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    Luis García Montero (1958-

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    Luis García Montero (1958- Empty Luis García Montero (1958-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Jue 18 Abr 2024, 13:04

    .


    Luis García Montero (Granada, 4 de diciembre de 1958)​ es un poeta, crítico literario y ensayista español, catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada. Pertenece a la generación de los ochenta o postnovísimos dentro de la corriente denominada poesía de la experiencia. Desde 2018 es director del Instituto Cervantes.

    Biografía

    Luis García Montero nació en Granada en 1958, hijo de Luis García López y Elisa Montero Peña. Cursó estudios en el colegio de los Escolapios y más tarde Filosofía y Letras en la Universidad de Granada, donde fue alumno de Juan Carlos Rodríguez Gómez, teórico de la literatura social. Se licenció en 1980 y se doctoró en 1985 con una tesis sobre Rafael Alberti, La norma y los estilos en la poesía de Rafael Alberti. Mantuvo una gran amistad con el mencionado poeta del 27, cuya edición de su Poesía completa preparó.

    Comenzó a trabajar como profesor asociado en la Universidad de Granada en 1981. Recibió el Premio Adonáis en 1982 por El jardín extranjero. Realizó su memoria de licenciatura en 1984 sobre El teatro medieval. Polémica de una inexistencia.

    Se vinculó al grupo poético de "la otra sentimentalidad", corriente que en la poesía española contemporánea toma el nombre de su primer libro en conjunto, publicado en 1983, y en la que también participaron los poetas Javier Egea y Álvaro Salvador. La poética del grupo queda reflejada sobre todo en ese breve libro y en menor medida en el opúsculo Manifiesto albertista (1982) de Luis García Montero y Javier Egea. Su trayectoria personal se fue ampliando en lo que se fue conociendo más tarde como "poesía de la experiencia".

    Ha editado las Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer, entre otros trabajos teóricos. En 2002 fue elegido académico de la Academia de Buenas Letras de Granada. También ha cultivado el ensayo y es columnista de opinión. Entre los galardones poéticos que ha obtenido destacan el Premio Federico García Lorca, el Premio Loewe, el Premio Adonáis de poesía y el Premio Nacional de Poesía con el que fue galardonado en 1995, y el Premio Nacional de la Crítica en el 2003. En el año 2010 se le concedió en México el Premio Poetas del Mundo Latino por su trayectoria.

    Desde muy joven militó en el PCE y desde su fundación en Izquierda Unida. En las Elecciones europeas de 2004 se presentó en la lista de la mencionada coalición. De cara a las elecciones generales de 2011 manifestó su apoyo a la candidatura de Izquierda Unida.​ En octubre de 2012 se anunció que pasaba a ocupar un cargo clave en Izquierda Abierta, un nuevo partido liderado por Gaspar Llamazares y Montse Muñoz que se encuentra integrado en Izquierda Unida.​

    Para las elecciones de 2015, Izquierda Unida le designó como su candidato para la presidencia de la Comunidad de Madrid, pero su campaña fracasa y la formación pierde sus 13 diputados en el parlamento autonómico.​

    En marzo de 2016 se estrenó en el Festival de Cine Español de Málaga la película documental Aunque tú no lo sepas. La poesía de Luis García Montero, producción de Charlie Arnaiz y Alberto Ortega en la que participaron TVE y Canal Sur. Se trata de un acercamiento a su vida y su obra a través de personalidades como los músicos Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Miguel Ríos, Quique González, Ismael Serrano y Nach, los escritores Almudena Grandes, Felipe Benítez Reyes y Benjamín Prado, la periodista Àngels Barceló o el actor Juan Diego Botto, entre otras muchas.

    Desde 1994 hasta 2021 compartió su vida con la escritora Almudena Grandes. Enviudó en 2021. Tiene dos hijas.

    Aprobado el 20 de julio de 2018 por el Consejo de Ministros su nombramiento como director del Instituto Cervantes,​ tomó posesión del cargo el 1 de agosto.
    +​
    Polémicas

    El 22 de octubre de 2008, Luis García Montero fue condenado por un caso de injurias contra José Antonio Fortes, profesor de la Universidad de Granada.​ En un artículo publicado en El País, el poeta granadino llamó "perturbado" al profesor Fortes por opinar que la poesía lorquiana había servido como caldo de cultivo ideológico para la poesía del fascismo.​ En otros escritos, Fortes había arremetido contra Francisco Ayala, Antonio Muñoz Molina, Joaquín Sabina, Gustavo Adolfo Bécquer y Rafael Alberti, tildándolos de escritores fascistas o vendidos al capitalismo. El juez Miguel Ángel Torres Segura—juez, entre otros, del caso Malaya de corrupción urbanística—condenó a Luis García Montero a pagar una multa de 1800€ y otros 3000€ al profesor Fortes por injurias graves con publicidad. El poeta se refirió a Fortes como "tonto indecente" y "perturbado", y en una reunión con otros miembros del Departamento le tildó de "hijo de puta" y "cabrón".​ Aunque agradeció las numerosas muestras de solidaridad institucionales​ y personales, García Montero anunció poco tiempo después la petición de excedencia del puesto de catedrático que tenía en la Universidad de Granada, en la que había ingresado como profesor en 1981.​ Renuncia que hizo efectiva un año después porque encontraba el ambiente del departamento universitario "irrespirable".​

    Otra polémica más se produjo en 2012, cuando el jurado del Premio de Poesía "Ciudad de Burgos", que presidía García Montero, fue criticado por los preseleccionadores de dicho premio por incluir a última hora en el concurso dos poemarios que habían sido rechazados en el proceso de preselección, uno de los cuales resultó finalmente ganador. Esta polémica apareció recogida en al menos tres periódicos españoles. Así, el Diario de Burgos titulaba "Una polémica decisión del jurado cuestiona la limpieza del Premio "Ciudad de Burgos"​ (27-10-2012) mientras que El Correo de Burgos decía: "La polémica se sirve en verso"​ (27-10-2012). También recogía la noticia El Ideal de Granada bajo el titular: "Polémica en el premio 'Ciudad de Burgos', otorgado al poeta granadino Daniel Rodríguez Moya"​ (28-10-2012).

    En octubre de 2023, se produjo una nueva polémica. En esta ocasión, referida al enfrentamiento entre María Asunción Mateo, la viuda de Rafael Alberti, y el propio García Montero, que había recordado en un artículo que Alberti se había casado a los 88 años con Mateo, a la que le sacaba 42 años. Cansada del acoso que, según ella, dura dos décadas, Mateo escribió al Presidente en funciones, Pedro Sánchez, para denunciar el agravio sufrido el 31 de octubre, al no ser invitada a un acto en homenaje a las víctimas de la Guerra Civil y la Dictadura. Acto en el que se reconoció la figura de Alberti, y a la que fue invitada una sobrina del poeta gaditano, en lugar de su viuda. Este mismo hecho (la invitación de la sobrina en lugar de la viuda del poeta), había ocurrido en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, en la entrega del legado in memoriam de Alberti y María Teresa León.

    Obra

    La «poesía de la experiencia» se caracteriza por la tendencia general a diluir el yo más personal en la experiencia colectiva, alejándose de la individualidad estilística y temática de los novísimos autores anteriores; García Montero y su grupo, sin embargo, trataron de relacionarse con la tradición poética anterior acogiéndose a los postulados de Luis Cernuda y Jaime Gil de Biedma y trataron de unir la estética de Antonio Machado y el pensamiento de la generación del 50, así como el Surrealismo y las imágenes impactantes de los poetas del Barroco español o de Juan Ramón Jiménez.

    La característica más destacable de Luis García Montero es el narrativismo histórico-biográfico de sus poemas, de una estructura casi teatral o novelística con un personaje o protagonista que cuenta o vive su historia a través de la memoria, del recuerdo o del deseo. Su poesía se caracteriza por un lenguaje coloquial y por la reflexión a partir de acontecimientos o situaciones cotidianas.

    (Sacado de https://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Garc%C3%ADa_Montero#Enlaces_externos )


    *


    Algunos poemas de Luis García Montero:


    De Tristia (1982):


    LOS AUTOMÓVILES

    Loa automóviles llegaron aquí un año de repente,
    y con ellos el tiempo, hacia mil novecientos
    cincuenta y ocho entonces.
    Están los mismos tilos al borde del jardín,
    los mismos ojos detrás de la ventana,
    siempre conventual
    a las fuentes vacías del invierno.
    Nos fue dado el amor
    de pronto por la vida y sus cosas pequeñas,
    armarios diminutos donde encerrar la infancia.
    ¿Recuerdas?
    Era blanco el tejado, y se posan aún
    de día las palomas
    y sus ojos nos miran como un fuego tardío
    cada vez que salimos huyendo de la casa.
    Yo he buscado su piel en todas mis amantes,
    la marejada rubia de sus hombros,
    la formación de almendras que estallaba en su boca
    y que luego ponía en las manos de él,
    él, que estaba allí,
    allí también entre nosotros,
    como un inmenso capitán de plomo.

    Yo me pregunto entonces si este rostro es mi rostro
    o es la vieja pasión de una guerra perdida.
    Dos minutos ahora para salir a escena.
    Sentir sobre el escote
    cómo arden los focos: canta,
    canta para París
    y para Siena,
    tú que crees que el tiempo no es asunto
    de tilos y palomas,
    mi viejo capitán de plomo herido,
    cierra tu dulce corazón desperdiciado
    a las nieves de un parque,
    como si amaneciese y abrieras la ventana
    y por primera vez
    notases que el invierno se ha convertido
    en éxito.




    De El jardín extranjero (1983):


    PARA PONERSE NOMBRE
    (1941)

    "Qué difícil va siendo amanecer unidos."
    ÁLVARO SALVADOR

    Sólo más tarde se darían cuenta
    de que los dos buscaban una historia
    no demasiado cerca del amor,
    tal vez alguna excusa
    para mirar los árboles de enero
    temblando sobre el parque,
    atravesar las calles
    de una ciudad tomada por los himnos
    y la ropa de invierno
    o verse acompañados
    —ilusionadamente—
    sobre el cristal celeste de los escaparates.

    Fue quizá que los tiempos
    sólo hacían posible
    para un viejo soldado de todas las derrotas
    matar la soledad entre los brazos
    de una joven cantante de revista.

    Y eran tiempos difíciles.
    Mientras recuperaban
    su olor a gato sucio los tejados,
    ellos
    cruzaban la ciudad vestida de uniforme,
    soportaban el paso marcial de la soberbia,
    recorrían las calles por entre las calesas,
    pacientes y humillados,
    buscando una pensión.

    Sólo la lluvia deja
    una pasión equívoca
    en el banco vacío de los enamorados,
    sólo la lluvia olvida
    mentiras de charol sobre las calles
    y un amor diminuto en cada esquina
    para el labio que aprende su canción.

    Acaso
    era también pasar al contraataque
    fingir felicidad,
    estar ficticiamente enamorados
    en medio del invierno,
    decir que nada importa porque seguimos vivos,
    porque aquí están tus ojos a pesar de los humos,
    hechos para el amor, curtidos por la historia,
    llenos de gozo siempre a toda costa.

    Sólo un poco más tarde,
    cuando la brisa ciega del sesenta
    les hizo descubrir que envejecían,
    supieron que era hermoso atardecer unidos,
    abrazarse debajo de todas sus banderas,
    vivir la intimidad que la derrota impuso
    no demasiado cerca del amor,
    porque la vida
    tan fiel como una hermosa melodía
    acabó siempre por darles su razón.




    De Diario cómplice (1987):


    RECUERDA QUE TÚ EXISTES TAN SÓLO EN ESTE LIBRO...

    Recuerda que tú existes tan sólo en este libro,
    agradece tu vida a mis fantasmas,
    a la pasión que pongo en cada verso
    por recordar el aire que respiras,
    la ropa que te pones y me quitas,
    los taxis en que viajas cada noche,
    sirena y corazón de los taxistas,
    las copas que compartes por los bares
    con las gentes que viven en sus barras.
    Recuerda que yo espero al otro lado
    de los tranvías cuando llegas tarde,
    que, centinela incómodo, el teléfono
    se convierte en un huésped sin noticias,
    que hay un rumor vacío de ascensores
    querellándose solos, convocando
    mientras suben o bajan tu nostalgia.
    Recuerda que mi reino son las dudas
    de esta ciudad con prisa solamente,
    y que la libertad, cisne terrible,
    no es el ave nocturna de los sueños,
    sí la complicidad, su mantenerse
    herida por el sable que nos hace
    sabernos personajes literarios,
    mentiras de verdad, verdades de mentira.

    Recuerda que yo existo porque existe este libro,
    que puedo suicidarnos con romper una página.


    Pedro Casas Serra
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    Luis García Montero (1958- Empty Re: Luis García Montero (1958-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Jue 18 Abr 2024, 13:47

    .


    De Las flores del frío (1991):


    CANCIÓN 19 HORAS

    ¿Quién habla del amor? Yo tengo frío
    y quiero ser diciembre.

    Quiero llegar a un bosque apenas sensitivo,
    hasta la maquinaria del corazón sin saldo.
    Yo quiero ser diciembre.

    Dormir
    en la noche sin vida,
    en la vida sin sueños,
    en los tranquilizados sueños que desembocan
    al río del olvido.

    Hay ciudades que son fotografías
    nocturnas de ciudades.
    Yo quiero ser diciembre.

    Para vivir al norte de un amor sucedido,
    bajo el beso sin labios de hace ya mucho tiempo,
    yo quiero ser diciembre.

    Como el cadáver blanco de los ríos,
    como los minerales del invierno,
    yo quiero ser diciembre.



    LARRA
    Día de primavera de 1836

    Déjame, pensamiento, déjame,
    mañana seré tuyo,
    volveré a ser tu presa.
    ......................................Pero hoy,
    mientras la luna araña en los árboles y pide
    una oportunidad,
    quiero que me recoja la inútil primavera.

    A la casa del frío
    regresaré mañana, cuando el tiempo
    exponga sus razones
    y el corazón pregunte
    lo que falta por ver,
    cuántos latidos
    pueden quedarle para detenerse.



    TIENDA DE MUEBLES

    A Felipe y a Silvia

    En la tienda de muebles
    hay mil casas vacías. Los espejos,
    la perfección pulida de las mesas
    y de los canteranos,
    el cristo de Dalí, las acuarelas,
    los armarios, las camas, todo duerme
    con la inquieta nostalgia de sus metros cuadrados.
    y campanada de reloj que saltan
    sin nadie a quien llamar
    también quisieran
    vivir en los horarios, ser mañana
    una versión doméstica del tiempo.

    Es mayo en el jardín. Una pareja
    se vigila los labios con mirada de nácar,
    merodea en las dudas que conducen
    hasta el beso primero,
    Ése que por la noche se medita
    y vuelve a repetirse, natural, encendido,
    Como un gesto mecánico.

    Luego serán los meses estampas de almanaque,
    decorados que corren a la cita.
    En agosto provoca la distancia
    cartas de buen amor. Pero septiembre,
    cómplice de los árboles, propone
    una sabiduría de plazas y jardines,
    Y la luz del otoño
    es igual que un abrazo detenido,
    tiembla confusamente,
    como tiemblan las horas en la casa de Alberto,
    no habrá nadie mañana,
    tú ya sabes quién es,
    mi mejor compañero de trabajo.

    Verte desnuda
    o comprender el hueco de las manos,
    no tengo miedo, amor, porque te quiero,
    me gustas con las luces encendidas,
    aún es pronto,
    llámame cuando llegues,
    voy a colgar, mi madre
    necesita el teléfono.

    La luna impertinente de los sábados
    se apoya en la guantera del 127
    y por los hombros cae
    lenta como las luces serenadas
    sobre la discoteca.
    Pero también es bello el sol de invierno
    en las mañanas de domingo.
    Mis padres quieren conocerte,
    hace ahora dos años que salimos,
    yo puedo trabajar, tal vez nos llegue
    con mi sueldo y la rosa de tus labios,
    ayer encontré piso,
    amor, verte desnuda
    es comprender el hueco de mis manos,
    balcones frente a un río, poco a poco
    lo iremos amueblando, yo quisiera,
    cuántas mensualidades,
    envejecer contigo en esta casa,
    en esta habitación, en este beso.

    En la tienda de muebles
    hay mil besos vacíos. Ayúdame a escoger,
    mira la cama grande y abrazada,
    el sofá de las tardes infinitas,
    un armario que puede
    doblar las estaciones y guardarlas,
    de cuánto los recibos,
    la mesa familiar, mira el espejo
    que sabrá la estatura de los niños,
    podemos firmar letras,
    amor, es tu desnudo
    lo que divide el mapa de las sábanas.
    Seguir, envejecer, soñar la vida
    en el tanto por ciento de un abrazo.

    Será felicidad, memoria fuerte
    los muebles de la casa,
    hasta llegar al sueño más oculto de un hijo,
    ése que funda el tiempo
    y vuelve por las noches,
    natural, encendido de huellas primitivas,
    De valores eternos
    que se compran a plazos
    y tal vez con un poco de rebaja.



    DÍA DE CALMA

    Quien no quiso caer en la mentira,
    no sea injusto desde la verdad.

    Repítelo. En un día de calma.
    Aunque la mar extienda sus castigos
    y el golpe solitario de los remos
    se pierda entre la espuma,
    como se pierde el último destello de una mano,
    quiero que lo repitas: es un día de calma.
    Repite que es mentira
    todo lo que parece sucederte,
    que las manos deshechas son mentira
    y no temes el viento,
    ni existen los abismos en el agua,
    ni la respiración entrecortada.
    Porque la piel del labio
    siente una quemadura de sal y se parecen
    sus latidos al odio demasiado,
    repite que no sientes sus latidos.

    Ya que todo se mueve, ya que el tiempo
    bajo los pies se descompone y cae,
    regresa hasta el lugar donde las huellas
    forman parte de ti
    ................................como un destino
    de arena que resiste en algún sitio
    detrás de la ola.
    ¿A qué memoria perteneces? Vuelve.

    Una ciudad al Sur, un gabinete
    de balcones abiertos enfrente de los plátanos.
    Sigues leyendo, sabes
    los libros que son tuyos. Para ti las miradas
    de cristal y los barcos
    que navegan con pecho adolescente.
    Es un día de calma.
    Quiero que lo repitas desde allí,
    allí, para que grabes
    en la madera limpia de tus remos:
    Quien no quiso caer en la mentira
    no sea injusto desde la verdad.





    De Habitaciones separadas (1994):


    PRIMER DÍA DE VACACIONES

    Nadaba yo en el mar y era muy tarde,
    justo en ese momento
    en que las luces flotan como brasas
    de una hoguera rendida
    y en el agua se queman las preguntas,
    los silencios extraños.

    Había decidido nadar hasta la boya
    roja, la que se esconde como el sol
    al otro lado de las barcas.

    Muy lejos de la orilla,
    solitario y perdido en el crepúsculo,
    me adentraba en el mar
    sintiendo la inquietud que me conmueve
    al adentrarme en un poema
    o en una noche larga de amor desconocido.

    Y de pronto la vi sobre las aguas.
    Una mujer mayor,
    de cansada belleza
    y el pelo blanco recogido,
    se me acercó nadando
    con brazadas serenas.
    Parecía venir del horizonte.

    Al cruzarse conmigo,
    se detuvo un momento y me miró a los ojos:
    no he venido a buscarte,
    no eres tú todavía.

    Me despertó el tumulto del mercado
    y el ruido de una moto
    que cruzaba la calle con desesperación.
    Era media mañana,
    el cielo estaba limpio y parecía
    una bandera viva
    en el mástil de agosto.
    Bajé a desayunar a la terraza
    del paseo marítimo
    y contemplé el bullicio de la gente,
    el mar como una balsa,
    los cuerpos bajo el sol.
    ..........................................En el periódico
    el nombre del ahogado no era el mío.



    LIFE VEST UNDER YOUR SEAT

    A Dionisio y José Olivio

    Señores pasajeros buenas tardes
    y Nueva York al fondo todavía,
    delicadas las torres de Manhattan
    con la luz sumergida de una muchacha triste,
    buenas tardes señores pasajeros,
    mantendremos en vuelo doce mil pies de altura,
    altos como su cuerpo en el pasillo
    de la Universidad, una pregunta,
    podría repetirme el título del libro,
    cumpliendo normas internacionales,
    las cuatro ventanillas de emergencia,
    pero habrá que cenar, tal vez alguna copa,
    casi vivir sin vínculo y sin límites,
    modos de ver la noche y estar en los cristales
    del alba, regresando,
    y muchas otras noches regresando
    bajo edificios de temblor acuático,
    a una velocidad de novecientos
    kilómetros, te dije
    que nunca resistí las despedidas,
    al aeropuerto no,
    prefiero tu recuerdo por mi casa,
    apoyado en el piano del Bar Andalucía,
    bajo el cielo violeta
    de los amaneceres de Manhattan,
    igual que dos desnudos en penumbra
    con Nueva York al fondo, todavía
    al aeropuerto no,
    rogamos hagan uso
    del cinturón, no fumen
    hasta que despeguemos,
    cuiden que estén derechos los respaldos,
    me tienes que llamar, de sus asientos.



    AUNQUE TÚ NO LO SEPAS

    Como la luz de un sueño,
    que no raya en el mundo pero existe,
    así he vivido yo
    iluminando
    esa parte de ti que no conoces,
    la vida que has llevado junto a mis pensamientos...

    Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
    cruzar la puerta sin decir que no,
    pedirme un cenicero, curiosear los libros,
    responder al deseo de mis labios
    con tus labios de whisky,
    seguir mis pasos hasta el dormitorio.
    También hemos hablado
    en la cama, sin prisa, muchas tardes
    esta cama de amor que no conoces,
    la misma que se queda
    fría cuanto te marchas.

    Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
    hicimos mil proyectos, paseamos
    por todas las ciudades que te gustan,
    recordamos canciones, elegimos renuncias,
    aprendiendo los dos a convivir
    entre la realidad y el pensamiento.
    Espiada a la sombra de tu horario
    o en la noche de un bar por mi sorpresa.

    Así he vivido yo,
    como la luz del sueño
    que no recuerdas cuando te despiertas.



    MUJERES

    Mañana de suburbio
    y el autobús se acerca a la parada.

    Hace frío en la calle, suavemente,
    casi de despertar en primavera,
    de ciudad que no ha entrado
    todavía en calor.
    Desde mi asiento veo a las mujeres,
    con los ojos de sueño y la ropa sin brillo,
    en busca de su horario de trabajo.

    Suben y van dejando al descubierto,
    en los cristales de la marquesina,
    un anuncio de cuerpos escogidos
    y de ropa interior.
    Las muchachas nos miran a los ojos
    desde el reino perfecto de su fotografía,
    sin horarios, sin prisa,
    obscenas como un sueño bronceado.

    Yo me bajo en la próxima, murmuras.
    Me conmueve el recuerdo
    de tu piel blanca y triste
    y la hermandad humilde de tu noche,
    la mano que dejaste
    olvidada en mi mano,
    al venir de la ducha,
    hace sólo un momento,
    mientras yo me negaba a levantarme.

    Que tengas un buen día,
    que la suerte te busque
    en tu casa pequeña y ordenada,
    que la vida te trate dignamente.


    Última edición por Pedro Casas Serra el Lun 29 Abr 2024, 07:48, editado 3 veces

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    Mensaje por Pedro Casas Serra Jue 18 Abr 2024, 14:22

    .


    De Completamente viernes (1998):


    HOMBRE DE LUNES CON SECRETO

    Este lunes de Abril templado y diligente
    muy de mañana, sin haber dormido.
    Por la cafetería cruza el buitre
    de los horarios laborales,
    entre tazas, tostadas y periódicos
    se discuten las ultimas noticias,
    y el hombre del secreto
    se sumerge en el túnel de una nueva semana.
    Deshoja el bienestar de su café
    sonríe a quien le mira, se consuela,
    porque tiene un secreto.

    Los cuerpos juveniles son presente,
    pero nos llega impuesta del pasado
    la inocencia arbitraria de sus conversaciones.
    El hombre del secreto lo comprende
    camino del trabajo,
    cuando los estudiantes llenan el autobús
    y un tumulto de cuerpos con la cara lavada
    se apodera del lunes.
    Los ve crecer, observa
    como un grito de incógnita en sus ojos,
    una inquietud después desvanecida
    por usura del tiempo.
    Vivir es ir doblando las banderas.

    El hombre de los ojos encendidos
    se hiere con las rosas académicas,
    consigue entre saludos, puñales y cipreses
    cruzar el campus universitario,
    recorre los pasillos en busca de su aula
    de su clase,
    pero tiene un secreto
    y el tema diecinueve se convierte
    en materia de asombro,
    poemas que se escapan de la página,
    versos que llegan a la cima
    de una mirada en vilo,
    alguien que deja los apuntes
    y los libros de texto,
    para cerrar las manos hasta herirse
    con otra rosa viva
    mucho más inclemente,
    la rosa de un secreto en el alma de un lunes.

    Abre la puerta del despacho
    y los libros sonríen como cómplices viejos.
    En ellos ha leído lo que siente,
    solo literatura descentrada.
    Pero esta vez no,
    esta mañana no,
    y el hombre del secreto al levantarse
    se miró en el espejo,
    y descubrió el enigma
    de sus extraños ojos encendidos,
    y se dijo que no,
    esta vez no.

    ¿Y la ciudad?.Abierta
    de luz, cuerpo tendido,
    ha cambiado de piel en la ventana.
    Y no será paciencia, ni callejón nocturno,
    ni día laborable de tráfico dudoso.
    Así que va al teléfono,
    busca la tinta azul del numero apuntado
    en el carnet de conducir,
    la condición de un lunes
    que ya no tiene voluntad de fecha
    sino de fruta, de sabor en los labios.

    El hombre del secreto marca y dice:
    "Buenos dias, soy yo, he terminado".



    CONFESIONES

    Yo te estaba esperando.
    Más allá del invierno, en el cincuenta y ocho,
    de la letra sin pulso y el verano
    de mi primera carta,
    por los pasillos lentos y el examen,
    a través de los libros, de las tardes de fútbol,
    de la flor que no quiso convertirse en almohada,
    más allá del muchacho obligado a la luna,
    por debajo de todo lo que amé,
    yo te estaba esperando.

    Yo te estoy esperando.
    Por detrás de las noches y las calles,
    de las hojas pisadas
    y de las obras públicas
    y de los comentarios de la gente,
    por encima de todo lo que soy,
    de algunos restaurantes a los que ya no vamos,
    con más prisa que el tiempo que me huye,
    más cerca de la luz y de la tierra,
    yo te estoy esperando.

    Y seguiré esperando.
    Como los amarillos del otoño,
    todavía palabra de amor ante el silencio,
    cuando la piel se apague,
    cuando el amor se abrace con la muerte
    y se pongan mas serias nuestras fotografías,
    sobre el acantilado del recuerdo,
    después que mi memoria se convierta en arena,
    por detrás de la última mentira,
    yo seguiré esperando.



    POÉTICA

    Hay momentos también en que dejamos
    las palabras de amor y los silencios
    para hablar de poesía.
    Tú descansas la voz en el pasado
    y recuerdas el título de un libro,
    la historia de unos versos,
    la noche juvenil de algunos cantautores,
    la importancia que tienen
    poetas y banderas en tu vida.
    Yo te hablo de comas y mayúsculas,
    de imágenes que sobran o que faltan,
    de la necesidad de conseguir un ritmo
    que sujete la historia,
    igual que con las manos se sujetan
    la humedad y los muros de un castillo de arena.
    Y recuerdo también algunos versos
    en noches donde comas y mayúsculas,
    metáforas y ritmos,
    calentaron mi casa,
    me hicieron compañía,
    supieron convencerme
    con tu mismo poder de seducción.
    Ya sé que otros poetas
    se visten de poeta,
    van a las oficinas del silencio,
    administran los bancos del fulgor,
    calculan con esencias
    los saldos de sus fondos interiores,
    son antorcha de reyes y de dioses
    o son lengua de infierno.

    Será que tienen alma.
    Yo me conformo con tenerte a ti
    y con tener conciencia.



    COMPLETAMENTE VIERNES

    Por detergentes y lavavajillas,
    por libros ordenados y escobas en el suelo,
    por los cristales limpios, por la mesa
    sin papeles, libretas ni bolígrafos,
    por los sillones sin periódicos,
    quien se acerque a mi casa
    puede encontrar un día
    completamente viernes.

    Como yo me lo encuentro
    cuando salgo a la calle
    y está la catedral
    tomada por el mundo de los vivos
    y en el supermercado
    junio se hace botella de ginebra,
    embutidos y postre,
    abanico de luz en el quiosco
    de la floristería,
    ciudad que se desnuda completamente viernes.

    Así mi cuerpo
    que se hace memoria de tu cuerpo
    y te presiente
    en la inquietud de todo lo que toca,
    en el mando a distancia de la música,
    en el papel de la revista,
    en el hielo deshecho
    igual que se deshace una mañana
    completamente viernes.

    Cuando se abre la puerta de la calle,
    la nevera adivina lo que supo mi cuerpo
    y sugiere otros títulos para este poema:
    completamente tú,
    mañana de regreso, el buen amor,
    la buena compañía.



    LA INMORTALIDAD

    Nunca he tenido dioses
    y tampoco sentí la despiadada
    voluntad de los héroes.
    Durante mucho tiempo estuvo libre
    la silla de mi juez
    y no esperé juicio
    en el que rendir cuentas de mis días.

    Decidido a vivir, busqué la sombra
    capaz de recogerme en los veranos
    y la hoguera dispuesta
    a llevarse el invierno por delante.
    Pasé noches de guardia y de silencio,
    no tuve prisa,
    dejé cruzar la rueda de los años.
    Estaba convencido
    de que existir no tiene trascendencia,
    porque la luz es siempre fugitiva
    sobre la oscuridad,
    un resplandor en medio del vacío.

    Y de pronto en el bosque se encendieron los árboles
    de las miradas insistentes,
    el mar tuvo labios de arena
    igual que las palabras dichas en un rincón,
    el viento abrió sus manos
    y los hoteles sus habitaciones.
    Parecía la tierra más desnuda,
    porque la noche fue,
    como el vacío,
    un resplandor oscuro en medio de la luz.

    Entonces comprendí que la inmortalidad
    puede cobrarse por adelantado.
    Una inmortalidad que no reside
    en plazas con estatua,
    en nubes religiosas
    o en la plastificada vanidad literaria,
    llena de halagos homicidas
    y murmullos de cóctel.
    Es otra mi razón. Que no me lea
    quien no haya visto nunca conmoverse la tierra
    en medio de un abrazo.

    La copa de cristal
    que pusiste al revés sobre la mesa,
    guarda un tiempo de oro detenido.
    Me basta con la vida para justificarme.
    Y cuando me convoquen a declarar mis actos,
    aunque sólo me escuche una silla vacía,
    será firme mi voz.

    No por lo que la muerte me prometa,
    sino por todo aquello que no podrá quitarme.



    LA POESÍA

    La poesía es inútil, sólo sirve
    para cortarle la cabeza a un rey
    o para seducir a una muchacha.

    Quizás sirve también,
    si es que el agua es la muerte,
    para rayar el agua con un sueño.
    Y si el tiempo le otorga su única materia,
    posiblemente sirva de navaja,
    porque es mejor un corte limpio
    cuando abrimos la piel de la memoria.
    Con un cristal partido,
    ......................................el deseo
    hace heridas más sucias.
    La poesía eres tú,
    un corte limpio,
    una raya en el agua
    —si es que el agua es razón de la existencia -,

    la mujer que se deja seducir
    para cortarle la cabeza a un rey.




    De La intimidad de la serpiente (2003):


    CUARENTENA

    Con qué ferocidad y a qué hora importuna
    salen tus veinte años de la fotografía
    para exigirme cuentas.
    En los ojos heridos por la luz
    sostienes la mirada de mis sombras,
    en el descaro de tus profecías
    desdeñas la lealtad de mis recuerdos,
    en la piel transparente
    anegas el cansancio de mi piel
    y defines mis años por traiciones.

    No escandalices más,
    hablemos si tú quieres,
    elige tú las armas y el paisaje
    de la conversación,
    y espera a que se vayan
    los invitados a la cena fría
    de mis cuarenta años.
    Por evaporaciones,
    como las aguas sucias de los charcos
    se acercan a las nubes,
    caminaré contigo
    hasta la plaza de tu juventud.
    Allí están los magníficos
    árboles de las ciencias y las letras
    con sus palabras en el mes de mayo,
    y el orden de los números
    a la orilla del tiempo,
    más cerca de las sumas que de las divisiones.

    Imagino tu voz, supongo el aire
    —porque a veces regresa hasta mis labios
    en noches de espesura—
    con el que afirmarás
    que toda libertad es una roca,
    que no faltan el viento y las razones,
    sino la voluntad en el timón,
    para gritar después que mi conciencia
    es ya ropa tendida,
    palabras puestas a secar.

    Tendrás razón. No digo
    ni la mitad de lo que siento.
    Pero recuerda que mi soledad,
    la que arde en mi lámpara de desaparecido,
    es el silencio de las causas públicas.
    Y puedes comprenderme:
    mis mujeres dormidas,
    el cajón de los barcos indefensos,
    un teléfono antiguo...,
    todas las tachaduras se parecen
    a la inquietud que sufres
    ante la vida en blanco.

    Ya que fuerzas mis sombras con tu luz
    comprende mi silencio en tus exclamaciones.
    Porque sabes que sé
    el lado frágil de la impertinencia,
    lo que hay de imitación en tu seguridad,
    la certeza que llega de los otros
    para empujarte
    por el afán de ser el elegido,
    por el deseo de gustar,
    hasta vivir de oídas en muchas ocasiones.

    Aceptaré las quejas, si tú me reconoces
    la legitimidad de la impostura.

    Ahora que necesito
    meditar lo que creo
    en busca de un destino soportable,
    me acerco a ti,
    porque sabías meditar tus dudas.
    Cuando tengas la edad que se avecina,
    admitirás el tiempo de los encajadores,
    la piel gastada y resistente,
    el tono bajo de la voz
    y el corazón cansado de elegir
    sombras de pie o luz arrodillada.

    Después de lo que he visto y lo que tú verás,
    no es un mal resultado, te lo juro.
    Baja conmigo al día,
    ven hasta los paisajes verdaderos
    en los que discutimos,
    y me agradecerás
    la difícil tarea de tu supervivencia.

    Pedro Casas Serra
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    Mensaje por Pedro Casas Serra Lun 29 Abr 2024, 12:51

    .


    De Vista cansada (2008):


    PREGUNTAS A UN LECTOR FUTURO

    ¿Está lloviendo?
    ¿Tal vez en los tejados
    confundes la verdad con la belleza,
    y un bienestar antiguo
    duerme la sombra líquida del tiempo?
    ¿O es un día de sol,
    de los que ruedan por el mundo
    sin esperar la primavera,
    hasta caer hermosos y rendidos
    al pie de tu ventana?

    ¿Estás fumando?
    ¿Has conseguido respirar la nube
    de tu tranquilidad,
    el pacto de los cuerpos con el humo?
    ¿Has servido la copa
    que te devuelve a la razón más tuya,
    a la barca que sabe descansar en su orilla?
    ¿Pesa ya en la madera de tu edad
    el oleaje de lo que se pierde?

    ¿Estás solo?
    ¿Alguien lee a tu lado,
    en la otra butaca de la noche?
    ¿Esperas a que suene
    el portero automático
    para dejar el libro
    y compartir las horas
    con el amor que manda en los relojes,
    para sentirte libre y excitado,
    por un momento libre,
    sin ambición ni deuda?

    Y no voy a negarlo desde hoy:
    agradezco el azar de esta ocasión
    en la que tú me salvas del olvido.

    Pero no me consuela,
    si yo no puedo recordar la vida.



    DEMOCRACIA DOS

    Hay curvas en la vida de cualquiera
    que son horas de angustia deshojada
    y pétalos que caen desde el puente.
    Yo me recuerdo así,
    más amargo y más solo, más ajeno,
    al ver pasar el agua.

    El agua se llevó la dictadura.
    La tinta del censor perdió sus ojos
    y no pudo entender lo que estaba pasando.
    Las esperanzas turbias
    de los sacrificfados y los fieles
    olvidaron de pronto
    el amarillo seco de las comisarías.
    Ni miradas secretas, ni un papel
    con horarios de misas
    y nombres de malditos.

    El agua se llevó, con los primeros viajes,
    la luz de mis banderas comunistas.
    También los sueños deben
    poner los pies en tierra,
    y los labios que dicen libertad,
    justicia, socialismo,
    no pueden llevar botas
    para pisar silencios y cadáveres.

    El agua moja hoy
    los pies de los que viven con los ojos cerrados,
    las tarjetas de crédito que miran a otra parte,
    la mercancía sórdida de la felicidad,
    la desesperación de Pasolini,
    el cuerpo hipotecado de las noches sin alma,
    la paz del que prefiere no saber,
    ni preguntar, ni preguntarse.

    Yo me recuerdo así,
    más amargo y más frío.
    Una vitalidad desesperada.

    No son todos felices,
    van a perder su rostro.
    Pero nadie se para en la curva del puente
    a ver pasar el agua.



    ASÍ FUE

    La vida hizo sus cuentas.
    Desde entonces
    el secreto que más he perseguido
    es tu respiración.

    Dos y dos son los labios en los labios,
    la suma de los cuerpos y la queja.

    Amada claridad.
    Aunque perdí el sentido,
    yo no podía equivocarme.

    La vida hizo sus cuentas con los dedos,

    y la piel un paisaje de multiplicaciones
    al hundirse en la piel.



    COLLIURE

    Un rincón en el mundo
    detrás de una frontera,
    o detrás de los años y los amaneceres
    con la esquina doblada
    como la página de un libro,
    o detrás de las curvas de una guerra.

    Se conmueve el camino a la orilla del mar.
    Parece un látigo en el aire
    de febrero lluvioso.
    Cuando baja del coche,
    Ángel González duda,
    pone sus pies heridos en la historia
    y sube muy despacio,
    entre muros franceses
    y casas repintadas
    con el azul de los veranos,
    hasta llegar al cementerio.

    Lo que nos trae aquí,
    no es el sol de la infancia.

    Los lugares sagrados nos permiten vivir
    una historia de todos en primera persona.
    Las flores de la tumba de Machado
    imitan el color de una bandera
    sagrada por mandato
    de mi melancolía.

    Aquello que perdimos una vez,
    y el frío de las manos, la palabra en el tiempo,
    el dolor de las vidas que se cortan
    en el cristal de los destinos rotos,
    descansa hoy, casi desnudo,
    en una tumba de poeta.

    ¿Cuándo llegamos a Sevilla?,
    preguntaba su madre al entrar en Colliure.

    Qué difícil la suerte
    de los pueblos que viven protegidos
    por la misericordia de un poema.
    Qué difícil la última
    soledad de Machado.
    La luna llega al mar,
    el mar llega a Sevilla,
    nosotros a un recuerdo
    y a esta pálida,
    desarmada emoción
    de compartir una derrota.


    Última edición por Pedro Casas Serra el Lun 12 Ago 2024, 14:33, editado 1 vez

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    Mensaje por Pedro Casas Serra Miér 01 Mayo 2024, 12:45

    .


    De Un invierno propio (Consideraciones) (2011):


    EL IDIOMA ES, MÁS O MENOS, LA PATRIA DEL POETA...

    Esta luna pacífica,
    este rumor discreto de ciudades nocturnas,
    una mesa sin horas
    y unos cuantos amigos verdaderos.

    Mis amigos escriben, hacen canciones, pintan.
    La noche y la alegría son palabras.
    El alcohol, la lealtad, la irreverencia,
    palabras solamente.

    Pero no se me olvida
    que el idioma es la patria del poeta.

    Mis amigos mantienen la costumbre
    de llevar existencias camufladas.
    No es raro que aparezcan en mis sueños
    vestidos de episodios nacionales.
    Sus noches de alegría se confunden
    con llamas de Madrid bombardeado.
    Su alcohol y su lealtad
    conocen los silencios del interrogatorio.
    Su irreverencia tiene
    humo de barricada.
    Su libertad, su historia,
    amanecen desnudas junto a un cuerpo desnudo,
    dormido y satisfecho,
    en una habitación de hotel en la frontera.
    Cuando ya se han cruzado las líneas enemigas,
    las órdenes, los odios, las consignas,
    descansan en la paz y en un bolsillo
    los documentos falsos.

    Son falsificadores de cartas y de firmas
    que no aprendieron nunca a traicionar un sueño.

    Quiero decir mis sueños,
    donde algunos amigos viven y se desviven
    para representar una modesta
    forma de resistir
    el futuro y el pasado remoto.

    Pero puede afirmarse que las citas,
    aunque sean de noche,
    suceden cuando estamos más despiertos.
    El futuro es quedar para mañana,
    para el próximo viernes,
    para el lunes si antes no es posible.

    reservemos la mesa
    igual que se medita sobre un futuro próximo.
    Mis amigos lo saben:
    la mayor amenaza
    contra un futuro próximo
    suelen ser los pasos más remotos.

    Mis amigos escriben, hacen libros, películas,
    todos tienen historia,
    pero ninguno guarda un pasado remoto.
    El altar y la culpa son palabras.
    La religión, la patria, el paraíso,
    la raza y la bandera, son palabras también,
    solamente palabras que aseguran
    un pasado remoto.

    El idioma es la tierra de un poeta
    que se siente exiliado ante algunas palabras.

    Se reconocen mis amigos
    y dan sus contraseñas lentamente
    en la luna pacífica, en la mesa sin horas,
    en el rumor discreto de la ciudad nocturno,
    como suelen hacer los conjurados.



    HAY HOMBRES QUE PARECEN UN PAISAJE

    Hay hombres que parecen un paisaje
    cuando cierran la puerta
    y se quedan delante de nosotros.

    Recuerdo muchas veces pupilas amarillas
    con rumor de hojas tristes
    pisadas por el turbio zapato de la tarde.

    Recuerdo las sonrisas cubiertas por la nieve
    igual que la pureza,
    ese valle que esconde la conjura del barro.

    Y recuerdo desierto en la piel,
    el bosque vigilante con búhos en los hombros,
    silencios que parecen una ciudad cansa,
    escaleras y manos que sostienen
    el licor tembloroso de la noche.

    Hay hombres aeropuerto,
    hombres de luna con tejado, hombres
    que llegan de la selva y buscan rascacielos
    y son como minutos en un reloj de arena.

    Así que cuando vuelvo solitario a mi casa,
    y me recibe el mar en mis ojos castaños,
    el mar azul y libre
    con espuma de agosto en el espejo,
    agradezco a la vida
    la ocasión que me ha dado de mirarte.

    Estás en mí como un paisaje mío.
    Me acompañan tus olas y tus barcos.



    LA TRISTEZA DEL MAR CABE EN UN VASO DE AGUA

    No hay pues mujer más sola,
    más tristemente sola,
    que la que quiere amar a un hombre triste.

    PIEDAD BONNET

    y hermosas muchachas solas que dan miedo
    -pues uno no sabe bailar, y es triste-

    RUBEN BONIFAZ NUÑO

    Los hombres tristes,
    que tienen en sus ojos un café de provincias,
    que no saben mentir como quien dice,
    que se esconden detrás de los periódicos,
    que se quedan sentados en su silla
    cuando la fiesta baila,
    que gastan por zapatos una tarde de lluvia,
    que saludan con miedo,
    que de pronto una noche se deshacen,
    que cantan perseguidos por la risa,
    que abrazan, que importunan hasta quedarse solos,
    que retornan después a su tristeza
    igual que a su pañuelo y a su vaso de agua,
    que ven cómo se alejan las novias y los barcos,
    esos hombres manchados por las últimas horas
    de la ocasión perdida,
    se parecen a mí.


    A VECES UNA PIEL ES LA ÚNICA RAZÓN DEL OPTIMISMO

    Debería llover
    y hace falta ser lluvia,
    caer en los tejados y en las calles,
    caer hasta que el aire ponga
    ojos de cocodrilo
    mientras muerde la tierra igual que una manzana,
    caer sobre la tinta del periódico
    y caer sobre ti
    que no llevas paraguas,
    que te llamas María y Almudena,
    que piensas como abril
    en hojas limpias bajo el sol de mayo.

    A veces una piel
    pudiera ser la única razón del optimismo.



    LO QUE OCURRE EN LAS NUBES,
    OCURRE TAMBIÉN EN NUESTRA CASA

    No te voy a pedir el corazón que llevas
    escondido debajo de tu ropa de invierno.
    Solamente esperaba, como leña reunida,
    para arder en el fuego que calienta tus manos.
    Quiero entender tu noche, tu sed, tus libramientos,
    tu vivir en las sílabas que componen tu nombre,
    tu quedarte dormida, tu me voy a la cama,
    tu silencio acostado, mi silencio acostado,
    las cosas que me pasan cuando sueñas conmigo.

    Pedro Casas Serra
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    Mensaje por Pedro Casas Serra Miér 01 Mayo 2024, 13:08

    .


    De A puerta cerrada (2011-2017):


    VIGILAR UN EXAMEN

    Ser dos ojos
    que deben contemplar la triste historia
    del joven español que se hace viejo.
    Al fondo de la clase,
    un murmullo de himnos, canciones y protestas.

    Miro en aquel pupitre
    a ese niño que fui. Estaban las preguntas
    en un folio marcado con yugos y sotanas.
    De memoria sabía
    rezar, callar, decir que sí, perdón,
    no me lo tome en cuenta.

    Me veo adolescente. El muchacho de al lado
    aprendió sus lecciones. Yo procuro copiarme
    para correr y luego
    imaginar los ríos de montaña,
    el agua pura
    hasta donde no llegan las mentiras,
    ni el privilegio impune,
    ni la pobreza calculada
    como una enfermedad de la nación.

    En la última fila
    rebusca en su libreta el joven descarado
    que ya no tiene miedo,
    que no soporta el gris,
    que no piensa perder porque desprecia
    las mentiras ocultas en las buenas palabras
    y en los malos silencios.

    Vigilar un examen
    sobre historia de España. Ser dos ojos
    de persona mayor
    doctorada en antiguas esperanzas
    que una vez más observa
    la fatuidad, la corrupción, la falta
    de pudor en los jefes de la tribu.

    Nada me cansa más
    que corregir exámenes. Ver cómo pasa el tiempo,
    envejecer, sentirse tachadura
    sobre papeles amarillos,
    víctima y responsable
    de un amargo suspenso general.



    UN TIEMPO

    Es el hoy de la gente.
    Destino que madruga para no llegar pronto.-

    Hablo mucho en la calle
    porque no digo nada,
    corro por la ciudad porque no tengo prisa,
    araño con mis ojos lo que no puedo ver,
    camino sin moverme
    y necesito el ruido
    para dejar de oír.

    Esto murmura el lobo:
    si pasa el tiempo ya no será tarde.



    OFICIO

    Como la tierra estéril,
    endurecida y sin caminos,
    conviene que recuerdes:
    buscar un argumento
    es una forma de sabiduría.

    Ya no sabes creer.
    Ni siquiera la nada existe ya.
    Te alejas del gobierno y de los conjurados,
    de la ley del más fuerte y de los ojos rotos,
    de la obediencia y de la rebeldía.

    Yo me convierto en un desconocido
    para que puedas confiar en mí.



    EL ABRAZO

    Es la debilidad la que nos une.
    Tener miedo contigo,
    aprender a explicarme, a buscar las palabras,
    guardar un día libre para los viejos tiempos,
    necesitar la lluvia como cualquier sequía
    y darle la razón
    a la luz de la última ventana,
    a la tímida rosa de hospital
    o a la mano en la orilla,
    me ayudan a entender mi libertad,
    este calor que nace de otro cuerpo,
    esta voz que se baja de la acera
    para ceder el paso,
    mientras los ojos miran
    los cuidados, las tazas de café,
    lo que viene de frente,
    las manzanas.



    CRÉDITO ILIMITADO

    Vivir este recuerdo a largo plazo
    o dejar que se vaya hasta un día futuro:
    el que llegue más lejos,
    el que pise la orilla de la muerte.
    Espero que tus ojos estén allí conmigo,
    que puedan recordar la historia de este abrazo
    como una barca mía
    en el rumor del agua que me lleva.



    ENSAYO DE MI PROPIA DESPEDIDA

    A Laura Scarano

    Durante mucho tiempo
    he cerrado los libros y los días
    como se cierra un bar.

    He ordenado las mesas. He contado
    las botellas vacías,
    la ganancia y la pérdida.
    He sido al mismo tiempo
    el dueño del local
    y el bebedor tardío
    que siempre va conmigo.
    Aguardaba paciente
    para cerrar y luego
    me hundía en la ciudad tomada por la noche.
    Era el amanecer
    una intuición camino de mi casa.

    Ahora cambia la llave de los años.

    Lo mío se hace ajeno poco a poco.
    Es el hijo que vive
    convirtiendo en recuerdo lo que fue mi verdad.
    Los muebles dan dolor bajo las sábanas.
    Y cada despedida,
    bajo la luz frecuente del aeropuerto extraño
    ya supone el delito
    de una separación de muchos meses
    o un viaje sin retorno.

    Ahora cierro los libros y los días
    como cierra el amor su propia casa.



    EPITAFIO

    Le han perdonado mucho
    sus libros muchas veces.
    Quizá también lo hagan
    sus hijos, sus amores.
    Y aquí sigue sin prisa,
    ante ningún altar,
    padre de mundos libres,
    poeta y perdonado.


    Última edición por Pedro Casas Serra el Jue 02 Mayo 2024, 06:17, editado 2 veces

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    Luis García Montero (1958- Empty Re: Luis García Montero (1958-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Miér 01 Mayo 2024, 13:34

    .


    De En pie de paz (1985-2015):


    EN PIE DE PAZ

    No detiene la muerte su larga enredadera,
    ni las hojas de plata del invierno científico
    que suben como tallos de araña rodeando
    la soledad del mundo, el ojo y las estrellas.

    Y de silencio muere la palabra en verso;
    lo sé, porque no pudo empapar con su vientre
    la sabia envenenada, el fuego de raíces
    que llamean oscuras debajo de la tierra.

    Metáforas gastadas que saben a metáforas.
    Lo sé: la luz, el día, la vocación del sol
    que nunca se arrepiente, son viejos voluntarios
    de los primeros versos escritos a la vida.

    Metáforas gastadas, pero también la muerte
    se acomodó a las suyas: un alacrán nocturno
    y el grito de la espada que levanta en su lámina
    las cosas que nos duelen y son el enemigo.

    Porque a veces el aire es pólvora, los sueños
    se convierten en turbia pesadilla, las balas
    aprenden de memoria su destino y el cuerpo
    a su destino acude, en busca de la bala.

    Entonces yo regreso a vosotras, palabras;
    tal vez como el muchacho que recoge la sangre
    caída de un amigo, y corre hasta la brecha
    y sigue resistiendo desde la barricada.

    O quizá como el náufrago que se amarra en un mástil
    luchando con las olas y con su agotamiento.
    En pie de paz, yo vuelvo, regreso a las palabras,
    a vosotras antiguas camaradas del mundo,

    camaradas del hombre que os pide y os levanta
    hechas lirio, consigna, empeño de futuro,
    mientras la luz nostálgica y el arado del día,
    todas aquellas cosas que son más que palabras,

    siguen amaneciendo con la misma impaciencia
    que la muerte utiliza para fijar sus víctimas,
    que la muerte utiliza para hacer su comercio,
    que la muerte utiliza. Yo regreso a vosotras,

    cómplices en la noche de los enamorados,
    pequeñas como un nombre que apenas se pronuncia,
    oídas en el sótano de las calles más tristes,
    canción de retaguardia. Yo regreso a vosotras,

    porque busco hasta el límite roto de mi conciencia
    esa ciudad oculta debajo de la mano
    que me llama sin nieve a la mitad de un sueño
    para hacer el amor o darme una noticia.



    CANCIÓN POR LA PAZ Y EL DESARME

    A Miguel Benlloch

    Como la piel, despierto,
    como en el mar, temblando,
    estaré cuando llegue.

    Yo no puedo decirte
    si la luz o la bruma,
    si la noche o acaso
    la tórtola del día,
    pero estaré contigo,
    despierto, cuando llegue.

    Tal vez en la nostalgia
    sucesiva de un río,
    sobre los paraísos
    perdidos y el espejo
    que devuelve al invierno
    la ira de los nombres.

    Quizás entre las llamas
    de mirador nocturno
    que sufren en sus párpados
    los demasiado solos,
    pero estaré contigo,
    despierto, cuando llegue.

    Yo no puedo deciros.
    No sé. Solo una sombra,
    una duda sin cerco
    que no vende respuestas,
    pero conoce el lance
    del que no se arrepiente.

    Porque contigo vengo
    a la cita y pregunto
    el dolor de quien habla,
    la razón que nos une,
    si alguna vez, un día,
    cuando estemos despiertos.



    EL SALVADOR. NOSOTROS

    Para llevarme el miedo de tus labios,
    el paciente dolor que nos humilla
    y esta triste experiencia de la vida,
    nos veremos, amor, en el combate.

    Para salvar lo que su paz destruye,
    lo que su guerra arrasa y nos mutila
    del hondo corazón de la miseria,
    nos veremos, amor, en el combate.

    Para que tú comprendas mis abrazos
    y yo la soledad de tus caricias,
    frías como el dolor, siempre en defensa,
    nos veremos, amor, en el combate.

    Y cuando el tiempo estalle, cuando sea
    la vida una cascada incontenible
    cayendo de las sierras, los volcanes,
    los arrecifes rotos de la lucha,

    volveremos aquí, donde besarnos
    la piel, el corazón, las cicatrices,
    para olvidar contigo, amor, con todos,

    bajo este sol en paz y esta bandera,
    las heridas de guerra y el combate.



    BALADA O EPIGRAMA

    Tú que has sido disc-jockey más o menos,
    por el sueño de tu generación,
    sabrás seguramente que la vida
    es un disco con dos revoluciones
    que dura siempre, amor, nunca se raya,
    nunca se raya, amor, nunca se raya,
    nunca se raya, amor,
    nunca se raya.



    HIMNO

    A vosotros, extraños
    bajo la luna rota de Granada,
    con los sueños en paz, os lo pregunto.

    Raramente vestido,
    si los barcos se miran frente a frente,
    si las olas arrastran en su espuma
    los himnos o los gritos,
    si brumas escondiendo las batallas,
    si ráfagas de luz, si pasos en el puerto
    nos vigilan,
    ¿en qué orilla sin agua
    mecerás el cadáver final de la victoria?

    A vosotros, si os llaman,
    mientras la cicatriz de las trincheras
    se alarga en la mejilla de los campos,
    mientras bares y sábanas y cuerpos
    como papeles viejos
    se sienten desgarrados,
    mientras que los cipreses del humo justifican
    su raíz en la vida,
    ¿qué ultimo disparo,
    después de que agonía os darán la victoria?

    Corazones nocturnos,
    cuando el motor se abrace con las nubes,
    cuando las alas lleguen como sombras
    buscando en que ciudad,
    cuando voces, sirenas, llamaradas
    anuncien que se alejan sus victorias,
    ¿en qué sótano frío,
    detrás de qué ventana estaréis esperando?

    Este siglo desciende a su fracaso,
    pero los ojos miran más allá de los siglos,
    preguntan en la nítida superficie del tiempo,
    se posan como huecos,
    como plazas sin duda.

    A vosotros, extraños,
    bajo la luna rota, espejo de las aguas estancadas,
    con los sueños en paz, os lo pregunto.



    CONSEJO PARA CIUDADANOS PACIFISTAS

    Si una noche de luna
    te sientes intranquilo
    y reptas por la calles
    igual que un cocodrilo,
    en busca de otro cuerpo
    con el que convivir,
    si te lleva a su casa,
    si te invita a dormir,
    cuidado camarada,
    puede haber un misil
    bajo la almohada.

    Si no encuentras a nadie
    en toda la ciudad
    y buscas un remedio
    para tu soledad,
    si salvas con alcohol
    las horas más oscuras
    de estos malos momentos,
    quizá mientras procuras
    salir de la tristeza,
    flotando está un misil
    en tu cerveza.

    Si vences la resaca
    y logras despertarte
    y llevas las ojeras
    por único estandarte,
    si la voz amaestrada
    del tiempo o la rutina
    te dice que hoy debieras
    volver a la oficina
    sombrío, cabizbajo,
    te esperará un misil
    en tu trabajo.

    Misiles por la cárcel,
    misil de las barriadas,
    misiles en palacio
    y entre las barricadas.
    Apuntan los relojes
    con minutos serviles,
    que marcan el horario
    feroz de los misiles.
    O mucho más sencillo:
    puede haber un misil
    en tu bolsillo.



    EPIGRAMA

    Hace ya algunos años,
    con la ternura de los hombres
    que temen dominar
    –no importa si un país o si dos ojos–
    en su tierra nocturna, somoza, sometida,
    escribió este epigrama Ernesto Cardenal:
    Muchachas que algún día leáis emocionadas estos versos
    y soñéis con un poeta:
    sabed que yo los hice para una como vosotras
    y fue en vano.

    Vosotras, tierras libres, que sin duda
    habitaréis mañana el viento de los mapas,
    naciones que al final tendréis esa conciencia
    de las muchachas jóvenes que se oponen al águila
    y el amor entregado del que supo
    elegir otro tiempo, otra forma
    de mirarse a los ojos;
    si alguna vez, sin miedo, emocionadas,
    soñáis con un poeta:
    sabed que, años más tarde, en Nicaragua,
    ya sin la larga sombra de los sometimientos,
    Ernesto Cardenal escribía sus poemas
    para una nación como vosotras
    y que nunca, nunca fue en vano.



    ORACIÓN

    A vosotros,
    que cortáis las manzanas de la muerte
    con el anonimato de una guerra,
    os pido caridad.

    Por un Dios
    en el que jamás he creído.
    Por una Justicia
    de la que desconfío.
    Por el orden de un Mundo
    que no respeto.

    Para que renunciéis a vuestra guerra,
    yo renuncio a mis dudas,
    que son parte de mí
    como la luz amarga
    es parte del otoño.

    Y escribo Dios, Justicia, Mundo,
    y os pido caridad,
    y os lo suplico.



    SON DE PAZ

    Vigílate a ti mismo
    cuando hables de paz.

    Que no lleguen los himnos victoriosos
    donde el amor no llega.
    Que no te hagan injusto tus verdades
    igual que tus mentiras.
    Que el miedo no te obligue a ser valiente.
    Va contigo la sombra que te ve
    cuando cierras los ojos
    y miras a otra parte.
    Va en silencio contigo tu silencio.
    No olvides que el cinismo
    flota como un ahogado,
    que las guerras crueles
    necesitan de ti.



    CONVERSACIÓN CON UN PERIODISTA

    A José Couto

    Tocar la piel del día.
    Ésa es tu tarea
    hasta llegar al cuerpo de la historia.
    Si las noticias pueden tener dueño,
    los hechos no. Te llamará mañana
    algún dios familiar
    o algún desconocido
    para decirte lo que ocurre.
    No aceptes su palabra
    y mira con tus ojos,
    habla con las razones de tu voz,
    escribe con las dudas de tus manos.

    Tocar la piel del día.
    Debes estar allí.
    Para contar la guerra,
    oír la noche de los bombardeos.
    Para nombrar el mundo,
    sentir los ojos de la gente.
    Para medir discursos,
    sopesar las monedas y las sílabas
    que caen en el suelo,
    el funeral que llega por la plaza,
    la mirilla que busca,
    el cañón que dispara.

    Tocar la piel del día.
    Estar allí para juzgar las causas,
    hacerse responsable de los otros,
    meditar soluciones,
    el planteamiento, el nudo, el desenlace,
    el sudor de la vida, el testimonio,
    contra la primavera virtual,
    contra el silencio de los ruidos.
    Esa es tu tarea,
    tu oficio maltratado,
    el loco enigma de la dignidad,
    el terco corazón de la conciencia.

    Tocar la piel del día.
    Si las noticias pueden tener dueño,
    los hechos no. Procura
    que la imagen no pierda su mirada,
    que las palabras no traicionen
    el calor de los cuerpos que las dicen
    y en cada letra exista
    el mundo que has vivido
    para contar el mundo.
    Que por las redacciones no se extienda
    ni la rosa marchita,
    ni el murmullo de plástico.

    Yo dependo de ti. Nunca lo olvides.



    LA FARSA

    A Baltasar Garzón


    Son malos tiempos para la justicia.

    Vengan a ver la farsa,
    el decorado roto, la peluca mal puesta,
    palabras de cartón y pantomima.

    Son malos siglos para la justicia.

    No existe majestad en la casa del rey.
    Nadie busque su voto
    en la tribuna de los parlamentos.

    Son malos años para la justicia.

    Como el mar no es azul,
    los barcos equivocan la cuenta de sus olas.
    Como el dinero es negro,
    la moneda menguante de la luna
    ha pagado el recibo de los trajes nocturnos.

    Son malos meses para la justicia.

    Se citaron el crimen y el silencio,
    no descansan en paz los perseguidos,
    el ladrón y el avaro se reúnen
    y la ley no responde a la pregunta
    de la bolsa o la vida.

    Son malos días para la justicia.

    Más de cinco millones de recuerdos
    naufragan con sus nombres en la cola del paro.
    Los vivos han perdido la memoria
    y los muertos no tienen donde caerse muertos.

    Son malas horas para la justicia.

    La política sueña
    una constitución en la que refugiarse.
    Los periódicos piden
    una buena noticia que llevarse a la boca.
    El poeta no encuentra
    las palabras que quiere para decir verdad,
    reparación, justicia,

    porque son malos tiempos,
    porque los tribunales
    se han sentado a cenar en la mesa del rico.

    Vengan aquí y observen,
    es el tinglado de la nueva farsa,
    la toga sucia y el culpable limpio.

    Pedro Casas Serra
    Pedro Casas Serra
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    Luis García Montero (1958- Empty Re: Luis García Montero (1958-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Jue 02 Mayo 2024, 12:39

    .


    De Rimado de ciudad (1981-2015):


    ESPEJO, DIME

    Déjame que responda, lector, a tus preguntas,
    mirándote a los ojos, con amistad fingida,
    porque esto es la poesía: dos soledades juntas

    y una experiencia noble de contarnos la vida.
    Año cincuenta y ocho. Vine al mundo en Granada.
    Mi carácter se hizo bajo una luz hendida

    de calle estrecha, plaza, iglesia y campanada.
    Pero ya la posguerra y el sueño provinciano
    sufrían en los barrios la primera cornada

    y crecí en la partida del constructor urbano,
    barajadores, juego, apuestas y descarte,
    ediles consentidos, juramentos en vano.

    Esta ciudad ambigua me ha educado en el arte
    de pasar mucho tiempo bajo la misma luna,
    tal vez porque se vive de vuelta en cualquier parte,

    tal vez porque no estuve jamás en parte alguna.
    Un siglo, como todos, de víctimas y jueces
    me ha tocado vivir. Mas tengo la fortuna

    de ser como el otoño y he pagado con creces
    el derecho a dudar de una flor en su rama.
    También yo me he quedado desnudo muchas veces.

    Otoño fugitivo, otoño que reclama
    la tarea secreta de preparar la vida
    y conmueve en penumbra la silenciosa trama

    del futuro que busca una luz construida.
    Hoy miro con prudencia las vueltas del camino,
    ya me preocupa menos la tierra prometida.

    No dudaré del mundo. Sólo me lo imagino
    como una superficie de tintas. El dilema
    es saber si los hombres controlan su destino,

    igual que se controlan los versos de un poema.
    Debería la historia corregir el diseño,
    revisar galeradas, interpretar el lema

    de los significados finales de su sueño.
    Un sol menos herido, una ciudad más cuerda,
    soledad en su justa medida y el empeño

    de seguir trabajando para que no se pierda
    lo que tienen de savia, redacción y presente
    el adjetivo rojo y la palabra izquierda.

    Volviendo a la poesía, os diré solamente
    que procuro en mis versos sentir la melodía
    de un bolero llamado final del siglo XX.

    Me cansan los orfebres con su cristalería
    y el irracionalismo que descansa en la hueca
    vanidad de lo raro. Una sabiduría

    más seca es la poesía. Busco el verso que peca
    de impertinente y llama al corazón cerrado.
    Es poco original, pero mi biblioteca

    fue de Espronceda, Bécquer, don Antonio Machado,
    Alberti y Luis Cernuda. He bebido en el agua
    de Jaime Gil de Biedma y estuve fascinado

    por Lorca, con su mundo del cuchillo y la enagua,
    cuando el misterio hacía de íntimo enemigo
    y la luna bajaba a mirarme en la fragua.

    Y, claro está, poetas que vivieron conmigo
    esos momentos en que la noche nos devora.
    El hielo deshaciéndose, el alma de un amigo,

    El reloj olvidado de marcarnos la hora.
    Rafael, Ángel, Pepe, Álvaro, Paco, Jon,
    Antonio, Luis Antonio, Justo, Javier, Aurora,

    Abelardo y Felipe, Jesús, José Ramón,
    Carlos y José Carlos, Jaime y José Agustín,
    Fernando, Claudio, Fanny, Manolo, Sarrión,

    Álex, Ramiro, Pere, Dionisio y Benjamín,
    a vosotros que fuisteis conmigo partidarios
    de la felicidad, en las noches sin fin,

    con estos breves versos para mí necesarios
    os quiero agradecer la compañía, el ciego
    deseo de vivir y todos los salarios

    de libertad que junto gastamos. Desde luego
    mis amigos poetas suelen ser gente honrada,
    una moral que pone las manos en el fuego.

    Y por lo que concierne a mi vida privada,
    alguna vez quisiera que la temperatura
    estuviese, verano por invierno, templada

    para que el corazón descanse su espesura.
    Imagino las horas de otoñal paseante
    y un paisaje sacado de la literatura.

    El castaño rojizo bajo el azul tirante
    del cielo. Ya se ve nieve en la sierra. Estoy
    junto a un río de aguas sin prisa. Por delante

    corre Irene, camina Maricarmen. Yo voy
    distraído en los versos finales de un poema
    que pudiera ser éste. Dudo, valoro, doy

    sentido a las palabras. Con lentitud extrema
    dejo que el verso vaya tejiendo sus preguntas,
    procuro que los ritmos se acomoden al tema

    y pienso en ti, lector, con amistad fingida,
    porque esto es la poesía: dos soledades juntas
    y una verdad que ordena tu vida con mi vida.



    ANUNCIOS POR PALABRAS

    Para Ana e Ismael


    I

    Poete, sin pretensiones
    y con una edad cualquiera,
    pero joven,
    ya con pocas ilusiones
    -pues teme que cuanto espera
    se lo roben-,
    quisiera volverte a ver,
    pasar contigo unos días
    y sus noches,
    empezarte a conocer
    otra vez sin cacerías
    ni reproches.

    V

    Quien visite mi casa
    puede encontrar dos cuerpos,
    dos miradas distintas,
    dos historias y una
    pasión que nos empuja
    a tendernos desnudos
    en el punto de mira
    del rayo de la luna.

    Esa moneda errante
    que vigila la noche,
    espejo de los lobos
    y los ensimismados,
    suele pagar la deuda
    de la vida que hacemos,
    aunque luego en la cama
    nos la juegue a los dados.



    INTIMIDADES

    Mis amigos poetas
    nacieron sabiamente,
    ninguno pertenece
    a su generación,
    demuestran en la risa
    que son inteligentes
    y citan a los clásicos
    en tono seductor.
    Mis amigos poetas
    son un poco teatrales,
    pues huyen del fantasma
    de la mediocridad,
    les asusta el aspecto
    de las cosas normales,
    la gente con su torpe
    manera de actuar.
    Mis amigos poetas
    tienen ojos azules
    que se llenan de arañas
    cuando beben alcohol,
    caminan tibiamente
    gastado por la vida
    buscando en la ginebra
    la degeneración.
    Comentan que les duele
    el ruido de las motos,
    la música en voz alta,
    la noche artificial,
    los hoteles modernos
    que no tienen carácter
    y el sueño que les roba
    la ley de la ciudad.
    Han recorrido Europa
    mis amigos poetas,
    pues citan de memoria
    su luz multicolor.
    Recuerdan los museos,
    las plazas, los portales
    y alguna vez en ellos
    hicieron el amor.
    No son malas personas,
    mis amigos poetas,
    aunque a veces no tengan
    ni siquiera razón.
    Aman sólo mujeres
    de grandes labios rojos,
    esperando que alguna
    les muerda el corazón.
    Mis amigos poetas
    necesitan la bruma
    que entristece los puertos
    cuando se agita un tren.
    Deben estar hermosos
    borrachos en cubierta,
    bogando a la deriva
    en aguas del Edén.
    Mis amigos poetas
    tienen un culto amargo,
    cada cual ha fundado
    su propia religión.
    Esconden en el alma
    catedrales de espuma:
    ellos mismos los fieles,
    ellos mismos su dios.
    Mis amigos poetas
    guardan en la memoria,
    bellos cuerpos paganos
    de piel trascendental,
    y túnicas celestes,
    y sueños y ciudades
    donde sólo se llega
    después de naufragar.
    Todos han decidido
    que tienen que marcharse,
    abandonar por siempre
    este viejo país,
    y no saben si Atenas,
    si Roma o si Florencia,
    si la niebla de Londres
    o el humo de Paris.
    Mis amigos poetas
    son un poco teatrales,
    ninguno se interesa
    por la inmortalidad,
    pero escogen el gesto
    de las fotografías
    y al cabo de los años
    aprenden a posar.
    Nacieron sabiamente,
    mis amigos poetas,
    ninguno pertenece
    a su generación,
    demuestran en la risa
    que son inteligentes
    y se citan, por clásicos,
    con humilde candor.
    Mis amigos poetas
    están tan ocupados,
    que no les queda tiempo
    de andar por la ciudad.
    Debiera no jugarse
    con su delicadeza,
    y espero que algún día
    lo sepan respetar.


    LUIS GARCÍA MONTERO, Poesía completa (1980-2017), Austral 2018

    Amalia Lateano
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    Luis García Montero (1958- Empty Re: Luis García Montero (1958-

    Mensaje por Amalia Lateano Jue 02 Mayo 2024, 20:25

    Estimado Pedro:

    La Poesía de LUIS GARCÍA MONTERO siempre me atrapó.

    Por tener esa luminosidad en la metáfora, estar llena
    de altos recursos literarios.

    Gracias por compartir.
    Besos
    Amalia
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    Luis García Montero (1958- Empty Re: Luis García Montero (1958-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 03 Mayo 2024, 03:18

    Gracias a ti, Amalia, por tu interés.

    Un abrazo.
    Pedro

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    Luis García Montero (1958- Empty Re: Luis García Montero (1958-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Jue 04 Jul 2024, 11:32

    .


    Otro poema de Luis garcía Montero:


    De Habitaciones separadas (1994):


    GARCILASO 1991

    Mi alma os ha cortado a su medida,

    dice ahora el poema,
    con palabras que fueron escritas en un tiempo
    de amores cortesanos.
    Y en esta habitación del siglo XX,
    muy a finales ya,
    preparando la clase de mañana,
    regresan las palabras sin rumor de caballos,
    sin vestidos de corte,
    sin palacios.
    Junto a Bagdad herido por el fuego,
    mi alma te ha cortado a su medida.

    Todo cesa de pronto y te imagino
    en la ciudad, tu coche, tus vaqueros,
    la ley de tus edades,
    y tengo miedo de quererte en falso,
    porque no sé vivir sino en la apuesta,
    abrasado por llamas que arden sin quemarnos
    y que son realidad,
    aunque los ojos miren la distancia
    en los televisores.

    A través de los siglos,
    saltando por encima de todas las catástrofes,
    por encima de títulos y fechas,
    las palabras retornan al mundo de los seres vivos,
    preguntan por su casa.

    Ya sé que no es eterna la poesía,
    pero sabe cambiar junto a nosotros,
    aparecer vestida con vaqueros,
    apoyarse en el hombre que se inventa un amor
    y que sufre de amor
    cuando está solo.


    LUIS GARCÍA MONTERO, Las moradas del verbo. Poetas españoles de la democracia. Antología, Calambur, 2010.

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    Mensaje por Pedro Casas Serra Miér 04 Sep 2024, 05:57

    .


    Otros poemas de Luis García Montero:


    De Diario cómplice, 1987:


    RECUERDO DE UNA TARDE DE VERANO

    Aquel temblor del muslo
    y el diminuto encaje
    rozado por la yema de los dedos,
    son el mejor recuerdo de unos días
    conocidos sin prisa, sin hacerse notar,
    igual que amigos tímidos.

    Fue la tarde anterior a la tormenta,
    con truenos en el cielo.
    Tú apareciste en el jardín, secreta,
    vestida de otro tiempo,
    con una extravagante manera de quererme,
    jugando a ser el viento de un armario,
    la luz en seda negra
    y medias de cristal,
    tan abrazadas
    a tus muslos con fuerza,
    con esa oscura fuerza que tuvieron
    sus dueños en la vida.

    Bajo el color confuso de las flores salvajes,
    inesperadamente me ofrecías
    tu memoria de labios entreabiertos,
    unas ropas difíciles, y el rayo
    apenas vislumbrado de la carne,
    como fuego lunático,
    como llama de almendro donde puse
    la mano sin dudarlo.
    Por el jardín, el ruido de los últimos pájaros,
    de las primeras gotas en los árboles.

    Aquel temblor del muslo
    y el diminuto encaje, de vello traspasado,
    su resistencia elástica
    vencida con el paso de los años,
    vuelven a ser verdad, oleaje en el tacto,
    arena humedecida entre las manos,
    cuando otra vez, aquí, de pensamiento,
    me abandono en la dura solución de tus ingles
    y dejo de escribir
    para llamarte.



    ME PERSIGUEN

    Me persiguen
    los teléfonos rotos de Granada.
    cuando voy a buscarte
    y las calles enteras están comunicando.

    Sumergido en tu voz de caracola
    me gustaría el mar desde una boca
    prendida con la mía,
    saber que está tranquilo de distancia,
    mientras pasan, respiran,
    se repliegan
    a su instinto de ausencia
    los jardines.

    En ellos nada existe
    desde que te secuestran los veranos.
    Sólo yo los habito
    por descubrir el rostro
    de los enamorados que se besan,

    con mis ojos en paro,
    mi corazón sin tráfico,
    el insomnio que guardan las ciudades de agosto,
    y ambulancias secretas como pájaros.




    De Además, 1994:


    NOCTURNO


    A Ángel González

    Aplauden los semáforo más libres de la noche,
    mientras corren cien motos y los frenos del coche
    trabajan sin enfado. Es la noche más plena.
    Ninguna cosa viva merece su condena.
    Corazones y lobos. De pronto se ilumina
    en su sillín con prisas la línea femenina
    de un muslo. Las aceras, sin discreción ninguna,
    persiguen ese muslo más blanco que la luna.
    Pasan mil diez parejas derechas a la cama
    para pagar el plazo de la primera llama
    y firmar en las sábanas los consorcios más bellos.
    Ellas van apoyadas en los hombros de ellos.
    Una federación de extraños personajes,
    minifaldas de cuero, chaquetas con herrajes
    y el hablador sonámbulo que va consigo mismo,
    la sombra solitaria volviendo del abismo.
    Luces almacenadas, que brotan de los bares,
    como hiedras contratan las perpendiculares
    fachadas de cristal. Hay letreros que guiñan,
    altavoces histéricos y cuerpos que se apiñan.
    El día es impensable, no tiene voz ni voto
    mientras tiemble en la calle el faro de una moto,
    la carcajada blanca, los besos, la melena
    que el viento negro mueve, esparce y desordena.
    Yo voy pensando en ti, buscando las palabras.
    Llego a tu casa, llamo, te pido que me abras.
    La ciudad de las cuatro tiene pasos de alcohólica
    Desde el balcón la veo y como tú, bucólica
    geometría perfecta, se desnuda conmigo.
    Agradezco su vida, me acerco, te lo digo,
    y abrazados seguimos cuando un alba rayada
    se desploma en la espalda violeta de Granada.


    LUIS GARCÍA MONTERO, Poesía española reciente (1980-2000), Cátedra, 2001.


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