Tal vez a estas alturas, sobre todo para los nacidos después del año 1939, no se comprenda este grito patriótico que sale del alma y ese ensalzamiento del Caudillo. Para compenetrarse con él, es necesario haber sufrido el miedo, el temor constante a ser pasto de tropelías sin cuento, la amenaza de checas en donde se obligaba al hijo a pegar a su padre, como en el caso del amigo y compañero Enseñat, que se negó a hacerlo, o te desnudaban para luego vestirte un camisón largo hasta los pies y después de ducharte te introducían en una nevera, como hicieron con la Palá, hermana del Ingeniero Palá, compañero de estudios en el colegio de los Escolapios de Barbastro, que al salir de la nevera tenía todo el pelo blanco, o le encomendaban a un boxeador, entre ellos Gironés, a pegarle una paliza a un muchacho de 13 o 14 años, como le ocurrió al buen amigo José Mª Lozoya Augé, que perdió toda su dentadura. Y de esta guisa podría extenderme contando mil calamidades, de las que yo me libré en tres ocasiones por verdadero milagro y gracias a la mediación de María con sus rezos, dos las ya explicadas en Estartit y en Albero Bajo, y la tercera sucedió a finales del año 1936, en que amenazado por dos milicianos con los cañones de sus pistolas pegadas a los riñones me obligaron a ir con los brazos en alto desde la desaparecida Granja Royal, en la calle de Pelayo, por toda la Plaza de Cataluña, calle Fontanella y Vía Layetana hasta la Jefatura Superior de Policía. Por ser la hora de mediodía en que el personal salía de trabajar de oficinas y comercios, se formó en derredor una multitud vociferante que gritaba: “fascista, matarlo”, y todo porque iba correctamente vestido con corbata. Entre los que me siguieron hasta Jefatura estaba mi amigo y compañero de clase en la Facultad de Derecho, Angel González Montero, hijo de González Fraile, que era el Comandante Militar de la Plaza, que detrás de mi entró en la dependencia policial a la que fui conducido, saliendo fiador de mi persona, con lo que obtuvo liberarme de la paliza que previo al interrogatorio dispensaba Eroles a los detenidos, y que después de comer me soltaran libre sin cargos. Angel González se ofreció también para ir a casa, vivíamos en Almogávares,14, 1º-2ª, para advertir a la familia de mi detención, y para que escondieran todo lo peligroso que había en casa por un probable registro. En el lavadero, que estaba en el terrado, María tenía oculto infinidad de cosas del culto que le habían entregado los Jesuitas para guardar.
Hace escasamente un mes he leído en el Boletín de nuestro Colegio de Abogados, el fallecimiento de tan entrañable amigo, que estoy seguro Dios lo tendrá en su gloria, porque se lo merece.
--El 30-3-1939, María escribe:
“Por fin y gracias a Dios ya ha terminado la guerra. Ya está España liberada de la horrible pesadilla en q. hemos vivido. Aquellos .. por los cuales tanto miles os halláis prisioneros y tantísimos han quedado mutilados o muertos ya terminaron para siempre en nuestra Patria querida.
“... ... ...
“Supongo que a vuestros oídos llegarán ecos de las manifestaciones callejeras que se organizan en Bilbao por el triunfo definitivo de nuestra España. Por encima de todas nuestras penas deseo que quede muy alto nuestro fervor patriótico. De tal modo que éste ahogue a aquéllas. Para que lo celebréis os he comprado hoy unos pasteles que os llevaré mañana.
“¿Hacéis la Novena de la confianza en el Sagdo. Corazón de Jesús? Hacedla con mucha fe, que antes de terminada ya os habrán pedido declaración.”
--En todas las cartas, María no se olvida, después de detallar todas las gestiones que lleva a cabo para sacarnos de la prisión al primo Antonio Baldellou Torres y a mí, de hacer alguna reflexión e invocación a nuestros sentimientos religiosos. En la de 31-3-19839:
“... ... ...
“Son pequeños contratiempo que no creo retrasen vuestra salida. Tengamos mucha confianza en Dios y avivémosla más que nunca en la próxima Semana Santa dedicada a la Pasión y Muerte de Nº Señor Jesucristo que al fin, lleno de gloria, resucitó triunfalmente.”
--En un aparte de la Tarjeta Postal, que me escribe el 1-4-1939, me recomienda:
“Aféitate y córtate el pelo. Preséntate con decencia. Hoy te compraré un peine.”
--La Tarjeta del día 2-4-1939, es digna de ser transcrita en su integridad, por ser expresión fiel de los sentimientos que la embargaban:
“Mi queridísimo hermano: Ayer te puse una lata de melocotón; pero no me admitieron el abrelatas. Mañana te mandaré el peine y pasado la ropa. Tal vez mañana mismo recibas una colchoneta, pues sufro mucho con el pensamiento de q. has de dormir sobre el suelo. Dime si has podido abrir la lata, porq. en caso afirmativo te mandaré más. -Hoy volveré a visitar a P. Vilariño y mañana me pasaré la mañana en el pasillo del Juzgado de la prisión y hablaré otra vez con el Juez. Ni tú ni Antonio perdáis la confianza. Yo insistiré hasta lograr vuestra salida. Te abraza María (En un aparte:) “Si te falta dinero para afeitarte y cortarte el pelo q. alguien te lo preste y te lo enviaré enseguida.”
Me pregunto ¿que facha debía hacer, para que insistiera tanto en el corte de pelo?
--En la larguísima carta del 5-4-1939, entre muchas otras cosas referidas a sus gestiones sobre la libertad del primo Antonio y mía, para los dos escribe:
“¿Hacéis la novena de la Confianza en el S,.Corazón? Hacedla a diario. Sed hombres de fe y de piedad Celebrad estos días de Semana Santa tan bien como podáis. Recordar como cristianos los Misterios de nuestra Redención. Y considerar que la Suma Bondad e Inocencia sufrió antes que nosotros. En la Resurrección alegraros y si podéis, Comulgar y resucitar vosotros también a la gracia, y, para q. más os alegréis, os mandaré pasteles.
“Adiós hermano y primo; en el interés y en el aprecio, los dos hermanos. Por todos los medios posibles escribidme y contadme muchas cosas. Espolvorear vuestra piel con pelitre y poned también en las costuras y forros de vuestros vestidos y en la colchoneta. Pedídme cuanto necesitéis. No llevéis pelo en la cara y peinaros bien. Presentaros siempre limpios y dignos y no decaigáis. Hoy en el pasillo del Juzgado me han preguntado si estaba allí por algún hijo mío. Juzgar por mi aspecto, que puedo aconsejaros , quereros y abrazaros como madrecita vuestra. María”
--Hacía hincapié en la anterior,. a lo ‘larguísima’, cuando todas las cartas que me escribió María a la prisión son igualmente largas, ocupando las dos caras de la hoja y aprovechando todos los rincones que deja el lugar de la fecha y de la firma con anotaciones en letra microscópica. En la del día 6-4-1939, dice:
“Hoy en la Visita a Monumentos pediré muchísimo por vosotros y mañana de una manera especial y también por el pobre Ramonín (nuestro hermano, que se hallaba en Almería) de quién todavía no sabemos nada.”
--En la carta del 7-4-1939, me escribe:
“... ... ...
“Me da mucha pena lo de tu reuma. El martes te enviaré el atofán y la manta. Procura que la manta no se ensucie ni se rompa. El martes también te enviaré tarjetas con sellos.
“... ... ... Nunca acabaremos de considerar, y de agradecer a Dios, la anchura y profundidad del amor de nuestros padres, que son modelos de padres en todos los sentidos. En poco hemos de tener el sacrificio de nuestros gustos por tenerles contentos y ante todo hemos de agradecerles su vida constante de sacrificio, procurando con toda seriedad y voluntad decidida, con un trabajo sin desmayos, un medio digno y honrado de vida que nos permita ayudarles si lo necesitasen alguna vez y a vosotros crear una familia cristiana a semejanza del hogar en q. por gracia de Dios hemos tenido la suerte y el honor de nacer. - Siete años tengo
más que tú y entiendo más cosas que cuando tenía 25 y por cada año que paso te digo que aumenta en mi el amor a los padres y hermanos y que todo me parece poco para corresponder a los primeros y por ley del corazón me creo con deberes para con vosotros.Hace escasamente un mes he leído en el Boletín de nuestro Colegio de Abogados, el fallecimiento de tan entrañable amigo, que estoy seguro Dios lo tendrá en su gloria, porque se lo merece.
--El 30-3-1939, María escribe:
“Por fin y gracias a Dios ya ha terminado la guerra. Ya está España liberada de la horrible pesadilla en q. hemos vivido. Aquellos .. por los cuales tanto miles os halláis prisioneros y tantísimos han quedado mutilados o muertos ya terminaron para siempre en nuestra Patria querida.
“... ... ...
“Supongo que a vuestros oídos llegarán ecos de las manifestaciones callejeras que se organizan en Bilbao por el triunfo definitivo de nuestra España. Por encima de todas nuestras penas deseo que quede muy alto nuestro fervor patriótico. De tal modo que éste ahogue a aquéllas. Para que lo celebréis os he comprado hoy unos pasteles que os llevaré mañana.
“¿Hacéis la Novena de la confianza en el Sagdo. Corazón de Jesús? Hacedla con mucha fe, que antes de terminada ya os habrán pedido declaración.”
--En todas las cartas, María no se olvida, después de detallar todas las gestiones que lleva a cabo para sacarnos de la prisión al primo Antonio Baldellou Torres y a mí, de hacer alguna reflexión e invocación a nuestros sentimientos religiosos. En la de 31-3-19839:
“... ... ...
“Son pequeños contratiempo que no creo retrasen vuestra salida. Tengamos mucha confianza en Dios y avivémosla más que nunca en la próxima Semana Santa dedicada a la Pasión y Muerte de Nº Señor Jesucristo que al fin, lleno de gloria, resucitó triunfalmente.”
--En un aparte de la Tarjeta Postal, que me escribe el 1-4-1939, me recomienda:
“Aféitate y córtate el pelo. Preséntate con decencia. Hoy te compraré un peine.”
--La Tarjeta del día 2-4-1939, es digna de ser transcrita en su integridad, por ser expresión fiel de los sentimientos que la embargaban:
“Mi queridísimo hermano: Ayer te puse una lata de melocotón; pero no me admitieron el abrelatas. Mañana te mandaré el peine y pasado la ropa. Tal vez mañana mismo recibas una colchoneta, pues sufro mucho con el pensamiento de q. has de dormir sobre el suelo. Dime si has podido abrir la lata, porq. en caso afirmativo te mandaré más. -Hoy volveré a visitar a P. Vilariño y mañana me pasaré la mañana en el pasillo del Juzgado de la prisión y hablaré otra vez con el Juez. Ni tú ni Antonio perdáis la confianza. Yo insistiré hasta lograr vuestra salida. Te abraza María (En un aparte:) “Si te falta dinero para afeitarte y cortarte el pelo q. alguien te lo preste y te lo enviaré enseguida.”
Me pregunto ¿que facha debía hacer, para que insistiera tanto en el corte de pelo?
--En la larguísima carta del 5-4-1939, entre muchas otras cosas referidas a sus gestiones sobre la libertad del primo Antonio y mía, para los dos escribe:
“¿Hacéis la novena de la Confianza en el S,.Corazón? Hacedla a diario. Sed hombres de fe y de piedad Celebrad estos días de Semana Santa tan bien como podáis. Recordar como cristianos los Misterios de nuestra Redención. Y considerar que la Suma Bondad e Inocencia sufrió antes que nosotros. En la Resurrección alegraros y si podéis, Comulgar y resucitar vosotros también a la gracia, y, para q. más os alegréis, os mandaré pasteles.
“Adiós hermano y primo; en el interés y en el aprecio, los dos hermanos. Por todos los medios posibles escribidme y contadme muchas cosas. Espolvorear vuestra piel con pelitre y poned también en las costuras y forros de vuestros vestidos y en la colchoneta. Pedídme cuanto necesitéis. No llevéis pelo en la cara y peinaros bien. Presentaros siempre limpios y dignos y no decaigáis. Hoy en el pasillo del Juzgado me han preguntado si estaba allí por algún hijo mío. Juzgar por mi aspecto, que puedo aconsejaros , quereros y abrazaros como madrecita vuestra. María”
--Hacía hincapié en la anterior,. a lo ‘larguísima’, cuando todas las cartas que me escribió María a la prisión son igualmente largas, ocupando las dos caras de la hoja y aprovechando todos los rincones que deja el lugar de la fecha y de la firma con anotaciones en letra microscópica. En la del día 6-4-1939, dice:
“Hoy en la Visita a Monumentos pediré muchísimo por vosotros y mañana de una manera especial y también por el pobre Ramonín (nuestro hermano, que se hallaba en Almería) de quién todavía no sabemos nada.”
--En la carta del 7-4-1939, me escribe:
“... ... ...
“Me da mucha pena lo de tu reuma. El martes te enviaré el atofán y la manta. Procura que la manta no se ensucie ni se rompa. El martes también te enviaré tarjetas con sellos.
“... ... ... Nunca acabaremos de considerar, y de agradecer a Dios, la anchura y profundidad del amor de nuestros padres, que son modelos de padres en todos los sentidos. En poco hemos de tener el sacrificio de nuestros gustos por tenerles contentos y ante todo hemos de agradecerles su vida constante de sacrificio, procurando con toda seriedad y voluntad decidida, con un trabajo sin desmayos, un medio digno y honrado de vida que nos permita ayudarles si lo necesitasen alguna vez y a vosotros crear una familia cristiana a semejanza del hogar en q. por gracia de Dios hemos tenido la suerte y el honor de nacer. - Siete años tengo
“... ... ... El P.Vilariño (se refiere al Padre Remigio Vilariño, autor de un Catecismo con el cual yo estudié religión) es un viejecito muy simpático, muy santo y de gran humildad e igual valer. Los rojos le tuvieron preso mucho tiempo y tiene gran caridad con los inocentes recluidos. Cuando salgas te lo presentaré, D.m.”
Después de la firma, escribe: “A Estivill y a Martínez si puedo verles les entregaré algo de comer y les manifestaré tu agradecimiento.”
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