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Rossana Arellano
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    Vicente Huidobro (1893-1948)

    Rossana Arellano
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    Vicente Huidobro (1893-1948) Empty Vicente García-Huidobro Fernández (1893-1948)

    Mensaje por Rossana Arellano Lun Abr 13, 2009 2:31 pm


    Vicente García-Huidobro Fernández
    ([Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] - Cartagena, [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]), mayormente conocido como Vicente Huidobro, fue un [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]. Creador y exponente del Creacionismo_, es considerado uno de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] (con [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] y [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo])





    EL PASO DEL RETORNO

    A RAQUEL QUE ME DIJO
    UN DÍA CUANDO Tú TE
    ALEJAS UN SOLO INSTANTE,
    EL TIEMPO Y YO LLORAMOS

    Yo soy ese que salió hace un año de su tierra
    Buscando lejanías de vida y muerte
    Su propio corazón y el corazón del mundo
    Cuando el viento silbaba entrañas
    En un crepúsculo gigante y sin recuerdos

    Guiado por mi estrella
    Con el pecho vacío
    Y los ojos clavados en la altura
    Salí hacia mi destino

    Oh mis buenos amigos
    ¿Me habéis reconocido?
    He vivido una vida que no puede vivirse
    Pero tú Poesía no me has abandonado un solo instante

    Oh mis amigos aquí estoy
    Vosotros sabéis acaso lo que yo era
    Pero nadie sabe lo que soy
    El viento me hizo viento
    La sombra me hizo sombra
    El horizonte me hizo horizonte preparado a todo

    La tarde me hizo tarde
    Y el alba me hizo alba para cantar de nuevo

    Oh poeta esos tremendos ojos
    Ese andar de alma de acero y de bondad de mármol
    Este es aquel que llegó al final del último camino
    Y que vuelve quizás con otro paso
    Hago al andar el ruido de la muerte
    Y si mis ojos os dicen
    Cuánta vida he vivido y cuánta muerte he muerto
    Ellos podrían también deciros
    Cuánta vida he muerto y cuánta muerte he vivido

    ¡Oh mis fantasmas! ¡Oh mis queridos espectros!
    La noche ha dejado noche en mis cabellos
    ¿En dónde estuve? ¿Por dónde he andado?
    ¿Pero era ausencia aquélla o era mayor presencia?

    Cuando las piedras oyen mi paso
    Sienten una ternura que les ensancha el alma
    Se hacen señas furtivas y hablan bajo:
    Allí se acerca el buen amigo
    El hombre de las distancias
    Que viene fatigado de tanta muerte al hombro
    De tanta vida en el pecho
    Y busca donde pasar la noche

    Heme aquí ante vuestros limpios ojos
    Heme aquí vestido de lejanías
    Atrás quedaron los negros nubarrones
    Los años de tinieblas en el antro olvidado
    Traigo un alma lavada por el fuego
    Vosotros me llamáis sin saber a quién llamáis
    Traigo un cristal sin sombra un corazón que no decae
    La imagen de la nada y un rostro que sonríe
    Traigo un amor muy parecido al universo
    La Poesía me despejó el camino
    Ya no hay banalidades en mi vida
    ¿Quién guió mis pasos de modo tan certero?

    Mis ojos dicen a aquellos que cayeron
    Disparad contra mí vuestros dardos
    Vengad en mí vuestras angustias
    Vengad en mí vuestros fracasos
    Yo soy invulnerable
    He tomado mi sitio en el cielo como el silencio

    Los siglos de la tierra me caen en los brazos
    Yo soy amigos el viajero sin fin
    Las alas de la enorme aventura
    Batían entre inviernos y veranos
    Mirad cómo suben estrellas en mi alma
    Desde que he expulsado las serpientes del tiempo oscurecido

    ¿Cómo podremos entendernos?
    Heme aquí de regreso de donde no se vuelve
    Compasión de las olas y piedad de los astros
    ¡Cuánto tiempo perdido! Este es el hombre de las lejanías
    El que daba vuelta las páginas de los muertos
    Sin tiempo sin espacio sin corazón sin sangre
    El que andaba de un lado para otro
    Desesperado y solo en las tinieblas
    Solo en el vacío
    Como un perro que ladra hacia el fondo de un abismo

    ¡Oh vosotros! ¡Oh mis buenos amigos!
    Los que habéis tocado mis manos
    ¿Qué habéis tocado?
    Y vosotros que habéis escuchado mi voz
    ¿Qué habéis escuchado?
    Y los que habéis contemplado mis ojos
    ¿Qué habéis contemplado?

    Lo he perdido todo y todo lo he ganado
    Y ni siquiera pido
    La parte de la vida que me corresponde
    Ni montañas de fuego ni mares cultivados
    Es tanto más lo que he ganado que lo que he perdido
    Así es el viaje al fin del mundo
    Y ésta es la corona de sangre de la gran experiencia
    La corona regalo de mi estrella
    ¿En dónde estuve en dónde estoy?

    Los árboles lloran un pájaro canta inconsolable
    Decid ¿quién es el muerto?
    El viento me solloza
    ¡Qué inquietudes me has dado!
    Algunas flores exclaman
    ¿Estás vivo aún?
    ¿Quién es el muerto entonces?
    Las aguas gimen tristemente
    ¿Quién ha muerto en estas tierras?
    Ahora sé lo que soy y lo que era
    Conozco la distancia que va del hombre a la verdad
    Conozco la palabra que aman los muertos
    Este es el que ha llorado el mundo el que ha llorado resplandores

    Las lágrimas se hinchan se dilatan
    Y empiezan a girar sobre su eje.
    Heme aquí ante vosotros
    Cómo podremos entendernos Cómo saber lo que decimos
    Hay tantos muertos que me llaman
    Allí donde la tierra pierde su ruido
    Allí donde me esperan mis queridos fantasmas
    Mis queridos espectros
    Miradme os amo tanto pero soy extranjero
    ¿Quién salió de su tierra
    Sin saber el hondor de su aventura?
    Al desplegar las alas
    Él mismo no sabía qué vuelo era su vuelo

    Vuestro tiempo y vuestro espacio
    No son mi espacio ni mí tiempo
    ¿Quién es el extranjero? ¿Reconocéis su andar?
    Es el que vuelve con un sabor de eternidad en la garganta
    Con un olor de olvido en los cabellos
    Con un sonar de venas misteriosas
    Es este que está llorando el universo
    Que sobrepasó la muerte y el rumor de la selva secreta
    Soy impalpable ahora como ciertas semillas
    Que el viento mismo que las lleva no las siente
    Oh Poesía nuestro reino empieza

    Este es aquel que durmió muchas veces
    Allí donde hay que estar alerta
    Donde las rocas prohíben la palabra
    Allí donde se confunde la muerte con el canto del mar
    Ahora vengo a saber que fui a buscar las llaves
    He aquí las llaves
    ¿Quién las había perdido?
    ¿Cuánto tiempo ha que se perdieron?
    Nadie encontró las llaves perdidas en el tiempo y en las brumas
    ¡Cuántos siglos perdidas!

    Al fondo de las tumbas
    Al fondo de los mares
    Al fondo del murmullo de los vientos
    Al fondo del silencio
    He aquí los signos
    ¡Cuánto tiempo olvidados!
    Pero entonces amigo ¿qué vas a decirnos?
    ¿Quién ha de comprenderte? ¿De dónde vienes?
    ¿En dónde estabas? ¿En qué alturas en qué profundidades?
    Andaba por la Historia del brazo con la muerte

    Oh hermano, nada voy a decirte
    Cuando hayas tocado lo que nadie puede tocar
    Más que el árbol te gustará callar.
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    Vicente Huidobro (1893-1948) Empty Re: Vicente Huidobro (1893-1948)

    Mensaje por Administrador Lun Abr 13, 2009 3:28 pm

    FANTASTICO ROSS, gracias por el valioso aporte y por poner el hombre a éste forito de amigos.-
    Liliana Aiello
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    Vicente Huidobro (1893-1948) Empty Re: Vicente Huidobro (1893-1948)

    Mensaje por Liliana Aiello Lun Abr 13, 2009 9:09 pm

    Excelente poema, gracias por subirlo... besosssssssssssss

    LILI
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    Vicente Huidobro (1893-1948) Empty Re: Vicente Huidobro (1893-1948)

    Mensaje por Ignacio Bellido Sáb Abr 25, 2009 10:53 am

    Para mi el más grande poeta de Chile y uno de los más grandes de la poesía
    en castellano de todos los tiempos.
    Su obra "Altazor" marca todas las cumbres,Es un libro que tengo siempre a mi lado.
    Gracias mil
    Ignacio Bellido
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    Vicente Huidobro (1893-1948) Empty Re: Vicente Huidobro (1893-1948)

    Mensaje por Evangelina Valdez Mar Ene 29, 2013 10:29 pm

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    "PARA LLORAR"

    Es para llorar que buscamos nuestros ojos
    Para sostener nuestras lágrimas allá arriba
    En sus sobres nutridos de nuestros fantasmas
    Es para llorar que apuntamos los fusiles sobre el día
    Y sobre nuestra memoria de carne
    Es para llorar que apreciamos nuestros huesos y a la muerte sentada junto a la novia
    Escondemos nuestra voz de todas las noches
    Porque acarreamos la desgracia
    Escondemos nuestras miradas bajo las alas de las piedras
    Respiramos más suavemente que el cielo en el molino
    Tenemos miedo

    Nuestro cuerpo cruje en el silencio
    Como el esqueleto en el aniversario de su muerte
    Es para llorar que buscamos palabras en el corazón
    En el fondo del viento que hincha nuestro pecho
    En el milagro del viento lleno de nuestras palabras

    La muerte está atornillada a la vida
    Los astros se alejan en el infinito y los barcos en el mar
    Las voces se alejan en el aire vuelto hacia la nada
    Los rostros se alejan entre los pinos de la memoria
    Y cuando el vacío está vacío bajo el aspecto irreparable
    El viento abre los ojos de los ciegos
    Es para llorar para llorar

    Nadie comprende nuestros signos y gestos de largas raíces
    Nadie comprende la paloma encerrada en nuestras palabras
    Paloma de nube y de noche
    De nube en nube y de noche en noche
    Esperamos en la puerta el regreso de un suspiro
    Miramos ese hueco en el aire en que se mueven los que aún no han nacido

    Ese hueco en que quedaron las miradas de los ciegos estatuarios
    Es para poder llorar es para poder llorar
    Porque las lagrimas deben llover sobre las mejillas de la tarde

    Es para llorar que la vida es tan corta
    Es para llorar que la vida es tan larga

    El alma salta de nuestro cuerpo
    Bebemos en la fuente que hace ver los ojos ausentes
    La noche llega con sus corderos y sus selvas intraducibles
    La noche llega a paso de montaña
    Sobre el piano donde el árbol brota
    Con sus mercancías y sus signos amargos
    Con sus misterios que quisiera enterrar en el cielo
    La ciudad cae en el saco de la noche
    Desvestida de gloria y de prodigios
    El mar abre y cierra su puerta
    Es para llorar para llorar
    Porque nuestras lágrimas no deben separarse del buen camino

    Es para llorar que buscamos la cuna de la luz
    Y la cabellera ardiente de la dicha
    Es la noche de la nadadora que sabe transformarse en fantasma
    Es para llorar que abandonamos los campos de las simientes
    En donde el árbol viejo canta bajo la tempestad como la estatua del mañana

    Es para llorar que abrimos la mente a los climas de impaciencia
    Y que no apagamos el fuego del cerebro

    Es para llorar que la muerte es tan rápida
    Es para llorar que la muerte es tan lenta

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    Vicente Huidobro (1893-1948) Empty Re: Vicente Huidobro (1893-1948)

    Mensaje por Evangelina Valdez Mar Ene 29, 2013 10:35 pm

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    "SEÑORA"

    Señora hay demasiados pájaros
    En vuestro piano
    Que atrae el otoño sobre una selva
    Espesa de nervios palpitantes y libélulas

    Los árboles en arpegios insospechados
    A veces pierden la orientación del globo

    Señora lo soporto todo. Sin cloroformo
    Desciendo al fondo del alba
    El ruiseñor rey de setiembre me informa
    Que la noche se deja caer entre la lluvia
    Burlando la vigilancia de vuestras miradas
    Y que una voz canta lejos de la vida
    Para sostener el espacio desclavado
    El espacio tan lleno de estrellas que se va a caer

    Señora a las diez huele a tabaco de artista
    Amáis el nadir a cuerpo de pájaro
    Sois un fenómeno ligero
    Me voy solitario hacia el ocaso de los turistas
    Es mucho más bello

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    Vicente Huidobro (1893-1948) Empty Re: Vicente Huidobro (1893-1948)

    Mensaje por Evangelina Valdez Mar Ene 29, 2013 10:54 pm

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    "ME ALEJO EN SILENCIO"

    Me alejo en silencio como una cinta de seda
    Paseante de arroyos
    Todos los días me ahogo
    En medio de plantaciones de plegarias
    Las catedrales de mis ternuras cantan a la noche bajo el agua
    Y esos cantos forman las islas del mar

    Soy el paseante
    El paseante que se parece a las cuatro estaciones

    El bello pájaro navegante
    Era como un reloj envuelto en algodón
    Antes de volar me ha dicho tu nombre

    El horizonte colonial está cubierto todo de cortinajes
    Vamos a dormir bajo el árbol parecido a la lluvia

    Pedro Casas Serra
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    Vicente Huidobro (1893-1948) Empty Vicente Huidobro (1893-1948)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Sáb Ago 01, 2015 12:33 pm

    .


    Vicente Huidobro (Santiago, 1893 - Cartagena, Chile, 1948)

    Poeta chileno fundador del Creacionismo, movimiento poético vanguardista. Fue además uno de los impulsores de la poesía de vanguardia en América Latina.

    Vicente Huidobro nació en el seno de una familia de la elite oligárquica, vinculada a la gran propiedad agrícola, a la banca y a la política. Cursó la enseñanza primaria con institutrices privadas y la secundaria en el Colegio de San Ignacio de la Compañía de Jesús. Aunque fue crítico con la enseñanza jesuítica, tomó de ella una postura elitista ante la vida.

    Desde su juventud realizó frecuentes viajes por Europa, que le valieron un profundo enriquecimiento cultural y una depuración de sus gustos estéticos. Particularmente intenso desde la experiencia intelectual fue el largo período en que residió en París, ciudad a la que llegó en 1916, en plena guerra mundial; allí conoció a Picasso, Juan Gris, Max Jacob y Joan Miró, entre otras figuras de la cultura del momento. Escribió en revistas literarias junto a poetas como Apollinaire, Réverdy, Tzara, Breton y Aragon; es decir, lo más granado de la poesía francesa del momento.

    El Creacionismo

    Al periodo parisino corresponde la fundación del Creacionismo, en la que situaba al creador artístico a la altura de un demiurgo capaz de insuflar a su creación un aliento vital tan poderoso que se podría medir, incluso, con las creaciones de la propia Naturaleza. Así, para Huidobro el artista no debía limitarse a imitar la Naturaleza (de ahí el título de su el manifiesto creacionista: Non serviam, "no serviré"), sino que debía mantener con ella una especie de competición en la que podía mostrar el vitalismo de su propia obra. Es la famosa tesis que sintetizó en la fórmula: ¿Por qué cantáis la rosa, ¡oh poetas!? / Hacedla florecer en el poema.

    Lógicamente, esta concepción llevaba aparejada la necesidad de crear nuevas imágenes -tan coloristas como animadas e sorprendentes- e, incluso, un novedoso lenguaje poético capaz de romper con todos los niveles de la lengua y generar también su propia sintaxis; de ahí que la yuxtaposición (de oraciones, vocablos o sonidos extrañamente puestos en contacto) se convirtiera en una de las características más acusadas del Creacionismo, al tiempo que las largas secuencias y enumeraciones de palabras y sintagmas contribuyeran decisivamente a dar al poema esa apariencia de objeto aleatorio, mera creación de un dios absorto en las posibilidades estéticas del material con que moldea su obra.

    Con estos presupuestos estéticos, Vicente Huidobro se presentó en Madrid en 1918, donde fundó un destacado grupo de poetas creacionistas consagrados a la elaboración de textos que seguían fielmente los postulados del ya respetado maestro chileno. Por aquel entonces ya era un poeta fecundo, que arrastraba tras sí una interesante producción literaria: seis poemarios impresos en su país natal (Ecos del alma, La gruta del silencio, Canciones en la noche, Pasando y pasando, Las pagodas ocultas y Adán), uno aparecido en Buenos Aires (El espejo de agua) y otro publicado en París (Horizon Carré). A ellos se añadirían pronto cuatro nuevos poemarios (Poemas árticos, Ecuatorial, Tour Eiffel y Hallali).

    Entre el 16 de mayo y el 2 de junio de 1922, Vicente Huidobro presentó una exposición de trece poemas en forma de caligramas en el Teatro Eduardo VII de París. En el catálogo de la exposición estaba su retrato dibujado por Pablo Picasso y una crítica elogiosa de sus poemas escrita por el español Gerardo Diego. Su aceptación en París fue un éxito personal y de Chile, favorecido por el hecho de que el poeta escribiera indistintamente en francés y en español.

    Regresó por un largo período a Chile en 1925. Desde su llegada inició una intensa actividad literaria y política, con la fundación de la revista La Reforma y sus numerosas colaboraciones en Andamios, Panorama y Ariel. En el terreno político fundó un diario, Acción, desde el que defendía sus ideas contrarias al militarismo. Candidato a presidente, fracasó estrepitosamente en los comicios de 1925, lo que le causó no poca amargura.

    Altazor

    Alrededor de 1930 fue cuando dio los toques finales a sus dos obras cumbres, dos poemarios que, desde el momento mismo de su aparición estaban llamados a situarse en los puestos cimeros de la literatura universal. Por aquel entonces, Huidobro estaba en el apogeo de su fama, y gozaba del éxito obtenido por su novela fílmica Mío Cid Campeador (1929), en la que el propio poeta -que alardeaba de ser descendiente de Rodrigo Díaz de Vivar- identificaba su relación amorosa con Ximena Amunátegui como una reencarnación moderna de la pareja formada por El Cid y Doña Jimena.

    La peripecia que había dado lugar a esta unión no puede ser más rocambolesca: en 1925, coincidiendo con su regreso a Chile y su fracaso en el intento de tomar parte activa en la política de su país, el gran poeta había conocido a Ximena, una joven estudiante de quince años de edad, por la que abandonó a su mujer (con la que llevaba casado más de quince años) y a sus hijos. Ximena no sólo era menor de edad, sino hija de un poderoso prócer chileno, quien se opuso tajantemente a su unión con el poeta. Huidobro marchó entonces a París, cerró la casa de Montmartre donde había residido con su familia, y se trasladó a Nueva York, donde cosechó algún éxito como escritor de guiones cinematográficos.

    Pero en 1928, cuando Ximena Amunátegui acababa de alcanzar la mayoría de edad, el poeta viajó a Chile, la raptó a la salida del Liceo y se marchó de nuevo a París, en donde la feliz pareja se instaló en el barrio de Montparnasse. Fueron aquellos unos años de plenitud amorosa y creativa para el poeta, quien, después del mencionado éxito de su versión del Cid, decidió retomar un largo y ambicioso proyecto en el que había empezado a trabajar diez años antes. Se trata de Altazor o el viaje en paracaídas, un poema mayor en siete cantos que narra la caída del hombre y el encuentro con la mujer, con la poesía. Junto con Temblor de cielo (acabado también por aquellas fechas), es la obra cumbre del Creacionismo y el mayor legado de Huidobro a la poesía.

    Después de que las corrientes estéticas hayan virado por centenares de derrotas diferentes, el valor poético de Altazor y Temblor de cielo sigue siendo incalculable. Bien es cierto que una parte de la crítica sólo ve en Huidobro una especie de ingenioso prestidigitador que juega con las palabras como si de objetos malabares se tratasen, sin conseguir dar a sus composiciones sentido alguno; pero la mayoría de los estudiosos del fenómeno poético aún se deslumbra con las imágenes, la vivacidad, la invención y la heterodoxia inconformista y novedosa de este gran rebelde de las letras hispanas, quien supo mantener su vigor creacionista hasta en el epitafio que dejó escrito para su lápida: "Abrid esta tumba: al fondo se ve el mar".

    En 1933 Huidobro retornó de nuevo a su país. En esta ocasión volvió a desplegar una energía incansable fundando revistas tales como Pro, Vital, Primero de Mayo y Total. El año 1934 fue particularmente fecundo, pues publicó Cagliostro, a la que definió como novela-filme y que recibió un premio en un concurso de guiones celebrado en Hollywood, y La próxima historia que pasó en poco tiempo más, novela futuróloga en la que reflexionaba sobre la sociedad tecnocratizada que ya se estaba vislumbrando. En Papá o El diario de Alicia Mir introdujo referencias autobiográficas y En la luna, guiñol en cuatro actos y trece cuadros, una clara intencionalidad política.

    Entre 1935 y 1938 Huidobro polemizó con Pablo Neruda y estuvo en España durante la Guerra Civil. Regresó a Chile en 1938, donde continuó su incansable labor creadora publicando ese mismo año la novela Sátiro o El poder de las palabras. Se trata de una novela de gran penetración psicológica. Junto con otros autores como Braulio Arenas y Fernando Alegría colaboró en Multitud; recopiló antiguos poemas dispersos de 1923 en Ver y palpar y El ciudadano del olvido, ambos libros dados a conocer en 1941 y considerados como obras fundamentales en su creación poética.

    A finales de la Segunda Guerra Mundial regresó a Europa, para alistarse con el ejército francés con el que participó en las últimas batallas y obtuvo el grado de capitán. Entonces su figura comenzaba a ser una leyenda en Chile, donde en 1945 se publicó una Antología. Su experiencia bélica le dejó una herida que no llegó nunca a curar y que lo condujo a la muerte cuando estaba de vuelta en su país natal, falleciendo a orillas del mar en Cartagena el 2 de enero de 1948.

    Su hija Manuela se preocupó de sacar a la luz las últimas creaciones de su padre en el mismo año de su muerte publicando Últimos poemas. Siguieron diversas ediciones y reediciones de sus obras; todavía en 1993 José A. de la Fuente editaba Vicente Huidobro: Textos inéditos y dispersos.

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    POEMAS:


    Que el verso sea como una llave
    Que abra mil puertas.
    Una hoja cae; algo pasa volando;
    Cuanto miren los ojos creado sea
    Y el alma del oyente quede temblando.
    Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
    El adjetivo, cuando no da vida, mata.
    Estamos en el ciclo de los nervios.
    El músculo cuelga,
    Como recuerdo, en los museos;
    Más no por eso tenemos fuerza;
    El vigor verdadero
    Reside en la cabeza.
    ¡Por qué cantais la rosa, oh Poetas!
    Hacedla florecer en el poema;
    Sólo para nosotros
    Viven todas las cosas bajo el Sol.
    El poeta es un pequeño Dios.


    ÉRAMOS LOS ELEGIDOS DEL SOL

    Éramos los elegidos del sol
    Y no nos dimos cuenta
    Fuimos los elegidos de la más alta estrella
    Y no supimos responder a su regalo
    Angustia de impotencia
    El agua nos amaba
    La tierra nos amaba
    Las selvas eran nuestras
    El éxtasis era nuestro espacio propio
    Tu mirada era el universo frente a frente
    Tu belleza era el sonido del amanecer
    La primavera amada por los árboles
    Ahora somos una tristeza contagiosa
    Una muerte antes de tiempo
    El alma que no sabe en qué sitio se encuentra
    El invierno en los huesos sin un relámpago
    Y todo esto porque tú no supiste lo que es la eternidad
    Ni comprendiste el alma de mi alma en su barco de tinieblas
    En su trono de águila herida de infinito


    PASIÓN Y MUERTE

    Señor, hoy es el aniversario de tu muerte.
    Hace mil novecientos veintiséis años que tú estabas en una cruz
    Sobre una colina llena de gente.
    Entre el cielo y la tierra tus ojos eran toda la luz.
    Gota a gota sangraste sobre la historia.
    Desde entonces un arroyo rojo atraviesa los siglos regando nuestra memoria.

    Las horas se pasaron ante el umbral extrahumano.
    El tiempo quedó clavado con tus pies y tus manos.

    Aquellos martillazos resuenan todavía,
    Como si alguien alarma a las puertas de la vida.

    Señor, perdóname si te hablo en un lenguaje profano,
    Mas no podría hablarte de otro modo pues soy esencialmente pagano.

    Por si acaso eres Dios vengo a pedirte una cosa
    En olas rimadas con fatigas de prosa.

    Hay en el mundo una mujer, acaso la más triste, sin duda la más bella,
    Protégela Señor, sin vacilar; es ella.

    Y si eres realmente Dios y puedes más que mi amor,
    Ayúdame a cuidarla de todos los peligros, Señor.

    Señor, te estoy mirando con los brazos abiertos.
    Quisieras estrechar todos los hombres y todo el universo.

    Señor, cuando doblaste tu cabeza sobre la eternidad
    Las gentes no sabían si era de tus ojos que brotaba la oscuridad.

    Las estrellas se fueron una a una en silencio
    Y la luna no hallaba como esconderse detrás de los cerros.

    Se rasgaron las cortinas del cielo
    Cuando pasaba tu alma al vuelo.

    Y yo sé lo que se vio detrás; no fue una estrella,
    Señor; fue la cara más bella,
    La misma que verías al momento
    Si rompieras la carne de mi pecho.

    Como tú, señor, tengo los brazo abiertos aguardándola a ella.
    Así lo he prometido y me fatigan tantos siglos de espera.

    Se me caen los brazos como aspas rotas sobre la tierra.
    ¿No podrías, Señor, adelantar la fecha?

    Señor, en la noche de tu cielo ha pasado un aerolito
    Llevándose un voto suyo y su mirada al fondo del infinito.
    Hasta el fin de los siglos seguirá rodando nuestro anhelo allí escrito.

    Señor, ahora de verdad estoy enfermo
    Una angustia insufrible me está mascando el pecho.
    Y ese aerolito me señala el camino.
    Amarro nuestras vidas en un solo destino.
    Nos ha enlazado el alma mejor que todo anillo.

    Señor, ella es débil y tenue como un ramo de sollozos.
    Mirarla es un vértigo de estrellas en el fondo de un pozo.

    Los ruiseñores del delirio cantaban en sus besos,
    Se llenaba de fiebre el tubo de los besos.

    Alguien plantó en su alma viles hierbas de duda y ya no cree en mi.
    Pruébame que eres dios y entres días de plazo llévame de aquí.

    Quiero evadirme de mi mismo.
    Mi espíritu esta ciego y rueda entre planetas llenos de cataclismos.

    Mi vida también sangra sobre la nieve,
    Como un lobo herido que hace temblar la noche cada vez que se mueve.

    Estoy crucificado sobre todas las cimas.
    Me clava el corazón una corona de espinas.

    Las lanzas de sus ojos me hieren de costado
    Y un reguero de sangre sobre el silencio te dirá que he pasado.

    Hace unos cuantos meses, Señor, abandoné mi viejo París,
    Un extraño destino me traía a sufrir en mi país.

    Hace frío, hace frío. El viento empuja sobre nuestros caminos
    Y los astros enrollan la noche girando como molinos.

    Señor, piensa en los pobres inmigrantes que vienen hacia América de oro
    Y encuentran un sepulcro en vez de cajas de tesoros.

    Ellos impregnan las olas del ritmo de sus cantares.
    La tempestad de sus almas es más horrenda que la de todos los mares.

    Míralos cómo lloran por los seres que no verán más
    Les gritan en la noche todas las cosas que dejaron atrás.

    Señor, piensa en las pobrecitas que sufren al humillar su carne,
    Las nuevas Magdalenas que hoy lloran el dolor de tu madre.

    Agazapadas al fondo de la angustia de su absurda Babel,
    Beben lentamente grandes vasos de hiel.

    Señor, piensa en las espirales de los naufragios anónimos,
    En los sueños truncados que estallan en pedazos de bólido.


    EL PASO DEL RETORNO

    A Raquel que me dijo
    un día cuando tú te
    alejas un solo instante,
    el tiempo y yo lloramos.


    Yo soy ese que salió hace un año de su tierra
    Buscando lejanías de vida y muerte
    Su propio corazón y el corazón del mundo
    Cuando el viento silbaba entrañas
    En un crepúsculo gigante y sin recuerdos
    Guiado por mi estrella
    Con el pecho vacío
    Y los ojos clavados en la altura
    Salí hacia mi destino
    Oh mis buenos amigos
    ¿Me habéis reconocido?
    He vivido una vida que no puede vivirse
    Pero tú Poesía no me has abandonado un solo instante
    Oh mis amigos aquí estoy
    Vosotros sabéis acaso lo que yo era
    Pero nadie sabe lo que soy
    El viento me hizo viento
    La sombra me hizo sombra
    El horizonte me hizo horizonte preparado a todo
    La tarde me hizo tarde
    Y el alba me hizo alba para cantar de nuevo
    Oh poeta esos tremendos ojos
    Ese andar de alma de acero y de bondad de mármol
    Este es aquel que llegó al final del último camino
    Y que vuelve quizás con otro paso
    Hago al andar el ruido de la muerte
    Y si mis ojos os dicen
    Cuánta vida he vivido y cuánta muerte he muerto
    Ellos podrían también deciros
    Cuánta vida he muerto y cuánta muerte he vivido
    ¡Oh mis fantasmas! ¡Oh mis queridos espectros!
    La noche ha dejado noche en mis cabellos
    ¿En dónde estuve? ¿Por dónde he andado?
    ¿Pero era ausencia aquélla o era mayor presencia?
    Cuando las piedras oyen mi paso
    Sienten una ternura que les ensancha el alma
    Se hacen señas furtivas y hablan bajo:
    Allí se acerca el buen amigo
    El hombre de las distancias
    Que viene fatigado de tanta muerte al hombro
    De tanta vida en el pecho
    Y busca donde pasar la noche
    Heme aquí ante vuestros limpios ojos
    Heme aquí vestido de lejanías
    Atrás quedaron los negros nubarrones
    Los años de tinieblas en el antro olvidado
    Traigo un alma lavada por el fuego
    Vosotros me llamáis sin saber a quién llamáis
    Traigo un cristal sin sombra un corazón que no decae
    La imagen de la nada y un rostro que sonríe
    Traigo un amor muy parecido al universo
    La Poesía me despejó el camino
    Ya no hay banalidades en mi vida
    ¿Quién guió mis pasos de modo tan certero?
    Mis ojos dicen a aquellos que cayeron
    Disparad contra mí vuestros dardos
    Vengad en mí vuestras angustias
    Vengad en mí vuestros fracasos
    Yo soy invulnerable
    He tomado mi sitio en el cielo como el silencio
    Los siglos de la tierra me caen en los brazos
    Yo soy amigos el viajero sin fin
    Las alas de la enorme aventura
    Batían entre inviernos y veranos
    Mirad cómo suben estrellas en mi alma
    Desde que he expulsado las serpientes del tiempo oscurecido
    ¿Cómo podremos entendernos?
    Heme aquí de regreso de donde no se vuelve
    Compasión de las olas y piedad de los astros
    ¡Cuánto tiempo perdido! Este es el hombre de las lejanías
    El que daba vuelta las páginas de los muertos
    Sin tiempo sin espacio sin corazón sin sangre
    El que andaba de un lado para otro
    Desesperado y solo en las tinieblas
    Solo en el vacío
    Como un perro que ladra hacia el fondo de un abismo
    ¡Oh vosotros! ¡Oh mis buenos amigos!
    Los que habéis tocado mis manos
    ¿Qué habéis tocado?
    Y vosotros que habéis escuchado mi voz
    ¿Qué habéis escuchado?
    Y los que habéis contemplado mis ojos
    ¿Qué habéis contemplado?
    Lo he perdido todo y todo lo he ganado
    Y ni siquiera pido
    La parte de la vida que me corresponde
    Ni montañas de fuego ni mares cultivados
    Es tanto más lo que he ganado que lo que he perdido
    Así es el viaje al fin del mundo
    Y ésta es la corona de sangre de la gran experiencia
    La corona regalo de mi estrella
    ¿En dónde estuve en dónde estoy?
    Los árboles lloran un pájaro canta inconsolable
    Decid ¿quién es el muerto?
    El viento me solloza
    ¡Qué inquietudes me has dado!
    Algunas flores exclaman
    ¿Estás vivo aún?
    ¿Quién es el muerto entonces?
    Las aguas gimen tristemente
    ¿Quién ha muerto en estas tierras?
    Ahora sé lo que soy y lo que era
    Conozco la distancia que va del hombre a la verdad
    Conozco la palabra que aman los muertos
    Este es el que ha llorado el mundo el que ha llorado resplandores
    Las lágrimas se hinchan se dilatan
    Y empiezan a girar sobre su eje.
    Heme aquí ante vosotros
    Cómo podremos entendernos Cómo saber lo que decimos
    Hay tantos muertos que me llaman
    Allí donde la tierra pierde su ruido
    Allí donde me esperan mis queridos fantasmas
    Mis queridos espectros
    Miradme os amo tanto pero soy extranjero
    ¿Quién salió de su tierra
    Sin saber el hondor de su aventura?
    Al desplegar las alas
    Él mismo no sabía qué vuelo era su vuelo
    Vuestro tiempo y vuestro espacio
    No son mi espacio ni mí tiempo
    ¿Quién es el extranjero? ¿Reconocéis su andar?
    Es el que vuelve con un sabor de eternidad en la garganta
    Con un olor de olvido en los cabellos
    Con un sonar de venas misteriosas
    Es este que está llorando el universo
    Que sobrepasó la muerte y el rumor de la selva secreta
    Soy impalpable ahora como ciertas semillas
    Que el viento mismo que las lleva no las siente
    Oh Poesía nuestro reino empieza
    Este es aquel que durmió muchas veces
    Allí donde hay que estar alerta
    Donde las rocas prohíben la palabra
    Allí donde se confunde la muerte con el canto del mar
    Ahora vengo a saber que fui a buscar las llaves
    He aquí las llaves
    ¿Quién las había perdido?
    ¿Cuánto tiempo ha que se perdieron?
    Nadie encontró las llaves perdidas en el tiempo y en las brumas
    ¡Cuántos siglos perdidas!
    Al fondo de las tumbas
    Al fondo de los mares
    Al fondo del murmullo de los vientos
    Al fondo del silencio
    He aquí los signos
    ¡Cuánto tiempo olvidados!
    Pero entonces amigo ¿qué vas a decirnos?
    ¿Quién ha de comprenderte? ¿De dónde vienes?
    ¿En dónde estabas? ¿En qué alturas en qué profundidades?
    Andaba por la Historia del brazo con la muerte
    Oh hermano, nada voy a decirte
    Cuando hayas tocado lo que nadie puede tocar
    Más que el árbol te gustará callar.


    PARA LLORAR

    Es para llorar que buscamos nuestros ojos
    Para sostener nuestras lágrimas allá arriba
    En sus sobres nutridos de nuestros fantasmas
    Es para llorar que apuntamos los fusiles sobre el día
    Y sobre nuestra memoria de carne
    Es para llorar que apreciamos nuestros huesos y a la muerte sentada junto a la novia
    Escondemos nuestra voz de todas las noches
    Porque acarreamos la desgracia
    Escondemos nuestras miradas bajo las alas de las piedras
    Respiramos más suavemente que el cielo en el molino
    Tenemos miedo

    Nuestro cuerpo cruje en el silencio
    Como el esqueleto en el aniversario de su muerte
    Es para llorar que buscamos palabras en el corazón
    En el fondo del viento que hincha nuestro pecho
    En el milagro del viento lleno de nuestras palabras

    La muerte está atornillada a la vida
    Los astros se alejan en el infinito y los barcos en el mar
    Las voces se alejan en el aire vuelto hacia la nada
    Los rostros se alejan entre los pinos de la memoria
    Y cuando el vacío está vacío bajo el aspecto irreparable
    El viento abre los ojos de los ciegos
    Es para llorar para llorar

    Nadie comprende nuestros signos y gestos de largas raíces
    Nadie comprende la paloma encerrada en nuestras palabras
    Paloma de nube y de noche
    De nube en nube y de noche en noche
    Esperamos en la puerta el regreso de un suspiro
    Miramos ese hueco en el aire en que se mueven los que aún no han nacido

    Ese hueco en que quedaron las miradas de los ciegos estatuarios
    Es para poder llorar es para poder llorar
    Porque las lagrimas deben llover sobre las mejillas de la tarde

    Es para llorar que la vida es tan corta
    Es para llorar que la vida es tan larga

    El alma salta de nuestro cuerpo
    Bebemos en la fuente que hace ver los ojos ausentes
    La noche llega con sus corderos y sus selvas intraducibles
    La noche llega a paso de montaña
    Sobre el piano donde el árbol brota
    Con sus mercancías y sus signos amargos
    Con sus misterios que quisiera enterrar en el cielo
    La ciudad cae en el saco de la noche
    Desvestida de gloria y de prodigios
    El mar abre y cierra su puerta
    Es para llorar para llorar
    Porque nuestras lágrimas no deben separarse del buen camino

    Es para llorar que buscamos la cuna de la luz
    Y la cabellera ardiente de la dicha
    Es la noche de la nadadora que sabe transformarse en fantasma
    Es para llorar que abandonamos los campos de las simientes
    En donde el árbol viejo canta bajo la tempestad como la estatua del mañana

    Es para llorar que abrimos la mente a los climas de impaciencia
    Y que no apagamos el fuego del cerebro

    Es para llorar que la muerte es tan rápida
    Es para llorar que la muerte es tan lenta


    SEÑORA

    Señora hay demasiados pájaros
    En vuestro piano
    Que atrae el otoño sobre una selva
    Espesa de nervios palpitantes y libélulas

    Los árboles en arpegios insospechados
    A veces pierden la orientación del globo

    Señora lo soporto todo. Sin cloroformo
    Desciendo al fondo del alba
    El ruiseñor rey de setiembre me informa
    Que la noche se deja caer entre la lluvia
    Burlando la vigilancia de vuestras miradas
    Y que una voz canta lejos de la vida
    Para sostener el espacio desclavado
    El espacio tan lleno de estrellas que se va a caer

    Señora a las diez huele a tabaco de artista
    Amáis el nadir a cuerpo de pájaro
    Sois un fenómeno ligero
    Me voy solitario hacia el ocaso de los turistas
    Es mucho más bello


    ME ALEJO EN SILENCIO

    Me alejo en silencio como una cinta de seda
    Paseante de arroyos
    Todos los días me ahogo
    En medio de plantaciones de plegarias
    Las catedrales de mis ternuras cantan a la noche bajo el agua
    Y esos cantos forman las islas del mar

    Soy el paseante
    El paseante que se parece a las cuatro estaciones

    El bello pájaro navegante
    Era como un reloj envuelto en algodón
    Antes de volar me ha dicho tu nombre

    El horizonte colonial está cubierto todo de cortinajes
    Vamos a dormir bajo el árbol parecido a la lluvia


    .


    Última edición por Pedro Casas Serra el Miér Mayo 25, 2022 12:34 pm, editado 2 veces


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    Vicente Huidobro (1893-1948) Empty Re: Vicente Huidobro (1893-1948)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Sáb Ago 01, 2015 12:44 pm

    .


    EL CAOS (primer poema de Adán, 1916)

    Silencio. Noche de las noches. Ausencia
    De todo vigor, noche honda y oscura. Inercia
    Preñada de futuras fuerzas,
    Anhelos y deseos incompletos,
    Creaciones en embrión frustradas,
    Truncos intentos,
    Ansias comprimidas y guardadas.
    Revolución de gérmenes,
    Anuncios de simientes.

    Nebulosa sin mundos,
    Instante sin presente,
    Anhelante mirada hacia el futuro,
    Ansias expectantes en espera.

    Fuerza en donde no hay fuerza,
    Tiempo donde aún el tiempo no comienza,
    Silencio que va a ser resonancia,
    Instante que será, y sin ser hoy tiene mañana,
    Momento que va a empezar,
    Onda que aún no es campanada
    Porque falta la fuerza que hace el aire vibrar.

    Éter que va a ser luz cuando tiemble y ondule,
    Neblina que camina a condensarse,
    Que será sólida cuando a sí misma se fecunde,
    Cuando en revoluciones logre compenetrarse.

    Caos, vientre que no es,
    Hinchado de preñeces que serán.
    ! Comience el despuntar de mundo invisibles
    Que los soles y los astros formarán!

    Surjan y vibren las grandes energías
    Que duermen sin dormir en su neblina.

    VICENTE HUIDOBRO


    .


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    Vicente Huidobro (1893-1948) Empty Re: Vicente Huidobro (1893-1948)

    Mensaje por Maria Lua Mar Nov 17, 2015 6:07 am

    Gracias, Pedro, por este post con la biografía y
    poemas del poeta chileno VICENTE HUIDOBRO.
    Lo muevo al Foro Rosa Buk para
    que sea leído por los compañeros...
    Besos
    Maria Lua


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    "Ser como un verso volando
    o un ciego soñando
    y en ese vuelo y en ese sueño
    compartir contigo sol y luna,
    siendo guardián en tu cielo
    y tren de tus ilusiones."
    (Hánjel)





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    Vicente Huidobro (1893-1948) Empty Re: Vicente Huidobro (1893-1948)

    Mensaje por cecilia gargantini Mar Nov 17, 2015 8:43 am

    Gracias, mi querido Pedro, por recordarnos a Huidobro!!!!!!!!!!!!!!!!
    Gran creador, gran poeta.
    Besitossssssssssssss siempre, amigo, para vos y para JR
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    Vicente Huidobro (1893-1948) Empty Re: Vicente Huidobro (1893-1948)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Mar Nov 17, 2015 2:24 pm

    Creo que fue Gil de Biedma quien dijo que en poesía los nietos se alían con los abuelos contra los padres. Si es así, hoy estaríamos más próximos a Vicente Huidobro que a muchos poetas posteriores a él. Ya me diréis vuestra opinión.

    Un abrazo.
    Pedro


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    Vicente Huidobro (1893-1948) Empty Re: Vicente Huidobro (1893-1948)

    Mensaje por Pascual Lopez Sanchez Miér Nov 18, 2015 2:24 am

    Gracias, Pedro , por tu trabajo.

    Un fuerte abrazo.


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    Vicente Huidobro (1893-1948) Empty Re: Vicente Huidobro (1893-1948)

    Mensaje por enrique garcia Miér Nov 18, 2015 3:47 am

    GRACIAS, MAESTRO
    ASI, SIN MAS PALABRAS
    GRACIAS
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    Mensaje por Ana María Di Bert Jue Nov 19, 2015 6:38 pm

    Gracias Pedro por traernos a este poeta que encaró una época enfrentándose a todo.
    He leído algunos de los poemas, volveré, porque me gustan mucho las imágenes que recrea en ellos.
    Gracias de nuevo, siempre pensando y dando a los demás.
    Te quiero mucho maestro.
    Ana
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    Mensaje por Angel Salas Miér Oct 13, 2021 4:46 pm


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    Vicente Huidobro


    (Santiago, 1893 - Cartagena, Chile, 1948) Poeta chileno fundador del Creacionismo, movimiento poético vanguardista. Fue además uno de los impulsores de la poesía de vanguardia en América Latina.

    Vicente Huidobro nació en el seno de una familia de la elite oligárquica, vinculada a la gran propiedad agrícola, a la banca y a la política. Cursó la enseñanza primaria con institutrices privadas y la secundaria en el Colegio de San Ignacio de la Compañía de Jesús. Aunque fue crítico con la enseñanza jesuítica, tomó de ella una postura elitista ante la vida.

    Desde su juventud realizó frecuentes viajes por Europa, que le valieron un profundo enriquecimiento cultural y una depuración de sus gustos estéticos. Particularmente intenso desde la experiencia intelectual fue el largo período en que residió en París, ciudad a la que llegó en 1916, en pleno desarrollo de la Primera Guerra Mundial.

    En la capital francesa conoció a literatos y artistas como Picasso, Juan Gris, Max Jacob y Joan Miró, entre otras figuras de la cultura del momento. Escribió en revistas literarias junto a poetas como Apollinaire, Pierre Reverdy, Tristán Tzara, André Breton y Louis Aragon; es decir, lo más granado de la poesía francesa del momento.

    El Creacionismo

    Al periodo parisino corresponde la fundación del Creacionismo, corriente que situaba al creador artístico a la altura de un demiurgo capaz de insuflar a su creación un aliento vital tan poderoso que se podría medir, incluso, con las creaciones de la propia Naturaleza. Así, para Huidobro el artista no debía limitarse a imitar la Naturaleza (de ahí el título de su manifiesto creacionista: Non serviam, "no serviré"), sino que debía mantener con ella una especie de competición en la que podía mostrar el vitalismo de su propia obra. Es la famosa tesis que sintetizó en la fórmula: ¿Por qué cantáis la rosa, ¡oh poetas!? / Hacedla florecer en el poema.

    Lógicamente, esta concepción llevaba aparejada la necesidad de crear nuevas imágenes -tan coloristas como animadas y sorprendentes- e, incluso, un novedoso lenguaje poético capaz de romper con todos los niveles de la lengua y de generar también su propia sintaxis; de ahí que la yuxtaposición (de oraciones, vocablos o sonidos extrañamente puestos en contacto) se convirtiera en una de las características más acusadas del Creacionismo, al tiempo que las largas secuencias y enumeraciones de palabras y sintagmas contribuían decisivamente a dar al poema esa apariencia de objeto aleatorio, mera creación de un dios absorto en las posibilidades estéticas del material con que moldea su obra.

    Con estos presupuestos estéticos, Vicente Huidobro se presentó en Madrid en 1918, donde fundó un destacado grupo de poetas creacionistas consagrados a la elaboración de textos que seguían fielmente los postulados del ya respetado maestro chileno. Por aquel entonces ya era un poeta fecundo, que arrastraba tras sí una interesante producción literaria: seis poemarios impresos en su país natal (Ecos del alma, La gruta del silencio, Canciones en la noche, Pasando y pasando, Las pagodas ocultas y Adán), uno aparecido en Buenos Aires (El espejo de agua) y otro publicado en París (Horizon Carré). A ellos se añadirían pronto cuatro nuevos poemarios (Poemas árticos, Ecuatorial, Tour Eiffel y Hallali).

    Entre el 16 de mayo y el 2 de junio de 1922, Vicente Huidobro presentó una exposición de trece poemas en forma de caligramas en el Teatro Eduardo VII de París. En el catálogo de la exposición estaba su retrato dibujado por Pablo Picasso y una crítica elogiosa de sus poemas escrita por el español Gerardo Diego. Su aceptación en París fue un éxito personal y de Chile, favorecido por el hecho de que el poeta escribiera indistintamente en francés y en español.

    Regresó por un largo período a Chile en 1925. Desde su llegada inició una intensa actividad literaria y política, con la fundación de la revista La Reforma y sus numerosas colaboraciones en Andamios, Panorama y Ariel. En el terreno político fundó un diario, Acción, desde el que defendía sus ideas contrarias al militarismo. Candidato a presidente, fracasó estrepitosamente en los comicios de 1925, lo que le causó no poca amargura.

    Altazor

    Alrededor de 1930 fue cuando dio los toques finales a sus dos obras cumbres, dos poemarios que desde el momento mismo de su aparición estaban llamados a situarse en los puestos cimeros de la literatura universal. Por aquel entonces, Huidobro estaba en el apogeo de su fama, y gozaba del éxito obtenido por su novela fílmica Mío Cid Campeador (1929), en la que el propio poeta (que alardeaba de ser descendiente de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador) identificaba su relación amorosa con Ximena Amunátegui como una reencarnación moderna de la pareja formada por El Cid y doña Jimena Díaz.

    La peripecia que había dado lugar a esta unión no puede ser más rocambolesca: en 1925, coincidiendo con su regreso a Chile y su fracaso en el intento de tomar parte activa en la política de su país, el gran poeta había conocido a Ximena, una joven estudiante de quince años de edad, por la que abandonó a su mujer (con la que llevaba casado más de quince años) y a sus hijos. Ximena no sólo era menor de edad, sino hija de un poderoso prócer chileno, quien se opuso tajantemente a su unión con el poeta. Huidobro marchó entonces a París, cerró la casa de Montmartre donde había residido con su familia y se trasladó a Nueva York, donde cosechó algún éxito como escritor de guiones cinematográficos.

    Pero en 1928, cuando Ximena Amunátegui acababa de alcanzar la mayoría de edad, el poeta viajó a Chile, la raptó a la salida del Liceo y se marchó de nuevo a París, en donde la feliz pareja se instaló en el barrio de Montparnasse. Fueron aquellos unos años de plenitud amorosa y creativa para el poeta, quien, después del mencionado éxito de su versión del Cid, decidió retomar un largo y ambicioso proyecto en el que había empezado a trabajar diez años antes. Se trata de Altazor o el viaje en paracaídas, un poema mayor en siete cantos que narra la caída del hombre y el encuentro con la mujer, con la poesía. Junto con Temblor de cielo (acabado también por aquellas fechas), es la obra cumbre del Creacionismo y el mayor legado de Huidobro a la poesía.

    Después de que las corrientes estéticas hayan virado por centenares de derroteros diferentes, el valor poético de Altazor y Temblor de cielo sigue siendo incalculable. Bien es cierto que una parte de la crítica sólo ve en Huidobro una especie de ingenioso prestidigitador que juega con las palabras como si de objetos malabares se tratasen, sin conseguir dar a sus composiciones sentido alguno; pero la mayoría de los estudiosos del fenómeno poético aún se deslumbra con las imágenes, la vivacidad, la invención y la heterodoxia inconformista y novedosa de este gran rebelde de las letras hispanas, quien supo mantener su vigor creacionista hasta en el epitafio que dejó escrito para su lápida: "Abrid esta tumba: al fondo se ve el mar".

    En 1933 Huidobro retornó de nuevo a su país. En esta ocasión volvió a desplegar una energía incansable fundando revistas tales como Pro, Vital, Primero de Mayo y Total. El año 1934 fue particularmente fecundo, pues publicó Cagliostro, a la que definió como novela-filme y que recibió un premio en un concurso de guiones celebrado en Hollywood, y La próxima historia que pasó en poco tiempo más, novela futuróloga en la que reflexionaba sobre la sociedad tecnocratizada que ya se estaba vislumbrando. En Papá o El diario de Alicia Mir introdujo referencias autobiográficas; En la luna, guiñol en cuatro actos y trece cuadros, posee una clara intencionalidad política.

    Entre 1935 y 1938 polemizó con Pablo Neruda y estuvo en España durante la Guerra Civil. Regresó a Chile en 1938, donde continuó su incansable labor creadora publicando ese mismo año la novela Sátiro o El poder de las palabras. Se trata de una novela de gran penetración psicológica. Junto con otros autores como Braulio Arenas y Fernando Alegría colaboró en la revista Multitud; recopiló antiguos poemas dispersos de 1923 en Ver y palpar y El ciudadano del olvido, ambos libros dados a conocer en 1941 y considerados como obras fundamentales en su creación poética.

    A finales de la Segunda Guerra Mundial regresó a Europa para alistarse con el ejército francés, con el que participó en las últimas batallas y obtuvo el grado de capitán. Entonces su figura comenzaba a ser una leyenda en Chile, donde en 1945 se publicó una Antología. Su experiencia bélica le dejó una herida que no llegó nunca a curar y que lo condujo a la muerte cuando estaba de vuelta en su país natal, falleciendo a orillas del mar en Cartagena, el 2 de enero de 1948.

    Su hija Manuela se preocupó de sacar a la luz las últimas creaciones de su padre en el mismo año de su muerte publicando Últimos poemas. Siguieron diversas ediciones y reediciones de sus obras; todavía en 1993 José A. de la Fuente editaba Vicente Huidobro: Textos inéditos y dispersos.
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    Vicente Huidobro (1893-1948) Empty Re: Vicente Huidobro (1893-1948)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Mar Jul 04, 2023 2:29 am

    Muchas gracias por las aportaciones nuevas a este tema.

    Un abrazo.
    Pedro


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