Otras materias sin descubrir.
Estaba en lo alto de la montaña
contemplando una estrella entre muchas
parpadeaba mustia,
entre las luces cósmicas.
Pobre de mí, decía el que miraba
cuanta riqueza en tanta iluminaria
contemplando esa estrella que se apaga.
Alguien le toco el hombro exhausto en tanto misterio:
contempla y mira,
y si eres capaz de descifrar tantos enigmas
estarás fuera de tierra sin materia
viviendo credenciales de secretos
de lo que es el futuro de otra vida.
No hay peor argumento que el que muere con muerte
como no hay sabios, ni necios, en ninguna vida,
que vivan sino por pensamiento de recuerdos.
"Quisiera taladrar el infinito
y ver cuanto nos vive detrás de la materia
que todos presentimos nos existe
en comunión total eternamente.
Nada cuanto escudriñas tiene fin
la vida misma requiere misterio
para que vuestra propia libertad
sea verdad en todos los confines.
Los humanos tomamos los tiempos endebles
sin querer pensar en la eternidad
pensando finiquitan con su yacer
entregando sus tiempos y materias
sin llegar a pensar donde está su alma.
"Pero del día y la hora nadie sabe,
ni aun los ángeles de los cielos,
sino solo mi Padre." Mat. 24. ver. 36
Estaba en lo alto de la montaña
contemplando una estrella entre muchas
parpadeaba mustia,
entre las luces cósmicas.
Pobre de mí, decía el que miraba
cuanta riqueza en tanta iluminaria
contemplando esa estrella que se apaga.
Alguien le toco el hombro exhausto en tanto misterio:
contempla y mira,
y si eres capaz de descifrar tantos enigmas
estarás fuera de tierra sin materia
viviendo credenciales de secretos
de lo que es el futuro de otra vida.
No hay peor argumento que el que muere con muerte
como no hay sabios, ni necios, en ninguna vida,
que vivan sino por pensamiento de recuerdos.
"Quisiera taladrar el infinito
y ver cuanto nos vive detrás de la materia
que todos presentimos nos existe
en comunión total eternamente.
Nada cuanto escudriñas tiene fin
la vida misma requiere misterio
para que vuestra propia libertad
sea verdad en todos los confines.
Los humanos tomamos los tiempos endebles
sin querer pensar en la eternidad
pensando finiquitan con su yacer
entregando sus tiempos y materias
sin llegar a pensar donde está su alma.
"Pero del día y la hora nadie sabe,
ni aun los ángeles de los cielos,
sino solo mi Padre." Mat. 24. ver. 36
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