ANDROMEDA LIBERATA

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https://www.youtube.com/watch?v=Gj7LZW0vp1c&feature=youtu.be


 
              -I-

Hay un amor antiguo que late solitario,
un tiempo parado en la hora exacta del vértigo
y un recuerdo ondeando en el mástil
último de la memoria. Un dolor
color frío rabioso y agazapado
en el trasfondo oscuro del almario.
Una vida áspera que pasa rápida
deslizándose sobre  hojas de cuchillos
puramente humanos.

Hay música que convoca al llanto
(ahora: Andromeda liberata. A. Vivaldi),
al vacío de las ausencias, a lo que pudo ser
y, conjurado azar o cobardía, no fue.

Hay unos ojos que escrutan
-en la penumbra del salón-
la esfera armilar de un universo
íntimo ya perdido y yermo.

               -II-

Y cada amanecer,
el mismo sol macilento, las mismas horas grises
revoloteando ciegas y chocando -una y otra vez-
torpes contra el espeso cristal
de la existencia sin retorno (afuera: el abismo).
El mismo esfuerzo huero, inútil pulso
átono, que sobrevive por la pura inercia
de respirar no sé cuántas veces por minuto.  

               -III-

Y nunca sucede nada, nunca, nada...



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Rafael Salcedo escribió:**

https://www.youtube.com/watch?v=Gj7LZW0vp1c&feature=youtu.be


 
              -I-

Hay un amor antiguo que late solitario,
un tiempo parado en la hora exacta del vértigo
y un recuerdo ondeando en el mástil
último de la memoria. Un dolor
color frío rabioso y agazapado
en el trasfondo oscuro del almario.
Una vida áspera que pasa rápida
deslizándose sobre  hojas de cuchillos
puramente humanos.

Hay música que convoca al llanto
(ahora: Andromeda liberata. A. Vivaldi),
al vacío de las ausencias, a lo que pudo ser
y, conjurado azar o cobardía, no fue.

Hay unos ojos que escrutan
-en la penumbra del salón-
la esfera armilar de un universo
íntimo ya perdido y yermo.

               -II-

Y cada amanecer,
el mismo sol macilento, las mismas horas grises
revoloteando ciegas y chocando -una y otra vez-
torpes contra el espeso cristal
de la existencia sin retorno (afuera: el abismo).
El mismo esfuerzo huero, inútil pulso
átono, que sobrevive por la pura inercia
de respirar no sé cuántas veces por minuto.  

               -III-

Y nunca sucede nada, nunca, nada...



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No entiendo que esta magistral obra esté sin comentarios... yo le doy vuelo encantado de leerla. Un privilegio! Abrazos

Es precioso el sentir de Perseo y Andrómeda y me encanta ese paralelismo que has hecho de un amor antiguo.
Un abrazo
Maria

Rafael


Hermosa poesía...... me encantó tu estilo


te sigo



Un abrazo fuerte, amigo

Se extrañaba tu poesía Rafael, maravillosa fusión de música, mitología y tus versos impecables. Un abrazo

Me encantó tu poema, Rafael. Excepcional

Un abrazo.

Y cada amanecer,
el mismo sol macilento, las mismas horas grises
revoloteando ciegas y chocando -una y otra vez-
torpes contra el espeso cristal
de la existencia sin retorno (afuera: el abismo).
El mismo esfuerzo huero, inútil pulso
átono, que sobrevive por la pura inercia
de respirar no sé cuántas veces por minuto.

-III-

Y nunca sucede nada, nunca, nada...



Y a esta hora, en la que el silencio abraza y besa, estremece el sentimiento que viertes en este poema.
Hoy ha sucedido que me ha encantado venir y la verdad, echaba de menos tu manera de decir, ella se clava y eso es lo que me llena de la poesía.
La música; Ayuda y transporta. ¡Maravillosa!
Gracias, poeta, ha sido un buen rato de lectura, a pesar de la tristeza que rezuma.
Un abrazo, Rafael.

Te agradezco, Carlos, que echaras a volar el poema.

Saludos,

Y nunca sucede nada, nunca, nada...

La música es deliciosa... los versos excepcionalesssssss Rafael, un goce para el alma leerte.
Buen fin de semana

LILI

Excepcional poema, querido poeta Rafael!!!!!!!!!!!!!!!
Un verdadero placer de lectura!!!!!!!!!!!!!!!
Cariñossssssssss desde Buenos Aires

Muchas gracias, Maria, por tu visita.

Saludos,

Gracias a todos los compañeros que pasaron por el poema y dejaron su comentario.

Saludos,

[quote="Rafael Salcedo"]**

https://www.youtube.com/watch?v=Gj7LZW0vp1c&feature=youtu.be


 
              -I-

Hay un amor antiguo que late solitario,
un tiempo parado en la hora exacta del vértigo
y un recuerdo ondeando en el mástil
último de la memoria. Un dolor
color frío rabioso y agazapado
en el trasfondo oscuro del almario.
Una vida áspera que pasa rápida
deslizándose sobre  hojas de cuchillos
puramente humanos.

Hay música que convoca al llanto
(ahora: Andromeda liberata. A. Vivaldi),
al vacío de las ausencias, a lo que pudo ser
y, conjurado azar o cobardía, no fue.

Hay unos ojos que escrutan
-en la penumbra del salón-
la esfera armilar de un universo
íntimo ya perdido y yermo.

               -II-

Y cada amanecer,
el mismo sol macilento, las mismas horas grises
revoloteando ciegas y chocando -una y otra vez-
torpes contra el espeso cristal
de la existencia sin retorno (afuera: el abismo).
El mismo esfuerzo huero, inútil pulso
átono, que sobrevive por la pura inercia
de respirar no sé cuántas veces por minuto.  

               -III-

Y nunca sucede nada, nunca, nada...



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Rafael, un poema en un apagado momento
sabemos..que el mayor de las veces tenemos sosiego en el almario. Y que ocurren muchas...cosas fuera
un fuerte
abrazo Poeta
salud!
suerte
y se feliz

Muy agradecido, Javier, por tu comentario.

Saludos,

-I-

Hay un amor antiguo que late solitario,
un tiempo parado en la hora exacta del vértigo
y un recuerdo ondeando en el mástil
último de la memoria. Un dolor
color frío rabioso y agazapado
en el trasfondo oscuro del almario.
Una vida áspera que pasa rápida
deslizándose sobre hojas de cuchillos
puramente humanos.

Hay música que convoca al llanto
(ahora: Andromeda liberata. A. Vivaldi),
al vacío de las ausencias, a lo que pudo ser
y, conjurado azar o cobardía, no fue.

Hay unos ojos que escrutan
-en la penumbra del salón-
la esfera armilar de un universo
íntimo ya perdido y yermo.

-II-

Y cada amanecer,
el mismo sol macilento, las mismas horas grises
revoloteando ciegas y chocando -una y otra vez-
torpes contra el espeso cristal
de la existencia sin retorno (afuera: el abismo).
El mismo esfuerzo huero, inútil pulso
átono, que sobrevive por la pura inercia
de respirar no sé cuántas veces por minuto.

-III-

Y nunca sucede nada, nunca, nada...


Lo que pudo ser y no fue y la persistencia de esa ausencia.

Un abrazo.
Pedro