Alejandro Palomas (1967-

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Alejandro Palomas (Barcelona, 1967) es un escritor y traductor español. Escribe en lengua castellana y catalana.

Biografía

Licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de Barcelona y máster en Poesía por el New College de San Francisco, es traductor literario, profesor en talleres de escritura creativa, colaborador en diferentes medios de comunicación y autor de novelas con la temática común de los problemas de incomunicación y dificultades familiares.​

El autor obtuvo en 2018 el Premio Nadal (otorgado por Ediciones Destino) por la obra Un amor,​ tras haber publicado dos años antes su anterior obra, titulada Las dos orillas, en la misma editorial.

Su denuncia, en 2022, de los abusos sexuales de que fue víctima a los ocho años de edad por parte de un religioso y profesor de un colegio de La Salle, motivó que salieran a la luz decenas de casos adicionales perpetrados por el mismo sujeto en Premiá de Mar y Moncada y Reixach. El conocimiento de su caso le llevó a entrevistarse con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalidad, Pere Aragonès, e impulsó una investigación sobre la pederastia en la Iglesia encargada por el Gobierno central al defensor del Pueblo. Divulgó su traumática experiencia en Esto no se dice (2022).

( Sacado de https://es.wikipedia.org/wiki/Alejandro_Palomas )


*


Algunos poemas de Alejandro Palomas:


De ​Tanto tiempo (2012):


REFLEXIÓN I

Quizá sea cierto que
amar no consiste en
tener amor,
sino en mantener viva
la curiosidad en él...



REFLEXIÓN II

Quizá tiene amor
quien -como yo-
acumula
un largo andén
de respuestas.
Erradas.
Fallidas.
Verdades experimentadas
en su día.
Años en quiebra.
Vida,
lo llaman...



REFLEXIÓN III

Quizá yerra quien
teme
porque teme
quien ama
mal...



REFLEXIÓN IV

Quizá ama mal
quien desconoce
el dolor...



REFLEXIÓN V

Quizá sea el dolor
el que reconoce
a quien ama mal...



REFLEXIÓN VI

Quizá el amor
que duele
no sea nada...



REFLEXIÓN VII

O quizá sea sólo
categóricamente
inferior...

-o inferior
categóricamente-.



REFLEXIÓN VIII

Quizá el error esté
en esperar respuestas
absolutas
a preguntas insondablemente
relativas.



REFLEXIÓN IX

Quizá la lucidez
beba de lo relativo.

Solamente.

O quizá el amor y el odio
sean materia absoluta
y la vida,
todo lo demás.



REFLEXIÓN X

Quizá con los años
duela menos
la ausencia de
comunicación
y más
la comunicación
relativa.



REFLEXIÓN XI

El amor ama.
El dolor duele.
La vida pesa-pasa-pisa.
El tiempo tiempa
-tiempa, sí.
Cualquier viejo sabe
que el tiempo
se conjuga mal,
como todo
lo intransitivo-.
El rencor renquea.
La espera espera.
La mar marea.
El silbo silba.
El espacio espacia.
Y el vacío vacía.

(Once ejemplos.
Comunicación sin relación
o el retrato de once ecos
de anciano aburrido
a la espera
de una res`puesta
que tardaba
en llegar

y que por fin llegó.)



INCONDICIONAL ES

Incondicional es
el amor que conoce
la mesura.
La emoción mesurable.

Incondicional es
quien entiende
que la medida del amor
es la ausencia,
quien sabe hacer del recuerdo
la medida de esa ausencia.

Incondicional
es el amor recordado.
El que -en lo que nos queda
de lo vivido- pasamos por
el corazón para
hacerlo grande y
revivirlo sin vergüenza.
No es nada y
es todo.
Es alivio, decoro,
honor, retiro,
humor,
buena sangre.

Incondicional
es un hombre
que ama torpe
pero quiere bien.
Es lo perdonable:
retrato de una vida
con sombra de muerte
....................................al fondo.

Incondicional
es verdad.
Esencia.
Raíz.
Lo crudo.
Lo que se escapa
porque es pasado
y es recuerdo.

Incondicional
es vivir después de
la incondicionalidad
del amor.

Es seguir.
Sin preguntas.
Sin respuestas.

Entre babor y
estribor.
A flote sobre
el tiempo.
Bien envejecido.
Hacia lo oscuro.

Desde lo vivo.

.


De Entre el  ruido y la vida (2013):


PARTÍCULA UNO

(Credo y desventuras de un joven confuso -extracto-)

Creyó el joven que
las nubes eran
restos de aire respirado,
que muchos reyes minúsculos
compensaban la ausencia de
un pequeño príncipe,
que el calor cala
y que es la lluvia
-y no el agua-
la que inunda la tierra seca
cuando el verano extiende
sus venas yermas sobre
lo que ya no queda.



PARTÍCULA DOS

(Credo y desventuras de un joven confuso -extracto-)

Creyó que la carencia
justifica la seducción,
que existe la muerte digna
y que la indigna hace justicia
a toda una vida de
conjugaciones erradas.
Creyó a los mayores,
a los razonables,
a las mentes ordenadas,
a los que dicen la verdad
porque la mentira no, nunca.
Creyó que la bondad
desconvoca la culpa,
que el dolor discreto
magnifica el corazón
y que lo humano
es disculpable
sea cual sea la intención.



PARTÍCULA TRES

(Credo y desventuras de un joven confuso -extracto-)

Creyó que crecer
era saber,
que la vida era ser
y no hacer,
que entiende mejor
el sabio y siente más
el más sensible.
Creyó que la mecánica
del lenguaje
corre paralela a
la del corazón y
que la física era respuesta
y no simple aproximación.



PARTÍCULA CUATRO

(Credo y desventuras de un joven confuso -extracto-)

Creyó que el músculo
era la fuerza,
que los amigos naufragan
siempre juntos
para que el agua cubra menos,
que el abuso no abarata el encanto
y que los encuentros
sincronizan el camino,
puntuando la vida de recuerdos
que no han de perecer.



PARTÍCULA CINCO

(Credo y desventuras de un joven confuso -extracto-)

Creyó el joven paseante
que mayor
sería más,
que la distancia
mejora la perspectiva
y que habitante es a país
lo que abundancia
a prosperidad.

Y así creció
el joven confuso:
creyendo que la edad avanza
en paralelo......................................al individuo,
que los años que barren
de tiempo la juventud
son los mismos que aplastan
su confusión.

La vida resolverá -se decía.
Abandónate al ruido -se decía.
Ten fe -se decía.
Ten dogma.
Modúlate en la rutina.
Normalidad.
Normativa.
Trabajo diario.
Descanso dominical.

A su alrededor
las voces asentían,
complacidas.

.................................(Es adolescencia -las oyó decir-.
.................................No temáis -las oyó decir-.
.................................Paciencia -las oyó decir-.
.................................Pasará -las oyó decir-.)



LLEGÓ EL AMOR, SÍ.

Llegó el amor, sí.
Sobre la superficie
el paseante maduro
vivió la distracción
del amante caduco.
Amó bien,
no tan bien a veces,
regular entre horas.
Amó torcido desde
la rectitud del amor,
coordinado desde
la improvisación.
Conoció ña contención,
la conmoción,
el encuentro0 y
la despedida.
Transitó entre la pérdida,
los duelos y las segundas
oportunidades.
Aprendió a verse en los ojos
del que espera y
a oírse en la voz
del que acusa.
Odió de amor,
negoció tensiones,
cesiones, hipotecas,
repartos y
despedidas.
Rescató pequeños restos
de naufragios anunciados,
repartió víveres entre
amantes despechados,
vivióamores exhaustos,
amó a destajo,
a destiempo, entre líneas,
por escrito.
Amó largo y tendido
en camas incómodas
que se encogieron pronto.
Probó.
Estudió el  amor
-ávido de bibliografía-:
la arquitectura del amor,
la mecánica del amor,
la fisiología del amor,
la filosofía del amor,
la matemática del amor,
la física del amor cuántico,
del amor magnético,
del amor hermético,
astronómico,
hermenéutico,
buceó en los clásicos,
en los neoclásicos,
hurgó en los platónicos
e investigó por fin
el amor más cercano,
el más cotidiano,
el accesible:
sus huecos,
sus matices,
las trampas,
las sombras,
el crédito,
claves,
números secretos,
contraseñas,
pócimas,
venenos,
posturas,
imposturas,
las imágenes y
también sus negativos.
Tocó amores rugosos,
suaves como el polen otros.
Peleó el amor,
construyó amores con
pies de barro,
fueron plomo sus pies
sobre las despedidas.
Temporizó,
concilió,
consoló,
rehízo,
recondujo,
reinventando desde la madurez
el ruido que cimbrea
la aventura en común.
Varias veces.
Varios ángulos.
Límites, pocos.
Algunas repeticiones.
Y tiempo.
El tiempo acompañó
a la vida y al amante
hasta que, cansado,
el hombre maduro
se descubrió anciano y
el amor apagó
su última estela,
rendido a la muerte.
Donde antes observaciones,
la vejez se arrimó a
una sombra nueva.
El paseante buscó entonces
el retiro conocido de
antiguas profundidades,
pero allí donde la madurez
había hallado oceánico refugio,
el anciano encontró
un silencio nuevo.
....................................1-Arena y aire.
....................................2-Ausencia de vida.
....................................3-Horizontes de dunas secas.
....................................4-Restos de civilizaciones olvidadas.
....................................5-Torridez blanquecina.
....................................6-Espejismos.

Desierto.




De Aunque no haya nadie (2014):


LIBÉLULA

Libélula.
Esa es la palabra.
Sílabas labiales
cargadas de augurios

............................(Li-bre en lo que no he de tener.
Be-stia que devora esta desazón.
.......................................Lú-cida en lo que veo de mí conmigo.
....................Lá-pida sobre este mortal aburrimiento)

Cuatro sílabas.
........................Puntos cardinales.
...........................................................Cruz.

O todo lo que ella
no sabrá ser con él.
-Históricamente, digo.
Personalmente, digo.
Mi vecina de mesa
jugará mal porque
juega mal quien,
empeñado en jugar bien,
se olvida de jugar.
Sabe que la felicidad
es otra cosa que no ve
y que la muerte es
la suma de todas
las vidas descartadas
que regala a diario
con cada una de sus sonrisas
huecas.
Nos miramos.
Ella y yo.
Mesas vecinas.
Y es verano.
Y terraza en la ciudad.
Y al calor de la tarde,
sus ojos ven en
las sillas vacías de mi mesa
que no ha venido nadie.
Y quiero decirle
que no siempre fue así,
que hubo gente,
movimiento,
ruido, amigos y amantes,
buenas intenciones
y palabras hermosas.
Hubo una vida de
mesas llenas y
frases salpicadas
de "haremos"
"diremos"
"veremos"
"seremos",
de intenciones grupales
y palabras favoritas
cuando el silencio pedía
huecos bien resueltos.
Hubo compañía
que no bastó
porque elegí saber
y la curiosidad
mató la conformidad.
Decidí curiosear, sí,
y pedí aprender a
vivir sabiendo,
a ser críptico con el enemigo
y negativo con el polo opuesto.
Atacar agrediendo,
defender lo débil
o babear de rabia.



MAYORÍA (I)

Ser mayor es
esto,
esta luz,
esta nave de hábitos
y ausencias.
Mayor es
tener tiempo
para serlo todo:
grande, temeroso, entero,
cobarde, pequeño, parcial,
extremo, voraz, relativo,
benigno con la torpeza,
escaso con el rencor,
desprendido con el espacio,
paciente con nada
y atento a lo que anida
en el cuerpo de la vida,
para recordar despacio
lo que no sólo es recuerdo
sino también memoria.



MAYORÍA (II)

Ser mayor es
sentarse al sol
y que nazca debajo
la sombra,
que el suelo respire,
aliviado y fresco,
y que hablen,
que hablen todos alrededor,
de sus cosas,
de las cosas,
de lo que es y fue,
de lo que fue y ha sido,
como si compartir fuera decir
y lo que no es compartir
no fuera vida,
como si los solitarios
hubiéramos nacido para
ver.

(Solamente)



MAYORÍA (III)

Ser mayor es
el hábito
del silencio.
Saber que hoy
no llegará nadie,
que no esperamos a nadie.
Y que no siempre fue así.
Hubo un antes.
Hubo ruido, hubo ganas,
hubo deseos y apegos,
y hubo miedo a perder,
a pedir, a no saber.
Hubo un vivir en la espera,
la provisionalidad de lo joven,
prisa, siempre la prisa.
Y las ausencias eran temporales,
porque amar y querer eran lo mismo,
todo era lo mismo:
el presente y el siempre,
las ganas y las posibilidades,
el ruido y la voz,
la voz y lo dicho.

Antes.
Hubo un antes, sí.
Ahora el hábito
es el silencio.
El ruido está fuera.



MAYORÍA (IV)

Ser mayor es
que no llegue nadie
cuando el sol mengua,
y cerrar los ojos mientras
en las terrazas de la ciudad
la brisa le roba el calor
al verano.
Que la música calle la estridencia,
que los amigos hayan estado ya,
y que la risa sea el eco
de todas las risas
-compartidas algunas, otras no tanto-
que siguen resonando
en la memoria.
Que lo fácil sea
por fin fácil
y la oscuridad, sólo oscuridad.
Que la tristeza respire bien,
que los solos no se arrepientan
de lo que no supieron compartir,
que la alegría sea íntima
y lo íntimo, entregado.



MAYORÍA (V)

Ser mayor es
parar a descansar en
la acera del tiempo y
dar un respiro a los apegos.
Honrar el recuerdo,
apagar luces que sobran,
ahorrar querencias,
desestimar lo que no,
lo que claro que no,
y mirar atrás
-una,  dos, cien veces-
para entender que somos
el futuro de lo que fuimos
y que eso es ecuación.

La ecuación.



De Quiero (2018):


Que qué quiero, preguntas.

..................................................Escucha.


Quiero un perro
que no muera.
Que se mueva entre
mi vida y....................................................la suya
como si el corazón
-el nuestro-
fuera un don compartido.


Verde,
lo quiero verde,
verde bosque o verde quieto,
verde raro, perro verde,
como cuando al niño
la vida le parece inmensa
y en la calle
la pregunta es siempre fea
porque las trampas también
lo son:

"¿Qué quieres ser de..............................................MAYOR?"

(En general
las preguntas de los adultos
son una fábrica impenitente de
niños mentirosos.
Aterrados,
contestan cosas que
les ayudan a
salir del paso.
Balbucean.
Son palabras sueltas.
Pequeños planetas de
lenguaje y sonido.

"Óptico, actor, guardabosques,
...............................campeón, cocinero, astronauta,
.............................................................funámbulo, futbolista, feriante...

.............................................................F
.............................................................A
.............................................................R
.............................................................E
.............................................................R
.............................................................O

Oficios. Hacer.
Ser, no. Ser, nunca.
Ausente la F de "feliz".
No está. No es.
Ningún niño responde
"quiero ser feliz".
Ni feliz ni poeta.
No hay poetas pequeños
porque no escribimos poesía
para ellos.
No criamos poetas.
Ni poetas ni adultos felices.
¿Dónde quedaron los niños que
soñaban con ser cuenteros?
¿Dónde los niños que
fantaseaban con ser felices cuando
llegara la vida en serio?
¿Dónde están los que sueñan
con ser
-solo ser-
y no con tener que hacer
para poder ser?


Feliz
Ningún niño responde nunca:
"Cuando sea mayor quiero ser
feliz".

Mayor
Ningún niño responde nunca:
"Cuando sea mayor quiero ser
mayor".


Desde sus ojos curiosos
no ven a ningún mayor valiente
que lo sea
-mayor, quiero decir-
sobre todas las cosas.
No hay mayores valientes
porque no hay niños poetas.
Ni niños pequeños.
Ni mayores mayores.


Un perro.
Cuando era niño,
soñaba que
me convertía en
un perro blanco.
En lo oscuro de la madrugada
aullaba a la luna para que
no se fuera.
"No te vayas, luna."
La luz la habitaba y
habría jurado que
también allí
dormían niños que
-como yo-
-en secreto-
querían seguir siéndolo
hasta que el tiempo
los fundiera con la bondad
de la vejez.
La luna estaba y está.
La luna era y ya no está.


Ahora, pasados los años,
sueño con tener
un perro bueno que no
me culpe por ser.....................................MAYOR.

Que me gruña al oído cuando
me oiga fabricar con
mis preguntas de adulto
ejércitos de niños asustados
que mienten
porque saben que
sus respuestas
llevan gravada en la espalda
la F más oscura.
El mapa escarlata de todas
las efes:

......................................FALLO FRACASO
......................................FRÍO
......................................FUERA FURIA
......................................FIN
......................................FEO


Ahora soy un hombre
-o eso dicen-
y quiero un perro
que no muera.
Un perro verde que
mire solo para ver y
me espere en la otra orilla
cuando me toque cruzar

...............e................................que

...................l..........................o

......................a...................m

...........................b.........s

.................................i


separa
lo que soy...................................y lo que ya no seré.
Que se quede.
Quiero un perro que
se quede siempre,
aunque nadie más
lo vea,
y que sepa que la pena
duele más
que el dolor mismo
en los niños heridos que
nunca pudieron soñar con
ser poetas.


ALEJANDRO PALOMAS, Quiero. Poesía reunida (2012-2018), Vandalia, 2018

Qué suerte que pudo gritar sus abusos sexuales, creo que es el comienzo de una sanación.
Sus reflexiones son intensas y muy poéticas por momentos.
En la segunda parte, me encantan sus juegos con el espacio.
Gracias amigo, como siempre con tus contribuciones. Besosssss

Gracias a ti por tu interés, Cecilia.

Un abrazo.
Pedro