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Tua Forsstrom, nacida el 2 de abril de 1947 en Porvoo, Finlandia, es una escritora finlandesa que escribe en lengua sueca a la que se le concedió el premio de "Literatura del Consejo Nórdico" en 1998. Los trabajos de Forsström son conocidos por su compromiso y esfuerzo en plasmar viajes y paisajes de Finlandia. Ella ha utilizado citas de Egon Friedell, Ludwig Wittgenstein, Hermann Hesse y Friedrich Nietzsche, y también en su colección "Después de pasar una noche entre caballos" usa también citas de Andrei Tarkovski.
Publicó su primer libro en 1972, Un poema sobre el amor y otras cosas. Su salto al mundo de habla inglesa llegó en 1987 con su sexta colección, Snow Leopard que fue traducido al inglés por el David McDuff y publicado por Libros Hachasangrienta. En 1990 el libro obtuvo un Premio de traducción en el Reino Unido.
En 2006 escribió Una vez que estudié en la Facultad maravilloso fue publicado por Libros Hachasangrienta, con traducciones a partir de David McDuff y Stina Katchadourian.
(Sacado de https://es.wikipedia.org/wiki/Tua_Forsstr%C3%B6m )
*
Algunos poemas de Tua Forsström:
De Monotropo (1979):
¿QUÉ CLASE DE LUCHA...
¿Qué clase de lucha
con sólo un luchador? Encapsulados
sentidos, leves, cegadas voces.
Sobre altas nubes vuelan becadas,
he leído que las condiciones
atmosféricas dan angustia a sus gritos.
La vida suele devenir costumbre, uno nunca se habitúa
yo misma no pude hoy con Linda,
lloraba y se abrazaba a mis rodillas.
Ser pequeño es no tener
nadie a quien recurrir.
Sr pequeño es estar
totalmente indefenso.
FORMAS, IDEAS...
Formas, ideas,
dragones de papel, cualquier cosa casi,
todas las repetidas necesarias conversaciones, vino
arañas de cristal, sexualidad cerebral.
No, es preciso concentrar la atención
en este fangoso día februarino, es preciso
ir hacia ti entre olor a sopa de berzas
y botas de goma húmedas, es preciso apretar
mis poros grises de invierno contra los tuyos, es preciso
tirarte por tierra con ojos lacrimosos de frío y agujeros en las medias.
Es preciso desabotonar botones
es preciso desceñir cinturas.
De Septiembre (1983):
¿QUIERES OÍR ALGO QUE NADIE HA VISTO?
¿Quieres oír algo que nadie ha visto?
Un hombre desembarcó aquí.
Hacía sol y viento del sudeste,
la colada estaba casi seca
cuando la pelota voló en arco lejos lejos sobre las olas...
Soy aún una muchacha.
Nausikaa, ¿qué hacer
con un extraño que surge, vacilante, del agua
sin más ropa que su cuerpo, herido, hinchado?
Le llevé a una estancia sombría.
Le di de comer, vino y agua.
Le di un lecho.
Él era el hombre y llegaba del mar,
me miró, distinto del que yo conocía.
Díjele que mi padre era rey de la isla.
Le pregunté como se llamaba.
¿Cuánto tiempo pensaba quedarse? Todo
lo ha olvidado.
Durmió mucho, noche parecía
como sombras de nubes volantes hendiendo
agua verdemente translúcida.
Apenas comprendo, y nada
aprendí. Nausikaa:
vuelvo a ser la princesa de mis padres,
me paseo por el parque, juego un momento a la pelota
con las esclavas en la orilla
mientras se seca la colada.
Despierto y la luz me da en los ojos. La puerta de algún balcón
rechina la noche entera, como un gato.
LARGO TIEMPO DESPUÉS...
Largo tiempo después: recelo, ausencia,odio
sin blanco. Te borraré para siempre: excusa
a excusa, mentira a mentira: ¡destruiré
cuanto de destruible tengas! Eso irá
lentamente. Duele.
En las fotos deformo tu nariz, ennegrezco
uno a uno tus dientes.
Corono a la niña con hojas de cicuta.
Quito sin dar razones el columpio del manzano.
Y ella llora por llorar, estruja
el pañuelo como bola de duelo, hipa ante el rostro
adulto que tiene enfrente
junto a la orilla No puedo Y callo
dura cual piedra rugiente motor que escinde
la superficie del agua: ¡súbeme a tu regazo Linda! Que pequeña
soy.
DESDE QUE LLUEVE...
Desde que llueve sin cesar
me encanta la sensación de ser
pupila, de vivir algún tiempo en una casa vacía.
Las ratas se han replegado al piso alto.
Nosotras usamos los restos del ajuar
de la pensión, abrimos cajones
y armarios. ¡Y todo funciona!
Nos hemos habituado a mañanas sin orillas
junto al desembarcadero, la bruma
cerniéndose sobre el agua como olvido y sueño.
No fue una mudanza, no teníamos
nada: bueno, sí, un transistor, y Linda iba en bicicleta
por el rechinante suelo del comedor.
De noche la tormenta disgregaba electricidad.
No éramos muy limpias, algún baño
de vapor en casa de mi madre, pero en general
nos habituamos al frío, y entonces no se nota.
Nos habituamos a no ser más que un incidente
y nos deshabituamos a sentir miedo
de lo que no comprendíamos.
Tampoco nuestra ida fue mudanza, nos limitamos a cerrar con llave
una fría mañana de agosto, diciéndonos
que nos gustaría volver.
NO DEBÍ SALIR DE VIAJE
No debí salir de viaje. La menstruación endurece y empapa en sudor la luz del sol, pegajosamente
vestida entre tantos cuerpos, y sin poder
parar. Harapos de bálsamo en el viento con volandera basura y sucia
arena, la aviesa opereta en mi cabeza.
Unos jóvenes beben cerveza danesa y se intercambian
direcciones: seguro que la próxima vez
vendrán aquí juntos.
Se tocan sus cuerpos relucientes con afable, distraída, clara evidencia.
¡Qué sabran ellos de años de desamor!
¡Habéis visto jamás vosotros un vacío, una violencia!
Harapos de bálsamo sobre las olas Las banderas del hotel
restallan al viento, ¿quién me llevará a casa? Los zapatos resbalan sin guía
en la arena Ciega de sol de oscuridad, aroma de rechinantes
pasillos de hotel semejante al aroma de otros pasillos de hotel.
Vivo en una cantera, taladran justo debajo.
Al otro lado del tabique se entrelazan dos todos los días a las dos y cuarto
durante dos y medio a cuatro minutos. Luego se duchan.
Y yo, sentada en la cama, apesto, veo
la lupina araña escalar lenta la tapia resquebrajada
sobre el césped justo junto al cubo del frambueso.
Música de transistores, gritos al viento, risas Gente
por doquier en los miradores
somnolescente con sus vasos al calor abrumante del mediodía.
¡He pagado mi viaje! ¡Vida normal ansío!
Y el gato tuerto agita el rabo
miedoso de golpes y descarado en torno al dobladillo de mi falda
junto a la taberna: ser gata y mendigar comida de vez en cuando
a los turistas que el sol asa en crudo.
Tua Forsstrom, nacida el 2 de abril de 1947 en Porvoo, Finlandia, es una escritora finlandesa que escribe en lengua sueca a la que se le concedió el premio de "Literatura del Consejo Nórdico" en 1998. Los trabajos de Forsström son conocidos por su compromiso y esfuerzo en plasmar viajes y paisajes de Finlandia. Ella ha utilizado citas de Egon Friedell, Ludwig Wittgenstein, Hermann Hesse y Friedrich Nietzsche, y también en su colección "Después de pasar una noche entre caballos" usa también citas de Andrei Tarkovski.
Publicó su primer libro en 1972, Un poema sobre el amor y otras cosas. Su salto al mundo de habla inglesa llegó en 1987 con su sexta colección, Snow Leopard que fue traducido al inglés por el David McDuff y publicado por Libros Hachasangrienta. En 1990 el libro obtuvo un Premio de traducción en el Reino Unido.
En 2006 escribió Una vez que estudié en la Facultad maravilloso fue publicado por Libros Hachasangrienta, con traducciones a partir de David McDuff y Stina Katchadourian.
(Sacado de https://es.wikipedia.org/wiki/Tua_Forsstr%C3%B6m )
*
Algunos poemas de Tua Forsström:
De Monotropo (1979):
¿QUÉ CLASE DE LUCHA...
¿Qué clase de lucha
con sólo un luchador? Encapsulados
sentidos, leves, cegadas voces.
Sobre altas nubes vuelan becadas,
he leído que las condiciones
atmosféricas dan angustia a sus gritos.
La vida suele devenir costumbre, uno nunca se habitúa
yo misma no pude hoy con Linda,
lloraba y se abrazaba a mis rodillas.
Ser pequeño es no tener
nadie a quien recurrir.
Sr pequeño es estar
totalmente indefenso.
FORMAS, IDEAS...
Formas, ideas,
dragones de papel, cualquier cosa casi,
todas las repetidas necesarias conversaciones, vino
arañas de cristal, sexualidad cerebral.
No, es preciso concentrar la atención
en este fangoso día februarino, es preciso
ir hacia ti entre olor a sopa de berzas
y botas de goma húmedas, es preciso apretar
mis poros grises de invierno contra los tuyos, es preciso
tirarte por tierra con ojos lacrimosos de frío y agujeros en las medias.
Es preciso desabotonar botones
es preciso desceñir cinturas.
De Septiembre (1983):
¿QUIERES OÍR ALGO QUE NADIE HA VISTO?
¿Quieres oír algo que nadie ha visto?
Un hombre desembarcó aquí.
Hacía sol y viento del sudeste,
la colada estaba casi seca
cuando la pelota voló en arco lejos lejos sobre las olas...
Soy aún una muchacha.
Nausikaa, ¿qué hacer
con un extraño que surge, vacilante, del agua
sin más ropa que su cuerpo, herido, hinchado?
Le llevé a una estancia sombría.
Le di de comer, vino y agua.
Le di un lecho.
Él era el hombre y llegaba del mar,
me miró, distinto del que yo conocía.
Díjele que mi padre era rey de la isla.
Le pregunté como se llamaba.
¿Cuánto tiempo pensaba quedarse? Todo
lo ha olvidado.
Durmió mucho, noche parecía
como sombras de nubes volantes hendiendo
agua verdemente translúcida.
Apenas comprendo, y nada
aprendí. Nausikaa:
vuelvo a ser la princesa de mis padres,
me paseo por el parque, juego un momento a la pelota
con las esclavas en la orilla
mientras se seca la colada.
Despierto y la luz me da en los ojos. La puerta de algún balcón
rechina la noche entera, como un gato.
LARGO TIEMPO DESPUÉS...
Largo tiempo después: recelo, ausencia,odio
sin blanco. Te borraré para siempre: excusa
a excusa, mentira a mentira: ¡destruiré
cuanto de destruible tengas! Eso irá
lentamente. Duele.
En las fotos deformo tu nariz, ennegrezco
uno a uno tus dientes.
Corono a la niña con hojas de cicuta.
Quito sin dar razones el columpio del manzano.
Y ella llora por llorar, estruja
el pañuelo como bola de duelo, hipa ante el rostro
adulto que tiene enfrente
junto a la orilla No puedo Y callo
dura cual piedra rugiente motor que escinde
la superficie del agua: ¡súbeme a tu regazo Linda! Que pequeña
soy.
DESDE QUE LLUEVE...
Desde que llueve sin cesar
me encanta la sensación de ser
pupila, de vivir algún tiempo en una casa vacía.
Las ratas se han replegado al piso alto.
Nosotras usamos los restos del ajuar
de la pensión, abrimos cajones
y armarios. ¡Y todo funciona!
Nos hemos habituado a mañanas sin orillas
junto al desembarcadero, la bruma
cerniéndose sobre el agua como olvido y sueño.
No fue una mudanza, no teníamos
nada: bueno, sí, un transistor, y Linda iba en bicicleta
por el rechinante suelo del comedor.
De noche la tormenta disgregaba electricidad.
No éramos muy limpias, algún baño
de vapor en casa de mi madre, pero en general
nos habituamos al frío, y entonces no se nota.
Nos habituamos a no ser más que un incidente
y nos deshabituamos a sentir miedo
de lo que no comprendíamos.
Tampoco nuestra ida fue mudanza, nos limitamos a cerrar con llave
una fría mañana de agosto, diciéndonos
que nos gustaría volver.
NO DEBÍ SALIR DE VIAJE
No debí salir de viaje. La menstruación endurece y empapa en sudor la luz del sol, pegajosamente
vestida entre tantos cuerpos, y sin poder
parar. Harapos de bálsamo en el viento con volandera basura y sucia
arena, la aviesa opereta en mi cabeza.
Unos jóvenes beben cerveza danesa y se intercambian
direcciones: seguro que la próxima vez
vendrán aquí juntos.
Se tocan sus cuerpos relucientes con afable, distraída, clara evidencia.
¡Qué sabran ellos de años de desamor!
¡Habéis visto jamás vosotros un vacío, una violencia!
Harapos de bálsamo sobre las olas Las banderas del hotel
restallan al viento, ¿quién me llevará a casa? Los zapatos resbalan sin guía
en la arena Ciega de sol de oscuridad, aroma de rechinantes
pasillos de hotel semejante al aroma de otros pasillos de hotel.
Vivo en una cantera, taladran justo debajo.
Al otro lado del tabique se entrelazan dos todos los días a las dos y cuarto
durante dos y medio a cuatro minutos. Luego se duchan.
Y yo, sentada en la cama, apesto, veo
la lupina araña escalar lenta la tapia resquebrajada
sobre el césped justo junto al cubo del frambueso.
Música de transistores, gritos al viento, risas Gente
por doquier en los miradores
somnolescente con sus vasos al calor abrumante del mediodía.
¡He pagado mi viaje! ¡Vida normal ansío!
Y el gato tuerto agita el rabo
miedoso de golpes y descarado en torno al dobladillo de mi falda
junto a la taberna: ser gata y mendigar comida de vez en cuando
a los turistas que el sol asa en crudo.
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