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Poemas anteriores a Metropolitano (1957), :
PÁJAROS PARA YVONNE
Tu cuerpo en qué alegría de revuelo,
que inmediación de trinos, ¡oh agitada
pasión de ti, de tórtola inspirada,
de azul y pluma en claro azul! (Uccello)
Pájaro. Sal. Escribe por el suelo
el gozo de tu jaula enamorada.
Sea risueña alcándara la espada
de gavilán blandida para el duelo.
Yo, tu fronda apartada. Permanente
árbol donde resuena tu destino,
leeré tu trayectoria. Se adivina
tan bien lo que se espera... Del camino
oblicuo, qué te importa, ¡oh diferente
mirlo de luz si vienes a la encina!
LAS AGUAS REITERADAS
Récifs délicieux, Île toute prochaine
I
En las aguas profundas,
en las ondas del sueño amurallado,
a menudo apareces, y en el curso
verde y olvidadizo de los ríos.
Conozco tu presencia
en las cortezas húmedas del aire
y sé que en un lugar,
excavada en la lluvia
tu iluminada soledad persiste.
II
Aires tan dulcemente amanecidos,
apenas rotos, aires
y ya un párpado triste os oscurece...
Arrecifes al alba,
manantial en suspenso,
ojos en que se espuman tus cristales,
bañas de pronto y amamantas, lavas.
Los marítimos vientos
y fluviales contornos verificas
¡oh escogida mañana
semejante a la lágrima de un niño!
III
Mira el pequeño cauce incorporado
donde nace el arroyo,
las almas vegetales anhelantes,
y un aliento de orillas
siente que hacia tu carne se evapora.
Como suben las savias y rezuman
esparces tú la boca por tu tronco.
Lengua con sed, sedientas las raíces,
tendéis las hojas ávidas, iguales,
y os entregáis al mismo cumplimiento.
(En los cielos más altos se diluyen
las playas arrancadas
con sus calmas antiguas y rompientes
y convoca sus cántaros el río.)
IV
Oh pájaro en dulcísima pendiente
y corazón en tránsito de brisa,
la libertad te tiembla.
El amoroso músculo del nardo
hacia el paso flexible,
la saeta risueña de tus pechos
se tiende humedecida,
y una cintura limpia se doblega.
En la piedra untuosa
la huella engarza un aran del de frío
y flota tu camino en la tormenta
-blanco delfín entre sus densas redes-.
V
Tu corazón de lluvia largamente
aprendido del aire y de la rama
¿hacia qué espacios va,
.....................................sobre qué viento?
El cuerpo lleva uncido por el pulso,
hacia el rayo lo invita, lo apresura.
La libertad del cuerpo
y los ríos de piel se desoprimen,
sus sensitivos lechos abandonan
los muslos limitados de caricia
y el brazo y la garganta.
Todo el amor por estas fuentes libra
un dios delicuescente.
Y en el nombre del pájaro,
de la inflamada espuma del almendro,
en el sabor del fruto propagado,
alguna paz de la fatiga abierta
con los latidos mansos configura
un ciervo entre los pechos de alegría.
VI
Llueves,
...............en ti se cumplen
como aquellas del mar de que proceden,
las aguas reiteradas de tu sueño,
tu número de nubes y de peces.
Por tu blanda corriente
levantada la luz hacia las cumbres
sube.
.........Desde allí viene el hijo
como un dulce rebaño
que desciende las húmedas laderas
y aproxima la fuente
de tu entraña sombría, desgranada
como una profunda
cascada de cerezas.
VII
Sobre el campo embriagado, tu camino
ligero hacia los pórticos recoge
el alma y el auspicio de la nube,
peristilo esbeltísimo que apura
en abril instantáneo, entre avellanos,
el culto repetido de tu gracia.
Así, llena de lágrimas, alegre,
húmedo el cereal de tu cabello,
florecida en la tarde me pareces
un laurel en la lluvia iluminada.
VIII
A veces sorprendía
flotando tu cabeza por mi cuerpo.
Era en agua cercada,
obscura en que dejaba de seguirte,
pero a toda la orilla,
desde el profundo centro estremecido
se impartía una onda
de corazón despierto, sin sosiego.
Estabas sobre el pecho
nocturno de inundadas soledades,
aquí comparecida, sin deseo,
sólo furtivamente abandonada,
como si una tormenta que olvidamos
hubiese desistido y no quedase
de ti más que esa dulce
provocación de párpados y labios.
Luego eras luz y transparencia tenue
y volvían las sombras a tenderse
sobre este mar de piel acantilada.
De Metropolitano, 1957:
UN LUGAR DESAFECTO*
Here is a place of disaffection.**
Penetrare la cueva
de bisonte y rail riguroso
la piedra decimal que nunca
conoce.
.............Soy urgente
y frágil
de alabastro.
Iré.
.....Iré al angosto
pasadizo sin dolor que habitan
y por la larga espalda de las sombras
sobre un viento de vidrio.
..............Cuentan todos por sueño
..............y el sueño tan aprisa
..............los parpados tramonta y se revuelve
..............sobre su huella…Turbios
..............como el temor o ciegos como el humo
..............Inútilmente se preguntan.
.......................................................Saben.
..............Pero no yo.
.............................Quisiera
averiguar si aun el pacto antiguo
puede ser entendido, si allá arriba
En el fragor de torres,
de suplicada primavera –lejos
del muro que tallaron- vive.
Si todavía cuderpos
firmes sobre la muerte que no esperan,
si la sangre propuesta,
si un dios naciente, si el amor
como una fronda súbita en el cielo...
Oh bóveda, pregunto
si acaso es este el tiempo convenido,
si el plazo que pusiste se consuma.
.................¿El doloroso vínculo nos ata
.................las sangres contagiosas y las frentes?
.................Trepida el mecanismo
.................dulce que de costumbre imaginaron.
.................Se funden
..............................como un bosque
.................culpable, como un viento de sílice
.................se esparcen.
Cometemos un círculo que dura.
¿Mas quién impedirá que un tiempo0 corra
más ágil que otro tiempo?
La imprecisa figura repentina
se nutre de peligro.
Cambia
............regresa
.......................crece
medita las estrellas y las une.
Permanece posible sobre el cuerpo
común, sobre la roca originaria
en esta hora de partida.
......................................Absorto
archipiélago extraño
improvisa un abismo transparente.
..............Basta volver la vista:
..............la soledad del árbol se propaga
..............y soy su presa singular.
...............................................Un hueco
..............cercado de silencio inviolable.
... es otra vez poema;
la palabra empezada prevalece
y mide el mundo sus instantes fuera.
............................Se oye llover sobre el metal marino
............................morir el agua sobre el agua viva.
* En "Un lugar desafecto" se alude a la contrastada densidad de percepción entre el subterráneo y el mundo a la intemperie.
** El epígrafe pertenece a Burnt Norton (1936), el primero de los Cuatro cuartetos (1943) de T.S. Eliot (1888-1965). n concreto, se trata del primer verso del tercer movimiento, en el que también se habla de un viaje en metro, en este caso el londinense.
TIMBRE*
"No sobre la tierra ha muerto Licos de Naxos
sino que en la mar".**
Alrededor, a veces,
los objetos se ponen en contacto,
difíciles de pronto,
como si no quisieran
guardar nuestra conciencia construida.
Y allí, en lo más íntimo
de la otra parte circular, estalla
un ruido.
................Un tallo con espinas
urge en la atmósfera, penetra
las actitudes familiares. Y antes
que preguntemos, mucho antes
que el último silencio lo destruya,
un viento de rumores
entra por los resquicios, restituye
su selvática forma a la memoria.
Y es en ese momento
cuando asoman las branquias abisales,
oscuras del coloso,
y entonces cuando suena
la voz que no sabemos por quién clama:
Licos el mercader.
Ven a verle a su tumba.
¿Licos? No situamos
su nombre en la imperiosa
página.
.............Del día
terrible ¿cuánta muerte
naufraga?
................Hemos visto
el féretro, quién sabe, despacioso
cruzar la arena en andas
una tarde de octubre, y unos niños
saltando, mientras mudan
el cuerpo.
.................¿Nos enseñas
de nuevo aquel rigor, las rojas
erosiones y el defecto profundo
de las órbitas?
...........................Pero ya recordamos.
Tú no existes.
...........................No estás bajo tierra.
Ningún lugar sino el perpetuo movimiento
en que residas, que nos llame. Oímos
tu voz al transparente.
Oigo tu voz.
..................Oigo tu voz.
.......................................¿Quién grita
que trepidan las turbas en el fondo?
Por veredas extrañas
se hace la multitud, se puebla el mundo
de espantosa presencia. Los cristales
se han roto, los números disuelto.
Ya no estamos
al filo de saber, como extraídos
del hombre, detenerte.
¿No respondes?¿O nunca nos dirás
quién eres?
..................Sólo un ojo
como una gota sobre el mar, o un brusco
crujido que a las puertas
del precipicio corporal se evade.
Corre un líquido, ahoga
el delgado instrumento. No podemos
volvernos, nos empuja
el mundo puerta a puerta. Guillotinas,
rápidos corredores, escaleras
mecánicas, paredes
juntas en la penumbra hacia el sepulcro.
¿Quién ha visto un cadáver? ¿Quién ha visto
de pie, llorando, a un hombre que no existe,
con mortaja de peces, que buscaba
otro cuerpo?
.....................¿Sabe alguien
de un verde hueso antiguo?
¿Me ha visto alguno antes?
Porque tu voz, tu nombre
nos incrusta en un mundo que apartamos
inútilmente desde siempre.
A veces, como lobos
famélicos, las voces nos sorprenden,
muerden en soledad y nos dispersan
los casi reunidos sentimientos.
Los timbres afilados
punzan en las membranas y algo turbio,
un flagelo que irrita, nos confunde
con los objetos en camino.
..............................................Vibran
los andamiajes, los puentes en lo vivo
del ánimo que cruzan, y esta torre
sin sombra que habitamos un instante
teme por sus cimientos, como cuando
al pie pasan los rápidos nocturnos.
* En "Timbre" se parte de una llamada telefónica.
** Se trata del epigrama XVIII del poeta alejandrino Calímaco, que en el original va escrito en griego.
TORRE EN MEDIO*
Nunca noche ninguna
ni trámite se fueron tan despacio.
Volvía a los lugares
recientes, repetía
las aguas, tarde siempre
para enfilar los pasos escogidos,
y volvía a partir;
la noche inmensa
comenzaba conmigo a mis espaldas.
Pero fue en un instante
real, aquella orilla
blanca, diurna ciudad,
aquella
populosa cultura
vid,
........que viene
por cima de los montes al encuentro.
¿Vienen al hombre los demás?
¿Oyen la voz de auxilio y edifican
tierra sobre la tierra plazas firmes
fortificadas hacia el mar? ¿Conocen
la causa y nos darán
socorro?
Casi sin preguntar toqué su suelo.
Recuerdo el peso extraño,
la balanza de cuerpo poco a poco
presente y cómo iba
cerrándose, y el mundo
veloz, en cambio, y leve de la piedra
desorbitada en derredor. ¿Qué pausa
escogería, qué intersticio
entre dos colisiones, entre choques,
qué pasó entre dos ráfagas?
.................................................No supe
reunirme tan pronto y acudieron
sólo los miembros de la voz.
¿Quién quería guiarme?
Entonces desde dentro
fui suspendido sin saber. De un golpe
cesó la piedra rápida en mis sienes.
Vías alegres comenzaron, soplos
edificados, persistentes
ánimas cielo arriba, bulevares
de espejos, frondosos.
......................................Andaría
por los vidrios oblicuos entregando
de parte en parte mi memoria,
iría al centro de la red, al sitio
desde el que se es vertido,
si alguien cerrase tras de mí las puertas
y borrase mi rostro a lo que viene
siguiéndome. Si el agua
lustral brotara y fuese sin recuerdo.
Si en un lugar de súbito se abriera...
CAFÉ DE TRES NACIONES
..........................................-¿Por acaso
tienen ustedes Cuernos de cristal?
-Al oeste del águila el recinto
según fue al tiempo de fundar.
Vi las horas internas.
Paralelas armadas,
en guardia, las aristas
me condujeron y una voz perpetua,
y adiviné al centro del poder.
Fue un .texto de gargantas, de ojos. Grave
al unísono. Llegaban
en el preciso instante, transgredían
sus cuerpos permutando
la parte de cabello dividido,
cambiando de caminos.
....................................Yo quería
ir por ellos.
...................Y anduve
sobre el andén simétrico y a solas.
Mas luego porque fuera
la carroza esmaltada más despacio,
ven -dije-. ¿ Qué importaba
que acudiera sin verme ?
Rocé el borde, y apenas
tomados de las uñas,
envueltos en lo múltiple por todo,
entramos cuerpo a cuerpo,
adentro de los muros
abyectos del amor. ¡Oh ira,
las medias solas,
las líneas verticales,
que reparten la risa entre los dientes!
-Ven. Ven. Escucha
la aplicada costumbre
del agua-
.................Los brotes cómo estallan,
y tallos en seguida,
inician inminentes ademanes,
se adentran, pujan, rompen
las láminas de espera y nos inundan.
Porque ignoramos
nuestra mitad vacía, nuestra sombra
interior, y aún es posible
el mundo enteramente en los adentros.
................La silla en su madera, ¿piensa?
................¿Despliega sus astillas
................en orden a la aguja?
................¿Hacia el tronco glorioso,
................devastador, al cielo
................clama en lo sordo su garganta opaca?
Oh sí. En lo alto
como un vexilo entre las ramas bate,
como un vexilo al final de las armas,
al viento, la envoltura
sutil. Delgada resistencia.
Oh sí. Oh sí. Conozco
los flancos de metal, el amarillo
ahora
..........ya,
.................cuando empieza a fundirse.
Rompió el aire en los pechos.
Cruzó una sombra blanca sin memoria.
No sé sino torrentes,
vías abiertas al espacio, y que era
un punto allí entre cuerpos más sensible.
La ciudad se vencía.
Con nosotros venían, no conmigo,
detrás de mí los rótulos :
FÁCIL. A TODAS PARTES.
EN TODO TIEMPO. AHORA.
...............................................La ciudad
-más fuerte
rompió un aire sin límites-
saltaba en fragmentarias
luces.
Y fue en la loma externa,
donde florecen los geranios
cultos en los bidones de albayalde,
el tránsito a la ola
carbonosa y crujiente,
el paso al otro sueño.
................................. ¿Donde había
visto la torre en espiral en medio
del oscuro relámpago,
la palmera de Delos
oculta, los altares
ocultos desde el agua?
Porque no conocía
tierras al otro lado, ni otro paso,
ni obstáculo a los ojos en la suerte
inacabable.
Nunca
...........había visto las islas
y eran casi recuerdo cuando estaban más cerca;
proa enemiga, riesgo.
Pasaba
...........largo tiempo sin saberlas.
* En "Torre en medio", cuyas primerasimágenes se refieren a la llegada por el aire a una ciudad, se narra una aventura venal en esa ciudad desconocida.
De Diecinueve figuras de mi historia civil 1961:
FIESTA EN LA PLAZA*
(14 de abril)
Cambiaron de color
la enseña del estanco,
me acuerdo, y de los coros
múltiples que vinieron.
(El hombretón de bronce
firme sobre sus arpas
y la inmensa batuta
con que me señalaba.)
Tenía un perro grande
con ruedas,
un perro que recuerdo
por las fotografías.
¡Qué lástima! Me dicen
que estaba muy alegre,
que aplaudía y gritaba
con todos, que ofendía
a las personas serias.
Y no puedo acordarme.
¡Qué lástima! Y en cambio
recuerdo el pasacalle de capas de colores,
recuerdo el entusiasmo, la multitud,
el brazo. ¡Ah, qué lástima!
Quisiera poder verme
tras los balaustres del balcón
oyendo,
o aquel día al galope
sobre mi perro blanco.
* El poema va acompañado de una fecha, el 14 de abril, que recuerda el día de 1931 en que se proclamó la Segunda República española, una fiesta que el protagonista del poema no recuerda, a pesar de haberla vivido de niño. Este olvido contrasta probablemente con los recuerdos vivos de otro acontecimiento histórico: la entrada de las tropas de Franco en Barcelona, en enero de 1939, que el protagonista hubiera preferido no guardar en su memoria.
UN PUEBLO*
Oh bendita tú, aldea, a do la casa es mas ancha, la
gente mas sincera, el ayre mas limpio, el sol mas claro,
el suelo mas enjuto, la plaza mas desembarazada, la
horca menos poblada, la república mas sin rencilla, el
mantenimiento mas sano, el exercicio mas continuo,
la compañia mas segura, la fiesta mas festejada, y
sobre todo los cuydados muy menores y los pasatiem-
pos mucho mayores.**
Para admirar aquella plaza antigua,
hermosamente enferma de abandono,
veníamos de lejos.
...............................(Un pueblo es un paisaje
de pintoresca tradición humana.)
Anduvimos las calles empinadas,
entramos en la iglesia, contemplamos
otra vez el efecto de los montes
azulados cayendo sobre el campo...
Como suele ocurrir
(nuestras horas comportan una idea de renta)
no tropezamos gente
sino entrada la tarde en el café
envuelto en una sombra azucarada.
Una paciencia mineral
se pringaba en los naipes untuosos.
En la esquina encendieron
la luz sobre una puerta con letreros:
CASA DEL...
....................que será ahora
el centro parroquial o el sindicato.
Nos íbamos. Los faros
teñían de amarillo las piedras de la fuente
cuando aquel golpe violento
resonó en la chapa.
...............................Nos miraba
por delante del grupo, con bravura,
hueca la mano aún igual que un arma
todavía humeante del disparo.
(Oh déjalo, es un loco,
un insensato...)
.........................Carretera adelante
yo miraba las puertas, las paredes
lívidas de la noche
con una extraña sensación, pensaba
que en cada una habría alguien apuntándonos,
que a nuestra presencia escandalosa
en todas partes respodía
la enemiga mirada, la sonrisa
de antes. Porque algo
que no sabía qué era nos marcaba,
algo que consistía en estar allí,
en el agradable
sopor del camino y en irles a observar
a sus pueblos decrépitos.
Como un árbol,
como una planta inoportuna,
me sentía crecer,
húmedo de miedo,
en medio de la avenida suburbana,
suplicando
a la luz de las bombillas enrejadas.
* El elogio de la sencilla vida de campo tiene una evidente intención irónica, dada la violencia con que los lugareños reciben a los visitantes de la gran ciudad.
** El epígrafe es un pasaje de Menosprecio de corte y alabanza de aldea (1539) del escritor y eclesiástico renacentista Antonio de Guevara (1480-1545).
APELLIDO INDUSTRIAL*
Mucho tiempo,
en las raras visitas, cuando iba
ganando día a día, me produjo
una impresión amable.
Quedaba un olor acre,
como a tinta, y un sabor de madera y hierro nobles,
la memoria del ruido y las imágenes
maravillosamente descompuestas.
Recordaba una esquina
gastada por las manos,
tierna como la voz del padre,
y un lugar con esferas de mármol.
Pero aquel portalón
que un día cruzaba
y otro día olvidaba, por motivos
casi mágicos,
se fue haciendo presente.
Allí estaba mi nombre
escrito, allí por las mañanas
temprano terminaba la luz,
el aire..., y todo cuanto hacía,
todo estaba pagado, todo a crédito
de libertad rendida, de conciencia
confusa...
..................No, no quiero, dije
mirando los montones
de escombros,
la tierra verde y negra de la calle futura.
...y una muchacha triste que pasó
sin prisa...
..................Y era libre
sólo para decidir lo que no importa.
* Barral evoca en este poema sus primeras visitas a Seix Barral, la editorial familiar que terminaría por dirigir y convertir en uno de los sellos lietarrios más importantes y renovadores de la segunda mitad del siglo XX.
LUNA DE AGOSTO
Insistió en no acercarse demasiado,
temerosa de la intimidad caliente del esfuerzo,
pero los que pasaban
cerca con los varales y las pértigas
nos sonreían,
y sentía con orgullo su presencia
y que fuese mi prima (aún recuerdo
sus ojos en la linde
del círculo de luz, brillando
como unos ojos de animal nocturno).
Yo quería que viese
aquel vivo episodio de argonautas
que era mi propiedad, de mi experiencia:
Primero las antorchas,
la llama desigual de gasolina,
luego, súbitamente,
la luz del petromax, violenta,
haciendo restallar los colores, el brillo
de la escama pegada a las amuras,
y los hombres,
veinte tal vez, que intentan,
azuzándose a gritos,
mover el casco hacia la mar
que latía detrás como un espejo.
-Mira, ya arranca-.
Una espina de palos
que caen en el momento
preciso, y gime la madera y cantan
los garfios en cubierta.
......................................Verde
esmeralda el agua
como menta al trasluz, y ellos
tensos como en un friso
segado por sus hojas, o trepando
desnudos mientras boga
suave olas adentro...
Luego, mientras la lancha se alejaba
se vieron cruzar cuerpos bajo el fanal,
músculos dilatados, armonía
física, y sentimos
que la brisa, como un objeto amable,
se apoderaba del lugar en que dejaron
una estela de huellas y carriles.
Miré a la altura de su voz. -¿Nos vamos?-
dijo, y la sombra azulada del cabello
la recortaba en una mueca triste.
Dulce.
............Me conmovió que fuera
cosa de la naturaleza, como parte
de su incierto castillo de hermosura.
Pero ahora que la hermosura me parece
cosa de la naturaleza sin misterio,
pienso si no sería por contraste,
si estaría pensando en las medidas
de su gloria cercana, en los silencioa
de un atento aspirante al notariado
con zapatos lustrosos y un destino
decente...
...................Caminaba
despacio hacia la calle alborotada.
Las luces del festejo
brincaban en su blusa
como una gruesa sarta de abalorios.
LE ASOCIO A MIS PREOCUPACIONES*
Y hase de notar; que estas cosas son aora muy a la postre,
despues de todas las visiones, y revelaciones que escriviré,
y del tiempo que solía tener oración, a donde el Señor me
dava muy grandes gustos y regalos.*
Preferiría ahora imaginar
que te soñaba como un robot
metálico o como un antiguo caminante
hecho de humanidades o de audacia.
Pero a la primera juventud es propia
una ternura sin reservas,
y luego... la tradición más inmediata...
Te invocaba según un largo rito,
torturándome hacia los pormenores de tu imagen.
Tocaba los objetos, te buscaba
revolviendo memoria.
Después, con los brazos en cruz, sobre la cama,
pasaba tiempo y tiempo.
..........................................Conocía
que estabas por un dulce cansancio
y entonces me tendía sin mirarte,
sabiéndote allí cerca,
y te contaba mis deseos:
-Haz que el año que viene... Que otro día...
Haz que la chica que encontré el domingo
(o si prefieres aunque sea otra)...
Haz que yo pueda ser... Y, sobre todo...
Tu presencia asentía a cada cosa,
tu blanco estar allí, tu inabordable
reino, transfigurando el sueño en lejanías:
el suave chasquido con que hiende
el tajamar las ondas
o unas ramas de abeto iluminadas,
flotando como un astro en el azul inmóvil...
Cada cita nocturna, cada encuentro
rescataba una parte del vivir diario:
los muros del colegio, los siniestros pasillos o las voces
de la mesa familiar cuando se hablaba de dinero
y además los pecados,
la vergonzosa marca del sexo
y el duermevela de las imaginaciones.
En las horas vacías, por el día,
a veces te ofrecías como un premio
fugaz, pasabas un instante
rozándome, en medio del silencio cargado del estudio,
como un soplo de aire que se dibuja sobre el agua
quieta,
o en las veladas tristes, en familia,
junto a la radio tonante,
o cuando la humillación me acaloraba.
Mas luego nuestro amor, según el tiempo
pasaba por la boca de los que te adulan,
se fue haciendo difícil, nuestras noches
de vez en vez más raras.
Comenzó a incomodarme
la sociedad de tus amigos, la dudosa
verdad de tus quehaceres...
Lo sé. No fue tan simple.
Sé que un día
mutilé la costumbre, sentí un poco
de rubor (la redujimos,
a lo más perentorio...)
¡Qué rápidas visitas en los últimos meses!
Y aprendía
a ver el mundo sin ti,
a llenar tu vacío con las cosas.
No recuerdo
exactamente cómo terminó.
Más tarde
me parecía un sueño nuestra historia.
* Se trata de un poema sobre la relación del protagonista con la fe en Dios. El verso "como un soplo de aire que se dibuja sobre el agua quieta" parece un eco del principio del Génesis: "y el espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas".
** El epígrafe proviene del Libro de la vida (1562-1565) de la mística Teresa de Jesús (1515-1582).
PRIMER AMOR
No lo supimos la primera vez;
lo extraño,
que lo hacía distinto de los sueños,
no estaba en ella, ni
en ser menos real,
más pálida y ausente,
humana donde el mórbido cuerpo imaginado.
Tampoco en la premura
de gestos que, al contrario,
habíamos fiado a maravilla
ni en las voces que nunca imaginamos
—De un pueblecillo cerca de Jaén,
decía, todavía en rosada
ropa interior,
como en un envoltorio de farmacia.
Y luego de rodillas,
cerca, sobre la cama
esquemática:
.......................—Ya ves,
a mis hermanos,
que están bien situados,
esa empresa…
........................Y de pronto una parte
del cuerpo
próxima se imponía,
mostraba su imprevista materia
y hacía que nos olvidásemos de nosotros mismos,
y, como en un relámpago,
amásemos la realidad
y aquella dulce imperfección inmediata.
—Mi madre con los años…
Había unas cortinas de bordes oxidados
y un perchero
como las mecedoras del verano.
........................................................Pero un día
(aunque quizás el tiempo nos engañe
y sea sólo ahora) comprendimos,
supimos de aquel vértigo más hondo
que los minutos en secreto.
Era en las escaleras o en la sala:
aquel señor con aires oficiosos,
el mecánico verde todavía
de grasa, o el alumno,
no estábamos seguros, del colegio,
la gente que encontrábamos, los ojos
que hacían que miraban otra cosa.
Porque habíamos sido
cuidadosamente guardados del contagio,
meticulosamente preservados, y, un momento,
tiraba de nosotros el instinto
más fuerte, nos hacía
extrañamente solidarios.
Ciudad arriba, luego, en el camino
de forzoso regreso a la costumbre,
sentía vagamente -me parece-
algún alivio a mi respecto,
más amigas las cosas, menos prieta
la atención a mí mismo,
como si aquella sensación durase.
Y eso era todo, creo, era muy corto.
O tal vez algún día
escogía un camino sinuoso,
buscaba los repliegues
azules, las aceras
curvas,
donde los niños juegan a los naipes
a la luz de un comercio de ortopedia;
los cielos con alambre
y la humedad afectuosa
de las plazuelas apartadas.
HOMBRE EN LA MAR (fragmento)
Ma quando era mal tempo, o che soffiava il maestrale,
e i sugheri ballavano sull'acqua tutto il giomo, come se
si fosse chi suona il violino, o il mare era bianco al pari
di latte, o crespo che sembrava che bollisse, e la pioggia
si rovesciava sino a sera sulle loro spalle che non ci erano
cappotti che bastassero, e il mare friggeva tutto intomo
come il pesce nella padella, allora era un altro par di maniche...*
I
Porque conocía el nombre de los peces,
aún de los más raros,
y el de los caladeros, y las señas
de las lejanas rocas submarinas,
me dejaban revolver en las cestas,
tocarlos uno a uno, sopesarlos,
y comentaban conmigo abiertamente
las sutiles cuestiones del oficio.
Porque entendía de nudos y de velas
y del modo de armar los aparejos,
me llevaban con ellos muchas veces;
me regalaban el quehacer de un hombre.
Sentía con orgullo
enrojecérseme las manos al contacto del cáñamo,
impregnarme
un fuerte hedor a brea y a pescado.
Sabía casi todo de aquella vida simple,
de aquel azar diario y primitivo.
Sólo que aquella ciencia era lujosa.
No supieron contarme
o no pude entender cómo era aquello
en los días peores, las amargas
semanas de paciencia,
cuando el viento del norte
roe las entrañas y se harta la pupila
de escudriñar los cielos,
en los días confusos,
cuando el mar de borrosos contornos
es sólo como un cascote de vidrio
semienterrado en el fango,
un desagradable incidente o una trampa
para los que pasan corriendo
ciegos bajo la lluvia.
II
Y tú, amor mío, ¿agradeces conmigo
las generosas ocasiones que la mar
nos deparaba de estar juntos? ¿Tú te acuerdas,
casi en el tacto, como yo,
de la caricia intranquila entre dos maniobras,
del temblor de tus pechos
en la camisa abierta cara al viento?
Y de las tardes sosegadas,
cuando la vela débil como un moribundo
nos devolvía a casa muy despacio...
Éramos como huéspedes de la libertad,
tal vez demasiado hermosa.
El azul de la tarde,
los húmedos violetas que oscurecían el aire
se abrían
y volvían a cerrarse tras nosotros
como la puerta de una habitación
por la que no nos hubiéramos
atrevido a preguntar.
.....................................Y casi
nos bastaba un ligero contacto,
un distraído cogerte por los hombros
y sentir tu cabeza abandonada,
mientras alrededor se hacía triste
y allá en tierra, en la penumbra
parpadeaban las primeras luces.
* El epígrafe de I Malavioglia (1881) de Giovanni Verga (1840-1922) puede traducirse así: "Pero cuando hacía mal tiempo o soplaba el mistral y los corchos bailaban sobre el agua todo el día, como si hubiera alguien que tocara el violín, o el mar era de un blanco como la leche o encrespado como si hirviera y la lluvia caía hasta la tarde sobre sus hombros hasta el punto que los abrigos no bastaban y el mar hervía alrededor como el pescado en la sartén, entonces era algo totalmente distinto...".
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