ERNESTO CARDENAL (Salmos que he podido encontrar)
ARTÍCULO CRÍTICO :
Salmos de Ernesto Cardenal: un texto exteriorista.
por Isaac Sanzana Inzunza
Artículo publicado el 03/10/2007
El presente trabajo intenta establecer una relación intertextual entre el libro “Salmos” del autor y los Salmos Bíblicos.
Este trabajo estudia algunos principios exterioristas como la intertextualidad bíblica y las referencias implícitas a la Teología de la Liberación, que el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal establece en su antología Salmos publicada en 1964. De igual forma, se analizan dos voces predominantes en el texto: la voz religiosa, que se manifiesta en la interpelación a un Dios justo que castiga a los opresores y concede justicia a los pobres y explotados; la voz política que se traduce en un rechazo a la sociedad capitalista y en el ideal de conformar una sociedad diferente.
0. INTRODUCCIÓN
La historia cultural de América Latina ha estado marcada desde períodos independentistas, por la intervención de los intelectuales en la vida pública a través de sus escritos, ya sean ensayos, obra poética, narrativa o dramática. Durante el siglo XIX, autores como Sarmiento, Lastarria o Martí, enfocaron su escritura a favor de una causa política que transformara sus naciones. A lo largo del siglo XX, el escritor latinoamericano mantendrá este pensamiento, continuará denunciando un sistema social y político injusto, si embargo, lo hará de acuerdo con nuevas ideologías. De esta manera, durante este periodo comienza a surgir una compenetración entre la literatura y uno de los fenómenos culturales más interesantes de América Latina en el siglo pasado: la Teología de la Liberación.
No obstante, esta intersección entre cristianismo y socialismo que caracteriza a gran parte de la doctrina liberacionista en América Latina, se verá reflejada principalmente en el género lírico. Será la poesía la que aglutine mayormente el vínculo ideológico entre cristianismo y socialismo.
Indiscutiblemente, el nombre más importante de la poesía cristiano-revolucionaria en América Latina, es el del nicaragüense Ernesto Cardenal. Tanto su vida como su poesía constituyen un emblema histórico para Nicaragua y para toda Hispanoamérica. Su vida ha estado marcada por dos revelaciones definitivas que serán fundamentales en el desarrollo de su poesía. La primera, cuando se encuentra a las puertas de su pequeña librería en Managua y ve pasar la caravana estrepitosa que protege al carro del dictador Somoza. Esta visión que penetra profundamente en su interior, le revelará que su misión en la tierra es la de ser religioso, decisión trascendental que nunca le conducirá, sin embargo, a abandonar el mundo y sus exigencias de humanidad y equidad. La segunda, es su encuentro con la revolución, que le permitirá reforzar sus ideales marxistas y luchar para forjar un mundo más justo.
En cuanto a su obra poética, ésta ha estado marcada por sus principios exterioristas, es decir, una poesía que opera como receptora del mundo exterior y que muestra en imágenes el mundo que vemos y palpamos; una poesía abierta a todos los temas y tipos de discurso que rompe límites y convenciones con la poesía canónica, que disuelve los espacios propios de la prosa y del verso y los integra continuamente en sus poemas; una poesía que utiliza un lenguaje claro y sencillo para ir más allá de la escritura poética y penetrar como un dardo certero en la conciencia de la gente.
En el caso de Cardenal, entonces, es difícil distinguir estrictamente entre sus vocaciones de poeta, sacerdote y político. Su poesía, su praxis y sus pensamientos religiosos y políticos se nutren mutuamente. Es lo que se observa en su libro Salmospublicado en 1964. Esta antología ofrece múltiples análisis, sin embargo, la crítica la ha estudiado mayoritariamente en su relación con los salmos bíblicos. Por esta razón, el objetivo de este trabajo es analizar las distintas voces y principios exterioristas que están presentes en el texto para lo cual se parte de las siguientes propuestas: en losSalmos, Cardenal presenta una voz religiosa y política que muchas veces se unen, e integra principios exterioristas que se manifiestan en la relación intertextual que establece con los salmos bíblicos, las referencias a los regimenes dictatoriales y a la Teología de la Liberación.
1. EL EXTERIORISMO
Según Iván Carrasco, Cardenal prefirió elaborar una metalengua —el exteriorismo— a partir de elementos distintos recogidos en diversas tradiciones, momentos históricos y autores, para referirse a un tipo de poesía distinta a la convencional más que como una tendencia artística, una poesía de carácter narrativo, elaborada con los elementos de la vida cotidiana, empírica y no solamente de la intimidad del ser humano como en la lírica anterior, una escritura abierta a todos los temas y tipos de discurso (2004: 130-131).
Básicamente, el exteriorismo corresponde a un paradigma poético cuyos componentes y destinos habitan y se toman del espacio y tiempo que nos circundan, y coexisten con cada uno de nosotros en el universo de nuestra cotidianidad. Como lo define el propio Cardenal:
El exteriorismo no es un ismo ni una escuela literaria. Es una palabra creada en Nicaragua para designar el tipo de poesía que nosotros preferimos. El exteriorismo es la poesía creada con las imágenes del mundo exterior, el mundo que vemos y palpamos, y que es, por lo general, el mundo específico de la poesía. El exteriorismo es la poesía objetiva: narrativa y anecdótica, hecha con los elementos de la vida real y con cosas concretas, con nombres propios y detalles precisos y datos exactos y cifras y hechos y dichos. En fin, es la poesía impura (Quezada 1994: 19-20).
Según Carrasco, la lírica exteriorista de Cardenal, se funda en el principio de que todo puede decirse en poesía y por lo tanto:
Es una escritura de gran amplitud temática y léxica, de sintaxis simple, referencias variadas y complejas, algunas muy claras para que todos las entiendan, otras muy específicas y a veces casi secretas, al alcance de lectores avezados o personas de profunda experiencia de fe, una poesía que pretende incluir todas las cosas, eventos y lenguajes de la vida moderna y primitiva, citadina y monástica, una poesía que participa de la lucha liberadora de los pueblos y denuncia con actitud profética los pecados sociales, institucionalizados, estructurales, de las sociedades de este mundo (2004:131).
La poesía de Cardenal en este sentido, refleja y propugna una determinada ideología que se contrapone al concepto del arte por el arte. El poeta catalogó a su poesía como “impura” ya que ésta es predominantemente narrativa, y evita la condensación metafórica para buscar imágenes concretas, conocidas y cotidianas. La poesía “impura” busca su propio lenguaje: hace uso de un lenguaje claro, accesible y transparente; renuncia a metáforas herméticas y busca imágenes reales del mundo exterior, empleando, con frecuencia un tono coloquial. Tiene un carácter polémico o didáctico, es apelativa y contiene, pues, a nivel léxico, abundancia de apelativos. En su poesía suenan también textos y voces ajenas que integra a manera de collages verbales, en donde pareciera que el autor es un mero compilador que moldea diversos discursos. Como bien señala Carrasco, “la poesía cardenaliana tratará de llevar a la práctica los principios exterioristas, lo que implica transformar el poema moderno mediante el uso de diversas figuras, entre las que sobresalen el coloquialismo, la intertextualidad bíblica y referencial, el prosaísmo, el ritmo versicular y la mutación disciplinaria” (2004: 130).
Cardenal es un poeta que quiere salir de las limitaciones del mundo individual, para entrar en lo social y en la historia, por esta razón, su poesía se caracteriza por un compromiso sociopolítico en donde el poeta da voz a un conjunto de personas concretas, por regla general oprimidos o explotados y denuncia la desigualdad social, la explotación económica y la opresión política. Por eso hay que tener en cuenta no sólo los criterios formales y estéticos de su obra, sino también las circunstancias extrapoéticas que están detrás de una obra ideológica: el lugar geográfico, la situación política y social, el contexto histórico, la vida e ideales del escritor, etc. Sólo de esta manera es posible comprender la entera enunciación poética.
Cardenal posee una fe acérrima en que la sociedad humana es capaz de perfeccionarse y por ello la vida y la obra del poeta-cristiano-revolucionario se deben entender como una lucha diaria por establecer el reino de Dios sobre la tierra; su libro Salmos da testimonio de esta actitud. Su colección de salmos constituye una prolífera combinación de lamentaciones religiosas y crítica de las violencias políticas y ultrajes sociales a través de poemas que valiéndose del estilo bíblico presentan una interpretación moderna de la realidad socio-económica de la región centroamericana, sin que el autor pierda la fe justiciera en el Todopoderoso. Lo que hace Cardenal es crear nuevas versiones contemporáneas de los salmos bíblicos para mostrar las realidades políticas y sociales presentes en su país y en el resto de la región centroamericana. La inclusión de palabras como dictadores, consejos de guerra, exiliados, deportados, fuerzas armadas, prisiones, propaganda, gángster, declaraciones de prensa, conferencias de paz, ametralladoras, sirena de alarma, tanques blindados, etc., nos inserta en un mundo contemporáneo en el que el individuo se confronta con un sinnúmero de estrategias de represión y maquinaria bélica sofisticadas. De esta manera, los Salmos dan testimonio de un poeta que se esfuerza por crear una poesía concreta, comprometida y directa.
La realidad moderna que le permiten al poeta hacer uso de sus principios exterioristas, se manifiesta en los Salmos a través de una voz que da cuenta de la propaganda política y comercial como medio de manipulación, el poder de los opresores y sus partidos políticos, los dictadores, los malos líderes, los ejércitos, los gángster, la propaganda, los medios de comunicación de masas y la guerra. Frente a esta realidad, el poeta eleva un discurso que denuncia la corrupción humana y a la vez, se dirige en forma de protesta ante tanta opresión, a un Dios transparente y justo que ama al pecador, pero que aborrece el pecado. El salmo 5, por ej., que lleva por título “Escucha mi protesta”, recoge estas ideas:
Escucha mis palabras oh Señor
Oye mis gemidos
Escucha mi protesta
porque no eres Tú un Dios amigo de los dictadores
ni partidario de su política
ni te influencia la propaganda
ni estás en sociedad con el gangster
No existe sinceridad en sus discursos
ni en sus declaraciones de prensa
Hablan de paz en sus discursos mientras aumentan su producción de guerra
Hablan de paz en sus Conferencias de Paz
y en secreto se preparan para la guerra
Sus radios mentirosos rugen toda la noche
Sus escritorios están llenos de planes criminales
y expedientes siniestros
Pero Tú me salvarás de sus planes
Hablan con la boca de las ametralladoras
sus lenguas relucientes son las bayonetas… (13).
Este salmo tiene la forma de una oración, un hablar a solas con Dios, en donde el hablante lírico se dirige a su Señor en búsqueda de consuelo y protección. El “yo” poético deposita toda su confianza en un Dios que no es amigo de los dictadores ni partidario de su política. Por el contrario, protege a sus hijos de la conspiración de los opresores. Así como el hablante acusa y denuncia de manera directa los engaños e injusticias de los regimenes dictatoriales, también reclama y exige a ese Dios que le ama y escucha su plegaria: “Castígalos Oh Dios / malogra su política / confunde sus memorandums / impide sus programas…” (14).
Al final del poema, el hablante lírico plantea la condicionalidad de las bendiciones de Dios. Los dictadores merecen el castigo pues conspiran en contra de los débiles, mientras que los que no creen en sus mentiras, campañas publicitarias y políticas, son bendecidos. El poeta además, se apodera de la imagen de la represión (tanques blindados) para diferenciarla con la del poder y amor de Dios, dejando en evidencia la superioridad de la imagen divina: “Al que no cree en la mentira de sus anuncios comerciales / ni en sus campañas publicitarias ni en sus campañas políticas / tú lo bendices / Lo rodeas con tu amor / como con tanques blindados” (14).
En el salmo 11, que se titula “Libértanos tú”, también es posible reconocer los principios exterioristas. Valiéndose de la intertextualidad bíblica y referencial, el poeta utiliza un lenguaje claro y sencillo para apelar nuevamente a Dios, quien es el único que puede proporcionar libertad y paz a los oprimidos. Aquí el poeta se vale de la oración comunitaria para representar en su clamor a todos los que son víctimas de los regímenes dictatoriales. El hablante poético denuncia las mentiras y engaños de las que son víctimas los propios dictadores, reproduce los eslóganes de los opresores que ven en la propaganda un arma de dominación y nos muestra en imágenes, los atropellos reales de los que son víctimas, los que confían en el Señor: “Por todas partes están sus armamentos / Nos rodean sus ametralladoras y sus tanques / Nos insultan los asesinos llenos de condecoraciones / Y los que brindan en sus clubs / mientras nosotros lloramos en tugurios / Los que se pasan la vida en coctail-parties” (21).
En este salmo, es tal la convicción y confianza en el Señor, que el hablante se adelanta a los designios de Dios y nos presenta la libertad que Dios dará a los pobres y explotados. Así como el Señor escucho el clamor de su pueblo Israel frente a la opresión de los egipcios y les proporcionó la libertad, aquí lo hará de la misma forma: “Por la opresión de los pobres / por el gemido de los explotados / ahora mismo me levantaré / dice el Señor / les daré la libertad porque suspiran…” (21).
Cardenal es consciente de las prácticas dictatoriales, de los abusos y atropellos en contra de los explotados, él mismo es víctima de la conspiración y opresión de los dictadores y sus partidos políticos, por ello se da a la gran tarea de alzar la voz por los sin voz, de protestar y clamar a Dios para que les proporcione la libertad y restablezca su reino sobre la tierra. No es extraño, entonces, que el poeta haga referencia a su vida contemplativa y apele a Dios en el salmo 25, para que lo liberte de los partidos políticos: “No me entregues al Partido de los hombres inicuos / Libértame Señor! / Y bendeciré en nuestra comunidad al Señor / en nuestras asambleas” (33).
2. LA INTERTEXTUALIDAD CON LOS SALMOS BÍBLICOS
El propósito de Ernesto Cardenal, de llevar a la práctica en sus poemas los principios exterioristas, implica transformar el poema moderno mediante el uso de diversas figuras, entre las que sobresale la intertextualidad bíblica (Carrasco 2004).
Básicamente, el recurso de la intertextualidad plantea la relación directa de un texto con uno o varios textos más. Podría pensarse así, que a raíz de esta relación intertextual no existiría la creación literaria “pura”, en el sentido de originalidad, ya que cada sujeto que produce un texto, lo hace desde una necesaria vinculación con otros textos, sin embargo, la intertextualidad es un estado necesario del texto, una condición básica. Como humanos recibimos un legado y dialogamos con él. Tejemos nuevos textos con los hilos que recibimos. Como sostiene Julia Kristeva, quien tomó el concepto del crítico y teórico ruso Mijaíl Bajtín, la intertextualidad estaría dada porque:
[…] la palabra (el texto) es un cruce de palabras (de textos) en que se lee al menos otra palabra (texto). En Bajtín, además, esos dos ejes, que denomina respectivamente diálogo y ambivalencia, no aparecen claramente diferenciados. Pero esta falta de rigor es más bien un descubrimiento que es Bajtín el primero en introducir en la teoría literaria: todo texto se construye como mosaico de citas, todo texto es absorción y transformación de otro texto. En lugar de la noción deintersubjetividad se instala la de intertextualidad, y el lenguaje poético se lee al menos como doble (1981: 190).
En los Salmos, el recurso de la intertextualidad está dado porque Cardenal utiliza como texto de base o inspiración, los salmos bíblicos. Éstos son la fuente literaria y religiosa que ha inspirado los Salmos de Ernesto Cardenal. Los Salmos cardenalianos, en este sentido, guardan una relación intertextual obvia y directa con los textos bíblicos. A modo de ejemplo, podemos comparar algunos de los versos del “salmo 1” de La Biblia con el correspondiente “salmo 1” de Cardenal:
Salmo 1, Santa Biblia Salmo 1, Ernesto Cardenal
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas… Bienaventurado el hombre que no sigue las consignas del Partido
ni asiste a sus mítines
ni se sienta en la mesa con los gangsters
ni con los generales en el Consejo de Guerra
Bienaventurado el hombre que no espía a su hermano
ni delata a su compañero de colegio
Bienaventurado el hombre que no lee los anuncios comerciales
ni escucha sus radios
ni cree en sus slogans
Será como un árbol plantado junto a una fuente (9).
Como se puede observar, ambos textos, guardan una relación de similitud
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