Aires de Libertad

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    Pelayo Fueyo (1967- Empty Pelayo Fueyo (1967-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Dom 26 Feb 2023, 06:00

    .


    Pelayo Fueyo nació en Gijón en 1967. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo. Ha participado en el plan Literástura. Es autor de los siguientes libros de poesía: Memoria de un espejo (Ateneo Obrero de Gijón, 1990), El mirador (Oliver, Oviedo, 1992), Parábola del desertor (Hiperión, Madrid, 1997) y La herencia del silencio (Pre-Textos, 2003); y del libro de aforismos poéticos El cuaderno blanco, publicado en el periódico La mirada (Sevilla). Ha sido incluido en varias antologías: Poetas de los 90 (Ed. de José Luis Piquero, Escrito en el agua, 1989), Poetas e impostores (Ed. de José Manuel Cuesta Abad, Versus, Mieres, 1990), Selección nacional (Ed. de José Luis García Martín, Llibros del Pexe, 1995), La generación del 99 (Ed. de José Luis García Martín, Ed. Nobel, 1999), Yo es otro (Ed. de Josep Maria Rodríguez, DVD, 2001), La lógica de Orfeo (Ed. de Luis Antonio de Villena, Visor, 2003). Fue director de la revista literaria Escrito en el agua (1989/1990). Es colaborador asiduo en diarios y revistas especializadas.

    (Sacado de https://www.lavanguardia.com/libros/autores/pelayo-fueyo-49961 )


    *


    Algunos poemas de Pelayo Fueyo:


    De Memoria de un espejo, 1990:


    TE BUSCAS EN LOS CHARCOS...

    Te buscas en los charcos
    de una ciudad llovida en el recuerdo.
    Te miras, y no crees
    ni en el reflejo de tu cuerpo seco,
    ni en la ausencia del rostro de aquel niño.
    Aguardas a que llueva
    sobre estas mismas aguas estancadas
    para que tu mirada
    se superponga al rostro que fue tuyo;
    para que tus anhelos
    emerjan con la forma de otro tiempo,
    y, así, saber mañana
    qué quedará de aquello que has perdido.



    ESA GOTA QUE CAE SOBRE LA LUNA...

    Esa gota que cae sobre la luna,
    ¿es dulce,
    .................................................o es salada?
    Sólo queda,
    después del claroscuro, ese refugio
    del niño en las cortinas,
    que simula el fantasma del futuro
    cuando arrecia la lluvia;
    sólo queda
    esa mujer de Lot resucitada
    de espaldas al espejo, con un gusto
    de resaca marina en las pupilas,
    inmune a la penumbra.
    ...................................Tú dirás:
    esa gota que cae sobre la luna,
    ¿es salada,
    .................................................o es dulce?

    Reconoces
    que no hay tiempo posible en este espacio
    como segunda piel del laberinto,
    y propones un juego:
    ...............................-"Esparcimos
    radiografías de nuevas metástasis
    con las más tiernas fotos de la infancia.
    Las tiramos al aire.
    .............................Elegimos
    ¿La ventana, el espejo? ¿Ayer, ahora?
    ¿Hacia fuera, hacia mí?

    Jano decide."




    De El mirador, 1992:


    MARINA

    En el cuadro hay un hombre que, desde un malecón,
    contempla el horizonte, por el que cruza un barco.
    El hombre que yo hubiera deseado haber sido
    mira desde ese barco hacia ese malecón,
    sin ser representado, sin poder ver a nadie
    más que a mí contemplando el cuadro que lo ignora



    EL MIRADOR

    Miro por la ventana, y mis ojos se fijan
    donde el niño que he sido centraba su nostalgia,
    y, mirando, la siento por ese mismo niño:
    soy la misma moción, disfrazada de tiempo,
    por el mismo paisaje, que envejece de mí,
    pues contiene el secreto que causó la nostalgia,
    y allí es donde se ensucian las manos del olvido.



    NATURALEZA HERIDA

    Aún n está muerta la naturaleza:
    en este bodegón sobra algún hueco
    para un fruto robado en l pasado.
    Verde como el peligro de la infancia,
    lo he devorado sin que madurase
    como los frutos que aquí son reposo,
    claroscuro del tiempo y la costumbre.
    Por mi memoria, este bodegón,
    vacío de aquel fruto más antiguo,
    naturaleza es, pero está herida.



    BAÚL ABIERTO

    Acaso hayas abierto la caja de Pandora
    y no el baúl que guarda los disfraces de n nñ,
    aunque en esta ocasión eres el mal que entra
    disfrazado de hombre, y es tu eterna esperanza
    la que se esconde allí como un niño desnudo
    que no quiere salir para qe sgas vivo.



    LA ROSA NEGRA

    Yo fi un niño encantado por una rosa roja
    que se fue marchitando en las manos de un joven.
    Algunas noches sueño que aspiro su perfume,
    y, al despertarme, lloro sobre la rosa negra
    que, para mi consuelo, brotó de sus cenizas.



    POEMA DEL AHORCADO POR DESAMOR

    (Inspirado en Gérard de Nerval)


    De ese árbol que lleva un corazón grabado
    con tu nombre y mi nombre, cuelga ahora mi cuerpo.

    La cicatriz del tronco del amor prometido
    no la siente la curva rama del desengaño.

    Te lo dirá la muerte, vestida de doncella,
    y en sus manos un ramo de recientes mandrágoras.

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    Pelayo Fueyo (1967- Empty Re: Pelayo Fueyo (1967-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Dom 26 Feb 2023, 14:13

    .


    De Parábola del desertor (1987-1993):


    HOMO LUDENS

    Mis huellas dactilares
    han podido cambiar desde hace tiempo,
    pues son muchas las cosas
    que inventaron mis dedos en mi cuerpo.
    De forma simultánea
    gocé de los dos sexos de Tiresias,
    pero aún no estoy ciego
    para saber con cuál me quedaré.



    DELACIÓN

    (Sobre un tema de Francisco Brines
    )

    De pronto, en el espejo
    la imagen de la vida de mi olvido
    es una puerta abierta y un pasillo
    que se cruza con todos los sucesos,
    a ciegas por los gritos, y mis manos
    arrancan los barrotes
    de una celda, y disputo por mi cuerpo,
    y me alzo a la luz:
    .............................¿Soy un momento
    de vida en el reflejo de esos nombres
    sin marco? ¿O el retrato
    anónimo de un hombre que ahora fui?



    TE CITO EN MI RETRATO

    En mi fotografía he dejado un espacio
    para el tiempo en que fueses exacta como yo,
    sabiendo que el paisaje, así, te arroparía
    con el mismo deseo que justifica el fondo.
    Mas no me encuentras, llenas de mentira el pasado,
    me llenas de ilusión, tus rostros de ninguna,
    deformas al recuerdo negándome tu forma,
    y, aunque parezca solo, soy paisaje sin ti.



    EL BOSQUE DEL AMOR

    En mi vida hay un bosque dedicado al amor:
    llevan sus pocos árboles corazones grabados
    con los nombres de todas las mujeres que amaron
    mi nombre en cada época de esta vida que acaba.
    La última disculpó al resto de los árboles
    porque quiso jugar conmigo al escondite:
    contando ella hasta diez, tras el último árbol,
    yo aguardando tras otro que eligió mi memoria.



    VOLVIENDO A DIOTIMA

    Tiene el mar su mecánica como el amor sus símbolos.

    P. GIMFERRER

    Voy a entregarme al mar, sin argumentos,
    por ti:
    ..........soy el gris-perla
    desvaído de azul, que ahora choca
    contra la roca -¡blanco!-, y se hace verde-
    esmeralda:
    ..................palpita
    con fuerza el corazón.
    ....................................No estoy aquí,
    ahora que estoy tan cerca del saliente
    donde rompen las olas:
    ....................................vuelvo el rostro
    al borde del barranco: hay una piedra
    que ilumina de pronto, el horizonte,
    y eres tú, que adivinas
    ese aliento marino con que vengo
    para hacerte mi amor sobre la hierba.



    LA VELA

    Después de nuestra muerte, seremos esa vela
    que encienden los amantes por el amor eterno.

    Yo seré el cirio erguido que reciba tu fuego
    como un himen de luz en una noche densa.

    Tú cambiarás de forma cuando tiemble la llama,
    y hervirá tu dolor en mi chorro de esperma.

    Yo habré de confundirme por ti pero contigo,
    y habré de sorprenderte en el último instante:

    cuando ella suspire, o él vierta alguna lágrima,
    o se acabe este cabo y se enciendan sus cuerpos.



    INSOMNIO

    Hay noches en que soy como un barco fantasma
    que no puede atracar en el puerto del sueño.
    Así paso las horas en el mar del insomnio:
    sin mirar hacia tierra, fondeado en mí mismo,
    examino el trayecto y también mi conciencia:
    ¿Acaso las edades de mi infancia las juzgan
    los niños apestados que gimen por cubierta?
    ¿O es en los camarotes donde las prostitutas
    practican la lujuria que dictan mis deseos?
    ¿O, quizás, el marino que colgaron del mástil,
    y al que llamaban Dios, era mi fe perdida?
    Hay noches en que soy como un barco fantasma
    que no puede atracar en el puerto del sueño
    porque sabe que él mismo ya es una pesadilla.



    EN EL JARDÍN

    En el jardín jugamos a esconder los perfiles,
    a descolgar las sogas de payasos ahorcados,
    a crear un olor.
    En el jardín la vida nos saluda en la verja:
    volveremos a ser viejos héroes de nuevo
    si el insecto del sueño nos pica en el jardín.



    De La herencia del silencio (1996-1999):


    PASO A NIVEL CON BARRERAS

    Está pasando el tren de mi nostalgia.
    Cerrada permanece la barrera.
    Veré en cada vagón un rostro nuevo
    de aquel que regresaba de la infancia.
    No quiero que se abra la barrera
    antes de comprender el recorrido.
    ¿Quién sabe si, al cruzar al otro lado,
    me espera la emoción de aquel abismo
    que soñaban los niños pasajeros?



    PROUSTIANA

    Hay un olor a hollín en un patio mojado,
    y ese olor es indicio de un misterio infantil.
    recorro la ciudad de las encrucijadas
    hastiado de los ritos del alcohol y el tabaco;
    voy buscando un espacio donde sea posible
    representar sin deudas esa vieja emoción,
    porque el alma del niño es un paisaje mudo
    y no existen palabras que traduzcan su olor.



    EL TESORO IMAGINARIO

    Los lentos galeones que partían
    con los tesoros falsos del futuro.

    F. BENÍTEZ REYES

    Le he comprado a mi hijo un barco de juguete,
    y lo botó en la playa, mientras yo ascendía
    hasta un promontorio, buscando el horizonte.
    Comprendí que hay dos formas de interpretar la infancia:
    arrojé la moneda que sobró de la compra
    entre aquellas dos peñas donde yacía el sueño
    de un galeón pirata. Y sumé a aquel tesoro
    imaginario, el pobre botín de mi nostalgia.



    EL ÁNGEL DE LA GUARDA

    Señor, que al cabo de mis días en la Tierra
    Yo no deshonre al Ángel.

    J. L. BORGES

    Cada botella que iba vaciando
    la llené de mensajes destinados
    a mis amigos muertos por la infancia.
    Cuando acabé la última, borracho,
    clamé a Dios, y vi cómo del vidrio
    salía un humo azul. "Dime, poeta:
    ¿qué has hecho en este tiempo? ¿A qué mujer
    has querido? ¿A qué niño has bautizado
    con tu nombre? ¿Qué has enseñado al mundo?"
    No quise preguntar, pero el aliento
    de aquel ente divino me evocaba
    un viejo dormitorio. Desperté,
    y el cuarto estaba oscuro, y sentí frío,
    y oí de lejos a una muchedumbre
    pronunciando mi nombre. Me adentré
    en una nave, y, cuando alcé la vista,
    vi vidrieras con formas conocidas,
    y algunas de un color verde botella.



    LA UNIÓN DE LO QUE NO PUEDE UNIRSE

    Náufrago de la vida
    que no hemos vivido,
    alcanzamos la costa y ascendimos
    hasta una cabaña,
    e hicimos una hoguera
    con ls restos del barco.
    ........................................Cuando todos
    entramos en calor,
    y antes de comentar nuestros recuerdos,
    vimos entre las llamas
    la figura de un barco fantasmal
    con la bandera arriada de la infancia,
    atracado en un puerto y esperando
    por unos tipos que éramos nosotros.



    LA ROSA Y EL ESTANQUE

    (Parque "Isabel, la Católica", Gijón)


    Cada paso que das en el jardín
    desvelas la memoria de una rosa
    en el arco triunfal de un amor puro.
    Recorres la glorieta; como un viento
    fantasma, has arrancado suaves pétalos,
    envolviendo el estanque con su aroma.
    Porque del primer beso aquellas aguas
    esconden el reflejo, que esa rosa
    final detenga el curso de mis lágrimas.



    LA PIEDAD POR LO EFÍMERO

    Mariposa que duras sólo un día de vida:
    te ofrecerán mis manos las flores más hermosas
    que sólo yo cultivo en el jardín del sueño;
    haré que de mis ojos brote por ti una lágrima
    parecida al rocío, donde la luz se filtre
    y refracte en tus alas un arco iris nuevo;
    y cuando el sol decline, antes de que te mueras,
    te contaré el secreto de una muer nocturna
    con la que ya soñaste cuando eras una larva.



    EN SEGUNDA PERSONA

    Estas son palabras privadas que te dirijo en público.
    T. S. ELIOT

    Las sombras de papel que eclipsaron la luna
    de mi adolescencia, y el tatuaje
    que grabé con mi nombre en otra piel,
    pueden ser referencias de un amor legendario
    que nada significa si tú, ahora,
    muer que estás leyendo este poema,
    te enamoras de mí sin que yo pueda verte.



    UTOPÍA

    Ha de haber un lugar
    donde soñar no sea necesario.
    Una calle sin cruces
    donde duran las citas amorosas;
    una plaza sin bancos
    donde los niños juegan al futuro;
    un arrabal sin muros
    donde se ejercen los oficios sanos.
    Ha de haber un lugar
    donde he de contrastar este silencio,
    y, tras cruzar el río
    que refleja las horas del comercio,
    regresar a mi patria
    y proclamarme el Rey de los Espejos.



    EL BOSQUE DE LOS MUERTOS

    Hubo un lugar llamado
    "El bosque de los muertos".


    Allí, un día, los niños se citaban,
    burlando la tutela de sus padres,
    y al amor de una hoguera se contaban
    sus sueños y fantasmas, como el humo
    de eucaliptos que el viento dispersaba.

    Hubo un lugar llamado
    "El bosque de los muertos".


    Allí, todas las tardes, los amantes,
    esquivando miradas de reproche,
    jugaban a perderse y encontrarse
    sobre el fresco laurel, y se otorgaban
    la victoria carnal sin condiciones.

    Hubo un lugar llamado
    "El bosque de los muertos".


    Y ocurrió que la vida en la ciudad
    empezó a corromperse, y una noche
    dicen que un extranjero descubrió
    en el bosque toda una muchedumbre
    colgada de las ramas de los árboles.

    Hubo un lugar llamado
    "El bosque de los muertos".


    Y en sus troncos leyó sendas leyendas
    infantiles, vio corazones rotos
    por dos nombres, y un guion entre dos flechas
    resumiendo la vida de una especie
    que acabó traicionando sus valores

    Hay un lugar que ignora
    La Ley y el cementerio;
    Hay un lugar llamado
    "El bosque de los muertos".




    UN VIEJO MIRA EL MAR

    Hoy he visto una ola de hace cincuenta años
    brillando en el discurso sonámbulo del mar.

    Allí donde el reflejo de la luna se impone
    a la oscura mecánica de los malos recuerdos
    con su ilusión incólume, he visto que una ola
    deshacía las algas que ahogaban a un muñeco,
    esas cosas que el mar nunca arroja a la orilla.

    Como salir de un túnel, de una gruta cegada
    por mis propios despojos, y presentir que el sueño
    del amor se renueva para morir conmigo,
    como la última fuga de un cangrejo ermitaño.

    Hoy he visto una ola de hace cincuenta años
    defendiendo mi nombre del sepulcro del mar,
    proponiendo el bautismo para un deseo eterno.



    LA COPA DERRAMADA

    Si aún nos dura el efecto de esa primera copa
    que exaltó la amistad que ahora se resquebraja;

    Si aún perdura el misterio de sabernos iguales
    frente a las circunstancias que el comercio degrada;

    Si aún nos tiembla la voz al recordar un verso
    que todos compartimos, si la emoción no engaña,

    Derramemos el vino de esta última jarra
    sobre nuestras camisas, como banderas vanas,

    Y alcemos nuestra copa, por si acaso la lluvia
    nos lava un día el cáliz de la amistad soñada.


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    Pelayo Fueyo (1967- Empty Re: Pelayo Fueyo (1967-

    Mensaje por cecilia gargantini Dom 26 Feb 2023, 15:03

    En el cuadro hay un hombre que, desde un malecón,
    contempla el horizonte, por el que cruza un barco.
    El hombre que yo hubiera deseado haber sido
    mira desde ese barco hacia ese malecón,
    sin ser representado, sin poder ver a nadie
    más que a mí contemplando el cuadro que lo ignora

    Qué interesante autor!!!!!!!!!!!!!
    Una vez más...graciasssssss, querido Pedro
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    Pelayo Fueyo (1967- Empty Re: Pelayo Fueyo (1967-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Dom 26 Feb 2023, 15:05

    Gracias, Cecilia, este juego de espejos es característico de este autor.

    Un abrazo.
    Pedro

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    Mensaje por Pedro Casas Serra Lun 27 Feb 2023, 05:53

    .


    De La danza del ocioso (2000-2003) (¿inédito?):


    EL ESPEJO ARRUGADO

    No quiero  hablar de mí. Sólo de un niño
    que jugaba con trozos de cristales
    con los que despistaba a los adultos
    desde una ventana soleada.
    O el que amaba la lluvia, y en los charcos
    deformaba su imagen con un palo
    al sabor de una época estancada.
    No quiero hablar de mí. Y ese muchacho
    que bebía cerveza en soledad,
    y, al llegar a la casa con el alba,
    abrazaba entre lágrimas la almohada
    rogando a Dios que fuese una mujer.
    No quiero hablar de mí. De ese hombre joven
    que construye castillos de papel
    con las manos manchadas con el vino
    de los amigos, señas del cansancio
    y el amor mercenario y que, ahora mismo,
    estrena su mirada en el espejo
    con el miedo de haberse traicionado.



    EL NIÑO POETA

    ¡Qué ángel caprichoso, qué destino
    jugando con mis genes decidió
    que ese niño que fui fuera poeta?
    ¿Cómo ese dibujante de fantasmas
    le puso voz a las cosas más puras
    creciendo en el amor a la familia?
    ¿Cómo fue desgajándose el afecto
    por los simples paisajes, malherido
    por la caricia de un amor platónico?
    Y, en fin, ¿he de tenerle ahora nostalgia,
    agradecer su espíritu, o pedirle
    perdón por evocarlo entre mis sombras?



    OFICIO DE POETAS

    Crucé el tiempo ignorando la señal de peligro,
    hacia un territorio exento de nostalgia.
    Entonces, los amigos hablábamos del mundo
    como una bestia astuta que trocaba los planes
    de ocios y trabajos, en tanto las siluetas
    del humo del tabaco jugaban enlazándose.
    Y allí me fui, olvidando mi rol en la tertulia,
    hacia un paraíso anterior al recuerdo
    que nunca compartimos: estaba en las afueras
    de la ciudad, allí donde al canto del gallo
    lo responde el  martillo del grave marmolista.
    La luz era na ropa colgada de un tendal
    que el viento golpeaba, mezclando las edades
    de los que allí dormían, y allí sentí el azote
    de n deseo incumplido en otras propiedades.
    Poco a poco me fui enterrando en el barro
    de un estrecho camino bordeado de tapias,
    y en el momento justo en que uno de aquellos
    que estábamos hablando en la tertulia dijo:
    "Me debe un adelanto", vi por el agujero
    de aquel muro ese grupo de los que allí charlaban
    jugando en la pradera con un gris unicornio,
    ajenos a mi ausencia. Cuando, al rato, un amigo
    se percató extrañado de mi evasión del tema,
    yo me puse a llorar, y al preguntar la causa,
    sólo pude decir: "Éste es mi trabajo".



    EL  POEMA DE TODOS

    ¿Qué queda de ese tiempo en que las copas
    de vino se vacían, y el cansancio
    nos iguala una mezcla de estupor,
    vencidos por la noche y el silencio
    de la ebriedad que estorba a la conciencia?
    ¿Qué quedará de todas esas noches
    antes que llegue el sueño, y en la cama
    se recuerda algún gesto, una palabra
    discorde que ahora flota como un símbolo,
    y que frotan las pieles que queremos?
    ¿Qué quedará, por fin, de las costumbres
    de los amigos que no sospechamos,
    ese punto de miedo de encontrarnos
    con toda la verdad, y coincidamos
    escribiendo a la vez este poema?



    SOLILOQUIO DEL LOCO

    El hombre es el modo de ser un cuerpo.

    J. FERRATER MORA

    Camino por la calle con los hilos cortados
    de las muñecas: era sólo una marioneta
    gobernada por Dios, pero luego los hombres
    me trajeron a un mundo de gestos monocordes
    donde sueño tranquilo mi pasado demente,
    dueño ahora de un cuerpo al que cambiar de nombre,
    como cambio de miedo al someterme al hombre.



    EVOCACIÓN DEL MORIBUNDO

    Estoy sentado en un banco del parque
    esperando la muerte. En otro tiempo
    lo ocuparía amando a una muchacha,
    o, quizá, solitario, recorriese
    el parque, y escondiendo entre la piedra
    y el musgo algún secreto adolescente,
    mientras que glosa el tiempo un surtidor
    con un frescor que evoca un "carpe diem".
    Yo quisiera morir en este parque,
    pero es algo que sueño mientras yazgo
    en un blanco hospital, y sólo pienso
    que, antes del estertor, junto a los míos,
    escojan como música de fondo
    de mi olvido, "El concierto de Aranjuez".



    EL PRIMER AMOR

    No lloro por el tiempo que tardé
    en hacer el amor.
    Las lágrimas con que lavo mis manos
    en vano borran huellas de otros cuerpos
    huidos, mercenarios, sin memoria.
    Lloro lo que no tengo,
    y si ahora recuerdo la primera experiencia
    con un cuerpo maduro,
    procuro evocar ese otro nombre
    de aquel amor platónico infantil,
    que tampoco fue explícito,
    pero que vale toda mi ilusión.



    TODO LO LLENAS TÚ

    Todo lo llenas tú,
    que conoces las cosas de este mundo.
    Tu aura me somete,
    y aprendo cuando sé que me tutelas
    y me entiendes.
    Todo lo llenas tú, mujer marina,
    aliento de salitre que me envuelve,
    abrazo tan lejano que me abarca.
    Puedo decir tu nombre,
    y sólo por ser tuyo es el más bello;
    tus ojos me responden
    con un destello antiguo que adormece
    a todos los varones que has amado.
    -¿Me quieres? No respondas.
    Sólo quiero seguir jugando a amarte,
    a compartir mi copa con tu copa,
    y esperar que perdones que te halague
    sin hacer referencias a tu cuerpo.
    No quiero tu rechazo;
    todo lo llenas tú, y eso me basta.



    LAS CENIZAS

    Amor muerto: no sabes que arrojé tus cenizas
    al mar del promontorio donde por vez primera
    hicimos el amor al compás de las olas.
    Yo iba acompañado de mi segunda esposa
    que, al saber de tu amor, ella a ti te adoraba,
    y justo en el momento del ritual abandono,
    el viento del nordeste me golpeó la cara
    y cegaron mis ojos tus cenizas devueltas.
    Lloré entonces, primero por sentirte en mi rostro,
    luego por comprender que en tu ausencia me amas.



    LA HORA DE LA FUENTE

    Hay una hora mágica en las fuentes
    donde varios misterios se confunden.
    Por una parte, el niño, que, modesto,
    bota su primer barco de papel;
    por otra parte, el joven que deshace
    de las manos la tinta de la cita;
    por fin, ese animal imaginario
    que bebe el agua turbia: es el olvido.



    CARNAVAL

    No era el miedo al efecto del traje de vampiro
    con su maldad burlesca, ni a las farsas sociales;
    era un hombre embozado con una vieja máscara
    copiada del semblante de un niño melancólico
    el que iba sembrando el miedo con su plática:
    "Perdón, papá y mamá: ya no soy ese monstruo".



    LA URNA Y LA ROSA

    Hay una rosa histórica
    que vela tus cenizas, padre mío.
    Está hecha del sueño de otras rosas:
    la amable rosa blanca de la infancia;
    la voluptuosa rosa juvenil;
    la rosa gris del pensamiento adulto.
    Esa rosa simbólica
    tiene el color del alba y del ocaso:
    nace y muere viviendo junto a ti,
    que te ocultas eterno en una caja
    sin requerir el agua
    de la que bebe tu rosa vigía.
    Pero, aunque ignoremos el modo en que te expresas,
    creemos que precisas junto a ella
    las lágrimas de los que te queremos
    y que ella traduce
    para nosotros, padre,
    con el eco del más bello arco iris.



    ESPEJO DEL PASADO

    Yome estaba mirando en el espejo
    cuando una mano me llevó hacia dentro.
    Llegamos a un lugar que conocía,
    y estaba oscuro el cielo y el sujeto.
    Luego vimos que, en torno a una hoguera,
    los muchachos bebían y cantaban
    romances que mi madre me decía.
    Y me integré en el grupo, y, poco a poco,
    me embriagué de recuerdos muy lejanos.
    -Quiero volver a casa- le objeté
    al extraño embozado que me trajo,
    harto de los fantasmas del pasado.
    -Me temo que es inútil -contestó-,
    porque ya eres un niño y tendrás
    que esperar veinte años a volver
    al mundo que está dentro de tu espejo.


    PELAYO FUEYO, Poesía completa, Pre-Textos, 2008.


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