SOBRE LA ROSA...

Efectivamente, Lluvia. Es delicioso.

Besos

Seguimos

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TOMO II. SIGLO XIX.

APÉNDICE

7.  DON DIEGO, DUQUE DE BEAS



ROSA FRAGANTE. (Plegaria inédita)



-¿De la fragante rosa

A dónde va la esencia?

-Como las almas puras,

A donde nacen, vuelan,

Las ligaduras rotas
Que aquí las tienen presas.
Los pétalos y espinas
En este mundo deja,
y en la regio n celeste
A su Creador recrea,
Formando el puro limbo
De la Eternal pureza.
¡Oh misterio adorable!
¡Oh rosa de excelencia!
Bendita una y mil veces
Por tu Asunción excelsa

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8. UBALDO PASARON Y LASTRA. FTE. REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA, AUTOR A PIE DE ARTÍCULO

Pasarón y Lastra, Ubaldo. Ribadeo (Lugo), 16.VIII.1827 – Santo Domingo (República Dominicana), 21.III.1864. Capitán de Infantería, personaje polifacético, escritor, inventor y pionero de la aeroestación.

Fueron sus padres Benito Pasarón y Lastra, administrador de rentas reales, y Juana Rodríguez Tulles. No contrajo matrimonio.

Ingresó como cadete en el Colegio General Militar en Madrid. Al terminar su plan de estudios en julio de 1842, ascendió a subteniente. Muy inconstante en el inicio de su carrera, pasó por Infantería, Caballería, por la Academia de Ingenieros y llegó a pedir exámenes de ingreso en las escuelas de Artillería, Ingenieros Navales, Estado Mayor y del Cuerpo de Carabineros.

Ascendió a teniente en julio de 1853 y participó a las órdenes del marqués del Duero en la comisión para la redacción de la táctica de las tres armas, traduciendo artículos del francés y dibujando planos y gráficos.

Ascendió a capitán en julio de 1854 y en agosto fue destintado al Regimiento de la Unión en el Ejército de Cuba, en La Habana, allí pasó por diversas guarniciones.

Solicitó la patente por la invención de un aparato para la navegación aerostática. En 1862 pidió permiso para desplazarse a Estados Unidos con el fin de construir una máquina de navegación atmosférica de su invención “antes que caduque el privilegio que le fue expedido por el gobierno superior”, se denominó a sí mismo descubridor del fijo rumbo aerostático y de la navegación atmosférica, con el que pretendió establecer un servicio postal aéreo internacional en globo dirigible. Hombre de fuerte carácter, excéntrico y conflictivo, sufrió varios arrestos y amonestaciones en su carrera. Autor prolífico y diverso, colaboró en varios periódicos y coleccionó sus principales trabajos en cuatro volúmenes. Puso letra a la canción Una tórtola del músico Antonio Falcó. En 1863 pasó destinado al Regimiento de Infantería España y en diciembre embarcó con destino al Ejército Expedicionario de Santo Domingo, donde falleció de enfermedad natural siendo el jefe de la 5.ª Compañía de su regimiento.

Obras de ~: Poemas, Nueva York, 1860; Leyendas y dramas, La Habana, 1860; Prosa literaria, La Habana, 1860; Compendio de la historia de los árabes y beréberes, Nueva York, 1860; Cuadro del adelanto social moderno ó efemérides, La Habana, 1860; Álbum de la milicia y de la organización española, La Habana, 1861; Atlas crítico de la historia de España; Cartillas o instrucción Castramentarias, La Habana, 1861; Pilotaje Aeronáutico, La Habana, 1862.



Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. P-595.

VV. AA., Enciclopedia universal ilustrada europeo americana, Barcelona, Espasa Calpe, 1925.



Ubaldo Martínez-Falero del Pozo

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8. UBALDO PASARON Y LASTRA

LA ROSA DE INVIERNO. TROVA.


Obras completas de D. UBALDO PASARON y LASTRA : Nueva York.
Imprenta de Mas, 1860. Pag. 175 .

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9. CARMEN FEBRES-CORDERO DE BALLÉN. WIKIPEDIA

Carmen Febres-Cordero de Ballén (Guayaquil, Ecuador, 1829[nota 1] - Valparaíso, 22 de febrero de 1893) fue una escritora y poetisa ecuatoriana. [3][4]

Biografía
Nació en Guayaquil en 1829. [5][6] Hija del teniente coronel Joaquín Francisco Febres Cordero y de María de Jesús Montoya, tuvo 4 hermanos. [7] En 1853 se casó con Aurelio Ballén de Guzmán, con quien tuvo 3 hijos. [8]

Son pocas las poesías conocidas de esta autora, pero se afirma todas ellas muy meritorias,[9] que según Manuel Gallegos escribió en su adolescencia. [6] Improvisaba los versos con una métrica bien medida, fruto de un talento bien cultivado. [5] Escribió, por ejemplo, A mi esposo ausente, que José Bernardo Suárez considera la más distinguida, A una flor y A mi madre, también bastante destacadas,[9] Himno y una poesía dedicada a su amiga Ángela Caamaño, las cuales aparecieron en diversas antologías poéticas de la época, como La guirnalda literaria (1870) o Parnaso ecuatoriano (1879). [10][6] En sus poemas expresa ternura y pasión, pero también sucumbe al peso de las desilusiones. [11] Colaboró con varios diarios como La Esperanza, junto con otras autoras como Dolores Sucre o Rita Lecumberri,[12] al liberal El espejo,[13] creado en 1871, y en la revista El Álbum en 1880. [4] Instalada en Chile al menos desde 1879,[6] murió en Valparaíso en 1893.

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9. CARMEN FEBRES-CORDERO DE BALLÉN.

ROSA MARCHITA.REDONDILLAS.

Flor marchita, deshojada,
La más hermosa de abril,
Hoy abatida, humillada,
Eres tamo del pensil.

El estambre de tu gala,
Tu regia púrpura hermosa
Que ninguna flor iguala,
¿Qué se hicieron, linda rosa?

¿Cuál aquilón te marchita?
¿Cuál tempestad te desgaja?
¿O la bondad infinita,
Cual rayo, sobre tí baja?

El jardinero te deja;
A tu cáliz abundoso
No concurre ya la abeja,
Ni aquel pisaflor gracioso.

¡Huye del mundo falaz!
¡En él no hallarás consuelo,
Sino hermosura fugaz!
¡Busca la dicha en el cielo!

y olvidando los halagos
De mentidos pajarillos,
Canta, evita los estragos;
Prudente, rompe los grillos.

y que miren en tu espejo
Las que fueron orgullosas,
Cambiando lo nuevo en viejo,
y en hojas secas las rosas.

Poetisas americanas: ramillete poético del bello sexo hispano-
americano, recopilado por José Domingo Cortés: París-México,
imprenta de C. Motteroz, 1875.-Pág. 1I3

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10. RITA LECUMBERRI ROBLES. FTE, WIKIPEDIA

Hija del coronel Ignacio Lecumberri y de Juana María Rita Robles y García, quien fue hermana del general Francisco Robles, presidente de la República del Ecuador de 1856 a 1859.2​ Fue directora de la Escuela San Alejo, de 1880 a 1882; y la Nueve de Octubre, de 1882 a 1895.3​ Se enfocó además en la educación rural,4​ siendo directora de escuelas en Yaguachi, especialmente una para niñas.5​

La Convención Nacional reunida en Guayaquil en 1896 expidió el derecho jubilatorio de doña Rita Lecumberri Robles. Pero no quiso descansar, pues siguió trabajando por la educación de la mujer guayaquileña. El periodista Fernando García Drouet escribió el artículo "Silueta" en el que elogiaba a Rita Lecumberri por su labor de educadora y poetisa.

Jubilada en 1903, a los 72 años de edad, fundó la Academia Nocturna de Señoritas. Por no haber un local adecuado, brindó su casa de la calle Sucre 917 para que funcionara ahí.6​

Obras
Escribió el juguete cómico en un acto y en verso titulado "La embustera arrepentida" para los alumnos de la escuela 9 de Octubre, cuando ejerció el cargo de directora. Después publicó más poesías en el periódico "Guayaquil artístico", en la revista "El hogar cristiano" y en la revista "Olmedo".

Menciona la investigadora María Luisa Mariscal de Guevara que Rita Lecumberri como poetisa es exquisita, dulce, tierna, sus poemas revelan un temperamento tranquilo, bondadoso y desinteresado.7​

Ensayos
Ensayos poéticos (1883)5​
Poemas
Abecedario moral.5​
Soneto a Olmedo.8​
Himno del Colegio Normal Rita Lecumberri.5​
Premios
Triunfó en el concurso literario que promovió la Municipalidad de Guayaquil, el 9 de octubre de 1883.5​
Obtuvo una Medalla de Oro y diploma de honor por la Muy Ilustre Municipalidad de Guayaquil por su labor educativa.5​
Fallecimiento
Murió en Guayaquil, el 23 de diciembre de 1910, a la edad de 79 años.9​ Los diarios porteños El Telégrafo y "El grito de pueblo" publicaron notas necrológicas. Su tumba se encuentra en el Cementerio General de Guayaquil.

Homenajes
En su natal Guayaquil, existe un colegio fiscal que lleva su nombre: Colegio Rita Lecumberri, creado mientras ella vivía bajo el nombre de "Colegio Normal" por el entonces presidente Eloy Alfaro.10​

Fernando García Drouet escribió varios datos de su vida, publicados bajo el título de "Silueta".5​

En el año 2013, el Ministerio de Educación del Ecuador decidió denominar con su nombre al premio que otorga anualmente para galardonar la excelencia docente.11​

En el 2019, el Fondo de Cultura Económica (FCE) abre una librería en Guayaquil denominándola con el nombre de Rita Lecumberr

(Guayaquil, 14 de noviembre de 1831 - Ibídem, 23 de diciembre de 1910)1​ fue una poeta, escritora, autodidacta y educadora ecuatoriana.

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10. RITA LECUMBERRI ROBLES.

UNA ROSA MARCHITA. ( Redondillas)

Rosa que fresca y lozana
Ayer tu brillo ostentaste,
y con gracia te ondulaste
En la·cándida mañana:

Hoy ya mustia, entristecida ,
En tu tallo doblegada,
Poco á poco deshojada,
Pronto quedarás sin vida.

Tal imagen de mis años
En tu triste suerte veo:
Antes placer, devaneo;
Después dolor, desengaños.

Y ya marchita la frente,
Siento rendirse á su ocaso
Mi existencia paso á paso
Del pesar que hunde á la mente.

Dime, desdichada rosa,
¿Acaso aliento profano
Tu brillo apagó temprano
Ó de amor flecha ardorosa?

¿Ó tal vez de Febo un rayo,
En tu seno penetrando,
Fué tu belleza agostando
y dejó en total desmayo?

Rosa, has visto tu hermosura,
Como yo mis ilusiones,
Eclipsar los nubarrones
De la triste desventura.

Y una á una desprenderse
Las hojas de tu esperanza,
Que veloz el viento lanza
A confundirse y perderse.

Peo tal vez ignorada
Habrá un aura que divina
Te llevará peregrina
Del Edén á la morada;

Y allí entre fuentes y flores
De una eterna primavera,
Serás feliz la primera
y olvidarás tus dolores;

Mientras lágrimas yo ardientes
Verteré siempre abatida
En el yermo de mi vida
Lejos de flores y fuentes,

Y terminaré mi senda
Sin que una queja sentida
Ni una brisa apetecida
A mi sepulcro descienda.

Rosa, escucha una plegaria:
Si en esos lindos verjeles
De azucenas y claveles
Ves mi huesa solitaria,

Entonces en dulce calma
Envíame hacia mi losa
Soplo de tu aura olorosa
Ó de tu gloria una palma.

Poetisas Americanas: ramillete poético del bello sexo
hispanoamericano, recopilado por José Domingo Cortés: París.México,
imprenta de C. Motteroz, 1875.-Pág . 167

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11. CONCEPCIÓN DE ESTEVARENA

FTE. WIKIPEDIA

Rafaela María de la Concepción de la Trinidad Estevarena Gallardo (Sevilla, 10 de enero de 1854-Jaca, provincia de Huesca, 11 de septiembre de 1876) fue una poetisa romántica también conocida como Concepción de Estevarena. Su corta vida (22 años) estuvo marcada por la fatalidad. Huérfana de madre antes de los dos años, y de padre a los 21 años (1875), contrajo la enfermedad de tuberculosis que le llevaría a la tumba.

Biografía

Los datos que se conservan de su vida proceden casi en exclusiva del “Prólogo” escrito por su amigo José de Velilla y Rodríguez en la edición póstuma de su obra “Últimas Flores”. Así, José de Velilla afirma que el padre de Estevarena, hombre de edad, prohibía a Concepción a escribir poesías, por lo que ésta aprovechaba la soledad del hogar mientras el padre acudía a su trabajo de alguacil en el Ayuntamiento de la ciudad, para escribir poemas en las paredes que memorizaba para borrar luego antes de la llegada de su progenitor.

La tertulia de la familia Velilla en la calle de Manteros de Sevilla fue sin duda un espacio de libertad creativa, donde conoció a lo más granado de la joven intelectualidad de la época, entre otros a Luis Montoto.

Tras la muerte de su padre, halló provisional acomodo en la casa de los Velilla, antes de partir hacia Jaca a vivir con su tío Juan Nepomuceno Escacena, chantre de la Catedral de Jaca, donde finalmente fallecería víctima de la enfermedad.

La amistad entre Concepción de Estevarena y Mercedes de Velilla la manifiesta no solo el prologuista de “Últimas Flores”, sino también Luis Montoto en el prólogo de la edición póstuma de la obra de la Velilla en 1918. Montoto escribe: “Un día, su compañera inseparable, la ardiente poetisa Concepción de Estevarena, por brutal despojo de la muerte, partió a tierras remotas en busca del techo hospitalario y del pan que le ofrecían unos parientes lejanos. Algo del corazón de Mercedes partió con la gentil cantora. La despedida fue eterna. Concepción de Estevarena, todo calor, todo entusiasmo, murió luego, privada de la visión del cielo de Sevilla, herida por los fríos del Norte, consumida entre las nieves perpetuas”.

Tras su fallecimiento, en la tertulia de la Baronesa de las Cortes en Madrid, se leyeron poemas de Estevarena, interpretando Isaac Albéniz algunas piezas en su memoria (diario madrileño “La Época” del ocho de noviembre de 1876). De aquella tertulia salió la iniciativa de la publicación de su obra que finalmente llevaría a cabo José de Velilla, muy crítico con la indiferencia de la ciudad para con la poeta. Así, escribió: “Mas, ¿Qué importa, oh amiga mía, que tu nombre, ya esclarecido, no figure en la “Historia de la escuela poética sevillana en los siglos XVIII y XIX”; qué importa que Sevilla, esta ciudad ilustre, tan querida por sus hijos, como para ellos ingrata, y olvidadiza de sus glorias, apenas guarde un leve recuerdo de tu paso? Siempre es mayor la gloria, aunque pequeña, alcanzada con el propio esfuerzo, que la obtenida por medio de interesada lisonja y de complaciente adulación: a ti sola debes tu fama, que es hija de tus obras y merecimientos”.

En 2006, la ciudad le dedicó una calle en el barrio de Parque Alcosa.

Obra

Concepción de Estevarena no publicó en vida ningún poemario, aunque se calcula en 100 poemas su producción, dejando tan solo esporádicas colaboraciones en las revistas de la época como por ejemplo en "La Esfera" de Madrid, donde publica "Pasado y Porvenir" (1873), e incluso leyendo en actos públicos algunos de sus poemas ("Adelante" en el Liceo de Sevilla, en 1875).

Tras su muerte, un grupo de amigos entre los que se encuentran los hermanos José y Mercedes de Velilla, promoverán la edición póstuma de su obra, junto con una “Corona Poética” en la que colaborarán poetas de toda España (como por ejemplo Susana Lacasa, Juan Antonio Cavestany, José Lamarque de Novoa, etc.) junto a personas que la apreciaron en gran manera, como la propia madre de los hermanos Velilla, Dolores Rodríguez de Velilla.

Aunque su nombre no ha desaparecido en ningún momento de las letras castellanas, como lo prueba la inclusión de sus poemas en “La Literatura Española” del Padre Francisco Blanco (1910), la “Biblioteca Universal” (1922), o la entrada que le dedica el “Diccionario Enciclopédico Espasa Calpe” (1905/1930), lo cierto es que la recuperación de su obra viene de la mano de una relectura de la producción literaria española, afín al movimiento feminista.

Entre los autores que han realizado un análisis crítico de su obra encontramos al Padre Francisco Blanco (1910), a Diana Ramírez de Arellano (1979), y Susan Kirkpatrick (1992).

Todos los autores que han analizado su obra la inscriben claramente en el romanticismo sevillano deudor de la obra de Gustavo Adolfo Bécquer. Según Kirkpatrick “esta poeta no reproduce ningún yo ideal: ni el masculino, domador del <>, ni el femenino, dulce y monocromático ángel del hogar”. Al contrario, “Lo que marca la voz lírica de la poeta sevillana es la problemática de un sujeto que no encuentra ninguna posición segura y respaldada en su sociedad, que escribe desde la duda de su existencia social”.

De sus poemas, el más celebrado, no solo por su calidad literaria sino también por su contenido ideológico, es “Libertad”, como fuente primigenia de pensamiento, luz y sentimiento: “¡Libertad, lazo de amor / Talismán que honra y escuda / La humanidad te saluda / Como a su gloria mejor!”.

Publicaciones de su obra

Últimas Flores y Corona Poética. Sevilla (1877). Imprenta Gironés y Orduña.
Mujeres Célebres Sevillanas. Con prólogo de Luis Montoto. Sevilla (1917). Imprenta de F. Díaz y Compª.
Poetas románticos desconocidos: Concepción de Estevarena, 1854-1876. Con estudio estilístico de la doctora Diana Ramírez de Arellano. Madrid, (1979). Librería Internacional de Romo. ISBN 84-8500-309-8
Antología Poética de Escritoras del Siglo XIX. Edición, Introducción y Notas de Susan Kirkpatrick. Madrid, 1992. Castaglia / Instituto de la Mujer. ISBN 84-7039-662-5
Concepción de Estevarena. Álbum Poético y Fotográfico. Jaca (1999). Colección Recopilaciones Jaquesas n.º 4. Asociación Cultural Jacetana. D.L. Hu-403-1999.
Últimas Flores, Madrid (2005) Edición preparada por: Luz María Jiménez Faro. Colección Torremozas. Ediciones Torremozas, S.L. ISBN 84-7839-336-6.
Silenciosa es la noche (10 poemas), Zaragoza (2012), Introducción: Luigi Maráez, epílogo 'La poeta que murió en Jaca': José Luis Melero. Colección Papeles de Trasmoz, Olifante Ediciones de Poesía. ISBN 978-84-92942-40-4

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11. CONCEPCIÓN DE ESTEVARENA

HOJAS DE ROSA . (Estrofas)

¡Arrancadas del tallo en que nacieron
y arrojadas al viento del dolor,
Nadie se para á ver si en esos seres
Existe un corazón!

Mira; igual que nos pasa a los seres humanos muchas veces.
Buen día y ya sabes, gratitud a mares.

GRACIAS, LLUVIA. BESOS.

SIGO.

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12. JOSÉ SELGAS Y CARRASCO. FTE. REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA. Autora, al final).

Selgas y Carrasco, José. Murcia, 27.XI.1822 – Madrid, 5.II.1882. Poeta, novelista y periodista.

Participó en su juventud en las tertulias literarias de la época, en Murcia, y colaboró en La lira del Táder y en La Palma. Cesante como funcionario en su ciudad natal, marchó a Madrid en 1850, llamado por el conde de San Luis. En la Corte, aunque solucionó los problemas económicos, abandonó en parte su quehacer literario porque se dedicó a su actividad funcionarial y a la prensa. En El Padre Cobos cultivaba un periodismo satírico al servicio del Partido Moderado y del catolicismo de la época. Fue elegido diputado a Cortes en 1866, y académico de la Española en 1869. Su ingreso no estuvo exento de polémica, ya que la persona escogida para escribir su discurso de contestación fue Cándido Nocedal. La comisión censora rechazó el discurso por mal redactado, pero la enérgica personalidad de Nocedal, jefe de la minoría carlista en 1869 en la Cortes, no permitió que se modificasen los textos y ambos se leyeron, sin cambio alguno, el 1 de marzo de 1874. El de Selgas se tituló Influencia que ejercen sobre el idioma la filosofía, la política y la industria. En 1879, tras la Restauración y con Martínez Campos, fue promovido a la Secretaría de la Presidencia del Consejo. Por esas fechas colaboró en La Gorda. A su muerte, ocurrida en 1882, fue muy elogiado por sus compañeros de Academia y por los escritores de la Corte.

La obra literaria de Selgas abarca casi todos los géneros vigentes en su época. Como poeta es autor de La primavera (1853), El estío (1853), libros que le inician en el campo de la creación poética y que demuestran su ímpetu juvenil; Flores y espinas (1879) y Versos póstumos (1882), estos últimos representan su etapa de madurez poética, mientras que los dos primeros referidos a las estaciones no son sino el inicio de un plan concebido por Selgas sobre las partes del año, que no llegó a completar. También cultivó el teatro y entre sus obras destacan la comedia, en verso, estrenada en el Teatro del Príncipe de Madrid, Una mentira inocente (1852), la zarzuela De tal palo tal astilla (1864), el “proverbio” La barba del vecino (1869) y la comedia El vals (1871), estrenada igualmente en el Teatro Español.

Escribió también cuentos y novelas cortas, como El corazón y la cabeza, El pacto secreto, Dos para dos, El saludador y El mal de ojo, Mundo, demonio y carne, Rayo de sol, y otras. Como narrador extenso es autor de Un duelo a muerte (1871), Deuda del corazón (1872), El ángel de la guarda (1875), La manzana de oro, La mariposa blanca (1876), El número 13 (1876), Una madre (1883), Un rostro y un alma, Dos rivales, La Nona. Sin embargo, el género más y mejor cultivado por Selgas fue el periodismo, sobre todo en el aspecto satírico, que realiza en El Padre Cobos y en La Gorda. Sus artículos se editaron en diversos libros: Hojas sueltas (1861), Más hojas sueltas (1863), Nuevas páginas (1864), Delicias del nuevo paraíso (1875), Cosas del día (1874), Fisonomías contemporáneas (1877) y Hechos y dichos (1879).



Obras de ~: La primavera, colección de poesías, Madrid, Espinosa y Compañía, 1850; Una mentira inocente, comedia original en tres actos y en verso, Operarios á cargo de D. F. R. del Castillo, Madrid, 1852; El estío, colección de poesías, Madrid, Castillo, 1853; La primavera y el estío, colecciones de poesías, Madrid, 1853; Hojas sueltas, viajes ligeros alrededor de varios asuntos, Madrid, González, 1861; Más hojas sueltas, nueva colección de viajes ligeros alrededor de varios asuntos, Madrid, C. González, 1863; Nuevas páginas, secretos íntimos que con el mayor sigilo se confían a todo el que quiera saberlos, Madrid, T. Fortanet, 1864; De tal palo tal astilla, zarzuela en un acto; música de D. Emilio Arrieta, Madrid, Cristóbal Gonzalez, 1864; Libro de memorias, apuntes que pueden muy bien servirle al lector para escribir muchos libros, Madrid, Centro General de Administración, 1866; La barba del vecino, proverbio en un acto, Madrid, Imp. de José Rodríguez; 1869; Discursos presentados a la Academia Española para la recepción del Sr. D. José de Selgas y Carrasco, contestación de D. Cándido Nocedal, Madrid, Imp. J. Rivera, 1869; Delicias del nuevo Paraíso, recogidas al vapor en el siglo de la electricidad, Madrid, Administración de la Moda Elegante, 1871; La familia cristiana, duelo a muerte, Madrid, La Esperanza, 1871; Deuda del corazón, Madrid, M. Rivadeneyra, 1872; La manzana de oro, Madrid, M. Rivadeneyra, 1872; Un rostro y un alma, cartas auténticas, Madrid, Librería de Leocadio López, 1874; El ángel de la guarda, cuadros copiados del natural, Madrid, Aribau y C., 1875; Un retrato de mujer, Sevilla, Francisco Álvarez y C.ª, 1876; Escenas fantásticas, mundo invisible, Madrid, A. de Carlos e Hijos, Aribau y C.ª, 1876-1877; Mundo invisible, continuación de las escenas fantásticas, Sevilla, Francisco Álvarez y Cía., 1877; Fábulas en verso, Lorca, El Eco, 1879; Flores y espinas, colección de poesías, Madrid, Agustín Jubera, 1879; Hechos y dichos. Idilio patibulario, El Banco. Cuenta corriente. La emoción del día. Los suicidios. Frases del día, Sevilla, Francisco Álvarez y Cía., 1879; Cosas del día, continuación de las delicias del nuevo paraíso, Madrid, Agustín Jubera, D. A. Pérez Dubrull, 1880; Luces y sombras; Hojas sueltas, viajes ligeros alrededor de varios asuntos, Madrid, Agustín Jubera, M. Minuesa, 1880; Historias contemporáneas, Madrid, A. Pérez Dubrull, 1882; Poesías, Madrid, Imp. de A. Pérez Dubrull, 1882; Una madre, Madrid, Imp. Bernardo Rodríguez, 1883; Estudios sociales, Madrid, A. Pérez Dubrull, 1883; Dos rivales, novela original, Madrid, Miguel Guijarro, 1883; Nona, Madrid, H. Pérez Durrun, 1883; Fisonomías contemporáneas, curiosa colección de apuntes dignos de estudio, Madrid, Leocadio López, Fortanet, 1885.



Bibl.: Velada literaria en honor del insigne escritor y poeta D. José Selgas celebrada en la Unión Católica en la noche del 30 de abril de 1882, bajo la presidencia del Excmo. Sr. D. Aureliano Fernández-Guerra, Madrid, Imp. de Antonio Pérez Dubrull, 1882; E. Díez de Revenga, Selgas, poeta, novelista, satírico, Murcia, Nogués, 1915; R. Monner Sans, Don José Selgas, el prosista, el poeta, Buenos Aires, Tall. Gráf. del Ministerio de Agricultura, 1916; El libro del centenario de Selgas, Murcia, El Tiempo, 1923; E. Aranda Muñoz, Selgas y su obra, Murcia, Diputación, 1954; E. Aranda Muñoz, José Selgas, Murcia, Academia Alfonso X el Sabio, 1982; F. J. Díez de Revenga y M. de Paco, Historia de la Literatura Murciana, Murcia, Universidad de Murcia-Academia Alfonso X el Sabio-Editora Regional, 1989; A. M. Freire López, “Una carta inédita de Patricio de la Escosura y unas elecciones a la Real Academia Española”, Castilla, 15 (1990), págs. 85-89; A. Z amora Vicente, “Una guerra académica: Molins, Nocedal, Selgas”, en Spanische Literatur-Literatur Europas. Wido Hempel zum 65. Geburtstag, Tubingen, 1995; A. Z amora Vicente, Historia de la Real Academia Española, Madrid, Real Academia Española, 1999; R. Agius, José Selgas y Carrasco, el poeta olvidado, semblanza y antología de su obra, Castellón, Logui Imp., 2002; F. J. Díez de Revenga, Académicos de la Región de Murcia en la Real Academia Española, Murcia, Real Academia Alfonso X el Sabio, 2006.



Concepción Ruiz Abellán

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12. JOSÉ SELGAS Y CARRASCO.

LAS DOS ROSAS .( Redondillas)

Dos rosas, niña, corté;
y pensando en tus mejillas,
Sobre sus hojas sencillas
Un tierno besó estampé

Por eso te las envío;
Porque va mi corazón,
Como beso de pasión
Sobre gotas de rocío.

Donde mi labio posó,
Pon tu labio, niña hermosa :
No hay espinas en la rosa,
Pues mi labio las quemó .

Ponlos, sí, sobre la huella
Que entre perfumes verás,
y toda mi alma hallarás
¡Oh, niña! grabada en ella

Prende, hermosa, las dos fiores
Sobre tu seno inocente,
y al palpitar tiernamente
Da cabida á sus olores.

Que entre ellos irá mi aliento,
El aliento de mi vida,
Á buscar la paz perdida
Donde está tu sentimiento.

(En El Album de una Carmen)

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13. AMÓS DE ESCALANTE Y PRIETO. FTE. REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA. Autor, al final)

Escalante y Prieto, Amós de. Juan García. Santander (Cantabria), 31.III.1831 – 6.I.1902. Escritor.

Era hijo de Cornelio Escalante (1807-1883) y de Petronila Prieto Labat (1811-1860), familias de la burguesía comercial santanderina. Su padre llegó a ser alcalde de Santander. Estudió el Bachillerato en el instituto de esta ciudad, en el que obtuvo, en junio de 1846, el grado de bachiller en Filosofía. A continuación, comenzó en Madrid los de Ciencias Físicas, Matemáticas y Químicas, estudios que concluyó en 1860. Una vez terminados, viajó en diferentes momentos por Italia, Francia, Inglaterra y Alemania, países de cuyos idiomas conocía sobre todo el francés. Entre 1865 y 1866 trabajó interinamente en el Ministerio de la Gobernación. Destacó por su amplia cultura y dedicación a la literatura como colaborador en la prensa, poeta, crítico, novelista y traductor. Fue un buen latinista, hombre erudito y asiduo lector (Menéndez Pelayo lo calificó de “lector desesperado, sin orden ni mesura”), viajero curioso y amante del deporte y la naturaleza. Fue nombrado académico correspondiente de la Real Academia de la Historia y de la Real Academia Española, individuo de la Comisión de Monumentos de Santander, cronista de la Provincia y caballero de la Real y distinguido con la Orden de Carlos III. En diciembre de 1871 fue propuesto en la Real Academia de la Historia por Aureliano Fernández Guerra, Francisco Javier de Salas, Facundo Riaño y José de Godoy y Alcántara, siendo admitido en la Junta de la Academia del 12 de enero siguiente.

Como periodista colaboró en El Semanario Pintoresco Español, La Época, La Ilustración Española y Americana y, en Santander, en La Atalaya, El Boletín de Comercio y El Atlántico. Era un excelente poeta, alabado por Menéndez Pelayo como sonetista, que lo calificó de “robusto artífice de endecasílabos”. En 1871 escribió un libro de viaje por Cantabria, Costas y Montañas (Libro de un caminante), y otros dos titulados Del Manzanares al Darro. Relación de viaje (1863) y Del Ebro al Tíber. Recuerdos (1864), firmados ambos con el seudónimo de Juan García. Como novelista publicó en 1877, con idéntico nombre, la novela histórica Ave, Maris Stella, historia montañesa del siglo XVII. Quizá fue más conocido como poeta; José María de Cossío le considera uno de los fundadores de la “Escuela lírica montañesa”. Con su nombre apareció el libro en tres partes conocido inicialmente como Poesías (Marinas. Flores. En la montaña, 1890), que se publicó en una edición póstuma en 1907 con el título de Poesías, prologado por Marcelino Menéndez y Pelayo. En prosa publicó en 1873 En la playa (Acuarelas), y en 1899 dio a conocer el trabajo Antigüedades de Cantabria, donde aludía al descubrimiento efectuado por su cuñado, Marcelino Sanz de Sautuola, de las pinturas de la cueva de Altamira.



Obras de ~: Del Manzanares al Darro. Relación de viaje, Madrid, 1863; Del Ebro al Tíber: Recuerdos, Madrid, Imprenta de C. Gonzalez, 1864; Costas y Montañas, Madrid, M. Tello, 1871; En la playa (acuarelas), Madrid, M. Tello, 1873; “La mujer de Santander. La montañesa”, en VV. AA., Las mujeres españolas, portuguesas y americanas, tales como son [...], Madrid, Miguel Guijarro, 1873; Ave, Maria Stella: Historia montañesa del siglo XVII, Madrid, M. Tello, 1877; A. de la Fuente, Poesías selectas, pról. de ~, Madrid, Est. Tipográfico de la Viuda é Hijos de M. Tello, 1895; “Antigüedades montañesas, Aborígenes, Cuevas, Dólmenes, Etimologías”, en VV. AA., Homenaje a Menéndez Pelayo en el año vigésimo de su profesorado, pról. de J. Valera, vol. I, Madrid, Librería general de Victoriano Suárez, 1899; Poesías, est. prelim. de M. Menéndez y Pelayo, Madrid, Viuda é Hijos de Tello, 1907 (ed. póstuma); artículos varios, en t. III, col. Federico Vial, copia ms., Biblioteca Municipal de Santander; Obras escogidas, introd. bibliogr. de H. S. Nicholson, est. prelim. de M. Menéndez y Pelayo, Madrid, Atlas, 1956 (col. Biblioteca de Autores Españoles, ts. XCIII y XCIV).



Bibl.: M. Menéndez y Pelayo, “Estudio preliminar”, en A. de Escalante, Poesías, op. cit.; T. Maza Solano, El autor de “Costas y montañas” en la historiografía montañesa, Santander, Librería Moderna, 1931; J. M.ª de Cossío, [“Amós de Escalante”], en Boletín de la Real Academia Española, 1933 y 1934, págs. 548-566; H. S. Nicholson, “Introducción bibliográfica”, en Obras escogidas de don Amós de Escalante, op. cit., págs. XLIX-LXVII; J. M.ª de Cossío, Estudio sobre escritores montañeses, vol. III, Santander, Institución Cultural de Cantabria, 1973; J. Lázaro, Historia y antología de escritores de Cantabria, Santander, Delegación de Cultura del Ayuntamiento y Ediciones de Librería Estudios, 1985; J. M. G onzález Herrán y E. Penas Varela, Cronología de la Literatura Española, t. III, Madrid, Cátedra, 1992, págs. 337-338; A. Zamora Vicente, Historia de la Real Academia Española, Madrid, Real Academia Española, Espasa Calpe, 1999, pág. 321; M. Suárez Cortina (ed.), En el centenario de Amós de Escalante, Santander, Sociedad Menéndez Pelayo, 2003.



Benito Madariaga de la Campa

SOBRE LA ROSA... ( J. Pérez de Guzmán y Gallo)

TOMO II. SIGLO XIX.

APÉNDICE

13. AMÓS DE ESCALANTE Y PRIETO.

LA ROSA DE PASiÓN . (Monólogo en Silva)

PASSIFLORA CERULEA.

«Las nuevas flores con abril llegaban;
Jugo y verdor cobraban
El mustio césped y el olivo yerto,
y en la pared del palestino huerto
Florecidos mis vástagos temblaban . .

Cierta noche ¡cuán triste!
«Padre-una voz dulcísima decía,-
¿No quieres que halle tregua mi agonía?
Amargo cáliz á mis labios diste;
Mas sea tu voluntad y no la mía .

Sonaron armas y cesó el lamento.
Amaneció sin sol. Traía el viento
Voces, iras, espanto; tembló el monte;
y de vaho sangriento
No se limpió en la tarde el horizonte.

Azorada, al romper del nuevo día,
Una mujer venía:
Con las madejas de cabellos de oro
Su faz cúbría y se enjugaba el lloro;
En viéndome, detúvose y decía:

-<¡Oh lívidos colores,
Clavos sin compasión, duro martillo!
¿Cuándo naciste, flor, que entre las flores
De mi Jesús renuevas los dolores
y de cuantos le amaron el cuchillo?

¡Qué profética mano pudo hacerte!
En tí la lanza y las espinas veo,
Los lutos por su muerte,
y oir los golpes que aseguran, creo,
Al tronco infame el adorado reo.

¡Ah, flor de su pasiónl ¡oh, bien hallada
Cuando las huellas va de su jornada
Besando desvivida,
La mayor pecadora arrepentida
Por los divinos labios perdonadal »

En mí sumió su rostro, y semejaron
Sus bellos ojos caudalosos ríos:
Cuando enjutos del huerto se alejaron,
Lágrimas rebosaron
Las anchas flores en los tallos míos.

¡Ved cuánto puede quien de veras ama!
Pobre flor yo, sin nombre y sin esencia,
Tuve apellido y fama:
El mundo flor de la pasión me llama,
Cual me llamó la flor de penitencia.

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APÉNDICE

14. PABLO ROMERO (1) (*)

NATURAL DE LA GRAN CANARIA.

LESBIA Y LA ROSA. (Madrigal)

En la plácida margen de una fuente
Que cae en blanca espuma bulliciosa
Con pompa alzando su purpúrea frente,
Mecerse ví una rosa.
Mas luego Lesbia, ansiosa,
Vino á probar la linfa transparente,
y la flor vanidosa
Pálida y triste se inclinó llorando
Al mirar de mi dueño los colores.
¡No ha de rendirme su hermosura, cuando
Se le humilla la reina de las flores!

(1) Del álbum de la Marquesa de la Florida, ilustre dama de
Santa Cruz de Tenerife. D. Pablo Romero en 1858 publicó en la
ciudad de las Palmas sus Poesías.

(1) NO HE ENCONTRADO NINGUNA REFERENCIA BIOGRÁFICA DEL AUTOR NI NINGÚN OTRO POEMA. EXISTE UN PABLO ROMERO, POETA ARGENTINO ACTUAL Y JOVEN; EXISTE UNA GANADERÍA DE RESES BRAVAS...

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APÉNDICE

15. EZEQUIEL LLORACH. FTE. WIKIPEDIA

Ezequiel Llorach Aguilar fue un poeta nacido en Omellóns, (Lérida), España en 1846 y fallecido en San Baudilio de Llobregat en 1887. Escritor de estilo romántico, publicó dos libros Vibraciones del sentimiento y Actéon además de otros poemas. Dedicó varios poemas a la reina María Cristina de Borbón-Dos Sicilias. De vida tortuosa, se suicidó por un desengaño amoroso.

Estudios

En el curso académico 1869-1870 Ezequiel Llorach obtiene el título de Bachiller en Artes en el Instituto de Segunda Enseñanza de Lleida.

Crítica Literaria

Ramon Xuriguera comenta de Llorach -poeta de expresión castellana- "que no es menos cierto que los motivos que le sirven de base (en su obra), son sellados por la tierra" y su importancia radica en el hecho que es el primer poeta leridano que abandona la temática histórica y la substituye por un lirismo íntimo y melancólico.

Obras

Vibraciones del sentimiento
Acteón
Libros de poesías

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APÉNDICE

15. EZEQUIEL LLORACH.

LAS ROSAS DE SUS MEJILLAS. (Diálogo)

-¿A dónde, gentil y ufana,
Va la encantadora niña,
La de los labios de grana?

-Voy, mancebo, á la campiña
Que el verde abril engalana.

-¿Al campo, niña hechicera ,
Vas, pues, en busca de flores?

-A cogerlas voy ligera,
Que en la encantada pradera
Ostentan ya sus primores.

-Que vayas me maravilla
Por flores tú, niña hermosa,
Cuando en tu pura mejilla
Veo. encendida la rosa
Que cual las del campo brilla.

-Pues esa rosa que ufana
Dícenme todos que llevo
En mi mejilla galana,
No es cual las otras, mancebo.

-Es, niña, la más lozana.
De singular hermosura
Es, bien mío, y no te asombre,
Esa flor tan bella y pura;
Mas pierde su galanura
Si á tocarla llega el hombre.
Cuídala con dulce amor
En tu tierna juventud,
Pues, niña bella, esa flor'
De tan vistoso color
Es la flor de la virtud.

Abril, 1870 .

Vibaciones de sentimiento: Poesías de D. EZEQUIEL LLORACH :
Madrid, por Perojo, 1878.-Pág. 63.

Cuánto y bueno por aquí, además hoy te dejo mi huella, y te sigo.
Gracias y buen domingo, Pascual.

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APÉNDICE

16. FERMIN FERREIRA Y ARTIGA. 



A ROSA (Estrofas)

..



Al pronunciar tu nombre se agolpa á mi memoria

Tristísimo un recuerdo de mi perdido amor:

Yo te contaré, hermosa, tan peregrina historia;

Mas temo herir en tu alma la fibra del dolor.



También ella era joven, espiritual, hermosa,

Era la flor más pura y esbelta del pensil;

Reinaba entre las flores y la llamaban Rosa:

¡La tempestad un día la marchitó en su a abril!



Con ella concluyeron mis célicas visiones ;

Los mágicos ensueños de amor y juventud;

En llanto se trocaron mis blancas ilusiones,

y hallé en lugar de un ara su fúnebre ataúd.



Desde tan cruel instante, sin brújula ni estrella,

Yo me lancé del mundo por el revuelto mar;

O atravesé el desierto para dejar mi huella,

Sobre movible arena que el tiempo ha de borrar.



Sin fe ¿qué puedo hablarte de dicha y esperanza?

Mi estrella está en su ocaso, sin luz ni porvenir;

Pasó ya la tormenta; mas vino la bonanza,

Remedo de la calma, siniestra del morir.



Así nada le queda ya al pobre peregrino:

Lució reminiscencias de su primera edad;

-Sus rosas deshojaron las brisas del destino;

No tiene ni una sola que dar á tu beldad.



Perdón, si en vez de un canto radiante de alegría,

Yo exhalo, niña hermosa, semillas de dolor:

Marchita la flor bella de la esperanza mía,

Se destempló en mi lira la cuerda del amor,

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APÉNDICE

17. FRANCISCO MUÑOZ DEL MONTE.



LA ROSA AMARILLA . (Estrofas)



Yo la ví. ¡La ví en el Prado!

Yo ví un tinte sonrosado

De su semblante nevado

La blancura matizar;



Y en su cabello rizado,

Oculta tras la mantilla,

Yo ví una rosa amarilla

Entre los bucles jugar.



Bella, transparente, pura,

Como un sueño de ventura

De su almo cuello en la albura

Yo ví sus venas de azul.



Cual la luna en noche obscura

Entre leves nubes brilla,

Brilló la rosa amarilla

Entre los pliegues de tul.



Con su pupila azulada

Yo vÍ chispear su mirada

Tierna, eléctrica, lanzada

Al Salón (1) con languidez.



Cabe la rosa encarnada

Que brotaba en su mejilla,

La humilde rosa amarilla

Doblaba su palidez.



Era negro su 'vestido,

Negro el zapato pulido,

Negro el velo recogido

Sobre la amarilla flor.



Un recuerdo dolorido

Llevóme á la patria Antilla

Do nunca rosa amarilla

Abrió su corola al sol.



Yo tiemblo ¡oh rosa! de verte:

El tuyo es color de muerte.

Cual signo de triste suerte

Me impresiona tu matiz.



Sobre tu pistilo inerte

Dulce esperanza no brilla:

¡Siempre la flor amarilla

Fué de las tumbas tapiz!



¡Si esa rosa fuese mía! ...

¡Vano anhelo! Su ambrosía

La esperanza mataría

De mi desgraciado amor.



«Olvidas -la flor diría,

«La de la negra mantilla;

Porque. la rosa amarilla

"Es del sepulcro la flor.»



.La muerte no me intimida,.

- Diría á la flor querida: -

,. La muerte es apetecida

»Del que nada ha de lograr;



y pues que en mi triste vida

Un dichoso amor no brilla,

Mas vale ¡oh rosa amarilla!

Verte en mi tumba brillar .



Poesías de D. FRANCISCO MUÑOZ DEL, MONTE; Madrid, imprenta

, fundición de Manuel Tello, 1881.-Pág. I27.

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18. DON FRANCISCO DEL VILLAR BUSTOS



LA ROSA y LA BELLEZA. (Quintillas)



¡Pobre flor! Todo parece

Sonreir á su existencia:

Bella en su tallo se mece,

y del sol al fuego crece,

Dando á las auras su esencia.



De verde y frondosa rama

Sombra apacible, ondulante

Templa de su amor la llama,

Y en su corola brillante

Perlas el alba derrama.



Por dar la prueba mejor

De su fecundante amor,

El límpido arroyo manso

Toma en su curso descanso

Al llegar junto á la flor.



Los pajarillos, celosos

De formarle corte grata,

Le regalan presurosos,

En alegre serenata

Sus trinos más armoniosos.



Con bulliciosa porfía

Su cáliz liba la abeja,

y cuando al morir el día

Triste el céfiro la deja,

Blando suspiro le envía.



Y por besarla anhelante

No es con ella veleidosa

La mariposa inconstante,

y si se aleja un instante·

Vuelve á acariciarla ansiosa.



Pero su sino no evita,

y la escarcha la anonada,

Ó el rudo cierzo la agita,

y la pobre flor tronchada

En un punto se marchita.



Y el aura, el aire, la abeja,

El verjel y el arroyuelo

Donde mustia se refleja,

Exhalan en suave queja

Su pena· y su desconsuelo.



En vano erguida y ufana

Arrostra el fiero aquilón,

Que la rosa más lozana

Sólo vive una mañana:

iLo que vive una ilusión!



También, Lida, cual la rosa

Tienes falanje amorosa

Á dulce imperio sujeta,

y eres numen, por lo hermosa ,

Del artista y del poeta.



Mas iay! sueño de ventura,

Esplendoroso fulgor,

Gloria efímera, insegura

La vida de la hermosura

Es la vida de la flor.



y viene a prisa el mañana

Sin piedad para el ayer,'

y la breve edad temprana,

Sombra fantástica y vana,

Huye para no volver.



Por eso, niña inocente

Más que tu gentil belleza,

Admiro tu fe creciente,

Tu alma sensible y ardiente,

Tu candor y tu pureza.



Hermosa siempre serás

De tu virtud con los dones:

Por eso los tengo en más

Que.esa gracia con que vas

Cautivando corazones.



Con esos dones por suerte

Lograrás eterna palma;

Todo, Lida, nos advierte

Que más allá de la muerte

Otra vida tiene el alma .



Y en la terrenal ventura

Esplendoroso fulgor,

No lo olvides, niña pura:

iLa vida de la hermosura

Es la vida de la flor!



RENGLONES DESIGUALES de D. FRANCISCO DEL VILLAR y BUSTOS:

Madrid, imprenta y fundición de Manuel Tello, 1885-Pág. 9.

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APÉNDICE

19.  Triviño, Cayetano (1829-1899). MCN BIOGRAFÍAS.

Bibliografía.

Fuentes.