.
Markus Hediger (Zurich, 1959) es un poeta y traductor suizo. Pasó su infancia y adolescencia en Reinach, cantón de Argovia. Después de acabar la escuela secundaria en Aarau estudió literatura francesa, literatura italiana y ncrítica literaria en la Universidad de Zurich. Luego de finalizar sus estudios comenzó a traducir al alemán libros de escritores de Suiza francesa, entre ellos Nicolas Bouvier y Alice Rivaz. Por otra parte, Hediger ha escrito poesía desde siempre, no en alemán, que es su lengua materna, sino en francés. Al día de hoy, ha publicado tres libros de poesía. En 2009 publicó un ensayo literario sobre Deorges Schehadé, Les Après-midi de Georges Schehadé (Las Tardes de Georges Schehadé), en el que cuenta sus encuentros y entrevistas con el gran poeta y dramaturgo libanés en París en los años 1980. En 2011 lo invitaron al Festival Internacional de Poesía de Rosario, Argentina, en 2014 al de Medellín, Colombia, y en 2016 al Festival Internacional de poesía de Lima. Es miembro de la asociación Autoras y Autores de Suiza, a la que representó en el CEATL (Consejo Europeo de Asociaciones de Traductores Literarios) de 2003 a 2013.
Bibliografía:
Ne retournez pas la pierre, romésie (1981–1995), Éditions de l'Aire, Vevey 1996, ISBN 2-88108-437-0.
• Là pour me souvenir / Qui per ricordare (traducción al italiano por Alberto Panaro y Grazia Regoli), Lietocollelibiri, Faloppio 2005, ISBN 88-7848-154-8.
• En deçà de la lumière romésie II (1996–2007), Éditions de l'Aire, Vevey 2009, ISBN 978-2-88108-886-5.
• Les Après-midi de Georges Schehadé. In: Rencontre II. Éditions de l'Aire, Vevey 2009, ISBN 978-2-88108-900-8.
• Pour que quelqu'un de vous se souvienne, Alla Chiara Fonte, Viganello Lugano 2013.
• L'or et l'ombre. Un seul corps, romésies I-III (1981-2016), Éditions de l'Aire, L'Aire bleue, Vevey 2017, ISBN 9782-94058-612-7.
Traducción:
Dar la vuelta a la piedra, antología personal (1981-2021), prólogo de Edgardo Dobry, traducción por José Aníbal Campos, Sara Cohen, Juan Goldín, Rodolfo Häsler y José Luis Reina Palazón, Animal Sospechoso Editor,45 Barcelona 2021, ISBN 978-84-122786-3-7.
(Sacado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Markus_Hediger
*
ALGUNOS POEMAS DE MARCUS HEDIGER de su obra No deis la vuelta a la piedra (1996):
TAL VEZ YO HAYA SIDO, en el origen, una de esas chispas que atrapan en vuelo y llevan al cielo las gaviotas.
Acaso es su culpa si ahora, lascivas y locuaces, distraen sin cesar el recogimiento del lago, por sentir siempre arder esa estrella de rojez imperiosa y desnuda.
(Traducción por Juan Goldín)
IX
No deis la vuelta
a la piedra con su misterio
legado por la luna.
No, nada toquéis,
el ojo sol me espantaría,
soy ciudadano
de Reverso, soy la cochinilla.
(Traducción de Juan Goldín)
XIV
Cuando comienza a nevar
me aferro a las sílabas
que me arrastran a través de un pozo en ese país lento maravillado donde
todos los caminos van a la casa de la madre.
(Traducción de Juan Goldín)
AL DECLINAR un día de invierno,
a la hora infinita entre las cuatro y las cinco.
Como antaño
estar solo en la casa
sentado ante la ventana,
inclinado sobre el libro naranja.
Llevar en la piel
añoranza por el país
donde me esperaba el Mago de los tres deseos,
a unos pasos detrás de un copo de nieve.
¿Tres deseos? Curar
los dolorosos
colores de mi nacimiento.
Adivinar
los jardines de Burdeos y su luz amiga.
(Traducción de Juan Goldín)
XXII
Toda vestida de negro, un paraguas de hombre usado a modo de sombrilla, la señorita Lydia L., decana del pueblo, pasa lentamente, el mentón sobre el pecho, atenta diríamos al susurrar de la grava gris, acaba de pasar por la calle Tourterelles.
(Traducción de Rodolfo Häsler)
COGIDOS de la mano
y cara a cara habitar
para siempre un brote
de invierno, exento de los dardos de equinocio.
(Traducción de Juan Goldín)
XLVII
Al amigo muerto
16 VII 94
Con paso lento, no muy seguro,
apenas teniéndose en pie,
me acompaña a la puerta.
………………………………………………………………………………….
El otro día, por teléfono:
-… el 27 es mi cumpleaños, quizá lo recuerdas…
-¿Quizá? Crees acaso que olvido el día que vio tu nacimiento…
-… sería tan feliz si pudieras bajar a Burdeos.
Cuarenta y ocho años
………………………………………………………………………………….
Algunos meses de diarreas
(“observo el tiempo que pasa, sentado en un inodoro”)
dejaron sin carne sus sienes,
volvieron pálida su morena piel de moreno,
Dios mío, Dios mío, por qué
se hizo rapar la cabeza,
y la masa de su bigote
antes peinado hacia arriba,
cosechaba las miradas en la calle,
más ralo ahora, a lo galo,
sus labios, finos, llagados,
mueven palabras…
… en Benarés o en la playa de Saint-Nicolas.
- ¿Saint-Nicolas?
- Claro que sí, frente al faro de Cordouan, tú sabes bien por qué…
La playa, sí,
y nosotros dos
frente al faro, frente al mar, nada más que
él y yo
extendidos sobre la arena enana
y desnudos, abiertos a la brisa marina,
y su cuerpo
tan a gusto que asumo incluso
mi cuerpo todo nativa blancura y lancinante.
-… ¿harías eso por mí? Parece que hay también urnas azules…
Hay una muy pequeña
risa en su voz, y vienen a mí los versos:
Die Urne, dice el poeta,
ist ein Behälter. Uns hält er nicht.
Prometo que lo haré,
sus labios entonces se estiran, ensayando
un simulacro de sonrisa que no encuentra
el camino de los ojos.
En unos meses el mal mostró el reverso de su edad
(“siento la vida escapar de mí como un hilo de agua de un grifo mal cerrado”).
…………………………………………………………………………………...
A través de la frescura
sepulcral del pasillo
me conduce al umbral,
abro la puerta al calor
vertical de la tarde de mayo.
Aprieto contra mí
su torso, encorvado, los omóplatos salidos,
lo aprieto ni más fuerte ni
menos fuerte que de costumbre,
después nos besamos
en las mejillas, izquierda, derecha, izquierda.
Salgo a la acera, atrapado por la luz,
el se queda a dos pasos del umbral y sonríe:
-Te tengo al tanto.
…………………….-Te escribo, te llamo.
Decimos nos vemos, cuídate, hasta pronto.
La puerta pintada de azul
cerrada
definitivamente.
(Traducción de Juan Goldín)
LIV
Volví a ver el mar
de Aquitania, amor mío,
tu mar bien amado.
Allá está el faro, frente
al litoral, como ese
día de fines del verano
¡oh! Qué lejano ya.
(Pero… ¿fue realmente
aquí? La playa, ¿habría
cambiado tanto?)
Pisé la arena
fresca de febrero, llevando
en mis brazos lo poco
que seguía siendo, tan pesado
como momias de siemprevivas,
y que reviviendo tu sonrisa, amor mío, vertí el corazón liviano en la pila de un viento viejo que ya no oía.
Markus Hediger (Zurich, 1959) es un poeta y traductor suizo. Pasó su infancia y adolescencia en Reinach, cantón de Argovia. Después de acabar la escuela secundaria en Aarau estudió literatura francesa, literatura italiana y ncrítica literaria en la Universidad de Zurich. Luego de finalizar sus estudios comenzó a traducir al alemán libros de escritores de Suiza francesa, entre ellos Nicolas Bouvier y Alice Rivaz. Por otra parte, Hediger ha escrito poesía desde siempre, no en alemán, que es su lengua materna, sino en francés. Al día de hoy, ha publicado tres libros de poesía. En 2009 publicó un ensayo literario sobre Deorges Schehadé, Les Après-midi de Georges Schehadé (Las Tardes de Georges Schehadé), en el que cuenta sus encuentros y entrevistas con el gran poeta y dramaturgo libanés en París en los años 1980. En 2011 lo invitaron al Festival Internacional de Poesía de Rosario, Argentina, en 2014 al de Medellín, Colombia, y en 2016 al Festival Internacional de poesía de Lima. Es miembro de la asociación Autoras y Autores de Suiza, a la que representó en el CEATL (Consejo Europeo de Asociaciones de Traductores Literarios) de 2003 a 2013.
Bibliografía:
Ne retournez pas la pierre, romésie (1981–1995), Éditions de l'Aire, Vevey 1996, ISBN 2-88108-437-0.
• Là pour me souvenir / Qui per ricordare (traducción al italiano por Alberto Panaro y Grazia Regoli), Lietocollelibiri, Faloppio 2005, ISBN 88-7848-154-8.
• En deçà de la lumière romésie II (1996–2007), Éditions de l'Aire, Vevey 2009, ISBN 978-2-88108-886-5.
• Les Après-midi de Georges Schehadé. In: Rencontre II. Éditions de l'Aire, Vevey 2009, ISBN 978-2-88108-900-8.
• Pour que quelqu'un de vous se souvienne, Alla Chiara Fonte, Viganello Lugano 2013.
• L'or et l'ombre. Un seul corps, romésies I-III (1981-2016), Éditions de l'Aire, L'Aire bleue, Vevey 2017, ISBN 9782-94058-612-7.
Traducción:
Dar la vuelta a la piedra, antología personal (1981-2021), prólogo de Edgardo Dobry, traducción por José Aníbal Campos, Sara Cohen, Juan Goldín, Rodolfo Häsler y José Luis Reina Palazón, Animal Sospechoso Editor,45 Barcelona 2021, ISBN 978-84-122786-3-7.
(Sacado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Markus_Hediger
*
ALGUNOS POEMAS DE MARCUS HEDIGER de su obra No deis la vuelta a la piedra (1996):
TAL VEZ YO HAYA SIDO, en el origen, una de esas chispas que atrapan en vuelo y llevan al cielo las gaviotas.
Acaso es su culpa si ahora, lascivas y locuaces, distraen sin cesar el recogimiento del lago, por sentir siempre arder esa estrella de rojez imperiosa y desnuda.
(Traducción por Juan Goldín)
IX
No deis la vuelta
a la piedra con su misterio
legado por la luna.
No, nada toquéis,
el ojo sol me espantaría,
soy ciudadano
de Reverso, soy la cochinilla.
(Traducción de Juan Goldín)
XIV
Cuando comienza a nevar
me aferro a las sílabas
que me arrastran a través de un pozo en ese país lento maravillado donde
todos los caminos van a la casa de la madre.
(Traducción de Juan Goldín)
AL DECLINAR un día de invierno,
a la hora infinita entre las cuatro y las cinco.
Como antaño
estar solo en la casa
sentado ante la ventana,
inclinado sobre el libro naranja.
Llevar en la piel
añoranza por el país
donde me esperaba el Mago de los tres deseos,
a unos pasos detrás de un copo de nieve.
¿Tres deseos? Curar
los dolorosos
colores de mi nacimiento.
Adivinar
los jardines de Burdeos y su luz amiga.
(Traducción de Juan Goldín)
XXII
Toda vestida de negro, un paraguas de hombre usado a modo de sombrilla, la señorita Lydia L., decana del pueblo, pasa lentamente, el mentón sobre el pecho, atenta diríamos al susurrar de la grava gris, acaba de pasar por la calle Tourterelles.
(Traducción de Rodolfo Häsler)
COGIDOS de la mano
y cara a cara habitar
para siempre un brote
de invierno, exento de los dardos de equinocio.
(Traducción de Juan Goldín)
XLVII
Al amigo muerto
16 VII 94
Con paso lento, no muy seguro,
apenas teniéndose en pie,
me acompaña a la puerta.
………………………………………………………………………………….
El otro día, por teléfono:
-… el 27 es mi cumpleaños, quizá lo recuerdas…
-¿Quizá? Crees acaso que olvido el día que vio tu nacimiento…
-… sería tan feliz si pudieras bajar a Burdeos.
Cuarenta y ocho años
………………………………………………………………………………….
Algunos meses de diarreas
(“observo el tiempo que pasa, sentado en un inodoro”)
dejaron sin carne sus sienes,
volvieron pálida su morena piel de moreno,
Dios mío, Dios mío, por qué
se hizo rapar la cabeza,
y la masa de su bigote
antes peinado hacia arriba,
cosechaba las miradas en la calle,
más ralo ahora, a lo galo,
sus labios, finos, llagados,
mueven palabras…
… en Benarés o en la playa de Saint-Nicolas.
- ¿Saint-Nicolas?
- Claro que sí, frente al faro de Cordouan, tú sabes bien por qué…
La playa, sí,
y nosotros dos
frente al faro, frente al mar, nada más que
él y yo
extendidos sobre la arena enana
y desnudos, abiertos a la brisa marina,
y su cuerpo
tan a gusto que asumo incluso
mi cuerpo todo nativa blancura y lancinante.
-… ¿harías eso por mí? Parece que hay también urnas azules…
Hay una muy pequeña
risa en su voz, y vienen a mí los versos:
Die Urne, dice el poeta,
ist ein Behälter. Uns hält er nicht.
Prometo que lo haré,
sus labios entonces se estiran, ensayando
un simulacro de sonrisa que no encuentra
el camino de los ojos.
En unos meses el mal mostró el reverso de su edad
(“siento la vida escapar de mí como un hilo de agua de un grifo mal cerrado”).
…………………………………………………………………………………...
A través de la frescura
sepulcral del pasillo
me conduce al umbral,
abro la puerta al calor
vertical de la tarde de mayo.
Aprieto contra mí
su torso, encorvado, los omóplatos salidos,
lo aprieto ni más fuerte ni
menos fuerte que de costumbre,
después nos besamos
en las mejillas, izquierda, derecha, izquierda.
Salgo a la acera, atrapado por la luz,
el se queda a dos pasos del umbral y sonríe:
-Te tengo al tanto.
…………………….-Te escribo, te llamo.
Decimos nos vemos, cuídate, hasta pronto.
La puerta pintada de azul
cerrada
definitivamente.
(Traducción de Juan Goldín)
LIV
Volví a ver el mar
de Aquitania, amor mío,
tu mar bien amado.
Allá está el faro, frente
al litoral, como ese
día de fines del verano
¡oh! Qué lejano ya.
(Pero… ¿fue realmente
aquí? La playa, ¿habría
cambiado tanto?)
Pisé la arena
fresca de febrero, llevando
en mis brazos lo poco
que seguía siendo, tan pesado
como momias de siemprevivas,
y que reviviendo tu sonrisa, amor mío, vertí el corazón liviano en la pila de un viento viejo que ya no oía.
Última edición por Pedro Casas Serra el Mar 24 Mayo 2022, 04:49, editado 1 vez
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