manuel de Nóbrega, volvió con los jesuitas, y contribuyó a la creación de la ciudad brasielña de San Pablo y de San Sebastián de Río de Janeiro, y en esta misma ciudad sería ordenado, en 1566, sacerdote de la catedral, de manos de don Pedro Leitão.
    Un año después, Nóbrega fallecería por una enfermedad que contrajo en la selva. Mientras, José buscaría un remedio con los frascos que le había prestado el hechicero. Se convertiría en director del colegio de San Vicente y dos años después, marcharía a Europa a visitar las Islas Canarias, su lugar de nacimiento, para luego volver a Bahía, en Brasil.
    Con 49 años, se había ganado la fama de Brasil y todo el mundo le seguía y le pedían que les ayudase. A partir de 1588 ya era considerado apóstol en Brasil, y gran escritor: escribió un libro de medicina, de fauna y flora de Brasil y un libro de poesía y de cánticos.

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    El 9 de junio de 1597, moriría en la aldea de Reritiba, llamada posteriormente "Anchieta" en su honor, y el mismo predijo el día y la hora de su muerte. Más tarde, sería proclamado apóstol de Brasil y beatificado por el papa.
    En 1960 se instaló en la ciudad de San Cristóbal de La Laguna (su ciudad natal) una estatua en su honor. Dicha obra fue creada por el artista italo-brasileño Bruno Giorgi se alza sobre una especie de trampolín por el que camina, seguro, José de Anchieta rumbo a su destino eclesiástico como jesuita en Portugal. Esta estatua fue un regalo del Gobierno de Brasil a la ciudad natal del Santo. Por otro lado, también existe otra importante estatua suya junto a la Catedral Metropolitana de São Paulo en Brasil. En la ciudad de La Laguna se encuentra también una imagen madera del beato en la catedral de la ciudad. Esta imagen sale en solemne procesión por las calles del casco antiguo cada 9 de junio, festividad del Padre Anchieta.
    En la Basílica de Nuestra Señora de la Candelaria, santuario de la patrona de las Islas Canarias, se encuentra una pintura que representa al beato José de Anchieta fundando la ciudad de Sao Paulo mientras tiene una aparición mariana.
    En 1965, el servicio postal de España, llamado Correos, emitió un sello con la imagen de Anchieta, dentro de una serie llamada "Forjadores de América".3
    En el año 1997, en la ciudad de La Laguna, se publicó un pequeño libro, de unas 40 páginas en formato cómic, que narra la historia de este misionero, el más importante de Canarias junto al Santo Hermano Pedro de San José Betancur.



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    Con mala salud, a las misiones de Brasil

    De temprana vocación religiosa, en 1551 ingresó en la orden jesuita recientemente creada. Tenía 17 años. Era de salud más bien frágil. Desde niño sufría escoliosis, que no le impedía ser estricto en sus ejercicios ascéticos.

    Sus superiores pensaron que el clima de Brasil le beneficiaría y fue enviado allá junto con otros seis hermanos de orden, llegando a Bahía en el año 1553.

    A los dos meses de su llegaba a Brasil, se le envió a San Vicente, hoy Santos, situada en el sur del país. Una tormenta hizo zozobrar su barco y mientras se arreglaba el navío, el jesuita naufragado contactó con indígenas amistosos y se dedicó a aprender su idioma.

    Al año siguiente, Anchieta fundó junto al padre provincial Manuel de Nóbrega una aldea misional en Piratininga, que habría de ser el germen de la ciudad más grande de Sudamérica en nuestros días. Lo que él fundó como un colegio en 1555 se convertiría en Sao Paulo, que actualmente supera los 20 millones de habitantes.



    En el colegio Anchieta enseñaba gramática tanto a los hijos de los portugueses como a los nativos.

    El primer filólogo guaraní

    Anchieta aprendió rápidamente el tupí-guaraní hablado por los indios. En filología tupí fue el primero en casi todo. Él escribió:

    - la primera gramática de la lengua tupí
    - el primer diccionario de lengua tupí
    - el primer catecismo en lengua tupí (hay quien lo considera el primer catecismo cristiano escrito en una lengua nativa del continente americano, aunque otros dirían que ese honor corresponde al catecismo en español, quechua y aymara de 1584 en Lima).

    Él, que ya escribía poesía y teatro en portugués y latín no tuvo problemas para usar el tupí-guaraní en estos géneros... y también en canciones y sermones.

    Naturalista, escritor médico...


    Ya con una salud más estable, Anchieta es incansable. Estudia todo lo relacionado con las plantas y la fauna de la región, e incluso aprende a usar con éxito la medicina natural practicada por los indígenas.



    Se le considera el primer autor de literatura médica en Brasil, por sus extraordinarias descripciones de enfermedades y técnicas indígenas de curar.

    También enseñó a los nativos a fabricar casas de adobe y a obtener fibras textiles de los cardos con las que fabricar alpargatas.



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    A Santa Inês

    I

    Cordeirinha linda,
    como folga o povo
    porque vossa vinda
    lhe dá lume novo!

    Cordeirinha santa,
    de Iesu querida,
    vossa santa vinda
    o diabo espanta.

    Por isso vos canta,  
    com prazer, o povo,
    porque vossa vinda
    lhe dá lume novo.

    Nossa culpa escura
    fugirá depressa,
    pois vossa cabeça
    vem com luz tão pura.

    Vossa formosura
    honra é do povo,    
    porque vossa vinda
    lhe dá lume novo.

    Virginal cabeça
    pola fé cortada,
    com vossa chegada,
    já ninguém pereça.

    Vinde mui depressa
    ajudar a pava,
    pois com vossa vinda        
    lhe dais lume novo.

    Vós sais, cordeirinha,
    de Iesu formoso,
    mas o vossa esposo
    já vos fez rainha.

    Também padeirinha
    sais de nosso povo,
    pois, com vossa vinda,
    lhe dais lume novo.

    II

    Não é d'Alentejo
    este vasso trigo,
    mas Jesus amigo
    é vosso desejo.

    Morro porque vejo
    que este vosso povo
    não anda faminto,
    deste trigo novo.

    Santa padeirinha,
    morta com cutelo,
    sem nenhum farelo
    é vossa farinha.

    Ela é mezinha
    com que sara o povo,
    que, com vossa vinda,
    terá trigo novo.

    O pão que amassastes
    Dentro em vossa peito,
    é o amor perfeito
    com que a Deus amastes.

    Deste vos fartastes,
    deste dais ao povo,
    porque deixe o velho
    polo trigo novo.

    Não se vende em praça
    este pão de vida,
    porque é comida
    que se dá de graça.

    Ó preciosa massa!
    Ó que pão tão novo que,
    com vossa vinda,
    quer Deus dar ao povo!

    Ó que doce bolo,
    que se chama graça!
    Quem sem ele passa
    é mui grande tolo.
           
    Homem sem miolo,
    qualquer deste povo,
    que não é faminto
    deste pão tão novo!

    III

    CANTAM:
    Entrai ad altare Dei,
    virgem mártir mui formosa,
    pois que sois tão digna esposa
    de Iesu, que é sumo rei.

    Debaixo do sacramento,
    em forma de pão de trigo,
    vos espera, como amigo,
    com grande contentamento. Ali tendes vosso assento.

    Entrai ad altare Dei,
    virgem mártir mui formosa,
    pois que sois tão digna esposa
    de Iesu, que é sumo rei.

    Naquele lugar estreito
    cabereis bem çom Jesus,
    pois ele, com sua cruz,
    vos coube dentro no peito,
    ó virgem de grão respeito

    Entrai ad altare Dei,
    virgem mártir mui formosa,
    pois que sois tão digna esposa
    de Iesu, que é sumo rei.


    (De Poesias)

    Extraído de POESÍA BRASILEÑA COLONIAL.  Traducción y prólogo de Ricardo Silva-Santisteban. Lima: Centro de Estudios Brasileños, 1985.  117 p. (Tierra Brasileña. Poesía 23)



    A Santa Inés

    I

    ¡Corderita linda,
    cómo goza el pueblo
    pues que tu venida
    le da nuevo fuego!

    Corderita santa,
    de Jesús querida,
    tu santa venida
    hasta al diablo espanta.

    ¡Por eso te canta
    con placer el pueblo,
    pues que tu venida
    le da nuevo fuego!

    Nuestra culpa oscura
    huirá de prisa,
    pues que tu cabeza
    viene con luz pura.

    Tu gran hermosura
    es honra del pueblo,
    pues que tu venida
    le da nuevo fuego.

    Virginal cabeza
    por la fe cortada,
    que con tu llegada
    ya nadie perezca.


    Ven ya muy de prisa
    a ayudar al pueblo,
    pues con tu venida
    le das nuevo fuego.

    Eres corderita
    de Jesús hermoso,
    y como es tu esposo
    eres ya la reina.

    Ya panaderita
    eres de tu pueblo,
    pues, con tu venida,
    le das nuevo fuego.

    II

    No es del Alentejo
    aqueste tu trigo,
    mas Jesús amigo
    es tu gran anhelo.

    Muero porque veo
    que este nuestro pueblo
    no discurre hambriento
    deste trigo nuevo.

    Tú, panaderita,
    muerta con cuchillo,
    ya ningún afrecho
    posee tu harina.

    Eres gran remedio
    con que sana el pueblo,
    que, con tu venida,
    tendrá trigo nuevo.

    El pan que amasaste
    dentro de tu pecho,
    es amor perfecto
    con que a Dios amaste.

    Deste pan te hartaste,
    deste das al pueblo,
    porque deje el viejo
    por el trigo nuevo.

    No se vende en plazas
    este pan de vida,
    pues que es la comida
    que se da de gracia.

    ¡Oh preciosa masa!
    ¡Oh que pan tan nuevo
    que, con tu venida,
    Dios ofrece al pueblo!

    !Oh que dulce tarta,
    que se llama gracia!
    Quien della no se harta
    es porque es un sandio.

    Es hombre sin seso,
    alguien deste pueblo
    que no lleve hambre
    deste pan tan nuevo.


    III

    CANTAN:
    Entrai ad altare Dei,
    virgen mártir muy hermosa,
    porque eres tan digna esposa
    de Jesús, que es sumo rey.

    Debajo del sacramento,
    en forma de pan de trigo,
    te espera Dios como amigo,
    con grandísimo contento.
    Allí tienes gran asiento.

    Entrai ad altare Dei,
    virgen mártir muy hermosa,
    porque eres tan digna esposa
    de Jesús, que es sumo rey.

    En aquel lugar estrecho
    entrarás bien con Jesús,
    pues es él, con su grave cruz,
    abrigo encontró en tu pecho,
    oh,virgen de gran respeto.

    Entrai ad altare Dei,
    virgen mártir muy hermosa,
    porque eres tan digna esposa
    de ]esús, que es sumo rey.


    (De Poesías)

    Extraído de POESÍA BRASILEÑA COLONIAL.  Traducción y prólogo de Ricardo Silva-Santisteban. Lima: Centro de Estudios Brasileños, 1985.  117 p. (Tierra Brasileña. Poesía 23)




    Compôs o Poema à Virgem, poema de 4.172 versos, enquanto estava no cativeiro dos tamoios e, diz a lenda, que o havia escrito nas areias da praia e que, graças a sua memória excepcional, somente mais tarde teria transcrito o poema para o papel.

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    Obras

    As principais obras do jesuíta estão divididas entre poemas, peças de teatro, sermões e, claro, na elaboração de uma gramática que facilitasse o ensino e o aprendizado da religião pelos indígenas. Seus poemas, carregados de subjetividade, mostram um Anchieta empenhado no louvor à religião católica, na busca pelo consolo das adversidades da vida que é encontrado apenas por meio da entrega e do amor divino e, claro, na vida dos santos.

    Suas peças de teatro (autos), de cunho pedagógico, são voltadas para a catequização dos indígenas, escritos ora em português, ora em tupi, transformando o imaginário e os costumes daquelas sociedades “pagãs” em entidades “do Mal”, contrárias às imagens do cristianismo, que representam “o Bem”, criando dois pólos de oposição entre os dois mundos. Na Festa de São Lourenço é considerado seu auto mais importante, pois, embora não haja uma unidade narrativa nos quatro atos que o compõe, há a descrição de cenas da vida nativa e demais aspectos da vida dos indígenas.

    Suas principais publicações são O De Gestis Mendi de Saa, impresso em 1563, poema épico em homenagem ao governador Mem de Sá que chefiou os primeiros levantes contra os franceses que invadiram as colônias portuguesas. É considerado o primeiro poema épico da América e anterior ao “Os Lusíadas” de Luís de Camões. No entanto, críticos e antropólogos contemporâneos chamam a atenção para o aspecto da violência contida no poema que, segundo a visão dos jesuítas, legitimaria a conquista, a subordinação e o extermínio dos indígenas em face de um objetivo “maior”, a evangelização, assemelhando-se às cruzadas medievais. Além disso, o imaginário pagão dos indígenas é considerado diabólico e seus rituais, principalmente o antropofágico, são vistos como algo bestial e animalesco, desprovido de significação cultural. Logo, o texto mostra, acima de tudo, que a vinda dos jesuítas, embora com objetivos diferentes dos conquistadores de terras, também se deu de maneira violenta, de um povo sobre outro e que a instalação dos redutos missionários não foi tão pacífica como se supunha, expondo as chagas da história brasileira; e A arte de gramática da língua mais usada na costa do Brasil, impresso em 1595, constitui-se no primeiro registro dos fundamentos da língua tupi.



    Última edición por Pedro Casas Serra el Miér 25 Mayo 2022, 13:03, editado 3 veces (Razón : ortografía)


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    "Ser como un verso volando
    o un ciego soñando
    y en ese vuelo y en ese sueño
    compartir contigo sol y luna,
    siendo guardián en tu cielo
    y tren de tus ilusiones."
    (Hánjel)





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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por G. Sarmiento Dom 30 Mar 2014, 08:05

    Hoy día resulta muy difícil encontrar a seres de ese tipo...a seres inmensos....Un gran artículo para un gran personaje.
    Maria Lua
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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Maria Lua Dom 30 Mar 2014, 08:09

    CREADOR DEL TEATRO BRASILEÑO



    Sin sombra alguna de hipérbole, dice de Anchieta el gran historiador mexicano Carlos Pereyra:

    (En el Brasil) vivía y trabajaba el Padre Anchieta, miembro de la Compañía de Jesús, tipo excelso
    del colonizador, maestro y oficial en las artes útiles como Pedro de Gante, lingüista y etnólogo como
    fray Bernardino de Sahagún, elocuente como fray Bartolomé de las Casas, habilísimo negociador
    como Bartolomé de Olmedo, generoso y caritativo como fray Toribio de Benavente, austero como
    fray Juan de Zumárraga y caminante como Santo Toribio de Mogrovejo. Era, además de todo esto,
    músico y poeta.

    Y creador del Teatro Brasileño en la Navidad de 1561. Pero antes quiero hacer una precisión a la cita
    precedente. ―Elocuente como fray Bartolomé de las Casas‖. No. Comparar al Padre Anchieta con el Padre las
    Casas puede inducir a cierta confusión. Las diferencias son abismales. Anchieta cruzó una sola vez el
    Atlántico para entregarse a los indios durante 44 años seguidos no sólo con la palabra, sino con la vida entera.
    Y defendió también a los negros. Las Casas lo cruzó 14 veces (ida y vuelta) para morir en la Corte, después
    de haber ―defendido‖ al indio más de palabra que de obra, y admitiendo sin protesta alguna la esclavitud de
    los negros. Y dando pie, por su falta de objetividad, a la Leyenda Negra, a que aludiremos después.

    Volvamos al Teatro de Anchieta. En 1561 Sao Paulo era ya una ciudad. Y algunos colonos añoraban el Teatro
    de la Corte, cuando Gil Vicente escribía sus piezas bilingües, porque si el Rey era portugués, la Reina era
    castellana o aragonesa. Y el Padre Nóbrega le dijo de nuevo al Hermano Anehieta: ―Ésta es tu
    empresa‖. Y nuestro portentoso tinerfeño redactó en pocas semanas el ―Auto de Navidad‖, llamado
    también ―Predicación universal‖ por ser ―trilingüe‖, con fragmentos en portugués, castellano y tupí-
    guaraní.


    En el acto 1º aparece el ―molinero‖ Adán, sobre un saco de harina, apesadumbrado y triste. El
    ―demonio‖ Guaixará ríe, mostrando la ―vestidura‖ que le ha robado al primer hombre... El coro canta
    una tonada popular portuguesa:

    Já furtaran ao moleiro
    el pelote domingueiro

    (Ya hurtaron al molinero
    el vestido dominguero).

    El lector intuye fácilmente el argumento: Adán pierde la vestidura de la gracia por culpa de Satanás.
    Y será un pobre desgraciado hasta que se la restituya su ―nieto‖ Jesús, hijo de María. Toda la
    Historia de la salvación contada con suma gracia y viveza. El coro lo formaban los meninos indios.

    Esta primera pieza anchietana -el Primer Teatro del Brasil-, con diversas adaptaciones, estuvo en
    cartel durante muchas Navidades por toda la costa brasileña. Quince años después, el 31 de
    diciembre de 1576, siendo ya Anchieta sacerdote y Superior de San Vicente, ocurrió uno de sus
    ―portentos‖ tan curiosos como bien documentados...
    Era el comienzo del verano austral. En el atrio de la Iglesia estaba todo preparado para Ja representación. Una
    enorme nube negra se cernía sobre aquel tinglado. La gente se disponía a retirarse prudentemente a sus casas.
    El Padre les dijo: ―No caerá una sola gota hasta que todo termine...‖ En efecto. Pasaron las dos horas largas
    del teatro. El pueblo pudo retirarse a sus hogares... y vino el diluvio.

    Doce piezas enteras y algunos fragmentos autógrafos se conservan en el Archivo Romano de la Compañía de
    Jesús. Una breve alusión a su última obra teatral ya mencionada. Se trata del ―Auto de la Visitación‖, escrita
    en la enfermería de la aldea de Reritiba (hoy Ciudad Anchieta, Estado de Espíritu Santo). Se la pidieron los
    cofrades de la Santa Casa de la Misericordia de Vila Velha para celebrar la fiesta de su Patrona el día 2 de
    julio de 1597. La obra está escrita en castellano, porque aquellos cofrades eran de Castilla... Anchieta la
    terminó a fines de mayo, unos días antes de su santa muerte. El autógrafo, con su letra ya algo temblorosa,
    pero clarísima, se conserva en el Archivo de la Compañía de Jesús en Roma.

    Consta de tres actos, como de ordinario. El primero tiene 415 versos. El segundo, 145. El tercero, sólo 12. Se
    le iba acabando la vida...
    El argumento es sencillísimo. Un romero castellano dialoga con Santa Isabel sobre la Visitación de María a su
    casa. Cuando va a marcharse el romero del atrio de la Iglesia, lo llama un ángel que viene delante de Nuestra
    Señora. Aparece María vestida con el manto de la Cofradía de la Misericordia, que sostienen, extendido, otros
    dos ángeles...

    ÁNGEL:

    Volved acá, castellano,
    que la Madre de Jesús
    viene, pues sois buen cristiano, a daros muy clara luz.
    y teneros de su mano,
    para que podáis pasar
    por este camino estrecho,
    con grande fervor del pecho,
    entrando, sin punto errar,
    en el cielo, muy derecho.

    En este momento se le juntan cuatro compañeros, y entre los cinco hacen una paráfrasis bellísima del
    himno mariano ―Ave, maris stella,‖

    Una quintilla como ejemplo:
    En AVE se mude EVA,
    que perturbó nuestra paz
    Mas vos, otra Eva nueva,
    nos sacaréis de la cueva
    y prisión de Satanás.

    Otra quintilla, esta vez de la respuesta de la Virgen, con una alusión a la
    Eucaristía:

    Gustad de Él, que es muy suave.
    Comedlo para vivir. Él es la
    divina llave,
    que a mí se me dio en el AVE
    para los cielos abrir.

    Por si no estaba clara la intención del portentoso poeta moribundo, lean la última estrofa del acto segundo:

    Pártome sin me partir
    de vos, mi madre y señora,
    confiado que, en la hora
    en que tengo de morir,
    seréis mi VISITADORA.

    El tercer acto no es más que una sencilla glosa a la ―redondilla‖, que se había cantado al principio de la obra.
    Esta estrofa de cuatro octosílabos era una de tantas coplas populares que, trasladadas a lo divino por Anchieta,
    iban cantando por las calles los niños de la catequesis. Con ella terminamos el Teatro de Anchieta.

    ¿Quién te visitó, Isabel
    que Dios en su vientre tiene?
    Hazle fiesta muy solenne,
    pues que viene Dios en él.

    Un pequeño comentario al término ―solenne‖ Así se lee perfectamente en el manuscrito anchietano. Hoy se
    escribe ―solemne‖. Entonces solía escribirse ―solene‖ para que rimara mejor. Como, por ejemplo, ―benino‖
    con ―divino‖. Tengo la impresión de que el castellano de Anchieta está bastante más evolucionado que el de
    Lope de Vega o Cervantes, posteriores a él. Este hecho lingüístico merecería estudiarse mejor.


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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Maria Lua Dom 30 Mar 2014, 08:23

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    Primeras estrofas( en portugués) del Poema a la Virgen,
    escrito ( cuenta la leyenda) en las arenas de la playa en Ubatuba, São Paulo...
    Son 4.172 versos...



    Poema a Virgem - Padre José de Anchieta



    Minha alma, por que tu te abandonas ao profundo sono?
    Por que no pesado sono, tão fundo ressonas?
    Não te move à aflição dessa Mãe toda em pranto,
    Que a morte tão cruel do FILHO chora tanto?

    E cujas entranhas sofre e se consome de dor,
    Ao ver, ali presente, as chagas que ELE padece?
    Em qualquer parte que olha, vê JESUS,
    Apresentando aos teus olhos cheios de sangue.

    Olha como está prostrado diante da Face do PAI,
    Todo o suor de sangue do seu corpo se esvai.
    Olha a multidão se comporta como ELE se ladrão fosse,
    Pisam-NO e amarram as mãos presas ao pescoço.

    Olha, diante de Anás, como um cruel soldado
    O esbofeteia forte, com punho bem cerrado.
    Vê como diante Caifás, em humildes meneios,
    Aguenta mil opróbrios, socos e escarros feios.

    Não afasta o rosto ao que bate, e do perverso
    Que arranca Tua barba com golpes violento.
    Olha com que chicote o carrasco sombrio
    Dilacera do SENHOR a meiga carne a frio.

    Olha como lhe rasgou a sagrada cabeça os espinhos,
    E o sangue corre pela Face pura e bela.
    Pois não vês que seu corpo, grosseiramente ferido
    Mal susterá ao ombro o desumano peso?

    Vê como os carrascos pregaram no lenho
    As inocentes mãos atravessadas por cravos.
    Olha como na Cruz o algoz cruel prega
    Os inocentes pés o cravo atravessa.






    Catorce años en La Laguna, cinco en Coimbra y cuarenta y cuatro en el Brasil
    portugués (1553-1580) bajo los reinados o regencias de Don Juan III, Doña Catalina de
    Austria, el joven Don Sebastián y el Cardenal infante Don Enrique; y en el Brasil castellano (1580- 1597) bajo Felipe II de Castilla y 1 de Portugal. Es de advertir que cuando Felipe de
    Austria heredó legítimamente la corona de Portugal, Anchieta llevaba ya tres años de
    Superior Provincial del Brasil.


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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Maria Lua Dom 30 Mar 2014, 08:31

    TRAS DEL RÍO DE LOS CEDROS


    Tras del río de los cedros,
    el buen Jesús se salía,
    con pavor y gran tristeza,
    a orar, como solía,
    en el huerto.

    Postrado sobre el rostro,
    ante el Padre se ponía.
    Con suspiros entrañables,
    estas palabras decía
    en el huerto.

    «Padre mío, si mi muerte
    excusar no se podía,
    Hágase perfectamente
    tu voluntad, no la mía,»
    en el huerto.

    Orando prolijamente,
    puesto en mortal agonía,
    sudaba gotas de sangre,
    que hasta la tierra corría,
    en el huerto.

    Mis grandes males son éstos,
    ¡oh buen Jesús, vida mía!
    que te hacen sudar sangre,
    y causan tal agonía,
    en el huerto.

    Prenden al manso cordero,
    que a recibirlos salía.
    Una soga a la garganta,
    el cruel sayón le ponía
    en el huerto.

    Escupen su santa cara,
    que en el cielo es alegría.
    Atan sus sagradas manos,
    que el cielo formado había,
    en el huerto.

    Al Verbo del Padre eterno,
    hijo de la virgen pía,
    de coces y bofetones
    cada cual lleva porfía,
    en el huerto.

    Así pagas tú, sin culpas,
    buen Jesús, la culpa mía,
    y la que el primer padre
    cometió, con osadía,
    en el huerto.



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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Maria Lua Dom 30 Mar 2014, 08:35

    José de Anchieta:

    el primer literato de Brasil, enfermero, misionero y fundador de ciudades
    Escribió en portugués, latín y la primera gramática de lengua tupí, fundó Sao Paulo, hospitales; es beato y un humanista de enorme altura.


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    Estatua dedicada a Anchieta en Sao Paulo
    Charles Reding

    ¿Conoce usted, lector de Forum Libertas, a algún hombre de principios del siglo XXI que sea a la vez poeta, actor de teatro, dramaturgo, diplomático, maestro, filólogo, gramático, naturista, enfermero, promotor de hospitales, fundador de ciudades, asceta, misionero y profeta?

    En el s.XVI había gente así. José de Anchieta nació el 19 de marzo de 1534, año de la fundación de la Compañía de Jesús, en las Islas Afortunadas, concretamente en San Cristobal de la Laguna, isla de Tenerife. Hijo de un padre rico, hidalgo vascuence que participó en el levantamiento de los comuneros contra Carlos I, fue enviado a la por entonces prestigiosa Universidad de Coimbra a la edad de 15 años junto con su hermano Pedro, mayor que él. Allá estudió latín, retórica y filosofía en la Escuela de Bellas Artes, donde pronto destacó por sus composiciones poéticas.

    Con escoliosis, a las misiones

    De temprana vocación religiosa, en 1551 ingresó en la orden jesuita recientemente creada. Su salud era quebradiza debido a que su fervor ascético no beneficiaba en nada una escoliosis que venía sufriendo desde niño. Sus superiores pensaron que el clima de Brasil le beneficiaría y fue enviado allá junto con otros seis hermanos de orden, llegando a Bahía en el año 1553.

    A los dos meses de su llegaba a Brasil, se le envió a San Vicente, hoy Santos, situada en el sur del país. Durante la travesía, una tormenta hizo zozobrar su barco a la altura de Las Carabelas. Mientras se arreglaba el navío, el joven jesuita naufragado contactó con indígenas amistosos y se dedicó a aprender su idioma.

    Al año siguiente, Anchieta fundó junto al padre provincial Manuel de Nóbrega una aldea misional en Piratininga, que habría de ser el germen de la ciudad más grande de Sudamérica en nuestros días: Sao Paulo, que actualmente tiene casi 20 millones de habitantes.

    Clases para todos, y gramáticas de tupí-guaraní

    Precisamente en la fiesta de San Pablo se inaugura allá un modesto colegio, en el cual José de Anchieta enseñó gramática tanto a los hijos de los portugueses como a los nativos. De gran facilidad para los idiomas, Anchieta aprendió rápidamente el tupí-guaraní hablado por los indios.

    No contento con eso, escribió la primera gramática de la lengua tupí, así como un catecismo en dicho idioma, siendo el mismo el primer catecismo cristiano escrito en una lengua nativa del continente americano. También hizo el primer diccionario. Poesía, obras dramáticas (teatro que combinaba lo visto en Portugal y propuestas guaraníes), cantos, sermones... el Beato José de Anchieta tuvo una gran actividad literaria en portugués, latín y tupí-guaraní.




    El primer escritor médico de Brasil... y taumaturgo

    Muy mejorada su salud, siquiera temporalmente, José de Anchieta se convierte en un trabajador incansable. Estudia todo lo relacionado con las plantas y la fauna de la región, e incluso aprende a usar con éxito la medicina natural practicada por los indígenas. De hecho se convierte en el primer autor de literatura médica en el Brasil, con unas extraordinarias descripciones de enfermedades y técnicas indígenas de curar.

    También enseñó a los nativos a fabricar casas de adobe y a obtener fibras textiles de los cardos con las que fabricar alpargatas. En el orden espiritual, empezaban a darse testimonios de hechos sobrenaturales alrededor de su persona. Sus hermanos de orden aseguran que llega a levitar en sus momentos de oración. Los indígenas le tienen por mago cuando ven que en varias ocasiones logra amainar fuertes tormentas con su oración.

    Contra el canibalismo y el alcoholismo

    Sin todavía haber sido ordenado sacerdote, es ya un verdadero apóstol que no duda en jugarse la vida intentando cambiar algunas de las costumbres más salvajes de los indios. Y así un día, al ver que sus amigos indígenas habían atrapado a un miembro de una tribu enemiga y se disponían a comérselo, se lanzó en medio de ellos para disuadirles de tal acción. Evangelizados los hijos de los indígenas, los pequeños se convirtieron a su vez en evangelizadores de sus padres y de su pueblo, de tal forma que se atrevían incluso a derramar en el suelo la chicha fermentada que tenía alcoholizada a buena parte de la población.

    Tanta fecundidad espiritual y material se vio amenazada en 1555 por la llegada del hugonote francés Villegagnon. Establecidos contra la voluntad de los portugueses en la región cercana a la actual Río de Janeiro, los franceses se alían con la tribu de los indios tamoios, o tamoyas, a quienes incitan a lanzar un ataque contra la población fundada por Anchieta. Empieza entonces una guerra que parece no tener fin y el Provincial, Manuel de Nóbrega, se hace acompañar de José como embajador de paz.

    Rehén entre los indios

    Retenido en Iperoig, capital de la tribu india enemiga, es usado como rehén en las conversaciones de los tamoyas con los portugueses. Pero el jesuita aprovecha la ocasión para predicarles el evangelio durante los siete meses que fue retenido. Una predicación que es acompañada de milagros, algunos espectaculares como la resurrección de un niño pequeño.



    Y por si no fuera suficiente, el tiempo libre que le queda lo dedica a escribir poemas en la arena de la playa con una rama. Allá compone su famoso poema o Canto a la Virgen titulado “De Beata Virgine Dei Matre María”, pero al no disponer de papel para escribirlo, lo memoriza.

    Ordenado sacerdote en 1566, acompaña de nuevo a Nóbrega en la fundación de Río de Janeiro. Muerto el Provincial, Anchieta se convierte en rector del Colegio de Río, funda el Hospital de la Misericordia y evangeliza a nuevas tribus indígenas, algunas ciertamente violentas como la de los tapuyas. Roma le nombra Provincial de todos los jesuitas de Brasil en 1577.

    Señales y milagros

    Desde entonces hasta su muerte, su labor apostólica fue inmensa, recorriendo la “provincia” a pie en varias ocasiones, a pesar de que nuevamente la dolencia de su espalda le había dejado muy incapacitado. Es asombrosa la cantidad de profecías cumplidas, señales y milagros que siguieron acompañando su ministerio en estas fechas, como reforzando la promesa de Jesucristo en Juan 14,12: "El que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará".

    Murió el 9 de junio de 1597. Venerable desde 1617 por sus virtudes heróicas, el jesuita canario fue beatificado por Juan Pablo II el 22 de junio de 1980, celebrándose su memoria en la Iglesia todos los 9 de junio.

    José de Anchieta en Brasil, como Vasco de Quiroga en México o José de Acosta en Perú, fue uno de esos asombrosos humanistas cristianos que vieron los siglos XVI y XVII. Tan sabio como santo, tan artista como apóstol, su apasionante e intensa vida es una de las glorias de la orden fundada por San Ignacio de Loyola y de la Iglesia universal.


    Algo sobre los años siguientes en Sao Paulo

    Al morir José de Anchieta, Sao Paulo apenas tenía 2.000 habitantes blancos. Se convirtió en una ciudad especializada en la "bandeira", es decir, la caza de indios en masa para vender como esclavos. Los jesuitas de la ciudad no podían hacer nada para frenar a las bandeiras pese a las continuas denuncias que efectuaban en Asunción y en España.

    A partir de 1610 los jesuitas, dirigidos por el padre Ruiz de Montoya, establecen unas 15 misiones de indios en la zona de Guayra, a medio camino entre la Asunción española y el Sao Paulo portugués. Los bandeirantes paulistas violaron las leyes de la Corona española una y otra vez llevándose miles y miles de indios, vaciando ciudades españolas como Vila Rica, Ciudad Real y las misiones jesuitas.

    En 1641, con autorización del Rey y después de años de solicitarlo, los jesuitas armaron y organizaron a los indios de sus reducciones como un ejército e infligieron una gran derrota a los bandeirantes paulistas. Se salvaron así durante otros 150 años las misiones del interior. En cambio, las aldeas indias de los jesuitas en la costa y cerca de Sao Paulo -herederas del trabajo de José de Anchieta- fueron desmanteladas con la expulsión de los jesuitas de esa región entre 1640 y 1653. Los que pudieron huyeron a las reducciones del Paraguay y Argentina.
    .



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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Evangelina Valdez Dom 30 Mar 2014, 10:03

    ¡Extraordinario trabajo María, excepcional!
    Claro que me gustó, gracias por la invitación.

    Es cierto lo que dice nuestro compañero G. Sarmiento, un ser inmenso, tan necesario en estos tiempos.
    Altruista a carta cabal.
    Quedé encantada de su lectura.
    Besos y gracias
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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Maria Lua Dom 30 Mar 2014, 21:49

    Gracias, amigo Goyo, por tus palabras...
    estoy de acuerdo!
    Besos
    Maria Lua


    Hermosas palabras...
    Gracias, amiga Evangelina por estarmos
    siempre juntas, en este foro de
    Grandes Escritores...
    Besos
    Maria Lua



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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por cecilia gargantini Mar 01 Abr 2014, 17:23

    Me encantó tu aporte, querida Luita!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    No lo conocía, así que me ayudás a seguir aprendiendo.
    Besitosssssssssss miles, amiga, y gracias
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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Mauricio Rey Miér 02 Abr 2014, 00:00

    Un gusto enorme conocer más de Brasil.
    Felicitaciones María Lua.
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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Walter Faila Miér 02 Abr 2014, 12:45

    Muy buen aporte Luita, iré leyendo más y aprendiendo un poco sobre el.- Gracias


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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por María Ofelia Reimundo Miér 02 Abr 2014, 16:22

    INMENSO, CONMOVEDOR, Y BELLA ENSEÑANZA MI MUY QUERIDA LUA, BESOS MIL DE
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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Juan Martín Miér 02 Abr 2014, 19:56

    Qué alegría encontrarme con este gran poeta, el padre Anchieta. Aunque también tiene sus detractores, pues usaba sus autos para catequizar a los indios, como si fueran niños pequeños.

    He traducido un pequeño fragmento del auto Santa Úrsula, escrito por José de Anchieta. Intervienen dos actores: ángel y diablo.


    Ángel:

    ¡Oh ponzoñoso dragón,
    padre de toda mentira,
    Que buscas la perdición,
    con tanta y furiosa ira
    a la humana condición!

    Sabes que en este poblado
    no tienes ningún poder,
    pues todos pretenden ser,
    con todo su corazón,
    contrarios a Lucifer.

    Diablo:

    ¡Oh, qué valientes soldados!
    ¡Pero dejadme reír!...
    Mal me pueden combatir
    los que flacos, con pecados,
    no dejan de sucumbir!

    Ángel:

    Si caen, luego se levantan,
    y otros quedan de pie.
    Quienes armados de fe,
    te combaten y te espantan,
    pues de Dios es su poder.


    Un abrazo muy grande, Maria

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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Maria Lua Miér 02 Abr 2014, 20:53

    Gracias, amigos: Cecilia, Mauricio, Walter,
    María Ofelia y Juan...
    Besos

    Gracias, Juan, por tu traducción del
    fragmento del auto Santa Úrsula...

    Por supuesto sus autos y muchos de sus poemas
    eran para catequisar a los indígenas, para
    eso vinieron los jesuítas a los países de América...
    El objetivo era "salvar" las almas de los
    habitantes de las tierras descubiertas por
    los españoles y portugueses...
    Pero aunque religioso y pedagógico fué
    el primer a escribir teatro y poesía en Brasil,
    en lengua portuguesa y tal vez, lo más importante
    en tupí-guaraní...
    Para mí, no es muy facil encontrar poemas
    o informaciones sobre José de Anchieta,
    en español, casi todo está en portugués
    y escrito desde una visión católica y no
    literaria...


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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Mauricio Rey Jue 03 Abr 2014, 00:16

    Un fuerte abrazo Lua.
    Besos compañera de letras.
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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por enrique garcia Jue 03 Abr 2014, 03:04

    Un gran trabajo, Lunita
    lo leerre muchas veces despacio
    gracias por todo
    besos de cariño
    Lluvia Abril
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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Lluvia Abril Vie 04 Abr 2014, 04:23

    Muchas gracias María,hasta ahora lo que he leído me parece muy interesante.Me gusta y seguiré leyendo.Te confieso que no lo conocía así que,gracias dobles,amiga mía.

    Besitos


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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Maria Lua Vie 04 Abr 2014, 09:47

    Gracias, Mauricio, Enrique y Lluvia...
    También lo estoy conociendo un
    poco más...
    Besossss
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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 04 Abr 2014, 12:02

    Me ha gustado conocer a conocer a José de Anchieta, que en mi ignorancia no conocía. Hombre de conocimientos universales, un sabio como los del Renacimiento. Gracias por traerlo aquí, Maria.

    Un abrazo.
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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Mauricio Rey Sáb 05 Abr 2014, 16:41

    Abrazos y gracias por éste aporte para conocer más de Brasil.
    Buen sábado Lua.
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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Maria Lua Sáb 14 Mar 2020, 06:15

    José de Anchieta nació en 1534, en España. Se unió a la Compañía de Jesús y, cuando se convirtió jesuita, se trasladó a Brasil, en 1553, como misionero. En 1554, llegó a la capitanía de São Vicente, donde, junto con el provincial de Brasil, padre Manoel da Nóbrega, fundó lo que se convertiría en la ciudad de São Paulo. En el local, instaló un colegio y comenzó su trabajo misionero.

    Anchieta trabajó duro en el colegio, el primero de los jesuitas en América, según informa el texto publicado por la CNBB. Él enseñó el idioma portugués a los niños de indígenas y portugueses. El padre también estudió la lengua de los indígenas y escribió la primera gramática de la lengua tupí. En este mismo idioma, escribió un catecismo, varias obras de teatro e himnos.

    A lo largo de los años, recorrió la costa brasileña desde el sur de São Paulo hasta Recife, en el nordeste, para acompañar las distintas misiones que los jesuitas ya habían establecido en Brasil. En Río de Janeiro, en 1582, inició la construcción de la Santa Casa de Misericordia, para ayudar a quienes tenían problemas de salud, como las víctimas de las frecuentes epidemias.

    Dio especial atención a los pobres y enfermos, a los grupos indígenas amenazados y a los negros esclavizados. José de Anchieta murió el 9 de junio de 1597 y fue reconocido como el “apóstol de Brasil”.



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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por cecilia gargantini Sáb 14 Mar 2020, 13:41

    Me gustó mucho este autor, cuando lo presentaste. Graciasssss por los nuevos datos.
    Besossssssss Lua y gracias otra vez
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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Maria Lua Dom 15 Mar 2020, 06:10

    Gracias, amiga Cecilia!


    José de Anchieta. Fundador y dramaturgo en Brasil


    El 9 de junio de 1997, se realizarán una serie de actos conmemorativos del IV Centenario de la muerte de Anchieta, el jesuita español (canario) fundador de metrópolis tan impresionantes como S­­ao Paulo, autor de una amplia obra literaria (en prosa y verso), de la primera gramática de la lengua tupi- guaraní, prematuro ecologista, etc. Figura del intelectual y hombre de fe entregado a la tierra brasileña.
    Mario García Guillén. (S­­ao Paulo)/ Como sucede con otros muchos personajes de rango histórico y literario, también en el caso de Anchieta carecemos de una visión nítida, tanto de la época en que vive como de sus rasgos biográficos. Y no precisamente porque no existan extensas publicaciones a se respecto. Se trata sin embargo de libros destinados a un público muy concreto, por lo general religioso u orientados hacia un espiritualismo que aparta a un buen número de lectores.
    Aquí trataremos, por el contrario, de exponer a los ojos del lector a Anchieta de forma sencilla y que pueda alcanzar a todos.
    El 9 de junio de 1997, se realizarán una serie de actos conmemorativos del IV Centenario de la muerte de Anchieta, el jesuita español (canario) fundador de metrópolis tan impresionantes como S­­ao Paulo, hoy situada entre las mayores del mundo, y autor de una amplia obra literaria (en prosa y verso) en la que concurren obras de teatro, sermones, cartas, escritos teológicos y de fe. Estamos pues ante una de esas figuras de personalidad múltiple: teólogo, profesor, fundador, filósofo, beato, escritor, administrador... y aún podríamos adjudicarle más amplio listín de actividades, todas ellas desempeñadas con notoriedad.
    José de Anchieta nace en San Cristóbal de La Laguna (Tenerife) hijo del vasco Juan López de Anchieta, desterrado a las Canarias precisamente por su activismo en las luchas comunales y que, si no fuera por la intercesión de una figura tan influyente como Ignacio de Loyola (con el que estaba emparentado), habría sido decapitado.
    Nuestro personaje, José de Anchieta, disfruta de una infancia tranquila, gozando de la paz de Tenerife a cuya isla no llegaban las presiones y activismos de la Península. Muy joven, con sólo 14 años, muestra su inquietud religiosa y se traslada a Coimbra (Portugal) donde ingresa en la Compañía de Jesús. Allí permanece de 1548 a 1551. América tiene solamente cincuenta años desde la llegada de Colón y Portugal está reactivando la ocupación de su territorio: Brasil. En las ciudades portuguesas el tema del día a día en las calles, reuniones de sociedad, palacios y conventos, está centrado en la vida de las colonias y especialmente en Brasil: su exotismo, vida indígena, colonización etc... son el plato del día.
    Anchieta progresa en sus estudios en letras, con la idea de ir a Brasil y evangelizar indígenas, pero al mismo tiempo conoce el teatro. Es su primer encuentro con este arte y con Gil Vicente, que está en plena moda, por quien se dejará guiar en muchos de los aspectos de su dramaturgia. Era común, tanto en Coimbra como en las otras ciudades importantes portuguesas y españolas, que la órdenes religiosas realizasen representaciones teatrales sobre la vida de santos, mártires y, en general, temas de devoción católica. Anchieta siente verdadera fascinación por estas representaciones capaces de calar tan hondo en las personas que asisten como espectadores. Los temas no podían ejercer mayor fascinación para un joven de firme vocación: "La Historia de Dios", "La barca del Infierno", "Tragicomedia pastoril de la Tierra de la estrella". La influencia de Gil Vicente aparece en la obra de Anchieta y la mayor parte de los especialistas que estudian , analizan y comentan su obra (Armando Cardoso, Lothar Hesser, Lemos Barbosa, José carlos de Macedo Soares; Hélio Abranches Viotti entre otros...) coinciden en ello. Sin embargo, no podría soñar aún José de Anchieta que su mayor originalidad y la fuerza de su teatro se debería a la aportación del mundo indígena brasileño.
    Teatro barroco y aporte indígena
    La convivencia de Anchieta con los indígenas fue amplia, estando como rehén, incluso, durante largos períodos de tiempo.
    Durante ellos observa los rituales indígenas, ricos en simbología. Sus actos, en la plaza central de sus aldeas, son de espléndida belleza y requieren ritmo y armonía. Y no están carentes de lo que en términos teatrales definiríamos como coreografía.
    Anchieta va a sumar todo lo que ha visto de teatro barroco en Coimbra a este aporte indígena. De la unión va a salir un espectáculo renovado que es el teatro anchietano: una ceremonia, un rito, con versos de perfecta métrica, primicias narrativas, conflicto entre los personajes presentados y una conclusión contundente en su final.
    Anchieta tiene que contar las historias de sus compañeros de fe, mártires y las excelsidades de Dios, para que sean apreciados y entendidos por un "público" de cultura, lengua y hábitos completamente diferentes. He aquí algunas de las obras o representaciones ofrecidas por Anchieta a los indios: "En la fiesta de Navidad o Predicación Universal" , "Auto de la fiesta de San Lorenzo", "Auto de San Sebastián", "En la aldea de Guaraparim", "Recibimiento del P. Mar‡al Baliarte" entre otros.
    A los anteriores hay que añadir un largo etcétera de otros textos y sermones que son una verdadera representación. El jesuita español José de Anchieta, que fundó la ciudad de S­­ao Paulo, viéndola después en un sueño como la gran metrópoli que es hoy, se consagra en sus textos como un prematuro ecologista que ha entendido perfectamente la misión del hombre como elemento inteligente de la creación que ha de preservar la originalidad de cuanto le rodea.
    Su contacto con el pueblo indígena le lleva a escribir la primera gramática tupi-guaraní y un amplio glosario en esas lenguas que permita a sus compañeros venidos de Portugal o España entenderse con los nativos.
    Mal sabía que el tiempo jugaba una dura baza contra la naturaleza y contra los aborígenes, ambos semi- exterminados y que nos llevan hoy a campañas de ecología y de lucha en defensa del indio.
    Esta figura, Anchieta, hoy al fiel de la balanza de su IV Centenario, en el marco vecino de otro mayor que será el V Centenario de Portugal en Brasil, corresponde a canarios y españoles airearla. Ya sabemos que la virtud de los españoles no es precisamente esa. Nos encanta sumergir a nuestros intelectuales y grandes hombres en el anonimato y desconocimiento, abusando de pretextos de los más irrisorios posibles: divergencias religiosas, políticas, envidias, pereza por estudiar el pasado, etc. Afortunadamente para José de Anchieta lo que los españoles no hacemos lo vienen haciendo los portugueses, alemanes, ingleses y norteamericanos porque existen en esas nacionalidades muchos estudiosos de su obra.



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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Maria Lua Dom 15 Mar 2020, 06:12

    José de Anchieta, apóstol de Brasil y fundador de Sao Paulo


    EFE03/04/2014 (14:13)


    Río de Janeiro, 3 abr (EFE).- El jesuita español José de Anchieta (1534-1597), declarado hoy santo por el papa Francisco, es conocido como el apóstol de Brasil por su labor evangelizadora y humanitaria en este país y venerado especialmente en Sao Paulo, la mayor ciudad brasileña y de la que fue uno de sus fundadores.

    Nacido el 19 de marzo de 1534 en Tenerife, en las Islas Canarias, el religioso ingresó en la Compañía de Jesús en 1550 y, tras tres años de noviciado, fue enviado a las misiones jesuitas en Brasil, país en el que desembarcó el 13 de julio de 1553, a sus 20 años, y en el murió en 1597.

    Toda su obra religiosa y literaria está vinculada a Brasil, en donde su canonización era demandada desde que el país era una colonia de Portugal y en donde se le venera como, además de apóstol del país, patrono de Sao Paulo.

    Pese a que llegó a la costa de un aún no explorado estado de Sao Paulo en plena colonización de un país al que los portugueses habían llegado sólo 50 años antes para catequizar a los indios, Anchieta no sólo cumplió su misión sino que aprendió el tupí, escribió la primera gramática de esta lengua indígena y tradujo a la misma obras portuguesas para que los indios pudieran disfrutarlas.

    En Brasil se le venera por su importante papel humanitario debido a que defendió a los indios de los diversos intentos de los colonizadores portugueses de esclavizarlos. Anchieta fue uno de los primeros en tomar posición en el debate de la época sobre si los habitantes originales de América tenían alma o no.

    Para facilitar la evangelización en el interior de Brasil, Anchieta y su compañero jesuita Manoel da Nóbrega fundaron el 25 de enero de 1554 en el altiplano un colegio alrededor del cual fue creciendo un poblado que Anchieta terminó bautizando como Sao Paulo.

    El Colegio de Sao Paulo, tras varias reconstrucciones, aún es conservado en el centro de Sao Paulo como marco de una ciudad que no sólo representa la pujanza de Brasil sino un crisol de razas y de inmigrantes.

    El nuevo santo de la iglesia católica también se estableció en Sao Vicente, igualmente en el estado de Sao Paulo, en donde dedicó exclusivamente su labor a los indios y a alfabetizar y educar a los novicios que ingresaron en la Compañía de Jesús en Brasil.

    En 1577, en reconocimiento de su importante papel en Brasil, fue nombrado Provincial de la Compañía de Jesús en el país.

    Además de su tarea evangelizadora, se le conoce por su obra literaria como autor de poesías, cartas y autos, todas marcadas por conceptos morales, espirituales y pedagógicos.

    En 1959 escribió la gramática del tupí, la lengua más usada por los indios que habitaban el litoral brasileño.

    Escribió no sólo en español y latín sino también en tupí.

    Entre sus obras más destacadas figuran, además de "Arte y Gramática de la lengua más usada en la costa de Brasil", "De beata virgine dei matre Maria", "A Cartilla de los Nativos", "Sermón sobre la conversión de Sao Paulo" y "Cartas jesuíticas".

    Pese a que los jesuitas defendían su canonización desde hacía casi cuatro siglos, el proceso se paralizó cuando la Compañía de Jesús fue expulsada de Portugal y de sus colonias en 1760.

    El proceso se reabrió en 1877 y la beatificación fue anunciada en 1980, en vísperas de la primera visita que el papa Juan Pablo II hizo a Brasil.

    Los jesuitas brasileños tuvieron que esperar a la llegada de otro miembro de la compañía al trono de San Pedro para finalmente poder llamar santo al "padre Anchieta". EFE



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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Maria Lua Dom 15 Mar 2020, 06:33

    Anchieta: apóstol, poeta y músico en Brasil



    Conocemos la personalidad de José de Anchieta (1534-1597) por la descripción que de
    él han hecho sus biógrafos, pero una de las mejores semblanzas que se han trazado
    sobre este misionero jesuita ha sido, sin duda, la del historiador mejicano Carlos
    Pereyra (1871-1942):
    Allí vivía y trabajaba el Padre Anchieta, miembro de la Compañía de Jesús, tipo excelso del
    colonizador, maestro y oficial en las artes útiles como Pedro de Gante; lingüista y etnólogo como
    fray Bernardino de Sahagún; elocuente como fray Bartolomé de las Casas; hábil y negociador como
    Bartolomé de Olmedo; caritativo como fray Toribio de Benavente; austero como fray Juan de
    Zumárraga, y caminante como Santo Toribio de Mogrovejo. Era, además de todo esto, músico y
    poeta (Pereyra, 1924).
    El misionero y humanista José de Anchieta nace el 19 de marzo de 1534 en San
    Cristóbal de La Laguna (Tenerife). Con tan solo 15 años de edad deja su tierra natal al
    ser enviado por sus padres a la ciudad portuguesa de Coimbra, en la que estudiará
    Humanidades, Arte y Filosofía, y donde ingresa en el noviciado de la Compañía de
    Jesús. Desde joven demuestra poseer gran facilidad para los idiomas así como un
    talento innato que se refleja ya en la composición de sus primeras poesías. Su espíritu
    vivo y enérgico choca frontalmente con una precaria fortaleza física que acabó
    mermando su actividad estudiantil –para saber más sobre la salud y en general sobre la
    vida de Anchieta consultar la extraordinaria obra de H. A. Viotti (1966)–. Debido a su
    delicado estado de salud, tanto los médicos como sus superiores llegaron a la
    conclusión de que lo mejor para el joven novicio era dar un cambio radical a su vida.
    Dispuesto a enfrentarse a su destino y con la ilusión puesta en una nueva vida, en
    mayo de 1553 y junto a siete compañeros de su misma orden, se embarca Anchieta
    rumbo a las costas de Brasil. Nos lo cuenta el P. Julián Escribano Garrido:
    El 8 de mayo de 1553, cuando aún vivía San Ignacio, se embarca José de Anchieta en la armada
    mandada por Duarte da Costa, segundo gobernador del Brasil, y que se componía de una nave y
    tres carabelas; el pasaje lo componían 260 personas. La expedición de jesuitas estaba formada por
    ocho religiosos: cuatro sacerdotes y cuatro estudiantes; hacía de Superior el P. Luis Grao y el más
    joven de todos ellos era José de Anchieta, que aún llevaba fresca la herida de la muerte de su padre
    acaecida en Tenerife a finales de febrero de ese mismo año.

    En esta expedición se le enviaba al P. Manuel de Nóbrega el nombramiento de Provincial de Brasil (Escribano Garrido, 1983).
    Anchieta en Brasil se siente renovado, y a pesar de sus dolencias trabaja sin descanso:
    Al año siguiente de su llegada a tierras americanas, exactamente el 25 de enero de
    1554, y con el propósito de catequizar a los nativos, pone en marcha siendo novicio y
    junto al padre Manoel da Nóbrega (1517-1570) –de quien era intérprete en latín para con
    los superiores de Roma y en tupí-guaraní para con los indios (Fornell, 1986)– el Colegio de
    São Paulo, hoy sede del Museu Padre Anchieta. Fue en Piratininga, primitivo nombre
    de Sao Paulo, donde se celebró la primera misa en una humilde cabaña. Así consta en
    una de las primeras cartas escritas por los jesuitas:
    112
    Pérez-Pardo, JP./El verbo de José de Anchieta en los pentagramas de Heitor Villa-Lobos
    El escrito misionero como mediación intercultural de carácter multidisciplinar.
    Mutatis Mutandis. Vol 8, No 1. 2015, pp. 110-126.

    Assim alguns dos irmãos mandados para esta aldeia que se chama Piratininga, chegamos a 25 de
    janeiro do ano do Senhor 1554 e celebramos em paupérrima e estreitíssima casinha a primera missa,
    no dia da conversão do apóstolo São Paulo e, por isso a êle dedicamos a nossa casa (González y
    Hernández, 1999).

    En la correspondencia que mantiene con Ignacio de Loyola (1451-1556), el mismo
    Anchieta explica que aquellas cuatro paredes hechas de madera, barro y cubiertas de
    paja sirvieron tanto de iglesia como de colegio, enfermería, dormitorio, comedor,
    cocina y despensa. A pesar de los múltiples problemas que encuentra a su alrededor,
    Anchieta se siente renovado, las tierras brasileñas transforman por completo su vida
    que se vuelve productiva y fructífera. Su mayor énfasis lo pone en la educación
    religiosa de los indios, ayudando a la conversión de muchos de ellos, pero también
    ejerciendo una gran labor como pedagogo. De todo ello nos ha dejado constancia en
    una carta que escribe el 15 de agosto de 1554 Aos padres e irmãos de Coimbra, en la que
    les cuenta que en la aldea de Piratininga enseñan a los hijos de los indios a leer y
    escribir, y que algunos de los meninos ayudan ya en la misa con el canto, o les cuenta
    anécdotas tan significativas como que, gracias a la educación que reciben, ya no matan
    ni comen a sus semejantes como suelen hacer en otras aldeas (testimonio de la lucha
    que los jesuitas mantuvieron en contra de la antropofagia):

    Estamos como lhes escrevi, nesta Aldeia de Piratininga, onde temos uma grande escola de meninos,
    filhos de indios, ensinados já a ler e escrever, e aborrecem muito os costumes de seus pais, e alguns
    sabem ajudar a cantar a missa. Estes são nossa alegria e consolaçao, porque seus pais não sao muito
    domaveis, posto que sejam muito diferentes dos das outras aldeias, porque já não matam nem
    comem contrários, nem bebem como dantes (Anchieta, 1984).

    Anchieta se hace amigo de los indios, estudia sus costumbres y aprende con rapidez su
    lengua, lo que le permite escribir su Arte de Grammatica da lingoa mais usada na costa do
    Brasil, impresa en Coimbra en 1595 pero usada ya como libro de texto en los colegios
    jesuitas y como herramienta muy útil para poder enseñar la lengua indígena a los
    nuevos misioneros. Con el tiempo, la Grammatica, que fue escrita en portugués, ha sido
    traducida al latín, inglés y alemán.

    Si en Méjico el franciscano Pedro de Gante (ca. 1479-1572) se sirve de la música para
    predicar el evangelio, los jesuitas en Brasil harán otro tanto, por tratarse de uno de los
    métodos más efectivos de comunicación y catequización: Assim, Padre Manoel da
    Nobrega inicia a obra sobrehumana da catequese. Na linguagem dos Brasilindios são feitas as
    pregações e os canticos religiosos. Utiliza instrumentos musicais indigenas, com o mesmo
    proposito (Ferreira, 1954). Sobre los instrumentos musicales destacamos la información
    que nos proporciona el historiador portugués Serafim Leite (1890-1969), quien afirma
    que los europeos (aquí se refiere a los meninos portugueses) conocieron en Brasil las
    maracas y un tipo de flautas hechas con bambú, mientras que los portugueses
    exportaron gaitas, panderos, sonajas, etc., incluso algún gaiteiro y tamborileiro cuyo
    cometido era atraer al gentío:
    113
    Pérez-Pardo, JP./El verbo de José de Anchieta en los pentagramas de Heitor Villa-Lobos
    El escrito misionero como mediación intercultural de carácter multidisciplinar.
    Mutatis Mutandis. Vol 8, No 1. 2015, pp. 110-126
    […] os meninos portugueses aprenderam, ao modo dos Índios, a tocar maracás e taquaras. O efeito
    seria maior se tocassem instrumentos de música popular portuguesa; e pediram-se de Portugal
    flautas, gaitas, nésperas, ferrinhos, pandeiros e soalhas e até algum <>,
    com os quais Nóbrega atrairia mais fácilmente o gentío (Leite, 1965).
    En otra de sus obras, concretamente Artes e Ofícios dos jesuitas no Brasil, el mismo S.
    Leite explica que os cinco Padres e Irmãos companheiros de Nóbrega eram cantores (Leite,
    1953). Uno de estos hermanos era el P. Salvador Rodrigues (1515-1553), músico y
    cantor, a quien se le encargó musicalizar las oraciones para que “a través del canto
    pudiesen entrar en el alma las cosas del cielo”. Así lo relata en su Chronica Simão de
    Vasconcelos (1597-1671), uno de los primeros historiadores de la América portuguesa
    que Leite cita en su obra:

    Chegou a ser opinião de Nóbrega que era um dos meios, com que podia converter-se a gentilidade
    do Brasil, a doce harmonia do canto ; e por esta causa ordenou se lhe pusessem em solfa as orações
    e documentos mais necesarios de nossa santa Fé, porque à volta da suavidade do canto entrasse em
    suas almas a inteligência das coisas do céu (Leite, 1953).
    Leite menciona también a otros músicos jesuitas, entre los que se encuentra el hermano
    António Rodrigues (1516-1568), mestre de canto e de flauta, cuyos coros llegaron a crear
    escuela; o el hermano Leonardo Nunes (†ca.1554), cantor e músico, que junto a Nóbrega
    llega a Brasil en la primera expedición, en 1549. Pero resulta extraño que en esta
    relación sobre las artes y oficios de los jesuitas en Brasil, Leite tan solo asignase a José de
    Anchieta dos ocupaciones: enfermeiro y alparcateiro, obviando tanto su labor de pedagogo
    como los servicios que prestó a la comunidad indígena y a sus propios hermanos, más
    aún si tenemos en cuenta que Leite era conocedor de toda esa rica relación epistolar que
    Anchieta mantuvo con sus hermanos de Coimbra, con Ignacio de Loyola, Francisco de
    Borja (1510-1572), Felipe II (1527-1598), y muchos otros de sus contemporáneos
    europeos.

    Precisamente en una de las cartas que escribe a Ignacio de Loyola a finales de
    agosto de 1554, es el propio Anchieta quien hace un relato sobre la importancia que
    tiene la labor de adoctrinar a las crianzas, a las que enseña música, y a leer y escribir:
    nosso principal fundamento está na doctrina das crianzas, às quais lhes ensino a ler, escrever e
    cantar (Anchieta, 1984). Simão de Vasconcelos que escribe ya en 1672 la Vida do
    Veneravel Padre Ioseph de Anchieta, en su página 164 nos ha dejado un valioso testimonio
    en el que nos cuenta que los nuevos cristianos son aficionadísimos a la música por lo que
    pasan días y noches aprendiéndola, e incluso son diestros con los instrumentos
    musicales, que utilizan en fiestas, oficios divinos y procesiones

    La importancia que la música tiene para Anchieta queda también reflejada en su obra:
    tanto en las piezas de teatro que escribió como en los poemas que compuso para ser
    cantados. Todo ello envuelto en un sincretismo religioso donde van de la mano danzas
    autóctonas, cantos y poesías a la Virgen compuestas en tupí. Así lo expresa el Dr.
    Salvador López Herrera al hablar de la obra del jesuita español:

    Para atraer a los indios al cristianismo componía versos en tupí. Los niños, durante las tardes, iban
    en procesión por las calles de las principales ciudades de “beira mar”, danzando el caateretê (danza
    religiosa de los tupís), cantando versos en honor de la Virgen. […] Escribió muchos dramas, en tupí,
    que él hacía representar por los niños indios (López Herrera, 1954).

    Por su parte, José María Fornell, que ha estudiado a fondo la vida y obra de José de
    Anchieta, añade que se trataba de niños de seis o siete años, adornados de pies a cabeza con
    plumas multicolores, con cascabeles en los brazos y en las piernas, cubiertos de collares y
    brazaletes, bailaban y cantaban con ritmo perfecto (Fornell, 1988). La mayor parte de los
    autos anchietanos fueron escritos en varios idiomas –característica también del teatro
    de Gil Vicente (1470-1536)– y en ellos la música juega un papel importante: versos
    donde se entona alguna cantiga, se mencionan los instrumentos musicales y se
    describen finales apoteósicos con procesiones y danzas.

    Si tomamos como ejemplo uno de sus autos, Na festa de São Lourenço, que fue
    representado –según indica el propio Anchieta en el prólogo de su obra– en la aldea
    brasileña de São Lourenço dos Índios (hoy Niterói en el estado de Río de Janeiro) el
    10 de agosto de 1587, se ponen de manifiesto algunas de las características del teatro
    anchietano, como lo es en este caso la vinculación del auto con la celebración de la
    fiesta del santo; o la disposición de su estructura en tres o cinco actos; el haber sido
    escrito en varios idiomas; o su evidente carácter didáctico y religioso. En sus
    acotaciones, el propio Anchieta anota la fecha y el lugar de la representación, los
    escenarios concretos, los personajes que lo componen, el tema, su estructura en cinco
    actos y las lenguas en que está escrito:

    Pérez-Pardo, JP./El verbo de José de Anchieta en los pentagramas de Heitor Villa-Lobos
    El escrito misionero como mediación intercultural de carácter multidisciplinar.

    Mutatis Mutandis. Vol 8, No 1. 2015, pp. 110-126

    ATOS: I - Cena do martirio de S. Lourenço, cantada.

    II - Diálogo entre diabos y santos, com cantiga final.
    III - Diálogo com os Imperadores.
    IV - Sermões do Amor e Temor de Deus e Despedida.
    V - Dança dos meninos indios.

    LINGUAS: Tupi, portuguesa e castelhana. (Anchieta, 1977).
    Debió de ser todo un espectáculo en aquella época el poder asistir a una de estas
    representaciones audiovisuales al aire libre, con sus diálogos, música, danza e
    indumentaria, y rodeados de exuberantes paisajes naturales que pasaban a formar parte
    del escenario. Al respecto suscribimos las palabras del Prof. Antonio Bueno, uno de los
    mejores conocedores del teatro misionero en América:
    Quien […] ha conocido América en su estado más puro, ha descubierto sin lugar a dudas un teatro,
    una escena en la naturaleza donde las montañas, los ríos, los bosques y los cielos conforman el
    decorado más espectacular en el que representar la historia más auténtica. Los atavíos de las gentes,
    danzando al son de su música, conformarían el resto del espectáculo (Bueno, 2012).

    Anchieta escribe una docena de Autos que nacen de la necesidad de catequizar a los
    naturales, y que junto a sus primeros poemas serán el germen de la incipiente literatura
    brasileña. Su extensa obra fue compuesta en varias lenguas: latín, español (su lengua
    materna), portugués (lengua de colonización) y la llamada lengua general o lengua
    más hablada en la costa de Brasil (língua geral ou língua mais usada na costa do Brasil).

    Además de su producción teatral y de su Grammatica, encontramos textos en prosa:
    fragmentos históricos, informes, sermones, cartas; poesía épica: el De Gestis Mendi de
    Saa, al que magistralmente hace referencia en este monográfico el Prof. Miguel Ángel
    Vega; poesía elegíaca cristiana: su poema De Beata Virgine Dei Matre Maria, del que
    hablaremos a continuación, y poesía varia escrita en latín, portugués, tupí y castellano.
    Anchieta es –según han definido los diferentes estudiosos de su obra– el principal
    representante del barroco jesuítico brasileño de la segunda mitad del siglo XVI, y está
    considerado padre de la literatura brasileña.

    Anchieta y Villa-Lobos, o la historia de un fructífero encuentro
    Las cartas de José de Anchieta, además de un gran tesoro, son una fuente inagotable
    de conocimiento, y gracias a ellas podemos obtener información de primera mano
    sobre la labor que la Compañía de Jesús desarrollaba en Brasil, conocer los usos y
    costumbres de las diferentes comunidades indígenas, la vegetación del país, el paisaje,
    etc.; pero también nos abren una puerta por la que entramos directamente en la
    historia temprana del Brasil. Precisamente debido a la carta escrita el 8 de enero de
    1565 que dirige al P. Diego Lainez en Roma, sabemos del papel pacificador que
    jugaron Anchieta y Nóbrega ante la sublevación que protagonizaron los indios
    tamoyos (aliados de las tropas francesas calvinistas) y que se extendió hasta las tribus
    de los tupís. Tras la revuelta y los sucesivos intentos para llegar a un acuerdo, Anchieta
    quedó como rehén de los tamoyos durante casi cinco largos meses.

    Durante su
    cautiverio en Iperuí y debido a una promesa que hace a la Virgen, escribe en la arena de la playa su poema De Beata Virgine Dei Matre Maria, que va grabando en su memoria
    para más tarde poner por escrito en São Vicente hacia 1563, siendo publicado en
    Lisboa un siglo después. El poema es conocido también como Vida de Nuestra Señora,
    ya que relata toda la existencia de la Virgen, desde su nacimiento hasta su muerte. Al
    final del poema (versos 5780 a 5784) encontramos una dedicatoria expresa del autor en
    la que manifiesta haber cumplido su promesa (traducción de J. M. Fornell):
    Aquí tienes, Madre Santísima, los versos que te prometí en otro tiempo, rodeado de enemigos
    feroces. Cuando mi presencia amansaba a los fuertes tamoyos, y negociaba, inerme, las paces. Tu
    gracia me animó con cariño materno, protegiendo mi cuerpo y mi alma. Muchas veces deseé,
    movido por Dios, padecer tormentos y dura cárcel con muerte cruenta (Anchieta, 1987).

    Este extensísimo poema escrito en latín se compone de 5786 versos (2893 dísticos)
    distribuidos en cinco Libros, que a su vez se subdividen en doce Cantos y estos en
    episodios. El dístico elegíaco o estrofa de dos versos –un hexámetro seguido de un
    pentámetro– era una composición usual en la lírica griega y latina (Ovidio en su poesía
    amorosa) y es, en palabras de Fornell, más apto para la meditación y el sentimiento
    subjetivo. Anchieta toma parte en la acción y dialoga con la protagonista: encontramos
    en el poema rasgos autoriales que nos hablan de su bautismo, infancia y juventud, así
    como de su entrada en la Compañía de Jesús o de la cabaña-colegio de Piratininga que
    compara con el establo donde nació Jesús; también está presente su aversión a quienes
    niegan la virginidad de Maria, como Helvidio o Calvino a quien llama “monstruo del
    infierno”. El Libro Primero contiene: Nacimiento e Infancia de María y su Vida en el
    Templo (tras el Exordio de 24 versos, Canto 1º, vv. 25 a 554 y Canto 2º, vv. 555 a
    988). El Libro Segundo: la Encarnación del Verbo en María (Canto 3º, vv. 989 a 1549
    y Canto 4º, vv. 1550 a 2069). El Libro Tercero: Manifestación de Cristo por María
    (Canto 5º, vv. 2070 a 2444; Canto 6º, vv. 2445 a 3044 y Canto 7º, vv. 3045 a 3289). El
    Libro Cuarto: Infancia de Jesús con María (Canto 8º, vv. 3290 a 3830 y Canto 9º, vv.
    3831 a 4365). El Quinto y último Libro: Pasión y Gloria de Jesús y María (Canto 10º,
    vv. 4366 a 4714; Canto 11º, vv. 4715 a 5119 y Canto 12º, vv. 5120 a 5786).

    Es uno de los poemas más importantes de Anchieta y el elegido por el compositor
    brasileño Heitor Villa-Lobos (1887-1959) para musicalizar algunos de sus versos e
    integrarlos en la que será su 10ª Sinfonía “Amerindia”, a la que nos referiremos a
    continuación, no sin antes hacer un pequeño resumen de la vida y obra del que hoy es
    considerado el compositor más importante de Brasil.
    Heitor Villa-Lobos nace en Río de Janeiro el 5 de marzo de 1887. Siendo niño ya
    mostraba buenas dotes para la música, su padre le enseñó a tocar violonchelo y
    clarinete, además de proporcionarle las primeras nociones de teoría musical y asistir
    con él a ensayos, conciertos y óperas. Le gustaba interpretar al piano y especialmente a
    la guitarra, instrumento al que improvisaba asiduamente.

    Desde temprana edad sintió gran admiración por Bach (1685-1750), lo que le llevó a
    escribir sus ya conocidas Bachianas brasileiras, composición que representa una valiosa
    experiencia de yuxtaposición de ciertos ambientes armónicos contrapuntísticos de algunas regiones
    del Brasil al estilo de Bach (Mariz, 1987). Era gran conocedor y admirador tanto de la
    música popular como folclórica del Brasil, lo que ha quedado patente en sus
    composiciones a lo largo de toda su carrera. Al respecto, su amigo, el director de
    orquesta y teórico musical Leopold Stokowsky (1882-1977), dijo de él que fue uno de los
    más grandes compositores del siglo XX porque supo expresar, a través de su música, la inmensa
    variedad de vida de su país natal, el Brasil.

    En 1923 y gracias a la ayuda económica que le consiguió su amigo Arthur Rubinstein
    (1887-1982) y el aporte de un pequeño estipendio que le proporcionó el gobierno de su
    país, viaja por Europa y llega a establecerse durante un largo tiempo en París. Allí
    conoce a músicos como Ravel (1875-1937), D’Indy (1851-1931), Edgar Varèse (1883-
    1965) o Manuel de Falla (1876-1946). Viaja también a España y entabla amistad con
    Andrés Segovia (1893-1987), para el que compone algunas piezas guitarrísticas, y con
    Pau Casals (1876-1973), al que dedicará la primera de sus suites escrita para ocho
    violonchelos. Conoce la obra de Federico García Lorca (1898-1936) e influye en él de
    tal manera que en el futuro una de sus óperas llevará por título Yerma. Viajó también
    hasta Japón y los Estados Unidos de Norteamérica donde dirigió, a petición de
    Stokowsky, la Orquesta Sinfónica de Nueva York, ciudad en cuya universidad será
    nombrado en 1958 Doctor Honoris Causa.

    Además de su labor como compositor y director de orquesta, Villa-Lobos investiga
    constantemente en el folclore de su país, lo que probablemente le llevó a afirmar que el
    aprendizaje de la armonía era el mapa de su querido Brasil. Otra de sus pasiones fue la pedagogía
    musical, consecuencia de ello fue la organización y dirección en 1931 de la
    Superintendencia de Educación Musical y Artística, que en 1942 acaba siendo el
    Conservatorio Nacional de Canto Orfeónico, después conocido como Instituto Villa-Lobos.


    La producción musical de Villa-Lobos es ingente, siendo autor de más de setecientas
    obras, a caballo entre el modernismo musical europeo y el lenguaje popular de la música brasileña. Escribió piezas para piano, violonchelo, guitarra; conciertos para
    diversos instrumentos y orquesta; merecen ser destacados sus famosos Choros (género
    musical netamente brasileño); compuso nueve Bachianas brasileiras; escribió 12
    sinfonías y algunos poemas sinfónicos; canciones y danzas; y en música vocal escribió
    oratorios, cuatro óperas y diversas piezas corales, además de música incidental. La
    décima sinfonía, a la que a continuación haremos referencia, sería su trabajo número
    701 de las 727 obras que conforman el gran catálogo del compositor.

    En 1954 se celebraron los 400 años de la fundación de la ciudad de Sao Paulo, y para
    conmemorar esta efeméride la Comisión del Cuarto Centenario de esa ciudad encargó
    a Villa-Lobos la creación de una obra musical. El compositor accede y trabaja en la
    que será su 10ª Sinfonía Amerindia com córos, escrita para tenor, barítono, bajo, coro
    mixto y orquesta. La extensa partitura de 294 páginas está fechada en Río de Janeiro
    en el año 1952 y su estreno fue en París en 1957, a cargo de la Orquesta y Coros de la
    Radio Televisión Francesa que dirigió el propio Heitor Villa-Lobos. Unos meses
    después tuvo lugar el estreno en São Paulo en ese mismo año de 1957.

    La Sinfonía “Amerindia” es un relato alegórico, histórico y religioso de la ciudad de
    São Paulo, en clara referencia a la entrada de los jesuitas en las costas de Brasil,
    concretamente la llegada de José de Anchieta a la comarca de Piratininga el 25 de
    enero de 1554, quien como ya dijimos dio el nombre de São Paulo a lo que entonces
    era una rudimentaria cabaña-iglesia-escuela levantada para catequizar a los nativos.

    La obra está dedicada “A’ Mindinha”, apodo cariñoso que Villa-Lobos dio a su
    segunda mujer, Arminda Neves d’Almeida –su primera mujer fue Lucilia Guimaraes,
    pianista brasileña de gran fama–. Mindinha acompañó a Villa-Lobos hasta el día de su
    muerte, y desde 1960 se convirtió en la directora del museo que lleva el nombre del
    compositor. Más de 50 de sus obras están dedicadas a Mindinha.

    Además del título “Amerindia”, la décima sinfonía lleva el subtítulo “Sumé Pater
    Patrium”. El término <> es entonado de forma repetitiva por el
    coro mixto, el bajo y el barítono, justo en el cuarto movimiento de la sinfonía antes de
    que haga su aparición la voz del propio Anchieta, a quien el compositor a dado un

    papel protagonista en su obra como más adelante veremos. Al respecto del término
    Sumé, los dos estudiosos de la obra anchietana, González y Hernández, han afirmado
    lo siguiente:
    Otro concepto era <> identificado con <>, el héroe cultural a quien se le
    invocaba como inventor de la agricultura. Los misioneros asocian, aprovechando la semejanza
    entre ambos nombres, a <> con Santo Tomás (<> en portugués), el apóstol que
    supuestamente introdujo el cristianismo en las poblaciones nativas (González y Hernández, 1999).
    Amerindia, ¿pertenece al género musical de la sinfonía?, ¿es una cantata?, ¿se trata de
    un oratorio? Villa-Lobos hace referencia a todas estas formas y precisamente por ello
    parece difícil determinar a qué género concreto pertenece la obra. Podemos afirmar
    que se trata de una sinfonía ya que es una obra orquestal que mantiene la estructura
    clásica de este género en este caso con cinco movimientos; otra característica tipo es la
    duración de la pieza que con sus cinco movimientos llega casi a ser de setenta minutos.
    Lo que sí podría parecer ajeno a la sinfonía sería el reiterativo y gran protagonismo de
    sus coros y de las voces solistas que la integran, pero ¿acaso Beethoven (1770-1827) no
    escribió su novena sinfonía para ser interpretada por orquesta, solistas y coro mixto?
    Esta misma técnica la encontramos también en algunas de las sinfonías de Gustav
    Mahler (1860-1911), quien apuesta igualmente por la unión de estas dos formas.
    Tras el título de la sinfonía, y escrito entre paréntesis, figura el término Oratorio. El
    compositor y teórico musical Joaquín Zamacois (1894-1976) nos recuerda el origen de
    esta forma musical y cuáles son sus características:

    El vocablo Oratorio se adoptó como título de una composición, porque las primeras que lo llevaron
    estaban escritas para la “Congregación del Oratorio”, fundada en Roma por San Felipe Neri. Los
    Oratorios empezaron siendo Laudos espirituales e Himnos, en los cuales se parafraseaban temas
    bíblicos (Zamacois, 1997).

    Tres son las características importantes que definen al oratorio: a) El Oratorio es el
    desarrollo musical de un texto literario sobre tema generalmente religioso, más no litúrgico, y en
    consecuencia no apto para el culto eclesiástico. Es el caso de la Sinfonía Amerindia, en la que
    sí se cumple esta premisa ya que el compositor ha empleado como texto literario parte
    del poema religioso De Beata Virgine Dei Matre Maria, el poema mariano que, como ya
    dijimos, José de Anchieta dibujó sobre la arena de la playa durante su cautiverio; b) El
    Oratorio deriva de la ópera, que es representación escénica, adoptando de ella el estilo dramático,
    el recitativo musical y la melodía acompañada, pero conservando la riqueza contrapuntística de
    la polifonía religiosa. Tanto en sus acordes como en su expresión verbal, la sinfonía de
    Villa-Lobos está impregnada de un carácter dramático, al evocar los avatares que vivió
    el Brasil en la época señalada. La variedad de instrumentos empleados así como sus
    coros y solistas hacen patente la riqueza contrapuntística de la polifonía; c) El Oratorio
    tiene como base principal grandes fragmentos corales, entre los cuales figuran, intercalados,
    recitativos que explican la acción, y a los cuales siguen arias, dúos, etc. de amplio sentido
    melódico, que la comentan y exprimen; todo ello sostenido y enriquecido por la orquesta, y a
    veces, por el órgano. Es el caso de la sinfonía Amerindia, ya que cuatro de los cinco
    movimientos de que consta la obra contienen fragmentos con coros mixtos (indios e
    indias), intercalando solistas y dúos que se ocupan de ir describiendo la acción,
    siempre acompañados de la orquesta, entre la que también incluye el compositor un
    órgano.

    La denominación “sinfonía-oratorio” ha provocado el que algunos críticos hayan
    considerado esta obra, en cuanto a la forma, como un híbrido, pero creemos que VillaLobos fue muy preciso con el título que dio a su composición: estamos ante una obra
    sinfónica, en este caso dividida en cinco movimientos (Allegro, Lento, Scherzo:
    Allegretto scherzando, Lento, Poco Allegro), en cuyo interior subyace un oratorio.
    Como ya hemos comentado, la obra se escribe para ser interpretada por las voces de
    un tenor que será “La voz de Anchieta”; un barítono o voz de un “Amerindio”; un
    bajo como “La voz de la Tierra”; el coro mixto (en ocasiones el coro femenino es
    también la voz de Anchieta); y la orquesta. Dichas voces se expresan en cuatro
    lenguas: tupí, portugués, latín y español, idioma este último en el que el compositor
    hace también alguna acotación como veremos más adelante. Villa-Lobos deja
    constancia –pensamos que de manera intencionada– de los cuatro idiomas que conocía
    y en los que se expresaba José de Anchieta.

    Ver más en


    El verbo de José de Anchieta en los pentagramas de ...

    Dialnet-ElVerboDeJoseDeAnchietaEnLosPentagramasDeHeitorVil-5015188.pdf





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    y en ese vuelo y en ese sueño
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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Maria Lua Dom 15 Mar 2020, 06:36

    Varias páginas, muchos PDF para consultas

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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Maria Lua Dom 15 Mar 2020, 13:38

    A los dos meses de su llegaba a Brasil, se le envió a San Vicente, hoy Santos, situada en el sur del país. Una tormenta hizo zozobrar su barco y mientras se arreglaba el navío, el jesuita naufragado contactó con indígenas amistosos y se dedicó a aprender su idioma.



    Em 1554, Anchieta fundó junto al padre provincial Manuel de Nóbrega una aldea misional en Piratininga, que habría de ser el germen de la ciudad más grande de Sudamérica en nuestros días. Lo que él fundó como un colegio en 1555 se convertiría en Sao Paulo, que actualmente supera los 20 millones de habitantes.



    En el colegio Anchieta enseñaba gramática tanto a los hijos de los portugueses como a los nativos.

    El primer filólogo guaraní
    Anchieta aprendió rápidamente el tupí-guaraní hablado por los indios. En filología tupí fue el primero en casi todo.

    Él escribió:

    - la primera gramática de la lengua tupí
    - el primer diccionario de lengua tupí
    - el primer catecismo en lengua tupí (hay quien lo considera el primer catecismo cristiano escrito en una lengua nativa del continente americano, aunque otros dirían que ese honor corresponde al catecismo en español, quechua y aymara de 1584 en Lima).

    Él, que ya escribía poesía y teatro en portugués y latín no tuvo problemas para usar el tupí-guaraní en estos géneros... y también en canciones y sermones.

    Naturalista, escritor médico...
    Ya con una salud más estable, Anchieta es incansable. Estudia todo lo relacionado con las plantas y la fauna de la región, e incluso aprende a usar con éxito la medicina natural practicada por los indígenas.



    Se le considera el primer autor de literatura médica en Brasil, por sus extraordinarias descripciones de enfermedades y técnicas indígenas de curar.

    También enseñó a los nativos a fabricar casas de adobe y a obtener fibras textiles de los cardos con las que fabricar alpargatas.







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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Maria Lua Dom 15 Mar 2020, 13:42



    "Ave Maria" en Tupi~ Padre JOSÉ DE ANCHIETA~ Brazilian /Portuguese Renaissance Music (S. XVI)


    "Ave Maria" transcrito en Tupi por el Padre JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597, Portugal-Brasil, Siglo XVI).

    José de Anchieta era hijo de Juan de Anchieta Zelayaran (natural de Urrestilla, barrio de Azpeitia (Guipúzcoa), primo de San Ignacio de Loyola) y de Mencía Díaz de Clavijo y Llerena, descendiente por línea materna de la nobleza canaria, pero al mismo tiempo hija de judío converso.

    Nació José de Anchieta en la ciudad tinerfeña de La Laguna el 19 de marzo de 1534. Fue bautizado el 7 de abril de 1534 en la Parroquia de Nuestra Señora de los Remedios (actual Catedral de San Cristóbal de La Laguna). Desde pequeño había mostrado una gran facilidad para realizar labores en el campo y en la vida cotidiana.

    En 1548, a la edad de 13 años, partió junto con su hermano Baltasar con destino a Coimbra, en Portugal, con objeto de cursar estudios religiosos en la célebre universidad de aquella ciudad. José se convirtió poco a poco en un distinguido alumno, gran amante de la poesía y de la buena prosa. Componía versos latinos, castellanos y portugueses con extrema facilidad, tal que lo llamaban el "Canario de Coimbra".

    Unos meses antes de su partida, José había tenido un golpe casual en la columna vertebral, lo que le produjo una grave dolencia. Se vio, pues, obligado a dejar los estudios y abandonar la vida religiosa. Un día, buscando amparo en la Catedral de Coimbra. Entonces, ante una imagen de la Virgen, se le confirmó su vocación de misionero. Aunque el prior Padre Correira se negaba a que emprendiera el viaje, José supuso que la Virgen le mantendría en pie, haciéndole llevadera su enfermedad. Tras mucho insistir y rogar, logró que sus superiores le dejaran marchar al Brasil.
    En mayo de 1553 embarcaría, junto con cinco jesuitas, hacia Brasil. Llegarían dos meses después a Salvador de la Bahía de Todos los Santos, para luego ser trasladados a San Vicente. Su superior, padre Manuel de Nóbrega, lo acogería en la pequeña población de Piratininga.

    Según la práctica misionera de entonces, José se dispuso a aprender la lengua indígena del lugar, en este caso la lengua tupí, en la que llegaría a escribir versos e incluso obras de teatro. Un día, habiéndose adentrado en la selva, se encontró con unos indios que torturaban a un enemigo. Entonces, aplicando su conocimiento de la lengua amerindia, empezó a evangelizar a los captores hasta conseguir que soltaran a su cautivo. Con 21 años se dice que realizaba prodigios que fascinaban a los demás jesuitas, como levitar al orar ante la Virgen, o iluminarse la choza en la que se hallaba orando ante imágenes sagradas que incluso le respondían. Activo y esforzado, pese a su enfermedad contribuía personalmente a la edificación de nuevos edificios religiosos.

    Una anécdota dice que, tras la expulsión de los franceses de Guanabara, Anchieta y Manuel de Nóbrega instigaron al gobernador Mem de Sá para detener en 1559 a un refugiado hugonote llamado Jacques Le Balleur. El gobernador no dudó en condenar a muerte al hugonote, convicto de difundir sus "herejías." En 1567, Jacques Le Balleur fue llevado a Río de Janeiro para dar cumplimiento tal condena. Al negarse el verdugo a la ejecución, se dice que Anchieta estranguló al hugonote con sus propias manos. Esta historia, sin embargo, es considerada un infundio por parte de los propios hugonotes, ya que los documentos de la época se contradicen entre sí.

    Obra extraída del álbum: MIL SUSPIROS DIÓ MARIA, Sacred and secular music from the Brazilian Renaissance.
    Interpretan: CONTINENS PARADISI.
    Dirige: Thais Ohara & Marcelo Ohara.
    RICERCAR.


    Texto:
    Ave Maria,
    graça resé tynysémbae,
    nde irúnamo Jandé Jára rekóu;
    imombeúkatúpyramo ereikó
    kuňã suí. Imombe´úkatúp yrabé
    nde membyra, Jesús. Sancta
    Maria Tupãsy, eTupãmongetá
    oré iangaipábae resé, koyr irã,
    oré jekyl oré rúmebéno.
    Amém.

    Música Virreinal, Música Colonial


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    "Ser como un verso volando
    o un ciego soñando
    y en ese vuelo y en ese sueño
    compartir contigo sol y luna,
    siendo guardián en tu cielo
    y tren de tus ilusiones."
    (Hánjel)





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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Maria Lua Dom 15 Mar 2020, 13:48



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    Recomendado Re: JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597)

    Mensaje por Maria Lua Mar 31 Mar 2020, 03:39

    "Ave Maria" transcrito en Tupi por el Padre JOSÉ DE ANCHIETA (1534-1597, Portugal-Brasil, Siglo XVI).



    Ave Maria,
    graça resé tynysémbae,
    nde irúnamo Jandé Jára rekóu;
    imombeúkatúpyramo ereikó
    kuňã suí. Imombe´úkatúp yrabé
    nde membyra, Jesús. Sancta
    Maria Tupãsy, eTupãmongetá
    oré iangaipábae resé, koyr irã,
    oré jekyl oré rúmebéno.
    Amém.


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