OBRAS COMPLETAS
ACADEMIAS DEL JARDIN
HOSPITAL DE INCURABLES
Y
VIAJE DE ESTE MUNDO Y EL OTRO
(cont.)
Quiso proseguir el poeta con sus disculpas y no le dejó un diablazo muy gordo, que estaba arrimado a una pared, que aunque él daba a entender que no lo era en lo mucho que callaba, a mí siempre me pareció que un gordo no sería otra cosa sino diablo con su barriga de tarasca, pícaros con tripas. Díjele a mi compañero que cómo aquél callaba tanto ; y me respondió:
-Este es demonio reformado, y aunque ves que calla infiernos apaña, mas si él empieza hablará más que todos, que es hablador en vellón. y en maravedises ; y tan apriesa que parece que habla de coser lutos . No bien pronunció esto, cuando abriendo la boca de represa y hablando de avenida, dijo:
-¿Qué haces con ese bergante?, ¿en qué se detienen? Vaya el pícaro, lleven al insolente, que días ha que lo debían haber llevado al hospital, que es un incurable:
-Pues, señor diablo-dijo el poeta-, ¿qué puedo hacer yo que soy un desdichado y un pobre?
Y respondió aquel risco de carne hecho una furia:
-Valga el diablo a quien le parió mil veces ¿el ser pobre le parece poco? ¿Qué más quería ser que pobre picarón? ~ ¿Cosa tan de aire es el ser pobre? Pícaro, el que es borracho no es más que borracho; el que es ladrón solamente es ladrón; el que es judío tasadamente es judío; pero el que es pobre es ladrón, borracho, necio y judío, y todo cuanto hay malo lo es un pobre; demás que con vuestras locuras os andabais dando que reír a la república. ¿No sois vos el que andabais toda la vida por la ciudad pregonando ¿«quién se hubiere hallado el estribo de la paciencia, que todos dicen que le han perdido» y cuando no hay un hombre que le haya hallado siquiera, queréis vos dar con él? ¿Adónde hay estribo ni calabazas, ni qué estribo es éste ni qué haca? ¿Vos no sois el que tomasteis el tema contra la maldita, y en oyendo «fulano soltó la maldita» ibais vos a querer atarla? El verdadero soltarse de la maldita ha de ser ahora, que os tenemos aquí. ¿También no sois vos el goloso, el que no habéis dejado armario, alacena, despensa, bodega ni sótano que no visitaseis, buscando el cántaro donde todos vuelven las nueces? Infame, ¿qué cántaro ni qué nueces son éstas que se han de volver? ¿Dónde hay en el mundo cosa que se vuelva? ¿Pensáis que porque dicen «vuelve las nueces al cántaro» que se vuelve nada? Os engañáis, que en esto del volver siempre fue más ( el ruido que las nueces. ¿Imagináis vos que cuando sale el otro caballerito y dice «yo volví el dinero que me prestaron» es verdad? Pues miente, que más es el ruido que las nueces. Cuando uno le cuenta a otro que un linaje hubo aquella grandeza y esotra grandeza ,y que él ha hecho esta valentía y esotra valentía, diréis vos que es verdad ; pues más es el ruido que la valentía ; y el que lo escucha, aunque calla, no lo cree, sino que está echándole unos mientes degollados. Cuando el otro sale de su casa rascando un palillo en la boca, o batiendo y aleando una plumilla jurándonosla de «aquí yace una perdiz» (cuando él no ha visto aún la de San Nicolás), pensaréis que es así ; pues más es la hambre que las perdices, y no dice la boca es de los que entran en su casa y las pelan ; pues cuántas entraron con más plumas que un juego de cañas y luego salen dé perros chinos. Veréis a la otra mocita tan ancha y tan grande de faldas, que con ella se puede poner puertas al campo, y pensaréis que es verdad ; pues más es el guarda infante que la carne ; veréis que lleva hoy el vestido rico, y mañana otro mejor, y dice que le cuesta su dinero ; pues más es el ruido que las nueces . Es mentira; que el vestido se hizo como fábrica de iglesia pobre, a demandas, y parece vestido de salud como misa que se pide a muchos, y éste dio el aforro. aquél la tela y éste la guarnición . Todo esto y más pasa; todo es más el ruido que las nueces; y pues esto es así y no lo habéis querido creer, alto, al hospital llévenle que éste es incurable.
Arremetieron a él seis o siete ganadiablos y en un instante se desapareció, diciendo a voces -Quien hubiera hallado el estribo de la paciencia y el cántaro de las nueces, véngala diciendo ; darle han buen hallazgo .
(cont.)
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