XI. SONETOS POETAS ESPAÑOLES SIGLO XX (VI)

SONETOS

ESPAÑA SIGLO XX



GIRONÉS GULLEM, GONZALO
España. Ontenient. 1.936
Religioso. Catedrático de Teología.
Poeta hallado en Internet.



SALIDA DEL SOL

Naces de amor detrás de la montaña,
mirar del Creador te ha pronunciado,
paterna mano al hombre te ha entregado,
regalo alegre, alúmbrame la entraña.

La nube ruborosa te acompaña
con casta admiración, despierta el prado
que al sonreír de pájaro has sembrado
y llora gotas dulces la campaña.

Tus rayos levantaban los colores
de cada faz terrestre adormecida
y tu calor alienta mi conciencia.

Avísanme los pájaros cantores
que traes la verdad para mi vida
y en pie cantando vuelvo a tu inocencia.

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GIRONÉS GULLEM, GONZALO
España. Ontenient. 1.936
Religioso. Catedrático de Teología.
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MEDITACIÓN

Lumbre de sol me ha despertado el alma.
Tres pájaros columpian el cariño
del Creador, que vierte sobre el niño
bosques de amor reinantes en la calma.

Un ángel musical dejó una palma
con un mensaje que al azul destiño:
seré tu servidor, tus plantas ciño
para subir al Rey que el cielo ensalma.

Mirando empiezo el canto de mi vida:
préstame, Dios, tus dones melodiosos
que alegre empujaré su crecimiento.

Dale un beso a la tierra dolorida,
vuélcame en los alientos rencorosos
y sembraré de amor su sentimiento.

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GIRONÉS GULLEM, GONZALO
España. Ontenient. 1.936
Religioso. Catedrático de Teología.
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LAUDES

Gracias, Señor, por este nuevo día.
Cantan las aves a la dulce aurora
que atiende en calma la estirada hora
en que el sol nos regale su alegría.

Todo es nuevo en el mundo. Se diría
que lo has creado ayer. La luz sonora
baña el campo y el mar, y árboles dora
de nuevos brillos sobre la armonía

que incesante pervive en las edades.
Sólo el alma del hombre te enmudece
si los ojos revuelca a los asuntos.

Sigue, Señor, lloviéndole verdades
al corazón, que por tu mano crece
cuando amor y humildad se encuentran juntos.

"AMOR Y HUMILDAD" Tú lo has dicho; buen comienzo de búsqueda.
Gracias y seguimos, amigo mío.

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GIRONÉS GULLEM, GONZALO
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PIPIRELLA

Humilde flor, corazonada en verde,
oculta bajo el pie del caminante;
yo sé quién te sembró desde el levante,
rastro de aquel andar que el mundo pierde.

Tu aroma, tierra y sol, mi aliento muerde,
gota de rara nube rezumante,
milagro al caminar, perla constante,
que regalas tu beso a quien recuerde

que eres timbre que llama del futuro,
dejando aroma en sierra valenciana;
hierba tan pobre y rara cuanto bella.

Arranca mi pasión tu aliento puro;
híncate en mi sentido, oh soberana
huella de paz, ternísima pebrella.

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UN PASEO EN EL MONTE

Todo me habla del Padre a quien no he visto:
caricia es el gozar de su alta mano,
y ese extraño dolor tan cotidiano
son espinas de aquel rosal previsto.

De lejos amo al mundo a quien no asisto,
aguardando que a solas cada hermano
un día de dolor lo hará cercano
y entonces yo le contaré de Cristo.

Se han hecho mis oídos de María,
del buen Samaritano mis desvelos,
del Centurión la vista anonadada.

Mi mano de Tomás señalaría
la senda de subir hacia tus cielos,
si Tú me das la cruz no tan pesada.

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ANHELO DE SUBIR

Cumbre de sol, que ya te quise un día
poner bajo mi planta que alza el vuelo,
serás el trampolín del fuerte anhelo
de llegar a la dulce lejanía.

Subir, subir, subir, ¿quién me diría
que esa bóveda azul que llaman cielo
ya se puede rasgar en frágil velo
que me deje sentir la compañía

por la que al triste caminar suspiro?
Te siente el corazón y aun no te miro...
Deme la mano la materna luna,

que yo quiero alcanzar esa fortuna
de la ignorada luz del puro estado
en que Dios venga a mí sin sol creado.

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CAMPO

La soledad paterna me acompaña.
Derrite el sol mi afán presuntuoso
de dominar el mundo. Cuán hermoso
traspasa el aire al hijo de mi entraña.

Nacido en mi conciencia que no empaña
sombra del mal, el rayo poderoso
de Dios lo ha despertado en limpio foso
del que saldrá potente a la campaña.

Campaña de alumbrar como un espejo
el camino de vuelta acompañado
a la vida inmortal que el alma ansía.

Desciende en mis hermanos el reflejo
de esa luz que penetra en el sembrado,
para molerlo pan de Eucaristía.

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SILENCIO

Brisa de aquella tarde perfumada,
paciente penetraste en el ramaje,
mano oculta de Dios, sutil mensaje
que despierta mi atónita mirada.

Más allá del sentido, esa llamada
me hizo feliz, calmando el oleaje
de aturdida pasión, de inquieto viaje
derivando en mi barca atolondrada.

Ya estoy solo y sin mí. Tú has penetrado
la gota ardiente que nació dormida
como un espejo que la luz no invoca.

Víveme desde dentro, Amor pausado,
cárgame de tu peso y tu medida,
hazme el eco del canto de tu boca.

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A LA VEGA DEL SUR

Oh vasto Edén tendido a mi ventana,
déjame entrar por tu vereda estrecha,
tramo de Dios que en pájaros acecha
mi paseo feliz de la mañana.

Dormía Adán la siesta más temprana
que despertó mirada satisfecha
de Eva silvestre, pura flor deshecha
por la maldad oculta en la manzana.

Nunca más te alumbró la luz serena
que taparon las nubes de la ira:
Tu dicha vegetal mudóse en yermo.

Mas el llanto que Dios sembró en tu pena
germinó la esperanza que hoy respira,
comprimido de amor, este hijo enfermo.

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A LA PUESTA DEL SOL

Mueres amando al pueblo que te olvida.
De mi flecha, la ingrata, malherido,
te derrumbas en paz, callado, al nido
en que guardas la fuente de la vida.

Mañana volverás, conciencia unida,
resucitando afán, sin ti esparcido,
de este pueblo, que a sombra recluido,
ve tu reflejo en teja enmohecida.

Nadie osará mirarte en las alturas,
brillo de Dios que alumbras los senderos
donde nace una flor creciendo espiga.

Pero abajas tu faz a las criaturas,
cuando lloran de pena los luceros
por clavarte moriente en mi alma amiga.

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LOS ESTORNINOS

Cientos de miles, batallón grisáceo,
los estorninos cruzan las ciudades.
Vuelven la tarde inquieto firmamento,
prestan su voz al árbol quieto y grave.

Juntos se agolpan sobre las antenas,
todos hermanos son de un mismo padre.
Tierno huracán de gozo que me aturde,
manotazo de Dios a las ruindades.

Fugaz es vuestro paso cada día,
puntual saludo al sol que se deshace,
canoras aceitunas agrandadas,

pupilas de universo trashumante.
Los estorninos sois, los estorninos...
Llevadme con vosotros por los aires.

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EL SANTO ROSTRO

La palabra de Dios me ha penetrado
desde el triste fulgor de tu mirada;
en pos de ingrata oveja descarriada
bajaste al valle lento y fatigado.

Te dejaste mirar, y eso ha bastado
a volcar el afán de mi jornada:
contento dejaré turbia morada
para seguir tu paso enamorado.

Pero vuelve a mirarme en el camino,
para que no te olvide mi conciencia,
aun aturdida de recuerdos viejos.

Mírame, espejo del amor divino,
haz que ya me acostumbre a tu clemencia
y que, vuelto en amor, te alcance lejos.

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SAGRADA FAMILIA

Humilde labrador, trayendo fruta,
recoge de las manos de María
el cuerpo de Jesús, ¿quién le diría
que es divina esa carne diminuta?

Del regazo camina por la ruta
que todo afán de niño seguiría
si gozara esa paz de cada día
que una noche alumbró la humilde gruta.

Bella es la madre, pura y confiada,
lozana flor crecida sobre arena,
cuando cedió la sombra el paso al cielo.

Benigno el servidor la mira alzada,
cual mira el sacerdote la patena
que ofrece a Cristo envuelto en blanco velo.

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EL CAMINO

Nunca más cantaremos tu victoria
si no prestas la voz al caminante,
oh Redentor, devuelve a cada instante
tu mirada de amor sobre la historia.

Reunidos a salir de inmunda escoria,
seguiremos tu voz, Pastor amante,
danos la Cruz que llevas por delante,
con la esperanza de alcanzar tu gloria.

Pocos andamos hoy por tu vereda.
muchos tumbados yacen en la orilla,
que es costoso seguir lo prometido.

Duélenos todo, pero el ansia queda:
truécase en luz que al horizonte brilla,
despertando al hermano adormecido.

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CRISTO CONMIGO

Tú me soltaste al mundo depravado,
mano de Dios abierta a los leones,
me destrozaban de odio los sayones
y entones manó amor de tu costado.

Tanta maldad llevó el Crucificado
que hubo de hacer divinos sus perdones.
Yo soy un hombre vil, no me abandones
si al perdonar me quieres a tu lado.

Lucha la muerte en mí contra la vida,
no quiero más vivir si voy muriendo
para otra vida verdadera y fuerte.

Dame ese amor que mana de tu herida,
trasfunde tu divino ser tremendo,
Tú que has querido asimilar mi muerte.

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A JESÚS CRUCIFICADO

Tornabas la cabeza dolorida
contra punta blasfema que te asalta;
por escapar del mal tu altura es falta,
por perdonar al mundo es bien caída.

Tu carne es el perdón, llama prendida
en asta múgil derrotada y alta.
Reclámanos tu amor, chorro que esmalta
lágrimas en la carne arrepentida.

Brotabas al podarte floreciente
tronco del hombre en hiedra sofocado;
brillas en noche, faro intermitente

que golpes en la roca han alumbrado.
Te escondes en el mal, engaño cierto,
y negra muerte matas al ser muerto.

Se ve perfectamente su ocupación de catedrático de Teología y sus sonetos son muy logrados.
Besosssssssss y graciasssssssss amiga

Así es y así se muestra.
Ceci, muchas gracias por estar siempre ahí, ayudando a no decaer.
Mis besos van para allá.

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COMO LA LUNA HERMOSA

Puesta al alcance de miradas puras,
bésate amor del sol para alumbrarte,
dócil mujer, callada al pasearte
guías al hombre que camina a oscuras.

Retira el sol color a las criaturas
para que, humildes, puedan contemplarte,
gloria nacida en tierra, lenta parte
que eres puente de amor a las alturas.

Eres imagen de la Madre ausente,
con la que Dios bendice al triste preso
que en ella aspira sol de eterna aurora.

Guíanos al mañana, oh tú creciente
de la mengua filial, rómpenos peso,
que corramos a ti, gran Salvadora.

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AL CRISTO DE RODRIGO DE OSONA

Plantado en medio de la tierra extraña,
cuelga tu paz volcada a los hermanos
que lloran a tus pies, que ven tus manos
abiertas al perdón de negra saña.

Tras la cruz va una senda a la campaña
por escapar a los negocios vanos,
pero tu amor persigue a los humanos,
cegándoles su luz que Amor empaña.

Quédante las espinas, no el vestido,
ases, de Amor, los clavos sin espanto
y agota sangre tu postrer latido.

Das al Padre ese cuerpo sacrosanto,
de esa Virgen purísima nacido
que otros hijos te arrastra con su manto.

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VIERNES SANTO

Tu muerte salvadora de afligidos
penetra en mi alma al filo de la tarde,
como una espada. Lentamente arde
con el mismo compás de estos latidos

que puja el alma. Abierta a los sentidos,
espera de tu amor no ser cobarde
para morir de amor, sin otro alarde
que esa cruz que abrazaron tus gemidos.

Largas llegan tus manos a la oveja
descarriada en el fondo de este valle.
Alto bastón plantado, el cielo tocas

donde el Padre escuchó tu dulce queja.
Dios hablará cuando tu lengua calle
y latirán de compasión las rocas.

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EL MAL DOMINA EL MUNDO

Crece el dolor entre los niños mudos,
sube la muerte a lomos del pecado,
solos están con Dios crucificado
madres dolientes, bandoleros rudos.

Vierte el rencor tentáculos sañudos
para sembrar cizaña en el sembrado.
No hay en el ancho mundo desgarrado
quien busque el gran amor en tiempos rudos.

Mas tenue voz susurra a mi esperanza:
basta un solo inocente a sostenerlo
para que el Mal se trueque en aura pura.

Siémbrame, pues, contigo en la labranza,
dame el golpe de cruz, que al padecerlo
destile en mí, oh Jesús, tu gran ventura.

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PROGRAMA DEL APÓSTOL

Si me mueve el Espíritu de Cristo,
al mundo le daré palabra y vida,
amo a la Humanidad arrepentida
como una novia que del sol revisto.

Su desventura o sombra no resisto
ni aguantaré su muerte corrompida,
lágrimas le pondré por esa herida
que lleva sin sentir, de un mal no visto.

Si me escucha hablaré, si no me escucha
pondré mi corazón como llamada
deshecha en sangre dentro de sus venas.

Fuerte de Dios, prosigue tensa lucha
por dar el bien no amado a gente amada,
por deshacer el mal entre mis penas.

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HERMANA

Destapar ese brillo diamantino
que tú te escondes tras el rostro airado
quiero paciente, junto a ti sentado,
hermana de este extraño peregrino.

Tú te mereces mi mejor camino,
mas no sabré llamar si estoy al lado;
quizá penetre el eco en ti obstinado
si, dormido tu ayer, despierta el tino

con que habrás de apuntar a tu mañana.
Ven, hermana fecunda, al prado abierto,
sácate el alma presa a la ventana.

Verás cruzar el aire del desierto
hacia esa luz clarísima y lejana
que al brillar te despierta un hijo muerto.

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SABER HUMANO Y HABLAR DIVINO
(Hablar divino).

Yo he bajado a tu seno a interpretarte,
hijo materno amado y recluido;
éntrome en tu pensar por el sentido
y brótenme tus dedos obra de arte.

(Pensar humano).
Mi alma te hace suyo sin tocarte
y adivina, tras ti, Padre escondido.
La luz te está enviando comprimido
a mi rostro que sale a conquistarte.

Fachada soy del mundo cara al cielo,
ventana doble para cada hermana
que a mi lado susurra tu mensaje.
(Hablar divino).

De ellas aprende el místico desvelo
que habrás de revelar en lengua humana
por convocar al último viaje.

Gracias, amigo mío.
Seguimos pues

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A LA MUERTE DEL SACERDOTE
RAFAEL DUYOS (POETA)

La nube que te trajo silenciosa,
calentando el humano sentimiento,
ha vuelto ayer, para subir al viento
donde el ángel te da luciente rosa.

Tú has hecho el bien con tu presencia hermosa,
oh amigo de los hombres sin tormento,
del cielo recibiste, en un momento,
palabra para siempre poderosa.

Ella, eterna, moraba en tu posada,
tu carne por la boca le dio paso
al pan recolectado entre sudores.

La paz dabas al mundo en tu mirada,
viviste la hora larga del ocaso
en que callan los pájaros cantores.