Aires de Libertad

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    Jesús Aguado (1961- Empty Jesús Aguado (1961-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 16 Dic 2022, 05:12

    .


    Jesús Aguado (Madrid, 1961) es un poeta, traductor y antólogo español.

    Biografía

    Aunque vivió desde los dos años en Sevilla, después pasó a Benarés, India, más tarde a Málaga y Madrid, y en la actualidad reside en Barcelona.

    Obra

    Su obra está contenida en las siguientes publicaciones: Primeros poemas del naufragio en 1984, Mi enemigo en 1987, Semillas para un cuerpo en 1988, Los amores imposibles, ganadora del Premio Hiperión en 1990, Libro de homenajes en 1993, El placer de las metamorfosis (Antología 1984-1993) en 1996, El fugitivo en 1998, Piezas para un puzzle en 1999, Los poemas de Vikram Babu en 2000, La gorda y otros poemas en 2001, Lo que dices de mí en 2002, Heridas en 2004, La astucia del vacío en 2005 y Verbos (2009).

    Además ha traducido varios libros relacionados con la cultura de la India y preparado una edición de poetas devocionales de ese país: "Antología de poesía devocional de la India" en 1998. Es articulista del diario La Opinión y codirector de varias colecciones de poesía, entre ellas MaRemoto, junto a la poeta Aurora Luque.

    (Sacado de https://es.wikipedia.org/wiki/Jes%C3%BAs_Aguado )


    *


    Algunos poemas de Jesús Aguado:


    De Mi enemigo, 1987:


    EL TREN DEJABA ATRÁS ALGUNAS ESTACIONES...

    El tren dejaba atrás algunas estaciones
    para que no salieras del sueño bruscamente.
    Yo leía a Walt Whitman y pasaba las páginas
    con el silencio
    de las puestas de sol en las postales.
    No sé si respirabas
    porque a veces dormida parece que has cruzado
    la frontera inaudible de la luz.
    En el pasillo andaban de puntillas
    los otros pasajeros y la muerte.
    No hubo una voz de Dios que al fin te despertase.
    No te hiciste mirada hasta después
    de que el tren se ovillase
    como una gato cansado en el olvido.



    TAL VEZ RECUERDES TÚ, COMO YO LOS RECUERDO...

    Tal vez recuerdes tú, como yo los recuerdo,
    los días en la isla,

    los recuerdes igual de densos y de dulces
    mientras oyes pasar las barcas y me dejas
    las uvas de tus besos
    una a una aplastadas en mi piel.

    Las campanas sonaban cada noche.

    Cada noche, también, una orquesta tocaba
    a la orilla del mar
    y todas las parejas abrazadas rompían en su orilla.


    Vivíamos desnudos y hechizados como un árbol dormido
    o un castillo de arena que deshacen las olas.

    Recordarás también la biografía de Kavafis que estábamos leyendo.
    Y el restaurante aquel donde cenábamos a la luz de las velas,
    las botellas temblando, las manos deshaciéndose en las manos.
    Y tantas otras cosas sencillas: pasear,
    tomar el sol, callarse,
    jugar toda la noche a los naufragios.

    En la isla de Hvar los ojos se cerraban
    del tamaño del centro de la Tierra.



    EL FIN DEL MUNDO

    No será, como dicen, ni una bomba ni un choque de planetas.

    El mundo acabará por ese exceso
    Que los cuerpos desnudos
    cometen cada noche.
    ...................................Cualquier día
    se abrazarán de más dos seres
    .................................................y la grieta
    minúscula que dejen en su lecho
    se extenderá imparable por mares y montañas,
    por plantas y animales, por los astros,
    ..............................................................y todo
    se hará desgarradura, ausencia de sí mismo.

    El fin del mundo
    Llegará del amor y no del odio.




    De Semillas para un cuerpo, 1988:


    SE LO MUCHO QUE PIERDO...

    sé lo mucho que pierdo
    al intentar hallarte en mis palabras
    al traicionar tu cuerpo cuando escucho las tuyas
    al escribir poemas que no saben a miel pero finger saber
    lo que sueñan los astros o los peces
    pero debo seguir pronunciando tus manos
    mira el agua que corre te quiero pronunciando
    las luces de tu sexo pronunciando
    sobre todo tu nombre que pesa como el fuego
    y se aplasta en el cielo de mi boca
    porque debo seguir buscando esa palabras
    perdida la palabra
    que sabe nuestra piel y la guarda en silencio
    la palabra callada que al fin me restituya



    NO NECESITO UN DIOS PARA CREER EN TI...

    no necesito un dios para creer en ti
    un gigante dormido soñando el universo
    un gnomo en cuyos ojos el bosque de la nada se refleje
    no necesito un ser distinto del que forman
    tus manos en las mías por enorme que sea
    quizás por ser enorme y no caber
    en nuestras manos un ser que exista demasiado
    (ya tengo las montañas los desiertos los mares
    que existen demasiado también y no me piden
    que me postre a sus pies y les adore) para creer en ti
    lo mas pequeño es suficiente tu misma ausencia vale
    tu cuerpo deshaciéndose en mi piel
    como un terrón como la miel
    de los atardeceres



    MÁS ALLÁ DE TU PIEL Y DE TU LENGUA...

    más allá de tu piel y de tu lengua
    quiero palpar tus huesos
    los tarsos las costillas
    el peroné los dientes
    el cráneo y la columna vertebral
    aprenderme también tus huesos de memoria
    su dureza y su forma y el árbol que les sueña
    para poder reconocerte el día
    de la resurrección



    ES HERMOSO ESTAR JUNTOS PERSEGUIRNOS...

    es hermoso estar juntos perseguirnos
    desnudos en el bosque y hacer luego el amor
    en las aguas de un lago mientras cae la tarde

    es plácido y hermoso mirarnos a los ojos
    en todo lo que existe porque todos los seres
    nos miran con los ojos que nuestro amor les abre



    CUANDO LAS HOJAS CAEN YA NO VUELVEN AL ÁRBOL...

    cuandolas hojas caen ya no vuelven al árbol
    y el viento se las lleva y se acaban pudriendo
    en las aguas de un lago o bajo el cuerpo tibio de algún oso

    pero tú le has devuelto al árbol de mi vida
    todas aquellas hojas que alguna vez se desprendieron
    de sus ramas le has dado
    un sentido a mi vida antes de conocerte




    De Los amores imposibles, 1990:



    Pedro Casas Serra
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    Jesús Aguado (1961- Empty Re: Jesús Aguado (1961-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Sáb 17 Dic 2022, 14:29

    .


    De Los amores imposibles, 1990:


    EL DIAMANTE

    Cortaba mis ideas cristalina
    con precisión y asepsia. Me dejaba confuso,
    descolocado, solo. Era un puro diamante,
    un manantial a cuyas frías y emponzoñadas aguas
    acudíamos todos a beber para desconocernos.
    Adoraba el vacío y la meditación
    (lo que llamamos sexo el resto de los hombres):
    se entregaba a mis besos con los ojos en blanco
    y, mientras resoplaba y respingaba como un tigre poseso,
    musitaba unos versos en sánscrito, el sonido
    del mundo. No sabía, a pesar de sus dioses,
    desnudarse del todo: siempre estaba arropada
    por un olor a incienso y unos cuantos quilates de tristeza.
    Después de varias noches de amar su desmedida
    nostalgia (de qué nunca lo supe), mis amigos,
    delicados algunos y otos un poco bestias,
    pasaron dos semanas recomponiendo el puzle de mis ojos.



    EL BOSQUE

    Hablaba de sí misma como quien pega hachazos.
    Si no andabas con vista te aplastaba
    alguno de los árboles que crecía en sus bosques:
    tristeza, decepción, cansancio, oscuridad.
    Una vez se tomó tantas pastillas
    que hasta sus propios ojos se tragó.
    Pero tenía piernas sinuosas como caminos infestados de ladrones
    y sabía el secreto de las pócimas que avivan el deseo.
    Sentía que al amarla era a la muerte a quien amaba.
    La muerte hace el amor con manos más perfectas que la vida,
    pero siempre le acaba abandonando a uno.
    Ella se fue definitivamente
    una noche que el gas la besó como nunca
    ninguno de nosotros supo hacerlo.



    EL BUITRE

    Su pasión era hacer el amor en lugares insólitos.
    En un supermercado (era de un primo suyo
    que nos dejó la llave a condición
    de no desparramarle las latas de cerveza), en el portal donde vivía
    su profesora de latín, ante un cuadro de Goya
    que había en una sala del  museo que pocos frecuentaban.
    Los cuartos la asfixiaban, y también las caricias,
    los besos, los piropos, las canciones románticas, las comidas caseras,
    los parques y sus novios y palomas.
    Una vez me llevó al sanatorio de las aves,
    me hizo forzar la puerta de una jaula
    donde convalecían dos buitres leonados,
    les arrojó sus prendas interiores
    y, carroñera, se lanzó con tal voracidad sobre el cadáver
    perfecto que yo era que todavía ignoro si estoy vivo.
    Al cabo me sustituyó
    por alguien menos pusilánime.



    EL CEBO

    Siempre mordía los anzuelos
    que le lanzaba la nostalgia: al hilillo de sangre que corría
    por ambas comisuras de su boca
    le llamaba pasado. En mí buscaba un río
    donde nadar de nuevo hacia las fuentes de su vida.
    Pero esa remontada quedaba entorpecida por los múltiples cebos
    cuya proposición de muerte ella aceptaba
    no por fatalidad: eran, según decía, su alimento.
    Hubiera deseado desnacer por cada una de sus culpas.
    Por eso, cuando supo de las heridas -remolinos
    y arenas movedizas- provocadas en mi piel por su brazos
    ganó la orilla y, desnuda y chorreante, se perdió por el bosque.
    La seguí con cascadas y arrastrando peñascos,
    pero sus huellas me mentían a propósito.
    Ahora no me alejo nunca de mi pasado
    por si muerde en el cebo (este poema)
    que arrojo al cielo de su boca,
    que es el único cielo que conozco.




    De Libro de homenajes, 1993:


    AMARU

    Mi amada es tejedora de guirnaldas,
    yo transporto viajeros de una orilla a otra orilla.
    Los canastos de flores la rodean
    como el agua golosa que bandea mi barca:
    sus manos son fragantes, las mías tienen callos,
    mis ojos son del río, los suyos de la tierra.
    Cumplida la jornada nos vemos a escondidas
    y yo tejo guirnaldas en sus nalgas y pechos
    mientras ella, barquera,
    empuja con la pértiga mi cuerpo hacia la aurora:
    mis manos son fragantes, las suyas tienen callos,
    sus ojos son del río, los míos de la tierra:
    ambos somos el otro y este mundo es el cielo.



    BHARTRIHARI

    Un renunciante anciano me regaló una joya
    refulgente y extraña como la misma muerte.
    Se la entregué a mi amada, quie, a su vez, la dio
    a su otro amante, el cual se la ofreció asimismo
    a una mujer que un día la puso entre mis manos
    como prueba infalible de su amor.

    Desde entonces mis manos son muñones, pues nada
    podría convencerme para abrirlas:
    no quiero que se escape la joya y que comience
    a girar otra vez la rueda del deseo
    y me aleje de Ti,
    luz fulgente y extraña, mi tesoro escondido.



    EL NOMBRE DE DIOS

    jugar ese es tu nombre y me has creado
    por capricho por nada para hacerme
    una broma
    ...................jugar ese es el nombre
    que le has puesto a mis manos y a mis ojos
    desde que sé que nada es importante
    que es lo mismo que palpe o que contemple
    con manos y con ojos de asesino
    que de amante o de nube que les crea
    cuando dicen que existes o que no
    que aspire a ser perfecto o me destruya
    que me ponga a escribir este poema
    o a acariciar la suave piel de un búfalo
    es igual que te escupa o que te bese
    no hay reglas en mi amor me has enseñado
    a que no hay diferencia entre abrazarte
    o reírme de ti y proclamar
    tu muerte
    ................siempre juegas con nosotros
    no dejas de crearnos
    .................................cada instante
    te inventas laberintos de placer
    que te inventan y luego tú los borras
    para borrarte en ti y qué placer
    volver al laberinto de la nada

    jugar ese es tu nombre ese es el nombre
    que alguna vez quisiera merecerme
    el nombre de las olas de los pájaros
    de la palabras cuerpo de las ramas
    que el vendaval enreda y acaricia
    de los tambores y la muerte viva
    quisiera merecerme que jugaras
    conmigo que me amaras hasta el punto
    de arrancarme los brazos y las piernas
    de masticar mis ojos de romperme
    los huesos de la espalda de aplastarme
    la granada del sexo que tu amor
    me dividiera y fragmentara como
    el amor de los niños que lo rompe
    todo que lo desarma todo siempre

    jugar ese es tu nombre ese es tu nombre
    cuando me abrasa el sol y una bandada
    de cuervos desenlaza nuestros cuerpos
    que de pronto son sombra de una sombra
    y al instante regresan al sol dentro del sol
    cuando dibujas remolinos simas
    en nuestra geografía si moldeas
    en mi mente de barro los fantasmas
    que me arrastran consigo hacia otros mundos
    y dudas en dejarme en ellos darme
    el don de la locura
    .............................siempre encuentras
    relaciones extrañas en las cosas
    colores imposibles ritmos nuevos
    sentimientos caminos sensaciones
    y haces falsas las leyes de los hombres
    y te burlas de nuestra seriedad
    y prefieres y buscas
    al que juega consigo y
    ....................................como tú
    se llama el salto aleve
    de una ardilla el aullido de los lobos
    cuando la luna llena
    ...............................la montaña
    que ruge el planear de la gaviota
    el suicidio feliz de los cetáceos

    un hombre juega a ser un hombre y luego
    la luz que sueña sobre el mar
    ..............................................de pronto
    sospecha que te encuentras prisionero
    en la piedra encontrada en el fondo de un cuerpo
    y dedica
    su vida a rescatarte
    ................................jugar ese
    podría ser tu nombre si tuvieras
    alguno



    VARIACIONES SOBRE LA TRISTEZA

    No sirve lo que fui: lo que no he sido
    es lo importante. Mi pasado no existe
    de tanto no quererlo. Es de los otros, mas no mío. No reluce ni sabe
    cegar como los seres de la nada.

    Mas no es fácil volver sobre mis pasos para encontrar
    los labios no besados, los cuerpos no elegidos (no para poseerlos:
    para darlos también y volverme tan pobre que ni la muerte sepa
    qué hacer para matarme).
    ..........................................Lo que no he sido y se me escapa
    es lo que soy,
    el fugitivo, el triste, el imposible,
    el traicionado por el tiempo, el tachado, el inútil,
    pero dónde buscarlo para hablarle de mí
    y meterme en sus sueños.



    PECERA EN UN RESTAURANTE
    O MI GENERACIÓN POÉTICA

    Amo los peces cómplices del arpa
    irisada que duerme en las peceras.
    Mis amigos también, pero prefieren,
    ya muy decepcionados de la melancolía,
    pedir la cena y colocar un taco en cada frase.

    Son ojos escapados de sus órbitas
    o dedos peleados con las mano.


    Arriesgo otras metáforas (nosotros
    somos peces nadando en la pecera
    que llamamos vivir
    ) por si consigo que me atiendan,
    mas la ternera con bambú y el arroz tres delicias,
    sofistas educados en la lectura
    de Platón, argumentan más convincentemente.

    Les digo, presocrático, los peces
    buscan a su mitad perdida
    en donde todo está, que es en el agua.


    Eso es Platón también, el mito del andrógino,
    me dicen mis amigos, que consiguen
    con bromas y con cantos distraerme
    de esta contemplación un largo rato.

    Cuando vuelvo a mirar, los peces están muertos:
    de inanición, sentencia el  médico del grupo.
    Intento consolarme recordando
    que nunca sirven pan en estos restaurantes
    (o, dicho de otro modo,
    que estos son malos tiempos para la lírica).

    Y entonces les pregunto: ¿con qué alimentaré ese otro pez
    llamado corazón? Mis amigos responden: nunca lleves
    tu corazón a un restaurante chino.




    De El fugitivo, 1998:


    SOY EL QUE ESCAPA...

    soy el que escapa el fugitivo aquel
    al que persiguen los tapices
    y las telas de araña
    las ruecas las aviesas hilanderas
    todo un ejército de tejedores
    espías disfrazados de red no de mendigos



    LECCIÓN DE METAFÍSICA

    Lo que existe parece que no existe
    porque tú lo has tocado ser adentro,
    porque tú lo has tocado beso adentro
    con la nerviosa lengua de la nada.

    Me palpas con tus manos infinitas
    (no son manos, lo sé, sino estallidos:
    el tiempo que no llega nunca a tiempo)
    y se borra mi cuerpo, y al borrarse
    por fin se hace visible: un signo cero
    suspendido en el aire entre nosotros.

    Me piensas con tu boca y con tu sexo,
    esos dos silogismos refutables,
    esos dioses borrachos que han perdido
    la pizarra o azar donde escribirme.

    Y al pensarme me restas, me haces menos,
    me deshaces, me viertes al vacío,
    me entregas al no ser
    ...................................y maniatado.

    Parece que no existo por tu amor
    porque tu amor me funda, es el origen,
    ese punto o lugar donde está todo
    (también lo que no está: tu ausencia: nada).

    Tu cuerpo me hace náufrago, un islote
    que el cosmos ignorase, un meteorito
    tachado de los mapas y los ojos,
    nave sin un planeta al que volver
    que fuera disolviéndose en lo oscuro.

    Tu cuerpo hace que exista lo que existe:
    tu cuerpo hace imposible lo que existe.

    Lo que existe parece que no existe
    porque tú lo has dejado sin besar.

    Parece que no existes porque tienes
    unos labios carnosos y unos dedos
    que dibujan el mundo.

    ....................................Nada y todo
    se abrazan en tus piernas cuando salen
    a respirar del fondo de tu mente.

    Me piensas con tu nuca y con tu ombligo,
    me piensas con tus huesos y tus músculos,
    me piensas con las sillas de tu casa,
    me piensas con el agua y el jabón,
    me piensas con los árboles del bosque,
    me piensas con tus heces y tus gritos,
    me piensas no pensándome y, pensándome.

    Me piensas, no me piensas: es lo mismo.

    Por ti me piensa el tiempo y me piensa el espacio.

    Me piensan las paredes de este cuarto,
    me piensan con la cal y con las manchas,
    me piensan con la sombra de mi cuerpo.
    Y al pensarme me borran, ya no estoy
    y ya no queda nadie en este cuarto.

    El amor es un cuarto que no existe
    donde duerme a resguardo lo que existe.

    Me piensas con el ser, con el no ser,
    me piensas con los números caídos
    del portal de la casa donde vives,
    me piensan tus jadeos, tus dos gatos,
    el barro de las ruedas de tu coche,

    me piensan tus palabras cuando callan
    y ya no son palabras sino cuerpo.

    Busquemos el silencio para amarnos.

    Dejemos de pensar, de ser nosotros.

    Entre el ser y7 la nada una rendija
    que no les pertenece, una tierra de nadie,
    la madriguera de la vida.
    No me pienses y escribe nuestro amor
    en la tierra de nadie del poema.




    De Los poemas de Vikram Babu, 2000:


    COMO EL QUE CIEGA UN POZO CON PEDRUSCOS...

    Como el que ciega un pozo con pedruscos
    y además lo envenena
    .......................................con animales muertos
    y utiliza su cubo como leña
    para hacerse chapatis
    y luego clama al cielo
    ....................................por dejarle sin agua
    y se muere de sed.

    Vikram Babu pregunta:
    .....................................¿eres así?



    COMO EL REY QUE CONSTRUYE UN PALACIO DE VIDRIO...

    Como el rey que construye un palacio de vidrio,
    los muros, las estancias transparentes,
    no hay secretos, pues todo
    está bien a la vista para todos,
    y al principio era un juego pero luego
    el rey se siente incómodo
    y en vez de hacerlo opaco con cortinas
    o muros interiores,
    ...............................cualquier cosa,
    ordena vaciar los ojos de sus súbditos.

    Vikram Babu pregunta:
    .....................................¿eres así?



    COMO EL HOYO EN LA ARENA QUE EXCAVARAN...

    Como el hoyo en la arena que excavaran
    las manitas de un niño,
    que no es igual que el túnel
    de un topo,
    .....................ni es igual que los cimientos
    de un palacio que mil obreros abren,
    ni es igual a la angustia (ese agujero
    que a bocados ensancha la diosa de la noche),
    ni es igual a la herida de una flecha.

    De todos esos pozos
    solo en uno te puedes derramar
    (el río de la vida desbordando tu cuerpo)
    sin perder ni una gota,
    sin conservar tampoco ni una gota.

    Vikram Babu pregunta:
    .....................................¿sabes cuál?



    COMO UN CARRO SIN RUEDAS...

    Como un carro sin ruedas,
    ........................................como un tigre sin dientes,
    como una casa en ruinas,
    ........................................como una cesta rota:
    los adultos se burlan pero los niños juegan.

    Como el mundo y la vida,
    ........................................como el ser y los santos
    en tiempos como estos de descomposición:
    su utilidad la entienden
    los que apenas acaban de nacer,
    los que juegan según las reglas de lo eterno
    y todavía no según las reglaas
    de los hombres,
    .........................por sabios que hayan sido.


    Vikram Babu pregunta:
    .....................................¿qué edad tienes?



    COMO AQUEL ALFARERO QUE ROMPÍA LAS JARRAS...

    Como aquel alfarero que rompía las jarras
    nada más terminarlas.
    Sin perder la sonrisa
    destrozaba los platos y los vasos

    y luego se ponía a decorar
    los fragmentos dispersos por el suelo
    con sangre que sacaba gota a gota
    de sus dedos y brazos, de sus muslos,
    de las callosas plantas de sus pies.

    Extraía de sí los pigmentos del alma
    hasta quedar exhausto
    ...................................y venir los insectos
    a chupar sus heridas.
    ..................................Los vecinos,
    por compasión, ponían monedas en el torno
    y se llevaban trozos de loza hasta sus casas.

    Al despertar seguía sonriendo
    y de nuevo amasaba en el barro mojado
    las formas de lo informe,
    los diminutos cuencos donde cabe lo eterno.

    Vikram Babu pregunta:
    ...................................¿dónde bebes?



    COMO UN ÁGUILA

    Como un águila,
    .........................Dios
    también de vez en cuando necesita
    descansar de Sí Mismo
    .......................................y replegar Sus alas
    y dejar de volar por un instante.
    Nosotros somos árboles plantados por Sus manos,
    apenas una mancha en el paisaje
    de lo Eterno:
    .....................lugares
    para que Dios repose.

    Vikram Babu pregunta:
    .......................................¿qué crueles leñadores os talaron?




    De Lo que dices de mí, 2002:


    LO QUE DICES DE MÍ...

    Lo que dices de mí:
    un extraño camino que nunca he recorrido,
    un camino que enlosan tus palabras
    y que si miras bien se corresponde
    con una de las líneas de tu mano.

    Lo que dices de mí
    ................................ eres tú misma,
    eres tú de repente bifurcada,
    una parte de ti que se queda a tu lado,
    otra parte de ti que se viene conmigo.

    Lo que dices de mí va borrando mis huellas

    Lo que dices de mí me prepara emboscadas.

    Lo que dices de mí
    es saliva y es tierra que amasas para darme
    figura de caballo, figura de montículo,
    figura de lunar, figura de tu espalda,
    figura de cualquiera de mis dedos
    cerrando uno por uno todos tus orificios
    (más saliva y más tierra que coges para darme
    figura de cabaña, figura de murciélago.

    Lo que dices de mí
    es mentira que acierta a decir la verdad.

    Lo que dices de mí
    se acuesta junto a mí donde estaré,
    se acuesta junto a un hueco que llama por mi nombre
    y al que besa y aplasta hasta que nazco.

    Lo que dices de mí
    es telaraña, es red, pero tú no las tensas,
    pero nadie las tensa pues nadie está al acecho,
    es red, es telaraña frenando una caída
    que no se ha producido.

    Lo que dices de mí me desconoce
    del modo más perfecto imaginable,
    me desconoce más que el desconocimiento
    que me tienen las vetas de una mina,
    que me tienen los kraken,
    que me tienen las aguas cenagosas,
    que me tienen los cientos de tejados
    que guarda el huracán en su gruta secreta.

    Lo que dices de mí se va probando mundos.

    Lo que dices de mí me multiplica.

    Lo que dices de mí estira mis pulmones,
    catapulta mis ojos,
    despierta a los caimanes de mi sangre.

    Lo que dices de mí me acelera y me vuelve
    más lento.

    Lo que dices de mí no lo dices de mí,
    no lo dices siquiera, no soy yo,
    es raíces de un árbol cuya fruta
    se deshace en tu boca y la refresca,

    es un malentendido que tu voz
    provoca en nuestro sexo

    (el fosfeno y la noche es lo que dices
    cuando dices de mí no importa lo que digas.)

    Lo que dices de mí no son tus opiniones,
    es el dulce apagón de la conciencia,
    es la locuacidad de lo que existe,

    es un puente colgante entre nosotros,
    son ardillas que roen las cuerdas de ese puente,
    son cáscaras de nueces, un arca abandonada,
    maderos embreados que alimentan el fuego
    de un náufrago asustado.

    Lo que dices de mí
    ...................................es estaca que busca
    con avidez al ávido corazón de ese muerto
    que ronda mis castillos y se duerme en sus sótanos,
    ese muerto no muerto que llamamos amor.

    Lo que dices de mí no necesita
    de mí para encontrarme.

    Lo que dices de mí no se viene conmigo
    a menos que yo firme una página en blanco.

    Lo que dices de mí lo dices simplemente
    con estar en el mundo, lo dice tu deseo,
    esa energía pura que hace pasar las nubes.

    Lo que dices de mí
    ..................................obliga al horizonte
    a tenderse a tus pies y lamerte sumiso.

    Lo que dices de mí se escribe en las paredes
    con tizones calientes de tus muslos.

    Lo que dices de mí
    ..................................es la jaula y el mapa
    en el acto preciso de aprender
    a vendarse los ojos y saltar al vacío.

    Lo que dices de mí me pone en marcha,
    un loco mecanismo
    de huesos astillados como sables
    que va retando a duelo a todos los que dicen
    que nunca has dicho nada de mí, que estás callada,
    que un mutismo feroz te ha comido la lengua.

    Lo que dices de mí
    ..................................es manada de lobos
    hambrientos y atrapados en páramos de nieve
    que se devoran entre aullidos.

    Lo que dices de mí me traduce a un idioma
    que aún no conocemos.

    Lo que dices de mí me resucita.

    Lo que dices de mí:
    una orquesta sonámbula
    de músicos que tocan concentrados
    y miran sin rencor sus partituras
    mientras todo el pasaje
    ya abarrota los botes salvavidas.

    Lo que dices de mí me deja solo.



    LO QUE DICES DE MÍ...

    Lo que dices de mí
    me posee a horcajadas detrás de unos arbustos.

    Lo que dices de mí
    me aprieta la cintura en medio del océano.

    Lo que dices de mí
    me araña de los muslos a la nuca
    mientras un elefante nos transporta en la selva.

    Lo que dices de mí
    me saliva la oreja en un vagón.

    Lo que dices de mí
    me embadurna de aceites aromáticos
    dentro de un telescopio enfocado a Saturno.

    Lo que dices de mí
    mordisquea mi sexo en la estela de un barco.

    Lo que dices de mí
    jadea en una mesa de un albergue.

    Lo que dices de mí
    se bebe mi sudor
    en el escaparate de una agencia de viajes.

    Lo que dices de mí
    tapona con su lengua mi ombligo en una tundra.

    Lo que dices de mí
    se toca los pezones más allá del espejo.

    Lo que dices de mí
    dilata su vagina en el arcén
    de una autopista en obras.

    Lo que dices de mí
    grita en un diccionario abierto por la «p».

    Lo que dices de mí
    se arquea hasta romperse en una alcantarilla.

    Lo que dices de mí
    me eriza en una lámpara.

    Lo que dices de mí
    me da masajes rápidos y suaves
    en la fuente de un río.

    Lo que dices de mí
    te besa las axilas en el filo de un hacha.

    Lo que dices de mí
    acaricia tu pubis en una enredadera.

    Lo que dices de mí
    desoculta tu clítoris en un alto trapecio.

    Lo que dices de mí
    me gira y me retuerce en un vaso de vino.

    Lo que dices de mí
    olfatea mi semen dentro de un espejismo.

    Lo que dices de mí
    se pellizca la piel en un frutero.

    Lo que dices de mí
    pone un índice mío detrás y otro delante
    en un viejo astrolabio.

    Lo que dices de mí
    pierde el conocimiento en un poema.



    TODO LO QUE DECIMOS

    Todo lo que decimos inaugura distancia,/estructura de
    modo distinto lo que somos/ y nuestra relación con lo
    que existe,/cambia de decorado y cambia de guión,/
    modifica el sentido de las leyes / y nos hace asumir
    actitudes y fines/ que antes ni siquiera imaginábamos.

    Por eso las palabras nos escriben,/es decir, nos tornean,
    nos labran, nos dibujan. / Para ser más exactos: las
    palabras,/lejos de ser pasivos instrumentos/ en nuestras
    manos, son gigantas poderosas/ (desde aquí puedo ver
    el grosor de sus músculos, / sus ojos inyectados, la
    determinación/ que demuestran sus gestos) que nos
    usan / como materia prima para hacerse sus casas.

    Las palabras nos hablan, las palabras/nos habitan. Por
    eso decir lo que nos dice (o hablar lo que nos habla,
    callar lo que nos calla,/ escribir lo que escribe nuestra
    vida) / es mucho más que un acto / de aceptación de la
    existencia;es / poner una semilla en la palabra / para que
    diga lo que somos; es / seducir la palabra y penetrarla /
    para que nos alumbre y nos lleve a su casa: / y nos lleve
    a una casa que es la nuestra.

    Frente a todos aquellos / que están donde no están y no
    están donde están, / frente a todos aquellos que al vivir/
    en una casa ajena en realidad / habitan una cárcel, / la
    poesía y el amor nos hacen / libres para elegir una casa
    y un mundo / y nos dejan abiertos para ser elegidos / por
    la casa y el mundo que elegimos.

    Y cuando afirmo «todo lo que decimos» quiero / decir lo
    que decimos con sentido: / aquello que se dice por
    medio de nosotros / (la poesía y el amor, la luz / y los
    bosques y el mar, la nada y el olvido...), / aquello que
    bautiza las medidas del mundo / (rediseña la planta de la
    casa), / aquello que le da al mundo otra apariencia / sin
    por ello impedir que siga intacto, / aquello, en fin, que
    afirma lo que es / en vez de destrozarlo, de ignorarlo, /
    de pasar a su lado con los ojos borrándose.


    Pedro Casas Serra
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    Jesús Aguado (1961- Empty Re: Jesús Aguado (1961-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Dom 18 Dic 2022, 06:09

    .


    De Heridas, 2004:


    HERIDAS XIII

    La piel se llena de preguntas
    que de pronto ya nadie te quiere responder.

    Eso quema.



    POR QUÉ

    Dime por qué me abriste esas cavernas,
    esos bostezos de hipopótamo

    si me amabas.

    Por qué me desarmaste
    con caricias, promesas y milagros
    y me invitaste al juego
    de la luna, las velas, la mina y los caminos.

    Por qué
    si, apenas desarmado,
    me clavaste alfileres en los ojos,
    me desollaste lenta,
    me aplastaste los huesos
    usando ese almirez que llamas corazón.

    si me amabas.

    Por qué,
    si me amabas,
    dejas que me desangre solo
    y a merced de voraces sentimientos-hormiga,
    sólo como planeta estallando en el tiempo,
    solo como el cadáver de una espiral estrangulada con alambre de espino.

    Por qué.

    Por qué me desarmaste
    si pensabas matarme aunque me amabas.

    Por qué tantas heridas,
    esas bocas de pozo, esos volcanes tristes,
    por qué tantas heridas

    si me amabas.

    Por qué me desnudaste
    con sonrisas, con manos, con música, con luces,
    con licores y especias, con la tierra y la luna,
    por qué me desnudaste
    y me invitaste al sueño real de nuestra vida
    para luego dormirme de un hachazo infinito.

    si me amabas.

    Dime por qué me desarmaste con mentiras
    que me dejaron indefenso
    ante tu amor borroso y sanguinario

    si me amabas.

    Dime por qué me amabas
    sin valor para amarme

    y me sacrificaste en un altar al que accedí engañado
    pensando que era el tiempo y la alegría
    y que eras tú con los brazos abiertos.

    (Yo, que fui confiado a nuestro amor
    como un fuego a sus llamas,
    como un mar a sus olas,
    que me entregué a tu entrega
    y dormí al centinela que vigila
    la entrada al corazón,
    me vi de pronto muerto de una muerte
    que aullaba con mi voz que era la tuya.

    Si me amabas

    por qué.

    Dime por qué me amabas si me amabas
    sin valor para amarme
    como el monte a sus rocas,
    como el sol a su luz.)

    Dime por qué me amabas si me amabas
    para acabarme así, de cualquier modo,
    permitiendo que me desangre
    en un lugar oscuro
    mientras tiemblo y sollozo y me asfixio despacio
    y a tientas
    ...................cuando tú
    no me sientes, ya no,
    y por eso no sabes lo solo que estoy muerto.

    Si me amabas

    por qué.

    Dime por qué me amabas si me amabas.



    MENDIGO I

    Si no te pido nada.

    O sí:
    que dejes intocada mi intemperie.



    EL NÁUFRAGO RESCATADO

    "La vida es en sí misma y siempre un naufragio. Naufragar no es ahogarse. El pobre humano, sintiendo que se sumerge en el abismo, agita los brazos para mantenerse a flote. Esa agitación de los brazos con que reacciona ante su propia perdición, es la cultura -un movimiento natatorio. Cuando la cultura no es más que eso, cumple su sentido y el humano asciende sobre su propio abismo. Pero diez siglos de continuidad cultural traen consigo, entre no pocas ventajas, el gran inconveniente de que el hombre se cree seguro, pierde la emoción del naufragio y su cultura se va cargando de obra parasitaria y linfática. Por eso tiene que sobrevenir alguna discontinuidad que renueve en el hombre la sensación de perdimiento, substancia de su vida. Es preciso que fallen en torno de él todos los instrumentos flotadores, que no encuentre nada a que agarrarse. Entonces sus brazos volverán a agitarse salvadoramente. La conciencia del naufragio, al ser la verdad de la vida, es ya la salvación. Por eso  yo no creo más que en los pensamientos de los náufragos. Es preciso citar a los clásicos ante un tribunal de náufragos para que allí respondan ciertas preguntas perentorias que se refieren a la vida auténtica."
    ORTEGA Y GASSET

    contra la simplificación, contra la desmemoria (y a favor del olvido), contra el estrechamiento, contra la pertenencia,

    contra la crítica utilizada como un cuerpo especial de desactivación de explosivos al servicio (consciente o inconscientemente) de los poderes,

    contra la prosperidad colectiva lograda a costa de la miseria individual,

    contra la humillación, contra la irrelevancia, contra el ruido, contra la realidad empobrecida y torturada de los telediarios y la política,

    contra el imaginario que nos condena a aspirar a únicamente dos o tres modelos de felicidad,

    contra la retórica banalizadora, contra las certidumbres, contra el relleno y el atropello de los espacios vacíos, contra la pureza,

    contra el falso paternalismo que busca la foto y no la comprensión y el diálogo (que da sin buscar nada a cambio y sin poner en duda sus creencias),

    contra la mediocridad como motor de la historia,

    contra el orden, contra la tranquilidad, contra la pérdida de densidad, contra la inmunización, contra la domesticación, contra las zonas de exclusión, contra la deshumanización,

    contra la teología como bricolage y como aduana (y a favor del misterio y del contrabando),

    contra los que fingen ser víctimas y son de hecho verdugos,

    contra la apatía y la no participación, contra la acefalia, contra las mayúsculas, contra las cárceles, contra el fundamentalismo, contra la multiplicación asignificativa,

    contra el yo como agente provocador infiltrado en uno mismo con el fin de reducirle a lo que diga un informe,

    contra la versión oficial,

    necesidad de una crítica del salvavidas (o crítica de la razón salvífica),

    y de una crítica de la razón ensambladora,

    y de una crítica de la razón jerarquizadora,

    y de una crítica de la razón institucional,

    porque no se pueden dictar normas desde arriba sino sólo desde abajo, desde lo más profundo, desde la arena de las simas y desde las cuevas del fondo de los océanos,

    y si no salen palabras sino burbujas, bueno, eso habremos ganado: las burbujas nos obligarán a inventarnos una nueva sintaxis sin pasado sangriento y, por lo tanto, esperanzadora,

    el artista como vía de agua: contra los fontaneros,

    el barco aparentemente seguro y acogedor esconde peligrosísimas hélices ansiosas de partir en dos a los náufragos,

    una variante especialmente interesante del náufrago: el tragado por una ballena; desde Jonás hasta Pinocho pasando por, entre otros, J. Barnes y M. Rodoreda,

    Defoe y Golding, Robinson y Martin: los cuatro puntos cardinales del náufrago,

    el santo hindú que se arrojó maniatado al agua para morir ahogado pero fue mansamente depositado en la orilla porque nada (ni el agua, ni los peces, ni las rocas afiladas que sobresalían) querían ser cómplices en la muerte de un hombre-dios,

    Jesús sobre las aguas en el lago Tiberíades, que muestra que los elementos naturales estarán siempre de parte de los que tienen el corazón puro,

    y el mar no existe ya
    (Apocalipsis, 21, 1):

    el Fin del Mundo es, en todas las tradiciones, un mito inventado contra los náufragos,

    sólo como náufrago he viajado felizmente por el mar (Zenón de Citio),

    a los hijos sólo había que darles aquello que se salvaría en caso de naufragio (Vitrubio sobre Aristipo),

    el nacimiento del hombre es como un naufragio. La naturaleza proyecta al niño desde el vientre de la madre al litoral de la luz igual que el navegante es arrojado a la orilla por las furiosas olas (Epicuro),

    nadie pierde la vida naufragando ya que el naufragio es, de hecho, el presupuesto existencial que diferencia a los vivos de los que no lo están,

    el náufrago denuncia a la tierra firme como responsable de un exceso de estabilidad a causa de la cual los seres humanos confiamos más en verdades sólidas como bloques de granito en vez de en verdades buceables, profundas, cambiantes y experimentables con todo el cuerpo,

    el náufrago reclama el derecho a medirse con los elementos naturales sin que nadie ni nada se lo impida alegando principios que le atienden como abstracción y no como individuo,

    el náufrago, en consecuencia, no quiere que nadie le rescate sin su consentimiento, sobre todo si quienes pretenden hacerlo están, más o menos solapadamente, al servicio de los poderes,

    el náufrago no quiere discutir de política en despachos con aire acondicionado y canapés, porque ya sabe qué clase de decisiones se toman en esas condiciones contra los que nos las disfrutan, sino con el agua al cuello, sin hacer pie, con la resaca haciendo de las suyas, con tiburones rondando, y la noche y la borrasca aproximándose del brazo aullando una canción de borrachos,

    el náufrago se considera un resistente, un emboscado, un apátrida, un contrabandista, un fugitivo, un heterodoxo, un superviviente, un polizón, un desertor,

    el náufrago invita a un arte atento más a las leyes de las corrientes marinas y las mareas que a las leyes del mercado,

    el náufrago no cree en las ideologías pero sí en los símbolos, en la imaginación, en el amor, en la inteligencia,

    el náufrago, como los niños, sabe dónde se encuentran las llaves: en el fondo del mar, matarile, lile, lile, en el fondo del mar, matarile, rile, ron,

    una vía de agua es siempre más inteligente que el capitán de un barco,

    la tierra firme nos obliga a pensar con nuestros pies, ese ir dando un paso detrás de otro que denominamos progreso,

    sólo se hunde el que transporta grandes pesos
    (Seferis),

    los flotadores son una crítica a las profundidades y, por lo tanto, un instrumento al servicio de lo superficial en el peor sentido,

    las hélices de los transatlánticos de lujo son su cerebro inconfesado,

    los icebergs son náufragos antiguos que buscan compañeros jóvenes a los que enseñar sus conocimientos milenarios,

    las brújulas dan una apariencia de orden que no engañan al náufrago, ya que éste sabe que no existen direcciones o, mejor, que todas se reducen a una: la pasión de seguir con vida en este punto concreto de los mares,

    un náufrago se fía de sus pulmones más que de una carta de navegación,

    un náufrago reconoce a otro náufrago por la elegancia con la que acepta la invitación de cada ola,

    las simas marinas son los palacios de los náufragos,

    un ahogado es un náufrago que realiza una crítica de la supervivencia como motor de la Historia (un náufrago que se ha resistido hasta la muerte a ser rescatado a la fuerza),

    los ahogados se disuelven en el agua y, aunque luego aparezcan cabeceando contra un arrecife o flotando hinchados en la orilla, su biografía ya no la cuentan ellos sino los peces y las gaviotas devoraojos, devorabocas, devoradedos,

    aunque los ahogados ya no tienen biografía porque se han convertido en paisaje, y su valor es el de las arenas del fondo, las medusas, los caballitos salados, los corales, las algas o las caracolas: quedarse al otro lado del espejo en el que nos miramos los seres humanos,

    el mar no recuerda el nombre de sus ahogados porque los ha incorporado al inquieto olvido universal que él simboliza, dispersando a manotazos ese enjambre de deseos que les constituye como vivos,

    se ahogan peor los que saben nadar porque se ahogan dos veces: hacia arriba y hacia abajo, hacia el cielo al que claman y hacia las profundidades que tironean de sus tobillos, hacia el relato de su existencia y hacia el fin que lo interrumpe abruptamente,

    Alfonsina Storni o Percy B. Shelley se ahogaron por todos nosotros.



    ORACIÓN POR MIS PADRES

    Desde antes de nacer os amaba en los árboles
    y en las vías del tren y en las ventanas.
    Desde antes de nacer ya nací en vuestros ojos
    que miraban las cosas
    que yo también vería alguna vez:
    los ríos y las casas, la oscuridad y el eco,
    los pasos en un suelo de madera, la comida caliente,
    el estremecimiento, la compasión, las risas.
    Nací de vuestros ojos mirándose en los ojos de la vida.
    De vuestra luz de estrella guiando al navegante que llegaría a ser.
    De vuestra fe en el tiempo y los abrazos.
    Desde antes de nacer os amaba en vosotros,
    emboscado en vosotros, creciendo con vosotros:
    ni semilla siquiera de futuro
    pero sintiendo ya que me cuidabais como el aire a sus aves;
    sin nombre todavía
    aunque todas las cosas me nombraban ya a mí.
    Qué feliz coincidencia la que me trajo al ser:
    vuestros ojos cruzándose en un baile,
    vuestras manos brotando en el humus regado del deseo,
    vuestras palabras limpias construyendo un camino en el que yo
    dejaría muy pronto mis huellas diminutas.
    Qué feliz coincidencia estar aquí, ser esto, tener sitio.
    Solo por eso os amaría
    como un volcán al centro de la tierra,
    como una ley a sus repeticiones,
    como una cuna a su bebé dormido.
    Nací, y fue para siempre, de vuestra alfarería,
    del barro del azar y del amor
    en el que moldeasteis mis piernas y mis sueños.
    Os doy las gracias y también le doy las gracias al sentido
    que dicta el crecimiento de las uñas
    y el magma en espiral de las constelaciones.
    Os doy las gracias por ponerme un pie
    en el Origen y el otro en el Fin,
    por hacerme misterio y recorrido y reflejo y distancia y este punto.
    Os doy las gracias por haber creído en la difícil posibilidad
    de que yo alguna vez leyera libros
    o de que el vino rojo bajara por las suaves comisuras de mi amada
    hasta mi lengua temblorosa
    o de que comprendiera esa antigua verdad que enuncia un barco por un río.
    Sin vosotros me hubiera perdido el Universo,
    las ensaladas, los amigos, el otoño en el sur,
    los cuentos de vampiras, el sexo en catarata,
    los colores, la luz, el humor, los jerseys.
    Sin vosotros no hubiera hallado ningún yo para vestirme
    y estaría ambulando por la Nada,
    un fantasma del No, un círculo intrazado, un vacío vacío.
    Os doy las gracias por haberme rescatado del Nunca y del Jamás.
    Y le pido a esta mesa
    y a la sonrisa de esa niña que juega en el jardín
    y al chillido del mono que me exige las sobras
    y a la higuera feraz y a las ardillas
    y a las nubes lentísimas que aplacan el ardor de mi mirada
    y al bolígrafo azul y a la página en blanco
    y a los cojines rojos y a los ventiladores:
    le pido al mundo y a las cosas que
    os cuiden a vosotros tan bien como vosotros me habéis cuidado a mí.
    Que os cuiden con el mismo amor que ya os tenía
    desde antes de nacer en vuestros ojos.




    De Algunos haikus (o no) desde la nada, 2007:


    1

    Un gorrión muerto.
    Las hormigas devoran
    ojos y nubes.

    4

    Fragilidad:
    cuando lloras te abrazan
    todos los ríos.

    10

    Un saltamontes
    se pega a mi  camisa.
    Dejo de hablar.

    13

    Con sus patitas
    la cucaracha muerta
    sostiene el cielo.

    27

    En los letreros
    de las calles
    ....................erratas.
    Pienso en nosotros.

    39

    Se duerme un perro
    sobre mis pies descalzos.
    Felicidad.

    40

    Su cumpleaños.
    El viejo mira al techo.
    Ríe entre dientes.

    52

    Abres las piernas.
    Paralelas que alcanzan
    el infinito.

    58

    Antes de ti
    los ríos ya corrían.
    ¿Pero hacia dónde?

    63

    Bocinas, timbres,
    generadores, gritos.
    La piedra duerme.

    70

    La niña.
    .............El charco.
    Un barco de papel.
    El sol se para.




    Otros poemas:


    DE LA TRIBU NILA

    TE PARASTE A DECIRME QUE NO ME QUERÍAS...

    Te paraste a decirme que no me querías.
    A la puerta de mi casa
    dejaste el cesto de la ropa que traías del río
    para decirme que no me querías.
    Olías a jabón y a la flor del arbusto
    y en tu sari mojado
    se ahogaban las mariposas.
    Me dijiste que no me querías muchas veces
    y luego me empujaste hacia dentro de la casa
    y cerraste la puerta
    y me llevaste a una habitación
    en la que me gritaste que no me querías
    hasta que el sol se puso.
    Las lágrimas del cesto de la ropa
    que olvidaste en la puerta de mi casa
    le contaron a todo el pueblo que no me quieres.
    Por fin lo sabemos todos.
    También las mariposas de tu sari,
    que ahora vuelan en bandadas densas
    por los cuartos de mi casa.



    TE HEMOS LLEVADO, PADRE...

    Te hemos llevado, padre,
    muy lejos del poblado.

    Te hemos llevado, padre,
    por un sendero nuevo
    que hemos abierto con nuestros machetes
    mientras las mujeres
    azotan a los niños para que lloren.

    Te hemos llevado, padre,
    a un lugar que no podrás reconocer
    si alguna vez te da por despertarte.

    Te vamos a dejar ahí, padre,
    y a la vuelta ocultaremos el camino
    con hojas y ramitas.
    Las mujeres apalean a los perros para que gañan
    y a los bueyes para que mujan y babeen.
    Las mujeres rompen toda la loza de barro,
    convierten los trajes en tiras,
    se queman unas a otras con brasas.

    No vuelvas, padre,
    porque ya no tienes casa ni parientes.
    No vuelvas, padre,
    porque si lo haces las mujeres nos abandonarán.

    Para que no vuelvas, padre,
    te vamos a cortar en trocitos
    y cada uno lo vamos a esconder en el hueco de un árbol.

    Estás muerto, padre,
    así que no intentes convencernos de que no.

    Padre, no nos persigas
    para que te demos aguardiente de arroz
    o tortitas con verduras
    ni hagas que los tambores suenen solos por las noches
    como invitándonos a una danza.

    Vete lejos del poblado y no vuelvas, padre,
    porque si lo haces
    nuestras mujeres se acostarán con nuestros enemigos
    y les darán tantos hijos que nos derrotarán.

    Estás muerto, padre,
    márchate de nuestras cabezas
    y déjanos en paz.


    JESÚS AGUADO, El fugitivo. Poesía reunida (1985-2010), Vaso roto, 2011

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    Jesús Aguado (1961- Empty Re: Jesús Aguado (1961-

    Mensaje por cecilia gargantini Mar 27 Dic 2022, 15:23

    Las metáforas son muy novedosas...
    El fin del mundo
    Llegará del amor y no del odio.

    Además maneja la sensualidad en forma exquisita, sin caer en lugares comunes.
    Besosssssssssss Pedro y gracias por este autor
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    Jesús Aguado (1961- Empty Re: Jesús Aguado (1961-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Mar 27 Dic 2022, 16:23

    Gracias a ti por tu interés, Cecilia.

    Un abrazo.
    Pedro

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    Jesús Aguado (1961- Empty Re: Jesús Aguado (1961-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Dom 04 Feb 2024, 13:32

    .


    Algunos poemas más de Jesús Aguado:


    De Libro de homenajes (1993):


    BASAVANNA

    A veces soy mujer y otras un hombre.
    Cuando me llama el agua de tu cuerpo
    y me sumerjo en él
    y tus dedos que fluyen me tañen como a cítara,
    soy tu esposa.
    Mas cuando el viento azota tu espalda o te fustigan
    los guerreros del sol,
    me encrespo junto a ti para luchar
    como un tigre de roca y de bambú.

    Por tu amor,
    oh Señor de los Ríos que Confluyen,
    a veces soy mujer y otras soy hombre.



    CABO DE TRAFALGAR, LEYENDO
    LOS "CUATRO CUARTETOS" DE T.S. ELIOT

    IV

    El tiempo me miraba desde el caparazón de los cangrejos
    y los lirios con algo de tristeza.
    También desde su cuerpo bronceado y sus piernas pulidas por el agua,
    o desde la palabra amor, o desde -¿no es lo mismo?-
    los castillos de arena que el viento construía.
    A veces, creo, estuvo a punto de dejarme
    abandonado en la locura -que es un lugar vacío
    de tiempo-, pero siempre venía a rescatarme el movimiento
    súbito del cangrejo o la quietud que hallaba en el mecerse
    continuo de los lirios. Supe entonces
    que no se distinguía en nada la acción de acariciarla
    de la acción de pisar
    un erizo: el tiempo
    convierte las caricias en espinas
    e ilumina la vida por medio del dolor.



    Inédito:


    HIJA

    me sonríes con todo
    con tus pies y tus manos con el aire
    con tu boca que sigue succionando
    cuando duermes
    con tu madre diáfana regalo de la luz
    con tu madre de piel y aroma y tiempo
    con tu llanto
    ese monte que escalas despacio y desde cuya cima
    te arrojas hacia el sueño como un gorrión de agua
    me sonríes
    y entonces yo que te he estado esperando
    como esperan las vías al tren que las hará
    destino y música
    paralelas de pronto en su infinito
    te sonrío
    y en mis brazos salimos
    dos nacidos jugando a inventarse la vida
    a acariciar el gato que persigue
    la pelota de lana del alún mundo

    dos nacidos que inventan el juego de la vida
    y sonríen
    mientras pasan las nubes
    y la lluvia descansa de ser lluvia


    JESÚS AGUADO, Cambio de siglo. Antología de poesía española 1990-2007, Hiperión, 2007.


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