Aires de Libertad

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    Carlos Barral (1928-1989)

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    Carlos Barral (1928-1989) Empty Carlos Barral (1928-1989)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 06 Ene 2023, 12:42

    .


    Carlos Barral (Barcelona, 2 de junio de 1928-Barcelona, 12 de diciembre de 1989) fue un poeta, memorialista, editor (y ocasionalmente, político) español. Perteneció a la llamada Generación del 50 y escribió toda su obra en lengua española.

    Biografía

    Licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona en 1950, se le encuadra en el grupo de poetas catalanes en español de la generación literaria de los 50, dada a conocer por José Batlló en su Antología de la nueva poesía española (1968), junto con otros catalanes como Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo o Pere Gimferrer. Sus primeros poemas fueron impresos con el título de Aguas reiteradas; asimismo, escribió artículos de crítica sobre poesía alemana; siguió su traducción de los Sonetos de Orfeo de Rainer Maria Rilke. Pero su primer libro poético importante fue Metropolitano.​ Siguieron Usuras, sobre el paso del tiempo, Figuración y fuga e Informe personal sobre el alba.

    Casado con Yvonne Hortet, hija de la alta burguesía barcelonesa, tuvieron cinco hijos (la traductora, ilustradora y empresaria Dánae Barral, el escultor Darío Barral, Marco, Alexis e Yvonne). Su vida estuvo fuertemente ligada al mar y a la localidad costera tarraconense de Calafell, donde residía largas temporadas.

    Editor

    Al asumir la jefatura de la editorial Seix Barral, empresa familiar de libros de texto fundada por sus padres en 1911, le imprimió una nueva dirección como referencia literaria entre España y América, editando clásicos de la cultura progresista de los cincuenta, sesenta y setenta. Creó, con ayuda de Jaime Salinas Bonmatí, un premio de edición a escala internacional, el "Formentor", además del Biblioteca Breve y el premio Barral de novela. Se le considera uno de los artífices del boom latinoamericano por dar a conocer a autores como Mario Vargas Llosa, Alfredo Bryce Echenique o Julio Cortázar.

    Político

    En el plano político, llegó a senador por Tarragona en 1982 y parlamentario europeo por el PSC-PSOE.​ Falleció en Barcelona en 1989. En Calafell se encuentra una casa-museo en su memoria.

    Memorialista

    Su obra memorialista se inició en 1975 con la publicacíón de Años de penitencia, libro al que siguieron Los años sin excusa (1978) y Cuando las horas veloces, que obtuvo en 1988 el Premio Comillas de Tusquets Editores en la categoría de memorias. Incluye. además, treinta años de Diarios y la correspondencia, entre otros, con Max Aub, María Zambrano, Camilo José Cela, Miguel Delibes, Gonzalo Torrente Ballester, Vicente Aleixandre, Caballero Bonald, Alfredo Bryce Echenique, Giulio Einaudi, Alberto Oliart, Jaime Gil de Biedma, Jaime Salinas Bonmatí y los presos políticos de Burgos. Su archivo se encuentra depositado en la Biblioteca de Cataluña.

    (Sacado de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] )


    *


    Algunos poemas de Carlos Barral:




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    Carlos Barral (1928-1989) Empty Re: Carlos Barral (1928-1989)

    Mensaje por Pascual Lopez Sanchez Sáb 07 Ene 2023, 05:29

    A la espalda tengo las obras completas de  Ángel González. A mi izquierda las de Carlos Barral  ( espero que no te importe si pongo algún poema en la PROMOCIÓN POÉTICA DE LOS 50: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] ) y Francisco Brines. De  CABALLERO BONALD lo tenía todo y desapareció de la playa. ...

    En fin, gracias por traernos a CARLOS BARRAL.

    Un abrazo.


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Sáb 07 Ene 2023, 05:52

    Es que la generación española de poetas de los 50 es muy amplia y rica en ilustres poetas, Pascual.

    Un abrazo.
    Pedro


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Sáb 07 Ene 2023, 06:01

    .


    Poemas anteriores a Metropolitano (1957), :


    PÁJAROS PARA YVONNE

    Tu cuerpo en qué alegría de revuelo,
    que inmediación de trinos, ¡oh agitada
    pasión de ti, de tórtola inspirada,
    de azul y pluma en claro azul! (Uccello)
     
    Pájaro. Sal. Escribe por el suelo
    el gozo de tu jaula enamorada.
    Sea risueña alcándara la espada
    de gavilán blandida para el duelo.
     
    Yo, tu fronda apartada. Permanente
    árbol donde resuena tu destino,
    leeré tu trayectoria. Se adivina
     
    tan bien lo que se espera... Del camino
    oblicuo, qué te importa, ¡oh diferente
    mirlo de luz si vienes a la encina!



    LAS AGUAS REITERADAS

    Récifs délicieux, Île toute prochaine

    I

    En las aguas profundas,
    en las ondas del sueño amurallado,
    a menudo apareces, y en el curso
    verde y olvidadizo de los ríos.
    Conozco tu presencia
    en las cortezas húmedas del aire
    y sé que en un lugar,
    excavada en la lluvia
    tu iluminada soledad persiste.

    II

    Aires tan dulcemente amanecidos,
    apenas rotos, aires
    y ya un párpado triste os oscurece...
    Arrecifes al alba,
    manantial en suspenso,
    ojos en que se espuman tus cristales,
    bañas de pronto y amamantas, lavas.
    Los marítimos vientos
    y fluviales contornos verificas
    ¡oh escogida mañana
    semejante a la lágrima de un niño!

    III

    Mira el pequeño cauce incorporado
    donde nace el arroyo,
    las almas vegetales anhelantes,
    y un aliento de orillas
    siente que hacia tu carne se evapora.

    Como suben las savias y rezuman
    esparces tú la boca por tu tronco.
    Lengua con sed, sedientas las raíces,
    tendéis las hojas ávidas, iguales,
    y os entregáis al mismo cumplimiento.

    (En los cielos más altos se diluyen
    las playas arrancadas
    con sus calmas antiguas y rompientes
    y convoca sus cántaros el río.)

    IV

    Oh pájaro en dulcísima pendiente
    y corazón en tránsito de brisa,
    la libertad te tiembla.

    El amoroso músculo del nardo
    hacia el paso flexible,
    la saeta risueña de tus pechos
    se tiende humedecida,
    y una cintura limpia se doblega.

    En la piedra untuosa
    la huella engarza un aran del de frío
    y flota tu camino en la tormenta
    -blanco delfín entre sus densas redes-.

    V

    Tu corazón de lluvia largamente
    aprendido del aire y de la rama
    ¿hacia qué espacios va,
    .....................................sobre qué viento?

    El cuerpo lleva uncido por el pulso,
    hacia el rayo lo invita, lo apresura.

    La libertad del cuerpo
    y los ríos de piel se desoprimen,
    sus sensitivos lechos abandonan
    los muslos limitados de caricia
    y el brazo y la garganta.

    Todo el amor por estas fuentes libra
    un dios delicuescente.

    Y en el nombre del pájaro,
    de la inflamada espuma del almendro,
    en el sabor del fruto propagado,
    alguna paz de la fatiga abierta
    con los latidos mansos configura
    un ciervo entre los pechos de alegría.

    VI

    Llueves,
    ...............en ti se cumplen
    como aquellas del mar de que proceden,
    las aguas reiteradas de tu sueño,
    tu número de nubes y de peces.

    Por tu blanda corriente
    levantada la luz hacia las cumbres
    sube.
    .........Desde allí viene el hijo
    como un dulce rebaño
    que desciende las húmedas laderas
    y aproxima la fuente
    de tu entraña sombría, desgranada
    como una profunda
    cascada de cerezas.

    VII

    Sobre el campo embriagado, tu camino
    ligero hacia los pórticos recoge
    el alma y el auspicio de la nube,
    peristilo esbeltísimo que apura
    en abril instantáneo, entre avellanos,
    el culto repetido de tu gracia.

    Así, llena de lágrimas, alegre,
    húmedo el cereal de tu cabello,
    florecida en la tarde me pareces
    un laurel en la lluvia iluminada.

    VIII

    A veces sorprendía
    flotando tu cabeza por mi cuerpo.
    Era en agua cercada,
    obscura en que dejaba de seguirte,
    pero a toda la orilla,
    desde el profundo centro estremecido
    se impartía una onda
    de corazón despierto, sin sosiego.
    Estabas sobre el pecho
    nocturno de inundadas soledades,
    aquí comparecida, sin deseo,
    sólo furtivamente abandonada,
    como si una tormenta que olvidamos
    hubiese desistido y no quedase
    de ti más que esa dulce
    provocación de párpados y labios.
    Luego eras luz y transparencia tenue
    y volvían las sombras a tenderse
    sobre este mar de piel acantilada.




    De Metropolitano, 1957:


    UN LUGAR DESAFECTO*

    Here is a place of disaffection.
    **

    Penetrare la cueva
    de bisonte y rail riguroso
    la piedra decimal que nunca
    conoce.
    .............Soy urgente
    y frágil
    de alabastro.

    Iré.
    .....Iré al angosto
    pasadizo sin dolor que habitan
    y por la larga espalda de las sombras
    sobre un viento de vidrio.
    ..............Cuentan todos por sueño
    ..............y el sueño tan aprisa
    ..............los parpados tramonta y se revuelve
    ..............sobre su huella…Turbios
    ..............como el temor o ciegos como el humo
    ..............Inútilmente se preguntan.
    .......................................................Saben.

    ..............Pero no yo.
    .............................Quisiera
    averiguar si aun el pacto antiguo
    puede ser entendido, si allá arriba
    En el fragor de torres,
    de suplicada primavera –lejos
    del muro que tallaron- vive.

    Si todavía cuderpos
    firmes sobre la muerte que no esperan,
    si la sangre propuesta,
    si un dios naciente, si el amor
    como una fronda súbita en el cielo...
    Oh bóveda, pregunto
    si acaso es este el tiempo convenido,
    si el plazo que pusiste se consuma.
    .................¿El doloroso vínculo nos ata
    .................las sangres contagiosas y las frentes?

    .................Trepida el mecanismo
    .................dulce que de costumbre imaginaron.
    .................Se funden
    ..............................como un bosque
    .................culpable, como un viento de sílice
    .................se esparcen.

    Cometemos un círculo que dura.

    ¿Mas quién impedirá que un tiempo0 corra
    más ágil que otro tiempo?

    La imprecisa figura repentina
    se nutre de peligro.
    Cambia
    ............regresa
    .......................crece
    medita las estrellas y las une.
    Permanece posible sobre el cuerpo
    común, sobre la roca originaria
    en esta hora de partida.

    ......................................Absorto
    archipiélago extraño
    improvisa un abismo transparente.

    ..............Basta volver la vista:
    ..............la soledad del árbol se propaga
    ..............y soy su presa singular.
    ...............................................Un hueco
    ..............cercado de silencio inviolable.
    ... es otra vez poema;
    la palabra empezada prevalece
    y mide el mundo sus instantes fuera.
    ............................Se oye llover sobre el metal marino
    ............................morir el agua sobre el agua viva.

    * En "Un lugar desafecto" se alude a la contrastada densidad de percepción entre el subterráneo y el mundo  a la intemperie.
    ** El epígrafe pertenece a Burnt Norton (1936), el primero de los Cuatro cuartetos (1943) de T.S. Eliot (1888-1965). n concreto, se trata del primer verso del tercer movimiento, en el que también se habla de un viaje en metro, en este caso  el londinense.



    TIMBRE*

    "No sobre la tierra ha muerto Licos de Naxos
    sino que en la mar
    ".**

    Alrededor, a veces,
    los objetos se ponen en contacto,
    difíciles de pronto,
    como si no quisieran
    guardar nuestra conciencia construida.
    Y allí, en lo más íntimo
    de la otra parte circular, estalla
    un ruido.
    ................Un tallo con espinas
    urge en la atmósfera, penetra
    las actitudes familiares. Y antes
    que preguntemos, mucho antes
    que el último silencio lo destruya,
    un viento de rumores
    entra por los resquicios, restituye
    su selvática forma a la memoria.
    Y es en ese momento
    cuando asoman las branquias abisales,
    oscuras del coloso,
    y entonces cuando suena
    la voz que no sabemos por quién clama:

    Licos el mercader.
    Ven a verle a su tumba.


    ¿Licos? No situamos
    su nombre en la imperiosa
    página.
    .............Del día
    terrible ¿cuánta muerte
    naufraga?
    ................Hemos visto
    el féretro, quién sabe, despacioso
    cruzar la arena en andas
    una tarde de octubre, y unos niños
    saltando, mientras mudan
    el cuerpo.
    .................¿Nos enseñas
    de nuevo aquel rigor, las rojas
    erosiones y el defecto profundo
    de las órbitas?

    ...........................Pero ya recordamos.
    Tú no existes.
    ...........................No estás bajo tierra.
    Ningún lugar sino el perpetuo movimiento
    en que residas, que nos llame. Oímos
    tu voz al transparente.
    Oigo tu voz.
    ..................Oigo tu voz.
    .......................................¿Quién grita
    que trepidan las turbas en el fondo?
    Por veredas extrañas
    se hace la multitud, se puebla el mundo
    de espantosa presencia. Los cristales
    se han roto, los números disuelto.
    Ya no estamos
    al filo de saber, como extraídos
    del hombre, detenerte.
    ¿No respondes?¿O nunca nos dirás
    quién eres?
    ..................Sólo un ojo
    como una gota sobre el mar, o un brusco
    crujido que a las puertas
    del precipicio corporal se evade.
    Corre un líquido, ahoga
    el delgado instrumento. No podemos
    volvernos, nos empuja
    el mundo puerta a puerta. Guillotinas,
    rápidos corredores, escaleras
    mecánicas, paredes
    juntas en la penumbra hacia el sepulcro.
    ¿Quién ha visto un cadáver? ¿Quién ha visto
    de pie, llorando, a un hombre que no existe,
    con mortaja de peces, que buscaba
    otro cuerpo?
    .....................¿Sabe alguien
    de un verde hueso antiguo?
    ¿Me ha visto alguno antes?
    Porque tu voz, tu nombre
    nos incrusta en un mundo que apartamos
    inútilmente desde siempre.

    A veces, como lobos
    famélicos, las voces nos sorprenden,
    muerden en soledad y nos dispersan
    los casi reunidos sentimientos.
    Los timbres afilados
    punzan en las membranas y algo turbio,
    un flagelo que irrita, nos confunde
    con los objetos en camino.
    ..............................................Vibran
    los andamiajes, los puentes en lo vivo
    del ánimo que cruzan, y esta torre
    sin sombra que habitamos un instante
    teme por sus cimientos, como cuando
    al pie pasan los rápidos nocturnos.

    * En "Timbre" se parte de una llamada telefónica.

    ** Se trata del epigrama XVIII del poeta alejandrino Calímaco, que en el original va escrito en griego.



    TORRE EN MEDIO*

    Nunca noche ninguna
    ni trámite se fueron tan despacio.
    Volvía a los lugares
    recientes, repetía
    las aguas, tarde siempre
    para enfilar los pasos escogidos,
    y volvía a partir;
    la noche inmensa
    comenzaba conmigo a mis espaldas.

    Pero fue en un instante
    real, aquella orilla
    blanca, diurna ciudad,
    aquella
    populosa cultura
    vid,
    ........que viene
    por cima de los montes al encuentro.

    ¿Vienen al hombre los demás?
    ¿Oyen la voz de auxilio y edifican
    tierra sobre la tierra plazas firmes
    fortificadas hacia el mar? ¿Conocen
    la causa y nos darán
    socorro?

    Casi sin preguntar toqué su suelo.
    Recuerdo el peso extraño,
    la balanza de cuerpo poco a poco
    presente y cómo iba
    cerrándose, y el mundo
    veloz, en cambio, y leve de la piedra
    desorbitada en derredor. ¿Qué pausa
    escogería, qué intersticio
    entre dos colisiones, entre choques,
    qué pasó entre dos ráfagas?
    .................................................No supe
    reunirme tan pronto y acudieron
    sólo los miembros de la voz.
    ¿Quién quería guiarme?

    Entonces desde dentro
    fui suspendido sin saber. De un golpe
    cesó la piedra rápida en mis sienes.
    Vías alegres comenzaron, soplos
    edificados, persistentes
    ánimas cielo arriba, bulevares
    de espejos, frondosos.
    ......................................Andaría
    por los vidrios oblicuos entregando
    de parte en parte mi memoria,
    iría al centro de la red, al sitio
    desde el que se es vertido,
    si alguien cerrase tras de mí las puertas
    y borrase mi rostro a lo que viene
    siguiéndome. Si el agua
    lustral brotara y fuese sin recuerdo.
    Si en un lugar de súbito se abriera...
    CAFÉ DE TRES NACIONES
    ..........................................-¿Por acaso
    tienen ustedes Cuernos de cristal?

    -Al oeste del águila el recinto
    según fue al tiempo de fundar.

    Vi las horas internas.
    Paralelas armadas,
    en guardia, las aristas
    me condujeron y una voz perpetua,
    y adiviné al centro del poder.
    Fue un .texto de gargantas, de ojos. Grave
    al unísono. Llegaban
    en el preciso instante, transgredían
    sus cuerpos permutando
    la parte de cabello dividido,
    cambiando de caminos.
    ....................................Yo quería
    ir por ellos.
    ...................Y anduve
    sobre el andén simétrico y a solas.

    Mas luego porque fuera
    la carroza esmaltada más despacio,
    ven -dije-. ¿ Qué importaba
    que acudiera sin verme ?
    Rocé el borde, y apenas
    tomados de las uñas,
    envueltos en lo múltiple por todo,
    entramos cuerpo a cuerpo,
    adentro de los muros
    abyectos del amor. ¡Oh ira,
    las medias solas,
    las líneas verticales,
    que reparten la risa entre los dientes!
    -Ven. Ven. Escucha
    la aplicada costumbre
    del agua-
    .................Los brotes cómo estallan,
    y tallos en seguida,
    inician inminentes ademanes,
    se adentran, pujan, rompen
    las láminas de espera y nos inundan.
    Porque ignoramos
    nuestra mitad vacía, nuestra sombra
    interior, y aún es posible
    el mundo enteramente en los adentros.
    ................La silla en su madera, ¿piensa?
    ................¿Despliega sus astillas
    ................en orden a la aguja?
    ................¿Hacia el tronco glorioso,
    ................devastador, al cielo
    ................clama en lo sordo su garganta opaca?
    Oh sí. En lo alto
    como un vexilo entre las ramas bate,
    como un vexilo al final de las armas,
    al viento, la envoltura
    sutil. Delgada resistencia.
    Oh sí. Oh sí. Conozco
    los flancos de metal, el amarillo
    ahora
    ..........ya,
    .................cuando empieza a fundirse.

    Rompió el aire en los pechos.
    Cruzó una sombra blanca sin memoria.
    No sé sino torrentes,
    vías abiertas al espacio, y que era
    un punto allí entre cuerpos más sensible.
    La ciudad se vencía.
    Con nosotros venían, no conmigo,
    detrás de mí los rótulos :
    FÁCIL. A TODAS PARTES.
    EN TODO TIEMPO. AHORA.
    ...............................................La ciudad
    -más fuerte
    rompió un aire sin límites-
    saltaba en fragmentarias
    luces.
    Y fue en la loma externa,
    donde florecen los geranios
    cultos en los bidones de albayalde,
    el tránsito a la ola
    carbonosa y crujiente,
    el paso al otro sueño.
    ................................. ¿Donde había
    visto la torre en espiral en medio
    del oscuro relámpago,
    la palmera de Delos
    oculta, los altares
    ocultos desde el agua?
    Porque no conocía
    tierras al otro lado, ni otro paso,
    ni obstáculo a los ojos en la suerte
    inacabable.
    Nunca
    ...........había visto las islas
    y eran casi recuerdo cuando estaban más cerca;
    proa enemiga, riesgo.

    Pasaba
    ...........largo tiempo sin saberlas.

    * En "Torre en medio", cuyas primerasimágenes se refieren a la llegada por el aire a una ciudad, se narra una aventura venal en esa ciudad desconocida.




    De Diecinueve figuras de mi historia civil 1961:


    FIESTA EN LA PLAZA*

    (14 de abril)

    Cambiaron de color
    la enseña del estanco,
    me acuerdo, y de los coros
    múltiples que vinieron.

    (El hombretón de bronce
    firme sobre sus arpas
    y la inmensa batuta
    con que me señalaba.)

    Tenía un perro grande
    con ruedas,
    un perro que recuerdo
    por las fotografías.

    ¡Qué lástima! Me dicen
    que estaba muy alegre,
    que aplaudía y gritaba
    con todos, que ofendía
    a las personas serias.
    Y no puedo acordarme.

    ¡Qué lástima! Y en cambio
    recuerdo el pasacalle de capas de colores,
    recuerdo el entusiasmo, la multitud,
    el brazo. ¡Ah, qué lástima!

    Quisiera poder verme
    tras los balaustres del balcón
    oyendo,
    o aquel día al galope
    sobre mi perro blanco.

    * El poema va acompañado de una fecha, el 14 de abril, que recuerda el día de 1931 en que se proclamó la Segunda República española, una fiesta que el protagonista del poema no recuerda, a pesar de haberla vivido de niño. Este olvido contrasta probablemente con los recuerdos vivos de otro acontecimiento histórico: la entrada de las tropas de Franco en Barcelona, en enero de 1939, que el protagonista hubiera preferido no guardar en su memoria.



    UN PUEBLO*

    Oh bendita tú, aldea, a do la casa es mas ancha, la
    gente mas sincera, el ayre mas limpio, el sol mas claro,
    el suelo mas enjuto, la plaza mas desembarazada, la
    horca menos poblada, la república mas sin rencilla, el
    mantenimiento mas sano, el exercicio mas continuo,
    la compañia mas segura, la fiesta mas festejada, y
    sobre todo los cuydados muy menores y los pasatiem-
    pos mucho mayores.
    **

    Para admirar aquella plaza antigua,
    hermosamente enferma de abandono,
    veníamos de lejos.
    ...............................(Un pueblo es un paisaje
    de pintoresca tradición humana.)

    Anduvimos las calles empinadas,
    entramos en la iglesia, contemplamos
    otra vez el efecto de los montes
    azulados cayendo sobre el campo...

    Como suele ocurrir
    (nuestras horas comportan una idea de renta)
    no tropezamos gente
    sino entrada la tarde en el café
    envuelto en una sombra azucarada.
    Una paciencia mineral
    se pringaba en los naipes untuosos.

    En la esquina encendieron
    la luz sobre una puerta con letreros:
    CASA DEL...
    ....................que será ahora
    el centro parroquial o el sindicato.
    Nos íbamos. Los faros
    teñían de amarillo las piedras de la fuente
    cuando aquel golpe violento
    resonó en la chapa.
    ...............................Nos miraba
    por delante del grupo, con bravura,
    hueca la mano aún igual que un arma
    todavía humeante del disparo.
    (Oh déjalo, es un loco,
    un insensato...)

    .........................
    Carretera adelante
    yo miraba las puertas, las paredes
    lívidas de la noche
    con una extraña sensación, pensaba
    que en cada una habría alguien apuntándonos,
    que a nuestra presencia escandalosa
    en todas partes respodía
    la enemiga mirada, la sonrisa
    de antes. Porque algo
    que no sabía qué era nos marcaba,
    algo que consistía en estar allí,
    en el agradable
    sopor del camino y en irles a observar
    a sus pueblos decrépitos.

    Como un árbol,
    como una planta inoportuna,
    me sentía crecer,
    húmedo de miedo,
    en medio de la avenida suburbana,
    suplicando
    a la luz de las bombillas enrejadas.

    * El elogio de la sencilla vida de campo tiene una evidente intención irónica, dada la violencia con que los lugareños reciben a los visitantes de la gran ciudad.

    ** El epígrafe es un pasaje de Menosprecio de corte y alabanza de aldea (1539) del escritor y eclesiástico renacentista Antonio de Guevara (1480-1545).



    APELLIDO INDUSTRIAL*

    Mucho tiempo,
    en las raras visitas, cuando iba
    ganando día a día, me produjo
    una impresión amable.
    Quedaba un olor acre,
    como a tinta, y un sabor de madera y hierro nobles,
    la memoria del ruido y las imágenes
    maravillosamente descompuestas.
    Recordaba una esquina
    gastada por las manos,
    tierna como la voz del padre,
    y un lugar con esferas de mármol.

    Pero aquel portalón
    que un día cruzaba
    y otro día olvidaba, por motivos
    casi mágicos,
    se fue haciendo presente.

    Allí estaba mi nombre
    escrito, allí por las mañanas
    temprano terminaba la luz,
    el aire..., y todo cuanto hacía,
    todo estaba pagado, todo a crédito
    de libertad rendida, de conciencia
    confusa...
    ..................No, no quiero, dije
    mirando los montones
    de escombros,
    la tierra verde y negra de la calle futura.
    ...y una muchacha triste que pasó
    sin prisa...
    ..................Y era libre
    sólo para decidir lo que no importa.

    * Barral evoca en este poema sus primeras visitas a Seix Barral, la editorial familiar que terminaría por dirigir y convertir en uno de los sellos lietarrios más importantes y renovadores de la segunda mitad del siglo XX.



    LUNA DE AGOSTO

    Insistió en no acercarse demasiado,
    temerosa de la intimidad caliente del esfuerzo,
    pero los que pasaban
    cerca con los varales y las pértigas
    nos sonreían,
    y sentía con orgullo su presencia
    y que fuese mi prima (aún recuerdo
    sus ojos en la linde
    del círculo de luz, brillando
    como unos ojos de animal nocturno).
    Yo quería que viese
    aquel vivo episodio de argonautas
    que era mi propiedad, de mi experiencia:

    Primero las antorchas,
    la llama desigual de gasolina,
    luego, súbitamente,
    la luz del petromax, violenta,
    haciendo restallar los colores, el brillo
    de la escama pegada a las amuras,
    y los hombres,
    veinte tal vez, que intentan,
    azuzándose a gritos,
    mover el casco hacia la mar
    que latía detrás como un espejo.

    -Mira, ya arranca-.
    Una espina de palos
    que caen en el momento
    preciso, y gime la madera y cantan
    los garfios en cubierta.
    ......................................Verde
    esmeralda el agua
    como menta al trasluz, y ellos
    tensos como en un friso
    segado por sus hojas, o trepando
    desnudos mientras boga
    suave olas adentro...

    Luego, mientras la lancha se alejaba
    se vieron cruzar cuerpos bajo el fanal,
    músculos dilatados, armonía
    física, y sentimos
    que la brisa, como un objeto amable,
    se apoderaba del lugar en que dejaron
    una estela de huellas y carriles.
    Miré a la altura de su voz. -¿Nos vamos?-
    dijo, y la sombra azulada del cabello
    la recortaba en una mueca triste.
    Dulce.
    ............Me conmovió que fuera
    cosa de la naturaleza, como parte
    de su incierto castillo de hermosura.
    Pero ahora que la hermosura me parece
    cosa de la naturaleza sin misterio,
    pienso si no sería por contraste,
    si estaría pensando en las medidas
    de su gloria cercana, en los silencioa
    de un atento aspirante al notariado
    con zapatos lustrosos y un destino
    decente...
    ...................Caminaba
    despacio hacia la calle alborotada.
    Las luces del festejo
    brincaban en su blusa
    como una gruesa sarta de abalorios.

     

    LE ASOCIO A MIS PREOCUPACIONES*

    Y hase de notar; que estas cosas son aora muy a la postre,
    despues de todas las visiones, y revelaciones que escriviré,
    y del tiempo que solía tener oración, a donde el Señor me
    dava muy grandes gustos y regalos.
    *

    Preferiría ahora imaginar
    que te soñaba como un robot
    metálico o como un antiguo caminante
    hecho de humanidades o de audacia.
    Pero a la primera juventud es propia
    una ternura sin reservas,
    y luego... la tradición más inmediata...

    Te invocaba según un largo rito,
    torturándome hacia los pormenores de tu imagen.
    Tocaba los objetos, te buscaba
    revolviendo memoria.
    Después, con los brazos en cruz, sobre la cama,
    pasaba tiempo y tiempo.
    ..........................................Conocía
    que estabas por un dulce cansancio
    y entonces me tendía sin mirarte,
    sabiéndote allí cerca,
    y te contaba mis deseos:

    -Haz que el año que viene... Que otro día...
    Haz que la chica que encontré el domingo
    (o si prefieres aunque sea otra)...
    Haz que yo pueda ser... Y, sobre todo...

    Tu presencia asentía a cada cosa,
    tu blanco estar allí, tu inabordable
    reino, transfigurando el sueño en lejanías:
    el suave chasquido con que hiende
    el tajamar las ondas
    o unas ramas de abeto iluminadas,
    flotando como un astro en el azul inmóvil...

    Cada cita nocturna, cada encuentro
    rescataba una parte del vivir diario:
    los muros del colegio, los siniestros pasillos o las voces
    de la mesa familiar cuando se hablaba de dinero
    y además los pecados,
    la vergonzosa marca del sexo
    y el duermevela de las imaginaciones.

    En las horas vacías, por el día,
    a veces te ofrecías como un premio
    fugaz, pasabas un instante
    rozándome, en medio del silencio cargado del estudio,
    como un soplo de aire que se dibuja sobre el agua
    quieta,
    o en las veladas tristes, en familia,
    junto a la radio tonante,
    o cuando la humillación me acaloraba.

    Mas luego nuestro amor, según el tiempo
    pasaba por la boca de los que te adulan,
    se fue haciendo difícil, nuestras noches
    de vez en vez más raras.
    Comenzó a incomodarme
    la sociedad de tus amigos, la dudosa
    verdad de tus quehaceres...

    Lo sé. No fue tan simple.
    Sé que un día
    mutilé la costumbre, sentí un poco
    de rubor (la redujimos,
    a lo más perentorio...)

    ¡Qué rápidas visitas en los últimos meses!
    Y aprendía
    a ver el mundo sin ti,
    a llenar tu vacío con las cosas.

    No recuerdo
    exactamente cómo terminó.
    Más tarde
    me parecía un sueño nuestra historia.

    * Se trata de un poema sobre la relación del protagonista con la fe en Dios. El verso "como un soplo de aire que se dibuja sobre el agua quieta" parece un eco del principio del Génesis: "y el espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas".

    ** El epígrafe proviene del Libro de la vida (1562-1565) de la mística Teresa de Jesús (1515-1582).



    PRIMER AMOR

    No lo supimos la primera vez;
    lo extraño,
    que lo hacía distinto de los sueños,
    no estaba en ella, ni
    en ser menos real,
    más pálida y ausente,
    humana donde el mórbido cuerpo imaginado.
    Tampoco en la premura
    de gestos que, al contrario,
    habíamos fiado a maravilla
    ni en las voces que nunca imaginamos
    —De un pueblecillo cerca de Jaén,
    decía, todavía en rosada
    ropa interior,
    como en un envoltorio de farmacia.
    Y luego de rodillas,
    cerca, sobre la cama
    esquemática:
    .......................—Ya ves,
    a mis hermanos,
    que están bien situados,
    esa empresa…
    ........................Y de pronto una parte
    del cuerpo
    próxima se imponía,
    mostraba su imprevista materia
    y hacía que nos olvidásemos de nosotros mismos,
    y, como en un relámpago,
    amásemos la realidad
    y aquella dulce imperfección inmediata.

    —Mi madre con los años…
    Había unas cortinas de bordes oxidados
    y un perchero
    como las mecedoras del verano.
    ........................................................Pero un día
    (aunque quizás el tiempo nos engañe
    y sea sólo ahora) comprendimos,
    supimos de aquel vértigo más hondo
    que los minutos en secreto.
    Era en las escaleras o en la sala:
    aquel señor con aires oficiosos,
    el mecánico verde todavía
    de grasa, o el alumno,
    no estábamos seguros, del colegio,
    la gente que encontrábamos, los ojos
    que hacían que miraban otra cosa.
    Porque habíamos sido
    cuidadosamente guardados del contagio,
    meticulosamente preservados, y, un momento,
    tiraba de nosotros el instinto
    más fuerte, nos hacía
    extrañamente solidarios.

    Ciudad arriba, luego, en el camino
    de forzoso regreso a la costumbre,
    sentía vagamente -me parece-
    algún alivio a mi respecto,
    más amigas las cosas, menos prieta
    la atención a mí mismo,
    como si aquella sensación durase.
    Y eso era todo, creo, era muy corto.
    O tal vez algún día
    escogía un camino sinuoso,
    buscaba los repliegues
    azules, las aceras
    curvas,
    donde los niños juegan a los naipes
    a la luz de un comercio de ortopedia;
    los cielos con alambre
    y la humedad afectuosa
    de las plazuelas apartadas.



    HOMBRE EN LA MAR (fragmento)

    Ma quando era mal tempo, o che soffiava il maestrale,
    e i sugheri ballavano sull'acqua tutto il giomo, come se
    si fosse chi suona il violino, o il mare era bianco al pari
    di latte, o crespo che sembrava che bollisse, e la pioggia
    si rovesciava sino a sera sulle loro spalle che non ci erano
    cappotti che bastassero, e il mare friggeva tutto intomo
    come il pesce nella padella, allora era un altro par di maniche...
    *

    I

    Porque conocía el nombre de los peces,
    aún de los más raros,
    y el de los caladeros, y las señas
    de las lejanas rocas submarinas,
    me dejaban revolver en las cestas,
    tocarlos uno a uno, sopesarlos,
    y comentaban conmigo abiertamente
    las sutiles cuestiones del oficio.
    Porque entendía de nudos y de velas
    y del modo de armar los aparejos,
    me llevaban con ellos muchas veces;
    me regalaban el quehacer de un hombre.
    Sentía con orgullo
    enrojecérseme las manos al contacto del cáñamo,
    impregnarme
    un fuerte hedor a brea y a pescado.
    Sabía casi todo de aquella vida simple,
    de aquel azar diario y primitivo.
     
    Sólo que aquella ciencia era lujosa.
    No supieron contarme
    o no pude entender cómo era aquello
    en los días peores, las amargas
    semanas de paciencia,
    cuando el viento del norte
    roe las entrañas y se harta la pupila
    de escudriñar los cielos,
    en los días confusos,
    cuando el mar de borrosos contornos
    es sólo como un cascote de vidrio
    semienterrado en el fango,
    un desagradable incidente o una trampa
    para los que pasan corriendo
    ciegos bajo la lluvia.

    II

    Y tú, amor mío, ¿agradeces conmigo
    las generosas ocasiones que la mar
    nos deparaba de estar juntos? ¿Tú te acuerdas,
    casi en el tacto, como yo,
    de la caricia intranquila entre dos maniobras,
    del temblor de tus pechos
    en la camisa abierta cara al viento?

    Y de las tardes sosegadas,
    cuando la vela débil como un moribundo
    nos devolvía a casa muy despacio...
    Éramos como huéspedes de la libertad,
    tal vez demasiado hermosa.

    El azul de la tarde,
    los húmedos violetas que oscurecían el aire
    se abrían
    y volvían a cerrarse tras nosotros
    como la puerta de una habitación
    por la que no nos hubiéramos
    atrevido a preguntar.
    .....................................Y casi
    nos bastaba un ligero contacto,
    un distraído cogerte por los hombros
    y sentir tu cabeza abandonada,
    mientras alrededor se hacía triste
    y allá en tierra, en la penumbra
    parpadeaban las primeras luces.

    * El epígrafe de I Malavioglia (1881) de Giovanni Verga (1840-1922) puede traducirse así: "Pero cuando hacía mal tiempo o soplaba el mistral y los corchos bailaban sobre el agua todo el día, como si hubiera alguien que tocara el violín, o el mar era de un blanco como la leche o encrespado como si hirviera y la lluvia caía hasta la tarde sobre sus hombros hasta el punto que los abrigos no bastaban y el mar hervía alrededor como el pescado en la sartén, entonces era algo totalmente distinto...".


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    Carlos Barral (1928-1989) Empty Re: Carlos Barral (1928-1989)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Dom 08 Ene 2023, 06:56

    .


    De Usuras, 1965:


    KVINORGARDEN*
    (Predio de las mujeres)

    Bien, llévame si quieres al jardín de la Reina;
    veré el verde maltrecho por las nieves tardías
    y el furuoso brotar de las flores salvajes
    y los tallos turgentes que quieren ser mordidos
    y a Pomona en la cumbre carmín de una avenida,
    con cuervos en los hombros, y una excedra sin nadie.
     
    Mas dime si habrá gente, si habrá por los caminos
    altos viejos sin sombra y niños relucientes,
    si músicos ociosos con grandes volantines
    y amantes de domingo, y si muchachas
    tendidas en la yerba, discretamente a solas
    con este sol extraño de dedos tan ligeros.
     
    Porque ante todo vine para ver si los cuerpos
    eran como los cuentan.
    Si los pezones puros como puntas de pica
    y los muslos morosos como fiesta
    campestre desde el alba,
    y la espalda de concha iridiscente
    y altas las nalgas como en los sueños,
    ríos
    ........de piel resuelta, mansa vía
    de gentes que no penan por sus formas
    de animales enhiestos y lampiños,
    y comparan su vello anaranjado
    y aprecian lo distinto y que se ríen
    del paisaje menudo de los pliegues
    inguinales,
    ...................tan blando y tan exacto,
    y se ungen la piel unos a otros
    y se acarician con los abedules.
     
    Dime si es cierto y di si podré verlo
    y si podré ocultar mis gestos sin despacio
    y no sospecharán que les espío
    ni habrán de sentir miedo de mis ojos abiertos
    llenos de blancas sombras y rincones obscuros
     
    Y si me sonriesen, di, ¿qué haría?
    con las manos tenaces, envaradas,
    sin ni siquiera un libro en que enterrar los dedos.
     
    Di si debo aceptar el trébol que me ofrezcan
    vulgar y de tres hojas, como en los campos míos.
     
    * Un imaginario parque estocolmés. El título del poema, inventado por Barral, parece estar compuesto de la palabra kvinnor, que en sueco significa "mujer", y garden, "jardín" en inglés, pues la palabra sueca sería trädgard. Pomona es la diosa romana de la fruta, de los jardines y las huertas.



    PARQUE DE MONTJUICH*

    Te escribo en una pausa de lluvia entre gotitas
    luminosas y polvo alborozado,
    desde una balaustrada de cemento
    crujiente,
    de este parque que escala el promontorio
    sobre el mar rechazado por los vientos de tierra.

    He visto muchas tablas y algunos Grecos falsos.
    ¡Qué lugar tan extraño!

    Al frente se ven ruinas, lavadas carreteras
    y una ciudad muy amplia que se pliega en colinas
    y luego por el llano se derrama
    en la orilla brumosa, y altas torres
    obscenas, como guantes calados, cuatro juntas,
    y agujas como en Rotterdam y esbeltos
    campanarios rurales, y, junto, chimeneas
    de penachos escuálidos,
    y un verde seno tierno de tierra cultivada
    que un faro chato guarda de la mar
    muy lejos.
    Y aquí, más inmediato, casas como cuarteles
    y edificios rosados de vítricas escamas
    y techos retorcidos y brillantes
    y raras cresterías,
    hecho todo con trozos de vajilla
    y fragmentos de vidrio y desperdicios
    de loza decorada.

    Estuve en la ciudad, vi sus recodos
    cristianos de piedra polvorienta,
    sus avenidas de Rubén, sintaxis
    preciosa de sus barrios mercantiles.

    Gente afanosa, dicen, con aire muy urbano,
    en general no feos. Muchachas recelosas
    que esconden las rodillas en el metro,
    itálicas, al gusto de Giorgione
    -como el Maillol del Louvre, más bien graves.
    Gente que mira poco.
    No hay viejos en los parques.

    He preguntado, he visto, las familias
    ricas venden sus casas con jardín.
    .......................................................................Parece
    que tienen mucho hijos que estudian Bellas Artes,
    cerámica o diseño, y que así aprenden
    la lengua prohibida de sus padres.
    Luego son comerciantes, gente seria
    fiel a la ley de cada grupo. En tanto
    defienden con fiereza sus derechos
    de pueblo sojuzgado que fue grande
    en tiempo de sus reyes de góticas insignias
    y aun después que inventaron una industria
    mediocre que los hizo esclavos
    de un orden diminuto. Mas los chicos
    lo ignoran o lo fingen. Y es hermoso
    como es hermosa la ciudad y el campo
    que la viste.
    .......................Belleza sin tamaño.

    Una ciudad discreta, noble, hospitalaria.
    Rectilínea y sin plazas. Tal vez interesante.
    Una ciudad, querida, en que tú y yo
    no viviríamos a gusto. Y, sin embargo,
    por la que no me importa haber pasado.

    *El poeta y profesor Luis Izquierdo recuerda que Barral le comentó que este poema -una panorámica de Barcelona desde Montjuich- está escrito desde el punto de vista de un argentino que se encuentra de paso por la ciudad.



    TLÁLOC EN CHAPULTEPEC*

    Es éste el altar verdadero de la acechante confusión.
    Aquí, mi hermano, más que en la antigua pirámide
    con lomo de palacio y catedrales y el agua venenosa del estanque,
    mucho más que en el recinto de albañales sangrientos y serpientes.
    Aquí son las lenguas enroscadas, los ojos impasibles
    vítricos de venganza y las bocas de grito,
    donde en apariencia la muchacha alborotada y el viejo buscador de estampas.
    Esto, aquí, no es cristal ni vidrio sino cuajarón de esperma
    de razas exterminadas y estirpes en extinción. Y, ves, al fondo,
    lo que parecen nubes es tolvanera amenazante y entre aquellas
    breñas viven los que de todos modos ya están muertos
    y se conserva la lluvia antiquísima contaminada de orines.
    Y mira entre muro y muro cuánta contradicción:
    el grupo de los cuates civiles bajo los rígidos sombreros que parecen
    alegres compinches, es banda de matones,
    y aquellas fieras gentes son músicos, en cambio, y poetas divinos.

    * Tláloc es el dios del rayo, la lluvia y los terremotos en la cultura primitiva de Mesoamérica. El bosque de Chapultepec es un parque del Distrito Federal de México. La voz que habla en el poema parece tomar el punto de vista de un mexicano.



    EL ARMERO JUAN MARTÍN LAMENTA EL DESTINO
    DE UNA PIEZA MAGISTRAL*

    Unus et solus deus —dice—
    y —eres de Pietro Henríquez—
    entre rosas y cruces de leyenda.

    Más arriba, en la sombra del recazo,
    la luna sonriente y el punzón, mis marcas,
    y en el collar del lazo y en las puntas
    embotadas y curvas del arriaz, gorgonas
    sonriendo también para la muerte.

    Pero es toda tu gloria. Los canales
    por entre tablas, sin temblor, profundos,
    nunca se llenarán sino de aceite
    o, quiera dios que no, de sangre abrupta
    de un miserable inerme, sorprendido.

    Espada de gobierno, no de guerra,
    penderás de una espalda sin fatiga
    en un tahalí de cordobán con vaina
    que enclaustrará tu desnudez soberbia.

    Ni brillo en el combate ni en las justas
    tu piel enardecida por los aires.
    Espantabobos de comarca, vara
    de poderes obscuros por las plazas.

    Noble como las torres de frontera,
    hermosa como al alba
    la dama ante el espejo desvelada,
    más que el palacio, más que el retablo,

    y nunca lo sabrán los que te teman.

    * Este poema es un monólogo ndramático en el que Barral da voz al armero  Juan Martín, quien lamenta que una de las hermosas espadas que ha forjado con delicado arte deba dedicarse al combate. La leyenda en latín del arma reza "un solo y único dios".



    CONTRA EL ALMA O ENEMIGOS DEL ALBA

    Quién sabe por qué la aurora legañosa,
    por qué e! alba de espina amarillenta,
    más que la estancia de! día y que las lajas
    resbaladizas de la noche, injuria.

    Por qué escupe su luz inoportuna
    sobre e! instante débil, sobre e! miedo
    repentino a vivir, a ser el mismo
    prisionero perpetuo de costumbres.

    Poco importa nacer tambaleante
    a sus grises anillos desde un turbio
    rincón de la apestosa noche pública
    o en la espiral del sueño o con las manos
    firmes en las barandas de! viaje

    cuando crece su cuero venenoso,
    opaco como uvas, y se ocultan
    los cariñosos miembros de la noche
    yen el cielo se ahuyentan como nubes
    en la punta del viento los proyectos.

    En descampado, a veces, tropezamos
    con su vítrea frontera, por ejemplo
    en e! borde sumiso de las aguas,
    y entramos en el verde biliar de la burbuja
    henchida de presagios envolventes.

    Está al cruzar un pájaro, no canta
    la marea en las piedras, pero casi,
    y casi ruge la gangosa arena.
    y e! livor miserable de las cosas
    es casi de colores que no tienen,
    y este peso del cuerpo
    como la muerte casi, o sólo apenas
    quebranto de los huesos y del rijo.

    El alba se apodera de ti como una mueca
    enyesada, como una cara ajena
    o máscara que hunde sus cuernos en las sienes,
    el alba que te empuña, que te arroja
    indefenso a la vida de los otros.
    A la vida o la muerte, como cuando

    meábamos en grupo, de uniforme,
    hacia el blanco dudoso, como tantas
    necias fieras domadas
    aprendiendo a acechar las otras vidas.



    EN LA MISMA ORILLA

    En efecto, la mar mueve despacio
    sus labios blancos de metal dormido
    y está al pasar un pájaro y jadea
    la arena cada vez que se va el agua.

    Extraño, sin embargo,
    que todo se parezca, que hayan hecho
    tal trueque de materias; que el crujido
    del mar recuerde tanto el de las hojas

    humeantes de tinta del peródico,
    que,
    ........igual que los panales de espuma rebullente,
    vibra en las manos del lector nervioso.



    ACCIDENTE MÍTICO*

    De la mano del alba, silenciosos
    entraremos en la plaza fangosa en que soldados descalzos
    custodian los fardos que han de embarcar en la nave de uñas de los muertos

    y, nocturnos,todavía invisibles,
    pasaremos ante la puerta en mohosa penumbra del almario,
    rebasaremos uno a uno los círculos de fosos y de escombros
    y leeremos en el muro secreto, al final de las arrasadas columnas,

    donde el hijo del sol, con las manos prendidas de la saeta que lo juzga,
    dobla la cabeza encendida como nubes de lluvia en el ocaso
    mientras el carro atascado tiran, casi de pie, furiosos los caballo

    * El poema recrea el mito de Faetón, hijo del dios Helios, que quiso conducir el carro del sol y descarrió, provocando graves catástrofes en la tierra.



    BAÑO EN CUEROS

    (Velvet party)

    Haberlo vivamente deseado y verlas
    pisar el agua que la luna enturbia
    y estarlas a mirar; los cuerpos blancos
    romper la sombra del metal luciente
    -desnudo universal, desnudo hasta la muerte-
    y quedarse indeciso, en pie, en lo oscuro,
    como un viejo marino sospechando un tiempo
    súbitamente aventuroso, y, luego,
    olvidando los restos de la cena triste
    con guitarra y golletes salivosos,
    entrar a carga de animal entero
    llamado por el agua o por los cuerpos.

    Corre hasta el filo castrador del frío,
    agua como de espadas.
    ........................................Las estatuas
    se ablandan entre risas, en la espuma.



    LA DAME À LA LICORNE*
    Estudio de ademanes

    A una muchacha desnuda de medio
    cuerpo, que, creyéndose sola, se quita
    los blue-jeans junto a una bicicleta.


    Oriente ensortijado,
    rojo vellón flamante, con qué pausa
    de sol en hebras nace entre dos ramas
    aún nocturnas de azules indecisos

    y crespa luz guardada
    -venus naciendo nueva de la sarga-
    a las puntas saladas y a los labios
    incrustados de arena cristalina
    promete otra figura
    sobre la piel erguida y sobre el mismo
    tostado de las dunas
    -las sedas suntuosas de la piedra molida-
    y el lienzo inquieto de la mar,
    ....................................................espejo
    que te revela como tú te admiras.

    El duro lomo y las costillas finas
    del animal mecánico se aquietan,
    se pliegan a la tierra que te empuña,
    un instante increíble, cuando avanzas
    los hombros
    y doblas la rodilla levemente
    y el cabello te ciega como una luz espesa
    y vagan las dos manos
    abriéndose...
    .........................Desnudas
    espléndida la gloria de este sitio,
    los sueños solitarios -cada hombre,
    repetido por siglos, que arribaba
    a este arenal desierto- las miradas
    turbias de sol, con sed, desde los párpados
    de cada olivo centenario...

    Oh pura, instantánea,
    tanto
    y tan llena de ti
    que el silencio te observa y aún no suenan
    por qué milagro alrededor los golpes
    a intervalos detrás del tamarindo
    ni el gemido del tren y nada sabes
    de la mano crispada o del hierro invisible
    ni escuchas el reseco zumbido de los cables
    ni el rumor trepan ante de la excavadora.
    El ruido de un motor
    inútilmente acelerado
    golpea como un látigo tu espalda,
    oh sorda como el árbol, y ahora crece
    como una zarza junto a ti y te acusa
    y se encoge en tu cuerpo la hermosura
    y un gran manto de ojos
    transparente te cubre mientras dudas.

    ...............(Pero yo creo en ti, oh cuerpo
    ...............joven, fortaleza del alma,
    ...............y negaré en tu nombre, quiero
    ...............verte prevalecer.)

    .........................................Oh rompe
    con gesto descuidado las redes que te tienden
    sacude el aire impuro,
    oh rosa en lo secreto y ahora obscena
    que los ojos golpean o las pausas del ruido,
    oh poder, camina indiferente,
    amante desarmada, porque es tu desafío
    a las sucias aceras de tu ciudad horrible,
    y a lo largo del aire sorprendido,
    de espacio violado, te reflejas
    en las anchas vitrinas de instrumentos calmantes.

    ........(Desnuda frente a un muro de ataúdes eléctrico
    ........recoges una concha seguramente rota.)

    O renuncia y corrómpenos. Recoge
    precipitada el pantalón crujiente
    y póntelo y la blusa de colores
    y toma por los cuernos al animal sumiso
    y pisa el polvo de tu gloria.
    .............................................Entonces
    oscuros y dañinos, detrás de cada duna,
    saldremos a mirarte
    y el pico que no viste se detendrá un instante
    y esa máquina negra que de nuevo
    ronca.

    Y alguno desde lejos, indeciso,
    te saldrá al paso, amenazándote
    como si nunca hubieras sido
    ..............................................nadie.

    * El título del poema está tomado del políptico de tapices flamencos de finales del siglo XV -La dama y el unicornio, en castellano- en los que se ve a una dama flanqueada por un unicornio y un león. En algunos hay también un mono. En el sexto y último, la dama está frente a una tienda azulada en cuyo copete se lee la leyenda "À mon seul désir" ("a mi solo deseo"). Barral parece estar pensando en este último a la hora de componer su particular "estudio de ademanes".



    PROSA PARA UN FIN DE CAPÍTULO*

    Nuestras caras ahora,
    según me vuelvo hacia ti desde el pie de la cama
    y despuntan tus ojos
    sobre la cumbre de tus rodillas abrazadas,
    repiten una historia en que no entramos
    sino con mucha aplicación.
    ...............................................No basta

    que tú sonrías
    casi en un gris del cine, componiendo
    anticipadamente tu recuerdo y ruedes
    mejor que otros lo harían tu secuencia
    tierna y salvaje, y tan banal, que escupen
    sin tu permiso los espejos,

    ...............................................mientras
    las obediencias de mi mano palpan
    la barra de metal como quien quiere
    guardar su tacto cómplice,
    ................................................ex profeso
    de escamoso oropel,
    ...................................cuando de veras
    soy consciente del ritmo de las gotas,
    miro las grecas del papel pintado,
    sigo la curva noble de la sábana
    que se diría atornillada;
    .........................................y cuando
    eres de nuevo tú,
    ...............................con qué distancia
    te contemplo ya través
    de qué lente invertida
    ......................................-transparentes
    de vidriada memoria-
    ......................................me detengo

    en las rodillas que te escudan, juntas,
    casi tiros de piedra amaestrada,
    o animales heráldicos, lechuzas
    de capitel,
    con un ojo sin sueño y de amenaza.

    Tus rodillas
    que son tal vez hermosas, pero un género
    en este instante de rigor, y un signo
    que los pliegues por dentro multiplican:

    Hueso a hueso, dobladas como ahora
    pero en ángulo oblicuo las rodillas
    de plumaje metálico, insolentes,
    desde el crujiente cuero de los bares,
    cuando la luz vacila y tintinean
    las puertas empujadas con torpeza,

    o al fondo del salón, en sus extremos
    vagos,
    con reflejos azules de armadura,
    que parecen cautivas y se cruzan
    como manos nerviosas y taladran
    las Voces y la sombra hasta quedarse
    pintadas en el Vaso que inclinaba,

    o de luciente piedra en el desnudo
    hermético a la orilla de un mar triste
    con pelícanos blancos en las ramas,
    o de arcilla arañada y como escrita
    en una lengua familiar, quién sabe
    si en un parque enjaulado y ya lejano

    y en las salas de espera, y en los ojos
    turbios de colegial, cuando se abrían
    las portezuelas de los taxis, mientras
    transcurren los minutos y los años
    de penitencia nacional, los días
    de enrejados y misas con banderas

    y en la escuela o las cárceles las voces
    se acordan vigiladas y miramos
    la rodilla flexible bajo el yeso
    celeste, apenas duro y transparente,
    y que tiembla nerviosa en el continuo
    crujir de escamas del reptil horrible.

    Igual que las rodillas
    ....................................(a pesar
    de este muro de exvotos soy tu público)
    ágiles de jinete e inocentes
    que trajiste dormidas a esta prueba
    de tu modo de ser según modelos
    y debieran temblar al aire libre
    y en encuentros sin luna ni preguntas,
    exentas de tu estatua, divididas
    por la imperiosa bestia de tus años.

    ¿Quiénes hemos hablado y qué hemos hecho
    -otros- en esta cama? ¿Para quiénes
    escribes esta página ilustrada
    con cuerpo tan gracioso y tan ajeno?

    No pasaré de tus rodillas.
    ...........................................Debo
    cumplir con mi deber y sonreírte,
    mirando de soslayo la cortina
    para ver si Tiresias nos observa,
    separarme despacio, detenerme
    aún más desnudo ante el reloj, ponérmelo,

    y encender sin placer un cigarrillo.

    * En este poema, Barral medita acerca del erotismo a lo largo del tiempo, en el seno del matrimonio.


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    Carlos Barral (1928-1989) Empty Re: Carlos Barral (1928-1989)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Dom 08 Ene 2023, 15:00

    .


    De Lecciones de cosas. Veinte poemas para el nieto Malcom, 1986:


    ENTIERRA EN EL JARDÍN UN PAJARILLO

    Ser como el pájaro, o no ser
    más ser que el pájaro y tenerlo
    ya quieto entre los dedos, que no sabe
    de rama en rama, ni de abismo
    de ondulado viaje.
    .............................Al fin y al cabo
    inmóvil maravilla, con conciencia
    interrumpida de reconocerse.
    ......................................................Día
    fervoroso de brisas habitadas
    de pronto ensombrecido y triste, tanto
    como si fuera el otro, inmenso,
    el gran mono sin dioses
    pesadamente inerte en su jardín.



    LAMENTANDO LA MUERTE DE UN VECINO

    Es eso sobre todo lo que duele,
    un súbito vacío muy cercano,
    burbuja de no ser que la vida consiente
    en su abundancia por descuido,
    ......................................................mientras
    por todas partes se derrama y crece.

    La vida que te envuelve te divierte,
    ignora que alguien falta, que ha perdido
    el número preciso de su gente
    y que somos impares; no nos dice
    aún que no hemos sido el que perece.

    Es un vacío inmenso y no sabemos
    cómo, cuánto, qué cosa se disuelve
    que a lo mejor ya fuimos y pregunta
    cada cual si es el muerto de repente.



    CELEBRANDO LA VIEJA BARCA A LA MANERA DE
    CÁTULO*

    Phasellvs ille quem videtis, hospites,
    ait fvisse navivm celerrimvs
    neque vllivs natantis impetvm trabis


    Esta barca que veis, amigos míos,
    dice haber sido tan ligera nave
    que nunca fusta alguna al ímpetu del trapo
    ni de las palas la avanzó en su ruta.

    Dice que no pueden negarlo las tormentas,
    la ventisca de Creus, las ráfagas del Cabo,
    el mistral amarillo de las altas murallas,
    los terrales del Golfo y los del Delta
    y el parapeto de los montes grises
    donde fue selva antes de ser navío.

    Fue ramas que proclamaban el conjuro
    y oenacho en la cima, a cuyas faldas
    entró viva en el agua remanzada.

    De allí me trajo sorteando vientos,
    saltando abismos, descrestando espumas,
    con la vela a la buena o a la mala
    o por el pie de Júpiter mecida.

    Y no invocó a los dioses ribereños
    cruzando la mar nueva hasta este puerto
    de aguas secas y blancas y arenales.

    Mas eso fue hace tiempo. Ya tranquila
    envejece leal y os es devota,
    gemelo Marco ny mellizo Darío,
    Gemelle Castor et Gemelle Castoris.

    * El poema, como indican los versos en latín que sirven de epígrafe, es una adaptación del poema IV de Cátulo, otro de los poetas predilectos de Barral. Los versos se pueden traducir así: "Esta barca que veis, amigos, / dice ser la más veloz de las naves / y que nunca ha sido adelantada por otra madera flotante".



    ESTATUA SIN CABEZA

    Fu nostalgia del alguien por alguno
    al que amó largamente,
    quién sabe con qué amor y qué tristeza
    decapitada, anónima, engullida
    por el fango impasible de difuntos.

    Fingía con sonrisa un cuerpo noble
    que quiso ser eterno.

    Amar es ejercicio demorado
    y el amor es un constante acuerdo
    con belleza que cambia y empobrece,
    con los celos del tiempo y el temor del mundo.
    Y es morir, desde luego
    más largo que la muerte que no dura
    y, al contrario, o más bien, según indicios,
    un desacuerdo súbito y salvaje.

    Perder la lealtad de la cabeza,
    la cabeza que rueda, sucia piedra,
    con retrato e historia a los infiernos.



    EXCUSANDO LA COPA SIGUIENTE

    No es aún necesaria y ya se sabe
    de repente que es inevitable.

    Va a cambiar el estilo de todas las presencias,
    la gravedad y el alma de las cosas
    un amable desvío
    de las líneas de fuga y vacilante
    la ley de la aprendida simetría
    para ojos que entiendan lo que miran.

    Y un deseo tiernísimo que sigue
    los uerpos que transitan, los sonidos
    de lo que ya ocurrió, pero que casi
    fue nuestro.
    ......................Un amor indecible
    que nunca tuvo objeto. Suaves ondas
    del contento de estar.
    ......................................Y estar bebiendo.

    Es sumamente torpe, es peligroso.
    Es romper el saber y es fechoría.
    Sólo porque no puedes explicarlo.



    RITUAL DE LA DUCHA

    Comenzando en cuclillas, con la mano
    tendida al chorro pálido del grifo,
    mezclando los dos climas; con la historia
    estrictamente personal dormida.

    Luego erguido, con sombras interiores,
    insistir con la lluvia sobre el hueso
    conculcador del ámbito insurgente.
    A favor de corriente,
    desperezar el leño de los miembros lejanos,
    cortar el miedo genital y el sueño
    cfrepuscular del corazón vacío
    y el peso de la noche de sí mismo.

    Y al cabo, de más alto, una cabeza.
    Un golpe dolorido,
    por fin sobre la máscara, el fluyente
    autorretrato de cristal con nombres.

    Ya somos por fin alguien, somos agua.
    Su memoria magnífica, ondulada,
    recorre el espinazo y, a la contra
    remonta la paciencia, sube el tibio
    deseo de seguir en esta espera.




    De Extravíos (editado póstumamente dentro de sus obras completas):


    EXTRAVÍOS I


    Los objetos amables se desuncen
    de sus formas templadas y usuales.
    Desisten de su nombre y su certeza.
    Se olvidan de sí mismos y se quedan
    en un rincón sin sitio de costumbre,
    en el borde del mundo conocido.

    Se buscan en su ausencia,
    ni están por esta parte ni más cerca,
    ni en un lugar seguro.
    Ni están. Lo cierto rueda
    lentamente y cambiando de sentido

    y esa cosa escondida, esa promesa
    de posesión, de ser, de compañía,
    sufre con quien la evoca, se repliega
    llamando ya sin bulto, sin perfiles,

    como la tierra blanda, extraviada
    esta voz de naufragio o tierra del padre
    en la orilla borrosa de un golfo sosegado,
    hacia el oriente irsuto y estéril de la mar.



    A DESHORA*

    En la torre agrietada,
    a la alcándara boba,
    lunáticas lechuzas que llegaban tarde
    en las yemas del sol titubeante.

    Bajo la mano de piedra,
    del tamaño del cielo,
    la elocuente rodilla de la diosa
    iniciaba por fin
    aquel paso alarmante.

    * La imagen de las lechuzas recuerda a la idea de Hegel según la cual la lechuza de Minerva inicia su vuelo al caer el crepúsculo. La "alcándara" es el varal donde se posaban las aves de cetrería.



    EPICEDIO*

    El caliente gemido de los ruegos,
    el lamento con creces,
    aguzan sus filos blancos
    desnuda la hoja ciega, finalmente embotada,
    y la tornan furiosa y vengativa,
    hoz por todos los cielos
    segadora de náufragos,
    y forzada cuchilla de dolientes.

    * En la literatura clásic, un epicedio era un canto por una persona recientemente muerta.


    CARLOS BARRAL, Usuras y figuraciones. Poesía completa, 2016


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