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Eduardo Milán (Rivera, 27 de julio de 1952) es un poeta, ensayista y crítico literario uruguayo radicado en México.
Trayectoria
En 1979 emigra a México por cuestiones políticas (La dictadura militar había encarcelado a su padre), y reside desde ese entonces en dicho país.
Sobre sus influencias literarias, relata:
poesía norteamericana sobre todo, la poesía de la generación de los modernos: Williams, Pound, Cummings, Stevens, Eliot vino después. (...) Paralelamente leía mucho a Kafka, quien me planteaba un mundo negro. Ahí creo que aprendí que el mundo, el orden, no lo era todo. Existía un imaginario prometedor, una especie de fiesta imaginaria: eso era la poesía. Esa otra realidad adquiere fuerza mediada por unas lecturas muy precisas, muy cercanas geográficamente: la de los poetas brasileños. El brasileño es mi lengua materna. Pero lo que me tocó no fue el lirismo también festivo de Brasil, sino el lirismo riguroso, no festivo, de la poesía concreta.
Colaboró en varios medios gráficos, entre ellos la revista Vuelta, dirigida por Octavio Paz, donde fue columnista regular entre 1987 y 1992.
(Sacado de https://es.wikipedia.org/wiki/Eduardo_Mil%C3%A1n )
*
Algunos poemas de Eduardo Milán:
De Nervadura, 1985:
DECIR AHÍ ES UNA FLOR DIFÍCIL
Decir ahí es una flor difícil
decir ahí es pintar todo de pájaro
decir ahí es estar atraído
por la palabra áspera
cardo
y por el cardenal cardenal
decir ahí es decir todo de nuevo
y empezar por el caballo:
el caballo está solo
ahora está solo
no hay ahora oscuro
no hay ahora de silencio
no hay ahora de palabra
no hay ahora de silencio contra la pared:
el caballo está solo es decir está negro
saltó por encima de la blanca
purísima realidad
el caballo está ahí
fuga
por las hendiduras del día
florescencia
como la luna fluye
el caballo salta por encima de su sombra
salta por encima de su silencio
salta por encima de la realidad
salta por encima
de un universo todavía negro
antes de la suma
antes de la cima
de los colores:
montaña verde sobre cielo azul
la silueta del caballo es colorada
colorada de sol cuando se oculta
ahora se oculta
ahora se hunde en el caballo
moneda de sol
no hay ahora de silencio
no hay ahora de palabra
no hay ahora de caballo
De Errar, 1991:
AHÍ VA POR EL CAMINO COMO UN CIEGO
Ahí va por el camino como un ciego
caracol sin cara la escritura, otrora una
diáfana mirada al día, otrora un aura que
el caminante amara. Amara, ¿qué es amara? La
sostenida en la sutil brisa marina, la colgada
por los cabellos a la realidad, reata, rea
más buscada. Y la más mirada: en 1750
la miraron a los ojos, una claridad felina
la sostuvo en pie sobre la piedra lisa: estaba
feliz. La levedad en los ojos del levante y la
caída en los ojos del poniente, luz que baja
a hundirse, ¿a hundirse dónde? en la página. Rosa
de todos los vientos, soplo arrogante que te empuja
más allá y más allá, animal arrogante: después
de la aurora no da un paso.
ME REFIERO A TI COMO A DOS FIERASPORQUE
M e refiero a ti com o dos fieras porque
una herida son dos fieras. Hay que estar
muy herido para referirse, muy herido del lenguaje.
Me refiero al Cañon del Colorado. Me refiero a
un abismo desnudo que Christo viste, en la
aurora lo veo en su cresta. Me refiero a la nada,
al punto opuesto donde esta Christo. Escribir es
desnudarse, escribir es vestdrse. Pero el vértigo
no viste, viste el rojo, el pâjaro de sangre, el
gorjeo del pájaro de sangre en Inglaterra: pio, pio.
La que te cubre no cobra por vestirse. Ella, la
doncella leve que sobre ti se deposita, esposa del
esposo, gemela del gemido. Po r ültimo,
sin miedo, me refiero a mi.
CUANDO YA NO HAY QUÉ
Cuando ya no hay qué
decir, decirlo. Dar
una carencia, un hueco en la conversación,
un vacío de verdad: la flor,
no la idea, es la diosa de ahí.
EXCELENTE LENGUAJE, EXCELENTE
Excelente lenguaje, excelente,
puro, blanquísimo, una flor: azucena.
Los pájaros cantan en pájaro. Los
castores comen en castor. Los humanos
hablan en humano, mano a mano, tocan
sus voces en la conversación. ¿Brillante?
Se dice brillante. New York se dice New York.
Lenguaje de plata se dice lenguaje de plata. Para
un siglo de oro se dice para un siglo de oro. Góngora,
Góngora. Ya era hora, cordobés, ya era hora, cordobés.
Llaga se dice fácilmente.
De La vida mantis, 1992:
YA QUE NO SOMOS NADA, POR EJEMPLO
Ya que no somos nada, por ejemplo,
podemos ser la lluvia. Seguramente
la lluvia nos acepta sin titubear, aún
cuando comienza. Y ahora comienza. Gotas
en el vidrio de la ventana: nos acepta,
esta ella que es la lluvia nos acepta. Bésame.
Fragilidad, téjele un hilo a la patita del pâjaro,
fratema terminacion de la lluvia o acabado, téjele.
Especie de caja de carton donde estâ escrito “Frágil”
con mano âgil, sin temblor adentro. Seamos frágiles
ya que no somos océano. Una forma nos acepta.
IL PUNTO A CUI TUTTI LI TEMPI SON PRESENTI
Il punto a cui tutti li tempi son presenti,
¿vienes? Ahora que está el gato sin ovillo, ¿viajas?
Vine a Comala porque me dijeron que, ¿quiénes? Tengo
tres o cuatro cosas que enseñarte, Andrés. Ése
que ahí va es un arquitecto, ¿pinta? Nunca
entendimos lo que nos pasó en Somalia, ¿negros?
¿Realmente cree que el desierto crece, Celan?
Cayeron unas lluvias en el Niágara, ¿aguas?
Cuando las palabras se separan de las cosas, ¿lloran?
Cuando los amantes no se aman, ¿bailan? Cuando los
hablantes no se hablan, ¿gimen?
Y tú qué crees, ¿se hundirá la India?
Un día. Y cuando los cantantes ya no cantan, ¿balan?
¿Sigue siendo Dios el mejor de los poetas? ¿Cuál?
Para terminar el cuestionario, ¿es usted judío
o ario?
De Nivel medio verdadero de las aguas que se besan, 1994:
ROSA DEL LUGAR, CUERPO, COSA DEL LUGAR
Rosa del lugar, cuerpo, cosa del lugar
que nadie sabe lo que puede ni nadie sabe lo que duele.
Totalidad de las violetas, vacío de las violetas: el vigia vio.
Posiciones, en qué lugar estás, cam bio de posiciones, en qué
lugar no estas. Cama poblada de posiciones sobre las sábanas
del desierto. Tiendas. Gente que se tiende. Otro lugar, el mar.
El vigia que dice desde la torre: Monte-vide-eu,
el sueno révéla una carabela, la carabela en que venía
toda la eucaristia, cara de Europa que en el agua se mecía:
Monte-vide-eu. Vêla que bajaba, velamen que subía, eran la misma.
côpula del mar. Monte-vide-eu, Monte-deve-nus, Monte-divi-no:
tu vagina es tu capital. El vigia dijo lo que pudo:
tocô fondo, fundo por el origen, en el monte puso el pez.
De Son de mi padre, 1996:
MI PADRE SE LLAMA JOSÉ. ES VIUDO
Mi padre se llama José. Es viudo
desde los treinta y dos años. Tiene setenta y tres
ahora. Enviudó de mi madre, Elena, que murió
a los treinta y dos años. Comunista, mis tíos, los
hermanos de mi madre y los vecinos de mi padre
decían que era comunista. Toda mi infancia oí
que mi pare era comunista, en la década
de los cincuenta, cuando la influencia americana
-hoy se diría: norteamericana, pero en aquella época
era la influencia americana-, brillaba en los zapatos
de Doris Day, rojos como mi vergüenza, no como mi sexo,
rojos como las recámaras.
Ser comunista en Uruguay en los cincuenta era sinónimo
de ser valiente porque te apedreaban. Hijo de José,
el comunista, huérfano de madre y con conciencia
de que te apedrean, durante mucho tiempo creí que yo era Cristo.
A los cincuenta años mi padre fue a la cárcel, cayó preso.
Apareció en televisión, rapado, alias Jacinto, por vinculación
con el MLN Tupamaros. Fue condenado a 24 años de prisión
pero salió a la mitad de la pena, a los doce años, amnistiado.
Esos doce años preso los pasó en el Establecimiento
Penal de Reclusión Militar núm. 1 Libertad, digo,
estuvo 12 años preso en Libertad. En cuanto a mí,
ya no me fue posible escapar a la poesía.
De Alegrial, 1997:
EL ARTE NUNCA ES LA VERDAD
El arte nunca es la verdad
pero hay momentos, hay momentos tan ausentes
como éste, en que la verdad es una forma de arte,
una mina, un trobar, El Dorado. Uno encuentra,
dos reconocen, tres cantan en trío -el trinar-,
cuatro cantan en coro. Y así, un sí de vez en cuando,
se descubre el momento. Cuando el momento se descubre
es casi un hecho. En este momento un hecho es un milagro
porque la verdad es una forma de arte, es el misterio
presente al que nadie se atreve. Por la melodía
parece que canta pero es un concepto,
el ruiseñor-concepto.
EL COMPROMISO DEL POETA ES ESCRIBIR UN VASO
El compromiso del poeta es escribir un vaso
real, algo sublime que sirva para más
que vivir. Vivir no alcanzó nunca.
Pedir esencia, pedir médula, pedir hueso:
pedir endurecimiento de la arena, si la arena
ya es frágil, leve de pie, velo de pie,
es pedir roca caliza, sedimento. Para la sed
de ti desnuda como bajar al Precámbrico.
Algo terrible nos pasó y nos dimos cuenta:
el hueso que pedimos al poema era el mismo
hueso que el hueso de África
aunque quisiéramos roca.
Las arenas de África están llenas de poemas.
De Razón de amor y acto de fe, 2001:
UNA ESCRITURA SIN TEMER LO OSCURO
Una escritura sin temer lo oscuro
porque oscuro, el silencio de la piedra,
el resplandor sin palabra, haría un lugar
para el canto. Y todo lo que es canto cantaría
como lluvia, como canto a tus cabellos,
como cuando atraes mojada el ardor ciego
y seco de este corazón, canto de ciego
que nada ve, no ver que empieza por su propio
canto, ahí va a tientas sin reconocimiento.
Pero sin temer también lo claro, lo claro
porque es claro por no temer lo oscuro,
lo claro en claridad sentado: una casa.
Gabriela, sólo tu presencia puede
y hace poder como la lluvia hace.
HOMENAJE AL LENGUAJE
Primera parte
Ya pasó el tiempo en que me acercaba a ti como a un
almácigo. Entraba en tu ámbito extenso, casi
inconmensurable, más allá del contexto, como
quien entra más allá de sí mismo al páramo
donde se encuentra. Me quedaba mirándote sin
escribir, era como la misma hora siempre, era
como una paz
o una especie de paz. Desaparecían las tensiones. Era
como una especie de paz en extinción.
No había árboles
pero tampoco guerra. Yo sabía que al entrar en ti, como
quien entra en tu lugar, no iba a ganar el premio. Y todo
lo que tenía encima me presionaba. El sol, siempre, es
una gran presión.
Yo era los animales.
Yo era los animales pacificados
pero no por tu música sino por tu silencio. Por los
acordes que no oía, por las voces
que no escuchaba, hay una prolongación, muy extraña,
de rododendros. Yo logré ser -y ese es mi triunfo-
un silencio de los animales esperando de ti
o una especie, una señal.
Estoy quitando dar,
estoy quitando dar al entrar en ti,
no estoy dando,
estoy quitándole a Gabriela,
estoy quitándole a Alejandro,
no soy, al entrar en ti,
mi segundo nombre. Amor, juegos contigo, miradas
al cielo -¿cómo es posible que existan estos árboles
sobre el cielo, tan ausentes de nosotros?-
No es que no los quiera: necesito pedir perdón.
Por eso entro.
Dividí el mundo en dos, lo partí.
Están los que dan
y están los que no dan. Es muy simple.
Está el sol, ese huevo tan extraño que ya no
recuerda nada, y está la luna más extraña,
aún estando el sol, en su continuidad.
No recuerda su propia creación, su momento.
Y siento que una frontera me sigue.
Yo no entraba en ti buscando poesía,
ni extraños frutos, ni paraíso, ni
manifestación. No tenía la menor idea
de lo que era una epifanía 0 un dejarse,
un caer. Entraba buscándote a ti.
La carne que me diste vino sola,
no pedida, como pulpa de Dios. Pero entonces
-yo no pedía nada, yo no sabía nada- ¿por qué
me culpo?
Segunda parte
¿La ausencia es mi centro?
¿Ese centro lo llena la escritura?
¿No lo llenan Gabriela,
Leonora, Andrés y Alejandro?
¿Pedirles que llenen mi ausencia
-si la ausencia es mi ausencia-
no es pedirles que me sirvan de soporte
para no caer?
¿La tristeza que siento cuando los veo
no es la tristeza por quererlos mediado por mi ausencia?
Si la ausencia es mi ausencia
estoy identificado con lo que no está.
Si estoy identificado con lo que no está
de alguna manera no estoy.
¿Cómo querer si no estoy?
¿Qué me puede hacer estar
para volver a querer a los que quiero
sin verlos como a la distancia,
sin poder acercarme a ellos?
¿La escritura puede hacerme estar?
¿Es la escritura la asunción de la ausencia?
La ausencia es un dolor
vuelto vacío, es un cambio
de centro: un centro que ya no está fuera
sino adentro.
Escribir es permitir
que la ausencia crezca
en sus dominios internos, que vaya
por sus propios fueros. Escribir
es reconocer el adentro, es
verlo.
Pero es un adentro que sale, se asoma
a la ventana, revela la ausencia.
Olvidé durante mucho tiempo
que la palabra es de adentro,
enamorado tal vez de tanto verla fuera,
de tanto mundo que insiste en que la palabra es de afuera,
como si la palabra sólo comunicara
cuando la palabra no sólo es lazo.
Una palabra condenada a celebrar
o a condenar el mundo,
una palabra del mundo
no puede durar mucho tiempo.
Una parte de la palabra
debe permanecer en su adentro.
Una parte de la palabra es secreto.
No sé si para toda la poesía:
para estos poemas.
Esa parte de la palabra que es secreto
protege su adentro.
Es la parte vigilante de la palabra,
la parte de la palabra que no habla,
su parte guardián de la frontera.
Es la parte-silencio de la palabra
que ya no escuchamos
empeñados en que la palabra hable por completo.
Olvidamos -olvidé- que el hombre-palabra
tiene una parte silencio.
El pájaro es todo el pájaro
pero la palabra no es toda palabra ella,
es parte silencio y parte habla.
Este es el aviso de la palabra:
silencio-aguas.
Gracias a Gabriela que me dijo:
«olvida todo y ponte a escribir.»
Esto es más o menos sincero.
Tercera parte
Se puede bucear más,
siempre se puede más
averiguar los peces
del fondo.
Sin olvidar que parte
de la palabra es silencio.
Ir allí
y volver
para que la memoria nazca
y muera el recuerdo.
Ir allí pero regresar a casa.
No olvidar por el camino que una parte
de la palabra es silencio.
Ir a buscar el origen del dolor,
el prístino, el inmaculado o casi,
porque aún ese tiene rezagos de tiempo
como una cabeza coronada de polvo
o un sombrero cubierto de hojas verdes.
Es lo que queda del regreso: no olvidar
que parte de la palabra es silencio.
Se puede parodiar al sol,
cómo no se va a poder decir que bien vale una parodia
el sol, una parodia que quema.
Parodiar esa garza por su pata
y por la otra que se dobla
explícita.
Es posible no entender una garza
sin olvidar que parte de la palabra es silencio.
Es posible morder la mano
que te da de comer. Por justicia,
no por arrepentimiento.
Y dejar la mano intacta
sin la huella de los dientes.
Una vez es posible ser un perro.
Sin olvidar que una parte de la palabra es silencio.
No la más fiel, la más buena.
Todo se puede en este mundo
a juzgar por los hechos
que no dejan mentir.
Esos hechos, los encargados
de frenar el exceso. El exceso,
esa cresta que en la aurora canta todo su Poder
es la potencia misma donde el abismo se expresa.
El exceso no cree en los hechos.
Olvida el exceso que parte de la palabra es silencio.
Es posible ser sincero
pese al corazón expuesto
a la mordida del perro que pasa.
Siempre hay un perro que pasa
alrededor del sincero,
muy cerca, peligrosamente,
del corazón expuesto.
A tres pasos del estacionamiento,
en el cantero crece el ciruelo.
Escrito esto,
pidiendo que no haya represalia
del destino cierto.
Con el dolor dicho,
con el pasado ausente,
con cierta paz, con esta noche
y para ella.
Ella es Gabriela.
De Acción que en un momento creí gracia (Inédito):
ESCRIBIR DE UN MODO MÁS CONTEMPORÁNEO
A Ricardo Cano Gaviria
Escribir de un modo más contemporáneo:
a como viene el tiempo.
A como la vida pasa:
no entera, por fragmentos.
Así escriben hoy en Francia,
en Alemania, en Brasil,
en Estados Unidos los poetas.
Son lo mejor que han dado
los poetas, los músicos, los desobedientes
—en el supuesto caso de que hayan dado algo.
Son como Celan en su escritura
pero no todos están desesperados.
O como Williams, pero no todos curan el alma.
Siempre hay un pero alrededor, sobrevolando.
Pero no siempre es un pájaro.
Hay mayoría de moscas, mosquitos, libélulas
y alguna vez una mariposa —pensada,
puesta ahí en ausencia de una cosa menos grave.
La mariposa es una imagen cara,
una cara que retrocedió a imagen,
el intento de escapar a la máscara.
Eduardo Milán (Rivera, 27 de julio de 1952) es un poeta, ensayista y crítico literario uruguayo radicado en México.
Trayectoria
En 1979 emigra a México por cuestiones políticas (La dictadura militar había encarcelado a su padre), y reside desde ese entonces en dicho país.
Sobre sus influencias literarias, relata:
poesía norteamericana sobre todo, la poesía de la generación de los modernos: Williams, Pound, Cummings, Stevens, Eliot vino después. (...) Paralelamente leía mucho a Kafka, quien me planteaba un mundo negro. Ahí creo que aprendí que el mundo, el orden, no lo era todo. Existía un imaginario prometedor, una especie de fiesta imaginaria: eso era la poesía. Esa otra realidad adquiere fuerza mediada por unas lecturas muy precisas, muy cercanas geográficamente: la de los poetas brasileños. El brasileño es mi lengua materna. Pero lo que me tocó no fue el lirismo también festivo de Brasil, sino el lirismo riguroso, no festivo, de la poesía concreta.
Colaboró en varios medios gráficos, entre ellos la revista Vuelta, dirigida por Octavio Paz, donde fue columnista regular entre 1987 y 1992.
(Sacado de https://es.wikipedia.org/wiki/Eduardo_Mil%C3%A1n )
*
Algunos poemas de Eduardo Milán:
De Nervadura, 1985:
DECIR AHÍ ES UNA FLOR DIFÍCIL
Decir ahí es una flor difícil
decir ahí es pintar todo de pájaro
decir ahí es estar atraído
por la palabra áspera
cardo
y por el cardenal cardenal
decir ahí es decir todo de nuevo
y empezar por el caballo:
el caballo está solo
ahora está solo
no hay ahora oscuro
no hay ahora de silencio
no hay ahora de palabra
no hay ahora de silencio contra la pared:
el caballo está solo es decir está negro
saltó por encima de la blanca
purísima realidad
el caballo está ahí
fuga
por las hendiduras del día
florescencia
como la luna fluye
el caballo salta por encima de su sombra
salta por encima de su silencio
salta por encima de la realidad
salta por encima
de un universo todavía negro
antes de la suma
antes de la cima
de los colores:
montaña verde sobre cielo azul
la silueta del caballo es colorada
colorada de sol cuando se oculta
ahora se oculta
ahora se hunde en el caballo
moneda de sol
no hay ahora de silencio
no hay ahora de palabra
no hay ahora de caballo
De Errar, 1991:
AHÍ VA POR EL CAMINO COMO UN CIEGO
Ahí va por el camino como un ciego
caracol sin cara la escritura, otrora una
diáfana mirada al día, otrora un aura que
el caminante amara. Amara, ¿qué es amara? La
sostenida en la sutil brisa marina, la colgada
por los cabellos a la realidad, reata, rea
más buscada. Y la más mirada: en 1750
la miraron a los ojos, una claridad felina
la sostuvo en pie sobre la piedra lisa: estaba
feliz. La levedad en los ojos del levante y la
caída en los ojos del poniente, luz que baja
a hundirse, ¿a hundirse dónde? en la página. Rosa
de todos los vientos, soplo arrogante que te empuja
más allá y más allá, animal arrogante: después
de la aurora no da un paso.
ME REFIERO A TI COMO A DOS FIERASPORQUE
M e refiero a ti com o dos fieras porque
una herida son dos fieras. Hay que estar
muy herido para referirse, muy herido del lenguaje.
Me refiero al Cañon del Colorado. Me refiero a
un abismo desnudo que Christo viste, en la
aurora lo veo en su cresta. Me refiero a la nada,
al punto opuesto donde esta Christo. Escribir es
desnudarse, escribir es vestdrse. Pero el vértigo
no viste, viste el rojo, el pâjaro de sangre, el
gorjeo del pájaro de sangre en Inglaterra: pio, pio.
La que te cubre no cobra por vestirse. Ella, la
doncella leve que sobre ti se deposita, esposa del
esposo, gemela del gemido. Po r ültimo,
sin miedo, me refiero a mi.
CUANDO YA NO HAY QUÉ
Cuando ya no hay qué
decir, decirlo. Dar
una carencia, un hueco en la conversación,
un vacío de verdad: la flor,
no la idea, es la diosa de ahí.
EXCELENTE LENGUAJE, EXCELENTE
Excelente lenguaje, excelente,
puro, blanquísimo, una flor: azucena.
Los pájaros cantan en pájaro. Los
castores comen en castor. Los humanos
hablan en humano, mano a mano, tocan
sus voces en la conversación. ¿Brillante?
Se dice brillante. New York se dice New York.
Lenguaje de plata se dice lenguaje de plata. Para
un siglo de oro se dice para un siglo de oro. Góngora,
Góngora. Ya era hora, cordobés, ya era hora, cordobés.
Llaga se dice fácilmente.
De La vida mantis, 1992:
YA QUE NO SOMOS NADA, POR EJEMPLO
Ya que no somos nada, por ejemplo,
podemos ser la lluvia. Seguramente
la lluvia nos acepta sin titubear, aún
cuando comienza. Y ahora comienza. Gotas
en el vidrio de la ventana: nos acepta,
esta ella que es la lluvia nos acepta. Bésame.
Fragilidad, téjele un hilo a la patita del pâjaro,
fratema terminacion de la lluvia o acabado, téjele.
Especie de caja de carton donde estâ escrito “Frágil”
con mano âgil, sin temblor adentro. Seamos frágiles
ya que no somos océano. Una forma nos acepta.
IL PUNTO A CUI TUTTI LI TEMPI SON PRESENTI
Il punto a cui tutti li tempi son presenti,
¿vienes? Ahora que está el gato sin ovillo, ¿viajas?
Vine a Comala porque me dijeron que, ¿quiénes? Tengo
tres o cuatro cosas que enseñarte, Andrés. Ése
que ahí va es un arquitecto, ¿pinta? Nunca
entendimos lo que nos pasó en Somalia, ¿negros?
¿Realmente cree que el desierto crece, Celan?
Cayeron unas lluvias en el Niágara, ¿aguas?
Cuando las palabras se separan de las cosas, ¿lloran?
Cuando los amantes no se aman, ¿bailan? Cuando los
hablantes no se hablan, ¿gimen?
Y tú qué crees, ¿se hundirá la India?
Un día. Y cuando los cantantes ya no cantan, ¿balan?
¿Sigue siendo Dios el mejor de los poetas? ¿Cuál?
Para terminar el cuestionario, ¿es usted judío
o ario?
De Nivel medio verdadero de las aguas que se besan, 1994:
ROSA DEL LUGAR, CUERPO, COSA DEL LUGAR
Rosa del lugar, cuerpo, cosa del lugar
que nadie sabe lo que puede ni nadie sabe lo que duele.
Totalidad de las violetas, vacío de las violetas: el vigia vio.
Posiciones, en qué lugar estás, cam bio de posiciones, en qué
lugar no estas. Cama poblada de posiciones sobre las sábanas
del desierto. Tiendas. Gente que se tiende. Otro lugar, el mar.
El vigia que dice desde la torre: Monte-vide-eu,
el sueno révéla una carabela, la carabela en que venía
toda la eucaristia, cara de Europa que en el agua se mecía:
Monte-vide-eu. Vêla que bajaba, velamen que subía, eran la misma.
côpula del mar. Monte-vide-eu, Monte-deve-nus, Monte-divi-no:
tu vagina es tu capital. El vigia dijo lo que pudo:
tocô fondo, fundo por el origen, en el monte puso el pez.
De Son de mi padre, 1996:
MI PADRE SE LLAMA JOSÉ. ES VIUDO
Mi padre se llama José. Es viudo
desde los treinta y dos años. Tiene setenta y tres
ahora. Enviudó de mi madre, Elena, que murió
a los treinta y dos años. Comunista, mis tíos, los
hermanos de mi madre y los vecinos de mi padre
decían que era comunista. Toda mi infancia oí
que mi pare era comunista, en la década
de los cincuenta, cuando la influencia americana
-hoy se diría: norteamericana, pero en aquella época
era la influencia americana-, brillaba en los zapatos
de Doris Day, rojos como mi vergüenza, no como mi sexo,
rojos como las recámaras.
Ser comunista en Uruguay en los cincuenta era sinónimo
de ser valiente porque te apedreaban. Hijo de José,
el comunista, huérfano de madre y con conciencia
de que te apedrean, durante mucho tiempo creí que yo era Cristo.
A los cincuenta años mi padre fue a la cárcel, cayó preso.
Apareció en televisión, rapado, alias Jacinto, por vinculación
con el MLN Tupamaros. Fue condenado a 24 años de prisión
pero salió a la mitad de la pena, a los doce años, amnistiado.
Esos doce años preso los pasó en el Establecimiento
Penal de Reclusión Militar núm. 1 Libertad, digo,
estuvo 12 años preso en Libertad. En cuanto a mí,
ya no me fue posible escapar a la poesía.
De Alegrial, 1997:
EL ARTE NUNCA ES LA VERDAD
El arte nunca es la verdad
pero hay momentos, hay momentos tan ausentes
como éste, en que la verdad es una forma de arte,
una mina, un trobar, El Dorado. Uno encuentra,
dos reconocen, tres cantan en trío -el trinar-,
cuatro cantan en coro. Y así, un sí de vez en cuando,
se descubre el momento. Cuando el momento se descubre
es casi un hecho. En este momento un hecho es un milagro
porque la verdad es una forma de arte, es el misterio
presente al que nadie se atreve. Por la melodía
parece que canta pero es un concepto,
el ruiseñor-concepto.
EL COMPROMISO DEL POETA ES ESCRIBIR UN VASO
El compromiso del poeta es escribir un vaso
real, algo sublime que sirva para más
que vivir. Vivir no alcanzó nunca.
Pedir esencia, pedir médula, pedir hueso:
pedir endurecimiento de la arena, si la arena
ya es frágil, leve de pie, velo de pie,
es pedir roca caliza, sedimento. Para la sed
de ti desnuda como bajar al Precámbrico.
Algo terrible nos pasó y nos dimos cuenta:
el hueso que pedimos al poema era el mismo
hueso que el hueso de África
aunque quisiéramos roca.
Las arenas de África están llenas de poemas.
De Razón de amor y acto de fe, 2001:
UNA ESCRITURA SIN TEMER LO OSCURO
Una escritura sin temer lo oscuro
porque oscuro, el silencio de la piedra,
el resplandor sin palabra, haría un lugar
para el canto. Y todo lo que es canto cantaría
como lluvia, como canto a tus cabellos,
como cuando atraes mojada el ardor ciego
y seco de este corazón, canto de ciego
que nada ve, no ver que empieza por su propio
canto, ahí va a tientas sin reconocimiento.
Pero sin temer también lo claro, lo claro
porque es claro por no temer lo oscuro,
lo claro en claridad sentado: una casa.
Gabriela, sólo tu presencia puede
y hace poder como la lluvia hace.
HOMENAJE AL LENGUAJE
Primera parte
Ya pasó el tiempo en que me acercaba a ti como a un
almácigo. Entraba en tu ámbito extenso, casi
inconmensurable, más allá del contexto, como
quien entra más allá de sí mismo al páramo
donde se encuentra. Me quedaba mirándote sin
escribir, era como la misma hora siempre, era
como una paz
o una especie de paz. Desaparecían las tensiones. Era
como una especie de paz en extinción.
No había árboles
pero tampoco guerra. Yo sabía que al entrar en ti, como
quien entra en tu lugar, no iba a ganar el premio. Y todo
lo que tenía encima me presionaba. El sol, siempre, es
una gran presión.
Yo era los animales.
Yo era los animales pacificados
pero no por tu música sino por tu silencio. Por los
acordes que no oía, por las voces
que no escuchaba, hay una prolongación, muy extraña,
de rododendros. Yo logré ser -y ese es mi triunfo-
un silencio de los animales esperando de ti
o una especie, una señal.
Estoy quitando dar,
estoy quitando dar al entrar en ti,
no estoy dando,
estoy quitándole a Gabriela,
estoy quitándole a Alejandro,
no soy, al entrar en ti,
mi segundo nombre. Amor, juegos contigo, miradas
al cielo -¿cómo es posible que existan estos árboles
sobre el cielo, tan ausentes de nosotros?-
No es que no los quiera: necesito pedir perdón.
Por eso entro.
Dividí el mundo en dos, lo partí.
Están los que dan
y están los que no dan. Es muy simple.
Está el sol, ese huevo tan extraño que ya no
recuerda nada, y está la luna más extraña,
aún estando el sol, en su continuidad.
No recuerda su propia creación, su momento.
Y siento que una frontera me sigue.
Yo no entraba en ti buscando poesía,
ni extraños frutos, ni paraíso, ni
manifestación. No tenía la menor idea
de lo que era una epifanía 0 un dejarse,
un caer. Entraba buscándote a ti.
La carne que me diste vino sola,
no pedida, como pulpa de Dios. Pero entonces
-yo no pedía nada, yo no sabía nada- ¿por qué
me culpo?
Segunda parte
¿La ausencia es mi centro?
¿Ese centro lo llena la escritura?
¿No lo llenan Gabriela,
Leonora, Andrés y Alejandro?
¿Pedirles que llenen mi ausencia
-si la ausencia es mi ausencia-
no es pedirles que me sirvan de soporte
para no caer?
¿La tristeza que siento cuando los veo
no es la tristeza por quererlos mediado por mi ausencia?
Si la ausencia es mi ausencia
estoy identificado con lo que no está.
Si estoy identificado con lo que no está
de alguna manera no estoy.
¿Cómo querer si no estoy?
¿Qué me puede hacer estar
para volver a querer a los que quiero
sin verlos como a la distancia,
sin poder acercarme a ellos?
¿La escritura puede hacerme estar?
¿Es la escritura la asunción de la ausencia?
La ausencia es un dolor
vuelto vacío, es un cambio
de centro: un centro que ya no está fuera
sino adentro.
Escribir es permitir
que la ausencia crezca
en sus dominios internos, que vaya
por sus propios fueros. Escribir
es reconocer el adentro, es
verlo.
Pero es un adentro que sale, se asoma
a la ventana, revela la ausencia.
Olvidé durante mucho tiempo
que la palabra es de adentro,
enamorado tal vez de tanto verla fuera,
de tanto mundo que insiste en que la palabra es de afuera,
como si la palabra sólo comunicara
cuando la palabra no sólo es lazo.
Una palabra condenada a celebrar
o a condenar el mundo,
una palabra del mundo
no puede durar mucho tiempo.
Una parte de la palabra
debe permanecer en su adentro.
Una parte de la palabra es secreto.
No sé si para toda la poesía:
para estos poemas.
Esa parte de la palabra que es secreto
protege su adentro.
Es la parte vigilante de la palabra,
la parte de la palabra que no habla,
su parte guardián de la frontera.
Es la parte-silencio de la palabra
que ya no escuchamos
empeñados en que la palabra hable por completo.
Olvidamos -olvidé- que el hombre-palabra
tiene una parte silencio.
El pájaro es todo el pájaro
pero la palabra no es toda palabra ella,
es parte silencio y parte habla.
Este es el aviso de la palabra:
silencio-aguas.
Gracias a Gabriela que me dijo:
«olvida todo y ponte a escribir.»
Esto es más o menos sincero.
Tercera parte
Se puede bucear más,
siempre se puede más
averiguar los peces
del fondo.
Sin olvidar que parte
de la palabra es silencio.
Ir allí
y volver
para que la memoria nazca
y muera el recuerdo.
Ir allí pero regresar a casa.
No olvidar por el camino que una parte
de la palabra es silencio.
Ir a buscar el origen del dolor,
el prístino, el inmaculado o casi,
porque aún ese tiene rezagos de tiempo
como una cabeza coronada de polvo
o un sombrero cubierto de hojas verdes.
Es lo que queda del regreso: no olvidar
que parte de la palabra es silencio.
Se puede parodiar al sol,
cómo no se va a poder decir que bien vale una parodia
el sol, una parodia que quema.
Parodiar esa garza por su pata
y por la otra que se dobla
explícita.
Es posible no entender una garza
sin olvidar que parte de la palabra es silencio.
Es posible morder la mano
que te da de comer. Por justicia,
no por arrepentimiento.
Y dejar la mano intacta
sin la huella de los dientes.
Una vez es posible ser un perro.
Sin olvidar que una parte de la palabra es silencio.
No la más fiel, la más buena.
Todo se puede en este mundo
a juzgar por los hechos
que no dejan mentir.
Esos hechos, los encargados
de frenar el exceso. El exceso,
esa cresta que en la aurora canta todo su Poder
es la potencia misma donde el abismo se expresa.
El exceso no cree en los hechos.
Olvida el exceso que parte de la palabra es silencio.
Es posible ser sincero
pese al corazón expuesto
a la mordida del perro que pasa.
Siempre hay un perro que pasa
alrededor del sincero,
muy cerca, peligrosamente,
del corazón expuesto.
A tres pasos del estacionamiento,
en el cantero crece el ciruelo.
Escrito esto,
pidiendo que no haya represalia
del destino cierto.
Con el dolor dicho,
con el pasado ausente,
con cierta paz, con esta noche
y para ella.
Ella es Gabriela.
De Acción que en un momento creí gracia (Inédito):
ESCRIBIR DE UN MODO MÁS CONTEMPORÁNEO
A Ricardo Cano Gaviria
Escribir de un modo más contemporáneo:
a como viene el tiempo.
A como la vida pasa:
no entera, por fragmentos.
Así escriben hoy en Francia,
en Alemania, en Brasil,
en Estados Unidos los poetas.
Son lo mejor que han dado
los poetas, los músicos, los desobedientes
—en el supuesto caso de que hayan dado algo.
Son como Celan en su escritura
pero no todos están desesperados.
O como Williams, pero no todos curan el alma.
Siempre hay un pero alrededor, sobrevolando.
Pero no siempre es un pájaro.
Hay mayoría de moscas, mosquitos, libélulas
y alguna vez una mariposa —pensada,
puesta ahí en ausencia de una cosa menos grave.
La mariposa es una imagen cara,
una cara que retrocedió a imagen,
el intento de escapar a la máscara.
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