Aires de Libertad

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    Mensaje por Maria Lua Dom 14 Mar 2010 - 13:09

    Hoy, 14 de marzo, es Día de la Poesía, en Brasil,
    por el nacimiento del poeta romántico
    Castro Alves...





    CASTRO ALVES




    Amar e ser amado




    Amar e ser amado! Com que anelo
    Com quanto ardor este adorado sonho
    Acalentei em meu delírio ardente
    Por essas doces noites de desvelo!
    Ser amado por ti, o teu alento
    A bafejar-me a abrasadora frente!
    Em teus olhos mirar meu pensamento,
    Sentir em mim tu’alma, ter só vida
    P’ra tão puro e celeste sentimento:
    Ver nossas vidas quais dois mansos rios,
    Juntos, juntos perderem-se no oceano —,
    Beijar teus dedos em delírio insano
    Nossas almas unidas, nosso alento,
    Confundido também, amante — amado —
    Como um anjo feliz... que pensamento!?





    Amar y ser amado





    Amar y ser amado! Con que anhelo
    Con cuanto ardor este adorado sueño
    Acuné en mi delirio ardiente
    Por esas dulces noches de desvelo!
    Ser amado por ti, tu aliento
    que me sopla la encendida frente!
    En tus ojos mirar mi pensamiento,
    Sentir en mí tu alma, tener sólo vida
    Para tan puro y celeste sentimiento:
    Ver nuestras vidas como dos mansos ríos,
    Juntos, juntos se pierdan en el océano —,
    Besar tus dedos en delirio insano
    Nuestras almas unidas, nuestro aliento,
    Confundido también, amante — amado —
    Como un ángel feliz... que pensamiento!?





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    Antônio Frederico de Castro Alves (nacido en Cachoeira, Bahia, el 14 de marzo de 1847 y fallecido en Río de Janeiro el 6 de julio de 1871), fue un poeta romántico brasileño, conocido por sus poemas abolicionistas y republicanos.

    En 1862 comienza sus estudios de Derecho en la Universidad de Recife, y fue líder estudiantil, en esta época escribió sus primeros poemas Os Escravos e A Cachoeira de Paulo Afonso

    En 1867 abandonó Recife y regresó a Bahía, donde escribe la obra Gonzaga. Luego se mudó a Río de janeiro, donde conoció importantes personalidades como José de Alencar, Francisco Otaviano y Machado de Assis.

    Más tarde se traslada a San Pablo donde se reune con importantes políticos y escritores, como Rui Barbosa, Joaquim Nabuco, Rodrigues Alves, Afonso Pena y Bias Fortes. El 11 de noviembre de 1868, mientras cazaba en las afueras de la ciudad, es herido por un tiro en el talón y su pie izquierdo debe ser amputado.

    Su poesía se centra más que nada en temas humanísticos y sociales, versando principalmente contra el tráfico de esclavos y propugnando la abolición de la esclavitud. Su popularidad y reconocimiento como poeta fueron un importante apoyo a la campaña en favor de la promulgación de la Ley de libertad de vientres de 1871, prohibiendo la esclavitud a hijos de esclavos.

    Ingresó a la Academia Brasileña de Letras, donde ocupó la silla número 7.

    Contrae tuberculosis y fallece en 1871.




    Obras  

    1870 Espumas Flutuantes.
    Os escravos.
    Gonzaga ou a Revolução de Minas.
    Cachoeira de Paulo Afonso.
    Vozes D'África.
    O Navio Negreiro.


    Escribió además de poesía, sobre temas históricos





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    y en ese vuelo y en ese sueño
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    CASTRO ALVES (1847-1871) Empty Para María Lua

    Mensaje por Pedro Casas Serra Dom 14 Mar 2010 - 20:04

    CASTRO ALVES - poeta romántico brasileño
    por Maria Lua Hoy a las 13:09

    Hoy, 14 de marzo, es Día de la Poesía, en Brasil,
    por el nacimiento del poeta romántico
    Castro Alves...






    CASTRO ALVES


    Amar e ser amado


    Amar e ser amado! Com que anelo
    Com quanto ardor este adorado sonho
    Acalentei em meu delírio ardente
    Por essas doces noites de desvelo!
    Ser amado por ti, o teu alento
    A bafejar-me a abrasadora frente!
    Em teus olhos mirar meu pensamento,
    Sentir em mim tu’alma, ter só vida
    P’ra tão puro e celeste sentimento:
    Ver nossas vidas quais dois mansos rios,
    Juntos, juntos perderem-se no oceano —,
    Beijar teus dedos em delírio insano
    Nossas almas unidas, nosso alento,
    Confundido também, amante — amado —
    Como um anjo feliz... que pensamento!?




    Gracias, María, por traer este gran poema y a este gran poeta, que yo, en mi ignorancia, desconocía. ¡Que pena, tan próximos y tan alejados!

    Un abrazo.
    Pedro.
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    CASTRO ALVES (1847-1871) Empty Re: CASTRO ALVES (1847-1871)

    Mensaje por Juan Martín Dom 14 Mar 2010 - 23:59

    Amar y ser amado



    Amar y ser amado! Con que anhelo
    Con cuanto ardor este adorado sueño
    Acuné en mi delirio ardiente
    Por esas dulces noches de desvelo!
    Ser amado por ti, tu aliento
    que me sopla la encendida frente!
    En tus ojos mirar mi pensamiento,
    Sentir en mí tu alma, tener sólo vida
    Para tan puro y celeste sentimiento:
    Ver nuestras vidas como dos mansos ríos,
    Juntos, juntos se pierdan en el océano —,
    Besar tus dedos en delirio insano
    Nuestras almas unidas, nuestro aliento,
    Confundido también, amante — amado —
    Como un ángel feliz... que pensamiento!?

    Qué bellísimo poema, querida María, de tan gran poeta; consagrado, además de a las letras a la lucha por la libertad.

    ¡¡Muchas gracias por tu traducción y por la dedicatoria!!

    Muchos, muchos besos para ti de tu amigo.

    Juan
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    CASTRO ALVES (1847-1871) Empty Re: CASTRO ALVES (1847-1871)

    Mensaje por Maria Lua Lun 15 Mar 2010 - 0:32

    Gracias a ti, Pedro...
    Un beso
    Maria Lua


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    Mensaje por Pascual Lopez Sanchez Lun 15 Mar 2010 - 6:57

    No he podido pasar la tentación de asomarme. Te agradezco el detalle de la dedicatoria. De Castro Alves ya había leido algo ( un antigö profesor de literatura y letras , Don Julián Garro, siempre lo mencionaba). Yo creo que tengo una pequeña obra suya, pero debo buscarla.
    Un beso
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    CASTRO ALVES (1847-1871) Empty Re: CASTRO ALVES (1847-1871)

    Mensaje por Maria Lua Lun 15 Mar 2010 - 17:52

    Gracias, amigo Pascual,
    me gusta saber que lo conoces...
    Publicaré poeta más modernos
    de Brasil...
    Besos
    Maria Lua


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    CASTRO ALVES (1847-1871) Empty Re: CASTRO ALVES (1847-1871)

    Mensaje por Maria Lua Lun 15 Mar 2010 - 17:53

    Gracias, querido amigo Juan!
    Un beso con cariño
    Maria Lua


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    Mensaje por Evangelina Valdez Vie 26 Mar 2010 - 2:37

    La primera vez que leí a castro Alves me encantaron sus versos negros (esclavistas).
    Gracias por el aporte.
    Besos
    Maria Lua
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    Mensaje por Maria Lua Jue 1 Abr 2010 - 1:46

    Gracias, querida
    Evangelina!
    Me encanta saber que lo
    conoces!
    Un beso
    Maria Lua


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    Mensaje por Evangelina Valdez Jue 2 Mayo 2013 - 3:57

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    "EL NAVÍO NEGRERO"

    -I-

    Estamos en pleno mar... Audaz, en el espacio
    surge un rayo de luna –áurea mariposa–;
    Y tras él las olas corren, se fatigan,
    como niños, como una turba gozosa.

    Estamos en pleno mar... Del firmamento
    saltan los astros, tal como espumas de oro,
    y el mar enciende brillos ígneos.
    –Constelaciones de líquido tesoro...

    Estamos en pleno mar... Dos infinitos
    se estrechan en abrazo insano.
    Azules, dorados... plácidos, sublimes,
    ¿Cuál de los dos es cielo? ¿Cuál es el mar?

    Estamos en pleno mar... velas desplegadas
    al fuerte albur de la racha marina.
    El bergantín se desliza sobre el agua
    como fueran en la vela, roces de golondrina...

    ¿Dónde va? ¿Quién sabe el rumbo
    de las naves errantes en tamaño espacio?
    Los caballos del Sáhara alzan el polvo,
    galopan, vuelan, pero no hay rastros.

    Feliz el que pueda, en esta hora
    de estos trazos sentir la majestad:
    Abajo, el mar... encima el firmamento,
    y en uno y otro, la inmensidad.

    ¡Oh! ¡Qué dulce armonía me trae la brisa,
    qué música tenue el lejano cantar!
    ¡Mi Dios, qué sublime canto ardiente,
    flotando sobre el agua, en infinito azar!

    ¡Hombres de mar! ¡Oh, rudos marineros,
    quemados por el sol de cuatro mundos!
    Niños que la tempestad arrulla,
    en la cuna de este piélago profundo.

    ¡Esperad, esperad, dejad que beba,
    de esta poesía libre, salvaje,
    el viento silba entre las jarcias,
    el mar es la orquesta, que en la proa ruge.

    ¿Por qué huyes así, nave ligera?
    ¿Por qué huyes del impávido poeta?
    Quién pudiera viajar sobre tu estela,
    que en el mar parece la más audaz cometa.

    ¡Albatros, albatros! Águila de la mar,
    tú que duermes entre nubes de gasa,
    suelta las penas, Leviatán del aire,
    dame tus alas, Albatros, dame tus alas.

    *TRADUCCIÓN: Mario Catelli


    -------- ------

    O Navio Negreiro
    (Tragédia no mar)
    Antonio Castro Alves


    ‘Stamos em pleno mar... Doudo no espaço
    Brinca o luar — dourada borboleta;
    E as vagas após ele correm... cansam
    Como turba de infantes inquieta.

    ‘Stamos em pleno mar... Do firmamento
    Os astros saltam como espumas de ouro...
    O mar em troca acende as ardentias,
    –Constelações do líquido tesouro...

    ‘Stamos em pleno mar... Dois infinitos
    Ali se estreitam num abraço insano,
    Azuis, dourados, plácidos, sublimes...
    Qual dos dous é o céu? qual o oceano?...

    ‘Stamos em pleno mar. . . Abrindo as velas
    Ao quente arfar das virações marinhas,
    Veleiro brigue corre à flor dos mares,
    Como roçam na vaga as andorinhas...

    Donde vem? onde vai? Das naus errantes
    Quem sabe o rumo se é tão grande o espaço?
    Neste saara os corcéis o pó levantam,
    Galopam, voam, mas não deixam traço.

    Bem feliz quem ali pode nest’hora
    Sentir deste painel a majestade!
    Embaixo — o mar em cima — o firmamento...
    E no mar e no céu — a imensidade!

    Oh! que doce harmonia traz-me a brisa!
    Que música suave ao longe soa!
    Meu Deus! como é sublime um canto ardente
    Pelas vagas sem fim boiando à toa!

    Homens do mar! ó rudes marinheiros,
    Tostados pelo sol dos quatro mundos!
    Crianças que a procela acalentara
    No berço destes pélagos profundos!

    Esperai! esperai! deixai que eu beba
    Esta selvagem, livre poesia,
    Orquestra — é o mar, que ruge pela proa,
    E o vento, que nas cordas assobia...

    Por que foges assim, barco ligeiro?
    Por que foges do pávido poeta?
    Oh! quem me dera acompanhar-te a esteira
    Que semelha no mar — doudo cometa!

    Albatroz! Albatroz! águia do oceano,
    Tu que dormes das nuvens entre as gazas,
    Sacode as penas, Leviathan do espaço,
    Albatroz! Albatroz! dá-me estas asas.

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    CASTRO ALVES (1847-1871) Empty Re: CASTRO ALVES (1847-1871)

    Mensaje por Evangelina Valdez Jue 2 Mayo 2013 - 4:15

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    "EL NAVÍO NEGRERO"

    -II-

    ¿Qué importa la cuna del marinero,
    cuál es su origen, cuál es su lar?
    Sólo la cadencia de los versos,
    que aprende del viejo mar.
    ¡Cantad: la muerte es divina!
    El bergantín navega a bolina,
    avanza, veloz delfín
    y, cautiva en la mesana,
    a sola bandera agita
    las olas que no ven fin.

    De España, las cantilenas
    con sus lánguidos requiebros,
    evocan bellas muchachas,
    las andaluzas en flor.
    De Italia el hijo indolente,
    canta Venecia durmiente,
    tierra de amor y traición,
    y del golfo, en el regazo,
    recuerda versos de Tasso,
    a los pies de aquel volcán.

    El inglés, un frío marino
    que al nacer se vio en la mar,
    (Inglaterra es un navío
    que en la Mancha se fue a anclar)
    duro entona patrias glorias
    y orgulloso evoca historias
    de Nelson o Trafalgar.
    El francés, predestinado,
    canta glorias del pasado
    y lauros del porvenir.

    ¡Oh, marineros helenos
    que la ola jónica acunó,
    bellos piratas morenos
    del mar que Ulises cruzó!
    Hombres que Fidias tallara,
    cantan en la noche clara
    versos que Homero echó al vuelo,
    navegantes de mil patrias
    sabéis hallar en las olas
    las melodías de este cielo.


    -------- ---------

    -II-

    Que importa do nauta o berço,
    Donde é filho, qual seu lar?
    Ama a cadência do verso
    Que lhe ensina o velho mar!
    Cantai! que a morte é divina!
    Resvala o brigue à bolina
    Como golfinho veloz.
    Presa ao mastro da mezena
    Saudosa bandeira acena
    As vagas que deixa após

    Do Espanhol as cantilenas
    Requebradas de langor,
    Lembram as moças morenas,
    As andaluzas em flor!
    Da Itália o filho indolente
    Canta Veneza dormente,
    — Terra de amor e traição,
    Ou do golfo no regaço
    Relembra os versos de Tasso,
    Junto às lavas do vulcão!


    O Inglês — marinheiro frio,
    Que ao nascer no mar se achou,
    (Porque a Inglaterra é um navio,
    Que Deus na Mancha ancorou),
    Rijo entoa pátrias glórias,
    Lembrando, orgulhoso, histórias
    De Nelson e de Aboukir.. .
    O Francês — predestinado —
    Canta os louros do passado
    E os loureiros do porvir!

    Os marinheiros Helenos,
    Que a vaga jônia criou,
    Belos piratas morenos
    Do mar que Ulisses cortou,
    Homens que Fídias talhara,
    Vão cantando em noite clara
    Versos que Homero gemeu...
    Nautas de todas as plagas,
    Vós sabeis achar nas vagas
    As melodias do céu!...

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    CASTRO ALVES (1847-1871) Empty Re: CASTRO ALVES (1847-1871)

    Mensaje por Evangelina Valdez Jue 2 Mayo 2013 - 4:23

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    "EL NAVÍO NEGRERO"

    -III-

    Baja del espacio inmenso, el águila de la mar.
    Baja más, todavía más... no ve el humano mirar,
    lo que tus ojos persiguen, del bergantín volador.
    ¿Pero qué ven mis ojos! ¡Todo un cuadro de amarguras!
    ¡Es un canto funerario! ¡Y qué tétricas figuras!
    ¡Una escena vil e infame! ¡Mi Dios, mi Dios, el horror!


    ------- -----------

    -III-

    Desce do espaço imenso, ó águia do oceano!
    Desce mais ... inda mais... não pode olhar humano
    Como o teu mergulhar no brigue voador!
    Mas que vejo eu aí... Que quadro d’amarguras!
    É canto funeral! ... Que tétricas figuras! ...
    Que cena infame e vil... Meu Deus! Meu Deus! Que horror!

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    CASTRO ALVES (1847-1871) Empty Re: CASTRO ALVES (1847-1871)

    Mensaje por Evangelina Valdez Jue 2 Mayo 2013 - 4:36

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    "EL NAVÍO NEGRERO"

    -IV-

    La cubierta era un sueño dantesco,
    y enrojecía el brillo de las luces
    al quedar bañada en sangre.
    Tañir de hierros, estallar de azotes,
    legiones de hombres negros cual la noche,
    en tétrico danzar.

    Mujeres negras. Niños enjutos
    colgando de sus tetas, y sus negras bocas
    regadas de sangre materna.
    Otras más mozas, desnudas, espantadas,
    vanamente se lamentan, arrastradas
    a un torbellino fantasmal.

    Y ríe la orquesta, irónica, estridente,
    y gira extraordinaria la serpiente
    en locas espirales.
    Si quiebra el viejo, si también resbala,
    se escuchan gritos, el látigo estalla,
    y giran más y más.

    Sujetos todos, una sola cadena:
    la multitud hambrienta tambalea
    y llora y danza y sigue.
    Uno de rabia delira, otro enloquece,
    otro, al que el martirio lo embrutece,
    cantando gime y ríe.

    Y mientras tanto, el capitán manda maniobra,
    y al ver que el cielo se desdobla
    tan puro sobre el mar,
    dice, mientras surge entre la niebla:
    ¡que se tense el cuero, marineros!
    ¡Quiero verlos bailar más!

    Y ríe la orquesta, irónica, estridente,
    y gira extraordinaria la serpiente
    en locas espirales.
    ¡Como en un sueño dantesco vuelan sombras!
    ¡Suenan gritos, ays, maldiciones,
    y ríese Satanás!


    -----------

    -IV-

    Era um sonho dantesco... o tombadilho
    Que das luzernas avermelha o brilho.
    Em sangue a se banhar.
    Tinir de ferros... estalar de açoite...
    Legiões de homens negros como a noite,
    Horrendos a dançar...

    Negras mulheres, suspendendo às tetas
    Magras crianças, cujas bocas pretas
    Rega o sangue das mães:
    Outras moças, mas nuas e espantadas,
    No turbilhão de espectros arrastadas,
    Em ânsia e mágoa vãs!

    E ri-se a orquestra irônica, estridente...
    E da ronda fantástica a serpente
    Faz doudas espirais ...
    Se o velho arqueja, se no chão resvala,
    Ouvem-se gritos... o chicote estala.
    E voam mais e mais...

    Presa nos elos de uma só cadeia,
    A multidão faminta cambaleia,
    E chora e dança ali!
    Um de raiva delira, outro enlouquece,
    Outro, que martírios embrutece,
    Cantando, geme e ri!

    No entanto o capitão manda a manobra,
    E após fitando o céu que se desdobra,
    Tão puro sobre o mar,
    Diz do fumo entre os densos nevoeiros:
    «Vibrai rijo o chicote, marinheiros!
    Fazei-os mais dançar!...»

    E ri-se a orquestra irônica, estridente. . .
    E da ronda fantástica a serpente
    Faz doudas espirais...
    Qual um sonho dantesco as sombras voam!...
    Gritos, ais, maldições, preces ressoam!
    E ri-se Satanás!...

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    Mensaje por Evangelina Valdez Jue 2 Mayo 2013 - 4:43

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    "EL NAVÍO NEGRERO"

    -V-

    ¡Oh, Dios de los desgraciados!
    Dímelo tú, señor Dios:
    ¿Es mentira o es verdad,
    tanto horror ante este cielo?
    ¡Oh, mar, porqué no lavas,
    con la esponja de tus olas,
    de tu manto el deshonor.
    ¡Astros, noche, tempestades!
    ¡Surgid de la inmensidad!
    ¡Barre los mares, tifón!

    ¿Quiénes son los desgraciados
    que sólo encuentran en vos,
    el reír calmo de la turba
    que excita la furia del verdugo?
    ¿Quiénes son? Y si la estrella se esconde,
    y si la ola se escapa
    como un cómplice fugaz
    ante la noche confusa...
    ¡Dilo tú, severa musa,
    musa libérrima, audaz!

    Son los hijos del desierto,
    donde se unen tierra y luz,
    donde vive bajo el cielo,
    la tribu de hombres desnudos.
    Son los guerreros osados,
    que con los tigres manchados
    combaten en soledad.
    Ayer simples, fuertes, bravos,
    hoy son míseros esclavos,
    sin luz, ni aire ni razón...

    Son mujeres desgraciadas,
    como Agar también lo fue,
    que sedientas, arrasadas,
    de lejos van a llegar,
    trayendo con tibios pasos,
    grilletes e hijos en los brazos
    y en el alma lágrimas y hiel.
    Como Agar, que al sufrir tanto,
    ya ni leche de su llanto
    tiene que darle a Ismael.

    Sobre arenas infinitas
    del país de las palmeras,
    nacieron bellas criaturas,
    vivieron mozas gentiles.
    Pasó un día una caravana,
    Y dijo en la noche oscura,
    la virgen de la cabaña:
    ¡Adiós, oh choza del monte!
    ¡Adiós, palmeras de la fuente!
    ¡Adiós, amores, adiós!


    *CONTINUARÁ...
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    Mensaje por Maria Lua Dom 23 Feb 2014 - 13:28

    Gracias, amigos que participan
    de este post!
    Besos para todos
    Maria Lua


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    o un ciego soñando
    y en ese vuelo y en ese sueño
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    siendo guardián en tu cielo
    y tren de tus ilusiones."
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    Mensaje por Maria Lua Miér 12 Mar 2014 - 19:58

    ADORMECIDA



    Ses longs cheveux épars la couvrent tout entière
    La croix de son collier repose dans sa main,-
    Comme pour témoigner qu'elle a fait sa prière.
    Et qu'elle va la faire en s'éveillant demain.
    A. DE MUSSET



    Uma note, eu me lembro... Ela dormia
    Numa rede encostada molemente...
    Quase aberto o roupão... solto o cabelo
    E o pé descalço do tapete rente.

    'Stava aberta a janela. Um cheiro agreste
    Exalavam as silvas da campina...
    E ao longe, num pedaço do horizonte,
    Via-se a noite plácida e divina.

    De um jasmineiro os galhos encurvados,
    Indiscretos entravam pela sala,
    E de leve oscilando ao tom das auras,
    Iam na face trêmulos - beijá-la.

    Era um quadro celeste!...A cada afago
    Mesmo em sonhos a moça estremecia...
    Quando ela serenava... a flor beijava-a...
    Quando ela ia beijar-lhe... a flor fugia...

    Dir-se-ia que naquele doce instante
    Brincavam duas cândidas crianças...
    A brisa, que agitava as folhas verdes,
    Fazia-lhe ondear as negras tranças!

    E o ramo ora chegava ora afastava-se...
    Mas quando a via despeitada a meio,
    P'ra não zangá-la... sacudia alegre
    Uma chuva de pétalas no seio...

    Eu, fitando esta cena, repetia
    Naquela noite lânguida e sentida:
    'Ó flor! - tu és a virgem das campinas!
    'Virgem! - tu és a flor da minha vida!...'




    ADORMECIDA



    Trad. de Jaime Tello

    Ses longs cheveux épars la couvrent tout entière
    La croix de son collier repose dans sa main,-
    Comme pour témoigner qu'elle a fait sa prière.
    Et qu'elle va la faire en s'éveillant demain.
    DE MUSSET


    Una noche, recuerdo… Ella dormía
    Muellemente en la hamaca recostada…
    Casi abierto el ropón… suelto el cabello,
    Y el pie descalzo que el tapiz tocaba.

    Por la ventana abierta un dulce aroma
    Llegava de la selva y la campiña…
    Y en lejano trozo de horizonte
    Plácida ya la noche se veía.

    De un jazmín los gajos recurvados
    Indiscretos entraban a la sala,
    Y oscilando al compás de dulce céfiro
    Trémulos en el rostro la besaban.

    ¡Oh cuadro celestial! Cada caricia
    Aun soñando a la moza estremecía…
    La flor, al serenarse, la besaba…
    Cuando ella lo iba a hacer, la flor huía…

    Diríase que en ese dulce instante
    Dos niños retozaban inocentes…
    La brisa, al agitar las hojas verdes
    ¡Hacíale ondear las negras trenzas!

    La rama se acercaba, se alejaba…
    Mas al verla entreabrir los ojos negros,
    Por no afligirla… alegre sacudía
    Una lluvia de flores en el seno…

    Yo, mirando esta escena, repetía
    En esa noche trémula y sentida:
    - “!Oh flor, eres la virgen de los campos!
    - Virgen, ¡tú la flor eres de la vida!...”


    Extraído de CUATRO SIGLOS DE POESÍA BRASILEÑA. Introducción, traducción y notas de Jaime Tello. Caracas: Centro Abreu e Lima de Estudios Brasileños; Instituto de Altos Estudios de América Latina, Universidad Simón Bolívar, 1983. 254 p.



    ADORMECIDA



    Trad. de Arturo Corchera

    Una noche, recuerdo ... Ella dormía
    Recostada en la hamaca, blandamente ...
    Casi abierta la bata ... Suelto el pelo.
    Desnudo el pie sobre la estera ardiente.

    Absorta la ventana. Un vaho agreste
    Exhalaba el zarzal de la campiña ...
    Y venía en un trazo de horizonte
    La noche, lejos, plácida y divina.

    Los ramajes doblados, indiscretos
    De un jazminero, entraban por la sala
    Y al vaivén de las brisas oscilando
    Trémulos como labios la besaban.

    ¡Era un cuadro celeste!. .. Como ensueño
    Cada roce a la moza estremecía ...
    Cuando ella se calmaba ... La besaban
    Flores que si ella iba a besar, huían ...

    Era como si en ese dulce instante
    Jugaran a sonar dos inocencias ...
    Mecía el aire los ramajes verdes
    ¡Haciendo ondear las renegridas trenzas!

    Ora el jazmín se iba… Ora llegaba…
    Mas si enfados urdía su despecho
    Sólo por sosegarla… lloviznaba
    Sobre su seno un perfumar de pétalos.

    Yo, enmudecido, viéndola decía
    Entre la noche de albas encendida:
    “!Tú eres la Virgen —flor— de las campiñas!”
    “!Tú eres la flor —Oh Virgen— de mi vida!...”


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    CASTRO ALVES (1847-1871) Empty Re: CASTRO ALVES (1847-1871)

    Mensaje por Maria Lua Miér 12 Mar 2014 - 20:01

    É TARDE!





    Olha-me, Ó virgem, a fronte!
    Olha-me os olhos sem luz!
    A palidez do infortúnio
    Por minhas faces transluz;
    Olha, ó virgem - não te iludas
    Eu só tenho a lira e a cruz.
    JUNQUEIRA FREIRE

    É tarde! É muito tarde!
    MONT’ ALVERNE



    E tarde! E muito tarde! O templo é negro...
    O fogo-santo já no altar não arde.
    Vestal! não venhas tropeçar nas piras ...
    É tarde! É muito tarde!

    Treda noite! E minh'alma era o sacrário,
    A lâmpada do amor velava entanto,
    Virgem flor enfeitava a borda virgem
    Do vaso sacrossanto.

    Quando Ela veio — a negra feiticeira —
    A libertina, lúgubre bacante,
    Lascivo olhar, a trança desgrenhada,
    A roupa gotejante.

    Foi minha crença — o vinho dessa orgia,
    Foi minha vida — a chama que apagou-se,
    Foi minha mocidade — o touro lúbrico,
    Minh'alma - o tredo alcouce.

    E tu, visão do céu! Vens tateando
    O abismo onde uma luz sequer não arde?
    Ai! não vás resvalar no chão lodoso ...
    É tarde! É muito tarde!

    Ai! não queiras os restos do banquete!
    Não queiras esse leito conspurcado!
    Sabes? meu beijo te manchara os lábios
    Num beijo profanado.

    A flor do lírio de celeste alvura
    Quer da lucíola o pudico afago ...
    O cisne branco no arrufar das plumas
    Quer o aljôfar do lago.

    É tarde! A rola meiga do deserto
    Faz o ninho na moita perfumada ...
    Rola de amor! não vás ferir as asas
    Na ruína gretada.

    Como o templo, que o crime encheu de espanto,
    Ermo e fechado ao fustigar do norte,
    Nas ruínas desta alma a raiva geme ...
    E cresce o cardo — a morte —.

    Ciúme! dor! sarcasmo! - Aves da noite!
    Vós povoais-me a solidão sombria,
    Quando nas trevas a tormenta ulula
    Um uivo de agonia! ...

    * * *

    É tarde! Estrela-d'alva! o lago é turvo.
    Dançam fogos no pântano sombrio ..
    Pede a Deus que dos céus as cataratas
    Façam do brejo - um rio!

    Mas não ...! Somente as vagas do sepulcro
    Hão de apagar o fogo que em mim arde .
    Perdoa-me, Senhora! ... Eu sei que morro .
    É tarde! É muito tarde! ...



    Rio de Janeiro, 3 de novembro de 1869.
    (De Espumas Flutuantes)






    ¡ES TARDE!



    Trad. de Arturo Corchera

    ¡Es tarde! ¡Ya es muy tarde! El templo a oscuras
    En el altar el fuego santo no arde.
    ¡No tropieces, Vestal, entre Las brasas ...!
    ¡Es tarde! ¡Ya es muy tarde!

    ¡Traidora noche! Mi alma era un sagrario,
    Su lámpara el amor velaba, en tanto
    Virgen flor adornaba el borde virgen
    Del vaso sacrosanto.

    Cuando Ella vino —fúnebre hechicera—
    La libertina, lúgubre bacante,
    Mirar lascivo, trenza desgreñada,
    EI traje deleznante.

    Mi religión —el vino de esa orgía.
    No un incendio mi vida —un apagar,
    Y fue mi mocedad —lúbrico toro.
    Y mi alma un lupanar.

    Visión del cielo! ¿Vienes tanteando
    Abismos donde ya la lumbre no arde?
    No vayas, ay, a sepultarte en fango ...
    Es tarde. Ya es muy tarde.

    ¡No quieras, no, las sobras del banquete!
    ¡Ni el pervertido lecho del malsano!
    Mi boca -entiende- manchará tu beso
    Con su beso profano.

    La flor del lirio de celeste albura
    Busca de la luciérnaga un halago.
    El cisne quiere en su agitar de plumas
    La perla de los lagos.

    ¡Es tarde! La paloma del desierto
    Su nido hace en la fronda perfumada ...
    ¡Paloma del amor! Cuida tus alas
    De los boscajes yertos.

    Templo que el crimen asoló de espanto,
    Cerrado al fustigar del viento, inerte
    Alma hecha ruinas, donde mi alma gime
    Crece un cardo — la muerte.

    ¡Sarcasmos! ¡Celos! ¡Aves de la noche
    Que me pobláis la soledad umbría
    Cuando en tinieblas de tormenta ululan
    Aullares de agonía! ...

    ***

    ¡Es tarde! !Luz del alba! ¡Lago turbio!
    Danzan fuegos en lodazal sombrío.
    Pide a Dios que del cielo las cascadas
    Hagan del yermo —un rio.

    Mas no. Sólo las olas del sepulcro
    Han de apagar en mí el infierno que arde .
    ¡Perdonadme, Señora!. .. Yo ya he muerto .
    ¡Es tarde! ¡Ya es muy tarde!. ..





    Extraídos de TRÊS POETAS ROMÂNTICOS: GONÇALVES DIAS, CASTRO ALVES, SOUSÂNDRADE. Prólogo d Luis Jaime Cisneros. Traducciones de Washington Delgado, Arturo Corcuera y Javier Sologuren. Lima: Centro de Estudios Brasileños, 1984. 110 p. (Tierra Brasileña. Poesía 20)





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    CASTRO ALVES (1847-1871) Empty Re: CASTRO ALVES (1847-1871)

    Mensaje por Maria Lua Miér 12 Mar 2014 - 20:05

    De PABLO NERUDA, HOMENAJE A CASTRO ALVES


    Castro Alves del Brasil - Pablo Neruda


    Canto general




    Castro Alves del Brasil, tú para quién cantaste?

    Para la flor cantaste? Para el agua

    cuya hermosura dice palabras a las piedras?

    Cantaste para los ojos, para el perfil cortado

    de la que amaste entonces? Para la primavera?


    Sí, pero aquellos pétalos no tenían rocío,

    aquellas aguas negras no tenían palabras,

    aquellos ojos eran los que vieron la muerte,

    ardían los martirios aun detrás del amor,

    la primavera estaba salpicada de sangre.


    -Canté para los esclavos, ellos sobre los barcos

    como el racimo oscuro del árbol de la ira

    viajaron, y en el puerto se desangró el navío

    dejándonos el peso de una sangre robada.


    -Canté en aquellos días contra el infierno,

    contra las afiladas lenguas de la codicia,

    contra el oro empapado en el tormento,

    contra la mano que empuñaba el látigo,

    contra los directores de tinieblas.


    -Cada rosa tenía un muerto en sus raíces.

    La luz, la noche, el cielo se cubrían de llanto,

    los ojos se apartaban de las manos heridas

    y era mi voz la única que llenaba el silencio.


    -Yo quise que del hombre nos salváramos,

    yo creía que la ruta pasaba por el hombre,

    y que de allí tenía que salir el destino.

    Yo canté para aquellos que no tenían voz.

    Mi voz golpeó las puertas hasta entonces cerradas

    para que, combatiendo, la Libertad entrase.


    Castro Alves del Brasil, hoy que tu libro puro

    vuelve a nacer para la tierra libre,

    déjame a mí, poeta de nuestra pobre América,

    coronar tu cabeza con el laurel del pueblo.

    Tu voz se unió a la eterna y alta voz de los hombres.

    Cantaste bien। Cantaste como debe cantarse.


    EN PORTUGUÉS


    XXIX- Castro Alves do Brasil



    Castro Alves do Brasil, para quem cantaste?
    Para a flor cantaste? Para a água
    cuja formosura diz palavras às pedras?
    Cantaste para os olhos para o perfil recortado
    da que então amaste? Para a primavera?

    Sim, mas aquela pétalas não tinham orvalho,
    aquelas águas negras não tinham palavras,
    aqueles olhos eram os que viram a morte,
    ardiam ainda os martírios por detrás do amor,
    a primavera estava salpicada de sangue.

    - Cantei para os escravos, eles sobre os navios
    como um cacho escuro da árvore da ira,
    viajaram, e no porto se dessangrou o navio
    deixando-nos o peso de um sangue roubado.

    - Cantei naqueles dias contra o inferno,
    contra as afiadas línguas da cobiça,
    contra o ouro empapado de tormento,
    contra a mão que empunhava o chicote,
    contra os dirigentes de trevas.

    - Cada rosa tinha um morto nas raízes.
    A luz, a noite, o céu, cobriam-se de pranto,
    os olhos apartavam-se das mãos feridas
    e era a minha voz a única que enchia o silêncio.

    - Eu quis que do homem nos salvássemos,
    eu cria que a rota passasse pelo homem,
    e que daí tinha de sair o destino.
    Cantei para aqueles que não tinham voz.
    Minha voz bateu em portas até então fechadas
    Para que, combatendo, a liberdade entrasse.

    Castro Alves do Brasil, hoje que teu livro puro
    torna a nascer para a terra livre,
    deixam-me a mim, poeta da nossa América,
    coroar a tua cabeça com os louros do povo.
    Tua voz uniu-se à eterna e alta voz dos homens.
    Cantaste bem. Cantaste como se deve cantar.



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    Mensaje por Maria Lua Miér 12 Mar 2014 - 20:12

    CASTRO ALVES Y LA POESÍA ABOLICIONISTA BRASILEÑA: “EL BARCO NEGRERO, TRAGEDIA EN EL MAR”

    Por Jorge Ladino Gaitán Bayona
    (Profesor de Literatura de la Universidad del Tolima,
    Integrante de la Tertulia Tinta de Búho).


    En su “Decálogo del artista” Gabriela Mistral destaca como principio para la labor del poeta: “Tu belleza se llamará también misericordia y consolará el corazón de los hombres” (2001, p. 152). La poesía no es sólo una ofrenda de belleza, sino también de humanidad. Esta línea de reflexión se podría conciliar con lo abordado por Heidegger en Hölderlin y la esencia de la poesía, cuando resalta que la poesía es “la fundación del ser por la palabra” (2000, p. 30). Hay un tipo de lírica que trasciende todo carácter artificial, no quedándose en el efectismo de una imagen, sino salvando al ser del olvido. En ella se posiciona un poeta que nombra las heridas de otros hombres. Estas consideraciones resultan pertinentes al abordar el poema “El barco negrero, tragedia en el mar” (1), del brasileño Antonio de Castro Alves (1847-1871), escrito en 1868, en el cual, como bien señala Antonio Candido, se le ofrece al esclavo “el manto redentor de la poesía” (1975, p. 275), veinte años antes de la abolición de la esclavitud en Brasil (1888).

    Previo a la valoración estética e ideológica del poema es clave resaltar que Castro Alves pertenecía a una familia de ideas liberales. Su padre (Antonio José Alves) era un cirujano que le brindó la oportunidad de ingresar al Gimnasio Bahiano (en la ciudad de São Salvador) y luego la posibilidad de estudiar derecho en Recife y São Paulo, si bien nunca finalizó la carrera. El espíritu libertario del joven poeta -pues murió con apenas 24 años- lo llevó a ser líder estudiantil y simpatizante de la causa abolicionista. En vida sólo publicó el libro de poemas Espumas fluctuantes (1870). Años después de su muerte, se darían a conocer otras creaciones líricas del autor, como "Gonzaga ou A Revolução de Minas", "Cachoeira de Paulo Afonso", "Vozes D'África" y “O Navio Negreiro". Este último había sido escrito en 1868 en São Paulo. Castro Alves evidenciaba en la creación estética y en su actitud vital su solidaridad con el negro. Al respecto, indica Gaston Figueira: “Su lucha antiesclavista se había iniciado algunos años antes, pues ya en Recife, en el 63, había escrito 'A canção do africano' y en el 65, numerosos poemas abolicionistas” (1968, p. 15).

    La lucha a favor del negro marcaba vida y obra de Castro Alves. En esa correspondencia de pensamiento y acción, se hermanaba con los poetas románticos de otras latitudes. Más aún, la importancia del papel asumido por el autor brasileño fue que en su país, en vez de sublimar la figura del indígena como lo hacían Antônio Gonçalves Dias, José de Alencar y otros románticos, prefirió dejar morar en la palabra poética al negro, un sujeto que, hasta ese momento histórico, “era una realidad degradante, sin categoría de arte, sin leyenda heroica” (Candido, 1975, p. 275). Obviamente, como lo agrega Antonio Candido, el negro ya estaba tímidamente presente en algunos poemas de Vitoriano Palhares, solo que fue Castro Alves quien “efectuó la incorporación definitiva del negro a la literatura” (p. 276), no simplemente como víctima, sino como un ser con dignidad, valores, sentidos de ternura, amor, cólera y alegría. En este sentido, podría considerarse como una figura tutelar de una larga tradición de poetas que también abordaron la figura del negro, piénsese, por ejemplo, en Jorge de Lima (1895- 1953), Gilberto Freyre (1900-1987), Adão Ventura (1946-2004), entre otros.

    Bachelard expresaba que “el poema es esencialmente una aspiración a imágenes nuevas” (2006, p. 10). Por ello, cada poeta le ofrece al lector su “invitación al viaje” (p. 12), un viaje que implica no sólo movilidad espiritual y de imágenes, sino también situaciones inesperadas. Desde esta perspectiva es oportuno abordar “El barco negrero, tragedia en el mar”, donde el poeta somete a mutaciones su propia voz, su relación con los objetos, el hombre, la naturaleza, su Dios y la historia, además de permitirse manejar una melodía armónica e idílica que será aniquilada dentro del espacio textual por otra melodía rabiosa y desencantada. Los mismos estados poéticos están encaminados a que el lector se conmocione con distintas gradaciones de la belleza y con el destino trágico que soportan los negros que son traídos desde África para convertirse en esclavos en Brasil, sufriendo vejaciones y nostalgias por haber sido arrancados de su tierra madre, padeciendo, como indica Edward Said en Reflexiones sobre el exilio, esa “grieta imposible de cicatrizar impuesta entre un ser humano y su lugar natal, entre el yo y su verdadero hogar” (2005, p. 179). Las estaciones presentes en el poema para que la tragedia de los esclavos no caiga sobre el lector en forma brusca, sino gradual, podrían ser las siguientes: a) juego-inocencia; b) contemplación y culto; c) interrogación-digresión; d) horror y cólera; e) solidaridad y nostalgia; f) indignación y desencanto. Precisamente, el juego y la inocencia son el punto de partida en ese viaje que ofrece el poeta, tal como se evidencia en los versos iniciales:


    En pleno mar… El brillo de la luna
    juega en el aire, blanca mariposa,
    como niños las olas van tras ella,
    que no se cansa, esquiva y vagarosa.

    En pleno mar… Los astros desde el cielo
    saltan cantando como espumas de oro…
    el mar a cambio asciende a sus estrellas,
    -constelación de líquido tesoro (Castro Alves, 1984, p. 71).


    En la primera parte del poema se vislumbra la “feminidad del agua” (Durand, 1981, p. 95), del mar-madre que brinda cobijo y ternura a otros elementos naturales que, ante su presencia, se entregan al juego. No se olvide que el mar “es el abismo feminizado y maternal que, para numerosas culturas, es el arquetipo del descenso y de las fuentes originales de la felicidad” (p. 214). La imagen que refiere el ascenso del mar a las estrellas en el tercer verso del segundo cuarteto, unida a las sugerencias presentes en el texto lírico en torno a que el cielo y el mar son la pareja tutelar, está referido al hecho de que en los arquetipos universales el mar es madre, como también existe “una vinculación entre el cielo y paternidad” (p. 129). Mar y cielo en estas estrofas son un solo abrazo, las aguas del mar se funden con el azul del cielo. Por eso la tercera estrofa expresa: “En pleno mar…Furiosamente se atan/ dos infinitos en abrazo humano./ Apacibles, azules, confundidos:/ ¿Cuál es el cielo y cuál es el océano?” (Castro Alves, 1984, p. 71). La inmensidad del mar y del cielo obnubila al poeta y lo hace saltar del estado de juego-inocencia a uno de contemplación y culto: “Dichoso aquel que pueda en esta hora/ de este mural sentir la majestad…./ Abajo el mar, en lo alto el firmamento/ y en el cielo y el mar la inmensidad” (p. 73). Seduce en esta estrofa la cadencia de los versos, la unión de lo alto y lo bajo ante el pasmo religioso del poeta.

    Bachelard indica en El agua y los sueños que el agua y la imaginación se expresan en distintas voces y el escritor elige entre ellas la que, de acuerdo con su fluidez, se adecua mejor a una necesidad particular de poetizar el mundo. Destaca el ensayista francés que, si bien existen aguas femeninas (compuestas, profundas, primaverales, entre otras), ya a nivel de ritmo, intensidad y sonido, priman “la voz del arroyo que balbucea y la voz de cascada estrepitosa” (2003, p. 290). La primera le habla con suavidad al lector, la segunda con tono fuerte, vertiginoso y vehemente. La voz del arroyo (balbuceante como los astros que juegan en el regazo del mar y el cielo, profundamente sutil, evocadora y casi onírica) es la que está presente al inicio de “El barco negrero, tragedia en el mar”, en tanto la intención del poeta es insinuar, como lo hacían particularmente los románticos alemanes, que hay una aspiración de absoluto en el hombre, de ser uno con su entorno, de superar dicotomías, miedos y prejuicios para fundir su espíritu con el mundo y los hombres. No en vano el poeta brasileño invoca a su Dios en el pasmo religioso que atrapa sus sentidos: “Dios mío, qué sublime canto ardiente / entre las olas me conmueve” (Castro Alves, 1984, p. 73). Se trata acá de la religiosidad del arte, de una aspiración de absoluto que, en palabras de Hölderlin, invita a “unirnos con la naturaleza, con un Uno e infinito Todo, ésta es la meta de cualquiera de nuestros esfuerzos (…) Humanidad y naturaleza se unificarán en una única divinidad que lo abarcará todo” (Citado por Juanes, 2003, p. 158). Lo anterior conllevaría entonces a que el artista romántico, al sentirse uno con los otros y el universo, tendría que sufrir también como propios los sufrimientos ajenos. Precisamente, por esa convicción de ser uno con la naturaleza, y de que las heridas del otro también duelen en la carne propia es que estrofas después cobrará sentido en el poema de Castro Alves el paso de la voz arroyo a la voz cascada (colérica y rabiosa). El poeta habrá de indignarse por el destino trágico de los negros africanos, a quienes se les ha mutilado la libertad y su sentido de ser uno con su tierra-madre-casa. En todo caso, ese tránsito en el poema nunca es brusco, pues la astucia del poeta ha sido llevar al lector, gradualmente, por distintas estaciones espirituales y estéticas. De hecho, tras la primera estación (juego-inocencia) y la segunda (contemplación y culto) la siguiente está configurada por los ámbitos de la interrogación y la digresión, ligada a la aparición en escena de una embarcación que, por el horror que lleva a bordo, quisiera escapar de la palabra que nombra:


    Por qué huyes así barco ligero?
    ¿Por qué huyes del pálido poeta?
    ¡Oh quién me diera acompañar tu estela
    que semeja en el mar loco cometa!

    Albatros tú, monarca del océano,
    que duermes de las nubes en sus galas,
    sacia mis plumas, leviatán del aire,
    dándome el viento, albatros, de tus alas (Castro Alves, 1984, p. 73).


    De momento, el poeta no presiente las cargas trágicas que arrastra el barco. Este huye del “pálido poeta” y él, impulsado por su imaginación (asociada líricamente al vuelo del albatros), prefiere perder de vista momentáneamente la implicación de ese navío para abandonarse en versos siguientes a la digresión (reflexiones líricas sobre el marinero y las embarcaciones en España, Inglaterra y Grecia, además de la presencia de estas figuras en el arte universal). Dicha digresión y la totalidad de la segunda parte del poema obedecen a un calculado propósito comparable a un intermedio, antes de presentarse una realidad más fuerte en su contenido y en la propia expresión estética. Aquí la digresión, como sabio recurso que suspende momentáneamente la acción, es el último estado de calma que se brinda al lector. En “El barco negrero, tragedia en el mar”, antes de presentarse las palabras punzantes, se genera un viaje lírico donde la embriaguez de sentidos ocupa la sensibilidad del lector. Sin embargo, el final de la segunda parte ya insinúa que la voz arroyo (calmada e idílica) ha llegado a su final: “Nauta de todas las layas, / tu recoges, en las playas, /de los astros la canción” (Castro Alves, 1984, p. 73). Esa voz que ha sido recogida dará paso a la voz cascada (fuerte, iracunda e insatisfecha) que inicia en la tercera parte del poema:


    Desciende del espacio… Águila del océano,
    desciende más, aún más… No puede el ojo humano
    escrutar como el tuyo, el barco volador.
    ¿Qué es lo que allí veo?... un cuadro de amarguras,
    ¡Un coro funeral!... ¡Qué tétricas figuras!...
    ¡Qué escena infame y vil… ¡Oh Dios! Mi Dios,
    ¡Qué horror! (p. 75).


    El poeta, que antes había generado una figura de identificación con el albatros para impulsar el vuelo de la imaginación, ahora se identifica con un ave que logra más altura en el vuelo y que está dotada con la vista más aguda de todas las especies animales. La elección del águila obedece a que ella, desde la mayoría de culturas, está asociada a los valores de poder, belleza, grandeza y refinamiento. El poeta, consciente de que el ojo humano no puede escrutar lo que ocurre en el barco, le pide al águila descender a él, posicionarse en su mirada y prestarle su ojo certero para vislumbrar el “cuadro de amarguras” y “tétricas figuras”, ante las cuales emerge el espanto en la cuarta parte del poema: “Era un sueño dantesco… El tumbadillo/ que a las linternas da un bermejo brillo, /chorreando sangre está./ Tañir de cepos, fúnebres alegros, /el látigo en el lomo de los negros/ en horrendo danzar” (p. 77). Todo lo que ahora insinúa el poeta es con ojo de águila y con voz de cascada, fuerte, encolerizada y contundente. Así como las aguas de la cascada vienen en caída, igualmente, en el poema, para generarse esta sensación, se recurre al uso estético de enumeraciones, las cuales caen sobre el lector vertiginosamente con un ritmo acelerado para referir hechos y detalles dolorosos que conforman, precisamente, la estación horror y cólera.

    El poeta, que previamente agradecía a su Dios las bondades que le brindaba la naturaleza, se atreve a cuestionarlo y a invitarlo a responder por sus acciones en la quinta parte del poema. Como quizás el ser supremo no intervendrá para remediar el problema, reorienta su tono de súplica al mar, la noche, los astros y la tempestad para que hundan la embarcación, pues es preferible a la tragedia que viven los esclavos en su presente y la que seguirán soportando en su lugar de llegada (Brasil):


    Señor de los desdichados,
    decidme vos, señor Dios,
    si es delirio…. O si es verdad
    tamaño horror ante vos…
    ¿Por qué de una vez no acabas,
    oh mar, y con furia lavas
    de tu mano este pavor?
    ¡Astros, noches, tempestades,
    desde las inmensidades:
    barred los mares tifón (p. 83).


    Esta misma invocación, cuestionamiento y súplica presente en la estrofa citada se repetirá más adelante, como una suerte de coro-rebelde. No en vano la muestra de rebeldía del poeta es, gracias a los recursos de la prosopopeya, pedir al mar, la noche, los astros y las tempestades que con sus manos borren el pavor que otra mano no ha querido encarar.

    En “El barco negrero, tragedia en el mar”, como bien menciona Manuel Bandeira, “el poeta evoca los sentimientos de los negros durante la travesía del África al Brasil” (1951, p. 50). Atendiendo a que el yo lírico permite “procurar en cuerpo y mente el reencuentro con la alteridad” (Juanes, 2003, p. 200), el poeta sufre también - en el vértigo y caída de su voz- la angustia de los esclavos. Para los románticos, en general, las heridas a la libertad y la dignidad del ser -independientemente del lugar- también arden en la piel del artista. Cómo no recordar acá a William Blake en su poema “Sobre el dolor de otro” cuando expresa: “¿Puedo ver una lágrima cayendo/ y no sentir mi parte de dolor?” (1983, p. 133). Del mismo modo, el poeta en “El barco negrero, tragedia en el mar” es afectado en su lenguaje y su sensibilidad, pero nunca cae en exageraciones quejumbrosas, pues en su texto lírico priman la complejidad, las insinuaciones y elementos “repletos de imágenes, llenos de sonoridades” (Romero, 1943, p. 254). El poeta no somete al negro a la simple lástima, por el contrario, lo humaniza, lo sabe parte de una tradición, de una tierra y una memoria de la cual ha sido arrancado. Es así como en el poema, en la quinta parte, se da el paso de una estación horror y cólera a otra de solidaridad y nostalgia:


    Allá en la arena infinita
    del país de las palmeras,
    nacieron –niñas bonitas,
    vivieron ya primaveras.
    Más llega la caravana:
    la virgen en su cabaña…
    de noche en su ensoñación…
    ¡Adiós mi choza y mi gente!...
    ¡Adiós palmas de la fuente! (Castro Alves, 1984, p. 83).


    En sus versos, el poeta evoca que los negros que vienen en el barco tuvieron una tierra de “arena infinita” donde podían correr, ser libres y compenetrarse con su vegetación, memoria, amigos y familiares. Presiente que ellos están sometidos a “un estado discontinuo del ser (…) apartados de sus raíces, su tierra, su pasado” (Said, 2005, p. 184). En vista de que su destino es trágico y que la tierra que los espera los someterá a humillaciones, el poeta les ofrece para siempre una morada de lujo en su poema, la literatura como refugio para quien ha perdido su patria (idea desarrollada por Teodoro Adorno en su Mínima Moralia).

    La última estación del poema, presente en la sexta parte, está dada por la indignación y el desencanto, orientada no hacia lo que ocurre en el barco, sino hacia un país donde, tras los símbolos patrios y los discursos grandilocuentes que buscan sacar adelante a un pueblo, gravita la más cruda e inhumana de las realidades (la esclavitud). Como lo indica Manuel Bandeira, “el poema concluye con tres octavas reales, observando con mezcla de rebeldía y tristeza que la bandera prestada para cubrir tanta infamia y cobardía era el pendón brasileño” (1951, p. 51). Precisamente, la última octava real da cuenta del desencanto frente a la ignominiosa realidad de Brasil al permitir la esclavitud:


    Auriverde estandarte de mi tierra,
    la brisa del Brasil te besa y te danza,
    pabellón que a la luz del sol encierra
    sus divinas promesas de esperanza…
    Flameando libertad tras de la guerra
    los héroes te izaron en su lanza,
    antes te hubieran visto toda en trizas
    que mortaja de un pueblo que esclaviza (Castro Alves, 1984, p. 83).


    El poeta confronta, mediante una refiguración lírica del presente de su país, la idea de libertad cuando -al interior de sus fronteras- se permite la esclavitud. En vez de rendir tributo a los símbolos patrios, cuestiona un proyecto de nación que no tenía en cuenta a los negros; de ahí la fuerza de una imagen poética donde se compara a la bandera con una mortaja. Castro Alves es un autor crítico que rompe con el cómodo silencio. Es el intelectual y artista que no está “inmune a las enseñanzas de la historia” (Habermas, 1998, p. 51) y no cae en el ciego nacionalismo; por lo tanto, cuestiona a quienes atentan contra la libertad, así sean sus conciudadanos.

    En todo caso, es prioritario resaltar que en “El barco negrero, tragedia en el mar” (2), Antonio de Castro Alves (1847-1871) no relega a un segundo plano los valores estéticos cuando desata una mirada crítica frente al desarraigo, angustia y padecimientos de los africanos privados de su libertad y arrancados a la fuerza de su tierra, tradición y afectos para llegar a un Brasil donde la devoción nacionalista promulga la libertad pero no abole la esclavitud. En este texto lírico existe una compleja, rica y dinámica estructura poética, donde el artista domina diversos lenguajes, voces y simbologías para que, a pesar de la extensión del mismo (seis cantos), no se genere monotonía. Al lector se le ofrece una obra sugerente y multiforme, en la que la belleza tiene diversos rostros y donde, a nivel temático, pueden vislumbrase variadas estaciones: a) juego-inocencia; b) contemplación y culto; c) interrogación-digresión; d) horror y cólera; e) solidaridad y nostalgia; f) indignación y desencanto. La fuerza de la conmoción de los grandes poemas, no la simple emoción, es la que está presente en el texto lírico de Castro Alves, quien gracias a su obra lograría “la incorporación definitiva del negro en la literatura brasileña” (Candido, 1975, p. 276), no como mención lastimosa, sino como un ser humano digno de habitar la palabra poética en la complejidad de sus sentimientos, dramas e historia. Como escritor romántico, Castro Alves no está ajeno a las situaciones históricas de su tiempo y genera un arte social con alta elaboración estética que nunca cae en el panfleto. Sabía que el arte, sin descuidar su carácter sublime, puede leer, confrontar y refigurar su espacio y su tiempo, además de dar morada al ser instaurándolo en la palabra poética, en tanto, como lo sostiene Heidegger, “únicamente donde haya palabra habrá mundo (…) Solamente donde haya mundo, habrá historia” (2000, p. 25).


    Notas explicativas

    Se tendrá en cuenta en este ensayo la traducción del portugués al castellano que hace Arturo Corcuera del “O navio negreiro, tragedia no mar” para el libro Tres poetas románticos, Gonçalves Días, Castro Alvez, Sousândrade, editado por el Centro de Estudios Brasileños en Lima en 1984.

    Del poema El barco negrero, tragedia en el mar”, existe una bella versión musical de Caetano Veloso y Maria Bethânia bajo el título “O navio negreiro”.



    REFERENCIAS


    Bachelard, G. (2006). El aire y los sueños. México: Fondo de Cultura Económica.
    Bachelard, G. (2003). El agua y los sueños. México: Fondo de Cultura económica.
    Bandeira, M. (1951). Panorama de la poesía brasileña: acompañado de una breve antología. México: Fondo de Cultura Económica.
    Blake, W. (1983). El matrimonio del cielo y del infierno. Madrid: Editorial Visor.
    Bosi, A. (1982). Historia concisa de la literatura brasileña. México: Fondo de Cultura Económica.
    Candido, A. (1968). Introducción a la literatura de Brasil. Caracas: Monte Ávila Editores.
    Candido, A. (1975). Formação da literatura brasileira. São Paulo: EDUSP.
    Castro Alves, A. (1984). El barco negrero, tragedia en el mar”. En: tres poetas románticos, Gonçalves Días, Castro Alvez, Sousândrade, Lima, Centro de Estudios Brasileños.
    Durand, G. (1981). Las estructuras antropológicas de lo imaginario, introducción a la arquetipología general. Madrid: Taurus Ediciones.
    Figueira, G. (1968). “Presentación y cronología de Castro Alves”. En: Castro Alves, Antología Poética. Montevideo: Instituto de Cultura Uruguayo-Brasileño.
    Habermas, J. (1998). Más allá del estado nacional. México: Fondo de Cultura Económica.
    Heidegger, M. (2000). Hölderlin y la esencia de la poesía. Barcelona: Editorial Anthropos.
    Hölderlin, F. (1979). Poesía Completa, tomo II. Barcelona: Editorial Libros Río Bueno.
    Juanes, J. (2003). Hölderlin y la sabiduría poética: la otra modernidad. México: Editorial Ítaca.
    Mistral, G. (2001). Poesías completas. Santiago de Chile: Editorial Andrés Bello.
    Romero, S. (1943). História da literatura brasileira. Tomo Quarto. Rio de Janeiro: Editora José Olimpio.

    Said, E. (2005). Reflexiones sobre el exilio: ensayos literarios y culturales. Barcelona: Editorial Debate.



    Para efectos de citación:

    Gaitán Bayona, J. (2012). Castro Alves y la poesía abolicionista brasileña: “El barco negrero, tragedia en el mar”. Revista Ergoletrías, de la Universidad del Tolima, Vol. 1, Año 1, Semestre B de 2012, p.p. 14-20.




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    CASTRO ALVES (1847-1871) Empty Re: CASTRO ALVES (1847-1871)

    Mensaje por Maria Lua Miér 12 Mar 2014 - 20:19

    Tal vez sea la VI la parte más fuerte
    del poema abolicionista de Castro Alves...
    No he encontrado la traducción al español,
    pero la dejo aquí en portugués, por su
    importancia en aquel momento histórico
    de Brasil...




    O Navio Negreiro, Tragédia no Mar (VI)



    Castro Alves


    Existe um povo que a bandeira empresta
    Pr'a cobrir tanta infâmia e cobardia!...
    E deixa-a transformar-se nessa festa
    Em manto impuro de bacante fria!...
    Meu Deus! meu Deus! mas que bandeira é esta,
    Que impudente na gávea tripudia?!...
    Silêncio!... Musa! chora, chora tanto
    Que o pavilhão se lave no teu pranto...


    Auriverde pendão de minha terra,
    Que a brisa do Brasil beija e balança,
    Estandarte que a luz do sol encerra,
    E as promessas divinas da esperança...
    Tu, que da liberdade após a guerra,
    Foste hasteado dos heróis na lança,
    Antes te houvessem roto na batalha,
    Que servires a um povo de mortalha!...


    Fatalidade atroz que a mente esmaga!
    Extingue nesta hora o brigue imundo
    O trilho que Colombo abriu na vaga,
    Como um íris no pélago profundo!...
    ...Mas é infâmia de mais... Da etérea plaga
    Levantai-vos, heróis do Novo Mundo...
    Andrada! arranca este pendão dos ares!
    Colombo! fecha a porta de teus mares!



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    Mensaje por Maria Lua Miér 12 Mar 2014 - 20:32

    Un poema romántico de Castro Alves
    con la traducción al español de Pedro Casas Serra




    AS DUAS FLORES




    São duas flores unidas
    São duas rosas nascidas
    Talvez do mesmo arrebol,
    Vivendo,no mesmo galho,
    Da mesma gota de orvalho,
    Do mesmo raio de sol.

    Unidas, bem como as penas
    das duas asas pequenas
    De um passarinho do céu...
    Como um casal de rolinhas,
    Como a tribo de andorinhas
    Da tarde no frouxo véu.

    Unidas, bem como os prantos,
    Que em parelha descem tantos
    Das profundezas do olhar...
    Como o suspiro e o desgosto,
    Como as covinhas do rosto,
    Como as estrelas do mar.

    Unidas... Ai quem pudera
    Numa eterna primavera
    Viver, qual vive esta flor.
    Juntar as rosas da vida
    Na rama verde e florida,
    Na verde rama do amor!


    Castro Alves





    LAS DOS FLORES



    Están dos flores unidas
    Están dos rosas nacidas
    Quizá del mismo arrebol,
    Viviendo en el mismo tallo,
    De la misma agua de mayo,
    Del mismo rayo de sol.

    Unidas, como las plumas
    De las dos alas menudas
    De un pajarito del cielo...
    Cual dúo de palominos
    Cual tribu de golondrinos
    De la tarde en débil vuelo.

    Unidas, como los llantos
    Que a pares descienden tantos
    De las simas del mirar...
    Cual los suspiros que arrostro,
    Cual los hoyuelos del rostro,
    Cual las estrellas del mar.

    Unidas, Ay quién pudiera
    En eterna primavera
    Vivir, cual vive esta flor.
    Juntar rosas de la vida
    En rama verde y florida,
    En verde rama de amor.



    Castro Alves



    Traducción de Pedro Casas Serra



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    Mensaje por Evangelina Valdez Vie 14 Mar 2014 - 15:44

    Maria Lua escribió:Tal vez sea la VI la parte más fuerte
    del poema abolicionista de Castro Alves...
    No he encontrado la traducción al español,
    pero la dejo aquí en portugués, por su
    importancia en aquel momento histórico
    de Brasil...




    [size=16.363636016845703]O Navio Negreiro, Tragédia no Mar [/size](VI)



    Castro Alves


    Existe um povo que a bandeira empresta
    Pr'a cobrir tanta infâmia e cobardia!...
    E deixa-a transformar-se nessa festa
    Em manto impuro de bacante fria!...
    Meu Deus! meu Deus! mas que bandeira é esta,
    Que impudente na gávea tripudia?!...
    Silêncio!... Musa! chora, chora tanto
    Que o pavilhão se lave no teu pranto...


    Auriverde pendão de minha terra,
    Que a brisa do Brasil beija e balança,
    Estandarte que a luz do sol encerra,
    E as promessas divinas da esperança...
    Tu, que da liberdade após a guerra,
    Foste hasteado dos heróis na lança,
    Antes te houvessem roto na batalha,
    Que servires a um povo de mortalha!...


    Fatalidade atroz que a mente esmaga!
    Extingue nesta hora o brigue imundo
    O trilho que Colombo abriu na vaga,
    Como um íris no pélago profundo!...
    ...Mas é infâmia de mais... Da etérea plaga
    Levantai-vos, heróis do Novo Mundo...
    Andrada! arranca este pendão dos ares!
    Colombo! fecha a porta de teus mares!



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    -----------------

    EL NAVÍO NEGRERO-VI-

    María, me uno a la conmemoración hoy del Día de la Poesía en tu país.
    Encontré esta traducción en el internet:

    Existe un pueblo que su bandera presta
    para cubrir tanta infamia y cobardía
    y la deja transformarse, en esa fiesta,
    en manto impuro de bacante fría…
    Mi Dios, mi Dios… ¿y qué bandera es esa
    que imprudente en el mástil noche y día
    exultante, se ondula y desafía? Silencio…
    Musa llora y llora tanto
    Que el pabellón se lave con tu llanto…

    Pendón en verde y oro de mi tierra
    que la brisa de Brasil mece y que besa…
    Estandarte que la luz del sol encierra
    Y, de esperanza, la divina promesa…
    Tú, que de la libertad y tras la guerra
    fuiste en los héroes la mayor alhaja
    ¡Antes te hubieran roto en la batalla
    Que servir a un pueblo justo de mortaja!

    Fatalidad atroz que a la razón abruma,
    extingue en esta hora al barco inmundo
    del rumbo que Colón abrió en la espuma
    como un iris en el piélago profundo…
    Es demasiada infamia… De esta plaga
    levantaos, héroes del nuevo mundo…
    Andrada, ¡arranca ese pendón de nuestros lares!
    Colón, ¡cierra la puerta de tus mares!

    *Es una traducción publicada por alguien llamado:
    Anibal Cristobo

    Besos

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    Mensaje por Maria Lua Vie 14 Mar 2014 - 21:47

    Gracias, amiga Evangelina, por la traducción
    de esa parte del poema de Castro Alves!
    Gracias por estarmos juntas,
    celebrando la Poesía!
    Besos, con cariño
    Maria Lua


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Sáb 15 Mar 2014 - 17:46

    ¡Feliz día de la poesía, Maria! Castro Alves me ha parecido un poeta muy importante y más por su mensaje antiesclavista.

    Un abrazo.
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    Mensaje por Maria Lua Lun 24 Mar 2014 - 18:23

    Gracias, Pedro!
    Sí, Castro Alves es un poeta
    más abolicionista que romántico...
    Su obra fué muy importante
    para la abolición de la esclavatura
    en Brasil...
    Besos
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    Mensaje por Maria Lua Vie 13 Mar 2015 - 14:30

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    Mensaje por Maria Lua Sáb 14 Mar 2015 - 20:14

    A Garça Triste de Castro Alves

    Me confieso una apasionada amante de la poesía en general, y del brasileño Antônio de Castro Alves, “O Poeta dos Escravos”, en demasía. Cuando lo descubrí se abrió una ventana a otra realidad poética y se tendió un puente hacia la realidad histórica de un país que sólo conocía superficialmente. Castro Alves enriqueció mi gusto y conocimiento por la poesía brasileña y, de la misma manera, por la lengua portuguesa. Lo conocí en medio de esos estudios de portugués que hice hace un tiempo y desde entonces Antônio Frederico se quedó en mi vida para nunca más dejarla. Como me dijo la amiga brasileña que me lo presentó: “Frederico es de los que se quedan”. Y lo hizo.

    Su vida fue muy corta e interesante, al igual que toda su obra poética. Bahía, estado brasileño en donde la influencia africana es inmensa debido a que fue allí en donde la mayor parte del comercio de esclavos africanos tuvo lugar (una consecuencia del cultivo y comercio de la caña de azúcar), lo vio nacer en la ciudad de Curralinho el 14 de marzo de 1847. Como bahiano conoció muy de cerca el problema de la esclavitud que impregnaba la época (siglo XIX), por lo que la mayoría de sus poemas tratan ese tema desde muchos ángulos, siendo el más común el de la protesta y la conciencia social, respecto a las vidas en condiciones infrahumanas que llevaban los esclavos en el estado. Con sus obras denuncia los maltratos infringidos a los africanos por parte de los hacendados; de ahí el nombre por el cual es conocido: “O Poeta dos Escravos” (El Poeta de los Esclavos).

    Castro Alves fue un hombre muy culto y refinado. Estudiante de Leyes, mismas que pronto dejó, y amante de las artes en general, se entregaría en cuerpo y alma a su obra literaria, la que inició a los 17 años; ésta incluía obras de teatro, poesía romántica y poesía de fuerte corte abolicionista. Fue parte del Romanticismo brasileño, que duraría 45 años; sin embargo, él perteneció al Condoreirismo o a la tercera parte de dicho movimiento, que versaría, específicamente, sobre la defensa de las ideas igualitarias, la protesta social y la causa abolicionista. Estos temas eran abordados sin dejar a un lado el tono amoroso y romántico que dio nombre al movimiento. Los condoreiros buscaban conquistar al pueblo, atraer a la gente hacia su causa justiciera, es por eso que sus poemas tienen un tono discursivo y grandioso, como hechos para ser declamados ante multitudes. Los poemas de Castro Alves poseen esa característica: te seducen, envuelven y arrullan con la dulzura de sus temas, que aunque sean duros y crudos, son matizados con bellas imágenes, símiles y juegos armónicos de rimas.

    Su vida personal fue trágica, ya que perdió a su madre a muy temprana edad y su hermano, que padecía un desequilibrio mental, se suicidó. Su padre murió dos años después. Tuvo algunas relaciones amorosas que no terminaron muy bien, y fue amante de una famosa actriz portuguesa de la época, Eugénia Câmara, diez años mayor que él, mujer que ejerció una gran influencia en su vida y fue su gran amor. A la edad de 22 años le fue amputado un pie debido a un accidente de cacería y, este hecho, le provocó una recaída en la tuberculosis, enfermedad contra la que había luchado una gran parte de su vida. Castro Alves regresó a Salvador y de ahí fue a Curralinho, para más tarde retornar a Salvador, buscando un mejor clima para su salud. Una vez allí realizó la lectura de su obra A Cachoeira de Paulo Afonso, y publicó su libro Espumas Flutuantes (en donde está el poema Adormecida, una hermosa pieza que adoro). Poco después murió de tuberculosis, un 6 de julio de 1871, en Salvador de Bahia. Tenía sólo 24 años.

    El poeta, en su vida, estuvo muy involucrado en la lucha contra la esclavitud en Brasil (fundando una sociedad abolicionista junto a otros poetas amigos), y en la lucha política por lograr la República. Entre sus obras poéticas puedo mencionar los libros Espumas Flutuantes (1870), A Cachoeira de Paulo Afonso (1873), y Os Escravos (1883). En teatro, la obra Gonzaga ou a Revolução de Minas, escrita en 1867 y dedicada a su gran amor, la actriz Eugénia Câmara. Formó parte de la Academia Brasileña de las Letras y fue uno de los poetas más celebrados y elogiados de la época; sus amigos y colegas no disputaban ni negaban su maestría lírica, y le rindieron muchos homenajes tanto en vida como después de su muerte. Fue escritor, activista y académico, uno de los grandes de las letras brasileñas de todos los tiempos. En su honor, el municipio en donde nació lleva ahora su nombre.

    Siempre pienso en Castro Alves como una especie de Keats tropical. Ambos fueron poetas románticos, y aunque cada uno estaba en su contexto y estilo específico y en lugares totalmente diferentes y distantes entre sí, fueron maravillosos poetas que crearon obras muy importantes en un muy corto tiempo de vida. Leer sus poemas es viajar en el tiempo y sentir, oler y vivir esas emociones pasadas, tan específicas de sus tiempos y, sin embargo, tan atemporales. Leer a Keats es sentir la dicha y la alegría del amor puro y romántico, sentir el dolor que provoca el mismo y oler la campiña inglesa en verano. Leer a Castro Alves es sentir la desesperación de los esclavos brasileños y oír sus voces de lamento y rabia desde el fondo del barco negrero; pero es también oler un Brasil luchador que no se conforma con la crueldad, que pelea para ser libre. Es también oler a Bahía, percibir el calor tropical de Salvador, oír los tambores africanos, y sentir el amor naciente en esos parajes selváticos de los trópicos suramericanos.

    Antônio de Castro Alves, como mencioné al principio, es uno de mis poetas favoritos. Uno de sus poemas más hermosos y descarnados (y uno de los que más me gustan) es “Tragedia No Lar” (Tragedia en el Hogar). El poema describe a una madre y su hijo dentro de la senzala, especie de choza donde dormían los esclavos en las haciendas brasileñas. Ella le canta para dormirlo y, mientras lo hace, entra el amo con otros hombres y le roban a su pequeño, sin prestar atención a sus gritos desgarradores ni a sus súplicas. Es un poema muy crudo, muy fuerte, a través del que se puede sentir la rabia, la impotencia y el dolor de la madre ante el secuestro de su hijo, y la burla y el desprecio del amo y sus trabajadores ante la esclava que llora a sus pies. Es uno de mis poemas favoritos porque todas las emociones que mencioné pueden sentirse; porque el uso de las imágenes y rimas es magistral, porque no puedes dejar de admirar cómo de un hecho tan triste y violento puede, Castro Alves, crear un poema tan hermoso y conmovedor.

    Comparto un extracto del mismo, algunos de mis versos preferidos del poema, que es larguísimo (incluyo igualmente la traducción al español de cada línea). En estos versos, la madre le canta a su hijo:

    Eu sou como a garça triste Soy como la garza triste
    Que mora à beira do rio, que vive en la orilla del río.
    As orvalhadas da noite El rocío de la noche
    Me fazem tremer de frio. me hace temblar de frío,
    Me fazem tremer de frio me hace temblar de frío
    Como os juncos da lagoa; como los juncos de la laguna.
    Feliz da araponga errante Soy feliz como campanero errante
    Que é livre, que livre voa. Que es libre, que libre vuela.
    Que é livre, que livre voa Que es libre, que libre vuela
    Para as bandas do seu ninho, hacia los lados de su nido,
    E nas braúnas à tarde y en las braúnas la tarde
    Canta longe do caminho. Canta lejos del camino.
    Canta longe do caminho. Canta lejos del camino
    Por onde o vaqueiro trilha, por donde el vaquero anda.
    Se quer descansar as asas Si quiere descansar las alas
    Tem a palmeira, a baunilha. tiene la palmera, la vainilla.
    Tem a palmeira, a baunilha, Tiene la palmera, la vainilla,
    Tem o brejo, a lavadeira, tiene el pantano, tiene la viudita,
    Tem as campinas, as flores, tiene los prados, tiene las flores
    Tem a relva, a trepadeira, tiene la yerba, la trepadora.
    Tem a relva, a trepadeira, Tiene la yerba, la trepadora,
    Todas têm os seus amores, todas tienen sus amores,
    Eu não tenho mãe nem filhos, Yo no tengo madre ni hijos,
    Nem irmão, nem lar, nem flores. Ni hermano, ni hogar, ni flores

    En Castro Alves, como decía Eça de Queirós (otro grande, esta vez de las letras portuguesas): “Aí está, em dois versos, toda a poesia dos trópicos”.



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    Mensaje por Maria Lua Jue 14 Mar 2019 - 10:35

    De Pablo Neruda para Castro Alves
    (1904-1973)

    Castro Alves del Brasil

    Castro Alves del Brasil, tú para quién cantaste?
    ¿Para la flor cantaste? Para el agua
    cuya hermosura dice palabras a las piedras?
    ¿Cantaste para los ojos, para el perfil cortado
    de la que amaste entonces? Para la primavera?

    Sí, pero aquellos pétalos no tenían rocío,
    aquellas aguas negras no tenían palabras,
    aquellos ojos eran los que vieron la muerte,
    ardían los martirios aun detrás del amor,
    la primavera estaba salpicada de sangre.

    – Canté para los esclavos, ellos sobre los barcos
    como el racimo oscuro del árbol de la ira
    viajaron, y en el puerto se desangró el navío
    dejándonos el peso de una sangre robada.

    – Canté en aquellos días contra el infierno,
    contra las afiladas lenguas de la codicia,
    contra el oro empapado en el tormento,
    contra la mano que empuñaba el látigo,
    contra los directores de tinieblas.

    – Cada rosa tenía un muerto en sus raíces.
    La luz, la noche, el cielo se cubrían de llanto,
    los ojos se apartaban de las manos heridas
    y era mi voz la única que llenaba el silencio.

    – Yo quise que del hombre nos salváramos,
    yo creía que la ruta pasaba por el hombre,
    y que de allí tenía que salir el destino.
    Yo canté para aquellos que no tenían voz.
    Mi voz golpeó las puertas hasta entonces cerradas
    para que, combatiendo, la Libertad entrase.

    Castro Alves del Brasil, hoy que tu libro puro
    vuelve a nacer para la tierra libre,
    déjame a mí, poeta de nuestra pobre América,
    coronar tu cabeza con el laurel del pueblo.
    Tu voz se unió a la eterna y alta voz de los hombres.
    Cantaste bien. Cantaste como debe cantarse.

    En: “Canto General – Los Libertadores”


    Castro Alves
    (1847-1871)

    Castro Alves do Brasil

    Castro Alves do Brasil, para quem cantaste?
    Para a flor cantaste? Para a água
    cuja beleza diz palavras às pedras?
    Cantaste para os olhos, para o perfil cinzelado
    da que então amaste? Para a primavera?

    Sim, mas aquelas pétalas não tinham orvalho,
    aquelas águas negras não tinham palavras,
    aqueles olhos eram os que viram a morte,
    ardiam ainda os martírios por trás do amor,
    a primavera estava salpicada de sangue.

    – Cantei para os escravos, eles sobre os navios
    como o feixe escuro da árvore da ira
    viajaram, e no porto descarregou-se o navio
    deixando-nos o peso de um sangue roubado.

    – Cantei naqueles dias contra o inferno,
    contra as afiadas línguas da cobiça,
    contra o ouro empapado no tormento,
    contra a mão que empunhava o chicote,
    contra os mandantes de trevas.

    – Cada rosa tinha um morto em suas raízes.
    A luz, a noite, o céu se cobriam de pranto,
    os olhos se apartavam das mãos feridas
    e era a minha voz a única que enchia o silêncio.

    – Eu quis que do homem nos salvássemos,
    confiava que a rota passava pelo homem,
    e que dali tinha que sair o destino.
    Cantei para aqueles que não tinham voz.
    Minha voz bateu em portas até então fechadas
    para que, combatendo, a Liberdade entrasse.

    Castro Alves do Brasil, hoje que teu livro puro
    volta a nascer para a terra livre,
    deixa-me a mim, poeta da nossa pobre América,
    coroar tua cabeça com o louro do povo.
    Tua voz se uniu à eterna e alta voz dos homens.
    Cantaste bem. Cantaste como se deve cantar.

    Em: “Canto Geral – Os Libertadores”

    Referência:

    NERUDA, Pablo. Castro Alves del Brasil. In: __________. Antología poética. Edición de Rafael Alberti. 1. ed. La Plata, AR: Planeta, nov. 1996. p. 151-152. (Ediciones ‘Planeta Bolsillo’).


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    Mensaje por Maria Lua Jue 14 Mar 2019 - 10:43

    Antônio Frederico de Castro Alves (Cachoeira, Bahía, 14 de marzo de 1847 - Río de Janeiro, 6 de julio de 1871) fue un poeta romántico brasileño, conocido por sus poemas abolicionistas y republicanos.


    En 1862 comienza sus estudios de Derecho en la Universidad de Recife, y fue líder estudiantil, en esta época escribió sus primeros poemas Os Escravos and A Cachoeira de Paulo Afonso

    En 1867 abandonó Recife y regresó a Bahía, donde escribe la obra Gonzaga. Luego se mudó a Río de Janeiro, donde conoció importantes personalidades como José de Alencar, Francisco Otaviano y Machado de Assis.

    Más tarde se traslada a San Pablo donde se reúne con importantes políticos y escritores, como Rui Barbosa, Joaquim Nabuco, Rodrigues Alves, Afonso Pena y Bias Fortes. El 11 de noviembre de 1868, mientras cazaba en las afueras de la ciudad, es herido por un tiro en el talón y su pie izquierdo debe ser amputado.

    Su poesía se centra más que nada en temas humanísticos y sociales, versando principalmente contra el tráfico de esclavos y propugnando la abolición de la esclavitud. Su popularidad y reconocimiento como poeta fueron un importante apoyo a la campaña en favor de la promulgación de la Ley de libertad de vientres de 1871, prohibiendo la esclavitud a hijos de esclavos.

    Ingresó a la Academia Brasileña de Letras, donde ocupó la silla número 7.

    Contrae tuberculosis y fallece en 1871.

    Obras

    1870 Espumas Flutuantes.
    Os escravos.
    Gonzaga ou a Revolução de Minas.
    Cachoeira de Paulo Afonso.
    Vozes D'África.
    O Navio Negreiro.
    Escribió además de poesía, sobre temas históricos.



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    Mensaje por Maria Lua Jue 14 Mar 2019 - 17:54

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