Última edición por Juan Martín el Jue 11 Jun 2009, 11:16, editado 1 vez
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FERNANDO PESSOA (!3/ 06/1888- 30/11/1935) ( ELE MESMO, ALBERTO CAEIRO, RICARDO REIS, ÀLVARO DE CAMPOS, BERNARDO SOARES, ETC)
Juan Martín- España
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Fecha de inscripción : 02/05/2009
Edad : 72
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FERNANDO PESSOA
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Fernando António Nogueira Pessoa, más conocido como Fernando Pessoa (Lisboa, Portugal, 13 de junio de 1888 — ibídem, 30 de noviembre de 1935), es uno de los mayores poetas y escritores de la lengua portuguesa y de la literatura europea.
Tuvo una vida discreta, centrada en el periodismo, la publicidad, el comercio y, principalmente, la literatura, en la que se desdobló en varias personalidades conocidas como heterónimos. La figura enigmática en la que se convirtió motiva gran parte de los estudios sobre su vida y su obra.
Habiendo vivido la mayor parte de su juventud en Sudáfrica, donde estudió hasta el año 1905, la lengua inglesa tuvo gran importancia en su vida, pues Pessoa traducía, trabajaba y pensaba en ese idioma. De día Pessoa se ganaba la vida como traductor. Por la noche escribía poesía: No escribía «su» propia poesía, sino la de diversos autores ficticios, diferentes en estilo, modos y voz. Publicó bajo varios heterónimos —de los cuales los más importantes son Alberto Caeiro, Álvaro de Campos, Bernardo Soares y Ricardo Reis—, e incluso publicó críticas contra sus propias obras firmadas por sus heterónimos.
Murió por problemas hepáticos a los 47 años en la misma ciudad en que naciera, dejando una descomunal obra inédita que todavía suscita análisis y controversias.
Biografía
Si después de yo morir quisieran escribir mi biografía
no hay nada más sencillo.
Tiene sólo dos fechas
la de mi nacimiento y la de mi muerte.
Entre una y otra todos los días son míos.
(Fernando Pessoa/Alberto Caeiro; Poemas Inconjuntos; Escrito entre 1913-15;
Publicado en Atena nº 5, febrero de 1925.)
[editar]Juventud en Durban
Con algunos meses.
Fernando Pessoa nació a las 15:20 del 13 de junio de 1888 en Lisboa. El parto tuvo lugar en el cuarto izquierdo del nº 4 del Largo de São Carlos, frente a la Ópera de Lisboa (Teatro de São Carlos). Su padre, de 38 años, fue Joaquim de Seabra Pessoa, funcionario público del Ministerio de Justicia, y crítico musical del periódico Diario de Notícias, y natural de Lisboa. Su madre, de 26 años, fue Maria Magdalena Pinheiro Nogueira, natural de Isla Terceira (Azores). Vivía con ellos su abuela Dionísia, enferma mental, y dos criadas ancianas, Joana y Emília.
Fue bautizado el 21 de julio en la Iglesia de los Mártires, en el Chiado. Los padrinos fueron su tía Anica (D. Ana Luísa Pinheiro Nogueira, tía materna) y el General Chaby. El nombre de pila, Fernando António, se encontraba relacionado con San Antonio, del cual su familia reclamaba el linaje con Fernando de Bulhões, nombre de pila de San Antonio, cuyo día tradicionalmente consagrado en Lisboa es el 13 de junio, día en que Fernando Pessoa nació.
Joaquim de Seabra Pessoa, su padre.
En Durban en 1898.
Varios hechos marcaron su infancia. Su padre muere a las cinco de la mañana de un 24 de julio, con 43 años, víctima de la tuberculosis. El fallecimiento es notificado por el Diário de Notícias del día. Joaquim de Seabra Pessoa dejó mujer y dos hijos, Fernando con sólo cinco años y su hermano Jorge, que fallecería al año siguiente sin cumplir un año. La madre se ve obligada a subastar parte de los muebles y la familia se muda a una casa más modesta, en el tercer piso del nº 104 de la Calle de São Marçal. Es también en ese período en el que surge su primer pseudónimo, Chevalier de Pas, hecho relatado por él mismo a Adolfo Casais Monteiro, en una carta del 13 de enero de 1935, en la que habla extensamente sobre el origen de los heterónimos. Ese mismo año crea su primer poema, un poema corto con el epígrafe infantil de A mi querida mamá. Su madre se casa por poderes en segundas nupcias en 1895, en la Iglesia de São Mamede de Lisboa con el comandante João Miguel Rosa, cónsul de Portugal en Durban, a quien había conocido hacía un año. En África Pessoa demostraría desde muy pronto sus habilidades para la literatura.
El padrastro y la madre.
Últimos años en Durban.
Por causa de esa boda se mudan a Durban (República de Sudáfrica, entonces colonia británica de Natal) junto a un tío abuelo, Manuel Gualdino da Cunha, en la que pasa la mayor parte de su juventud. Viajan en el navío portugués Funchal hasta Madeira y después en el paquebote inglés Hawarden Castle hasta el Cabo de Buena Esperanza. Teniendo que compartir la atención de la madre con los demás hijos del padrastro, Pessoa se aísla, lo que le permite tener momentos de introspección. En Durban recibe una educación británica, lo que le proporciona un profundo contacto con la lengua inglesa. Sus primeros textos y estudios están redactados en ese idioma. Mantiene contacto con la literatura inglesa a través de autores como Shakespeare, Edgar Allan Poe, John Milton, Lord Byron, John Keats, Percy Shelley, Alfred Tennyson, entre otros. El inglés le permitiría trabajar como correspondiente de comercio en Lisboa, además de emplear el idioma en alguno de sus escritos y de traducir trabajos de poetas ingleses, como El Cuervo y Annabel Lee de Edgar Allan Poe. De hecho, con excepción de Mensagem, los únicos libros publicados en vida por Fernando Pessoa fueron las colecciones de poemas en inglés: Antinous e 35 Sonnets y English Poems I - II e III, escritos entre 1918 y 1921.
Cursa la primaria en la escuela de monjas irlandesas de West Street, donde realiza su primera comunión y recorre en tres años el equivalente a cinco cursos. En 1899 ingresa en la Durban High School, donde permanecerá durante tres años y será uno de los primeros alumnos de su promoción, y donde creará el heterónimo Alexander Search, con el cual se envía cartas a sí mismo. En el año 1901 aprueba con distinción su primer examen de la Cape Scholl High Examination y escribe sus primeros versos en inglés. En esa mismo año muere Henriqueta, su hermana, con dos años. En 1901 parte de vacaciones con su familia a Portugal. En el barco en el que viajan (el paquebote König) va el cuerpo de su hermana fallecida. En Lisboa vive con la familia en Pedrouços y después en la Avenida de D. Carlos I, n.º. 109, 3º. izquierda. En la capital portuguesa nace João Maria, cuarto hijo del segundo matrimonio de la madre de Fernando Pessoa. Viajan todos a Isla Terceira, en las Azores, donde vive la familia materna. Parten también a Tavira donde se detienen para visitar a los parientes paternos. En esa época escribe el poema Cuando ella pasa.
Fernando Pessoa permaneció en Lisboa cuando el resto de la familia se traslada de nuevo a Durban: la madre, el padrastro, los hermanos y la criada Paciência que había venido con ellos. Regresa sólo a África en el vapor Herzog. En esa época intenta escribir novelas en inglés y se matricula en la Commercial School. Estudia allí por la noche, mientras por el día se dedica a disciplinas humanísticas. En 1903, se presenta a las pruebas de ingreso para la Universidad del Cabo de Buena Esperanza. En el examen de admisión no obtiene una buena clasificación, pero obtiene la mejor entre los 899 candidatos en el ensayo de estilo inglés. Recibe por eso el Queen Victoria Memorial Prize («Premio Reina Victoria»). Un año después nuevamente se matricula en la Durban High School donde frecuenta el equivalente a un primer año universitario. Profundiza su cultura leyendo clásicos ingleses y latinos; escribe poesía y prosa en inglés y surgen los heterónimos Charles Robert Anon y H. M. F. Lecher. Nace su hermana Maria Clara y publica en el periódico del Liceo un ensayo crítico titulado Macaulay. Finalmente termina con éxito sus estudios en Sudáfrica tras realizar en la Universidad el «Intermediate Examination in Arts», logrando buenos resultados.
[editar]Regreso definitivo a Portugal e inicio de su carrera literaria
En Lisboa con 20 años.
Dejando a su familia en Durban, regresó definitivamente a la capital portuguesa, solo, en 1905. Pasa a vivir con su abuela Dionísia y dos tías en la Calle Bela Vista, 17. La madre y el padrastro también regresan a Lisboa durante un periodo de vacaciones de un año durante el cual Pessoa vuelve a vivir con ellos. Continúa la producción de poemas en inglés y en 1906 se matricula en el curso superior de letras, actual Facultad de Letras de la Universidad de Lisboa, que abandona, a causa de una huelga estudiantil, sin siquiera haber terminado el primer año. Es en esta época cuando entra en contacto con importantes escritores de la literatura portuguesa. Se interesa por la obra de Cesário Verde y por los sermones del Padre Antônio Vieira.
En agosto de 1907 muere su abuela Dionísia , dejándole una pequeña herencia. Con ese dinero monta una pequeña tipografía, que rápidamente quebró, en la Calle Conceição da Glória, 38-4.º, con el nombre de «Empresa Íbis — Tipografía Editora — Oficinas a Vapor». A partir de 1908, se dedica a la traducción de correspondencia comercial, un trabajo que se podría denominar como de "corresponsal extranjero". En esa profesión trabajará toda su vida, teniendo una modesta vida pública. En esa oficina conoce a una joven burguesa de 19 años, Ofélia Queiroz, cuando tiene 31 años, y se le declara. Salen juntos durante casi un año y mantienen correspondencia epistolar, pero la relación se ve interrumpida por las extravagancias literarias del poeta, quien a veces firma sus cartas como Álvaro de Campos, a quien Ofelia odia. Poco antes de romper, Pessoa le escribe:
Toda mi vida gira en torno a mi obra literaria, buena o mala, lo que sea, lo que pueda ser. Todos (…) tienen que convencerse de que soy así, de que exigirme sentimientos —que considero muy dignos, dicho sea de paso— de un hombre común y corriente es como exigirme que sea rubio y con los ojos azules.1
Inicia su actividad de ensayista y crítico literario con la publicación, en 1912 en la revista «Águia», del artículo La nueva poesía portuguesa sociológicamente considerada, al que seguirán otros.
Empezó a traducir y a escribir para la revista de vanguardia Orpheu (1915), Atena (dirigida por él mismo), Ruy Vaz (a partir de 1924) o Presença (en 1927). Su primer libro de poemas, Antinous, apareció en inglés en 1918. En 1926 Pessoa requiere la patente de invención de un Anuario Indicador Sintético, por Nombres y Otras Clasificaciones, Consultable en Cualquier Lengua. En esta época dirige junto con su cuñado la Revista de Comercio y Contabilidad.
Su primera obra en portugués, el poema patriótico Mensagem (Mensaje), única que publicó en vida, no apareció hasta 1933.
Pessoa es internado el día 29 de noviembre de 1935, en el Hospital de São Luís dos Franceses, con el diagnóstico de "cólico hepático" (probablemente una colangitis aguda causada por un cálculo biliar), falleciendo a causa de las complicaciones posiblemente asociadas a una cirrosis provocada por el excesivo consumo de alcohol a lo largo de su vida (a título de curiosidad, se sabe que era fiel al aguardiente de la marca "Águia Real"). El día 30 de noviembre muere a los 47 años. En los últimos momentos de vida pide sus gafas y clama por sus heterónimos.
Heterónimos
Fernando Pessoa tenía 72 heterónimos. De ellos, los más importantes fueron:
Alberto Caeiro
Caeiro, nacido en Lisboa, fue la mayor parte de su vida un campesino casi sin estudios formales —solo cursó la instrucción primaria—, pero es considerado el maestro entre los heterónimos, inclusive por el ortónimo. Muertos su padre y su madre, se quedó en casa de una tía-abuela, viviendo de una renta modesta. Murió de tuberculosis. También es conocido como el poeta-filósofo, pero él rechazaba ese título y pregonaba una «no filosofía». Creía que los seres simplemente son, y nada más: se irritaba con la metafísica y cualquier tipo de simbolismo de la vida.
De los principales heterónimos de Fernando Pessoa, Caeiro fue el único que no escribió en prosa. Alegaba que solamente la poesía sería capaz de dar cuenta de la realidad.
Caeiro fue descrito por el propio ortónimo (Fernando Pessoa) como no sólo un pagano, sino como el propio paganismo. Definía el amor verdadero como amor hacia algo o alguien simplemente por ser esa cosa o persona, y no por otros principios externos a ella. Poseía un lenguaje estético directo, concreto y simple, pero aun así bastante complejo desde el punto de vista reflexivo. Su ideario se resume en el verso:
Há metafísica bastante em não pensar em nada. Hay suficiente metafísica en no pensar nada.
Álvaro de Campos
Entre todos los heterónimos, Campos fue el único en manifestar fases poéticas diferentes a lo largo de su obra. Era un ingeniero homosexual5 de educación inglesa y origen portugués, pero siempre con la sensación de ser un extranjero en cualquier parte del mundo.
Un párrafo que le define muy bien es el siguiente:
Vivir es pertenecer a otro. Morir es pertenecer a otro. Vivir y morir son la misma cosa. Mas vivir es pertenecer a otro de fuera y morir es pertenecer a otro de dentro. Una y otra cosa se asemejan, pero la vida es el lado de fuera de la muerte. Por eso la vida es la vida y la muerte es la muerte, pues el lado de fuera siempre es más verdadero que el lado de dentro; tanto es así que el lado de fuera es el que se ve.
Comienza su trayectoria como un decadentista influído por el simbolismo, pero luego se adhiere al futurismo. Tras una serie de desilusiones con la existencia, asume una vena nihilista, expresada en aquel que es considerado uno de los poemas más conocidos e influyentes de la lengua portuguesa: Tabacaria.
Ricardo Reis
El heterónimo Ricardo Reis se define como latinista y monárquico. De cierta manera, simboliza la herencia clásica en la literatura occidental, expresada en la simetría, armonía, y un cierto bucolismo, con elementos epicúreos y estoicos. El fin inexorable de todos los seres vivos es una constante en su obra, clásica, depurada y disciplinada.
Según Pessoa, Reis se trasladó a Brasil en protesta por la proclamación de la República en Portugal, y no se sabe el año de su muerte.
José Saramago, en El año de la muerte de Ricardo Reis continúa, en una perspectiva personal, el universo de este heterónimo. Saramago hace reencontrarse a Fernando Pessoa, ya muerto, con su heterónimo, que sobrevive a su creador.
La ética amoral de los heterónimos
En las Páginas Íntimas de Autointerpretación, escribe Fernando Pessoa:
Álvaro de Campos não tem sombra de ética; é amoral, se não positivamente imoral [...] A ideia da perda da inocência duma criança de oito anos [...] é-lhe positivamente agradável, pois satisfaz duas sensações muito fortes –a crueldade e a luxúria. Álvaro de Campos no tiene la más mínima ética; es amoral, si no positivamente inmoral [...] La idea de pérdida de la inocencia de un niño de ocho años [...] le resulta positivamente agradable, pues satisface dos sensaciones muy fuertes –la crueldad y la lujuria.
Esta postura amoral de Campos, que recorre sus poemas sensacionistas-futuristas, es paralela a otras actitudes de semejante tenor en los poemas de Alberto Caeiro y Ricardo Reis.
Véanse estos versos del maestro Caeiro, en el poema Ayer el predicador de verdades propias:
Haver injustiça é como haver morte.
Eu nunca daria um passo para alterar
Aquilo a que chamam a injustiça do mundo. Que haya injusticia es como que haya muerte.
Yo nunca daría un paso para alterar
Aquello que llaman la injusticia del mundo.
A su vez, Ricardo Reis se revela aún más chocante. En la oda Oí contar que otrora, cuando Persia, dos jugadores de ajedrez prosiguen la partida sabiendo que la destrucción y la muerte campan por su ciudad, que el enemigo invadió. Y sentencia este heterónimo epicureísta:
Quando o rei de marfim está em perigo
Que importa a carne e o osso
Das irmãs e das mães e das crianças?
Quando a torre não cobre
A retirada da rainha branca,
O sangue pouco importa. Cuando el rey blanco está en peligro
¿qué importan la carne y el hueso
de las hermanas, de las madres y los niños?
Cuando la torre no cubre
la retirada de la reina blanca,
la sangre poco importa.
Este aspecto es uno de los que presenta una notoria influencia —o por lo menos, proximidad— con la estética futurista de Marinetti, que, a pesar de todo, Pessoa siempre rechazó. Es también la parcela más visible de una cierta falta de solidaridad social e incluso humana que parece, según muchos críticos, ser común a toda la obra del poeta. Esta tendencia dio argumentos a cierta corriente política que clasifica a Fernando Pessoa como un «autor de derechas».
Sin embargo, otros críticos contraargumentan que es absurdo pretender clasificar un poeta como Pessoa con criterios políticos. Según estos, Pessoa estaba más interesado en un arte puramente estético, para el que las cuestiones políticas, sociales o incluso morales no eran atinentes. Presentan ejemplos que evitan conclusiones simplistas. Al final de su vida Pessoa fue autor de textos (e incluso poemas) que revelan un profundo malestar en relación con António de Oliveira Salazar y a la recién estrenada dictadura del Estado Novo. Hay también poemas del Pessoa ortónimo imbuidos de tal solidaridad —incluso moralismo— que la heteronimia parece tendencialmente negar, como "El niño de su madre" o "Tomamos la ciudad después de un intenso bombardeo".
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________________
Odas de
Ricardo Reis
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_________________________________________________
Vem sentar-te comigo Lídia, à beira do rio.
Sossegadamente fitemos o seu curso e aprendamos
Que a vida passa, e não estamos de mãos enlaçadas.
(Enlacemos as mãos.)
Depois pensemos, crianças adultas, que a vida
Passa e não fica, nada deixa e nunca regressa,
Vai para um mar muito longe, para ao pé do Fado,
Mais longe que os deuses.
Desenlacemos as mãos, porque não vale a pena cansarmo-nos.
Quer gozemos, quer nao gozemos, passamos como o rio.
Mais vale saber passar silenciosamente
E sem desassosegos grandes.
Sem amores, nem ódios, nem paixões que levantam a voz,
Nem invejas que dão movimento demais aos olhos,
Nem cuidados, porque se os tivesse o rio sempre correria,
E sempre iria ter ao mar.
Amemo-nos tranquilamente, pensando que podiamos,
Se quiséssemos, trocar beijos e abraços e carícias,
Mas que mais vale estarmos sentados ao pé um do outro
Ouvindo correr o rio e vendo-o.
Colhamos flores, pega tu nelas e deixa-as
No colo, e que o seu perfume suavize o momento -
Este momento em que sossegadamente nao cremos em nada,
Pagãos inocentes da decadência.
Ao menos, se for sombra antes, lembrar-te-as de mim depois
Sem que a minha lembrança te arda ou te fira ou te mova,
Porque nunca enlaçamos as mãos, nem nos beijamos
Nem fomos mais do que crianças.
E se antes do que eu levares o óbolo ao barqueiro sombrio,
Eu nada terei que sofrer ao lembrar-me de ti.
Ser-me-ás suave à memória lembrando-te assim - à beira-rio,
Pagã triste e com flores no regaço.
_______________
Ven a sentarte conmigo Lidia, a la vera del río.
Sosegadamente miremos su curso y aprendamos
Que la vida pasa, y no estamos con las manos enlazadas.
(Enlacemos las manos).
Después pensemos, niños adultos, que la vida
Pasa y no permanece, nada deja y nunca regresa,
Va para un mar muy lejano, a la vera del Hado,
Más lejos que los dioses.
Desenlacemos las manos porque no vale la pena cansarnos.
Ya gocemos, ya no gocemos, pasaremos como el río.
Más vale saber pasar silenciosamente
Y sin desasosiegos grandes.
Sin amores, ni odios, ni pasiones que levanten la voz,
Ni envidias que dan demasiado movimiento a los ojos,
Ni cuidados, porque si los tuviese el río siempre correría,
Y siempre se encaminaría hacia la mar.
Amémonos tranquilamente, pensando que podríamos,
Si quisiésemos, intercambiar besos y abrazos y caricias,
Pero que más vale permanecer sentados uno junto al otro
Oyendo correr el río y viéndolo.
Cojamos flores, tómalas y ponlas
En el regazo, y que su perfume suavice el momento –
Este momento en el que sosegadamente no creemos en nada,
Paganos inocentes de la decadencia.
Al menos, si fuese sombra antes, me recordarás después
Sin que mi recuerdo de queme o te hiera o te mueva,
Porque nunca enlazamos las manos, ni nos besamos
Ni fuimos más que dos niños.
Y si antes que yo llevases tú el óbolo al barquero sombrío,
Yo nada habré de sufrir al evocarte.
Serás ligera en mi recuerdo evocándote así – a la vera del río,
Pagana triste y con flores en el regazo.
Ricardo Reis, 12-6-1914
Trad.: J. Martín
Última edición por Juan Martín el Jue 11 Jun 2009, 11:16, editado 1 vez
Ignacio Bellido- Administrador-Moderador
- Cantidad de envíos : 1642
Fecha de inscripción : 14/04/2009
Localización : Barcelona-España
Gracias por esta aportación de uno de los más grandes poetas.
Si puedes te agradecería dejaras detalles de su bio-bibliografía, para conocimiento
general, pero si no tienes tiempo no te preocupes,esta aportación ya es muy importante.
Un abrazo
Ignacio Bellido
PD: perdona ya vi que dejaste un enlace para Wikipedia,allí puede consultarse lo que te pedía
Si puedes te agradecería dejaras detalles de su bio-bibliografía, para conocimiento
general, pero si no tienes tiempo no te preocupes,esta aportación ya es muy importante.
Un abrazo
Ignacio Bellido
PD: perdona ya vi que dejaste un enlace para Wikipedia,allí puede consultarse lo que te pedía
Maria Lua- Administrador-Moderador
- Cantidad de envíos : 76714
Fecha de inscripción : 12/04/2009
Localización : Nova Friburgo / RJ / Brasil
- Mensaje n°3
FERNANDO PESSOA
Fernando Pessoa
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Fernando António Nogueira Pessoa (Lisboa, 13 de junio de 1888 — Lisboa, 30 de noviembre de 1935), más conocido como Fernando Pessoa, es uno de los mayores poetas y escritores de la lengua portuguesa y de la literatura europea.
Tuvo una vida discreta, centrada en el periodismo, la publicidad, el comercio y, principalmente, la literatura, en la que se desdobló en varias personalidades conocidas como heterónimos.
De día Pessoa se ganaba la vida como traductor. Por la noche escribía poesía. No escribía "su" propia poesía, sino la poesía de diversos autores ficticios, diferentes en voz, estilo y modos. Publicó bajo varios heterónimos (de los cuales los más importantes son Ricardo Reis, Alberto Caeiro, Álvaro de Campos y Bernardo Soares), e incluso publicó críticas contra sus propias obras firmadas por sus heterónimos. Habiendo vivido la mayor parte de su juventud en Sudáfrica, donde estudió durante su juventud, la lengua inglesa tuvo importancia en su vida, pues Pessoa traducía, trabajaba y pensaba en ese idioma.
La figura enigmática en que se convirtió motiva gran parte de los estudios sobre su vida y su obra.
Murió por problemas hepáticos a los 47 años en la misma ciudad en que naciera, dejando una descomunal obra inédita que todavía suscita análisis y controversias.
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Fernando António Nogueira Pessoa (Lisboa, 13 de junio de 1888 — Lisboa, 30 de noviembre de 1935), más conocido como Fernando Pessoa, es uno de los mayores poetas y escritores de la lengua portuguesa y de la literatura europea.
Tuvo una vida discreta, centrada en el periodismo, la publicidad, el comercio y, principalmente, la literatura, en la que se desdobló en varias personalidades conocidas como heterónimos.
De día Pessoa se ganaba la vida como traductor. Por la noche escribía poesía. No escribía "su" propia poesía, sino la poesía de diversos autores ficticios, diferentes en voz, estilo y modos. Publicó bajo varios heterónimos (de los cuales los más importantes son Ricardo Reis, Alberto Caeiro, Álvaro de Campos y Bernardo Soares), e incluso publicó críticas contra sus propias obras firmadas por sus heterónimos. Habiendo vivido la mayor parte de su juventud en Sudáfrica, donde estudió durante su juventud, la lengua inglesa tuvo importancia en su vida, pues Pessoa traducía, trabajaba y pensaba en ese idioma.
La figura enigmática en que se convirtió motiva gran parte de los estudios sobre su vida y su obra.
Murió por problemas hepáticos a los 47 años en la misma ciudad en que naciera, dejando una descomunal obra inédita que todavía suscita análisis y controversias.
Maria Lua- Administrador-Moderador
- Cantidad de envíos : 76714
Fecha de inscripción : 12/04/2009
Localización : Nova Friburgo / RJ / Brasil
Juan e Ignacio...
Para ayudar, dejo un poco de la biografía
de FERNANDO PESSOA...
Besos, amigos
Maria Lua
Para ayudar, dejo un poco de la biografía
de FERNANDO PESSOA...
Besos, amigos
Maria Lua
cecilia gargantini- Administrador-Moderador
- Cantidad de envíos : 41479
Fecha de inscripción : 25/04/2009
Edad : 71
Localización : buenos aires
Siempre fue uno de mis autores preferidos y sentí una gran emoción cuando fui a Portugal y conocí su casa; me lo imaginaba allí, escribiendo por las noches, creando sus heterónimos. En fin, una experiencia fuerte!!!!!!!!!!!!!!
Juan Martín- España
- Cantidad de envíos : 10860
Fecha de inscripción : 02/05/2009
Edad : 72
Localización : Madrid
Maria Lua
Querida Maria, celebro que te guste, como a mí, el gran poeta Fernando Pessoa.
Besos de tu amigo.
Juan.
Querida Maria, celebro que te guste, como a mí, el gran poeta Fernando Pessoa.
Besos de tu amigo.
Juan.
Juan Martín- España
- Cantidad de envíos : 10860
Fecha de inscripción : 02/05/2009
Edad : 72
Localización : Madrid
Ignacio Bellido
Estimado amigo, ya he dejado un enlace en la primera página, en donde tienes información de Pessoa. Además, nuestra querida amiga Maria Lua ha tenido la gentileza de añadir una valiosa información sobre el gran poeta portugués.
Gracias por la visita y celebro mucho que haya sido de tu agrado el poema y que compartas conmigo la admiración por Pessoa.
Un abrazo.
Juan
Estimado amigo, ya he dejado un enlace en la primera página, en donde tienes información de Pessoa. Además, nuestra querida amiga Maria Lua ha tenido la gentileza de añadir una valiosa información sobre el gran poeta portugués.
Gracias por la visita y celebro mucho que haya sido de tu agrado el poema y que compartas conmigo la admiración por Pessoa.
Un abrazo.
Juan
Juan Martín- España
- Cantidad de envíos : 10860
Fecha de inscripción : 02/05/2009
Edad : 72
Localización : Madrid
Maria Lua
Querida Maria, muchas gracias por aportar esa interesante información de Pessoa y por tu presencia.
Muchos besos de tu amigo.
Juan
Querida Maria, muchas gracias por aportar esa interesante información de Pessoa y por tu presencia.
Muchos besos de tu amigo.
Juan
Juan Martín- España
- Cantidad de envíos : 10860
Fecha de inscripción : 02/05/2009
Edad : 72
Localización : Madrid
cecilia gargantini
Sin duda ninguna, querida amiga, debió ser una gran experiencia recorrer los mismos lugares que recorriera el gran poeta, y donde, sin duda, encontraba fuentes de inspiración para su vasta y genial obra.
Besos.
Juan
Sin duda ninguna, querida amiga, debió ser una gran experiencia recorrer los mismos lugares que recorriera el gran poeta, y donde, sin duda, encontraba fuentes de inspiración para su vasta y genial obra.
Besos.
Juan
Maria Lua- Administrador-Moderador
- Cantidad de envíos : 76714
Fecha de inscripción : 12/04/2009
Localización : Nova Friburgo / RJ / Brasil
Dejo el más famoso poema de Fernando Pessoa (heterónimo Álvaro de Campos)...
Tabaquería
No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo
Ventanas de mi cuarto,
de mi cuerto de uno de los millones de gente que nadie sabe
sabe quién es
(y si supieran quién es, ¿qué sabrían?),
dais al misterio de una calle constantemente cruzada
por la gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, evidente, desconocidamente evidente,
con el misterio de las cosas por lo bajo de las piedras y los seres, con la muerte poniente humedad en las paredes
y cabellos blancos en los hombres,
con el Destino conduciendo el carro de todo por la carretera de la nada.
Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme
y no tuviese otra fraternidad con las cosas,
que una despedide, volviéndose esta casa y este lado de la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crugir de huesos a la ida.
Hoy me siente perplejo, como quien ha pensado y opinado y olvidado.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que le debo
a la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño como cosa real por dentro.
He fracasado en todo.
Como no me hice ningún propósito, quizá todo
no fuese nada.
El aprendizaje que me impartieron,
me apeé por la ventana de las traseras de la casa.
Me fui al campo con grandes proyectos.
Pero sólo encontré allí hierbas y árboles,
y cuando había gente era igual que la otra.
Me aparto de la ventana , me siento en una silla.
¿En qué voy a pensar?
¿Qué sé yo del que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? Pero ¡pienso ser tantas cosas!
¿Y hay tantos que piensan ser lo mismo que no puede haber tantos!
¿Un genio? En este momento
cien mil cerebros se juzgan en sueños genios como yo,
y la historia no distinguirá, ¿Quién sabe? , ni a uno,
ni habrá sino estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí...
¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo
no hay en estos moments genios-para-sí-mismos soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas-,
y quién sabe si realizables, no verán nunca la luz del sol
verdadero ni encontrarán quien les preste oídos?
El mundo es para quien nace para conquistarlo
y no para quien sueña que puede conquistarlo, aunque
tenga razón.
He soñado más que lo que hizo Napoleón.
He estrachado contra el pecho hipotético más
humanidades que Cristo,
he pensado en secreto filosofías que ningún Kant ha escrito.
Pero soy, y quizá lo sea siempre, el de la buhardilla,
aunque no viva en ella;
seré siempre el que no ha nacido para eso;
seré siempre el que tenía condiciones;
seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al
pie de una pared sin puerta
y cantó la canción del Infinito en un gallinero,
y oyó la voz de Dios en un pozo tapado.
¿Creer en mí? No, ni en ndad.
Derrámame la naturaleza sobre mi cabeza ardiente
su sol, su lluvia, el viente que tropieza en mi cabello,
y lo demás que venga si viene, o tiene que venir, o que no venga.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
conquistamos el mundo entero antes de levantarnos de la cama;
pero nos despertamos y es opaco,
nos levantamos y es ajeno,
salimos de casa y es la tierra entera,
y el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.
(¡Come chocolatinas, pequeña, come chocolatinas!
Mira que no hay más metafísica en el mundo que las chocolatinas,
mira que todas las religiones no enseñan más que la confitería.
¡Come, pequeña sucia, come!
¡Ojalá comiese yo chocolatinas con la misma verdad con que comes!
Pero yo pienso, y al quitarles la platilla, que se de papel de estaño
lo tiro todo al suelo, lo mismo que he tirado la vida.)
Pero por lo menos queda la amargura de lo que nunca seré
la caligrafía rápida de estos versos,
pórtico partido hacia lo Imposible.
Pero por lo menos me consagro a mí mismo un desprecio sin lágrimas,
noble, al menos, en el gesto amplio con que tiro
la ropa sucia que soy, sin un papel, para el transcurrir de las cosas,
y me quedo en casa sin camisa.
(Tú, que consuelas, que no existes y por eso consuelas,
o diosa griega, concebida como una estatua que estuviese viva,
o patricia romana, imposiblemente noble y nefasta,
o princesa de trovadores, gentilísima y disimulada,
o marquesa del siglo dieciocho, descotada y lejana,
o meretriz célebre de los tiempos de nuestros padres,
o no sé qué moderno- no me imagino bien qué- ,
todo esto, sea lo que sea, lo que seas, ¡si puede inspirar, que inspire!
Mi corazón es un cubo vaciado.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus, me invoco
a mi mismo y no encuentro nada.
Me acerco a la ventana y veo la calle con absoluta claridad,
veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan,
veo a los entes vivos vestidos que se cruzan,
veo a los perros que también existen,
y todo esto me pesa como una condena al destierro,
y todo es extranjero, como todo.)
He vivido, estudiado, amado, y hasta creído,
y hoy no hay un mendigo al que no envidie
sólo por no ser yo.
Miro los andrajos de cada uno y las llagas y la mentira,
y pienso: puede que nunca hayas vivido ,ni estudiado, ni amado ni creído
(porque es posible crear la realidad de todo eso sin hacer nada de eso);
puede que hayas existido tan sólo, como un lagarto al que cortan el rabo
y que es un rabo, más acá del lagarto, removidamente.
He hecho de mí lo que no sabía,
y lo que podía hacer de mí no lo he hecho.
El dominó que me pues estaba equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era y no lo desmentí,
y me perdí.
Cuando quise quitarme el antifaz,
lo tenía pegado a la cara.
Cuando me lo quité y me miré en el espejo,
ya había envajecido.
Estaba borracho, no sabía llevar el dominó que no me había quitado.
Tiré el antifaz y me dormí en el vestuario
como un perro tolerado por la gerencia
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia para demostrar que soy sublime.
Esencia musical de mis versos inútiles,
ojalá pudiera encontrarme como algo que hubiese hecho,
y no me quedase siempre enfrente de la tabaquería de enfrente,
pisoteando la conciencia de estar existiendo
como una alfombrea en la que tropieza un borracho
o una estera que robaron los gitanos y no valía nada.
Pero el propietrario de la tabaquería ha asomado por la puerta
y se ha quedado a la puerta.
Le miro con incomodidad en la cabeza apenas vuelta,
y con la incomodidad del alma que está comprendiendo mal.
Morirá él y moriré yo.
Él dejará la muestra y yo dejaré versos.
En determinado momento morirá también la muestra,
y los versos también.
Después de ese momento, morirá la calle donde estuvo la muestra,
y la lengua en que fueron escritos los verso,
morirá después el planeta girador en que sucedión todo esto.
En otros satélites de otros sistemas cualesquiera algo así como gente
continuará haciendo cosas semejantes a versos y
viviendo debajo de cosas semejantes a muestras,
siempre una cosa enfrente de la otra,
siempre una cosa tan inútil como la otra,
siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
siempre el misterio del fondo tan verdadero como el
sueño del misterio de la superficie,
siempre esto o siempre otra cosa o ni una cosa ni la otra.
Pero un hombre ha entrado en la tabaquería (¿a comprar tabaco?),
y la realidad plausible cae de repente encima de mí.
Me incorporo a medias con energía, convencido, humano,
y voy a tratar de escribir estos versos en los que digo lo contrario.
Enciendo un cigarrillo al pensar en escribirlos
y saboreo en el cigarrillo la liberación de todos los pensamientos.
Sigo al humo como a una ruta propia,
y disfruto, en un momento sensitivo y competente,
la liberación de todas las especulaciones
y la conciencia de que la metafísica es una consecuencia
de encontrarse indispuesto.
Después me echo para atrás en la silla y continúo fumando.
Mientras me lo conceda el destino seguiré fumando.
(Si me casase con la hija de mi lavandera a lo mejor sería feliz.)
Visto lo cual, me levanto de la silla. Me voy a la ventana.
El hombre ha salido de la tabaquería (¿metiéndose el cambio
en el bolsillo de los pantalones?).
Ah, le conozco: es el Esteves sin metafísica.
(el propietario de la tabaquería ha llegado a la puerta.)
Como por una inspiración divina, Esteves se ha vuelto y me ha visto.
Me ha dicho adiós con la mano, le he gritado ¡Adiós, Esteves!,
y el Universo
se me reconstruye sin ideales ni esperanza,
y el propietario de la tabaquería se ha sonreído.
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en portugués
FERNANDO
PESSOA
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Poesias de
Álvaro de Campos
--------------------------------------------------------------------------------
TABACARIA
Não sou nada.
Nunca serei nada.
Não posso querer ser nada.
À parte isso, tenho em mim todos os sonhos do mundo.
Janelas do meu quarto,
Do meu quarto de um dos milhões do mundo que ninguém sabe quem é
(E se soubessem quem é, o que saberiam?),
Dais para o mistério de uma rua cruzada constantemente por gente,
Para uma rua inacessível a todos os pensamentos,
Real, impossivelmente real, certa, desconhecidamente certa,
Com o mistério das coisas por baixo das pedras e dos seres,
Com a morte a por umidade nas paredes e cabelos brancos nos homens,
Com o Destino a conduzir a carroça de tudo pela estrada de nada.
Estou hoje vencido, como se soubesse a verdade.
Estou hoje lúcido, como se estivesse para morrer,
E não tivesse mais irmandade com as coisas
Senão uma despedida, tornando-se esta casa e este lado da rua
A fileira de carruagens de um comboio, e uma partida apitada
De dentro da minha cabeça,
E uma sacudidela dos meus nervos e um ranger de ossos na ida.
Estou hoje perplexo, como quem pensou e achou e esqueceu.
Estou hoje dividido entre a lealdade que devo
À Tabacaria do outro lado da rua, como coisa real por fora,
E à sensação de que tudo é sonho, como coisa real por dentro.
Falhei em tudo.
Como não fiz propósito nenhum, talvez tudo fosse nada.
A aprendizagem que me deram,
Desci dela pela janela das traseiras da casa.
Fui até ao campo com grandes propósitos.
Mas lá encontrei só ervas e árvores,
E quando havia gente era igual à outra.
Saio da janela, sento-me numa cadeira. Em que hei de pensar?
Que sei eu do que serei, eu que não sei o que sou?
Ser o que penso? Mas penso tanta coisa!
E há tantos que pensam ser a mesma coisa que não pode haver tantos!
Gênio? Neste momento
Cem mil cérebros se concebem em sonho gênios como eu,
E a história não marcará, quem sabe?, nem um,
Nem haverá senão estrume de tantas conquistas futuras.
Não, não creio em mim.
Em todos os manicômios há doidos malucos com tantas certezas!
Eu, que não tenho nenhuma certeza, sou mais certo ou menos certo?
Não, nem em mim...
Em quantas mansardas e não-mansardas do mundo
Não estão nesta hora gênios-para-si-mesmos sonhando?
Quantas aspirações altas e nobres e lúcidas -
Sim, verdadeiramente altas e nobres e lúcidas -,
E quem sabe se realizáveis,
Nunca verão a luz do sol real nem acharão ouvidos de gente?
O mundo é para quem nasce para o conquistar
E não para quem sonha que pode conquistá-lo, ainda que tenha razão.
Tenho sonhado mais que o que Napoleão fez.
Tenho apertado ao peito hipotético mais humanidades do que Cristo,
Tenho feito filosofias em segredo que nenhum Kant escreveu.
Mas sou, e talvez serei sempre, o da mansarda,
Ainda que não more nela;
Serei sempre o que não nasceu para isso;
Serei sempre só o que tinha qualidades;
Serei sempre o que esperou que lhe abrissem a porta ao pé de uma parede sem porta,
E cantou a cantiga do Infinito numa capoeira,
E ouviu a voz de Deus num poço tapado.
Crer em mim? Não, nem em nada.
Derrame-me a Natureza sobre a cabeça ardente
O seu sol, a sua chava, o vento que me acha o cabelo,
E o resto que venha se vier, ou tiver que vir, ou não venha.
Escravos cardíacos das estrelas,
Conquistamos todo o mundo antes de nos levantar da cama;
Mas acordamos e ele é opaco,
Levantamo-nos e ele é alheio,
Saímos de casa e ele é a terra inteira,
Mais o sistema solar e a Via Láctea e o Indefinido.
(Come chocolates, pequena;
Come chocolates!
Olha que não há mais metafísica no mundo senão chocolates.
Olha que as religiões todas não ensinam mais que a confeitaria.
Come, pequena suja, come!
Pudesse eu comer chocolates com a mesma verdade com que comes!
Mas eu penso e, ao tirar o papel de prata, que é de folha de estanho,
Deito tudo para o chão, como tenho deitado a vida.)
Mas ao menos fica da amargura do que nunca serei
A caligrafia rápida destes versos,
Pórtico partido para o Impossível.
Mas ao menos consagro a mim mesmo um desprezo sem lágrimas,
Nobre ao menos no gesto largo com que atiro
A roupa suja que sou, em rol, pra o decurso das coisas,
E fico em casa sem camisa.
(Tu que consolas, que não existes e por isso consolas,
Ou deusa grega, concebida como estátua que fosse viva,
Ou patrícia romana, impossivelmente nobre e nefasta,
Ou princesa de trovadores, gentilíssima e colorida,
Ou marquesa do século dezoito, decotada e longínqua,
Ou cocote célebre do tempo dos nossos pais,
Ou não sei quê moderno - não concebo bem o quê -
Tudo isso, seja o que for, que sejas, se pode inspirar que inspire!
Meu coração é um balde despejado.
Como os que invocam espíritos invocam espíritos invoco
A mim mesmo e não encontro nada.
Chego à janela e vejo a rua com uma nitidez absoluta.
Vejo as lojas, vejo os passeios, vejo os carros que passam,
Vejo os entes vivos vestidos que se cruzam,
Vejo os cães que também existem,
E tudo isto me pesa como uma condenação ao degredo,
E tudo isto é estrangeiro, como tudo.)
Vivi, estudei, amei e até cri,
E hoje não há mendigo que eu não inveje só por não ser eu.
Olho a cada um os andrajos e as chagas e a mentira,
E penso: talvez nunca vivesses nem estudasses nem amasses nem cresses
(Porque é possível fazer a realidade de tudo isso sem fazer nada disso);
Talvez tenhas existido apenas, como um lagarto a quem cortam o rabo
E que é rabo para aquém do lagarto remexidamente
Fiz de mim o que não soube
E o que podia fazer de mim não o fiz.
O dominó que vesti era errado.
Conheceram-me logo por quem não era e não desmenti, e perdi-me.
Quando quis tirar a máscara,
Estava pegada à cara.
Quando a tirei e me vi ao espelho,
Já tinha envelhecido.
Estava bêbado, já não sabia vestir o dominó que não tinha tirado.
Deitei fora a máscara e dormi no vestiário
Como um cão tolerado pela gerência
Por ser inofensivo
E vou escrever esta história para provar que sou sublime.
Essência musical dos meus versos inúteis,
Quem me dera encontrar-me como coisa que eu fizesse,
E não ficasse sempre defronte da Tabacaria de defronte,
Calcando aos pés a consciência de estar existindo,
Como um tapete em que um bêbado tropeça
Ou um capacho que os ciganos roubaram e não valia nada.
Mas o Dono da Tabacaria chegou à porta e ficou à porta.
Olho-o com o deconforto da cabeça mal voltada
E com o desconforto da alma mal-entendendo.
Ele morrerá e eu morrerei.
Ele deixará a tabuleta, eu deixarei os versos.
A certa altura morrerá a tabuleta também, os versos também.
Depois de certa altura morrerá a rua onde esteve a tabuleta,
E a língua em que foram escritos os versos.
Morrerá depois o planeta girante em que tudo isto se deu.
Em outros satélites de outros sistemas qualquer coisa como gente
Continuará fazendo coisas como versos e vivendo por baixo de coisas como tabuletas,
Sempre uma coisa defronte da outra,
Sempre uma coisa tão inútil como a outra,
Sempre o impossível tão estúpido como o real,
Sempre o mistério do fundo tão certo como o sono de mistério da superfície,
Sempre isto ou sempre outra coisa ou nem uma coisa nem outra.
Mas um homem entrou na Tabacaria (para comprar tabaco?)
E a realidade plausível cai de repente em cima de mim.
Semiergo-me enérgico, convencido, humano,
E vou tencionar escrever estes versos em que digo o contrário.
Acendo um cigarro ao pensar em escrevê-los
E saboreio no cigarro a libertação de todos os pensamentos.
Sigo o fumo como uma rota própria,
E gozo, num momento sensitivo e competente,
A libertação de todas as especulações
E a consciência de que a metafísica é uma consequência de estar mal disposto.
Depois deito-me para trás na cadeira
E continuo fumando.
Enquanto o Destino mo conceder, continuarei fumando.
(Se eu casasse com a filha da minha lavadeira
Talvez fosse feliz.)
Visto isto, levanto-me da cadeira. Vou à janela.
O homem saiu da Tabacaria (metendo troco na algibeira das calças?).
Ah, conheço-o; é o Esteves sem metafísica.
(O Dono da Tabacaria chegou à porta.)
Como por um instinto divino o Esteves voltou-se e viu-me.
Acenou-me adeus, gritei-lhe Adeus ó Esteves!, e o universo
Reconstruiu-se-me sem ideal nem esperança, e o Dono da Tabacaria sorriu.
Álvaro de Campos, 15-1-1928
Tabaquería
No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo
Ventanas de mi cuarto,
de mi cuerto de uno de los millones de gente que nadie sabe
sabe quién es
(y si supieran quién es, ¿qué sabrían?),
dais al misterio de una calle constantemente cruzada
por la gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, evidente, desconocidamente evidente,
con el misterio de las cosas por lo bajo de las piedras y los seres, con la muerte poniente humedad en las paredes
y cabellos blancos en los hombres,
con el Destino conduciendo el carro de todo por la carretera de la nada.
Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme
y no tuviese otra fraternidad con las cosas,
que una despedide, volviéndose esta casa y este lado de la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crugir de huesos a la ida.
Hoy me siente perplejo, como quien ha pensado y opinado y olvidado.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que le debo
a la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño como cosa real por dentro.
He fracasado en todo.
Como no me hice ningún propósito, quizá todo
no fuese nada.
El aprendizaje que me impartieron,
me apeé por la ventana de las traseras de la casa.
Me fui al campo con grandes proyectos.
Pero sólo encontré allí hierbas y árboles,
y cuando había gente era igual que la otra.
Me aparto de la ventana , me siento en una silla.
¿En qué voy a pensar?
¿Qué sé yo del que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? Pero ¡pienso ser tantas cosas!
¿Y hay tantos que piensan ser lo mismo que no puede haber tantos!
¿Un genio? En este momento
cien mil cerebros se juzgan en sueños genios como yo,
y la historia no distinguirá, ¿Quién sabe? , ni a uno,
ni habrá sino estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí...
¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo
no hay en estos moments genios-para-sí-mismos soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas-,
y quién sabe si realizables, no verán nunca la luz del sol
verdadero ni encontrarán quien les preste oídos?
El mundo es para quien nace para conquistarlo
y no para quien sueña que puede conquistarlo, aunque
tenga razón.
He soñado más que lo que hizo Napoleón.
He estrachado contra el pecho hipotético más
humanidades que Cristo,
he pensado en secreto filosofías que ningún Kant ha escrito.
Pero soy, y quizá lo sea siempre, el de la buhardilla,
aunque no viva en ella;
seré siempre el que no ha nacido para eso;
seré siempre el que tenía condiciones;
seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al
pie de una pared sin puerta
y cantó la canción del Infinito en un gallinero,
y oyó la voz de Dios en un pozo tapado.
¿Creer en mí? No, ni en ndad.
Derrámame la naturaleza sobre mi cabeza ardiente
su sol, su lluvia, el viente que tropieza en mi cabello,
y lo demás que venga si viene, o tiene que venir, o que no venga.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
conquistamos el mundo entero antes de levantarnos de la cama;
pero nos despertamos y es opaco,
nos levantamos y es ajeno,
salimos de casa y es la tierra entera,
y el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.
(¡Come chocolatinas, pequeña, come chocolatinas!
Mira que no hay más metafísica en el mundo que las chocolatinas,
mira que todas las religiones no enseñan más que la confitería.
¡Come, pequeña sucia, come!
¡Ojalá comiese yo chocolatinas con la misma verdad con que comes!
Pero yo pienso, y al quitarles la platilla, que se de papel de estaño
lo tiro todo al suelo, lo mismo que he tirado la vida.)
Pero por lo menos queda la amargura de lo que nunca seré
la caligrafía rápida de estos versos,
pórtico partido hacia lo Imposible.
Pero por lo menos me consagro a mí mismo un desprecio sin lágrimas,
noble, al menos, en el gesto amplio con que tiro
la ropa sucia que soy, sin un papel, para el transcurrir de las cosas,
y me quedo en casa sin camisa.
(Tú, que consuelas, que no existes y por eso consuelas,
o diosa griega, concebida como una estatua que estuviese viva,
o patricia romana, imposiblemente noble y nefasta,
o princesa de trovadores, gentilísima y disimulada,
o marquesa del siglo dieciocho, descotada y lejana,
o meretriz célebre de los tiempos de nuestros padres,
o no sé qué moderno- no me imagino bien qué- ,
todo esto, sea lo que sea, lo que seas, ¡si puede inspirar, que inspire!
Mi corazón es un cubo vaciado.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus, me invoco
a mi mismo y no encuentro nada.
Me acerco a la ventana y veo la calle con absoluta claridad,
veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan,
veo a los entes vivos vestidos que se cruzan,
veo a los perros que también existen,
y todo esto me pesa como una condena al destierro,
y todo es extranjero, como todo.)
He vivido, estudiado, amado, y hasta creído,
y hoy no hay un mendigo al que no envidie
sólo por no ser yo.
Miro los andrajos de cada uno y las llagas y la mentira,
y pienso: puede que nunca hayas vivido ,ni estudiado, ni amado ni creído
(porque es posible crear la realidad de todo eso sin hacer nada de eso);
puede que hayas existido tan sólo, como un lagarto al que cortan el rabo
y que es un rabo, más acá del lagarto, removidamente.
He hecho de mí lo que no sabía,
y lo que podía hacer de mí no lo he hecho.
El dominó que me pues estaba equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era y no lo desmentí,
y me perdí.
Cuando quise quitarme el antifaz,
lo tenía pegado a la cara.
Cuando me lo quité y me miré en el espejo,
ya había envajecido.
Estaba borracho, no sabía llevar el dominó que no me había quitado.
Tiré el antifaz y me dormí en el vestuario
como un perro tolerado por la gerencia
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia para demostrar que soy sublime.
Esencia musical de mis versos inútiles,
ojalá pudiera encontrarme como algo que hubiese hecho,
y no me quedase siempre enfrente de la tabaquería de enfrente,
pisoteando la conciencia de estar existiendo
como una alfombrea en la que tropieza un borracho
o una estera que robaron los gitanos y no valía nada.
Pero el propietrario de la tabaquería ha asomado por la puerta
y se ha quedado a la puerta.
Le miro con incomodidad en la cabeza apenas vuelta,
y con la incomodidad del alma que está comprendiendo mal.
Morirá él y moriré yo.
Él dejará la muestra y yo dejaré versos.
En determinado momento morirá también la muestra,
y los versos también.
Después de ese momento, morirá la calle donde estuvo la muestra,
y la lengua en que fueron escritos los verso,
morirá después el planeta girador en que sucedión todo esto.
En otros satélites de otros sistemas cualesquiera algo así como gente
continuará haciendo cosas semejantes a versos y
viviendo debajo de cosas semejantes a muestras,
siempre una cosa enfrente de la otra,
siempre una cosa tan inútil como la otra,
siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
siempre el misterio del fondo tan verdadero como el
sueño del misterio de la superficie,
siempre esto o siempre otra cosa o ni una cosa ni la otra.
Pero un hombre ha entrado en la tabaquería (¿a comprar tabaco?),
y la realidad plausible cae de repente encima de mí.
Me incorporo a medias con energía, convencido, humano,
y voy a tratar de escribir estos versos en los que digo lo contrario.
Enciendo un cigarrillo al pensar en escribirlos
y saboreo en el cigarrillo la liberación de todos los pensamientos.
Sigo al humo como a una ruta propia,
y disfruto, en un momento sensitivo y competente,
la liberación de todas las especulaciones
y la conciencia de que la metafísica es una consecuencia
de encontrarse indispuesto.
Después me echo para atrás en la silla y continúo fumando.
Mientras me lo conceda el destino seguiré fumando.
(Si me casase con la hija de mi lavandera a lo mejor sería feliz.)
Visto lo cual, me levanto de la silla. Me voy a la ventana.
El hombre ha salido de la tabaquería (¿metiéndose el cambio
en el bolsillo de los pantalones?).
Ah, le conozco: es el Esteves sin metafísica.
(el propietario de la tabaquería ha llegado a la puerta.)
Como por una inspiración divina, Esteves se ha vuelto y me ha visto.
Me ha dicho adiós con la mano, le he gritado ¡Adiós, Esteves!,
y el Universo
se me reconstruye sin ideales ni esperanza,
y el propietario de la tabaquería se ha sonreído.
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FERNANDO
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Álvaro de Campos
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TABACARIA
Não sou nada.
Nunca serei nada.
Não posso querer ser nada.
À parte isso, tenho em mim todos os sonhos do mundo.
Janelas do meu quarto,
Do meu quarto de um dos milhões do mundo que ninguém sabe quem é
(E se soubessem quem é, o que saberiam?),
Dais para o mistério de uma rua cruzada constantemente por gente,
Para uma rua inacessível a todos os pensamentos,
Real, impossivelmente real, certa, desconhecidamente certa,
Com o mistério das coisas por baixo das pedras e dos seres,
Com a morte a por umidade nas paredes e cabelos brancos nos homens,
Com o Destino a conduzir a carroça de tudo pela estrada de nada.
Estou hoje vencido, como se soubesse a verdade.
Estou hoje lúcido, como se estivesse para morrer,
E não tivesse mais irmandade com as coisas
Senão uma despedida, tornando-se esta casa e este lado da rua
A fileira de carruagens de um comboio, e uma partida apitada
De dentro da minha cabeça,
E uma sacudidela dos meus nervos e um ranger de ossos na ida.
Estou hoje perplexo, como quem pensou e achou e esqueceu.
Estou hoje dividido entre a lealdade que devo
À Tabacaria do outro lado da rua, como coisa real por fora,
E à sensação de que tudo é sonho, como coisa real por dentro.
Falhei em tudo.
Como não fiz propósito nenhum, talvez tudo fosse nada.
A aprendizagem que me deram,
Desci dela pela janela das traseiras da casa.
Fui até ao campo com grandes propósitos.
Mas lá encontrei só ervas e árvores,
E quando havia gente era igual à outra.
Saio da janela, sento-me numa cadeira. Em que hei de pensar?
Que sei eu do que serei, eu que não sei o que sou?
Ser o que penso? Mas penso tanta coisa!
E há tantos que pensam ser a mesma coisa que não pode haver tantos!
Gênio? Neste momento
Cem mil cérebros se concebem em sonho gênios como eu,
E a história não marcará, quem sabe?, nem um,
Nem haverá senão estrume de tantas conquistas futuras.
Não, não creio em mim.
Em todos os manicômios há doidos malucos com tantas certezas!
Eu, que não tenho nenhuma certeza, sou mais certo ou menos certo?
Não, nem em mim...
Em quantas mansardas e não-mansardas do mundo
Não estão nesta hora gênios-para-si-mesmos sonhando?
Quantas aspirações altas e nobres e lúcidas -
Sim, verdadeiramente altas e nobres e lúcidas -,
E quem sabe se realizáveis,
Nunca verão a luz do sol real nem acharão ouvidos de gente?
O mundo é para quem nasce para o conquistar
E não para quem sonha que pode conquistá-lo, ainda que tenha razão.
Tenho sonhado mais que o que Napoleão fez.
Tenho apertado ao peito hipotético mais humanidades do que Cristo,
Tenho feito filosofias em segredo que nenhum Kant escreveu.
Mas sou, e talvez serei sempre, o da mansarda,
Ainda que não more nela;
Serei sempre o que não nasceu para isso;
Serei sempre só o que tinha qualidades;
Serei sempre o que esperou que lhe abrissem a porta ao pé de uma parede sem porta,
E cantou a cantiga do Infinito numa capoeira,
E ouviu a voz de Deus num poço tapado.
Crer em mim? Não, nem em nada.
Derrame-me a Natureza sobre a cabeça ardente
O seu sol, a sua chava, o vento que me acha o cabelo,
E o resto que venha se vier, ou tiver que vir, ou não venha.
Escravos cardíacos das estrelas,
Conquistamos todo o mundo antes de nos levantar da cama;
Mas acordamos e ele é opaco,
Levantamo-nos e ele é alheio,
Saímos de casa e ele é a terra inteira,
Mais o sistema solar e a Via Láctea e o Indefinido.
(Come chocolates, pequena;
Come chocolates!
Olha que não há mais metafísica no mundo senão chocolates.
Olha que as religiões todas não ensinam mais que a confeitaria.
Come, pequena suja, come!
Pudesse eu comer chocolates com a mesma verdade com que comes!
Mas eu penso e, ao tirar o papel de prata, que é de folha de estanho,
Deito tudo para o chão, como tenho deitado a vida.)
Mas ao menos fica da amargura do que nunca serei
A caligrafia rápida destes versos,
Pórtico partido para o Impossível.
Mas ao menos consagro a mim mesmo um desprezo sem lágrimas,
Nobre ao menos no gesto largo com que atiro
A roupa suja que sou, em rol, pra o decurso das coisas,
E fico em casa sem camisa.
(Tu que consolas, que não existes e por isso consolas,
Ou deusa grega, concebida como estátua que fosse viva,
Ou patrícia romana, impossivelmente nobre e nefasta,
Ou princesa de trovadores, gentilíssima e colorida,
Ou marquesa do século dezoito, decotada e longínqua,
Ou cocote célebre do tempo dos nossos pais,
Ou não sei quê moderno - não concebo bem o quê -
Tudo isso, seja o que for, que sejas, se pode inspirar que inspire!
Meu coração é um balde despejado.
Como os que invocam espíritos invocam espíritos invoco
A mim mesmo e não encontro nada.
Chego à janela e vejo a rua com uma nitidez absoluta.
Vejo as lojas, vejo os passeios, vejo os carros que passam,
Vejo os entes vivos vestidos que se cruzam,
Vejo os cães que também existem,
E tudo isto me pesa como uma condenação ao degredo,
E tudo isto é estrangeiro, como tudo.)
Vivi, estudei, amei e até cri,
E hoje não há mendigo que eu não inveje só por não ser eu.
Olho a cada um os andrajos e as chagas e a mentira,
E penso: talvez nunca vivesses nem estudasses nem amasses nem cresses
(Porque é possível fazer a realidade de tudo isso sem fazer nada disso);
Talvez tenhas existido apenas, como um lagarto a quem cortam o rabo
E que é rabo para aquém do lagarto remexidamente
Fiz de mim o que não soube
E o que podia fazer de mim não o fiz.
O dominó que vesti era errado.
Conheceram-me logo por quem não era e não desmenti, e perdi-me.
Quando quis tirar a máscara,
Estava pegada à cara.
Quando a tirei e me vi ao espelho,
Já tinha envelhecido.
Estava bêbado, já não sabia vestir o dominó que não tinha tirado.
Deitei fora a máscara e dormi no vestiário
Como um cão tolerado pela gerência
Por ser inofensivo
E vou escrever esta história para provar que sou sublime.
Essência musical dos meus versos inúteis,
Quem me dera encontrar-me como coisa que eu fizesse,
E não ficasse sempre defronte da Tabacaria de defronte,
Calcando aos pés a consciência de estar existindo,
Como um tapete em que um bêbado tropeça
Ou um capacho que os ciganos roubaram e não valia nada.
Mas o Dono da Tabacaria chegou à porta e ficou à porta.
Olho-o com o deconforto da cabeça mal voltada
E com o desconforto da alma mal-entendendo.
Ele morrerá e eu morrerei.
Ele deixará a tabuleta, eu deixarei os versos.
A certa altura morrerá a tabuleta também, os versos também.
Depois de certa altura morrerá a rua onde esteve a tabuleta,
E a língua em que foram escritos os versos.
Morrerá depois o planeta girante em que tudo isto se deu.
Em outros satélites de outros sistemas qualquer coisa como gente
Continuará fazendo coisas como versos e vivendo por baixo de coisas como tabuletas,
Sempre uma coisa defronte da outra,
Sempre uma coisa tão inútil como a outra,
Sempre o impossível tão estúpido como o real,
Sempre o mistério do fundo tão certo como o sono de mistério da superfície,
Sempre isto ou sempre outra coisa ou nem uma coisa nem outra.
Mas um homem entrou na Tabacaria (para comprar tabaco?)
E a realidade plausível cai de repente em cima de mim.
Semiergo-me enérgico, convencido, humano,
E vou tencionar escrever estes versos em que digo o contrário.
Acendo um cigarro ao pensar em escrevê-los
E saboreio no cigarro a libertação de todos os pensamentos.
Sigo o fumo como uma rota própria,
E gozo, num momento sensitivo e competente,
A libertação de todas as especulações
E a consciência de que a metafísica é uma consequência de estar mal disposto.
Depois deito-me para trás na cadeira
E continuo fumando.
Enquanto o Destino mo conceder, continuarei fumando.
(Se eu casasse com a filha da minha lavadeira
Talvez fosse feliz.)
Visto isto, levanto-me da cadeira. Vou à janela.
O homem saiu da Tabacaria (metendo troco na algibeira das calças?).
Ah, conheço-o; é o Esteves sem metafísica.
(O Dono da Tabacaria chegou à porta.)
Como por um instinto divino o Esteves voltou-se e viu-me.
Acenou-me adeus, gritei-lhe Adeus ó Esteves!, e o universo
Reconstruiu-se-me sem ideal nem esperança, e o Dono da Tabacaria sorriu.
Álvaro de Campos, 15-1-1928
Última edición por Maria Lua el Dom 05 Mayo 2013, 20:59, editado 1 vez
Juan Martín- España
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Muchas gracias, querida Maria, por haber traído este gran poema de Álvaro de Campos. Pessoa es magnífico en la piel de cualquiera de sus heterónimos.
Muchos besos de tu amigo.
Juan
Muchos besos de tu amigo.
Juan
Maria Lua- Administrador-Moderador
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Mar Português
Ó mar salgado, quanto do teu sal
São lágrimas de Portugal!
Por te cruzarmos, quantas mães choraram,
Quantos filhos em vão rezaram!
Quantas noivas ficaram por casar
Para que fosses nosso, ó mar!
Valeu a pena? Tudo vale a pena
Se a alma não é pequena
Quem quere passar além do Bojador
Tem que passar além da dor.
Deus ao mar o perigo e o abysmo déu,
Mas nele é que espelhou o céu.
Oh mar salado, cuánta de tu sal
son lágrimas de Portugal!
Por cruzarte, cuántas madres lloraron,
Cuántos hijos en vano rezaron!
Cuántas novias quedaran por casar
Para que fueses nuestro, oh mar!
Valió la pena? Todo vale la pena
Si el alma no es pequeña
Quien quiere pasar más allá de Bojador
Tiene que pasar más allá del dolor.
Dios al mar el peligro y el abismo dio, (*)
Mas en él es que espejó el cielo.
Ó mar salgado, quanto do teu sal
São lágrimas de Portugal!
Por te cruzarmos, quantas mães choraram,
Quantos filhos em vão rezaram!
Quantas noivas ficaram por casar
Para que fosses nosso, ó mar!
Valeu a pena? Tudo vale a pena
Se a alma não é pequena
Quem quere passar além do Bojador
Tem que passar além da dor.
Deus ao mar o perigo e o abysmo déu,
Mas nele é que espelhou o céu.
Oh mar salado, cuánta de tu sal
son lágrimas de Portugal!
Por cruzarte, cuántas madres lloraron,
Cuántos hijos en vano rezaron!
Cuántas novias quedaran por casar
Para que fueses nuestro, oh mar!
Valió la pena? Todo vale la pena
Si el alma no es pequeña
Quien quiere pasar más allá de Bojador
Tiene que pasar más allá del dolor.
Dios al mar el peligro y el abismo dio, (*)
Mas en él es que espejó el cielo.
_________________
"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
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cecilia gargantini- Administrador-Moderador
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Pessoa una delicia!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Besossssssssssssssss
Besossssssssssssssss
Juan Martín- España
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Mar Português
Ó mar salgado, quanto do teu sal
São lágrimas de Portugal!
Por te cruzarmos, quantas mães choraram,
Quantos filhos em vão rezaram!
Quantas noivas ficaram por casar
Para que fosses nosso, ó mar!
Valeu a pena? Tudo vale a pena
Se a alma não é pequena
Quem quere passar além do Bojador
Tem que passar além da dor.
Deus ao mar o perigo e o abysmo déu,
Mas nele é que espelhou o céu.
Oh mar salado, cuánta de tu sal
son lágrimas de Portugal!
Por cruzarte, cuántas madres lloraron,
Cuántos hijos en vano rezaron!
Cuántas novias quedaran por casar
Para que fueses nuestro, oh mar!
Valió la pena? Todo vale la pena
Si el alma no es pequeña
Quien quiere pasar más allá de Bojador
Tiene que pasar más allá del dolor.
Dios al mar el peligro y el abismo dio, (*)
Mas en él es que espejó el cielo.
¡Bellísimos versos y muy buena traducción, querida Maria!
Me atrevo a hacerte una sugerencia y modificar el último verso de la segunda estrofa, a fin de que no pierda ritmo y musicalidad.
A ver qué te parece:
Mar portugués
¡Oh mar salado, cuánta de tu sal
son lágrimas de Portugal!
Por cruzarte, ¡cuántas madres lloraron,
Cuántos hijos en vano rezaron!
¡Cuántas novias quedaran por casar
Para que fueses nuestro, oh mar!
¿Valió la pena? Todo vale la pena
Si el alma no es pequeña.
Quien quiere pasar más allá de Bojador
Ha de pasar más allá del dolor.
Dios al mar el peligro y el abismo dio,
Mas fue en él donde el cielo reflejó.
.
Última edición por Juan Martín el Sáb 17 Oct 2009, 10:03, editado 3 veces
Maria Lua- Administrador-Moderador
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Gracias, amigo Juan, me gusta mucho
la modificación, es más poética...
pero te digo que la traducción no es mía...
es de una página sobre el poeta...
La dejaré aquí...
Besos, amigo
Maria Lua
la modificación, es más poética...
pero te digo que la traducción no es mía...
es de una página sobre el poeta...
La dejaré aquí...
Besos, amigo
Maria Lua
Última edición por Maria Lua el Miér 10 Jun 2015, 13:08, editado 1 vez
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"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
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o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
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Juan Martín- España
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Gracias, amigo Juan, me gusta mucho
la modificación, es más poética...
pero te digo que la traducción no es mía...
es de una página sobre el poeta...
La dejaré aquí...
Besos, amigo
Maria Lua
Querida amiga, tienes que atreverte ya a traducir por ti misma, porque ya escribes bien en español.
Muchos besos.
Juan
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I.
[Tengo pena y no respondo]
Tengo pena y no respondo.
Mas no me siento culpado
porque en mi no correspondo
al otro que en mi has soñado.
Cada uno es mucha gente.
Para mi soy quien me pienso,
para otros - cada cual siente
lo que cree, y es yerro inmenso.
Ah, dejadme sosegar.
No otro yo me sueñen otros.
Si no me quiero encontrar,
¿Querré que me halleis vosotros?
Fernando Pessoa
[Tengo pena y no respondo]
Tengo pena y no respondo.
Mas no me siento culpado
porque en mi no correspondo
al otro que en mi has soñado.
Cada uno es mucha gente.
Para mi soy quien me pienso,
para otros - cada cual siente
lo que cree, y es yerro inmenso.
Ah, dejadme sosegar.
No otro yo me sueñen otros.
Si no me quiero encontrar,
¿Querré que me halleis vosotros?
Fernando Pessoa
_________________
"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
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[Si alguien toca un día a tu puerta]
Si alguien toca un día a tu puerta,
Diciendo que es un emisario mío
No creas, ni aunque sea yo;
Que mi vanidoso orgullo no intentaría
Tocar siquiera la puerta irreal del cielo.
Pero si, naturalmente, y sin oír
A alguien tocar, la puerta fueras a abrir
Y encontraras alguien como a la espera
De tocar, medita un poco.
Ese era Mi emisario y yo y lo que intenta
Mi orgullo que desespera
¡Abre a quién no llama a tu puerta!
FERNANDO PESSOA
Si alguien toca un día a tu puerta,
Diciendo que es un emisario mío
No creas, ni aunque sea yo;
Que mi vanidoso orgullo no intentaría
Tocar siquiera la puerta irreal del cielo.
Pero si, naturalmente, y sin oír
A alguien tocar, la puerta fueras a abrir
Y encontraras alguien como a la espera
De tocar, medita un poco.
Ese era Mi emisario y yo y lo que intenta
Mi orgullo que desespera
¡Abre a quién no llama a tu puerta!
FERNANDO PESSOA
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"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
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[De aqui a poco acaba el dia.]
De aqui a poco acaba el dia.
Yo no hice nada.
¿Y que cosa es la que haria?
Fusese cual fuese, equivocada.
Muy pronto la noche viene,
mas sin razon
para aquel que solo tiene
que contar su corazon.
Yo tras la noche y dormir
renace el dia.
Nada hare sino sentir.
Pero ¿que otra cosa haria?
FERNANDO PESSOA
De aqui a poco acaba el dia.
Yo no hice nada.
¿Y que cosa es la que haria?
Fusese cual fuese, equivocada.
Muy pronto la noche viene,
mas sin razon
para aquel que solo tiene
que contar su corazon.
Yo tras la noche y dormir
renace el dia.
Nada hare sino sentir.
Pero ¿que otra cosa haria?
FERNANDO PESSOA
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o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
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Autopsicografía
El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
que finge que es dolor
el dolor que realmente siente.
Y, en el dolor que han leido,
a leer sus lectores vienen,
no los dos que el ha tenido,
sino solo el que no tienen.
Y asi en la vida se mete,
distrayendo la razon,
y gira, el tren de juguete
que se llama corazon
FERNANDO PESSOA
en portugués
Autopsicografia
[143]
O poeta é um fingidor.
Finge tão completamente
Que chega a fingir que é dor
A dor que deveras sente.
E os que lêem o que escreve,
Na dor lida sentem bem,
Não as duas que ele teve,
Mas só a que eles não têm.
E assim nas calhas de roda
Gira, a entreter a razão,
Esse comboio de corda
Que se chama coração.
27/11/1930
El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
que finge que es dolor
el dolor que realmente siente.
Y, en el dolor que han leido,
a leer sus lectores vienen,
no los dos que el ha tenido,
sino solo el que no tienen.
Y asi en la vida se mete,
distrayendo la razon,
y gira, el tren de juguete
que se llama corazon
FERNANDO PESSOA
en portugués
Autopsicografia
[143]
O poeta é um fingidor.
Finge tão completamente
Que chega a fingir que é dor
A dor que deveras sente.
E os que lêem o que escreve,
Na dor lida sentem bem,
Não as duas que ele teve,
Mas só a que eles não têm.
E assim nas calhas de roda
Gira, a entreter a razão,
Esse comboio de corda
Que se chama coração.
27/11/1930
Última edición por Maria Lua el Dom 05 Mayo 2013, 20:49, editado 1 vez
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"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
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o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
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Maria Lua- Administrador-Moderador
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Localización : Nova Friburgo / RJ / Brasil
[Tengo tanto sentimiento ]
Tengo tanto sentimiento
que es frecuente persuadirme
de que soy sentimental,
mas reconozco al medirme,
que todo esto es pensamiento
que yo no senti al final.
Tenemos quienes vivimos,
una vida que es vivida
y otra vida que es pensada,
y la única en que existimos
es la que esta dividida entre la cierta y la errada.
Mas a cual de verdadera
o errada el nombre conviene
nadie lo sabra explicar;
y vivimos de manera
que la vida que uno tiene
es la que el se ha de pensar.
en portugués
Tenho tanto sentimento
Tenho tanto sentimento
Que é freqüente persuadir-me
De que sou sentimental,
Mas reconheço, ao medir-me,
Que tudo isso é pensamento,
Que não senti afinal.
Temos, todos que vivemos,
Uma vida que é vivida
E outra vida que é pensada,
E a única vida que temos
É essa que é dividida
Entre a verdadeira e a errada.
Qual porém é a verdadeira
E qual errada, ninguém
Nos saberá explicar;
E vivemos de maneira
Que a vida que a gente tem
É a que tem que pensar.
FERNANDO PESSOA
Tengo tanto sentimiento
que es frecuente persuadirme
de que soy sentimental,
mas reconozco al medirme,
que todo esto es pensamiento
que yo no senti al final.
Tenemos quienes vivimos,
una vida que es vivida
y otra vida que es pensada,
y la única en que existimos
es la que esta dividida entre la cierta y la errada.
Mas a cual de verdadera
o errada el nombre conviene
nadie lo sabra explicar;
y vivimos de manera
que la vida que uno tiene
es la que el se ha de pensar.
en portugués
Tenho tanto sentimento
Tenho tanto sentimento
Que é freqüente persuadir-me
De que sou sentimental,
Mas reconheço, ao medir-me,
Que tudo isso é pensamento,
Que não senti afinal.
Temos, todos que vivemos,
Uma vida que é vivida
E outra vida que é pensada,
E a única vida que temos
É essa que é dividida
Entre a verdadeira e a errada.
Qual porém é a verdadeira
E qual errada, ninguém
Nos saberá explicar;
E vivemos de maneira
Que a vida que a gente tem
É a que tem que pensar.
FERNANDO PESSOA
Última edición por Maria Lua el Miér 08 Mayo 2013, 09:02, editado 1 vez
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o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
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Juan Martín- España
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Edad : 72
Localización : Madrid
Muchas gracias, querida Maria, por tus últimas aportaciones, que he leído con verdadero placer.
Muchos besos.
Juan
Muchos besos.
Juan
cecilia gargantini- Administrador-Moderador
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Fecha de inscripción : 25/04/2009
Edad : 71
Localización : buenos aires
Bellísimo homenje a mi amado Pessoa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Besosssssssssssssssss
Besosssssssssssssssss
Maria Lua- Administrador-Moderador
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Fecha de inscripción : 12/04/2009
Localización : Nova Friburgo / RJ / Brasil
Reseña biográfica
Poeta, ensayista y traductor portugués nacido en Lisboa en 1888.
Es la figura más representativa de la poesía portuguesa del siglo XX. Sus primeros años transcurrieron en Ciudad del Cabo mientras su padrastro ocupaba el consulado de Portugal en Sudáfrica. A los diecisiete años viajó a Lisboa, donde después de interrumpir estudios de Letras alternó el trabajo de oficinista con su interés por la actividad literaria.
La influencia que en él ejercieron autores como Nietzsche, Milton y Shakespeare, lo llevaron a traducir parte de sus obras y a producir los primeros poemas en idioma inglés. Dirigió varias revistas y pronto se convirtió en el propulsor del surrealismo portugués.
"Mensaje" fue su primera obra en portugués y única publicada en vida del poeta. Parte de su obra está representada por los numerosos heterónimos creados durante su vida, siendo los más importantes Alvaro de Campos, Ricardo Reis y Alberto Caeiro.
Falleció en Lisboa en 1935. ©
Poeta, ensayista y traductor portugués nacido en Lisboa en 1888.
Es la figura más representativa de la poesía portuguesa del siglo XX. Sus primeros años transcurrieron en Ciudad del Cabo mientras su padrastro ocupaba el consulado de Portugal en Sudáfrica. A los diecisiete años viajó a Lisboa, donde después de interrumpir estudios de Letras alternó el trabajo de oficinista con su interés por la actividad literaria.
La influencia que en él ejercieron autores como Nietzsche, Milton y Shakespeare, lo llevaron a traducir parte de sus obras y a producir los primeros poemas en idioma inglés. Dirigió varias revistas y pronto se convirtió en el propulsor del surrealismo portugués.
"Mensaje" fue su primera obra en portugués y única publicada en vida del poeta. Parte de su obra está representada por los numerosos heterónimos creados durante su vida, siendo los más importantes Alvaro de Campos, Ricardo Reis y Alberto Caeiro.
Falleció en Lisboa en 1935. ©
_________________
"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
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y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
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Pascual Lopez Sanchez- Administrador-Moderador
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Fecha de inscripción : 29/06/2009
Edad : 72
Localización : Murcia / Muchas veces en Mazarrón/ Algunas en Cieza ( amo la ciudad donde nací; amo su río - Río Segura_ y amo sus montes secos llenos de espartizales)
Siento una gran satisfacción porque este espacio crezca con autores como Pessoa. Y una gran tristeza por no haber participado más. Pero todo se andará. Un abrazo Juan
Pascual Lopez Sanchez- Administrador-Moderador
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Fecha de inscripción : 29/06/2009
Edad : 72
Localización : Murcia / Muchas veces en Mazarrón/ Algunas en Cieza ( amo la ciudad donde nací; amo su río - Río Segura_ y amo sus montes secos llenos de espartizales)
Yo creo que sí, María. Que debemos mimar este espacio : Pessoa, Saramago, Quevedo, Antonio Machado...merecen nuestro esfuerzo. Comprenderlo es comprender la razón poética. Y seguir luchando
Maria Lua- Administrador-Moderador
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Fecha de inscripción : 12/04/2009
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La obra pessoana
El poeta en la "Baixa" de Lisboa.
Fernando Pessoa.
Se puede afirmar que la vida de Pessoa estuvo dedicada a crear y que, de tanto crear, creó también otras vidas a través de sus heterónimos: ese fue su principal característica y el principal interés de su personalidad, en apariencia tan pacata. Algunos críticos se preguntan si Pessoa realmente habría revelado su verdadero yo, o si en realidad no será todo un producto de su vasta creación. Al tratar temas subjetivos y usar la heteronimia,2 Pessoa se convierte en extremadamente enigmático. Ese enigma es el que motiva buena parte de las investigaciones sobre su obra. El poeta y crítico brasileño Frederico Barbosa declara que Fernando Pessoa fue o enigma em pessoa (con el doble significado de el enigma en Pessoa y el enigma en persona).3 n 1 Escribió hasta su mismo lecho de muerte. Tenía un interés esencialmente intelectual, pudiéndose decir que su vida fue una constante divulgación de la lengua portuguesa, y en palabras de su heterónimo Bernardo Soares: Minha pátria é a língua portuguesa («mi patria es la lengua portuguesa»). O también a través de un poema:
Tenho o dever de me fechar em casa no meu espírito e trabalhar quanto possa e em tudo quanto possa, para o progresso da civilização e o alargamento da consciência da humanidade. Tengo el deber de encerrarme en la casa de mi espíritu y trabajar cuanto pueda y en todo cuanto pueda para el progreso de la civilización y el ensanchamiento de la conciencia de la humanidad.
Parafraseando el lema de la Liga hanseática, Navigare necesse est, vivere non necesse (navegar es necesario, pero vivir no lo es), Pessoa dice en el poema Navegar é Preciso:
Viver não é necessário; o que é necessário é criar. Vivir no es necesario, lo que es necesario es crear.
Otra interpretación de ese poema indicaría que la navegación es el resultado de la actitud racionalista del mundo occidental: la navegación exigiría "precisión", mientras que la vida quedaría dispensada de tenerla.
Fernando Pessoa es sin duda alguna el poeta portugués más importante del siglo XX. En su poema Autopsicografia, afirmó que el poeta era «un fingidor» de sí mismo y toda su obra se concibe como un «drama en gente» en que dialogan diversas voces o heterónimos, equivalentes a los «apócrifos» de Antonio Machado, que representan diferentes cosmovisiones.
Sobre Fernando Pessoa, el poeta y nobel mexicano de Literatura Octavio Paz dijo que «los poetas no tienen biografía; su obra es una biografía» y que en el caso de Pessoa «nada en su vida es sorprendente, nada excepto sus poemas».[cita requerida] El crítico literario estadounidense Harold Bloom lo consideró en su libro The Western Canon ("El canon occidental") el más representativo poeta del siglo XX, junto al chileno Pablo Neruda.4
Con motivo de la conmemoración de su nacimiento en 1988 su cuerpo fue trasladado al Monasterio de los Jerónimos, confirmando el reconocimiento que no tuvo en vida.
[editar]Obra poética
Con 40 años.
El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
Que llega a fingir que es dolor
El dolor que de veras siente.
Fernando Pessoa/Bernardo Soares; Autopsicografía; Publicado el 1 de abril de 1931.
Se considera que la gran creación estética de Pessoa fue la invención de los heterónimos, que atraviesa toda su obra. Los heterónimos, a diferencia de los pseudónimos, son personalidades poéticas completas: identidades, que, en principio falsas, se vuelven verdaderas a través de su manifestación artística propia y diversa del autor original. Entre los heterónimos, el mismo Fernando Pessoa pasó a ser llamado ortónimo, ya que era la personalidad original. Con el tiempo, y con la maduración de las demás personalidades, el propio ortónimo se convirtió en un heterónimo más entre otros. Los tres heterónimos más conocidos (y también aquellos con mayor obra poética) fueron Álvaro de Campos, Ricardo Reis y Alberto Caeiro. Un cuarto heterónimo de gran importancia en la obra de Pessoa fue Bernardo Soares, autor del Livro do Desassossego (Libro del desasosiego), una importante obra literaria del siglo XX. Bernardo es considerado un semi-heterónimo por tener muchas semejanzas con Fernando Pessoa y no poseer una personalidad muy característica ni fecha de fallecimiento, al contrario que los otros tres, que tienen fecha de nacimiento y muerte, con excepción de Ricardo Reis (que no tiene fecha de fallecimiento). Por esa razón el escritor y premio Nobel portugués José Saramago pudo escribir su novela «O ano da morte de Ricardo Reis» (El año de la muerte de Ricardo Reis).
A través de los heterónimos Pessoa encauzó un profunda reflexión sobre la relación entre verdad, existencia e identidad. Este último factor tiene una gran importancia en la famosa naturaleza misteriosa del poeta.
La obra pessoana
El poeta en la "Baixa" de Lisboa.
Fernando Pessoa.
Se puede afirmar que la vida de Pessoa estuvo dedicada a crear y que, de tanto crear, creó también otras vidas a través de sus heterónimos: ese fue su principal característica y el principal interés de su personalidad, en apariencia tan pacata. Algunos críticos se preguntan si Pessoa realmente habría revelado su verdadero yo, o si en realidad no será todo un producto de su vasta creación. Al tratar temas subjetivos y usar la heteronimia,2 Pessoa se convierte en extremadamente enigmático. Ese enigma es el que motiva buena parte de las investigaciones sobre su obra. El poeta y crítico brasileño Frederico Barbosa declara que Fernando Pessoa fue o enigma em pessoa (con el doble significado de el enigma en Pessoa y el enigma en persona).3 n 1 Escribió hasta su mismo lecho de muerte. Tenía un interés esencialmente intelectual, pudiéndose decir que su vida fue una constante divulgación de la lengua portuguesa, y en palabras de su heterónimo Bernardo Soares: Minha pátria é a língua portuguesa («mi patria es la lengua portuguesa»). O también a través de un poema:
Tenho o dever de me fechar em casa no meu espírito e trabalhar quanto possa e em tudo quanto possa, para o progresso da civilização e o alargamento da consciência da humanidade. Tengo el deber de encerrarme en la casa de mi espíritu y trabajar cuanto pueda y en todo cuanto pueda para el progreso de la civilización y el ensanchamiento de la conciencia de la humanidad.
Parafraseando el lema de la Liga hanseática, Navigare necesse est, vivere non necesse (navegar es necesario, pero vivir no lo es), Pessoa dice en el poema Navegar é Preciso:
Viver não é necessário; o que é necessário é criar. Vivir no es necesario, lo que es necesario es crear.
Otra interpretación de ese poema indicaría que la navegación es el resultado de la actitud racionalista del mundo occidental: la navegación exigiría "precisión", mientras que la vida quedaría dispensada de tenerla.
Fernando Pessoa es sin duda alguna el poeta portugués más importante del siglo XX. En su poema Autopsicografia, afirmó que el poeta era «un fingidor» de sí mismo y toda su obra se concibe como un «drama en gente» en que dialogan diversas voces o heterónimos, equivalentes a los «apócrifos» de Antonio Machado, que representan diferentes cosmovisiones.
Sobre Fernando Pessoa, el poeta y nobel mexicano de Literatura Octavio Paz dijo que «los poetas no tienen biografía; su obra es una biografía» y que en el caso de Pessoa «nada en su vida es sorprendente, nada excepto sus poemas».[cita requerida] El crítico literario estadounidense Harold Bloom lo consideró en su libro The Western Canon ("El canon occidental") el más representativo poeta del siglo XX, junto al chileno Pablo Neruda.4
Con motivo de la conmemoración de su nacimiento en 1988 su cuerpo fue trasladado al Monasterio de los Jerónimos, confirmando el reconocimiento que no tuvo en vida.
[editar]Obra poética
Con 40 años.
El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
Que llega a fingir que es dolor
El dolor que de veras siente.
Fernando Pessoa/Bernardo Soares; Autopsicografía; Publicado el 1 de abril de 1931.
Se considera que la gran creación estética de Pessoa fue la invención de los heterónimos, que atraviesa toda su obra. Los heterónimos, a diferencia de los pseudónimos, son personalidades poéticas completas: identidades, que, en principio falsas, se vuelven verdaderas a través de su manifestación artística propia y diversa del autor original. Entre los heterónimos, el mismo Fernando Pessoa pasó a ser llamado ortónimo, ya que era la personalidad original. Con el tiempo, y con la maduración de las demás personalidades, el propio ortónimo se convirtió en un heterónimo más entre otros. Los tres heterónimos más conocidos (y también aquellos con mayor obra poética) fueron Álvaro de Campos, Ricardo Reis y Alberto Caeiro. Un cuarto heterónimo de gran importancia en la obra de Pessoa fue Bernardo Soares, autor del Livro do Desassossego (Libro del desasosiego), una importante obra literaria del siglo XX. Bernardo es considerado un semi-heterónimo por tener muchas semejanzas con Fernando Pessoa y no poseer una personalidad muy característica ni fecha de fallecimiento, al contrario que los otros tres, que tienen fecha de nacimiento y muerte, con excepción de Ricardo Reis (que no tiene fecha de fallecimiento). Por esa razón el escritor y premio Nobel portugués José Saramago pudo escribir su novela «O ano da morte de Ricardo Reis» (El año de la muerte de Ricardo Reis).
A través de los heterónimos Pessoa encauzó un profunda reflexión sobre la relación entre verdad, existencia e identidad. Este último factor tiene una gran importancia en la famosa naturaleza misteriosa del poeta.
_________________
"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
o un ciego soñando
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siendo guardián en tu cielo
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Maria Lua- Administrador-Moderador
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Todas las cartas de amor son ridículas...*
Todas las cartas de amor son
ridículas.
No serían cartas de amor si no fuesen
ridículas.
También escribí en mi tiempo cartas de amor,
como las demás,
ridículas.
Las cartas de amor, si hay amor,
tienen que ser
ridículas.
Pero, al fin y al cabo,
sólo las criaturas que nunca escribieron cartas de amor
sí que son
ridículas.
Quién me diera el tiempo en que escribía
sin darme cuenta
cartas de amor
ridículas.
La verdad es que hoy mis recuerdos
de esas cartas de amor
sí que son
ridículos.
(Todas las palabras esdrújulas,
como los sentimientos esdrújulos,
son naturalmente
ridículas).
**Heterónimo A. Campos
Versión de Miguel Ángel Flores
en portugués
Todas as cartas de amor...
Fernando Pessoa
(Poesias de Álvaro de Campos)
Todas as cartas de amor são
Ridículas.
Não seriam cartas de amor se não fossem
Ridículas.
Também escrevi em meu tempo cartas de amor,
Como as outras,
Ridículas.
As cartas de amor, se há amor,
Têm de ser
Ridículas.
Mas, afinal,
Só as criaturas que nunca escreveram
Cartas de amor
É que são
Ridículas.
Quem me dera no tempo em que escrevia
Sem dar por isso
Cartas de amor
Ridículas.
A verdade é que hoje
As minhas memórias
Dessas cartas de amor
É que são
Ridículas.
(Todas as palavras esdrúxulas,
Como os sentimentos esdrúxulos,
São naturalmente
Ridículas.)
Álvaro de Campos, 21/10/1935
Todas las cartas de amor son
ridículas.
No serían cartas de amor si no fuesen
ridículas.
También escribí en mi tiempo cartas de amor,
como las demás,
ridículas.
Las cartas de amor, si hay amor,
tienen que ser
ridículas.
Pero, al fin y al cabo,
sólo las criaturas que nunca escribieron cartas de amor
sí que son
ridículas.
Quién me diera el tiempo en que escribía
sin darme cuenta
cartas de amor
ridículas.
La verdad es que hoy mis recuerdos
de esas cartas de amor
sí que son
ridículos.
(Todas las palabras esdrújulas,
como los sentimientos esdrújulos,
son naturalmente
ridículas).
**Heterónimo A. Campos
Versión de Miguel Ángel Flores
en portugués
Todas as cartas de amor...
Fernando Pessoa
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Todas as cartas de amor são
Ridículas.
Não seriam cartas de amor se não fossem
Ridículas.
Também escrevi em meu tempo cartas de amor,
Como as outras,
Ridículas.
As cartas de amor, se há amor,
Têm de ser
Ridículas.
Mas, afinal,
Só as criaturas que nunca escreveram
Cartas de amor
É que são
Ridículas.
Quem me dera no tempo em que escrevia
Sem dar por isso
Cartas de amor
Ridículas.
A verdade é que hoje
As minhas memórias
Dessas cartas de amor
É que são
Ridículas.
(Todas as palavras esdrúxulas,
Como os sentimentos esdrúxulos,
São naturalmente
Ridículas.)
Álvaro de Campos, 21/10/1935
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o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
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Poema en línea recta
Fernando Pessoa (heterónimo Álvaro de Campos)
Nunca conocí a nadie a quien le hubiesen roto la cara.
Todos mis conocidos fueron campeones en todo.
Y yo, que fui ordinario, inmundo, vil,
un parásito descarado,
un tipo imperdonablemente sucio
al que tantas veces le faltó paciencia para bañarse;
yo que fui ridículo, absurdo,
que me llevé por delante las alfombras de la formalidad,
que fui grotesco, mezquino, sumiso y arrogante,
que recibí insultos sin abrir la boca
y que cuando la abrí fui más ridículo todavía;
yo que resulté cómico a las mucamas de hotel,
yo que sentí los guiños de los changadores,
yo que estafé, que pedí prestado y no devolví nunca,
que aparté el cuerpo cuando hubo que enfrentarse a puñetazos,
yo que sufrí la angustia de las pequeñas cosas ridículas,
me doy cuenta que no hay en este mundo otro como yo.
La gente que conozco y con quien hablo
nunca cayó en ridículo, nunca sufrió un insulto,
nunca fue sino príncipe -todos ellos príncipes- en la vida...
¡Ah, quién pudiera oír una voz humana
que confiese no un pecado sino una infamia;
que cuente no una violencia sino una cobardía!
Pero no, son todos la Maravilla si los escucho.
¿Es que no hay nadie en este ancho mundo capaz de confesar que una vez
fue vil?
¡Oh príncipes, mis hermanos!
¡Basta, estoy harto de semidioses!
¿Dónde está la gente de este mundo?
¿Así que en esta tierra sólo yo soy vil y me equivoco?
Admitirán que las mujeres no los amaron,
aceptarán que fueron traicionados -¡pero ridículos nunca!-
Y yo que fui ridículo sin haber sido traicionado,
¿Cómo puedo dirigirme a mis superiores sin titubear?
Yo que fuí ,literalmente vil,
vil en el sentido mezquino e infame de la vileza.
en portugués
Poema em linha reta
Fernando Pessoa (Álvaro de Campos)
[538]
Nunca conheci quem tivesse levado porrada.
Todos os meus conhecidos têm sido campeões em tudo.
E eu, tantas vezes reles, tantas vezes porco, tantas vezes vil,
Eu tantas vezes irrespondivelmente parasita,
Indesculpavelmente sujo,
Eu, que tantas vezes não tenho tido paciência para tomar banho,
Eu, que tantas vezes tenho sido ridículo, absurdo,
Que tenho enrolado os pés publicamente nos tapetes das etiquetas,
Que tenho sido grotesco, mesquinho, submisso e arrogante,
Que tenho sofrido enxovalhos e calado,
Que quando não tenho calado, tenho sido mais ridículo ainda;
Eu, que tenho sido cômico às criadas de hotel,
Eu, que tenho sentido o piscar de olhos dos moços de fretes,
Eu, que tenho feito vergonhas financeiras, pedido emprestado sem pagar,
Eu, que, quando a hora do soco surgiu, me tenho agachado
Para fora da possibilidade do soco;
Eu, que tenho sofrido a angústia das pequenas coisas ridículas,
Eu verifico que não tenho par nisto tudo neste mundo.
Toda a gente que eu conheço e que fala comigo
Nunca teve um ato ridículo, nunca sofreu enxovalho,
Nunca foi senão príncipe - todos eles príncipes - na vida...
Quem me dera ouvir de alguém a voz humana
Que confessasse não um pecado, mas uma infâmia;
Que contasse, não uma violência, mas uma cobardia!
Não, são todos o Ideal, se os oiço e me falam.
Quem há neste largo mundo que me confesse que uma vez foi vil?
Ó príncipes, meus irmãos,
Arre, estou farto de semideuses!
Onde é que há gente no mundo?
Então sou só eu que é vil e errôneo nesta terra?
Poderão as mulheres não os terem amado,
Podem ter sido traídos - mas ridículos nunca!
E eu, que tenho sido ridículo sem ter sido traído,
Como posso eu falar com os meus superiores sem titubear?
Eu, que venho sido vil, literalmente vil,
Vil no sentido mesquinho e infame da vileza
Fernando Pessoa (heterónimo Álvaro de Campos)
Nunca conocí a nadie a quien le hubiesen roto la cara.
Todos mis conocidos fueron campeones en todo.
Y yo, que fui ordinario, inmundo, vil,
un parásito descarado,
un tipo imperdonablemente sucio
al que tantas veces le faltó paciencia para bañarse;
yo que fui ridículo, absurdo,
que me llevé por delante las alfombras de la formalidad,
que fui grotesco, mezquino, sumiso y arrogante,
que recibí insultos sin abrir la boca
y que cuando la abrí fui más ridículo todavía;
yo que resulté cómico a las mucamas de hotel,
yo que sentí los guiños de los changadores,
yo que estafé, que pedí prestado y no devolví nunca,
que aparté el cuerpo cuando hubo que enfrentarse a puñetazos,
yo que sufrí la angustia de las pequeñas cosas ridículas,
me doy cuenta que no hay en este mundo otro como yo.
La gente que conozco y con quien hablo
nunca cayó en ridículo, nunca sufrió un insulto,
nunca fue sino príncipe -todos ellos príncipes- en la vida...
¡Ah, quién pudiera oír una voz humana
que confiese no un pecado sino una infamia;
que cuente no una violencia sino una cobardía!
Pero no, son todos la Maravilla si los escucho.
¿Es que no hay nadie en este ancho mundo capaz de confesar que una vez
fue vil?
¡Oh príncipes, mis hermanos!
¡Basta, estoy harto de semidioses!
¿Dónde está la gente de este mundo?
¿Así que en esta tierra sólo yo soy vil y me equivoco?
Admitirán que las mujeres no los amaron,
aceptarán que fueron traicionados -¡pero ridículos nunca!-
Y yo que fui ridículo sin haber sido traicionado,
¿Cómo puedo dirigirme a mis superiores sin titubear?
Yo que fuí ,literalmente vil,
vil en el sentido mezquino e infame de la vileza.
en portugués
Poema em linha reta
Fernando Pessoa (Álvaro de Campos)
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Nunca conheci quem tivesse levado porrada.
Todos os meus conhecidos têm sido campeões em tudo.
E eu, tantas vezes reles, tantas vezes porco, tantas vezes vil,
Eu tantas vezes irrespondivelmente parasita,
Indesculpavelmente sujo,
Eu, que tantas vezes não tenho tido paciência para tomar banho,
Eu, que tantas vezes tenho sido ridículo, absurdo,
Que tenho enrolado os pés publicamente nos tapetes das etiquetas,
Que tenho sido grotesco, mesquinho, submisso e arrogante,
Que tenho sofrido enxovalhos e calado,
Que quando não tenho calado, tenho sido mais ridículo ainda;
Eu, que tenho sido cômico às criadas de hotel,
Eu, que tenho sentido o piscar de olhos dos moços de fretes,
Eu, que tenho feito vergonhas financeiras, pedido emprestado sem pagar,
Eu, que, quando a hora do soco surgiu, me tenho agachado
Para fora da possibilidade do soco;
Eu, que tenho sofrido a angústia das pequenas coisas ridículas,
Eu verifico que não tenho par nisto tudo neste mundo.
Toda a gente que eu conheço e que fala comigo
Nunca teve um ato ridículo, nunca sofreu enxovalho,
Nunca foi senão príncipe - todos eles príncipes - na vida...
Quem me dera ouvir de alguém a voz humana
Que confessasse não um pecado, mas uma infâmia;
Que contasse, não uma violência, mas uma cobardia!
Não, são todos o Ideal, se os oiço e me falam.
Quem há neste largo mundo que me confesse que uma vez foi vil?
Ó príncipes, meus irmãos,
Arre, estou farto de semideuses!
Onde é que há gente no mundo?
Então sou só eu que é vil e errôneo nesta terra?
Poderão as mulheres não os terem amado,
Podem ter sido traídos - mas ridículos nunca!
E eu, que tenho sido ridículo sem ter sido traído,
Como posso eu falar com os meus superiores sem titubear?
Eu, que venho sido vil, literalmente vil,
Vil no sentido mesquinho e infame da vileza
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"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
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Maria Lua- Administrador-Moderador
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Localización : Nova Friburgo / RJ / Brasil
Yo nunca guardé rebaños... ( Fernando Pessoa **Heterónimo Alberto Caeiro)
Yo nunca guardé rebaños,
pero es como si los guardara.
Mi alma es como un pastor,
conoce el viento y el sol
y anda de la mano de las Estaciones
siguiendo y mirando.
Toda la paz de la Naturaleza a solas
viene a sentarse a ni lado.
Pero permanezco triste, como un atardecer
para nuestra imaginación,
cuando refresca en el fondo de la planicie
y se siente que la noche ha entrado
como una mariposa por la ventana.
Pero mi tristeza es sosiego
porque es natural y justa
y es lo que debe haber en el alma
cuando piensa que ya existe
y las manos cogen flores sin darse cuenta.
Con un ruido de cencerros
más allá de la curva del camino
mis pensamientos están contentos.
Pensar molesta como andar bajo la lluvia
cuando el viento crece y parece que llueve más.
No tengo ambiciones ni deseos.
Ser poeta no es una ambición mía.
Es mi manera de estar solo.
en portugués
I - Eu nunca guardei rebanhos,
Eu nunca guardei rebanhos,
Mas é como se os guardasse.
Minha alma é como um pastor,
Conhece o vento e o sol
E anda pela mão das Estacões
A seguir e a olhar.
Toda a paz da Natureza sem gente
Vem sentar-se a meu lado.
Mas eu fico triste como um pôr do Sol
Para a nossa imaginação,
Quando esfria no fundo da planície
E se sente a noite entrada
Como uma borboleta pela janela.
Mas a minha tristeza é sossego
Porque é natural e justa
E é o que deve estar na alma
Quando já pensa que existe
E as mãos colhem flores sem ela dar por isso.
Com um ruído de chocalhos
Para além da curva da estrada,
Os meus pensamentos são contentes.
Só tenho pena de saber que eles são contentes,
Porque, se o não soubesse,
Em vez de serem contentes e tristes,
Seriam alegres e contentes.
Pensar incomoda como andar à chuva
Quando o vento cresce e parece que chove mais.
Não tenho ambições nem desejos.
Ser poeta não é uma ambição minha.
É a minha maneira de estar sozinho.
Yo nunca guardé rebaños,
pero es como si los guardara.
Mi alma es como un pastor,
conoce el viento y el sol
y anda de la mano de las Estaciones
siguiendo y mirando.
Toda la paz de la Naturaleza a solas
viene a sentarse a ni lado.
Pero permanezco triste, como un atardecer
para nuestra imaginación,
cuando refresca en el fondo de la planicie
y se siente que la noche ha entrado
como una mariposa por la ventana.
Pero mi tristeza es sosiego
porque es natural y justa
y es lo que debe haber en el alma
cuando piensa que ya existe
y las manos cogen flores sin darse cuenta.
Con un ruido de cencerros
más allá de la curva del camino
mis pensamientos están contentos.
Pensar molesta como andar bajo la lluvia
cuando el viento crece y parece que llueve más.
No tengo ambiciones ni deseos.
Ser poeta no es una ambición mía.
Es mi manera de estar solo.
en portugués
I - Eu nunca guardei rebanhos,
Eu nunca guardei rebanhos,
Mas é como se os guardasse.
Minha alma é como um pastor,
Conhece o vento e o sol
E anda pela mão das Estacões
A seguir e a olhar.
Toda a paz da Natureza sem gente
Vem sentar-se a meu lado.
Mas eu fico triste como um pôr do Sol
Para a nossa imaginação,
Quando esfria no fundo da planície
E se sente a noite entrada
Como uma borboleta pela janela.
Mas a minha tristeza é sossego
Porque é natural e justa
E é o que deve estar na alma
Quando já pensa que existe
E as mãos colhem flores sem ela dar por isso.
Com um ruído de chocalhos
Para além da curva da estrada,
Os meus pensamentos são contentes.
Só tenho pena de saber que eles são contentes,
Porque, se o não soubesse,
Em vez de serem contentes e tristes,
Seriam alegres e contentes.
Pensar incomoda como andar à chuva
Quando o vento cresce e parece que chove mais.
Não tenho ambições nem desejos.
Ser poeta não é uma ambição minha.
É a minha maneira de estar sozinho.
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y en ese vuelo y en ese sueño
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