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Humberto Díaz-Casanueva (Santiago, 8 de diciembre de 1906 - Ib., 22 de octubre de 1992) fue un poeta, diplomático y profesor chileno. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1971.
Biografía
Su infancia se desarrolla en el seno de una familia de clase media cristiana, a pesar de que su madre pertenecía a una de las familias más prestigiosas del país.
En 1914 entró a estudiar al Liceo de Aplicación, luego estudió en la Escuela Normal Superior José Abelardo Núñez, donde obtuvo el título de maestro, en 1924, al cumplir 17 años de edad.
A principios de la década del '20, al iniciar tímidamente, su vida literaria, Díaz Casanueva se contacta, ya, con Vicente Huidobro, Gabriela Mistral y Pablo Neruda. En esos mismos años, trabaría amistad también con el poeta Rosamel del Valle de quien será amigo hasta la muerte de este, en 1965. Su primera obra El aventurero de Saba fue publicada en 1926, mientras es un gremialista activo que participa en la lucha sindical de los maestros en Santiago de Chile, exigiendo una enmienda educacional.
En 1928, bajo la dictadura del general Carlos Ibáñez del Campo, tiene que abandonar el país camino del exilio.
En 1938 formó parte de la misión universitaria chilena contratada para extender los programas del Instituto Pedagógico de Caracas. Vicente Gerbasi y el Grupo Viernes le acogieron fraternalmente, lo mismo que Antonia Palacios y Carlos Frías. En la capital venezolana escribió El blasfemo coronado y La aparición publicada en 1984.
Durante el gobierno del presidente Salvador Allende (1970-1973), Díaz Casanueva fue embajador de Chile ante la ONU. Posteriormente será miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua hasta su muerte, ocurrida en Santiago en 1992.
Durante toda su vida estuvo comprometido con la defensa de los Derechos Humanos y contra la segregación racial.
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Tres poemas de Requiem, 1945:
¡HAY, YA SÉ POR QUÉ ME BROTAN LÁGRIMAS?
II
¡Ay, ya sé por qué me brotan lágrimas!, por qué el perro no calla y araña los troncos de la tierra, por qué el enjambre de abejas me encierra
y todo zumba como un despeñadero
y mi ser desolado tiembla como un gajo.
Ahora claramente veo a la que duerme. Ay, tan pálida, su cara como una nube desgarrada. Ay, madre, allí tendida, es tu mano que están tatuando, son tus besos que están devorando.
¡Ay, madre! ¿es cierto, entonces?, ¿te has dormido tan profundamente que has despertado, más allá de la noche, en la fuente invisible y hambrienta?
¡Hiéreme, oh viento del cielo!, con ayunos, con azotes, con puntas de árbol negro.
Hiéreme, memoria de los años perdidos, trechos de légamo, yugo de los dioses.
A las columnas del día que nace se enrosca el rosario repasado por muchas manos,
y el monarca en la otra orilla restaña la sangre,
y todas las cosas quedan como desabrigadas en el frío mortal.
¿Acaso no ven al niño que sale de mí llorando, un niño a la carrera con su capa de llamas?
Yo soy, pues, yo mismo, jamás del todo crecido y tantos años confinado en esta tierra y contrito todo el tiempo, sujeto por los cabellos sobre el abismo como cualquier hijo de otros hijos,
pero únicamente hijo de ti. ¡Oh, dormida, cuya túnica, como alzada por la desgracia llega al cielo y flota y se pliega sobre mi pobre cabeza!
¿PUEDE CALLAR EL HOMBRE SI ESTÁ
ROTO POR LOS HADOS?
III
¿Puede callar el hombre si está roto por los hados? ¿jactarse de rumiar su polvo? ¿le basta el silencio como un caudal sombrío?
¿No pertenecen los sordos himnos a los vivos de la coraza partida?
Aunque las palabras no puedan guiarnos debajo de las piedras por que están llenas de saliva, (son los carozos que arroja la caravana)
yo he de cantar por que estoy muy triste, tengo miedo y las horas mudas mecen a mi alma.
Yo vuelvo el rostro hacia el lugar donde la sombra cubre a su recién nacida.
Palpo la piedra obscura que junta los labios, la mojan lágrimas y se enciende un poco y tiembla como si todavía quedaran sílabas cortadas.
Tu eres y no otra, tú que me estás mirando de todas partes y no me pudiste mirar de cerca, cuando las gradas de piedra aparecieron.
Vi de lejos el ángel que hendía la montaña,
vi tu corona de sudor rodando por la noche,
tu regazo lleno de hielo.
Ahora estamos de orilla a orilla y te llamo y los árboles se agitan como si fueras a aparecer alumbrada por el cielo.
Madre, ¿qué estás haciendo tan sola en medio del mar?
Y solamente responde mi propio corazón como un bronce vacío.
¿No tienes una cita conmigo? ¿no me dejarás entrar en el valle donde vagabundean las castas y los cuerpos desahogados perseveran?
¿O tal vez no puedo traspasar el umbral porque los muertos se arrojan coronas unos a otros y no me es dado entender los huesos ávidos?
Pero tú sólo estás dormida,
bañada por la luz perpetua del amor
y tu abrasada voluntad vaga entre las cosas terrenas como un coro desvelado que crece y me arrebata cuando te llamo en el silencio.
¡OH MADRE INFINITA, TIERRA INMENSA...
VIII
¡Oh madre infinita, tierra inmensa, vida conforme a los pactos!
Si tú mueres, muero y en ti me extravío como el buque en la tempestad
y el que tira tus cenizas contra la peña, a mí mismo me está estrellando.
Pero si mueres quedas también viviendo a través de mí como el fruto que una y mil veces sube al monte y no teme escarcha.
y desapareces consumida y tornas a aparecer rescatada y en tus vaivenes de súbito veo que pasas por los ojos de mi hija
como una cinta fulgurante
y le templas sus facciones y le soplas el naciente espejo.
¡Oh doncella que desciendes montada en un águila, con una granada en la mano y que eternamente madura
y con hilos de oro que enredas para la fiesta!
La vida y la muerte osas mezclar y tan extraña afinidad alabo entre visiones.
¡Oh, madre mía, te yergues tan segura en el caos terrible y anhelas sosegarme!
¡Oh, esposa maternal, oh hoja mía, como lenguas de la misma antorcha, como tibios eslabones en la sucesión del tiempo
y libradas de la misma rueda oscura que mueven las edades, todas, y una sola a la vez, confundidas en la espiral,
ahí en el profundo sueño mortal, transfiguran mi alma.
Os digo: ¡conjurad la sierpe que viene a beber al seno,
la madre salvará a los chiquillos del rebaño lanzado a la carrera!
Pues todo hombre, entre o salga del mundo, hundido en una cuna de muchas aguas,
resbala y chispas deja el flujo de su sangre y resbala de nuevo
y las Madres le pasan la mano llena de ojos.
Cinco poemas de La estatua de sal, 1947:
LA NEGRA SABIDURÍA CONVIERTE
AL HOMBRE EN CAÑA
Canto I, XI
La negra sabiduría convierte al hombre en caña
y capullitos aparecen y desaparecen sobre su faz arañada por una mano invisible,
y colas, plumas, harapos
desde la cabeza hasta los pies,
y también nidos donde el pájaro de la tempestad da grito sordos.
Devora el hombre a solas su horrible fruto como el ermitaño que alimenta el cuervo
y suele quedar absorto, con las piernas cruzadas, el manuscrito a su lado ni cerrado ni abierto.
Y pasa la vida como una misteriosa danza de años secretos sin un momento de tregua
y cuando ya viejo no le concierne nada y cuelga una corona de las ruinas y lee versos griegos y latinos
y cae desplomado cuando escucha el silbido del barquero.
Y LLAMO A MI HIJA Y A MI HIJO,
PÁJATOS ATÓNITOS...
Canto I, XVII
Y llamo a mi hija y a mihijo, pájaros atónitos en el espacio radiante,
tronos donde el corazón amedrentado implora imágenes de los dioses.
Y hacemos la ronda sobre los senos de la tierra,
allí brota una leche que mama el moribundo para ahuyentar el pozo,
¡la luz de los justos en la noche de los sabios!
Y ambos mensajeros van en busca de mi alma
y se levanta un cuerpo lleno de silbidos.
Una tromba que estaba dormida!
Mirad cómo vuestro padre danza lleno de días
con su casa brillante entre sus manos
en medio del espacio.
Os siento crecer, como nubes
llenas de un viento encadenado.
Y beso vuestra cabellera trenzada que flota como saliendo de una mazorca hambrienta,
los dientecitos blancos del maíz aguardan la carne amorosa,
el ave azul allí anida y ¡canta canta canta!
¡Y su muerte y resurrección no terminan jamás!
SIRENAS EN GRANDES REDES DANZAN...
Canto III, XVIII
Sirenas en grandes redes danzan, en tu aula se rasgan los velos del templo.
"Aprende, aprende lo que nos destruye y salva, lo que huye y nos modela en su propia huida.
Aprende, aprende, siempre el creador tiene el abismo abierto siempre la vida acaba la enseñanza, de nuevo el hombre es humillado para que otra vez su propia verdad florezca y le redima."
¡Mira como revolotean los búhos! De nuevo reposa en la ciénaga el horizonte,
de nuevo la bestia que se desprende del mar atraviesa el tiempo.
Los hombres son sombras delante del sol,
los niños envejecen tan temprano,
los hombres maduros están muertos,
la dulce sonrisa es grano
para los pájaros marinos,
tu pensamiento arruga la carne,
la muerte escucha bajo las hojas.
TENDIDO EN LA CAMA ESCUCHO...
Canto IV
Los trigos están maduros, bañados por el Fuego, abrasados
Y sobre la tierra tendidos para la prueba.
Hay una ley: es necesario que cada cosa penetre -como las serpientes-
Profética, soñando sobre las colinas del cielo.
Y hay tanto -como sobre la espalda una carga de leña-
Que retener.
HOLDERLIN, "Maduras están..."
I
Tendido en la cama escucho, el alma está fuera de mí como una aureola suelta,
un zumo derramado a fuerza de embriagar,
los ojos muy negros lo mismo que yo,
pero no soy yo.
Escucho cómo avanza, veo al lobo que acecha, al largo invierno invitándola al sitio donde hacinan aves degolladas
¡Oh cuerpo, nada temas! ¡salta! ¡toma las riendas! ¡ostenta el tiempo que contienes!
¿Acaso me asusta el morir? Oh, no es nada (dicen que es un tránsito). Yo no digo nada. Decidme, ¿qué es la vida? Yo rozo con mis labios una estrella que corta el mar oscuro.
Escucho, escucho, mi oído es el hueco más cruel en el espacio,
la habitación está llena de zarza y algo muy grande se mueve en el establo.
Yo me llamo "salero-arrojado-al-rostro", así me llamo,
en el mediodía me pusieron este nombre,
hace ya muchos años, cuando el muerto fue transformado en comida de fieras,
reverenciado en vigilias, instruido para el culto
y yo me hice guardián del otro invierno.
"¿ESTÁS AHÍ?" SÍ, AQUÍ ESTOY YO...
XXI
"¿Estás ahí?" Sí, aquí estoy yo, el eterno retoño, aquí estamos al atisbo del hermoso verano.
Sí, aquí estás tú, esposa mía, grávida entre las mortales,
desnuda como un claro entre las nubes
por donde el alba desciende.
Tu cuerpo como un aletazo, mi cuerpo como el despojo de la noche sangrante.
Y me levanto, busco el agua que no está hecha de lágrimas,
remezco la dormida campana,
el hombre se levanta, toma la gran vara,
pega su boca al seno de la tierra,
pone espejos sonrientes en los aposentos del amor
He de vivir por vez primera en este día cierto
con mi muerte cautiva,
he de caminar al encuentro de las cosas y de los seres.
¡Reproducirlos!
¡El mundo! ¡El mundo!
De nuevo la luz asciende como un casco de bronce
sobre el guerrero en el corpulento caballo.
El topo deslumbrado abre las puertas
y salgo en cuerpo y alma
avanzo hacia el coro.
¡Oh seno de la vida! ¡Oh velo arrancado!
¡Los vivos nos necesitan vivos!
¡Los muertos nos necesitan vivos!
¡El corazón aplacado coloca en sus huecos
los ardientews rostros de los hombres!
Tres poemas de Humberto Díaz-Casanueva,de su obra El sol ciego, 1966:
I
SEMEJANTE A MÍ PERO BROTANDO
POR LA NOCHE
Rosamel
Tu carta tu postrera
carta
me llega
latiendo dentro de tu
muerte
Es tan triste
retener tu mano
ya anegada
Me llega la luz
de un sol ciego
rodando
en el fondo de todos nosotros
Abro tu carta
como si nada hubiera
sucedido
Como en otros tiempos otros
paises
cuando hacia mí volaba
tu corazan impetuoso
para .sostenerme
en el pánico
de la noche calcinada
Una pluma blanca
traspasando
la montana que se desploma
entre nosotros
Una escritura de
zarpa
hiriendo el aire ausente
Un ahogo de pez
tirado por el hilo
Me dices
Creo que estoy demasiado
seducido
por la fatalidad
Espero un milagro
Por qué no?
Escríbame de nuevo por favor
Tiéndame la mano
una vez más
Le prometo despertar
Ahora
si te contesto
solo la bruma comerrá
mi carta
No obstante escribo
Escribo
encima de un vitral errante
A quien escribo?
A quien contade una maravillosa
historia humana
si la muerte refuta
y nada queda
salvo la fuerza de ser?
Un ojo apedreado me mira
Un bramido
acaba la hermosura
Rosamel ha muerto
Muerto?
Atado de manos y de pies
nace de hielo
resbalando
en espantosos partos
sin fecundador
Esta incomprensible
Esta filtrando la noche
comun
dentro un sol estéril
Insensata la lengua
de palo
que pregunta
y queda mutilada
Al despedirme
te abracé más fuerte
dolorido
por oscuros presagios
La ley escrita
en el cuello del hechicero
quemado en la plaza
Te abrace como a un
mástil
crujiente
Había baile
Toda la noche pasamos
ensartando ruiseñores
Hermano mío
Tutor de mi vida entera
Esta noche
golpean en mi corazón
y solo tú respondes
Tú haces que la primavera
me pase la esmeralda
Tú me enredas
los cabellos de la joven
Y de pronto
la disoluci6n de las
palabras
y los gestos
El horizonte hundido
La carne
Mentira!
Desmiento a la evidencia!
Niego a esta instantánea
luna
en la nulidad del cielo!
Abro la noche y miro
desesperadamente miro
con mls entrafias
como si distinguiera
la prolongaci6n de un ser
inmenso
VI
LA INTOLERABLE UNIÓN
DE LOS DESPOJOS
Todo se ha consumado de
golpe
Como una trompeta
te has partido en dos
y sale un chirrido
no sale de ti
sino de la sorda conclusión
del tiempo
Sale el fantasma
que porfiaba en las
conversaciones
Recuerdas?
Recuerdas el súbito crujido
de la seda?
La insurrección de las
sillas?
La camisa cada vez más
lívida?
Decías
Entré!
Pero nadie entraba
Pero un remolino de música
consumía el espacio
y quedábamos atónitos
sosteniendo
la cúpula encendida de
otro mundo
Ahora
el fantasma tiene aberturas
de boca
y nada dice
Nadie dice nada
Las cosas se apagan
lentamente
En tu feroz mordaza
quedan palabras quedan
besos
Nadie dice nada
porque nada tiene sentido
Lo irrevocable
es una verdad vacía
que nos acecha
sin razón verdadera
Al contemplarte
nos contemplamos
petrificados
vivos!
Oh forma! Oh crepitación
de la forma
que nos liberta de la nada
al mismo tiempo que a ella
nos conduce!
Debo alabar o
execrar
tu muerte
como el desdoblamiento
infinito
de una presencia apenas
perceptible
No sé
Tengo vendada el alma
Sólo quiero
ungir tus ojos con el
claror de mi vida
Te recuerdo
como un caballo espumoso
tascando
el freno de la muerte
como un cíclope
luchando contra una pared
cornuda
Tierno
cazando una estrella
perdida
en tu cuerpo
Humilde
cuidando una paloma
coja
Iracundo
ante la mesa vacía
del pobre
Te has juntado
contigo mismo?
Y de qué te vale
el cumplimiento de una
soledad
más vasta?
Allí
no sé dónde
tallando con tus dientes
un bosque de marfil
sin intención valedera?
Sólo abundabas en tu
prójimo
VIII
OFRENDA PARA HACERLO
PRESENTE
Ay!
Tu frente fue mi acantilado
Tu mana mi abrevadero
Tu ángel
mi horno de la noche
Tu poesia
la marca candente sobre mi
alma
Tu horror
la costra de mi
grito
Tu gozo
mi relincho debajo de
la sangre
Me ensefiaste
a aborrecer el oficio
A desdeñar la tinta
A suprimir las vocales
A trabajar a pura sangre
desbocada
Jamás quisiste ser
celeste
ni quemado por la
pedreria
Siempre de cal de
liquen
de cuerpo
pasado por el ojo de una
aguja
Siempre sintiendo
nostalgia de tierra
dentro de la tierra
Oh muerte muerte!
Aqui
dentro de mi por
siglos henchidos de
ti
devorando en mí
las migas de los seres!
Peso cansado de todo el
universo
sobre mí
tan pequeiio
a la vez que tan grande
en la presunción de mis
poderes
Muerte que te vengas de
que hayamos nacido
para qué?
Para dejar un ancla
forrada de chispas
que desciende
fundida
en un increible sueño?
Rosamel
Nos han incomunicado
Te tragaste las Haves
Hay una cerradura mohosa
Hay ancianos
juntando los orujos
Hay una pala hundida
en el desierto
Esta noche
ya sin horas
Este sabor a tábano
Este silbido
en el pals del vértigo
Esta imagen en que
nadie se reconoce
Ay!
Cómo quisiera
imaginarte vivo
vivo dentro de tu muerte
en un acaecimiento
de inauditas formas
tentando
tentando
resucitar al hombre
dentro del Hombre!
Ahora
este mar que se come
las olas
Sin embargo te veo
te corroboro
te alucino en mi memoria
herida
Te arrojo espuma
lustrándote
la figura verdadera
El pájaro dunga, 1985:
EL PÁJARO DUNGA
Soy el P Á J A R O D U N G A
Así es y fue
Hasta que uno envejece y
vomita conejos
Uno siempre vive de improviso
Cicatrizando el Espacio
Dicen que mis vuelos son inmóviles
O que mis alas
Son un golpear de puertas en
Los palacios de marchitas
Edades
Mis vuelos son los adioses de los
Hombres
Regreso a las catacumbas de la
Mente
Donde una C R E S T A O S C U R A
Es venerada
La Gracia es una estatua inocente
Partida a hachazos de plata
Agítase sobre el hombre
Un cisne negro
Contrahecho
Al borde del Paraíso
Encuentro que la cosa más
Ínfima
Es sobrenatural
Es claro
Allá mis alas son de mármol
Mis trinos son aullidos
Mis picotazos violan
Sombras hostiles y
Proféticas
Nadie sabe que tengo gusto
A rocío venenoso
Regreso a la zozobra de la
Tierra
Cada vez más estéril
Llego rebosante de un flujo
Trágico
Pero
Una sonrisa fugitiva
Sobrevive
Al azote que zumba en las
Inmensidades
Bebo
¿Dónde está el charco
Inconsolable
Que brota del cáliz?
¿Dónde?
Hombre domado por los hombres
Sudo
Dentro de una divinidad
Que comienza
En el ojo blanco de un caballo
Llevo la hoja de olivo
Honda y marchita
Trofeo de una inesperada
Sobrevivencia
Delirante
Mis trinos la transfiguran
¡Mujer!
Embozada en un devenir más
Puro
Para ti mi vuelo es el borde
De una impetuosa
Ola rupestre
¿TE LLAMAS EURÍDICE?
Tu sueño es una madeja
De sangre relampagueada
No soy digno de mí
Soy trivial y chocho
Abrazado con mis vuelos
A una torre de llagas
Quiebro
Mi costilla de alabastro
Mi huevo
Como un caramelo en la
Boca
De una señora gorda
Tengo miedo
Mi rango a veces es de
LORO
Me ensarto en la alambrada
De púas
Los labios del aire son
Vidriosos
Porque se entreabre un cuerpo
Y entra un hipopótamo
Obsceno
Mi vuelo es cada vez más
Humano
¡Leo
En el áureo texto del magnánimo
Equilibrio universal!
TODO ES JAULA
PARA QUE UNO SEA PERFECTAMENTE
UNO
Duermo
Meciéndome en los colmillos
De un elefante castrado
En una copa de hielo
Quebradizo
La Luna está derritiéndose
Solamente bebe el
Desvelado
Por una higuera
Se va se va trepando un
Hombre salobre
Canto
Me recompensan con ayunos
Espulgo la barba de los
Reyes
Ay
Soy un pájaro andrajoso
Desplumado
Seguido por crepitaciones
De piras
Funerarias
No parece que vuelo
Sino que soy peloteado
Por una luz bizca
Me hundo en el aire como
Una tijera demente
Entonces
¿Qué hace tan caótico pájaro
Entre pájaros de presa?
Uno quisiera llegar a la
Oblación del arroz
No hay arroz
Hay una corola de llena de
Pus
LADRO
A LA INHUMANA MAGNITUD DEL
UNIVERSO
La paloma y el cuervo
Lejanamente
Me conciben
El huevo es el prisma del
Eterno Retorno
Mi padre afilaba las llamas
En el crucifijo de las
Leñas
Cuando murió
Un cóndor lo gorjeaba
Vanamente lucho contra el
Hercúleo cielo
Ti su mi mbili benge kulú
Los pájaros sostienen un
Trono sobre el mundo
Las tribus van penetrando
Dentro de la roca
Carnívora
MIEDO
HOJAS
DADOS
ARMONIUM
CAMELLOS
¿No escuchas el desierto que
Vibra
Debajo de la Gran Ciudad?
Alguien bebe un sorbo de
Esperma
De mi nido
Siento el golpe el golpe
De cataratas secas
Mis provisiones celestes
Desfallecen
Los hechiceros
Preservan un cadáver de
Cuatro cabezas
Vuelo detrás de una G R A N
E S P A L D A
Trizada por el gong
Ojos negros ennegrecen
Todo lo que miran
Tahúres ciegos juegan
Con pájaros y toros
La vida se torna
Pálidamente
Tácita
Yo afirmo que el hombre
Tiene plumas
Agallas y un gran rabo
Así pregona los poderes del
Espíritu
Yo tiemblo por el Ogro
Con aspavientos de
Misericordia
¡Misericordia!
Me soslayan
Me hacen volar en los
Sótanos
Mi chillido es una
Indecencia
En el sacrosanto silencio
Soy el Pájaro Dunga
Dugagadundun
Mi osamenta cubierta por la
Seda
Asciende dentro de la Gran
Esfinge
Mi vuelo es el deshojamiento
Del Libro de la Perdición
De los Santos
¿Quién lo agusanó
Jurando ser fiel
A roncas voces alumbradas?
Arrojo tobillos de plata
A un Espantapájaros
Tan parecido
Ay
Parecidísimo a un hombre
Tal vez voy a morir
Como una gallina en su caldo
Mientras tanto
Desenrollo
Sábanas fosforescentes
Un hombre amanece
Pletórico de un vigor
Malsano
Lo aturde el peso de una
Blancura rígida
Revolotean ratas
Rejuvenecidas por el asco
ARROBADO ANTE MÍ MISMO
ME CORTO LA LENGUA
PENDE DE MI CUELLO UN
SAQUITO DE DINAMITA
LA AURORA SURGE COMO UNA
CALAVERA ROSADA
Soy la cicatriz de una
Campana
Siempre henchida
Para regocijo de crédulos y
De simples
El Ser sólo testimonia
Criaturas
Con espesos antifaces
El hombre sufre de
Hemorragias
Animales
Transpira cenizas escritas
Por un dedo
Que pesa como una tonelada
La luz está viscosa
La luz sólo cristaliza
En un juego de espejos
Mímicos
Allí el hombre gira gira
Dueño presunto de sus
Lontananzas
La testa del Sol permanece
En un encrespado pesebre
Rodeado
De tigres melancólicos
La trepidación de mis alas
Llena los aires
De cabellos de mujer
El arúspice dice
En tus entrañas hay una
Mordedura de serpiente
Náuseas
Hijo de puta en un lugar
De whisky barato
Mi za gogo ti bi maya
El pájaro Dunga es demasiado
Longevo
Para ser solamente el
Pájaro Dunga
Entonces
Anido dentro del pecho
De un
ÁNGEL BESTIAL
¡Criatura humana!
¡Máscara de grandes manos
Viviente
En una sublime agonía!
¡Lengua emplumada con
Sonidos espantosos!
Me extiendo por su sangre
Y por su linfa
Le acaloro los huesos
Hundo mi pico en su
Corazón
Mis garras en su hígado
Mis orines salen revueltos
Con sus orines
Mis nervaduras con sus
Nervios
Sus sesos
Cascos de corceles alados
Taladro sus sesos
Los alivio
Con más enigmas y más
Sueños
El Hombre-Pájaro no sabe
Lo que es
Pero su verdadero vuelo es
La ondulación de sus
Abismos
(Él se llama Bindú
Casado con Bindí)
Ambos lamen los mohos de la
Tierra
La basura apetitosa de un
Hermoso barrio
Arrastro el arco iris
Lo enredo en la danza de la
Muchacha ahogada
Pájaro-Hombre
Sólo conozco tu gris
Proximidad
Una flecha de oro atraviesa
Mi cuello
Estoy posado en lo más alto
De las Horcas
El hombre incinera sus
Ruborosas
Muñecas
Devora virutas de la
G R A N C R U Z
Me saco los piojos de mis
Plumas
Mis plumas sólo vencen las
Distancias más sagradas
A mi derredor
Todo se vuelve subterráneo
He clavado los pies del
Hombre
Encima
De los pies de la Mujer
Me parecen aureolados
Siembran grumos de sangre
Melódica
Vuelo
Un descenso puede ser
Hacia una altura enterrada
Mis dientes chisporrotean
En la punta de una espada
He ensartado un cráneo de
Ángel
Recogido en los mataderos
No a todos los césares
Respalda la historia
El Anticristo monta el
Cordero enmascarado
No a todos los hombres
Vence el mar sulfúreo
Tengo la garganta llena de
Lagrimas
De la profundidad humana
No me desprendan de la
Tierra
El Cielo es la mitad
Inaudita
De la tierra
Vienen disecadores ancestrales
A substituirme en los
Vuelos
Vuelo sombríamente
Un niño con un espejito
Me ciega
Parece que estoy oprimido
Dentro de una chaqueta de
Yeso
No puedo chupar los fluidos
Del espacio
Mis débiles patas
Grotescamente
Hacen bolas de lodo de hombre
Así
Trabado en la cerradura de
La vida
¡Crac!
La supervivencia se torna
En un terror perenne
Ay
Veo a lo lejos un horizonte
De barriguitas hinchadas
HAMBRE
HEMBRA
HOMBRO
HOMBRE
La hembra del hombre es el
Hambre
El hombro del hombre es la
Hembra
El hambre del hombre es el
Hombre
¿Por qué un piano lleno de
Luciérnagas en una
Calle desierta?
¿Por qué doras la espiga
Que se colma
En los cementerios arrojados
Al mar?
¿Por qué zurces tu corazón
Con el hilo de las Parcas?
Se me acerca un hombre de
Latidos enormes
Vestido de crespón
Me dispara
La bala sólo me adormece
Sueño que estoy en una
Pajarera
Que tañen
Como una campana
Sollozos ahogados
No hay clemencia en la
Agonía de los
Oráculos
¡PÁJARO EXCREMENTICIO!
Vuelo con una cabeza de
Pescado
Entre los dientes
Sol
Cabeza de pescado rojo
Expulsado por las olas
De un mar
Henchido de náufragos
¿Cómo blandir tus rayos
Para que el hombre
Burlado
Por su ser inconcluso
Ilumine su poder inmanente?
Devoro la miga del corazón
De un hombre
Un hombre no es todavía el
Hombre
Cada vez lo es menos
El Hombre-Pájaro necesita
La siega
De su desierto maldito
Necesita
Volcar sobre lo venidero
La transparencia de su sangre
Crispada
Le faltan designios y
Visiones
Coros de lenguas germinadas
Por la savia
De cipreses temblorosamente
Oídos
Hombre
Agarrado al lúcido caballo
He de enseñarte el secreto
De interiores
Levitaciones
El estremecimiento
De lo universal que se te
Escurre
Entonces
A Bindú
Le despellejan las
Mejillas
Le sacan de su sombra un
Perro hidrófobo
A Bindí
Le estrujan sus pezones
Hasta que mane leche que
No sea
Totalmente humana
Trasmito la última gota de
Agua lustral
Resquebrajo los labios de
Jóvenes amantes
Soy el prófugo de una L U Z
En que flotan
Pececillos muertos
La tierra reverbera
El hombre cava en el vacío
De su forma
Corre tras sus alas
Cien mil pájaros conducen
Un Sol de ébano
Tan brillante
Que la Luz ensombrece a la
Luz
Estamos sitiados por nuestras
Arideces
Nuestras últimas manos
Han de florecer
En las más abruptas
Torres
El Pájaro-Dunga vuela
Vuela vuela
Dentro de un pecho cargado de
Cerrojos
¿Cómo no prosternarse ante
Los pasos recónditos?
Hombre
La boca llena de colas
Hombre-Pájaro en la
Congénita montaña
Sus ojos oprimidos por unos
Atroces pulgares
Un Hombre
Fatigosamente sostiene su
Mente
Rompe músculos de bronce
Los trinos calman la fuerza
Impune
¡ZAMBULLIDA EN LA SANGRE
DE UN NACIMIENTO
CIRCUNDADO POR MATANZAS!
Árbol monstruoso sobre la
Espalda
De un hombre asfixiado
En su propio hálito
Nidos pateados
El hombre es el contacto
De un carnoso espejo
Enfermo
Manos infantiles
Agarradas a las colas de
Leones furiosos
De gumi kana nga yo du
Dunga quiere rehacer a un
Hombre
Con el vigor de sus trinos
Trenos
El maná convulsivo manando
De la muerte
Siempre prematura
Hilillos de sangre del
Espejo trizado
Dunga vuelva erizado de
Puñales
Por un camino de llamas
Vuela revuela sobre un
Féretro vacío
Donde cae
Interminablemente cae
La sangre lechosa de un
Dios ciego
Que se deshace en la semejanza
Otros poemas de Humberto Díaz-Casnueva, de los que ignoro libro y fecha donde figuran:
LA VISIÓN
Yacía obscuro, los párpados caídos hacia lo terrible
acaso con el fin del mundo, con estas dos manos insomnes
entre el viento que me cruzaba con sus restos de cielo.
Entonces ninguna idea tuve, en una blancura enorme
se perdieron mis sienes como desangradas coronas
y mis huesos resplandecieron como bronces sagrados.
Tocabas aquella cima de donde el alba mana suavemente
con mis manos que traslucían un mar en orden mágico.
Era el camino más puro y era la luz ya sólida
por aguas dormidas, resbalaba hacia mis orígenes
quebrando mi piel blanca, sólo su aceite brillaba.
Nacía mi ser matinal, acaso de la tierra o del cielo
que esperaba desde antaño y cuyo paso de sombra
apagó mi oído que zumbaba como el nido del viento.
Por primera vez fui lúcido mas sin mi lengua ni mis ecos
sin lágrimas, revelándome nociones y doradas melodías;
solté una paloma y ella cerraba mi sangre en el silencio,
comprendí que la frente se formaba sobre un vasto sueño
como una lenta costra sobre una herida que mana sin cesar.
Eso es todo, la noche hacía de mis brazos ramos secretos
y acaso mi espalda ya se cuajaba en su misma sombra.
TODO SE HA CONSUMADO DE GOLPE
Todo se ha consumado de
golpe
Como una trompeta
te has partido en dos
y sale un chirrido
no sale de ti
sino de la sorda conclusión
del tiempo
Sale el fantasma
que porfiaba en las
conversaciones
Recuerdas?
Recuerdas el súbito crujido
de la seda?
La insurrección de las
sillas?
La camisa cada vez más
lívida?
Decías
Entré!
Pero nadie entraba
Pero un remolino de música
consumía el espacio
y quedábamos atónitos
sosteniendo
la cúpula encendida de
otro mundo
Ahora
el fantasma tiene aberturas
de boca
y nada dice
Nadie dice nada
Las cosas se apagan
lentamente
En tu feroz mordaza
quedan palabras quedan
besos
Nadie dice nada
porque nada tiene sentido
Lo irrevocable
es una verdad vacía
que nos acecha
sin razón verdadera
Al contemplarte
nos contemplamos
petrificados
vivos!
Oh forma! Oh crepitación
de la forma
que nos liberta de la nada
al mismo tiempo que a ella
nos conduce!
Debo alabar o
execrar
tu muerte
como el desdoblamiento
infinito
de una presencia apenas
perceptible
No sé
Tengo vendada el alma
Sólo quiero
ungir tus ojos con el
claror de mi vida
Te recuerdo
como un caballo espumoso
tascando
el freno de la muerte
como un cíclope
luchando contra una pared
cornuda
Tierno
cazando una estrella
perdida
en tu cuerpo
Humilde
cuidando una paloma
coja
Iracundo
ante la mesa vacía
del pobre
Te has juntado
contigo mismo?
Y de qué te vale
el cumplimiento de una
soledad
más vasta?
Allí
no sé dónde
tallando con tus dientes
un bosque de marfil
sin intención valedera?
Sólo abundabas en tu
prójimo
Torné a lo obscuro, a larva reprimida otra vez en mi frente
y un terror hizo que gozara de mi corazón en claros cantos.
Estoy seguro que he tentado las cenizas de mi propia muerte,
aquellas que dentro del sueño hacen mi más profundo desvelo.
DOTO MI VIDA DE UNA ESPERANZA AGÓNICA
Úntenme manos traspasadas por un
clavo de oro macizo
manos cuelgan del hombre
manos pinchadas
Tengo hambre
hambre del sueño que afluye en la
mínima sal
Todo mi cuerpo pegajoso
de moscas sucias y doradas
Humberto Díaz-Casanueva (Santiago, 8 de diciembre de 1906 - Ib., 22 de octubre de 1992) fue un poeta, diplomático y profesor chileno. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1971.
Biografía
Su infancia se desarrolla en el seno de una familia de clase media cristiana, a pesar de que su madre pertenecía a una de las familias más prestigiosas del país.
En 1914 entró a estudiar al Liceo de Aplicación, luego estudió en la Escuela Normal Superior José Abelardo Núñez, donde obtuvo el título de maestro, en 1924, al cumplir 17 años de edad.
A principios de la década del '20, al iniciar tímidamente, su vida literaria, Díaz Casanueva se contacta, ya, con Vicente Huidobro, Gabriela Mistral y Pablo Neruda. En esos mismos años, trabaría amistad también con el poeta Rosamel del Valle de quien será amigo hasta la muerte de este, en 1965. Su primera obra El aventurero de Saba fue publicada en 1926, mientras es un gremialista activo que participa en la lucha sindical de los maestros en Santiago de Chile, exigiendo una enmienda educacional.
En 1928, bajo la dictadura del general Carlos Ibáñez del Campo, tiene que abandonar el país camino del exilio.
En 1938 formó parte de la misión universitaria chilena contratada para extender los programas del Instituto Pedagógico de Caracas. Vicente Gerbasi y el Grupo Viernes le acogieron fraternalmente, lo mismo que Antonia Palacios y Carlos Frías. En la capital venezolana escribió El blasfemo coronado y La aparición publicada en 1984.
Durante el gobierno del presidente Salvador Allende (1970-1973), Díaz Casanueva fue embajador de Chile ante la ONU. Posteriormente será miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua hasta su muerte, ocurrida en Santiago en 1992.
Durante toda su vida estuvo comprometido con la defensa de los Derechos Humanos y contra la segregación racial.
(Sacado de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] )
*
Tres poemas de Requiem, 1945:
¡HAY, YA SÉ POR QUÉ ME BROTAN LÁGRIMAS?
II
¡Ay, ya sé por qué me brotan lágrimas!, por qué el perro no calla y araña los troncos de la tierra, por qué el enjambre de abejas me encierra
y todo zumba como un despeñadero
y mi ser desolado tiembla como un gajo.
Ahora claramente veo a la que duerme. Ay, tan pálida, su cara como una nube desgarrada. Ay, madre, allí tendida, es tu mano que están tatuando, son tus besos que están devorando.
¡Ay, madre! ¿es cierto, entonces?, ¿te has dormido tan profundamente que has despertado, más allá de la noche, en la fuente invisible y hambrienta?
¡Hiéreme, oh viento del cielo!, con ayunos, con azotes, con puntas de árbol negro.
Hiéreme, memoria de los años perdidos, trechos de légamo, yugo de los dioses.
A las columnas del día que nace se enrosca el rosario repasado por muchas manos,
y el monarca en la otra orilla restaña la sangre,
y todas las cosas quedan como desabrigadas en el frío mortal.
¿Acaso no ven al niño que sale de mí llorando, un niño a la carrera con su capa de llamas?
Yo soy, pues, yo mismo, jamás del todo crecido y tantos años confinado en esta tierra y contrito todo el tiempo, sujeto por los cabellos sobre el abismo como cualquier hijo de otros hijos,
pero únicamente hijo de ti. ¡Oh, dormida, cuya túnica, como alzada por la desgracia llega al cielo y flota y se pliega sobre mi pobre cabeza!
¿PUEDE CALLAR EL HOMBRE SI ESTÁ
ROTO POR LOS HADOS?
III
¿Puede callar el hombre si está roto por los hados? ¿jactarse de rumiar su polvo? ¿le basta el silencio como un caudal sombrío?
¿No pertenecen los sordos himnos a los vivos de la coraza partida?
Aunque las palabras no puedan guiarnos debajo de las piedras por que están llenas de saliva, (son los carozos que arroja la caravana)
yo he de cantar por que estoy muy triste, tengo miedo y las horas mudas mecen a mi alma.
Yo vuelvo el rostro hacia el lugar donde la sombra cubre a su recién nacida.
Palpo la piedra obscura que junta los labios, la mojan lágrimas y se enciende un poco y tiembla como si todavía quedaran sílabas cortadas.
Tu eres y no otra, tú que me estás mirando de todas partes y no me pudiste mirar de cerca, cuando las gradas de piedra aparecieron.
Vi de lejos el ángel que hendía la montaña,
vi tu corona de sudor rodando por la noche,
tu regazo lleno de hielo.
Ahora estamos de orilla a orilla y te llamo y los árboles se agitan como si fueras a aparecer alumbrada por el cielo.
Madre, ¿qué estás haciendo tan sola en medio del mar?
Y solamente responde mi propio corazón como un bronce vacío.
¿No tienes una cita conmigo? ¿no me dejarás entrar en el valle donde vagabundean las castas y los cuerpos desahogados perseveran?
¿O tal vez no puedo traspasar el umbral porque los muertos se arrojan coronas unos a otros y no me es dado entender los huesos ávidos?
Pero tú sólo estás dormida,
bañada por la luz perpetua del amor
y tu abrasada voluntad vaga entre las cosas terrenas como un coro desvelado que crece y me arrebata cuando te llamo en el silencio.
¡OH MADRE INFINITA, TIERRA INMENSA...
VIII
¡Oh madre infinita, tierra inmensa, vida conforme a los pactos!
Si tú mueres, muero y en ti me extravío como el buque en la tempestad
y el que tira tus cenizas contra la peña, a mí mismo me está estrellando.
Pero si mueres quedas también viviendo a través de mí como el fruto que una y mil veces sube al monte y no teme escarcha.
y desapareces consumida y tornas a aparecer rescatada y en tus vaivenes de súbito veo que pasas por los ojos de mi hija
como una cinta fulgurante
y le templas sus facciones y le soplas el naciente espejo.
¡Oh doncella que desciendes montada en un águila, con una granada en la mano y que eternamente madura
y con hilos de oro que enredas para la fiesta!
La vida y la muerte osas mezclar y tan extraña afinidad alabo entre visiones.
¡Oh, madre mía, te yergues tan segura en el caos terrible y anhelas sosegarme!
¡Oh, esposa maternal, oh hoja mía, como lenguas de la misma antorcha, como tibios eslabones en la sucesión del tiempo
y libradas de la misma rueda oscura que mueven las edades, todas, y una sola a la vez, confundidas en la espiral,
ahí en el profundo sueño mortal, transfiguran mi alma.
Os digo: ¡conjurad la sierpe que viene a beber al seno,
la madre salvará a los chiquillos del rebaño lanzado a la carrera!
Pues todo hombre, entre o salga del mundo, hundido en una cuna de muchas aguas,
resbala y chispas deja el flujo de su sangre y resbala de nuevo
y las Madres le pasan la mano llena de ojos.
Cinco poemas de La estatua de sal, 1947:
LA NEGRA SABIDURÍA CONVIERTE
AL HOMBRE EN CAÑA
Canto I, XI
La negra sabiduría convierte al hombre en caña
y capullitos aparecen y desaparecen sobre su faz arañada por una mano invisible,
y colas, plumas, harapos
desde la cabeza hasta los pies,
y también nidos donde el pájaro de la tempestad da grito sordos.
Devora el hombre a solas su horrible fruto como el ermitaño que alimenta el cuervo
y suele quedar absorto, con las piernas cruzadas, el manuscrito a su lado ni cerrado ni abierto.
Y pasa la vida como una misteriosa danza de años secretos sin un momento de tregua
y cuando ya viejo no le concierne nada y cuelga una corona de las ruinas y lee versos griegos y latinos
y cae desplomado cuando escucha el silbido del barquero.
Y LLAMO A MI HIJA Y A MI HIJO,
PÁJATOS ATÓNITOS...
Canto I, XVII
Y llamo a mi hija y a mihijo, pájaros atónitos en el espacio radiante,
tronos donde el corazón amedrentado implora imágenes de los dioses.
Y hacemos la ronda sobre los senos de la tierra,
allí brota una leche que mama el moribundo para ahuyentar el pozo,
¡la luz de los justos en la noche de los sabios!
Y ambos mensajeros van en busca de mi alma
y se levanta un cuerpo lleno de silbidos.
Una tromba que estaba dormida!
Mirad cómo vuestro padre danza lleno de días
con su casa brillante entre sus manos
en medio del espacio.
Os siento crecer, como nubes
llenas de un viento encadenado.
Y beso vuestra cabellera trenzada que flota como saliendo de una mazorca hambrienta,
los dientecitos blancos del maíz aguardan la carne amorosa,
el ave azul allí anida y ¡canta canta canta!
¡Y su muerte y resurrección no terminan jamás!
SIRENAS EN GRANDES REDES DANZAN...
Canto III, XVIII
Sirenas en grandes redes danzan, en tu aula se rasgan los velos del templo.
"Aprende, aprende lo que nos destruye y salva, lo que huye y nos modela en su propia huida.
Aprende, aprende, siempre el creador tiene el abismo abierto siempre la vida acaba la enseñanza, de nuevo el hombre es humillado para que otra vez su propia verdad florezca y le redima."
¡Mira como revolotean los búhos! De nuevo reposa en la ciénaga el horizonte,
de nuevo la bestia que se desprende del mar atraviesa el tiempo.
Los hombres son sombras delante del sol,
los niños envejecen tan temprano,
los hombres maduros están muertos,
la dulce sonrisa es grano
para los pájaros marinos,
tu pensamiento arruga la carne,
la muerte escucha bajo las hojas.
TENDIDO EN LA CAMA ESCUCHO...
Canto IV
Los trigos están maduros, bañados por el Fuego, abrasados
Y sobre la tierra tendidos para la prueba.
Hay una ley: es necesario que cada cosa penetre -como las serpientes-
Profética, soñando sobre las colinas del cielo.
Y hay tanto -como sobre la espalda una carga de leña-
Que retener.
HOLDERLIN, "Maduras están..."
I
Tendido en la cama escucho, el alma está fuera de mí como una aureola suelta,
un zumo derramado a fuerza de embriagar,
los ojos muy negros lo mismo que yo,
pero no soy yo.
Escucho cómo avanza, veo al lobo que acecha, al largo invierno invitándola al sitio donde hacinan aves degolladas
¡Oh cuerpo, nada temas! ¡salta! ¡toma las riendas! ¡ostenta el tiempo que contienes!
¿Acaso me asusta el morir? Oh, no es nada (dicen que es un tránsito). Yo no digo nada. Decidme, ¿qué es la vida? Yo rozo con mis labios una estrella que corta el mar oscuro.
Escucho, escucho, mi oído es el hueco más cruel en el espacio,
la habitación está llena de zarza y algo muy grande se mueve en el establo.
Yo me llamo "salero-arrojado-al-rostro", así me llamo,
en el mediodía me pusieron este nombre,
hace ya muchos años, cuando el muerto fue transformado en comida de fieras,
reverenciado en vigilias, instruido para el culto
y yo me hice guardián del otro invierno.
"¿ESTÁS AHÍ?" SÍ, AQUÍ ESTOY YO...
XXI
"¿Estás ahí?" Sí, aquí estoy yo, el eterno retoño, aquí estamos al atisbo del hermoso verano.
Sí, aquí estás tú, esposa mía, grávida entre las mortales,
desnuda como un claro entre las nubes
por donde el alba desciende.
Tu cuerpo como un aletazo, mi cuerpo como el despojo de la noche sangrante.
Y me levanto, busco el agua que no está hecha de lágrimas,
remezco la dormida campana,
el hombre se levanta, toma la gran vara,
pega su boca al seno de la tierra,
pone espejos sonrientes en los aposentos del amor
He de vivir por vez primera en este día cierto
con mi muerte cautiva,
he de caminar al encuentro de las cosas y de los seres.
¡Reproducirlos!
¡El mundo! ¡El mundo!
De nuevo la luz asciende como un casco de bronce
sobre el guerrero en el corpulento caballo.
El topo deslumbrado abre las puertas
y salgo en cuerpo y alma
avanzo hacia el coro.
¡Oh seno de la vida! ¡Oh velo arrancado!
¡Los vivos nos necesitan vivos!
¡Los muertos nos necesitan vivos!
¡El corazón aplacado coloca en sus huecos
los ardientews rostros de los hombres!
Tres poemas de Humberto Díaz-Casanueva,de su obra El sol ciego, 1966:
I
SEMEJANTE A MÍ PERO BROTANDO
POR LA NOCHE
Rosamel
Tu carta tu postrera
carta
me llega
latiendo dentro de tu
muerte
Es tan triste
retener tu mano
ya anegada
Me llega la luz
de un sol ciego
rodando
en el fondo de todos nosotros
Abro tu carta
como si nada hubiera
sucedido
Como en otros tiempos otros
paises
cuando hacia mí volaba
tu corazan impetuoso
para .sostenerme
en el pánico
de la noche calcinada
Una pluma blanca
traspasando
la montana que se desploma
entre nosotros
Una escritura de
zarpa
hiriendo el aire ausente
Un ahogo de pez
tirado por el hilo
Me dices
Creo que estoy demasiado
seducido
por la fatalidad
Espero un milagro
Por qué no?
Escríbame de nuevo por favor
Tiéndame la mano
una vez más
Le prometo despertar
Ahora
si te contesto
solo la bruma comerrá
mi carta
No obstante escribo
Escribo
encima de un vitral errante
A quien escribo?
A quien contade una maravillosa
historia humana
si la muerte refuta
y nada queda
salvo la fuerza de ser?
Un ojo apedreado me mira
Un bramido
acaba la hermosura
Rosamel ha muerto
Muerto?
Atado de manos y de pies
nace de hielo
resbalando
en espantosos partos
sin fecundador
Esta incomprensible
Esta filtrando la noche
comun
dentro un sol estéril
Insensata la lengua
de palo
que pregunta
y queda mutilada
Al despedirme
te abracé más fuerte
dolorido
por oscuros presagios
La ley escrita
en el cuello del hechicero
quemado en la plaza
Te abrace como a un
mástil
crujiente
Había baile
Toda la noche pasamos
ensartando ruiseñores
Hermano mío
Tutor de mi vida entera
Esta noche
golpean en mi corazón
y solo tú respondes
Tú haces que la primavera
me pase la esmeralda
Tú me enredas
los cabellos de la joven
Y de pronto
la disoluci6n de las
palabras
y los gestos
El horizonte hundido
La carne
Mentira!
Desmiento a la evidencia!
Niego a esta instantánea
luna
en la nulidad del cielo!
Abro la noche y miro
desesperadamente miro
con mls entrafias
como si distinguiera
la prolongaci6n de un ser
inmenso
VI
LA INTOLERABLE UNIÓN
DE LOS DESPOJOS
Todo se ha consumado de
golpe
Como una trompeta
te has partido en dos
y sale un chirrido
no sale de ti
sino de la sorda conclusión
del tiempo
Sale el fantasma
que porfiaba en las
conversaciones
Recuerdas?
Recuerdas el súbito crujido
de la seda?
La insurrección de las
sillas?
La camisa cada vez más
lívida?
Decías
Entré!
Pero nadie entraba
Pero un remolino de música
consumía el espacio
y quedábamos atónitos
sosteniendo
la cúpula encendida de
otro mundo
Ahora
el fantasma tiene aberturas
de boca
y nada dice
Nadie dice nada
Las cosas se apagan
lentamente
En tu feroz mordaza
quedan palabras quedan
besos
Nadie dice nada
porque nada tiene sentido
Lo irrevocable
es una verdad vacía
que nos acecha
sin razón verdadera
Al contemplarte
nos contemplamos
petrificados
vivos!
Oh forma! Oh crepitación
de la forma
que nos liberta de la nada
al mismo tiempo que a ella
nos conduce!
Debo alabar o
execrar
tu muerte
como el desdoblamiento
infinito
de una presencia apenas
perceptible
No sé
Tengo vendada el alma
Sólo quiero
ungir tus ojos con el
claror de mi vida
Te recuerdo
como un caballo espumoso
tascando
el freno de la muerte
como un cíclope
luchando contra una pared
cornuda
Tierno
cazando una estrella
perdida
en tu cuerpo
Humilde
cuidando una paloma
coja
Iracundo
ante la mesa vacía
del pobre
Te has juntado
contigo mismo?
Y de qué te vale
el cumplimiento de una
soledad
más vasta?
Allí
no sé dónde
tallando con tus dientes
un bosque de marfil
sin intención valedera?
Sólo abundabas en tu
prójimo
VIII
OFRENDA PARA HACERLO
PRESENTE
Ay!
Tu frente fue mi acantilado
Tu mana mi abrevadero
Tu ángel
mi horno de la noche
Tu poesia
la marca candente sobre mi
alma
Tu horror
la costra de mi
grito
Tu gozo
mi relincho debajo de
la sangre
Me ensefiaste
a aborrecer el oficio
A desdeñar la tinta
A suprimir las vocales
A trabajar a pura sangre
desbocada
Jamás quisiste ser
celeste
ni quemado por la
pedreria
Siempre de cal de
liquen
de cuerpo
pasado por el ojo de una
aguja
Siempre sintiendo
nostalgia de tierra
dentro de la tierra
Oh muerte muerte!
Aqui
dentro de mi por
siglos henchidos de
ti
devorando en mí
las migas de los seres!
Peso cansado de todo el
universo
sobre mí
tan pequeiio
a la vez que tan grande
en la presunción de mis
poderes
Muerte que te vengas de
que hayamos nacido
para qué?
Para dejar un ancla
forrada de chispas
que desciende
fundida
en un increible sueño?
Rosamel
Nos han incomunicado
Te tragaste las Haves
Hay una cerradura mohosa
Hay ancianos
juntando los orujos
Hay una pala hundida
en el desierto
Esta noche
ya sin horas
Este sabor a tábano
Este silbido
en el pals del vértigo
Esta imagen en que
nadie se reconoce
Ay!
Cómo quisiera
imaginarte vivo
vivo dentro de tu muerte
en un acaecimiento
de inauditas formas
tentando
tentando
resucitar al hombre
dentro del Hombre!
Ahora
este mar que se come
las olas
Sin embargo te veo
te corroboro
te alucino en mi memoria
herida
Te arrojo espuma
lustrándote
la figura verdadera
El pájaro dunga, 1985:
EL PÁJARO DUNGA
Soy el P Á J A R O D U N G A
Así es y fue
Hasta que uno envejece y
vomita conejos
Uno siempre vive de improviso
Cicatrizando el Espacio
Dicen que mis vuelos son inmóviles
O que mis alas
Son un golpear de puertas en
Los palacios de marchitas
Edades
Mis vuelos son los adioses de los
Hombres
Regreso a las catacumbas de la
Mente
Donde una C R E S T A O S C U R A
Es venerada
La Gracia es una estatua inocente
Partida a hachazos de plata
Agítase sobre el hombre
Un cisne negro
Contrahecho
Al borde del Paraíso
Encuentro que la cosa más
Ínfima
Es sobrenatural
Es claro
Allá mis alas son de mármol
Mis trinos son aullidos
Mis picotazos violan
Sombras hostiles y
Proféticas
Nadie sabe que tengo gusto
A rocío venenoso
Regreso a la zozobra de la
Tierra
Cada vez más estéril
Llego rebosante de un flujo
Trágico
Pero
Una sonrisa fugitiva
Sobrevive
Al azote que zumba en las
Inmensidades
Bebo
¿Dónde está el charco
Inconsolable
Que brota del cáliz?
¿Dónde?
Hombre domado por los hombres
Sudo
Dentro de una divinidad
Que comienza
En el ojo blanco de un caballo
Llevo la hoja de olivo
Honda y marchita
Trofeo de una inesperada
Sobrevivencia
Delirante
Mis trinos la transfiguran
¡Mujer!
Embozada en un devenir más
Puro
Para ti mi vuelo es el borde
De una impetuosa
Ola rupestre
¿TE LLAMAS EURÍDICE?
Tu sueño es una madeja
De sangre relampagueada
No soy digno de mí
Soy trivial y chocho
Abrazado con mis vuelos
A una torre de llagas
Quiebro
Mi costilla de alabastro
Mi huevo
Como un caramelo en la
Boca
De una señora gorda
Tengo miedo
Mi rango a veces es de
LORO
Me ensarto en la alambrada
De púas
Los labios del aire son
Vidriosos
Porque se entreabre un cuerpo
Y entra un hipopótamo
Obsceno
Mi vuelo es cada vez más
Humano
¡Leo
En el áureo texto del magnánimo
Equilibrio universal!
TODO ES JAULA
PARA QUE UNO SEA PERFECTAMENTE
UNO
Duermo
Meciéndome en los colmillos
De un elefante castrado
En una copa de hielo
Quebradizo
La Luna está derritiéndose
Solamente bebe el
Desvelado
Por una higuera
Se va se va trepando un
Hombre salobre
Canto
Me recompensan con ayunos
Espulgo la barba de los
Reyes
Ay
Soy un pájaro andrajoso
Desplumado
Seguido por crepitaciones
De piras
Funerarias
No parece que vuelo
Sino que soy peloteado
Por una luz bizca
Me hundo en el aire como
Una tijera demente
Entonces
¿Qué hace tan caótico pájaro
Entre pájaros de presa?
Uno quisiera llegar a la
Oblación del arroz
No hay arroz
Hay una corola de llena de
Pus
LADRO
A LA INHUMANA MAGNITUD DEL
UNIVERSO
La paloma y el cuervo
Lejanamente
Me conciben
El huevo es el prisma del
Eterno Retorno
Mi padre afilaba las llamas
En el crucifijo de las
Leñas
Cuando murió
Un cóndor lo gorjeaba
Vanamente lucho contra el
Hercúleo cielo
Ti su mi mbili benge kulú
Los pájaros sostienen un
Trono sobre el mundo
Las tribus van penetrando
Dentro de la roca
Carnívora
MIEDO
HOJAS
DADOS
ARMONIUM
CAMELLOS
¿No escuchas el desierto que
Vibra
Debajo de la Gran Ciudad?
Alguien bebe un sorbo de
Esperma
De mi nido
Siento el golpe el golpe
De cataratas secas
Mis provisiones celestes
Desfallecen
Los hechiceros
Preservan un cadáver de
Cuatro cabezas
Vuelo detrás de una G R A N
E S P A L D A
Trizada por el gong
Ojos negros ennegrecen
Todo lo que miran
Tahúres ciegos juegan
Con pájaros y toros
La vida se torna
Pálidamente
Tácita
Yo afirmo que el hombre
Tiene plumas
Agallas y un gran rabo
Así pregona los poderes del
Espíritu
Yo tiemblo por el Ogro
Con aspavientos de
Misericordia
¡Misericordia!
Me soslayan
Me hacen volar en los
Sótanos
Mi chillido es una
Indecencia
En el sacrosanto silencio
Soy el Pájaro Dunga
Dugagadundun
Mi osamenta cubierta por la
Seda
Asciende dentro de la Gran
Esfinge
Mi vuelo es el deshojamiento
Del Libro de la Perdición
De los Santos
¿Quién lo agusanó
Jurando ser fiel
A roncas voces alumbradas?
Arrojo tobillos de plata
A un Espantapájaros
Tan parecido
Ay
Parecidísimo a un hombre
Tal vez voy a morir
Como una gallina en su caldo
Mientras tanto
Desenrollo
Sábanas fosforescentes
Un hombre amanece
Pletórico de un vigor
Malsano
Lo aturde el peso de una
Blancura rígida
Revolotean ratas
Rejuvenecidas por el asco
ARROBADO ANTE MÍ MISMO
ME CORTO LA LENGUA
PENDE DE MI CUELLO UN
SAQUITO DE DINAMITA
LA AURORA SURGE COMO UNA
CALAVERA ROSADA
Soy la cicatriz de una
Campana
Siempre henchida
Para regocijo de crédulos y
De simples
El Ser sólo testimonia
Criaturas
Con espesos antifaces
El hombre sufre de
Hemorragias
Animales
Transpira cenizas escritas
Por un dedo
Que pesa como una tonelada
La luz está viscosa
La luz sólo cristaliza
En un juego de espejos
Mímicos
Allí el hombre gira gira
Dueño presunto de sus
Lontananzas
La testa del Sol permanece
En un encrespado pesebre
Rodeado
De tigres melancólicos
La trepidación de mis alas
Llena los aires
De cabellos de mujer
El arúspice dice
En tus entrañas hay una
Mordedura de serpiente
Náuseas
Hijo de puta en un lugar
De whisky barato
Mi za gogo ti bi maya
El pájaro Dunga es demasiado
Longevo
Para ser solamente el
Pájaro Dunga
Entonces
Anido dentro del pecho
De un
ÁNGEL BESTIAL
¡Criatura humana!
¡Máscara de grandes manos
Viviente
En una sublime agonía!
¡Lengua emplumada con
Sonidos espantosos!
Me extiendo por su sangre
Y por su linfa
Le acaloro los huesos
Hundo mi pico en su
Corazón
Mis garras en su hígado
Mis orines salen revueltos
Con sus orines
Mis nervaduras con sus
Nervios
Sus sesos
Cascos de corceles alados
Taladro sus sesos
Los alivio
Con más enigmas y más
Sueños
El Hombre-Pájaro no sabe
Lo que es
Pero su verdadero vuelo es
La ondulación de sus
Abismos
(Él se llama Bindú
Casado con Bindí)
Ambos lamen los mohos de la
Tierra
La basura apetitosa de un
Hermoso barrio
Arrastro el arco iris
Lo enredo en la danza de la
Muchacha ahogada
Pájaro-Hombre
Sólo conozco tu gris
Proximidad
Una flecha de oro atraviesa
Mi cuello
Estoy posado en lo más alto
De las Horcas
El hombre incinera sus
Ruborosas
Muñecas
Devora virutas de la
G R A N C R U Z
Me saco los piojos de mis
Plumas
Mis plumas sólo vencen las
Distancias más sagradas
A mi derredor
Todo se vuelve subterráneo
He clavado los pies del
Hombre
Encima
De los pies de la Mujer
Me parecen aureolados
Siembran grumos de sangre
Melódica
Vuelo
Un descenso puede ser
Hacia una altura enterrada
Mis dientes chisporrotean
En la punta de una espada
He ensartado un cráneo de
Ángel
Recogido en los mataderos
No a todos los césares
Respalda la historia
El Anticristo monta el
Cordero enmascarado
No a todos los hombres
Vence el mar sulfúreo
Tengo la garganta llena de
Lagrimas
De la profundidad humana
No me desprendan de la
Tierra
El Cielo es la mitad
Inaudita
De la tierra
Vienen disecadores ancestrales
A substituirme en los
Vuelos
Vuelo sombríamente
Un niño con un espejito
Me ciega
Parece que estoy oprimido
Dentro de una chaqueta de
Yeso
No puedo chupar los fluidos
Del espacio
Mis débiles patas
Grotescamente
Hacen bolas de lodo de hombre
Así
Trabado en la cerradura de
La vida
¡Crac!
La supervivencia se torna
En un terror perenne
Ay
Veo a lo lejos un horizonte
De barriguitas hinchadas
HAMBRE
HEMBRA
HOMBRO
HOMBRE
La hembra del hombre es el
Hambre
El hombro del hombre es la
Hembra
El hambre del hombre es el
Hombre
¿Por qué un piano lleno de
Luciérnagas en una
Calle desierta?
¿Por qué doras la espiga
Que se colma
En los cementerios arrojados
Al mar?
¿Por qué zurces tu corazón
Con el hilo de las Parcas?
Se me acerca un hombre de
Latidos enormes
Vestido de crespón
Me dispara
La bala sólo me adormece
Sueño que estoy en una
Pajarera
Que tañen
Como una campana
Sollozos ahogados
No hay clemencia en la
Agonía de los
Oráculos
¡PÁJARO EXCREMENTICIO!
Vuelo con una cabeza de
Pescado
Entre los dientes
Sol
Cabeza de pescado rojo
Expulsado por las olas
De un mar
Henchido de náufragos
¿Cómo blandir tus rayos
Para que el hombre
Burlado
Por su ser inconcluso
Ilumine su poder inmanente?
Devoro la miga del corazón
De un hombre
Un hombre no es todavía el
Hombre
Cada vez lo es menos
El Hombre-Pájaro necesita
La siega
De su desierto maldito
Necesita
Volcar sobre lo venidero
La transparencia de su sangre
Crispada
Le faltan designios y
Visiones
Coros de lenguas germinadas
Por la savia
De cipreses temblorosamente
Oídos
Hombre
Agarrado al lúcido caballo
He de enseñarte el secreto
De interiores
Levitaciones
El estremecimiento
De lo universal que se te
Escurre
Entonces
A Bindú
Le despellejan las
Mejillas
Le sacan de su sombra un
Perro hidrófobo
A Bindí
Le estrujan sus pezones
Hasta que mane leche que
No sea
Totalmente humana
Trasmito la última gota de
Agua lustral
Resquebrajo los labios de
Jóvenes amantes
Soy el prófugo de una L U Z
En que flotan
Pececillos muertos
La tierra reverbera
El hombre cava en el vacío
De su forma
Corre tras sus alas
Cien mil pájaros conducen
Un Sol de ébano
Tan brillante
Que la Luz ensombrece a la
Luz
Estamos sitiados por nuestras
Arideces
Nuestras últimas manos
Han de florecer
En las más abruptas
Torres
El Pájaro-Dunga vuela
Vuela vuela
Dentro de un pecho cargado de
Cerrojos
¿Cómo no prosternarse ante
Los pasos recónditos?
Hombre
La boca llena de colas
Hombre-Pájaro en la
Congénita montaña
Sus ojos oprimidos por unos
Atroces pulgares
Un Hombre
Fatigosamente sostiene su
Mente
Rompe músculos de bronce
Los trinos calman la fuerza
Impune
¡ZAMBULLIDA EN LA SANGRE
DE UN NACIMIENTO
CIRCUNDADO POR MATANZAS!
Árbol monstruoso sobre la
Espalda
De un hombre asfixiado
En su propio hálito
Nidos pateados
El hombre es el contacto
De un carnoso espejo
Enfermo
Manos infantiles
Agarradas a las colas de
Leones furiosos
De gumi kana nga yo du
Dunga quiere rehacer a un
Hombre
Con el vigor de sus trinos
Trenos
El maná convulsivo manando
De la muerte
Siempre prematura
Hilillos de sangre del
Espejo trizado
Dunga vuelva erizado de
Puñales
Por un camino de llamas
Vuela revuela sobre un
Féretro vacío
Donde cae
Interminablemente cae
La sangre lechosa de un
Dios ciego
Que se deshace en la semejanza
Otros poemas de Humberto Díaz-Casnueva, de los que ignoro libro y fecha donde figuran:
LA VISIÓN
Yacía obscuro, los párpados caídos hacia lo terrible
acaso con el fin del mundo, con estas dos manos insomnes
entre el viento que me cruzaba con sus restos de cielo.
Entonces ninguna idea tuve, en una blancura enorme
se perdieron mis sienes como desangradas coronas
y mis huesos resplandecieron como bronces sagrados.
Tocabas aquella cima de donde el alba mana suavemente
con mis manos que traslucían un mar en orden mágico.
Era el camino más puro y era la luz ya sólida
por aguas dormidas, resbalaba hacia mis orígenes
quebrando mi piel blanca, sólo su aceite brillaba.
Nacía mi ser matinal, acaso de la tierra o del cielo
que esperaba desde antaño y cuyo paso de sombra
apagó mi oído que zumbaba como el nido del viento.
Por primera vez fui lúcido mas sin mi lengua ni mis ecos
sin lágrimas, revelándome nociones y doradas melodías;
solté una paloma y ella cerraba mi sangre en el silencio,
comprendí que la frente se formaba sobre un vasto sueño
como una lenta costra sobre una herida que mana sin cesar.
Eso es todo, la noche hacía de mis brazos ramos secretos
y acaso mi espalda ya se cuajaba en su misma sombra.
TODO SE HA CONSUMADO DE GOLPE
Todo se ha consumado de
golpe
Como una trompeta
te has partido en dos
y sale un chirrido
no sale de ti
sino de la sorda conclusión
del tiempo
Sale el fantasma
que porfiaba en las
conversaciones
Recuerdas?
Recuerdas el súbito crujido
de la seda?
La insurrección de las
sillas?
La camisa cada vez más
lívida?
Decías
Entré!
Pero nadie entraba
Pero un remolino de música
consumía el espacio
y quedábamos atónitos
sosteniendo
la cúpula encendida de
otro mundo
Ahora
el fantasma tiene aberturas
de boca
y nada dice
Nadie dice nada
Las cosas se apagan
lentamente
En tu feroz mordaza
quedan palabras quedan
besos
Nadie dice nada
porque nada tiene sentido
Lo irrevocable
es una verdad vacía
que nos acecha
sin razón verdadera
Al contemplarte
nos contemplamos
petrificados
vivos!
Oh forma! Oh crepitación
de la forma
que nos liberta de la nada
al mismo tiempo que a ella
nos conduce!
Debo alabar o
execrar
tu muerte
como el desdoblamiento
infinito
de una presencia apenas
perceptible
No sé
Tengo vendada el alma
Sólo quiero
ungir tus ojos con el
claror de mi vida
Te recuerdo
como un caballo espumoso
tascando
el freno de la muerte
como un cíclope
luchando contra una pared
cornuda
Tierno
cazando una estrella
perdida
en tu cuerpo
Humilde
cuidando una paloma
coja
Iracundo
ante la mesa vacía
del pobre
Te has juntado
contigo mismo?
Y de qué te vale
el cumplimiento de una
soledad
más vasta?
Allí
no sé dónde
tallando con tus dientes
un bosque de marfil
sin intención valedera?
Sólo abundabas en tu
prójimo
Torné a lo obscuro, a larva reprimida otra vez en mi frente
y un terror hizo que gozara de mi corazón en claros cantos.
Estoy seguro que he tentado las cenizas de mi propia muerte,
aquellas que dentro del sueño hacen mi más profundo desvelo.
DOTO MI VIDA DE UNA ESPERANZA AGÓNICA
Úntenme manos traspasadas por un
clavo de oro macizo
manos cuelgan del hombre
manos pinchadas
Tengo hambre
hambre del sueño que afluye en la
mínima sal
Todo mi cuerpo pegajoso
de moscas sucias y doradas
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