SOBRE LA ROSA...

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

44. Marqués de Los Palacios ( Martín de Ledesma y Guzmán) (1600 a 1605 - 1650)



ALBA REAL.





EN LA OCASIÓN QUE LA SEÑORA INFANTA FUÉ

Á LOECHES, QUE LA LLAMARON «ALDEANA

DE ALLÍ.»

 

ROMANCE INÉDITO.

 

Aldeana de Loeches,

Que saliste más hermosa

Que el sol cuando alegre baja

A dar aliento á las rosas;

Ya los campos que te envidian,

Y fuentes que te enamoran,

Bien podrán decirte amores,

Mas no te dirán lisonjas.

Todos piden á tus plantas,

Bellísima labradora:

Los campos yerbas y flores,

Las fuentes plata y aljófar.

El sol te engendró de España,

Y Belisa fué tu aurora:

Que sólo pudo nacer

Esta perla en esta concha.

Escucha aquesta canción,

Aunque te compongan otras

Los zagales de tu casa,

Y las canten tus pastoras:

«Aldeana bella,

Vengas en buen hora

A ser fresca rosa,

El sol de los campos

Y en mi aldea sola.

»Ya de Manzanares

La verde ribera,

Después que la pisas,

Quiere ser tu aldea,

Pues bajaste á verla

Y en su abril agora.

«Aldeana bella,

Vengas en buen hora

A ser fresca rosa,

El sol de los campos

Y en la aldea sola.»

 

(Varias poesías del Marqués de Palacios. — Bibl. Nac. 

— Sala de MSS M-13, fol. 128 vuelto.)

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

45. Marqués de San Felices (1615 - Después de 1656)



SONETOS.

 

I.

 

CADUCIDAD.

 

Ésta, que al prado púrpura dilata;

Ésta, que flor se mira y escarmiento,

Hermosa vanidad que fía al viento,

Los vapores que en ámbares desata;

 

Del corvo arado la opresión ingrata

Postró lo natural á lo violento,

Y en forma de su injusto rendimiento

Hoy su tragedia mísera retrata.

 

Mostró la privación de su hermosura

La que pudo en tan verde lozanía

Sangrienta estrella ser de su luz pura.

 

¡Oh! ¡cuanto pudo en Ja estación del día

El tiempo, que fortunas asegura

En cuyas sombras su rigor envía!

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

45. Marqués de San Felices (1615 - Después de 1656)



SONETOS.

 

II



 

HADO.

 

 

 

Por lazos de esmeralda rompe el día

Oh rosa, los colores que la aurora

Entre purpúreos senos atesora

Y en tus fragancias frágiles envía.

 

No bien, pues, tu hermosura desafía

Cuantas al prado márgenes colora

Cuando en luciente aljófar tu fin llora-

¡Oh indicio de una incierta fantasía'




Naciste para ejemplo de las flores

Porque apenas beldad te admiró en mayo

Cuando solicitaste tus rigores-

 

Y siendo de la vida triste ensayo,

Ella duda, en tu asunto, tus verdores

tu, en la fogosa luz que anima el rayo.





[size=8](Rimas de D . JUAN I>R MONCAYO Y G U R R B A , M A R Q U É S DE S A N
[/size]. FBMCBS: Zaragoza, por Diego D o r m e r , 1652.—Pág. 72)

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

46. Don Jerónimo de  Cáncer y Velasco ( 1595 - 1655 )



Á UNA ROSA DESHOJADA.

 

Esta mustia beldad, que enamorado

Tuvo al abril su verde lozanía,

Fragante joya, que, al romper del día,

Sacó la primavera en el tocado;

 

Sustituta del sol, astro esmaltado,

Que igualmente alumbraba é influía,

Y en verde, en apacible tiranía

Por reina se hizo coronar del prado;

 

A mano descortés segur villana

Rinde cuanto esplendor y pompa adquiere,

Pagando como culpa el nacer rosa.

 

¡Oh! ¡No se fíe la belleza humana;

Que es breve flor que cuando nace muere,

Mucho más que por frágil, por hermosa!

 

Obras varias de D. Jerónimo de Cáncer y Velasco: Madrid,

por Diego Díaz de la Carrera, 1651. — Fol. 105.

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

47. Don Gabriel Bocangel  Unzueta ( 1603 - 1658)



METÁFORA DE UNA ROSA Á UNA

 

DONCELLA, QUE HABÍA PADECIDO LA

 

PRIMERA OFENSA EN EL RECATO.

 

 

 

LETRA.

 

Esa rosa que ves, zagalejo,

Y el ave grosera volando picó,

¡Ya no es flor: que á los aires se queja,

De verse, aunque rosa, robada y sin flor!

 

GLOSA.

 

A sí misma semejante,

Nunca verás la hermosura,

Porque miente lo que dura

La belleza más constante.

Es la dicha del amante

De tan incierta fortuna,

Que nació varia la luna

A ser luna de su espejo:




Esa rosa que ves, zagalejo,

Y el ave grosera volando picó,

¡Ya no es flor: que á los aires se queja,

De verse, aunque rosa, robada y sin flor!




Verás beldad que homicida

A herir y obligar alcanza;

Que despide á la esperanza

Y á los sentidos convida.

No los creas en tu vida,

Si buscas de amor la palma,

Porque siempre contra el alma

Dan los sentidos consejo:




Esa rosa que ves, zagalejo,

Y el ave grosera volando picó,

¡Ya no es flor: que á los aires, se queja,

De verse, aunque rosa, robada y sin flor!




El gusto más poseído

Que llega á mayor edad,

Le sobra la enfermedad,

Pues muere de haber nacido.

Es un rayo sin ruido

La luz de la dicha, Blas;

Contento que dura más

Tiene el pesar por reflejo:




Esa rosa que ves, zagalejo,

Y el ave grosera volando picó,

¡Ya no es flor: que á los aires se queja,

De verse, aunque rosa, robada y sin flor'.




No se queja de morir

La flor de la aguda punta,

Que para verse difunta

Harta causa fué lucir.

Sólo pudiera sentir

Que tan rigoroso daño

No escribiese el desengaño,

Cuando violó su bosquejo:




Esa rosa que ves, zagalejo,

Y el ave grosera volando picó,

¡Ya no es Jlor: que á los aires se queja.,

De verse, aunque rosa, robada y sin flor!

 




La lira de las Musas, de D. Gabriel Bocángel y Unzueta:

Madrid, por Carlos Sánchez, 1652. Fol. 64 vuelto Con el 

titulo de Varias letras y tonos escogidos hay en la 

Biblioteca Nacional de Madrid un códice procedente de la 

Biblioteca del Duque de Osuna, en el que se reproduce esta 

canción y se da por anónima: Biblioteca Nac, KK-28 

provisional, pág. 3.

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

48. Agustín Moreto y Cabana (*) (1618 - 1669)


ROSA FUGAZ.
 
EPIGRAMA.
 
Tu ñor se pasa, rosa,
Y el fruto prometido
A tu hermosura niega
El nácar ya marchito.
Gózale antes que pierdas
De tu verdor el brío,
Que al florecer las plantas
Es natural el vicio.
 
(De la comedia Santa Rosa del Perú.)

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

49. Don Jerónimo de Barrionuevo ( 1569 -1660?)



INTANGIBLES.

 

ROMANCE INÉDITO.

 

¡Qué vergonzosa que sales,

De mayo la mejor flor,

Alegría de este prado,

Milagro hermoso de Dios,

Vertiendo de tus mejillas,

Entre el bruñido candor,

La púrpura y rosicler

Del celeste pabellón!

De la suerte que la aurora,

Cuando alegre despertó,

Vestida sale de grana

Entre uno y otro arrebol,

Y tras ella presuroso

Raya, guiando el amor,

A ese amante del laurel,

A ese lustroso pavón,

Haciendo ruedas del aire

Sin gozar de la ocasión,

Pues al asirla se halla

Burlada su pretensión; .,

Así entre todas las flores

Al salir de su botón,

Es la rosa maravilla

En la fragancia y color,

Sin que ninguno se atreva

A profanar su valor

Defendida de la guarda

De tanto archero peón;

Quedando sólo en tocarla

Abrasado, como el sol,

Y ensangrentadas las manos

El que hacerlo se atrevió.

 

Comedias y poesías varias por D. Juan Cantón de Salazar (nom-

bre de que se valió el verdadero autor, D. Jerónimo de Barrio-

nuevo v Peralta, Canónigo de Sigüenza). — Bibl Nac, Sala de

MSS. M-41o, Pág. 522.

Cuántas rosas y a cual más hermosa.
Gracias, Pascual, hay un buen ramo de ellas y todas dignas de admiración.
Besos.

Es una perspectiva diferente, querida amiga. Algunos de los autores se han tratado ( Lope de Vega; Garcilaso; Calderón; Quevedo; Góngora... pero la mayoría son desconocidos para mí. Y es cierto, me produce paz interior , leer todos los días algunos versos sobre la rosa...

Gracias por estar atenta a este humilde jardín.

Besos.

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

50. D. García Martínez de Porres y Silva (1613 - ?)



 

D. García Martínez de Porres y Silva, caballero del 

hábito de Calatrava, nació en Zamora hacia 1613. 

Hizo sus estudios en Salamanca, donde alcanzó una 

beca en el Colegio de Cuenca, y al tomar la borla de 

Doctor se le dio la cátedra de decretales, clementinas, 

sexto y vísperas. Al ocurrir la insurrección de Portugal 

organizó en compañías el Cuerpo escolar universitario, 

y en 1642, hallándose consternada Ciudad-Rodrigo por la 

inmediación del ejército portugués, salió de caudillo con 

los estudiantes, entró en la plaza y se preparó á la

defensa. Pagó Felipe IV tan bizarra acción confiriéndole 

una plaza de Oidor en la Real Cnancillería de Valladolid; 

después le dio la Superintendencia del ejército de 

Extremadura. En 1647 pasó al corregimiento de Salamanca, 

siendo trasladado más tarde á la sala de alcaldes de casa 

y corte. Por último, promovido á la Fiscalía del Consejo 

de Castilla, llegó á obtener plaza del mismo y de la 

Suprema Inquisición. Era hermano de D. Cristóbal de Porres, 

Conde de Castronovo y Marqués de Quintana, del hábito de 

Alcántara, y otro hermano suyo, Fr. Antonio de Porres, fué 

calificador del Santo Oficio y después Obispo de Málaga. Por 

su mujer Doña Teresa de Velasco emparentó D. García con los 

Condes de la Revilla; y si en las academias, en la cátedra y 

en el foro se había revelado, según dice Méndez de Silva, 

«como varón de singular rectitud y grandes letras y 

suficiencia,» adquirió en la sociedad un puesto lleno de 

respetabilidad y de prestigio. Escribió comedias; mas no

quiso darlas al teatro, y el mismo culto de las musas lo 

limitaba á las intimas satisfacciones de su espíritu. Nunca 

las publicó: algunas han quedado como prueba de su numen 

poético y se conservan en la Biblioteca Nacional de Madrid, Sala

de MSS., M-1o y otros códices.

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

50. D. García Martínez de Porres y Silva (1613 - ?)


CELAJES DE UNA ROSA.
 
DÉCIMA INÉDITA.
 
Manto y puntas, Celia hermosa,
Sobre tu bello arrebol,
El es nube, tú eres sol;
Ellas espinas, tú rosa.
Al que llega mariposa,
Ó le consume tu fuego,
Ó éstas le maltratan luego;
Yo me quise reportar,
Y porque llegué á mirar
Quedé de mirarte ciego.
 
Versos de D. García de Porres. — Bibl. Nac. — Sala de MSS.
M lo — Fol. 89.

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

51. Francisco de Francia y Acosta ( ¿Finales del S. XVI - ?)


 
PENSIL REAL.
 
AL NACIMIENTO DE LA SERENÍSIMA INFANTA
DOÑA MARGARITA DE AUSTRIA.
 
 
 
De la dorada flor de lis más bella
Naciste ¡oh tú, de abril nuevo cuidado!
Rosa gentil, que á España el cielo ha dado
Para honor del y para gloria de ella.
 
Restitución hermosa eres de aquélla
Que robada en su oriente fué del hado;
Del sol del claro Príncipe esperado
Eres luciente precursora estrella.
 
Quien darnos fruto tan precioso quiso
Por azucena candida te envía,
El excelso pensil amplificando;
 
Donde el joven Monarca es el narciso,
El lirio es Isabel, rosa María,
El jazmín Carlos y el clavel Fernando.
 
El Jardin de Apolo, de Francisco de Francia y Acosta: Madrid,
por Juan González, 1624. — Fol. 4. 

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

52. Paulo Gonzálvez de Andrada (  No constan fechas de nacimiento ni defunción)



EL CETRO DE LA ROSA.

 

Esta que envuelta en rojos esplendores

Belleza, á quien dotó la primavera

El cetro universal sobre las flores,

República odorífera que impera,

Haciendo ostentación de sus primores,

Tanta jurisdicción se considera,

Que en alto aumento de imperial decoro

Púrpura viste y se corona de oro;

 

Duplicados trofeos se asegura,

En diferente acción doble elegancia,

Sobre las hermosuras, su hermosura,

Y sobre la fragancia, su fragancia,

Por vivir en su imperio más segura

Unida su razón con su arrogancia,

Fabrica en su defensa y en su abono

De espinas muro y de esmeraldas trono.

 

Tanta opinión á su beldad aumenta

Su resplandor en hojas desatado,

Que de reina del prado aún no contenta

La diosa quiere ser de todo el prado.

Origen superior al prado ostenta

En la sangre de Venus heredado,

Enseñando en abonos superiores

En cuerpo de rubí, alma de olores.

 

De las auras en trono respetada

No pasan de lisonjas sus licencias,

A donde conociéndose adorada,

Les paga con fragancias obediencias.

Agradecida, cuanto idolatrada,

Liberal, á corteses asistencias,

Comunica á las auras y á los vientos

De su aliento aromáticos alientos.

 

Cuantas veces la abeja religiosa

Á la deidad que en su semblante mira

Solícita, la busca y temerosa

Procúrala y cobarde y se retira;

Entre el respeto y la beldad dudosa,

Si llega algún rey á donde aspira,

Cuando á labios de nácares se atreve

En copa de coral néctares bebe.

 

Sobre la estimación de su tesoro

Tan superior asiento le dispone

La misma aurora, que á las perlas y oro

Que pródiga produce, la antepone.

Las perlas desperdicia y su decoro

Del honor de los campos se compone;

¡Qué mucho, si se adorna su belleza

De oro los pies, de rosas la cabeza!

 

Luz de los campos es, y en luces bellas

Con las luces del alba competía,

Cuando, fugando ejércitos de estrellas,

Más valiente esplendor introducía.

Porque armada de lúcidas centellas

Le introduce en los términos del día,

Tan bella, que á sus vive resplandores

Desparecen ejércitos de flores.

 

Con el sol igualmente poderosa

Divide los imperios igualmente:

Él manda una campaña luminosa;

Ella gobierna un cielo floreciente:

Sol de los campos la purpúrea rosa.

Rosa del cielo el sol resplandeciente^

Que haciendo días y formando mayos

Una esparce verdores y otro rayos.

 

Esta divina Lisis, que cuidado

Antes lisonja fué de humanos ojos,

Llevando aclamaciones del agrado,

A su belleza lícitos despojos;

Si al furor descortés del viento airado

Padece los sacrilegos enojos,

Inclinada la pompa en un momento

Ludibrio vuela, más que adorno al viento.

 

Perdida la arrogancia y la corona,

La majestad, la púrpura perdida,

Gallarda ostentación de su persona

En débiles des'pojos dividida,

Escarmientos bellísimos pregona,

En el ocaso fácil de la vida,

Siendo la luz que en ella resplandece

Relámpago que luce y desparece.

 

Ejemplo, oh Lisi, á tu hermosura sea:

La que retrato fué de la hermosura

Donde en caducos méritos se vea,

Más temerosa mientras más segura.

Si el aplauso común la lisonjea

Mira la pompa cuanto espacio dura,

La rosa lo dirá, que envanecida

Entra muriendo á principiar la vida.

 

Rosa de la beldad la más perfeta

Que formaron milagros superiores,

A quien toda belleza se sujeta

Como á la rosa el vulgo de las flores;

Si el tiempo ejecutivo no respeta

Privilegios de lúcidos verdores,

¡Cómo pródigamente avara pierdes

La pompa hermosa de tus años verdes!

 

Varias poesías de Paulo Gonçalvez d'Andrada.  Parte 

Primeira,J A Loam Conçalvez da  Cámara do Conselho del Rey nono

Senhor,  Conde de Villa nova da Calheta, Capitao General de

gente de guerra de Ilha da Madeira, Governador perpetuo de

Iusti I 9a et Veedor de facenda na di I ta Ilha, et Poito Santo, 1

Senhor das Ilhas | Desertas | Em Lisboa, por Mattheus Pinheiro»

1629.(*)




(*) Al ser una versión digitalizada del portugués, y el documento estar viejo por el uso e imposible traducir en su conjunto.

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

53. Manuel de Faria y Sousa ( 1590 - 1649) 


SONETOS.
 
1.
 
ROSA ADVERTIDA.
 
Semejante á la rosa en hermosura,
Si no la tocan en su trono verde,
De espacio, ¡oh Filis! la belleza pierde:
A morir, si la tocan, se apresura.
 
Si es gloria el poseer beldad segura
Y no hay otra que tanto se te acuerde;
El no dejarla usar se te recuerde,
Pues que lo más usado, menos dura.
 
Diráste tú, que quieres ser querida:
¡El que te logra, tiénete olvidada!
¡El que quiere lograrte, no te olvida!
 
Tú te gozas tus joyas descuidada;
Por una sola ajena andas perdida:
¡No quieras más de á tí para avisada!
 
Fuente de Aganipe ó rimas varias, de Manuel de Faria y Sousa:
Madrid, por Cario; Sánchez Bravo, 164"). — Paite j, fol. 91.

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

53. Manuel de Faria y Sousa ( 1590 - 1649) 


SONETOS.
 
2.



Á VIOLANTE DO CEO,

MONJA EN LA ROSA DE LISBOA.

 

Viendo Apolo una estancia bien copiosa

De puras flores de tu propia suerte:

— «Yo bien quisiera, dijo luego al verte,

Viola antes que lirio, antes que rosa.»

 

Y en tí, de la elección más cuidadosa,

A la rosa su gusto se convierte;

Queriendo antes quererla, que quererte,

Por más que dé tu nombre flor hermosa.

 

Tú diste al ciclo intacta tu violeta

Y el Autor de la Gracia más difusa

En un cielo de rosa igual te aceta:

 

Bien, pues, por tí rosados cielos usa;

Porque por fruto propio el gran planeta

Puso en la mejor flor la mejor musa.

 

Fuente de Aganipe ó rimas varias, de Manuel de Faria Y Sousa:

Madrid, por Carlos Sánchez Bravo, 1646. — Parte j, fol. 100.

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

54. Francisco Manuel de Melo (1608 - 1666)



 

D. Francisco Manuel de Melo (Medolino), caballero 

de la Orden de Cristo, maese de campo de un tercio 

de infantería española por la Majestad de Felipe IV, 

nació en Lisboa en 23 de noviembre de 1611. Se educó 

con los Jesuítas del Colegio de San Antón, y á los 

catorce años escribió su primer poema, por lo que se 

le mandó á Coimbra á seguir sus estudios literarios.

Huérfano de padre en 1628, se vino á España para seguir 

la carrera militar, y enviado á las guerras contra 

Francia en las fronteras de Flandes y en el gobierno de 

Milán, alcanzó la banda de maestre de campo, á lo que 

contribuyó ser portugués, ser caballero, ser valiente y 

ser poeta. En Cataluña se hallaba mandando un tercio de 

infanteria española cuando estalló en 1640 la insurrección 

de Portugal. Pasóse entonces á Francia, y atravesando la 

Holanda se embarcó para Inglaterra, de donde vino á Lisboa. 

En su patria no le esperaban ni medros ni triunfos, antes 

bien ingratas vicisitudes que le hicieron pasar casi

toda la vida en destierros y prisiones. Al cabo murió en 

Lisboa el 13 de octubre de 1666, ahogado de la necesidad y 

agobiado por el infortunio. Sus primeros versos fueron los 

laudatorios, que entre otras obras se encuentran en todas 

las de Manuel Gallegos. En 162$ dio á la estampa, en Lisboa, 

Doce sonetos ¡i la muerte de Doña Inés de Castro, y en 1630 

nuevas composiciones castellanas á las Rimas que Vicente de 

Guaman y Suárez publicó en Oporto. En Madrid, en 1638, 

imprimió la Política militar. y en 1644, 45 y 47 varios 

opúsculos políticos, en Lisboa, en defensa de los derechos 

de Portugal contra España. En 1645 sacó á luz la Historia 

de los movimientos y separación de Cataluña, y en 1649, 

volviendo otra vez á las musas. Las tres de Medolino. Por 

último, en 1664 en Roma, se imprimieron sus Obras morales, 

y en 1665, en León de Francia, sus Obras métricas. De estas 

últimas Mr. A. M. Sani ha publicado en París, en 1S08, un 

volumen, titulado Poesie lyrique portugaise, eú choix des 

odes de Francisco Manoel, traduites en françeais.

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

54. Francisco Manuel de Melo (1608 - 1666)


HERMOSURA RECATADA.
 
Rosa de amor primera,
Que á las rojas niñeces de tu vida,
En sus propios verdores escondida
Tu belleza, no puede vez ninguna
Escapar de la envidia á la fortuna;
¿A dónde vas ligera,
Si huyes á la misma primavera?
 
Desata el verde nudo
Antes que digan locas fantasías
Que también de tu pompa desconfía?.
Mira que el vulgo de las otras flores
No mida tu esplendor por sus verdores,
Vano de que te acuerde
Que lo podrás perder, como ellos pierde.
 
¿Quién duda que la rosa
Pretenda con igual atrevimiento
Que tomes de su gala el escarmiento,
Como de su tesoro, ella ha robado,
Lo blanco, lo encendido y lo dorado;
Cual si fuese una rosa,
Una divinidad y una hermosa?
 
Desata, rompe, afrenta,
La emulación grosera, que te aguarda
Por afirmarse, sólo en lo que tarda,
De ser admiración, hasta ser muerte:
Beldad, que no depende de la suerte,
Que como el sol que mira,
Lo bello goza, lo perpetuo aspira.
 
Del ya botón pesado
Que verdes rejas á tus ojos labra,
Como fuego tu luz, sus hojas abra:
No sólo de tí misma eres señora;
Alumbra, luce al mundo que te adora:
Ni el desdén te lo arguya:
Que en ser de todos, dejas de ser tuya.
 
Obras métricas de D. Francisco Manuel: León de Francia, por
Horacio Boenat y George Remeu, 1565. — Lira XXII, pág. 233.

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

54. Francisco Manuel de Melo (1608 - 1666)


COMETA DE ABRIL.
 
ROMANCE.
 
¿A dónde vas coronada
Del mejor oro de Ofir,
Breve oloroso cometa
Del verde cielo de abril?


¿Dónde vas á despeñarte
Faetonte de este jardín,
Si es casi un riesgo en lo hermoso
El caer, con el salir?


Tierna fábula, detente:
Que mejor te será á tí
Darle á todos que esperar
Que á ninguno que reir.


Si de tu ligera pompa
El principio es como íin,
Eso te gozas de ser,
Lo que te tardas de abrir.


Es lo breve de las flores
Castigo de astro infeliz;
Tú podrás, mientras no rompas,
Esa desdicha encubrir.


No te engaña el culto aplauso
Desde aquel vivo matiz,
De ese vulgo de las yerbas
Disimulado ó sutil.


Que el clavel y la azucena,
La violeta, el alhelí,
Sólo estiman tu nacer
Por disculpar su morir.


El sol, que ofendiendo al alba
Te enamoraba gentil,
Ese mismo ha de abrasarte.
Luego que llegue al cénit.


La abeja, que susurrando
Halagüeña es tu adalid,
Del segundo giro escala
Cuanto humor sella el carmín.


El aura, que dulcemente
Lame de éste á aquel rubí,
Ya como viento á la tarde
Es segur de tu raíz


Y aunque el sol, la abeja, el aura
Te perdonen, ni aun así
Entre murallas de espinas
Segura puedes vivir.


Porque de Celia enojada
Cinco rayos de marfil,
Diluvio son de las flores
Sin perdonar las de lis.
 
Obras métricas de D. Francisco Manuel, al serenísimo 
señor Infante D. Pedro: León de Francia, por Horacio 
Boenat y George Remeu, 1665. — Romance XXIII, pág. 98.

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

55. Padre Pedro de Quirós ( 1590 - 1667)


SONETOS.
 
I.
 
Á UNA ROSA BLANCA QUE ABRIÓ
EN VIERNES SANTO.
 
La que miras fragante pompa breve,
En hojas ciento despertó cien ojos
Para llorar, por ver que sus abrojos
A su autor ciñen en guirnalda aleve;
 
En llanto paga cuanto nácar bebe
Si de púrpura no en raudales rojos,
Porque no le alcanzaron los despojos
Del pie de Venus á teñir la nieve.
 
Hoy, si no en lo encarnado, vergonzosa,
En lo candido, tímida belleza,
De llanto vive la que nace rosa.
 
Á tus armas les debe su nobleza,
Pues las que el pie manchó de ciega diosa,
Dios amante las pone en su cabeza.
 
Poesías divinas y humanas del P. Pedro de Quirós: Sevilla,
imprenta del Orden, 1887.— Soneto XXIV, pág. 15.

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

MANOJO DE ROSAS

SIGLO XVII 

55. Padre Pedro de Quirós ( 1590 - 1667)


SONETOS.
 
II


ENVIANDO UNAS ROSAS Y JAZMINES.
 
Al canto de los dulces ruiseñores
El alba despertó, vistióse de oro,
Y con amena risa y blando lloro,
Desmayo á estrellas dio y aliento á flores.
 
En cuya hermosa variedad de olores,
Vi que afectaba con mayor decoro
Ese rojo, ese candido tesoro,
De su llama y su luz competidores.
 
Con ingrata arrogancia competía
Con la joven aurora aquesta rosa,
Y este jazmín con el infante día. «
 
Póngolos en tu mano poderosa
Por castigarlos, dulce Ardemia mía,
Con tus mejillas y tu frente hermosa.
 
Poesías divinas y humanas del P. Pedro de Quirós: Sevilla,
imprenta del Orden, 1887. — Soneto XIV, pág. 9.