Eduard Sanahuja
Barcelona, 20-03-1953
Profesión: Profesor universitario
Otros datos biogràficos
ESTUDIOS: Filología hispánica y catalana. Cofundador, en el año 1990, del Aula de Poesía de Barcelona
Premios literarios
Viola d'Or i Argent en los Juegos Florales de Barcelona - 1985
Vila de Vallirana-Josep M. López Picó de poesía - 1987 – Doble joc
Ciutat de Terrassa – Raimundo Ramírez de Antón de poesía – 2001
Vicent Andrés Estelles de poesíade Burjassot - 2005 – Compàs d'espera
Maria Mercè Marçal - 2013 – El llençador d'esàsas
Juegos Florales de Barcelona - 2016
Lenguas desde las cuales ha traducido al catalán
francès
Llibres de poesía publicados
El gos del galiot – 1981
Mirador - 1983
Doble joc – 1988
En defensa pròpia – 1994
Compàs d'espera – 2006
El llençador d'espases - 2013
UNA MUERTE POR EL AMOR Y La ÉTICA por JORDI VIRALLONGA
(Introducción al libro En defensa propia de Eduard Sanahuja)
Quizás el mejor servicio que puedo hacer al lector o lectora de este libro es intentar de introducirle en el personalísimo mundo poético de Eduard Sanahuja, puesto que no conozco ninguna otra voz ni discurso lírico contemporáneo que se le asemeje. Estas páginas, pues, pretenden que los lectores puedan entrar en En defensa propia -EDP-, título obviamente sacado de Verdaguer, con un mínimo conocimiento de la trayectoria que el poeta emprendió partiendo de su primer libro, El perro del galeote -GG-, que siguió a Mirador -M- y acabó en Doble juego -DJ-, porque de este modo comprobarán que el poeta no se ha desviado de su camino -¿o tendría que decir de la derrota?-, aunque los pasos se hayan hecho de gigante.
El personaje poético, desde el mirador en que es observado y a la vez observa el mundo sin poder intervenir, sabe que más allá de su pequeña vivienda hay un circo lleno de fieras (...vendréis a luchar en este circo...-M), metáfora del mundo y del hombre, a mi parecer más ajustada a la realidad que aquella célebre y popular del mundo como teatro.
Desde el primer verso de EDP podemos establecer un nexo concreto con el anterior libro del poeta, DJ, por la continuidad con el espíritu primero de la Divina Comedia: el hombre solo perdido en medio de una selva llena de fieras y donde vida y muerte se rigen por las fuerzas ejecutoras más diversas: odios, amores, alegrías, amarguras, pasiones, ideas, recuerdos, sentimientos...
En este viaje iniciado en defensa propia, el personaje poético, siempre dentro de la vitrina/ donde un milenio y yo, caiga quien caiga,/ estamos muriéndonos sin hacer ruido -EDP-, no contará con la ayuda de ningun Virgilio que lo guie. El hombre busca la distancia con todo lo que lo rodea cerrado dentro de un pequeño habitáculo, como un objeto. Dentro de esta vitrina, como una especie de reliquia, lo sacuden las cosas que ve porque, desde la impotencia de poder cambiar el rumbo del desastre, se convierte en involuntario espectador de lo que sucede y, aún buscando la íntima supervivencia, no puede intervenir en lo que pasa fuera. Así pues toma una postura ética ante la vida, lo único suyo, que nadie le puede arrebatar.
Por otro lado, el poeta vive en los estantes del interior del mirador, con los libros, escuchando el lamento persistente y nocturno de los poetas -M-. Él es el heredero de diversas tradiciones literarias, pero también es el heredero de un padre poeta (David Sanahuja); así, vida y literatura, herencias ambas, se encuentran dentro de los estantes familiares donde el personaje, cómplice del poeta, topa en estancias conocidas/ donde los acentos de un verso lo proclaman heredero -M-.
Al prologar M, Vicent Salvador decía que no es fácil encontrar más explícita que en Sanahuja esa obsesión de autocoloquio en busca de la propia identidad. Él es todos los poetas, todos los personajes: No sé qué hago viviendo en tantas casas,/ No sé quién soy, pero me encuentro en todas partes -M-. Por lo tanto la distancia que se establece entre él y el mundo no existe cuando se trata de individuos. Esta multiplicidad humana es una forma de decir, no la verdad, sino pequeñas verdades dichas por multitud de rostros al fin muy iguales: un viento (…) una a una ha borrado todas mis caras -DJ-.
Estamos entrando en el terreno vida/literatura, verdad/mentira. En el poema Más ojos todavía -DJ-, el poeta hace patente su necesidad de explicar el mundo, el desierto ante el cual se encuentra, desde la experiencia de los otros. Le hacen falta muchos más ojos que los suyos, ojos que miren sin la inocencia primigenia.
EDP se abre con esta cita de Auden: Si tú me preguntaras: “Me amas”, yo estaría más dispuesto, creo, a contestar “Sí”, si supiera que era mentira (¿mentira la pregunta, la respuesta, las dos o ninguna de las dos?), y en el último poema del libro (siempre la constante cíclica) dice La vida es como un verso/ que imita una mentira. El poeta no tiene ninguna respuesta, y todavía menos una respuesta universal: nosotros tampoco tenemos, ni siquiera tiene la vida. Él sólo busca pronunciar la palabra justa/ dentro de un espacio exacto que lo ama -M-, además, la idolatría sabe que la mentira/ es más estable que la verdad/ No obstante hay cifras indudables./ Caiga pues el arcano ciego/ en el momento preciso -GG-.
Ante todas las cosas existe una posibilidad de buscar individualmente la ética y la justicia. Los actos pasados y el presente tienen que estar en concordancia para encontrar un equilibrio entre lo que se piensa, lo que se siente, lo que se hace, lo que se dice y lo que se escribe. Esta busqueda lo convierte en un hombre ético, y sólo esto, además de la capacidad de amar con rabia y hasta la muerte, de una manera antropofàgica, como una fiera, podrá absolver y salvar al poeta. Es precisamente este hecho de seguir pensando en una justicia universal lo que hace que el hombre vuelva a su infancia y se sienta algo entre las cosas que respiran, más cuando sabe que después del último aliento ya no queda nada... desde entonces será/ difícil de seguir/ tu destino de piedra -M-. Por eso el poeta dice que más que mortales somos moribles, hechos para morir, y minerables, hechos de tierra para volver a la tierra -M-, como Omar Khayyam de -M-. Estas características de los seres vivos: ser fiera, morible y minerable son otra constante del discurso lírico de Eduard Sanahuja desde el primero del sus libros: ...si eres como un trozo de piedra que gravita/ química vacía allí donde había venas -GG-, ...¿La piedra o la cantera, o es el cántico/ inacabado de los huesos de las bestias? -M-; incluso el olvido es una grieta mineral -DJ- y el mismo cuerpo es de cerámica, terracota, losa frágil, gres, porcelana y el corazón está lleno de barro -EDP-.
Todo lo que respira se acaba, el tiempo es fugaz, sólo el arte, cumpliéndose el aforismo hipocrático, es duradero (y también minerable, añadiría), la prueba es que nosotros somos producto de esta herencia arrastrada.
En consecuencia, y volviendo a aquello de la verdad y la mentira, habría que decir que quizás sí que es mentira lo que he escrito -DJ- y lo que Eduard ha escrito, pero porque todo es literatura. En la poesía, como en la vida, uno tiene que fingir que siente lo que en realidad está sintiendo: este es el sentido del poeta fingidor de Pessoa, tantas y tantas veces mal interpretado por todos aquellos pessoanos que nunca han leído a Pessoa. El poeta es el fingidor, el mentiroso que siempre dice la verdad aunque fantasee: Dicen que es muy malo/ delirar todo el día,/ siempre fantaseando/ con una amante perfecta./ Inútiles, necios, estúpidos, hijos de puta!/ Pero es que no veis/ que aquí todo va de veras? -EDP-.
Poca broma, todo será mentira, pero todo va ciertamente de veras, tan colectivamente hablando, ante el apocalipsis caótico en que vivimos, como también personalmente: Te amo amor y amo lo que digo/ y lo que no digo es tierra de nadie (del poema Hora baja, poema ganador de la Violeta de oro y plata en los Juegos Florales de Barcelona, 1985), que viene precedido por este paralelismo: Todo lo que veo anda sobre el mar/ y lo que no veo es tierra de nadie.
El mar es el inicio y el final de todo, el mar es la madre que, al darte la vida, te da la muerte. ¡El mar, de nuevo el mar!/ ¡Qué luz más potente, la luz del magnicidio! -DJ-. El mar es un catafalco a lo desconocido, también el desierto que, como comprobaremos, no deja de ser mar: Con los pies atrapados por mares de arena... -DJ-, y el poeta es el mal caminante en medio del desierto -M- intentando defender su cuerpo, la otra única cosa que le pertenece: Esfinge, dame reposo bajo tus zarpas,/ un habitáculo umbrío para defender unas manos/ que sé que son mias -DJ-.
En este mar el poeta se mueve: yo voy/ y vengo/ según/ el remo -M-; en el mar las olas te llegan como llegan los trenes -DJ- y de este modo regresa a la infancia. El tranvía lo deja, ya más mayor, en medio de la ciudad perdido como un amante roto -DJ- y con la necesidad de conocer el inmenso desierto, este mundo/que me parece conocido -DJ- y que David Gil, el único personaje apócrifo -y platónico- del poeta, reconoce en DJ, aunque no de una manera constatable ni empírica.
Al lado, el amante implacable. La vida tiene sentido perque existe la muerte y vale más morir de amor que vivir de desechos -GG-. Es el amante exigente -DJ-, que te manda y te obliga a aplicarte, porque al final de la carrera, de la nuestra,/ sólo habrá un balance, dos preguntas:/ a quién has amado, quién te ha amado a ti -EDP-.
Esta antiquísima asociación está presente en Sanahuja desde su primer libro -GG- porque la cuarta parte de este, Triálogos corporales, se abre con estas dos citas, una de Ronsard: Car l'amour et la mort n'est qu'une même chose, y otra de Vinyoli: Sólo/ un sueño sirve:/ Amor y Muerte.
La asociación y el hecho de tener que mimar la muerte continúa en -M- muy claramente en el poema Yo soy Omar Khayyam: Prefiero mucho más/ besarte dulcemente.../ y decirte/ con el beso y con la palabra;/ ámate, vive, acariciando la muerte; sigue a -DJ-, donde desear el amor es desear la muerte, especialmente en dos poemas definitivos: Crudeza y Amor físico. Este último acaba invocando el tema del amor más allá de la muerte: ...hasta la última ceniza del último diente, mientras el primero empieza de esta profética manera: Quiero hablaros de amor con toda la crudeza, y continúa haciendo clara mención de otro de los trazos más visibles de la poética de Sanahuja, la gravedad del cuerpo y de los sentidos, es decir, aquello por lo que sabemos que estamos vivos.
Las partes del cuerpo aparecen minuciosamente y con frecuencia para afirmar la corporeidad, desde un ejercicio de lo que podríamos denominar palpabilitad, como por ejemplo en Hora baja; como una mano que reconoce el cuerpo,/ la piel, la hiel, las uñas amadas..., a veces buscando la patopeya en la descripción continua de lo que hace, de lo que toca y tocan, enumerando despacio los lugares, las cosas, los actos, especialmente en los momentos más tenebrosos, más terribles, a fin de que sintamos en nosotros lo que se está haciendo patente, y en una descripción puntual de la duración, como por ejemplo en el poema O Poe cuando tiene miedo -M-, incluyendo cuando es necesario la descripción de estados de ánimo, situaciones o pensamientos íntimos mediante la comparación que se obtiene recreando o glosando mitos o hechos históricos bastante conocidos; así, el de Aquiles -M-, el de Ulises cuando cantan las sirenas -M- o la crema de las naves de Hernán Cortés -M-, puesto que esto es la vida, un aaroso viaje sin regreso.
Se enumeran los sentidos: El oído, el tacto, el gusto, los colores, las palabras,/ los olores como el frío y el frío como el calor,/ la hipótesis carnal del espectáculo puro -M-; la vida, te lo explican los sentidos: Este gusto de vino seco/ te lo explica la lengua... También la luz que ves/ te la explican los ojos, porque cuando te mueras nada te aclarará lo que eres, lo que has sido, lo que has dejado; no hay nada más, sólo tu destino de mineral; serás como un trozo de piedra que gravita,/ química vacía allí donde había venas -GG-. Vida, amor y muerte. Al final sólo queda, insisto, saber a quién has amado, quién te ha amado a ti.
El poema Crudeza continúa con esta asociación, pero cada vez de una manera más bárbara, sanguínea y finalmente sanguinaria: El amor busca la sangre detrás de la desnudez/...hay que desgarrar la piel para encontrar la sorpresa..., y antes de evocar el tópico de la prisión de amor que aparece en el último terceto, dice el poeta: El amor busca la sangre de un doble sacrificio. Este es un verso fundamental; ahora sí que entramos de lleno en EDP, porque en este libro el motivo único es el sacrificio, especialmente descrito en la tercera y última parte, después de que en la primera, Trozos, hayamos asistido, desde un tono sapiencial -puesto que el personaje poético tiene la verdad y la predica- al pregón desde el punto de vista del hombre desorientado y perdido en un mundo violento y caótico: un circo, después un casino, donde nada está ordenado, El principio es, pues, como aquel de la Divina Comedia, libro muy querido por Eduard Sanahuja y que de una manera u otra siempre está presente a su obra.
En esta primera parte se repiten los símbolos y la imaginería propios del poeta: el mirador de quienes, recluidos, pero sufriendo lo que pasa, no entran en el juego (poemas III, IV y IX), las pequeñas cosas (relacionadas siempre con la biografía del poeta) que otorgan el hecho de poder continuar viviendo cada día: recibir a los alumnos en el despacho; el vermut en la terraza de un bar; los padres, a quienes hay que mimar como a niños; o ir a comprar a la tienda de Joan/ algo de comida para los amigos y tú,/ que tenéis que venir a cenar conmigo esta noche -VI-.En el cajón del poeta ya sólo (me) quedan la ética y el amor -X-, amor que se atreve a definir en el poema VIII de esta misma sección.
Si primero viene el pregón, en el segundo capítulo, denominado como el libro, llega a la consagración, pasando del tono sapiencial a otro más tradicional y utilizando la canción como medio de expresión de un amor en el más puro sentido platónico, es decir, un amor que sea capaz de salvarlos. El amante se entrega apasionadamente y, caballerescamente, como si de un trovador actual se tratara, proclama una declaración de amor incendiaria, infinita: Te amo por activa y por pasiva... -VII-, entregándose todo, haciendo cualquier cosa por quien ama: Por ti degollaría/ al Marqués de Gandia./ Te ofrecería un muerto,/ un sacrificio humano -VIII-.
El personaje se convierte en el celebrante de este hipotético sacrificio, en el del nada hipotético sacrificio de la amada y en la misma víctima del sacrificio, siguiendo el talante poético de entrega cristiana que también aparecía en los últimos libro, principalmente en -M-: Aquí me tenéis,/ Tomad./ A mí me falta tiempo/ y sobra enfermedad./ Tomad./ Soy dócil y amoroso cual poquísimas fieras. Pero también necesita la ayuda de otro, de otra, quizás del otro yo:...te necesito. Como un perro escarnecido en el palo de una galera./ Como un loco./ Como un viejo./ Como un Cristo gimiente bajo los olivos. Cómo Cristo, ofrece cuerpo y alma, e incluso relaciona el poeta la sangre con el vino y el vino con la textura de la sangre de las fieras (de los hombres), y es el amante eterno de quien pierde.
Acabados el pregón y la consagración, llega la cúspide del sacrificio, El Amor en la Safor, el verdadero último acto de amor porque no puede vivir con ella ni sin ella; ya lo había dicho de esta santísima manera en -M-: amor amor te amo... quiero que vengas aquí y que pruebes la droga/ que no me deja morir y que no me deja vivir, porque al final esto es lo que hacemos en este mundo, vivir y morir, empezar y acabar,/ deseo y mundo de ti y de mí y del otro... -DJ-.
El primer poema de esta tercera y última parte, Amor en la Safor, se abre con el número 0 y consta de catorce poemas que encontramos a continuación. No hay que decir, por lo tanto, que este poema antropofágico y de evidente necrolatia -nada nuevo en la poética de Eduard Sanahuja, pero nunca manifestado tanto intensamente como ahora- es crucial como resumen y cierre de esta misa. En suma: el hombre amoroso -sobre el papel- se convierte en un asesino -también sobre el papel-, como cuando el Dr. Jeckill se transforma en Mr. Hyde.
Resumiendo, el poeta, en la primera parte y en defensa propia, explica su visión del mundo para, en defensa propia, buscar la salvación en el amor y por fin, y también en defensa propia,vengarse de quien lo ha traicionado: Crucificarte con palabras,/ ...el único placer que me queda/ ahora que no me amas.
El libro acaba con un epílogo en que, irónicamente, se apela al lector o lectora, tal como han hecho muchos poetas después de Baudelaire (hypocrite -mon semblable- mion frère), a buscarse la propia defensa ante las acometidas de la vida, porque nadie recibirá/ ningún tipo de defensa/ en un ejemplar único/ y firmado por el autor -XIV-, más bien al contrario, dice el poeta: Defiéndete./ Invéntate ojos si no tienes mirada (Epílogo para algún mal de amor).
Llegado este punto, ciértamennte no sé si he sido hablando de vida o de literatura. Los lectores sabrán disculparme si no he escrito lo que hacía falta, porque vida o literatura, sean verdad o mentira, no dejarán de hacer que las cosas vayan siempre de veras. Al final, este es el doble juego que Eduard explicaba de este modo: Vivir y morir, empezar y acabar,/ deseo y mundo de ti y de mí y del otro, he aquí el doble juego,/ trampa y miedo de quienes pasan aduanas -DJ-.
En defensa propia es una lectura con mayúsculas del amor y de la ética, y precisamente por amor y por ética, desde un rincón de la vitrina, yo quiero desear a Eduard David Yll Sanahuja y Gil que siga el camino para que se cumpla el oráculo paterno escrito en unos versos del libro La cabalgata, y de este modo, para siempre compañeros/ en la noble búsqueda, pasen juntos las difíciles fronteras.
Jordi Virallonga.
(Traducción del catalán: Pedro Casas Serra)
POEMAS:
De El gos del galiot (El perro del galeote), 1981:
33
la idolatria sap que la mentida
és més estable que la veritat
Això no obstant hi ha xifres indubtables
Caigui doncs l'arcà cec
en el momento precís
33
la idolatría sabe que la mentira
es más estable que la verdad
No obstante hay cifras indudables
Caiga pues el arcano ciego
en el momento preciso
Eduard Sanahuja
(versión de Pedro Casas Serra)
(continuará)
.
Última edición por Pedro Casas Serra el Mar 24 Mayo 2022, 11:29, editado 1 vez
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