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MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Pascual Lopez Sanchez- Administrador-Moderador
- Cantidad de envíos : 91082
Fecha de inscripción : 29/06/2009
Edad : 72
Localización : Murcia / Muchas veces en Mazarrón/ Algunas en Cieza ( amo la ciudad donde nací; amo su río - Río Segura_ y amo sus montes secos llenos de espartizales)
- Mensaje n°31
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Gracias, Anne. Un beso. Ya sabes , María, que mi objetivo al iniciar este trabajo era dar a conocer, sobre todo a Vladimir Maiakovsky. Pero también difundir un poco de la poesía de ese pueblo tan desconocido. Podría seguir sacando poetas y más poetas. Pero creo que no tendría mucho sentido . Mencionaré solo un par de poetas más - sin desmerecer a aquellos de los cuales no hablo- y colgaré un par de poemas más de Vladimir M. Todo ello me llevará unas dos semanas más. Un beso
Pascual Lopez Sanchez- Administrador-Moderador
- Cantidad de envíos : 91082
Fecha de inscripción : 29/06/2009
Edad : 72
Localización : Murcia / Muchas veces en Mazarrón/ Algunas en Cieza ( amo la ciudad donde nací; amo su río - Río Segura_ y amo sus montes secos llenos de espartizales)
- Mensaje n°32
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
13) Se me han quedado fuera un innumerable números de poetas y poetisas que nos ayudaría a comprender la magnitud de la poesía del pís más extenso de la tierra
SERGUEI ESSENIN
"La aurora llama a otra aurora,
el campo de trigo humea..."
BELLA AJMADÚLINA
"y después de romper los grilletes de plata,
un remolino brota de sabores de frutas
lleno de ignoto aliento
y del fresco tropel de las burbujas"
ÔSIP MANDELSTAM (uno de los cofundadores del movimiento acmeista)
"¡Oh, mísera trama de nuestra vida,
donde es tan pobre el lenguaje de la legría!.
Todo pasó antes, todo se repetirá de nuevo.
Y solo nos es dulce el instante delo reconocimiento".
EUGENIO EVTUSHENKO
"deseaba que su hijo no viviera agobiándose,
que fuera, como los montes, potente y simple,
que cogiera la vida sonriendo..."
Y así toda una nómina excepcional de hombres y mujeres que hicieron, en una época de convulsiones, de la palabra un instrumento en beneficio del ser humano. A veces, decepcionados o traicionados , por el mismo sistema que habían defendido. Pero siempre con el valor del verso por delante.
Me permitís, por tanto, que termine esta, necesariamente reducida exposición, con el poema que prometí :
CONVERSACIÓN CON EL INSPECTOR FISCAL SOBRE POESÍA ( VLADIMIR MAIACOVSKY. Traduc. José Fernández Sánchez)
(Me es imposible continuar y concluir hasta que no tenga ordenador. Espero que me disculpéis. Ahora mismo estoy en el trabajo, pues tengo guardia hasta las 3. Pero estoy a expensas de los pacientes que puedan acudir. Abrazos)
SERGUEI ESSENIN
"La aurora llama a otra aurora,
el campo de trigo humea..."
BELLA AJMADÚLINA
"y después de romper los grilletes de plata,
un remolino brota de sabores de frutas
lleno de ignoto aliento
y del fresco tropel de las burbujas"
ÔSIP MANDELSTAM (uno de los cofundadores del movimiento acmeista)
"¡Oh, mísera trama de nuestra vida,
donde es tan pobre el lenguaje de la legría!.
Todo pasó antes, todo se repetirá de nuevo.
Y solo nos es dulce el instante delo reconocimiento".
EUGENIO EVTUSHENKO
"deseaba que su hijo no viviera agobiándose,
que fuera, como los montes, potente y simple,
que cogiera la vida sonriendo..."
Y así toda una nómina excepcional de hombres y mujeres que hicieron, en una época de convulsiones, de la palabra un instrumento en beneficio del ser humano. A veces, decepcionados o traicionados , por el mismo sistema que habían defendido. Pero siempre con el valor del verso por delante.
Me permitís, por tanto, que termine esta, necesariamente reducida exposición, con el poema que prometí :
CONVERSACIÓN CON EL INSPECTOR FISCAL SOBRE POESÍA ( VLADIMIR MAIACOVSKY. Traduc. José Fernández Sánchez)
(Me es imposible continuar y concluir hasta que no tenga ordenador. Espero que me disculpéis. Ahora mismo estoy en el trabajo, pues tengo guardia hasta las 3. Pero estoy a expensas de los pacientes que puedan acudir. Abrazos)
Pedro Casas Serra- Grupo Metáfora
- Cantidad de envíos : 46954
Fecha de inscripción : 24/06/2009
Edad : 76
Localización : Barcelona
- Mensaje n°33
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Gracias, Pascual, por darnos a conocer tan extraordinarios poetas y bellos poemas. Quiero que sepas que voy recogiendo y guardando todos tus comentarios en este tema (y en otros) para poder disfrutar de ellos con calma.Algunos los conocía y otros no, pero poderlos tener reunidos ha sido un inmenso regalo que te agradezco mucho.
Un fuerte abrazo.
Pedro
P.S.- Me impresionó mucho el poema Réquiem de Anna Ajnátova cuando lo leí.
Os dejo un artículo que he encontrado en internet, dado su interés:
Sacado de http://www.nodo50.org/mujeresred/f-julia_manzano.html
ANNA AJMÁTOVA, una voz de la memoria
Por Julia Manzano
1. Rusia o la poesía
Decía el poeta Ossip Mandelshtam en una carta a su esposa:
“¿De qué te quejas? En ningún otro lugar se respeta tanto la poesía como entre nosotros (el pueblo ruso). Por ella incluso se mata. Esto no existe en ninguna otra parte”. (1)
Bastaríanos recordar la larga serie de extraordinarios poetas que dio el pueblo ruso, para dar la razón a las palabras leídas con anterioridad. Podríamos comenzar por el poeta romántico Pushkin, que inaugura la modernidad literaria en las letras rusas, continuando con Annenski, Lermontov, Brodsky, Anna Ajmátova, Marina Tsvietáieva, Aleksandr Block, Borís Pásternakv o Mayakovski (entre otros). Lo que comparten las voces de todos estos hombres y mujeres poetas es que fueron escuchados por las multitudes. Los poetas rusos lo saben y lo alimentan, ya que escriben guiados por el oculto anhelo de tener ante sí a un extenso público de acólitos. Joseph Brodsky (2): “tengo ante mí un gran auditorio”, o esta otra: “yo soy el espíritu del pueblo”. Voluntaria o involuntariamente, todos sin excepción, incluyéndose a él mismo, han participado de esta ilusión que ha alentado en sus versos.
En épocas de apertura política, los años inmediatamente anteriores a la Revolución de 1917, estas multitudes llenaban las cien mil plazas del estadio de Moscú, escuchando en silencio arrobado al poeta, sólo en la arena con sus páginas escritas y su voz, sin necesidad de otra puesta en escena. (3) En épocas de represión y terror, durante el régimen soviético, los versos eran pasados de mano en mano en copias manuscritas, o aprendidos de memoria y recitados en reuniones de amigos y disidentes. Este es el caso del Requiem de Ajmátova: un número de personas se sabían los versos de memoria, para salvaguardar su contenido y como forma de resistencia . El texto no existía en el papel, pues equivalía a la pena de muerte para aquel o aquella a quien se le encontrase en un registro policial, desdichadamente tan frecuentes. Y en el año 1946, pasada la época del terror stalinista, cuando se le permitía a Ajmátova dar algunos recitales, las muchedumbres la recibían de pie, entre ensordecedores aplausos, porque se sentían identificadas con sus versos. Muy diferente es el caso de las “multitudes” a las que se refiere Baudelaire, que nunca le escucharon enfervorecidos, tal vez porque sospecharan que el poeta paseante (falso flâneur) las utilizaba como puro material para su creación estética.
Sin embargo, en Rusia, la poesía nunca fue un suceso que se acogiese con indiferencia. El poder, atento a este fenómeno, siempre intentó guiar, con mano firme, la creación; pero los artistas, pensadores o poetas pocas veces aceptaron el yugo. Algunos se exiliaron por voluntad propia (Tsvietáieva), otras veces fueron expulsados (el llamado “barco de los filósofos”, ordenado por Lenin) y los que se quedaron fueron asesinados (como es el caso de Gumiliov, el primer marido de Ajmátova y Mandelstham), otros deportados a Siberia a los campos de “reeducación”; casi todos finalmente silenciados. El caso de Pasternack es el de una compleja relación con la Revolución rusa, ni aceptación plena, ni patente hostilidad, sino de “extrañeza atormentada” (4) , o Mayakovsi, afecto durante un tiempo al régimen, pero suicidándose después, probablemente por los muchos conflictos internos que experimentaría. Ajmátova decide permanecer en su país, su unión al alma del pueblo se lo exige por alto que sea el sacrificio, como dice en sus versos introductorios del Requiem:
Jamás busqué refugio bajo cielo extranjero,
ni amparo procuré bajo alas extrañas.
Junto a mi pueblo permanecí estos años,
donde la gente padeció su desdicha. (5)
No podemos dejar de tener en cuenta el dato de que los propios líderes de la revolución eran asiduos lectores de poesía. Lo cual no dejaba de entrañar un peligro añadido, ya que se consideraban “crímenes de estado” los versos que no estaban al servicio de la Revolución. Este comportamiento represivo venía avalado por la tesis de Lenin de que la literatura, y el arte en general, ha de ser de Partido y defender las ideas de la Revolución proletaria. Y fue precisamente un poeta, Mayakovski, antes de descubrir los horrores de la Revolución, el que defendió con entusiasmo esta tesis en unos versos:
El canto y el verso son bomba y bandera,
la voz de su cantor la clase alzará.
Y aquel que con nosotros hoy no cante,
contra nosotros está.
Recreando la máxima evangélica “Quien no esté con nosotros está contra nosotros”, de formulación tan intolerante como la tesis pensada por el político y cantada por el poeta. La llegada de Stalin (6) al poder radicalizó esta tesis, con asesinatos, deportaciones y aniquilación de cualquier signo de disidencia.
2. Modernidad y movimientos poéticos
Pero antes de llegar a la época de la represión y el silencio hubo un nacimiento, un desarrollo y una etapa de esplendor de la intelligentsia (7) rusa. Esta era una nueva clase social, nacida a finales del siglo XIX en las grandes urbes, Moscú y Petersburgo, constituida por artistas, intelectuales y profesionales de la cultura en general. Proliferan editoriales nuevas, revistas, periódicos y círculos literarios, musicales, y artísticos de toda laya.
Y por supuesto, no faltaban los poetas, muy al contrario, ya que surgieron en pocos años una diversa multiplicidad y riqueza de escuelas poéticas: simbolistas ,(8) futuristas, acmeístas, imaginistas y constructivistas (entre las más significativas). Todos ellos parecían guiados por el mismo afán de tomar la arena literaria a golpe de Manifiestos, o leyendo sus poemas en los cafés y salones literarios. En las otras artes también abundan las declaraciones públicas radicales, como sucedía por la misma época en las capitales del arte París o Roma, donde también se desarrolla una plétora de las denominadas Vanguardias artísticas; Rusia ha entrado en la modernidad estética.
Este proceso ya había comenzado a finales del siglo XVIII, con las reformas políticas y sociales del zar Pedro I y la zarina Catalina II, que incardinaron a Rusia en la cultura europea. Pero el momento decisivo para esta incorporación a la modernidad corrió a cargo de la poesía. Los poetas rusos se adhirieron en seguida, y con fervor, al movimiento romántico. Aunque se tratase de ideales importados de Francia, Alemania o Inglaterra, su adaptación y penetración en la poesía rusa fue fundamental para el desarrollo de la lengua literaria rusa moderna. Y el artífice principal fue el poeta Alexander Pushkin, el cual transformó los géneros literarios tradicionales, innovó sus metros, imágenes y estrofas, y tuvo un alto grado de consciencia lingüística, según resaltan siempre sus estudiosos. Por todos estos motivos fue proclamado como “el” poeta nacional, siendo objeto de celebraciones multitudinarias bajo el régimen soviético, que pretendió apropiarse de los versos del poeta, tergiversando su mensaje contra toda forma de autocratismo. Esto sucedía muchos años después de su muerte, ya que en vida, como la mayor parte de los poetas rusos, fue perseguido, vigilado y desterrado, en su caso, por la crítica radical al autoritarismo despiadado del zar Alejandro I (por ejemplo, el poema “El puñal”, 1821), poniendo de relieve la horrorosa situación en que se encontraba el campesinado siervo aún ( el poema “La Aldea”), y por su decidido apoyo a los decembristas. (9) El poeta se convirtió en un símbolo para la juventud inconformista que amaba su poesía, y que también imitaba su forma de vestir, y su tipo de vida alborotada, amante de las grandes juergas y los amores apasionados y simultáneos. Y como en el caso de Ajmátova, se aprendían sus extraordinarios versos de memoria.
De la pluralidad de movimientos poéticos citados sólo nos ocuparemos, aunque brevemente, de dos de ellos: los simbolistas y los acmeístas. De estos últimos por la filiación de Anna Ajmátova, nuestra poeta, y de los simbolistas porque como decía Nikolai Gumiliov, el cual firmó los dos primeros manifiestos acmeístas, consideraba este movimiento como heredero, aunque crítico, del simbolismo.
Hacia 1890 los poetas simbolistas rusos (Merezhkovski, Balmont, Sologub) se integraron en el movimiento estético europeo de este nombre, cuyo núcleo había tenido su origen en Francia, a partir de sus grandes figuras: Baudelaire, Verlaine, Rimbaud o Mallarmée. Con ellos se introducirá una nueva concepción de la cultura europea, que llevará también a una reconsideración radical de la tradición rusa. Esta tradición cultural, tal como había sido entendida en el siglo XIX, fue reemplazada por la idea de “mito cultural”. A ello colaboraron la creación de los mitos de la “Edad de oro” (tal como fue denominado el romanticismo ruso) y el mito de la “Edad de plata”, alimentado, como trataremos más adelante, por Ajmátova. El simbolismo, además de proveerse de mitos, pretende el uso continuado de símbolos universales, ya que puede considerarse como una reacción contra el espíritu positivista, que sólo se interesaba por los hechos singulares y empíricamente constatables. También fue una crítica de la sociedad mercantilizada y un rechazo de las estéticas realista y naturalista que prevalecían en las artes. Ahora se reivindica la imaginación libre del artista desde un punto de vista subjetivo, volviendo a una cierta sensibilidad romántica. Y como ellos, su creación tiene tendencia a sustentarse en presupuestos idealistas. Esta es también la actitud de los poetas, que consideran que la lengua rusa está muerta y se arrogan la tarea de “una resurrección de la palabra”, mediante una concepción, teñida además de mesianismo, que aspira a sintetizar todas las fases de la historia de la lengua. Esta “síntesis” ideal pretendía la unificación de todas las artes y, en el terreno que nos ocupa, un acercamiento entre prosa y poesía, dando lugar a todo tipo de experimentos de sonoridades inéditas hasta el momento. Se tienen en cuenta las innovaciones de Pushkin en poesía, alimentando el mito cultural de la ya citada “Edad de oro”. Mitologización de la figura del poeta y de la poesía, considerada como la esencia de la cultura rusa.
La nueva época necesita crear sus nuevos mitos. La denominación “Edad de plata” de la cultura rusa (1890-1910), ya apunta en esta dirección.
Eran años de agitación social y de efervescencia creadora, en los que la cultura rusa se pone a la vanguardia de las culturas europeas. Surgían genios en todas las artes: Stravinski, Prokofiev, Rajmaninov, en música; el gran Nijinski en la danza; en la pintura Kandinski, Chagall, Goncharova o Malevich, o el extraordinario cine expresionista de Eiseinstein. Podríamos considerar que los encargados de consolidar esta nueva mitología cultural son los poetas acmeístas, que juntamente con los simbolistas constituirían la citada edad de plata. La principal fiadora de este mito cultural es Anna Ajmátova, en los célebres versos del Poema sin héroe -(10) , digresión lírica en la que recuerda y recrea el Petersburgo de 1913.
El viento, recordando o profetizando, murmura:
En el Jardín de Verano cantaban sutiles las veletas,
y la plateada luna creciente
iluminaba la Edad de Plata. (11)
Estos versos parecen aludir a los vientos del cambio que agitan las veletas de “una nueva poesía”, una poesía moderna, superadora del simbolismo que era, en palabras de Ajmátova, “un movimiento del siglo XIX”.
El movimiento de los acmeístas toma su nombre del término griego akmh, cuyo significado apunta siempre al “momento álgido” (de fuerza, de poder). Como ejemplo tomaremos la expresión que se refiere al “akmé de la vida”, como el momento culminante del ser humano, considerado por el griego de la época clásica hacia los cuarenta años. Este movimiento, denominado así, significó la aspiración de llevar a su florecimiento o su plenitud a la poesía. Su credo podría resumirse en este sencillo principio: “Escribir con palabras claras sobre asuntos reales”.
Los primeros manifiestos acmeístas fueron escritos por Gumiliov y Gorodetski en el año 1913, año clave para la modernidad rusa. Se proponen cuatro principios estéticos, cada uno de ellos vinculados con un clásico: “Asociar el universo interior del hombre (Shakespeare) a un sabio fisiologismo (Rabelais) y una incondicional adhesión a la vida (Villon) al perfeccionamiento de las fuerzas artísticas (Théophile Gautier)”. (12) Pero quizás el más importante manifiesto de este movimiento fue el escrito por Mandelshtam, La mañana del acmeísmo (también escrito en 1913, pero no publicado hasta 1919). Mandelshtam fue amigo de los esposos Gumiliov y Ajmátova y de los componentes del grupo acmeísta. En el citado manifiesto se reivindica el lógos como sentido consciente de la palabra poética. La creación poética ha de ser una construcción armoniosa de palabra y sonido, noble mezcla de razón y música. . Esta enunciación no parece muy lejana de la teoría del péndulo poético, que pertenece a los escritos sobre teoría estética de Paul Valéry, escritos una década después . Como él los acmeístas hacen el doble oficio de escribir poesía y reflexionar sobre el acto creador.
En la ciudad de Petersburgo, los poetas jóvenes y con deseos de cambio, que consideraron que el simbolismo había entrado en crisis, habían comenzado a reunirse, desde 1911 en el Taller de los Poetas como grupo de discusión y trabajo. De entre ellos surgió el movimiento acmeísta, que duró poco tiempo, hasta 1915. A partir de entonces cada cual siguió su trayectoria poética por separado. La llegada de la Revolución de octubre de 1917, después de un corto período inicial de entusiasmo y efervescencia cultural, empieza a ser enfriada por un progresivo dirigismo, con la imposición de una estética oficial, el llamado “realismo socialista”. Muchos intérpretes consideran que la modernidad artística rusa ha llegado a su ocaso. Y desde una perspectiva posterior, Adorno será aún más lapidario, cuando dice en su Estética: “mejor ningún arte que realismo socialista”.
Sin embargo, cuando aún no era posible ese horizonte distanciado para pensar los acontecimientos de los tiempos que les estaban tocando vivir, algunos representantes de la intelligentsia rusa se ponen al lado del pueblo (ese pueblo que el poeta ruso siempre quiso personificar) y apoyan la Revolución. Para el propio Mandelshtam fue un grandioso acontecimiento y puso su oficio de poeta a su servicio, aunque años después escribiera contra ella y contra Stalin (el poema “El lobo”) y fuese finalmente depurado y deportado, como tantos otros. Ajmátova permaneció fiel a su amistad y con la ayuda de su otro amigo poeta Borís Pasternak, le prestó siempre todo su apoyo, hasta su muerte ocurrida en 1938, enfermo y en la más absoluta miseria. Gumiliov había sido fusilado en 1921, también por sus pretendidas disidencias con la Revolución.
3. El mito de “Anna de todas las Rusias” (13)
La trayectoria vital y poética de Anna Gorenko (1890-1966) fue mucho más dilatada que la de sus compañeros y amigos acmeístas. No escribió Manifiestos, como ellos, pero participó desde el comienzo en las actividades del Taller de los Poetas, publicando con frecuencia en la revista acmeísta Hiperborrea. Me atrevo a interpretar que sus poemas son la transcripción creadora del ideal que proclamaron contra la vaguedad de significados del simbolismo, “escribir con palabras claras sobre asuntos reales”. En cuanto a la reflexión teórica sobre el acto creador, que también era un principio acmeísta, aparece en una época tardía, en los años sesenta, en su última obra El poema sin héroe.
La poeta, ya desde muy joven, tomó como seudónimo literario el de una legendaria bisabuela materna, la princesa tártara Ajmátova, un apellido ilustre de la nobleza rusa. ¿Comienza aquí ya el mito de Ajmátova, creado por ella misma? Esta es la opinión de Yuri Lotman (14) , que considera como una tendencia presente en la sociedad culta rusa de los siglos XIX y XX, un desplazamiento de la atención, de la obra a la biografía del artista. Pushkin fue un ejemplo de esta mitificación al ser considerado como el arquetipo de una síntesis ideal entre “arte” y “vida”. Ajmátova cultivó, a lo largo de toda su vida, ese mito pushkiniano al considerarse a sí misma como su continuadora y heredera. Si la Edad de Oro ya tenía su mito en el gran poeta romántico, la Edad de Plata tuvo su musa mitificada en nuestra poeta, con su colaboración consciente, o sin ella.
El mito de Ajmátova pudo estar basado, o alimentado, por el retrato que le hizo Nathan Altman en 1941. “Alta, delgada, negros cabellos lacios recogidos en un moño, ojos soñadores, tristes, casi ausentes. Posa sentada, reposada, largas piernas extendidas, cruzadas, brazos también delicadamente cruzados por los que cae, indolente, la inevitable mantilla española”. (15) Una mantilla que parece que jamás tuvo, sino que fue producto de la imaginación de Blok. Y otro poeta, Brodsky, que siendo él muy joven la conoció cuando ya tenía sesenta años, dice de ella: “Su sola mirada te cortaba el aliento [...] durante medio siglo la ha dibujado, pintado, esculpido en yeso y mármol, fotografiado un sinnúmero de personas, empezando por Modigliani. Los versos dedicados a ella formarían más volúmenes que su obra entera”. ¿Exagera el amigo y admirador de la Dama (otra denominación dada por otra gran poeta rusa, Marina Tsvietáieva) o la Emperatriz, como fue llamada en su círculo? Él mismo describe la vida de ese círculo de intelectuales, artistas y aristócratas, que llegó ser denominado la “ajmátovka”: gente experimentada, algo cínica y siempre alegre, que pululaban alrededor de ella y la adoraban. Pero también explica que en esa reuniones se hablaba fundamentalmente de poesía. A Ajmátova le gustaba leer sus versos a las personas allegadas, y siempre se interesaba mucho por su opinión. Juntos hacían las correcciones pertinentes. Él mismo asistió a las continuas lecturas del Poema sin héroe, al proceso de reescritura continuada a lo largo de más de veinte años.
Brodsky habla, con verdadero entusiasmo, de los consejos de la poeta a los jóvenes creadores, y a él mismo: “Si quiere escribir un gran poema, ante todo invente su metro”. Y también habla de algo, que los que desconocemos la lengua rusa, no estamos capacitados para apreciar: la extraordinaria musicalidad de los versos de Ajmátova, su ritmo y su metro propios, que emergían de sus versos como una respiración secreta.
Los estudiosos (16) dividen su obra en tres períodos: el primero corresponde al ciclo poético que comprende de 1912 a 1922. Los más significativos son: La tarde y El rosario, que corresponden a su filiación acmeísta. Son poemas amorosos, de un concepto del amor moderno y no idealizado, como aquel que habla de un amante hipócrita que pretende enmascarar sus deseos con gestos solícitos y regalos. Dice así:
Es imposible confundir la auténtica ternura,
la que siempre trae sosiego.
En vano solícito arropas mis hombros
y mi pecho con pieles.
Y en vano con palabras dóciles
me hablas de tu primer amor.
¡Qué bien conozco esas tenaces
e insaciables miradas que me lanzas! Diciembre de 1913 (17)
Muchas mujeres rusas, cultivadas y modernas, debieron sentirse identificadas con sus versos, que eran confesiones intimistas de emociones, frustraciones o anhelos. Ya en estos versos juveniles muestra la tendencia a intercalar textos ocultos, fragmentos de otros poemas, de otras experiencias vitales. En sus versos hablan múltiples voces que disuelven la voz propia en una polifonía, en un carnaval de voces. Esta será también la estructura interna del Poema sin héroe.
El segundo período (1922-1940) está constituido por unos años de silencio creativo y la ruptura de ese silencio con el Requiem. Ajmátova, como muchos artistas y poetas que no se pusieron del lado de la Revolución, el poder interpretó que “estaban contra el” y los persiguió y censuró. Durante trece años (1922–1935), coincidiendo con el terror stalinista, fue incapaz de crear nada. Este mudez, impuesta en parte, pero probablemente también autoinflingida, quién sabe si como forma radical de condena del horror, la conjuró a partir de una visita a Mandelshtam, que ya había sido desterrado. Las conversaciones con el amigo poeta le devolvieron la voz y ésta se alzó con los primeros compases del Requiem.
El tercer ciclo poético de Ajmátova (1940-1965) comienza con una serie de poemas épicos, de llamada a la resistencia contra la invasión nazi, en la que los rusos llamaban la Guerra Patria. Cuenta en sus notas autobiográficas que, al igual que otros poetas, actuó con frecuencia en hospitales, leyendo poemas a los combatientes heridos. Esto le valió una rehabilitación parcial, pero apenas se publicaban sus poemas, sí algunos de la primera época, pero no el Requiem, no publicado en la Unión Soviética en vida de la poeta. Hasta el mandato de Gorbachov no vio la luz en su país. En esta tercera y última época, y a lo largo de veinte y dos años, fue escribiendo el Poema sin héroe, en el que reconstruye su vida pasada de la época modernista de Petersburgo. Para algunos autores este es el texto fundacional de la modernidad del siglo XX, los mismos que consideran a Pushkin como el fundador de la modernidad del siglo XIX. Todo el Poema respira una nostalgia de cultura universal, en la que se sintió inmersa. Y muchos años después de aquellas experiencias vividas como extraordinarias, vuelve a aquella época y su voz se diversifica. Es autora, crítica, héroe del poema, lectora y teórica del arte, en un caleidoscópico juego de espejos, en el que el héroe está ausente, o puede ser la ciudad, el mítico Petersburgo. El Poema es la crónica poética de la cultura rusa de la modernidad.
La mirada de esta mujer poeta abarca épocas de tránsito: entre dos siglos, dos revoluciones y dos guerras. Es testigo de convulsiones profundas, tanto en el ámbito artístico como político y social. Y su obra tiene siempre una relación con sus experiencias vitales, porque su mirada poética establece un vínculo con el sufrimiento de su pueblo, antes y después de la caída de los zares. Es la trágica voz de la memoria de su pueblo. En sus escritos autobiográficos, que no llegó a terminar, escribe las siguientes palabras en 1965, un año antes de su muerte, en las que es de admirar la serenidad con la que es capaz de hablar desde la distancia de su vejez:
Nunca he dejado de escribir poesía. Significa para mí un vínculo con el tiempo, con la nueva vida de mi pueblo. Escribirla me permitió vivir al compás de los mismos ritmos que resonaban en la heroica historia de mi país. Me siento feliz de haber vivido estos años y haber sido testigo de acontecimientos sin parangón en la historia (18)
4. Requiem: memoria y dolor
En 1935 la poeta conjura y exorciza el silencio creador. Su voz se diversificó y transmutó en las voces de todas las mujeres rusas: madres (19), esposas, hermanas de los presos de la cárcel “Las Cruces” de Leningrado. Junto a ellas pasó diecisiete meses, haciendo cola para entregar un paquete para los prisioneros, con el temor de que éste no fuese aceptado, lo cual era segura noticia de su muerte. Ella misma cuenta que un día una mujer, que ocupaba su lugar detrás de la poeta, se acercó a ella y en voz muy baja le dijo:
- ¿Y usted podría escribir esto?
Yo repuse:
- Sí, puedo.
Entonces una especie de sonrisa se deslizó por lo que alguna vez había sido su rostro.(20)
La experiencia personal y compartida del dolor, que muestran sus versos, es la inversión de las tesis oficiales del “realismo socialista”. La poeta habla sobre asuntos reales, sobre la experiencia del horror; y no de la imagen idílica del paraíso soviético cantado por los propagandistas del régimen. Hablar sobre la realidad era el principio acmeísta, y cuando la realidad es trágica la voz de la poeta es canto de ultratumba, lamento y requiem. Su creación fue obra de arte comprometida con la realidad, creando un nuevo realismo, inverso del mal llamado realismo socialista
Durante más de veinte años, Ajmátova fue perseguida, censurada y marginada por el poder y por la Sociedad de Escritores soviéticos. La poeta, que había recuperado la voz, utiliza una estrategia defensiva para poder seguir creando: escribe los versos y después se los aprende de memoria y los recita a sus amigos y conocidos. Adapta su poesía a la realidad, y como en ella no puede dejar rastro, quema sus archivos (después de la detención de su hijo y de su compañero sentimental) y adecua su poesía a los modelos de transmisión y recepción oral. La oralidad no era ajena a la tradición de la poesía rusa, especialmente de Pushkin, quien difundía oralmente sus poemas sociales y satíricos más comprometidos. Podemos conjeturar que si Ajmátova había pensado de sí misma, alguna vez, que quería ser la heredera del gran poeta ruso, ensayar una nueva manera de poetizar que se adaptase a la transmisión oral, debió ser para ella una satisfacción.
La oralidad supuso un cambio en los versos de Ajmátova. Si se me permite soltar la imaginación (“la loca de la casa”, como la llamaba Teresa de Jesús) hacia una posible biografía-artística-ficción, recordemos que comenzó a escribir el Requiem después de su visita a Mandelstham. La concepción de la poesía que compartían era la de una construcción armoniosa de palabra y sonido. Esta manera de entender la poesía, decíamos antes que es similar a la reflexión estética del péndulo poético de Paul Valéry.(21)
Explicaré brevemente esta extraordinaria metáfora, que es el sustento de su teoría de la palabra poética, para aplicarla a la obra de nuestra poeta . Pensemos, dice, en un péndulo que oscila entre dos puntos simétricos. Uno de los extremos representa la forma, es decir, los caracteres sensibles del lenguaje, el sonido, el ritmo y el timbre, según sus palabras, “la voz en acción”. El otro flanco representaría los valores significativos del lenguaje, las imágenes, las ideas, los recuerdos que suscita, etc., es decir, el fondo o el sentido del discurso. Teniendo en cuenta estos dos elementos constitutivos de la palabra. ¿Cuál es su efecto en los lectores, cuándo se trata de la palabra poética? En cada verso, el posible significado, con las asociaciones que promueve, no destruye su forma sensible, queremos volver a escuchar el sonido de esos versos. El “péndulo viviente” (el poema) es una oscilación continua entre el sonido y el sentido. ¿Reviste mayor importancia alguno de los dos extremos? No, porque la forma no perece, engullida por el sentido. El principio esencial de la palabra poética, la voz en movimiento, es el balanceo perpetuo entre los dos puntos simétricos de la forma y el fondo, el sonido y el sentido. Ambos extremos están armónicamente llamados y conjurados, el uno por el otro, para producir un estado excepcional en el espíritu del hombre que es el “estado poético”.
Volvamos a la obra de Ajmátova y a sus largas conversaciones con el amigo poeta Mandelstham. Para lograr esa armonía buscada entre el sentido y el sonido (para sus nuevos poemas adaptados a la oralidad) debía intentar cambiar los dos polos: una nueva música y una nueva manera de usar el lenguaje poético. Ambos, en conjunción armónica, habían de dar cuenta de la realidad, y como la realidad era dolorosa, la música de los versos debía sonar como lúgubre letanía. Y aquí ha de acabar la biografía inventada, si queremos volver a la credibilidad de esta interpretación. Del sonido de los versos no podemos dar cuenta (sólo de su traducción, que también suena a canto fúnebre), pero sí del uso de las palabras.
El lenguaje poético experimentó el siguiente cambio: sus versos se hicieron más precisos, con un lenguaje sencillo y directo, como sentencias o como aforismos fragmentarios, condensando el sentido en pocas palabras. Como estos tres cuartetos de su poema La sentencia :
Y cayó la palabra de piedra
sobre mi pecho, aún con vida.
No es nada, siempre supe que así sería,
sabré enfrentarlo de la mejor manera.
Son muchas las cosas que aún debo hacer:
acabar de matar la memoria,
procurar que mi alma se vuelva de piedra,
y aprender de nuevo a vivir.
Y si no...El cálido susurro del verano
semeja una fiesta bajo mi ventana.
Hace tiempo ya lo había presentido:
Este diáfano día y esta casa vacía. (22)
Verano de 1939
Tratemos de interpretar el segundo cuarteto, en que aparecen tres versos en forma de expresiones formularias, siendo la última la consecuencia del cumplimiento de las anteriores. A pesar del dolor, quiere aprender de nuevo a vivir, o a mantenerse a flote, como una superviviente. Para ello conjura el dolor mediante sus poemas, que ahora suenan al compás de los ritmos que resonaban en la trágica historia de su pueblo. Sus sencillos versos son fórmulas de consuelo, o así pienso que debieron interpretarlos (sentirlos) el público de oyentes a quienes estaban dirigidos : el pueblo ruso y sufriente de la época. A ellos les dice (o canta) que para aprender de nuevo a vivir se han de seguir dos principios: olvidar (“matar la memoria”) y endurecerse (“petrificar el alma”).
Cuando interpreto estos versos me vienen a la memoria las palabras del sabio Epicuro, el “filósofo del Jardín”, que también vivió unos tiempos atormentados. Era la época de las guerras del Gran Alejandro, que sumieron a su pueblo en la enfermedad, el dolor o la muerte. Cuenta la tradición que en la puerta de su escuela y vivienda comunitaria, a la que denominaban “El Jardín”, había gravados en piedra cuatro grandes principios y remedios: “No hay que temer a los dioses”, “se puede soportar el dolor”, “no hay que temer a la muerte”, “se puede conseguir la felicidad”. Este cuádruple remedio (tetrafarmakon) debió servir como bálsamo del alma y medicina para muchos de los desdichados que acudían a su enseñanza. En un sentido análogo, los versos-formularios de Ajmátova eran, a pesar del dolor, lecciones de vida, bálsamo, lenitivo y remedio. Lo comprobaremos si entramos en el último cuarteto:
“Y si no”......
No obstante la “casa vacía”, la vida continúa en el esplendor de la naturaleza, “que semeja una fiesta bajo mi ventana”. La supervivente, a pesar sus padecimientos (y los de su pueblo), sigue haciendo una elección por la vida.
En el Epílogo del Requiem hay una metáfora que me sugiere algo emparentado con la idea anterior de que su poesía tenía la intención de ser consuelo para su pueblo. Me refiero a la metáfora del “amplísimo manto” o “vasto sudario”, según las dos traducciones que conozco.(23) Un amplísimo manto sugiere cobijo y protección y un vasto sudario es una alusión bíblica en forma alegórica, según su traductor e intérprete Jesús García Gallardón. Para tejer su canto de dolor alude al “santo sudario” con el que José de Arimatea cubrió el cuerpo de Cristo, al bajar de la cruz. No he querido entrar, conscientemente, en la dimensión de lo sagrado que está presente en Ajmátova. Sabido es que perteneció a la Iglesia Ortodoxa rusa, pero este aspecto de su poesía no me interesa investigarlo. El ‘tirón de la transcendencia’, pensado como necesaria religación con la divinidad, es una deuda de la cual la humanidad ilustrada creyó haber quedado exenta, tachándola de “superstición y prejuicio”. Deuda (Schuld) que, más tarde Nietzsche identificara con la “culpa” (el alemán usa el mismo término, Schuld ) en aquellos memorables análisis filológicos de la Genealogía de la moral. Y en este aspecto declaro mi filiación nietzscheana y la no necesidad de volver a pensar el ámbito de lo sagrado, como hace en nuestros lares Eugenio Trías.
Así pues, copiaré unos últimos versos del Epílogo, en los que hace una ofrenda al colectivo de mujeres anónimas que la acompañaron en la cola silenciosa ante la cárcel de “Las Cruces” :
Aprendí cómo puede deshojarse un rostro
cómo ente los párpados asoma el espanto,
y el sufrimiento va grabando las mejillas,
como tablillas de escritura cuneiforme.
Cómo bucles que fueron castaños o negros
se tornan plateados al paso de una noche,
y se marchita la risa en los labios sumisos
y en la seca sonrisa vemos temblar el miedo...
No sólo por mí elevo esta plegaria,
sino por todas aquellas que a mi lado
soportaron el frío atroz y el bochorno de julio
a los pies de aquella pared roja y ciega. (24)
Mi intención como mujer, filósofa y enamorada de la poesía no ha sido otra que la de hacer un sencillo homenaje. Y también, un deseo de rescatar del desconocimiento o del olvido (“hacer visible” en palabras de Hannah Arendt) a Anna de todas las Rusias, una voz de la memoria para todas nosotras, las mujeres.
Barcelona, 3 de octubre, 2.002.
1 - O. Mandelstam, De la poésie, Gallimard, Paris, 1990, p. 7. La traducción es mía.
2 - Ver “Conversaciones de Joseph Brodsky con Salomón Vólkov”, llevadas a cabo a lo largo de cinco años, desde 1891 hasta 1986, incluidas en: Anna Ajmátova, Requiem y otros escritos (trad. J. M. Prieto), G. Gutemberg-C. Lectores, Barcelona, 2000, p. 150-151.
3 - Opus. cit., De la poésie, Ver Introducción de Mayelasveta.
4 -Pasternak, Rilke, Tsvietáieva, Cartas del verano de 1926 (trad. e Introducción: Selma Alcira), Grijalvo-Mondadori, , Barcelona, 1993, p. 24. En los años de la Gran Hambre en Ucrania o el Volga, que se había llevado millones de vidas, mientras vagones cargados de trigo y petróleo viajaban a la Alemania nazi, Pasternack, que estaba encargado de ir leyendo sus versos por las granjas colectivas, para ensalzarlas, viaja a los Urales. Las autoridades lo agasajan con los mejores manjares, mientras los mendigos famélicos desfilan ininterrumpidamente por las afueras del hotel. Esta visión fue para el poeta causa de profunda conmoción, que le llevó a una depresión y le abrió los ojos con respecto a la otra cara de la Revolución.
5 - Opus cit., Requiem p. 31.
6 - Se conoce el dato de que Stalin era también un lector de poesía y que conocía bien los poemas que se presentaban a los futuros premios, e incluso que conocía sus versos de memoria. Ver estudios introductorios del libro citado en la nota anterior.
7- Término ruso que significa persona “instruida”, “cultivada”, “culta”.
8 - Un movimiento del siglo XIX. Todos los demás citados son del siglo XX.
9 - Participantes de la rebelión armada que se produjo en diciembre de 1825 contra el zar Alejandro I.
10 - Escrito y reelaborado como una obra de creación viva, desde 1940 a 1962.
11 - A. Ajmátova, Requiem, Poema sin héroe (trad. Jesús García Gabaldón), Cátedra, Madrid, 1994, p. 189.
12 - Opus cit., p. 21.
13 - Como la denominara su admiradora y amiga Marina Tsvietáieva
14 - J. García Gabaldón en su introducción ya citada, p. 10.
15 - Idem.p. 11.
16 - Chukovskaya, Lidia, Apuntes sobre A. Ajmátova. Citado por Gabaldón, Opus cit., pp. 31-34.
17 -Opus cit., Requiem y otros escritos, p. 64.
18 - Opus cit., Requiem y otros escritos “Algunas palabras sobre mi persona”, p. 91.
19 - Ella tenía a su único hijo Lev, que tuvo con su primer marido Gumiliov.
20 - Opus cit., Requiem, “A modo de introducción”, p. 33.
21 - P. Valery, Teoría poética y estética (Trad. de Carmen Santos), Visor, Madrid,1990. La teoría está presente en muchos de los artículos de esta recopilación, pero especialmente en “Teoría y pensamiento abstracto”, pp. 93 -98.
22- Requiem, p. 45.
23 - La primera de J. M Prieto y la segunda de J. García Gallardón de las dos ediciones del Requiem citads. p.49 y 125, respectivamente.
24 -Op. cit., p. 49.
Un fuerte abrazo.
Pedro
P.S.- Me impresionó mucho el poema Réquiem de Anna Ajnátova cuando lo leí.
Os dejo un artículo que he encontrado en internet, dado su interés:
Sacado de http://www.nodo50.org/mujeresred/f-julia_manzano.html
ANNA AJMÁTOVA, una voz de la memoria
Por Julia Manzano
1. Rusia o la poesía
Decía el poeta Ossip Mandelshtam en una carta a su esposa:
“¿De qué te quejas? En ningún otro lugar se respeta tanto la poesía como entre nosotros (el pueblo ruso). Por ella incluso se mata. Esto no existe en ninguna otra parte”. (1)
Bastaríanos recordar la larga serie de extraordinarios poetas que dio el pueblo ruso, para dar la razón a las palabras leídas con anterioridad. Podríamos comenzar por el poeta romántico Pushkin, que inaugura la modernidad literaria en las letras rusas, continuando con Annenski, Lermontov, Brodsky, Anna Ajmátova, Marina Tsvietáieva, Aleksandr Block, Borís Pásternakv o Mayakovski (entre otros). Lo que comparten las voces de todos estos hombres y mujeres poetas es que fueron escuchados por las multitudes. Los poetas rusos lo saben y lo alimentan, ya que escriben guiados por el oculto anhelo de tener ante sí a un extenso público de acólitos. Joseph Brodsky (2): “tengo ante mí un gran auditorio”, o esta otra: “yo soy el espíritu del pueblo”. Voluntaria o involuntariamente, todos sin excepción, incluyéndose a él mismo, han participado de esta ilusión que ha alentado en sus versos.
En épocas de apertura política, los años inmediatamente anteriores a la Revolución de 1917, estas multitudes llenaban las cien mil plazas del estadio de Moscú, escuchando en silencio arrobado al poeta, sólo en la arena con sus páginas escritas y su voz, sin necesidad de otra puesta en escena. (3) En épocas de represión y terror, durante el régimen soviético, los versos eran pasados de mano en mano en copias manuscritas, o aprendidos de memoria y recitados en reuniones de amigos y disidentes. Este es el caso del Requiem de Ajmátova: un número de personas se sabían los versos de memoria, para salvaguardar su contenido y como forma de resistencia . El texto no existía en el papel, pues equivalía a la pena de muerte para aquel o aquella a quien se le encontrase en un registro policial, desdichadamente tan frecuentes. Y en el año 1946, pasada la época del terror stalinista, cuando se le permitía a Ajmátova dar algunos recitales, las muchedumbres la recibían de pie, entre ensordecedores aplausos, porque se sentían identificadas con sus versos. Muy diferente es el caso de las “multitudes” a las que se refiere Baudelaire, que nunca le escucharon enfervorecidos, tal vez porque sospecharan que el poeta paseante (falso flâneur) las utilizaba como puro material para su creación estética.
Sin embargo, en Rusia, la poesía nunca fue un suceso que se acogiese con indiferencia. El poder, atento a este fenómeno, siempre intentó guiar, con mano firme, la creación; pero los artistas, pensadores o poetas pocas veces aceptaron el yugo. Algunos se exiliaron por voluntad propia (Tsvietáieva), otras veces fueron expulsados (el llamado “barco de los filósofos”, ordenado por Lenin) y los que se quedaron fueron asesinados (como es el caso de Gumiliov, el primer marido de Ajmátova y Mandelstham), otros deportados a Siberia a los campos de “reeducación”; casi todos finalmente silenciados. El caso de Pasternack es el de una compleja relación con la Revolución rusa, ni aceptación plena, ni patente hostilidad, sino de “extrañeza atormentada” (4) , o Mayakovsi, afecto durante un tiempo al régimen, pero suicidándose después, probablemente por los muchos conflictos internos que experimentaría. Ajmátova decide permanecer en su país, su unión al alma del pueblo se lo exige por alto que sea el sacrificio, como dice en sus versos introductorios del Requiem:
Jamás busqué refugio bajo cielo extranjero,
ni amparo procuré bajo alas extrañas.
Junto a mi pueblo permanecí estos años,
donde la gente padeció su desdicha. (5)
No podemos dejar de tener en cuenta el dato de que los propios líderes de la revolución eran asiduos lectores de poesía. Lo cual no dejaba de entrañar un peligro añadido, ya que se consideraban “crímenes de estado” los versos que no estaban al servicio de la Revolución. Este comportamiento represivo venía avalado por la tesis de Lenin de que la literatura, y el arte en general, ha de ser de Partido y defender las ideas de la Revolución proletaria. Y fue precisamente un poeta, Mayakovski, antes de descubrir los horrores de la Revolución, el que defendió con entusiasmo esta tesis en unos versos:
El canto y el verso son bomba y bandera,
la voz de su cantor la clase alzará.
Y aquel que con nosotros hoy no cante,
contra nosotros está.
Recreando la máxima evangélica “Quien no esté con nosotros está contra nosotros”, de formulación tan intolerante como la tesis pensada por el político y cantada por el poeta. La llegada de Stalin (6) al poder radicalizó esta tesis, con asesinatos, deportaciones y aniquilación de cualquier signo de disidencia.
2. Modernidad y movimientos poéticos
Pero antes de llegar a la época de la represión y el silencio hubo un nacimiento, un desarrollo y una etapa de esplendor de la intelligentsia (7) rusa. Esta era una nueva clase social, nacida a finales del siglo XIX en las grandes urbes, Moscú y Petersburgo, constituida por artistas, intelectuales y profesionales de la cultura en general. Proliferan editoriales nuevas, revistas, periódicos y círculos literarios, musicales, y artísticos de toda laya.
Y por supuesto, no faltaban los poetas, muy al contrario, ya que surgieron en pocos años una diversa multiplicidad y riqueza de escuelas poéticas: simbolistas ,(8) futuristas, acmeístas, imaginistas y constructivistas (entre las más significativas). Todos ellos parecían guiados por el mismo afán de tomar la arena literaria a golpe de Manifiestos, o leyendo sus poemas en los cafés y salones literarios. En las otras artes también abundan las declaraciones públicas radicales, como sucedía por la misma época en las capitales del arte París o Roma, donde también se desarrolla una plétora de las denominadas Vanguardias artísticas; Rusia ha entrado en la modernidad estética.
Este proceso ya había comenzado a finales del siglo XVIII, con las reformas políticas y sociales del zar Pedro I y la zarina Catalina II, que incardinaron a Rusia en la cultura europea. Pero el momento decisivo para esta incorporación a la modernidad corrió a cargo de la poesía. Los poetas rusos se adhirieron en seguida, y con fervor, al movimiento romántico. Aunque se tratase de ideales importados de Francia, Alemania o Inglaterra, su adaptación y penetración en la poesía rusa fue fundamental para el desarrollo de la lengua literaria rusa moderna. Y el artífice principal fue el poeta Alexander Pushkin, el cual transformó los géneros literarios tradicionales, innovó sus metros, imágenes y estrofas, y tuvo un alto grado de consciencia lingüística, según resaltan siempre sus estudiosos. Por todos estos motivos fue proclamado como “el” poeta nacional, siendo objeto de celebraciones multitudinarias bajo el régimen soviético, que pretendió apropiarse de los versos del poeta, tergiversando su mensaje contra toda forma de autocratismo. Esto sucedía muchos años después de su muerte, ya que en vida, como la mayor parte de los poetas rusos, fue perseguido, vigilado y desterrado, en su caso, por la crítica radical al autoritarismo despiadado del zar Alejandro I (por ejemplo, el poema “El puñal”, 1821), poniendo de relieve la horrorosa situación en que se encontraba el campesinado siervo aún ( el poema “La Aldea”), y por su decidido apoyo a los decembristas. (9) El poeta se convirtió en un símbolo para la juventud inconformista que amaba su poesía, y que también imitaba su forma de vestir, y su tipo de vida alborotada, amante de las grandes juergas y los amores apasionados y simultáneos. Y como en el caso de Ajmátova, se aprendían sus extraordinarios versos de memoria.
De la pluralidad de movimientos poéticos citados sólo nos ocuparemos, aunque brevemente, de dos de ellos: los simbolistas y los acmeístas. De estos últimos por la filiación de Anna Ajmátova, nuestra poeta, y de los simbolistas porque como decía Nikolai Gumiliov, el cual firmó los dos primeros manifiestos acmeístas, consideraba este movimiento como heredero, aunque crítico, del simbolismo.
Hacia 1890 los poetas simbolistas rusos (Merezhkovski, Balmont, Sologub) se integraron en el movimiento estético europeo de este nombre, cuyo núcleo había tenido su origen en Francia, a partir de sus grandes figuras: Baudelaire, Verlaine, Rimbaud o Mallarmée. Con ellos se introducirá una nueva concepción de la cultura europea, que llevará también a una reconsideración radical de la tradición rusa. Esta tradición cultural, tal como había sido entendida en el siglo XIX, fue reemplazada por la idea de “mito cultural”. A ello colaboraron la creación de los mitos de la “Edad de oro” (tal como fue denominado el romanticismo ruso) y el mito de la “Edad de plata”, alimentado, como trataremos más adelante, por Ajmátova. El simbolismo, además de proveerse de mitos, pretende el uso continuado de símbolos universales, ya que puede considerarse como una reacción contra el espíritu positivista, que sólo se interesaba por los hechos singulares y empíricamente constatables. También fue una crítica de la sociedad mercantilizada y un rechazo de las estéticas realista y naturalista que prevalecían en las artes. Ahora se reivindica la imaginación libre del artista desde un punto de vista subjetivo, volviendo a una cierta sensibilidad romántica. Y como ellos, su creación tiene tendencia a sustentarse en presupuestos idealistas. Esta es también la actitud de los poetas, que consideran que la lengua rusa está muerta y se arrogan la tarea de “una resurrección de la palabra”, mediante una concepción, teñida además de mesianismo, que aspira a sintetizar todas las fases de la historia de la lengua. Esta “síntesis” ideal pretendía la unificación de todas las artes y, en el terreno que nos ocupa, un acercamiento entre prosa y poesía, dando lugar a todo tipo de experimentos de sonoridades inéditas hasta el momento. Se tienen en cuenta las innovaciones de Pushkin en poesía, alimentando el mito cultural de la ya citada “Edad de oro”. Mitologización de la figura del poeta y de la poesía, considerada como la esencia de la cultura rusa.
La nueva época necesita crear sus nuevos mitos. La denominación “Edad de plata” de la cultura rusa (1890-1910), ya apunta en esta dirección.
Eran años de agitación social y de efervescencia creadora, en los que la cultura rusa se pone a la vanguardia de las culturas europeas. Surgían genios en todas las artes: Stravinski, Prokofiev, Rajmaninov, en música; el gran Nijinski en la danza; en la pintura Kandinski, Chagall, Goncharova o Malevich, o el extraordinario cine expresionista de Eiseinstein. Podríamos considerar que los encargados de consolidar esta nueva mitología cultural son los poetas acmeístas, que juntamente con los simbolistas constituirían la citada edad de plata. La principal fiadora de este mito cultural es Anna Ajmátova, en los célebres versos del Poema sin héroe -(10) , digresión lírica en la que recuerda y recrea el Petersburgo de 1913.
El viento, recordando o profetizando, murmura:
En el Jardín de Verano cantaban sutiles las veletas,
y la plateada luna creciente
iluminaba la Edad de Plata. (11)
Estos versos parecen aludir a los vientos del cambio que agitan las veletas de “una nueva poesía”, una poesía moderna, superadora del simbolismo que era, en palabras de Ajmátova, “un movimiento del siglo XIX”.
El movimiento de los acmeístas toma su nombre del término griego akmh, cuyo significado apunta siempre al “momento álgido” (de fuerza, de poder). Como ejemplo tomaremos la expresión que se refiere al “akmé de la vida”, como el momento culminante del ser humano, considerado por el griego de la época clásica hacia los cuarenta años. Este movimiento, denominado así, significó la aspiración de llevar a su florecimiento o su plenitud a la poesía. Su credo podría resumirse en este sencillo principio: “Escribir con palabras claras sobre asuntos reales”.
Los primeros manifiestos acmeístas fueron escritos por Gumiliov y Gorodetski en el año 1913, año clave para la modernidad rusa. Se proponen cuatro principios estéticos, cada uno de ellos vinculados con un clásico: “Asociar el universo interior del hombre (Shakespeare) a un sabio fisiologismo (Rabelais) y una incondicional adhesión a la vida (Villon) al perfeccionamiento de las fuerzas artísticas (Théophile Gautier)”. (12) Pero quizás el más importante manifiesto de este movimiento fue el escrito por Mandelshtam, La mañana del acmeísmo (también escrito en 1913, pero no publicado hasta 1919). Mandelshtam fue amigo de los esposos Gumiliov y Ajmátova y de los componentes del grupo acmeísta. En el citado manifiesto se reivindica el lógos como sentido consciente de la palabra poética. La creación poética ha de ser una construcción armoniosa de palabra y sonido, noble mezcla de razón y música. . Esta enunciación no parece muy lejana de la teoría del péndulo poético, que pertenece a los escritos sobre teoría estética de Paul Valéry, escritos una década después . Como él los acmeístas hacen el doble oficio de escribir poesía y reflexionar sobre el acto creador.
En la ciudad de Petersburgo, los poetas jóvenes y con deseos de cambio, que consideraron que el simbolismo había entrado en crisis, habían comenzado a reunirse, desde 1911 en el Taller de los Poetas como grupo de discusión y trabajo. De entre ellos surgió el movimiento acmeísta, que duró poco tiempo, hasta 1915. A partir de entonces cada cual siguió su trayectoria poética por separado. La llegada de la Revolución de octubre de 1917, después de un corto período inicial de entusiasmo y efervescencia cultural, empieza a ser enfriada por un progresivo dirigismo, con la imposición de una estética oficial, el llamado “realismo socialista”. Muchos intérpretes consideran que la modernidad artística rusa ha llegado a su ocaso. Y desde una perspectiva posterior, Adorno será aún más lapidario, cuando dice en su Estética: “mejor ningún arte que realismo socialista”.
Sin embargo, cuando aún no era posible ese horizonte distanciado para pensar los acontecimientos de los tiempos que les estaban tocando vivir, algunos representantes de la intelligentsia rusa se ponen al lado del pueblo (ese pueblo que el poeta ruso siempre quiso personificar) y apoyan la Revolución. Para el propio Mandelshtam fue un grandioso acontecimiento y puso su oficio de poeta a su servicio, aunque años después escribiera contra ella y contra Stalin (el poema “El lobo”) y fuese finalmente depurado y deportado, como tantos otros. Ajmátova permaneció fiel a su amistad y con la ayuda de su otro amigo poeta Borís Pasternak, le prestó siempre todo su apoyo, hasta su muerte ocurrida en 1938, enfermo y en la más absoluta miseria. Gumiliov había sido fusilado en 1921, también por sus pretendidas disidencias con la Revolución.
3. El mito de “Anna de todas las Rusias” (13)
La trayectoria vital y poética de Anna Gorenko (1890-1966) fue mucho más dilatada que la de sus compañeros y amigos acmeístas. No escribió Manifiestos, como ellos, pero participó desde el comienzo en las actividades del Taller de los Poetas, publicando con frecuencia en la revista acmeísta Hiperborrea. Me atrevo a interpretar que sus poemas son la transcripción creadora del ideal que proclamaron contra la vaguedad de significados del simbolismo, “escribir con palabras claras sobre asuntos reales”. En cuanto a la reflexión teórica sobre el acto creador, que también era un principio acmeísta, aparece en una época tardía, en los años sesenta, en su última obra El poema sin héroe.
La poeta, ya desde muy joven, tomó como seudónimo literario el de una legendaria bisabuela materna, la princesa tártara Ajmátova, un apellido ilustre de la nobleza rusa. ¿Comienza aquí ya el mito de Ajmátova, creado por ella misma? Esta es la opinión de Yuri Lotman (14) , que considera como una tendencia presente en la sociedad culta rusa de los siglos XIX y XX, un desplazamiento de la atención, de la obra a la biografía del artista. Pushkin fue un ejemplo de esta mitificación al ser considerado como el arquetipo de una síntesis ideal entre “arte” y “vida”. Ajmátova cultivó, a lo largo de toda su vida, ese mito pushkiniano al considerarse a sí misma como su continuadora y heredera. Si la Edad de Oro ya tenía su mito en el gran poeta romántico, la Edad de Plata tuvo su musa mitificada en nuestra poeta, con su colaboración consciente, o sin ella.
El mito de Ajmátova pudo estar basado, o alimentado, por el retrato que le hizo Nathan Altman en 1941. “Alta, delgada, negros cabellos lacios recogidos en un moño, ojos soñadores, tristes, casi ausentes. Posa sentada, reposada, largas piernas extendidas, cruzadas, brazos también delicadamente cruzados por los que cae, indolente, la inevitable mantilla española”. (15) Una mantilla que parece que jamás tuvo, sino que fue producto de la imaginación de Blok. Y otro poeta, Brodsky, que siendo él muy joven la conoció cuando ya tenía sesenta años, dice de ella: “Su sola mirada te cortaba el aliento [...] durante medio siglo la ha dibujado, pintado, esculpido en yeso y mármol, fotografiado un sinnúmero de personas, empezando por Modigliani. Los versos dedicados a ella formarían más volúmenes que su obra entera”. ¿Exagera el amigo y admirador de la Dama (otra denominación dada por otra gran poeta rusa, Marina Tsvietáieva) o la Emperatriz, como fue llamada en su círculo? Él mismo describe la vida de ese círculo de intelectuales, artistas y aristócratas, que llegó ser denominado la “ajmátovka”: gente experimentada, algo cínica y siempre alegre, que pululaban alrededor de ella y la adoraban. Pero también explica que en esa reuniones se hablaba fundamentalmente de poesía. A Ajmátova le gustaba leer sus versos a las personas allegadas, y siempre se interesaba mucho por su opinión. Juntos hacían las correcciones pertinentes. Él mismo asistió a las continuas lecturas del Poema sin héroe, al proceso de reescritura continuada a lo largo de más de veinte años.
Brodsky habla, con verdadero entusiasmo, de los consejos de la poeta a los jóvenes creadores, y a él mismo: “Si quiere escribir un gran poema, ante todo invente su metro”. Y también habla de algo, que los que desconocemos la lengua rusa, no estamos capacitados para apreciar: la extraordinaria musicalidad de los versos de Ajmátova, su ritmo y su metro propios, que emergían de sus versos como una respiración secreta.
Los estudiosos (16) dividen su obra en tres períodos: el primero corresponde al ciclo poético que comprende de 1912 a 1922. Los más significativos son: La tarde y El rosario, que corresponden a su filiación acmeísta. Son poemas amorosos, de un concepto del amor moderno y no idealizado, como aquel que habla de un amante hipócrita que pretende enmascarar sus deseos con gestos solícitos y regalos. Dice así:
Es imposible confundir la auténtica ternura,
la que siempre trae sosiego.
En vano solícito arropas mis hombros
y mi pecho con pieles.
Y en vano con palabras dóciles
me hablas de tu primer amor.
¡Qué bien conozco esas tenaces
e insaciables miradas que me lanzas! Diciembre de 1913 (17)
Muchas mujeres rusas, cultivadas y modernas, debieron sentirse identificadas con sus versos, que eran confesiones intimistas de emociones, frustraciones o anhelos. Ya en estos versos juveniles muestra la tendencia a intercalar textos ocultos, fragmentos de otros poemas, de otras experiencias vitales. En sus versos hablan múltiples voces que disuelven la voz propia en una polifonía, en un carnaval de voces. Esta será también la estructura interna del Poema sin héroe.
El segundo período (1922-1940) está constituido por unos años de silencio creativo y la ruptura de ese silencio con el Requiem. Ajmátova, como muchos artistas y poetas que no se pusieron del lado de la Revolución, el poder interpretó que “estaban contra el” y los persiguió y censuró. Durante trece años (1922–1935), coincidiendo con el terror stalinista, fue incapaz de crear nada. Este mudez, impuesta en parte, pero probablemente también autoinflingida, quién sabe si como forma radical de condena del horror, la conjuró a partir de una visita a Mandelshtam, que ya había sido desterrado. Las conversaciones con el amigo poeta le devolvieron la voz y ésta se alzó con los primeros compases del Requiem.
El tercer ciclo poético de Ajmátova (1940-1965) comienza con una serie de poemas épicos, de llamada a la resistencia contra la invasión nazi, en la que los rusos llamaban la Guerra Patria. Cuenta en sus notas autobiográficas que, al igual que otros poetas, actuó con frecuencia en hospitales, leyendo poemas a los combatientes heridos. Esto le valió una rehabilitación parcial, pero apenas se publicaban sus poemas, sí algunos de la primera época, pero no el Requiem, no publicado en la Unión Soviética en vida de la poeta. Hasta el mandato de Gorbachov no vio la luz en su país. En esta tercera y última época, y a lo largo de veinte y dos años, fue escribiendo el Poema sin héroe, en el que reconstruye su vida pasada de la época modernista de Petersburgo. Para algunos autores este es el texto fundacional de la modernidad del siglo XX, los mismos que consideran a Pushkin como el fundador de la modernidad del siglo XIX. Todo el Poema respira una nostalgia de cultura universal, en la que se sintió inmersa. Y muchos años después de aquellas experiencias vividas como extraordinarias, vuelve a aquella época y su voz se diversifica. Es autora, crítica, héroe del poema, lectora y teórica del arte, en un caleidoscópico juego de espejos, en el que el héroe está ausente, o puede ser la ciudad, el mítico Petersburgo. El Poema es la crónica poética de la cultura rusa de la modernidad.
La mirada de esta mujer poeta abarca épocas de tránsito: entre dos siglos, dos revoluciones y dos guerras. Es testigo de convulsiones profundas, tanto en el ámbito artístico como político y social. Y su obra tiene siempre una relación con sus experiencias vitales, porque su mirada poética establece un vínculo con el sufrimiento de su pueblo, antes y después de la caída de los zares. Es la trágica voz de la memoria de su pueblo. En sus escritos autobiográficos, que no llegó a terminar, escribe las siguientes palabras en 1965, un año antes de su muerte, en las que es de admirar la serenidad con la que es capaz de hablar desde la distancia de su vejez:
Nunca he dejado de escribir poesía. Significa para mí un vínculo con el tiempo, con la nueva vida de mi pueblo. Escribirla me permitió vivir al compás de los mismos ritmos que resonaban en la heroica historia de mi país. Me siento feliz de haber vivido estos años y haber sido testigo de acontecimientos sin parangón en la historia (18)
4. Requiem: memoria y dolor
En 1935 la poeta conjura y exorciza el silencio creador. Su voz se diversificó y transmutó en las voces de todas las mujeres rusas: madres (19), esposas, hermanas de los presos de la cárcel “Las Cruces” de Leningrado. Junto a ellas pasó diecisiete meses, haciendo cola para entregar un paquete para los prisioneros, con el temor de que éste no fuese aceptado, lo cual era segura noticia de su muerte. Ella misma cuenta que un día una mujer, que ocupaba su lugar detrás de la poeta, se acercó a ella y en voz muy baja le dijo:
- ¿Y usted podría escribir esto?
Yo repuse:
- Sí, puedo.
Entonces una especie de sonrisa se deslizó por lo que alguna vez había sido su rostro.(20)
La experiencia personal y compartida del dolor, que muestran sus versos, es la inversión de las tesis oficiales del “realismo socialista”. La poeta habla sobre asuntos reales, sobre la experiencia del horror; y no de la imagen idílica del paraíso soviético cantado por los propagandistas del régimen. Hablar sobre la realidad era el principio acmeísta, y cuando la realidad es trágica la voz de la poeta es canto de ultratumba, lamento y requiem. Su creación fue obra de arte comprometida con la realidad, creando un nuevo realismo, inverso del mal llamado realismo socialista
Durante más de veinte años, Ajmátova fue perseguida, censurada y marginada por el poder y por la Sociedad de Escritores soviéticos. La poeta, que había recuperado la voz, utiliza una estrategia defensiva para poder seguir creando: escribe los versos y después se los aprende de memoria y los recita a sus amigos y conocidos. Adapta su poesía a la realidad, y como en ella no puede dejar rastro, quema sus archivos (después de la detención de su hijo y de su compañero sentimental) y adecua su poesía a los modelos de transmisión y recepción oral. La oralidad no era ajena a la tradición de la poesía rusa, especialmente de Pushkin, quien difundía oralmente sus poemas sociales y satíricos más comprometidos. Podemos conjeturar que si Ajmátova había pensado de sí misma, alguna vez, que quería ser la heredera del gran poeta ruso, ensayar una nueva manera de poetizar que se adaptase a la transmisión oral, debió ser para ella una satisfacción.
La oralidad supuso un cambio en los versos de Ajmátova. Si se me permite soltar la imaginación (“la loca de la casa”, como la llamaba Teresa de Jesús) hacia una posible biografía-artística-ficción, recordemos que comenzó a escribir el Requiem después de su visita a Mandelstham. La concepción de la poesía que compartían era la de una construcción armoniosa de palabra y sonido. Esta manera de entender la poesía, decíamos antes que es similar a la reflexión estética del péndulo poético de Paul Valéry.(21)
Explicaré brevemente esta extraordinaria metáfora, que es el sustento de su teoría de la palabra poética, para aplicarla a la obra de nuestra poeta . Pensemos, dice, en un péndulo que oscila entre dos puntos simétricos. Uno de los extremos representa la forma, es decir, los caracteres sensibles del lenguaje, el sonido, el ritmo y el timbre, según sus palabras, “la voz en acción”. El otro flanco representaría los valores significativos del lenguaje, las imágenes, las ideas, los recuerdos que suscita, etc., es decir, el fondo o el sentido del discurso. Teniendo en cuenta estos dos elementos constitutivos de la palabra. ¿Cuál es su efecto en los lectores, cuándo se trata de la palabra poética? En cada verso, el posible significado, con las asociaciones que promueve, no destruye su forma sensible, queremos volver a escuchar el sonido de esos versos. El “péndulo viviente” (el poema) es una oscilación continua entre el sonido y el sentido. ¿Reviste mayor importancia alguno de los dos extremos? No, porque la forma no perece, engullida por el sentido. El principio esencial de la palabra poética, la voz en movimiento, es el balanceo perpetuo entre los dos puntos simétricos de la forma y el fondo, el sonido y el sentido. Ambos extremos están armónicamente llamados y conjurados, el uno por el otro, para producir un estado excepcional en el espíritu del hombre que es el “estado poético”.
Volvamos a la obra de Ajmátova y a sus largas conversaciones con el amigo poeta Mandelstham. Para lograr esa armonía buscada entre el sentido y el sonido (para sus nuevos poemas adaptados a la oralidad) debía intentar cambiar los dos polos: una nueva música y una nueva manera de usar el lenguaje poético. Ambos, en conjunción armónica, habían de dar cuenta de la realidad, y como la realidad era dolorosa, la música de los versos debía sonar como lúgubre letanía. Y aquí ha de acabar la biografía inventada, si queremos volver a la credibilidad de esta interpretación. Del sonido de los versos no podemos dar cuenta (sólo de su traducción, que también suena a canto fúnebre), pero sí del uso de las palabras.
El lenguaje poético experimentó el siguiente cambio: sus versos se hicieron más precisos, con un lenguaje sencillo y directo, como sentencias o como aforismos fragmentarios, condensando el sentido en pocas palabras. Como estos tres cuartetos de su poema La sentencia :
Y cayó la palabra de piedra
sobre mi pecho, aún con vida.
No es nada, siempre supe que así sería,
sabré enfrentarlo de la mejor manera.
Son muchas las cosas que aún debo hacer:
acabar de matar la memoria,
procurar que mi alma se vuelva de piedra,
y aprender de nuevo a vivir.
Y si no...El cálido susurro del verano
semeja una fiesta bajo mi ventana.
Hace tiempo ya lo había presentido:
Este diáfano día y esta casa vacía. (22)
Verano de 1939
Tratemos de interpretar el segundo cuarteto, en que aparecen tres versos en forma de expresiones formularias, siendo la última la consecuencia del cumplimiento de las anteriores. A pesar del dolor, quiere aprender de nuevo a vivir, o a mantenerse a flote, como una superviviente. Para ello conjura el dolor mediante sus poemas, que ahora suenan al compás de los ritmos que resonaban en la trágica historia de su pueblo. Sus sencillos versos son fórmulas de consuelo, o así pienso que debieron interpretarlos (sentirlos) el público de oyentes a quienes estaban dirigidos : el pueblo ruso y sufriente de la época. A ellos les dice (o canta) que para aprender de nuevo a vivir se han de seguir dos principios: olvidar (“matar la memoria”) y endurecerse (“petrificar el alma”).
Cuando interpreto estos versos me vienen a la memoria las palabras del sabio Epicuro, el “filósofo del Jardín”, que también vivió unos tiempos atormentados. Era la época de las guerras del Gran Alejandro, que sumieron a su pueblo en la enfermedad, el dolor o la muerte. Cuenta la tradición que en la puerta de su escuela y vivienda comunitaria, a la que denominaban “El Jardín”, había gravados en piedra cuatro grandes principios y remedios: “No hay que temer a los dioses”, “se puede soportar el dolor”, “no hay que temer a la muerte”, “se puede conseguir la felicidad”. Este cuádruple remedio (tetrafarmakon) debió servir como bálsamo del alma y medicina para muchos de los desdichados que acudían a su enseñanza. En un sentido análogo, los versos-formularios de Ajmátova eran, a pesar del dolor, lecciones de vida, bálsamo, lenitivo y remedio. Lo comprobaremos si entramos en el último cuarteto:
“Y si no”......
No obstante la “casa vacía”, la vida continúa en el esplendor de la naturaleza, “que semeja una fiesta bajo mi ventana”. La supervivente, a pesar sus padecimientos (y los de su pueblo), sigue haciendo una elección por la vida.
En el Epílogo del Requiem hay una metáfora que me sugiere algo emparentado con la idea anterior de que su poesía tenía la intención de ser consuelo para su pueblo. Me refiero a la metáfora del “amplísimo manto” o “vasto sudario”, según las dos traducciones que conozco.(23) Un amplísimo manto sugiere cobijo y protección y un vasto sudario es una alusión bíblica en forma alegórica, según su traductor e intérprete Jesús García Gallardón. Para tejer su canto de dolor alude al “santo sudario” con el que José de Arimatea cubrió el cuerpo de Cristo, al bajar de la cruz. No he querido entrar, conscientemente, en la dimensión de lo sagrado que está presente en Ajmátova. Sabido es que perteneció a la Iglesia Ortodoxa rusa, pero este aspecto de su poesía no me interesa investigarlo. El ‘tirón de la transcendencia’, pensado como necesaria religación con la divinidad, es una deuda de la cual la humanidad ilustrada creyó haber quedado exenta, tachándola de “superstición y prejuicio”. Deuda (Schuld) que, más tarde Nietzsche identificara con la “culpa” (el alemán usa el mismo término, Schuld ) en aquellos memorables análisis filológicos de la Genealogía de la moral. Y en este aspecto declaro mi filiación nietzscheana y la no necesidad de volver a pensar el ámbito de lo sagrado, como hace en nuestros lares Eugenio Trías.
Así pues, copiaré unos últimos versos del Epílogo, en los que hace una ofrenda al colectivo de mujeres anónimas que la acompañaron en la cola silenciosa ante la cárcel de “Las Cruces” :
Aprendí cómo puede deshojarse un rostro
cómo ente los párpados asoma el espanto,
y el sufrimiento va grabando las mejillas,
como tablillas de escritura cuneiforme.
Cómo bucles que fueron castaños o negros
se tornan plateados al paso de una noche,
y se marchita la risa en los labios sumisos
y en la seca sonrisa vemos temblar el miedo...
No sólo por mí elevo esta plegaria,
sino por todas aquellas que a mi lado
soportaron el frío atroz y el bochorno de julio
a los pies de aquella pared roja y ciega. (24)
Mi intención como mujer, filósofa y enamorada de la poesía no ha sido otra que la de hacer un sencillo homenaje. Y también, un deseo de rescatar del desconocimiento o del olvido (“hacer visible” en palabras de Hannah Arendt) a Anna de todas las Rusias, una voz de la memoria para todas nosotras, las mujeres.
Barcelona, 3 de octubre, 2.002.
1 - O. Mandelstam, De la poésie, Gallimard, Paris, 1990, p. 7. La traducción es mía.
2 - Ver “Conversaciones de Joseph Brodsky con Salomón Vólkov”, llevadas a cabo a lo largo de cinco años, desde 1891 hasta 1986, incluidas en: Anna Ajmátova, Requiem y otros escritos (trad. J. M. Prieto), G. Gutemberg-C. Lectores, Barcelona, 2000, p. 150-151.
3 - Opus. cit., De la poésie, Ver Introducción de Mayelasveta.
4 -Pasternak, Rilke, Tsvietáieva, Cartas del verano de 1926 (trad. e Introducción: Selma Alcira), Grijalvo-Mondadori, , Barcelona, 1993, p. 24. En los años de la Gran Hambre en Ucrania o el Volga, que se había llevado millones de vidas, mientras vagones cargados de trigo y petróleo viajaban a la Alemania nazi, Pasternack, que estaba encargado de ir leyendo sus versos por las granjas colectivas, para ensalzarlas, viaja a los Urales. Las autoridades lo agasajan con los mejores manjares, mientras los mendigos famélicos desfilan ininterrumpidamente por las afueras del hotel. Esta visión fue para el poeta causa de profunda conmoción, que le llevó a una depresión y le abrió los ojos con respecto a la otra cara de la Revolución.
5 - Opus cit., Requiem p. 31.
6 - Se conoce el dato de que Stalin era también un lector de poesía y que conocía bien los poemas que se presentaban a los futuros premios, e incluso que conocía sus versos de memoria. Ver estudios introductorios del libro citado en la nota anterior.
7- Término ruso que significa persona “instruida”, “cultivada”, “culta”.
8 - Un movimiento del siglo XIX. Todos los demás citados son del siglo XX.
9 - Participantes de la rebelión armada que se produjo en diciembre de 1825 contra el zar Alejandro I.
10 - Escrito y reelaborado como una obra de creación viva, desde 1940 a 1962.
11 - A. Ajmátova, Requiem, Poema sin héroe (trad. Jesús García Gabaldón), Cátedra, Madrid, 1994, p. 189.
12 - Opus cit., p. 21.
13 - Como la denominara su admiradora y amiga Marina Tsvietáieva
14 - J. García Gabaldón en su introducción ya citada, p. 10.
15 - Idem.p. 11.
16 - Chukovskaya, Lidia, Apuntes sobre A. Ajmátova. Citado por Gabaldón, Opus cit., pp. 31-34.
17 -Opus cit., Requiem y otros escritos, p. 64.
18 - Opus cit., Requiem y otros escritos “Algunas palabras sobre mi persona”, p. 91.
19 - Ella tenía a su único hijo Lev, que tuvo con su primer marido Gumiliov.
20 - Opus cit., Requiem, “A modo de introducción”, p. 33.
21 - P. Valery, Teoría poética y estética (Trad. de Carmen Santos), Visor, Madrid,1990. La teoría está presente en muchos de los artículos de esta recopilación, pero especialmente en “Teoría y pensamiento abstracto”, pp. 93 -98.
22- Requiem, p. 45.
23 - La primera de J. M Prieto y la segunda de J. García Gallardón de las dos ediciones del Requiem citads. p.49 y 125, respectivamente.
24 -Op. cit., p. 49.
Pascual Lopez Sanchez- Administrador-Moderador
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- Mensaje n°34
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Pedro, has magnificado este trabajo de una forma genial. Terminaré su lectura. Pero te adelanto ya que estoy de acuerdo con bastantes de los criterios que sustentas. Pero, en todo caso, ¡viva la poesía!.
Un abrazo
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Pedro Casas Serra- Grupo Metáfora
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- Mensaje n°35
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Pascual: Soy hombre de escasos conocimientos y de limitada palabra, pero de una inmensa curiosidad. Por eso, comento poco de mi propio bolsillo y más bien recojo y leo. Este subforo que tu animas, me parece super... super interesante. Agradezco cuantas aportaciones se hacen, gracias a ellas conozco nuevos poetas, nuevos modos, nuevos estilos, en definitiva: me enriquezco. Creo que es más importante leer poesía que escribirla, que por cada verso que se escribe habrían de leerse mil. Me admira el pueblo ruso y otros que aman la poesía y se reunen en multitudes para escucharla. A través de su poesía se puede conocer un país y sus gentes mejor que visitándolo. El idioma guarda lo más genuino de cada lugar, por eso acabar con un idioma equivale a un genocidio, a quitar a un pueblo su alma, y los imperios han cometido muchos a lo largo de la historia...
Un fuerte abrazo.
Pedro
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Pascual Lopez Sanchez- Administrador-Moderador
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- Mensaje n°36
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Ya sabes quemhe estado con mi madre enferma. Acaban de darle el alta. Me gustaría poder concluir el tema de V.M. Y estoy contigo : leer poesía es un don que no deberíamos perder. he aprendido bastantes cosas de ti. Y te agradezco tu generosa humildad. Un abrazo
Pedro Casas Serra- Grupo Metáfora
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- Mensaje n°37
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Pascual: Celebro que tu madre ya haya sido dada de alta y espero que alcance pronto un total restablecimiento.
Un abrazo.
Pedro
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Pascual Lopez Sanchez- Administrador-Moderador
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- Mensaje n°38
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Bien. Antes de quedarme sin ordenador quería trasnmitir un par de obras poéticas más de Vladimir Maiacovsky ( lo he visto escribirse y lo he escrito yo de diferentes maneras). Creo que yo ya señalé su suicidio. Los motivos de este quedan en la controversia.¿Defraudó la Revolución a los que habían puesto sus almas en ella...?¿Derivó la Revolución en una suerte de totalitarismo ajeno a los intereses de los trabajadores y de las masas populares...?. Todas ests preguntas seguro que tienen respuesta en los libros especializados. Yo no es que haga caso omiso de ello. Es que ahora me sigue interesando la poesía de V.M
"Ciudadano inspector :
perdone la molestia.
Gracias...
no se preocupe...
estoy bien de pie...
Vengo a tratar
de un asunto
delicado :
el sitio
del poeta
en las filas obreras.
Junto a
los que tienen
tiendas y fincas
he sido gravado
y debo pagar.
Usted
me exige
quinientos por semestre
y veinticinco
por no declarar.
Mi trabajo
es semejante
a cualquier otro.
Mire
mis pérdidas,
los gastos
de mi producción
y cuánto se invierte
en los materiales.
Usted,
por supuesto,
sabe qué es una "rima".
Si la primera línea,
pongamos,
acaba en
"atún",
entonces
en la tercera, repitiendo las sílabas,
ponemos
algo así como
"tacatún".
Empleando su lenguaje,
la rima
es un cheque.
Cóbrese el verso alternado
-dice la disposición.
Y buscas
la calderilla de sufijos y flexiones
en la caja exigua
de las declinaciones
y conjugaciones.
Intentas meter
una palabra
en la estrofa
y como no entre
la fuerzas y se rompe.
Ciudadano inspector :
Le doy mi palabra,
el poeta
paga caras las palabras.
Empleando nuestro lenguaje,
la rima
es un barríl.
Un barríl de dinamita.
La estrofa es la mecha.
Se consume la estrofa,
estalla la rima
y la ciudad
vuela
como un verso.
¿Dónde encontrar,
a qué precio,
rimas
que maten al primer estallido?.
Quizá
solo queden
unas cinco rimas
sin estrenar
en Venezuela.
Y me lanzo a viajar
haga frío o calor.
Me lanzo
trabado por anticipos y préstamos.
Ciudadano,
tenga en cuenta que el billete es de transbordo.
- La poesía
toda-
es un viaje a lo desconocido" ( Extracto del poema Conversación con el Inspector fiscal sobre la poesía. Trad. José Fernández Sánchez. Mil años de poesía Europea. Francisco Rico. Editorial Planeta
Podríamos seguir poniendo poemas de V.M. Hacer elucubraciones sobre el significado de los mismos. Elucubrar también sobre el sentido universal del poeta. No acabaríamos nunca. V.M. pertenece al tiempo de una Revolución. Una Revolución que ha concluido y no con las perpectivas que muchos poetas , escritores, artístas y sobre todo gente del pueblo esperaba. Pero la poesía de V.M. sigue ahí latiendo : Como laten los versos de Pablo Neruda en las minas de cobre que se tragan a los chilenos; como laten los "vientos del pueblo" en cada uno de los cuatro millones de parados de mi España; o como laten los versos de Paul Elouard cuando Sarkozy, en una nueva forma de inquisición fascista decide que hay que expulsar a los gitanos de Francia . "Liberté, Egalité, Fraternité".
"Ciudadano inspector :
perdone la molestia.
Gracias...
no se preocupe...
estoy bien de pie...
Vengo a tratar
de un asunto
delicado :
el sitio
del poeta
en las filas obreras.
Junto a
los que tienen
tiendas y fincas
he sido gravado
y debo pagar.
Usted
me exige
quinientos por semestre
y veinticinco
por no declarar.
Mi trabajo
es semejante
a cualquier otro.
Mire
mis pérdidas,
los gastos
de mi producción
y cuánto se invierte
en los materiales.
Usted,
por supuesto,
sabe qué es una "rima".
Si la primera línea,
pongamos,
acaba en
"atún",
entonces
en la tercera, repitiendo las sílabas,
ponemos
algo así como
"tacatún".
Empleando su lenguaje,
la rima
es un cheque.
Cóbrese el verso alternado
-dice la disposición.
Y buscas
la calderilla de sufijos y flexiones
en la caja exigua
de las declinaciones
y conjugaciones.
Intentas meter
una palabra
en la estrofa
y como no entre
la fuerzas y se rompe.
Ciudadano inspector :
Le doy mi palabra,
el poeta
paga caras las palabras.
Empleando nuestro lenguaje,
la rima
es un barríl.
Un barríl de dinamita.
La estrofa es la mecha.
Se consume la estrofa,
estalla la rima
y la ciudad
vuela
como un verso.
¿Dónde encontrar,
a qué precio,
rimas
que maten al primer estallido?.
Quizá
solo queden
unas cinco rimas
sin estrenar
en Venezuela.
Y me lanzo a viajar
haga frío o calor.
Me lanzo
trabado por anticipos y préstamos.
Ciudadano,
tenga en cuenta que el billete es de transbordo.
- La poesía
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es un viaje a lo desconocido" ( Extracto del poema Conversación con el Inspector fiscal sobre la poesía. Trad. José Fernández Sánchez. Mil años de poesía Europea. Francisco Rico. Editorial Planeta
Podríamos seguir poniendo poemas de V.M. Hacer elucubraciones sobre el significado de los mismos. Elucubrar también sobre el sentido universal del poeta. No acabaríamos nunca. V.M. pertenece al tiempo de una Revolución. Una Revolución que ha concluido y no con las perpectivas que muchos poetas , escritores, artístas y sobre todo gente del pueblo esperaba. Pero la poesía de V.M. sigue ahí latiendo : Como laten los versos de Pablo Neruda en las minas de cobre que se tragan a los chilenos; como laten los "vientos del pueblo" en cada uno de los cuatro millones de parados de mi España; o como laten los versos de Paul Elouard cuando Sarkozy, en una nueva forma de inquisición fascista decide que hay que expulsar a los gitanos de Francia . "Liberté, Egalité, Fraternité".
Maria Lua- Administrador-Moderador
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- Mensaje n°39
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Leo todo lo que nos dejas,
querido Pascual!
Me gusta Mayacovski...
Gracias
Un beso , amigo
Maria Lua
querido Pascual!
Me gusta Mayacovski...
Gracias
Un beso , amigo
Maria Lua
_________________
"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
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Pascual Lopez Sanchez- Administrador-Moderador
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- Mensaje n°40
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Gracias, María. Se puede intuir la significación que para mi tiene Maiakovsky. Como la que tienen Nazim Hikmet o Whalt Whitman. ¿ Y en nuestra querida lengua...?. Sí, sin menospreaciar al resto de los poetas que conozco, otros tres me han marcado, como persona y como poeta. De uno de ellos ya hablé en el trabajo, excepcional, que tú iniciaste : Antonio Machado. Don Antonio. De los otros dos, alguna vez, me gustaría hacer mi aportación. Son , simultaneamente, expresión de la sencillez y de la magnitud de la tierra...y de la poesía. Hablo de Miguel Hernández ( era capaz de recitar de memoria toda su obra, aunque ya no - la memoria me ha fastidiado tanto que prefiero no pensar en lo que he olvidado, secuela, según dicen de las 2 o 3 trombosis que he sufrido). Y hablo, y se me llena la boca de su inmensa humanidad, de Pablo Neruda, de Neftalí...del poeta de nuestra lengua -la trabaja, la modula, experimenta con ella hasta hacer de todo nuestro idioma pura expresión poética-. Espero tener fuerzas para poder hablar de ellos algún día.
Besos
Besos
Pedro Casas Serra- Grupo Metáfora
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- Mensaje n°41
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Gracias, Pascual, por traernos tan gran poeta y por el interés de tus comentarios. Me ha sido muy grata su lectura.
Un fuerte abrazo.
Pedro
Un fuerte abrazo.
Pedro
Pascual Lopez Sanchez- Administrador-Moderador
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- Mensaje n°42
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Gracias, Pedro, por tus palabras de ánimo. Un abrazo
Samara Acosta- Cantidad de envíos : 3488
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- Mensaje n°43
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Pasaba por aquí,¿ como me he perdido esto? bueno ya no, muchas Gracias Pascual y Pedro, es que tenemos tanto bueno por este foro que es imposible estar en todo, pero a partir de este fin de semana, me adentraré por estos lares y aportaré algo sobre Mandelstam y su poema El lobo, que le costó tres años de exilio, os dejo esto y el poema que consta de tres partes.
En el expediente de su interrogatorio se dice que Mandelstam recitó todo el poema sobre Stalin a sus inquisidores, y que afirmó que "sí, yo soy el autor de esos versos", añadiendo, con cierto pavor, que "no he dado ninguna copia a nadie, aunque se lo leí a mi mujer, a mi hermana, a la escritora Anna Ajmátova y a su hijo Lev Gumiliov". De esa manera, Pasternak, Ajmátova y Guerstein terminaron figurando en la lista que el NKVD le sonsacó a Mandelstam con los nombres de todos los sospechosos que habían escuchado "El lobo". Guerstein conocía a otras catorce personas que habían oído el poema, una de las cuales debió de soplárselo a la secreta. Según Nadiezhda Mandelstam, el policía que interrogó a Ósip ya tenía una versión del poema escrita a mano por Maria Petróvij, lo cual sugiere que ésta debía de estar vinculada con el NKVD de alguna forma. Pero Ajmátova afirmó haberle oído contar a Mandelstam todo lo ocurrido, y, de hecho, la amistad de Anna con María se mantuvo intacta durante los siguientes treinta años.
Al final, la sentencia a Mandelstam fue menos severa de lo que cabía temer. Le exiliaron tres años a Cherdin, un pueblo a orillas del río Kama, en los Urales, y permitieron que Nadiehzda se marchara con él. Ajmátova, en cambio, volvió a Leningrado sin poder ver de nuevo a su amigo, así que éste no pudo desembarazarse de su obsesión de que Anna pudiera yacer muerta en los barrancos de Cherdin. Mandelstam aún estaba psicológicamente enfermo y convencido de que, a pesar de haberle liberado, iban a fusilarlo. Soñó que la secreta arrestaba a Anna, y creía que aún la estaban interrogando. Estando en el hospital de Cherdin, se rompió un brazo al saltar por una ventana. Gracias a Bujarin, le atenuaron la pena de exilio, dándole a elegir otro lugar donde cumplirla que no fuera ninguna de las doce ciudades principales.
*****
Y vino una noche
que no conoció la aurora.
El florecimiento de la poesía rusa, producido en las últimas dos décadas del siglo XIX, y que fue acompañado por un nuevo impulso en los primeros años de la Revolución, cayó aplastado finalmente por la represión cultural. Cada poeta era investigado, cada poesía era minuciosamente leída e interpretada por funcionarios que trabajaban día y noche para encontrar una palabra, una estrofa que pudiera aludir a Stalin. El obsesivo control sobre los artistas demostraba, curiosamente, la importancia que la poesía tenía en el pueblo ruso.
No hay que quejarse. Este es el único país que respeta la poesía: matan por ella. En ningún otro lugar ocurre eso..., ironizaba Mandelstam cuando se enteraba de la muerte de alguno de sus colegas en alguna cárcel lejana.
*****
Uy, que al final me lio, mañana más
En el expediente de su interrogatorio se dice que Mandelstam recitó todo el poema sobre Stalin a sus inquisidores, y que afirmó que "sí, yo soy el autor de esos versos", añadiendo, con cierto pavor, que "no he dado ninguna copia a nadie, aunque se lo leí a mi mujer, a mi hermana, a la escritora Anna Ajmátova y a su hijo Lev Gumiliov". De esa manera, Pasternak, Ajmátova y Guerstein terminaron figurando en la lista que el NKVD le sonsacó a Mandelstam con los nombres de todos los sospechosos que habían escuchado "El lobo". Guerstein conocía a otras catorce personas que habían oído el poema, una de las cuales debió de soplárselo a la secreta. Según Nadiezhda Mandelstam, el policía que interrogó a Ósip ya tenía una versión del poema escrita a mano por Maria Petróvij, lo cual sugiere que ésta debía de estar vinculada con el NKVD de alguna forma. Pero Ajmátova afirmó haberle oído contar a Mandelstam todo lo ocurrido, y, de hecho, la amistad de Anna con María se mantuvo intacta durante los siguientes treinta años.
Al final, la sentencia a Mandelstam fue menos severa de lo que cabía temer. Le exiliaron tres años a Cherdin, un pueblo a orillas del río Kama, en los Urales, y permitieron que Nadiehzda se marchara con él. Ajmátova, en cambio, volvió a Leningrado sin poder ver de nuevo a su amigo, así que éste no pudo desembarazarse de su obsesión de que Anna pudiera yacer muerta en los barrancos de Cherdin. Mandelstam aún estaba psicológicamente enfermo y convencido de que, a pesar de haberle liberado, iban a fusilarlo. Soñó que la secreta arrestaba a Anna, y creía que aún la estaban interrogando. Estando en el hospital de Cherdin, se rompió un brazo al saltar por una ventana. Gracias a Bujarin, le atenuaron la pena de exilio, dándole a elegir otro lugar donde cumplirla que no fuera ninguna de las doce ciudades principales.
*****
Y vino una noche
que no conoció la aurora.
El florecimiento de la poesía rusa, producido en las últimas dos décadas del siglo XIX, y que fue acompañado por un nuevo impulso en los primeros años de la Revolución, cayó aplastado finalmente por la represión cultural. Cada poeta era investigado, cada poesía era minuciosamente leída e interpretada por funcionarios que trabajaban día y noche para encontrar una palabra, una estrofa que pudiera aludir a Stalin. El obsesivo control sobre los artistas demostraba, curiosamente, la importancia que la poesía tenía en el pueblo ruso.
No hay que quejarse. Este es el único país que respeta la poesía: matan por ella. En ningún otro lugar ocurre eso..., ironizaba Mandelstam cuando se enteraba de la muerte de alguno de sus colegas en alguna cárcel lejana.
*****
Uy, que al final me lio, mañana más
Samara Acosta- Cantidad de envíos : 3488
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- Mensaje n°44
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Osip Mandelstam
Osip Mandelstam nació en Varsovia en 1891 y se inició como poeta militando en el movimiento “acmeísta”, –derivación del simbolismo ruso, y reacción contra él–, pero evolucionó con el tiempo hacia posiciones muy personales, síntesis del simbolismo, el futurismo y el acmeísmo. Un poema contra Stalin le valió en 1934 un destierro a los Urales, donde intentó suicidarse, y tras varios años en Voronezh, en los que pudo continuar su producción en condiciones precarias, regresó para ser nuevamente arrestado en 1938 y condenado a cinco años de trabajos forzados.
Murió en un campo de trabajo cercano a Vladivostok el 27 de diciembre de 1938. La poesía de Mandelstam, considerado ya uno de los mayores poetas rusos del siglo, fue milagrosamente conservada por Nadiezhda, su mujer, autora de dos libros: Contra toda esperanza y Libro segundo, en los que cuenta las trágicas experiencias que vivió con el poeta durante los años del terror. Mandelstam fue también un gran prosista. Coloquio sobre Dante, prueba de su conocimiento de la Divina Comedia, la cual citaba de memoria cuando aún no había descendido él mismo al infierno de Stalin.
Gran poeta de la tradición rusa, nacido en Varsovia. Llegó a San Petersburgo a los cinco años. Es autor de los poemarios “Piedra”, “Tristia”, “Cuadernos de Voronezh” entre otros y de los libros de ensayo “El rumor del tiempo”, “La palabra y la cultura” y “Coloquio sobre Dante”. Sufrió cárcel y ostracismo por no plegarse al modelo soviético. Murió en los campos de trabajo de Vladivostok. Según unas versiones, había pasado sus últimos días leyendo a Petrarca, otras sostienen que estuvo desvariando como un loco de un lado a otro hasta perder el conocimiento.
Tres poemas a Stalin
I
Tú debes mandarme
y yo estoy obligado a ser servicial,
al desdeñar el nombre y el honor
crecí enfermizo y me hice débil.
Prueba el método inventado,
sin rodeos, a la desesperada:
Soy un bolchevique sin partido,
como todos mis amigos, como ese que no es
mi amigo.
Abril - Mayo 1935
II
Cuando cogí un carboncillo para una alabanza
suprema,
para el gozo del dibujo inmutable,
con inquietud y cautela
marqué en el aire ángulos de malicia.
Para replicar a los trazos
crucé con audacia las fronteras del arte,
conté que el eje terrestre se movía,
y honré las costumbres de ciento cuarenta pueblos.
Levanté el carboncillo hasta las cejas,
y lo alcé de nuevo, de otro modo:
Es evidente que Prometeo avivó el fuego:
¡Contempla, Esquilo, cómo al dibujar lloro!
Tomé algunas líneas estridentes
de su juventud milenaria,
uní el coraje y la sonrisa,
y los diluí en una débil luz.
Para el hermano gemelo, no diré de quién,
hallé al acercarme esa expresión
en la amistad de los ojos sabios.
En ella, en él, se reconoce al padre
y se desea sentir la cercanía del mundo.
Quiero agradecer a las colinas
por dar impulso al hueso y al pincel:
Él nació en las montañas y conoció la amargura
de la cárcel,
quiero llamarle no Stalin, sino Yugashvili.
Pintor, cuida y conserva al guerrero:
Rodea su figura de un bosque de coníferas
húmedo y azul,
con sudoroso cuidado. No amargues al padre
con una mala imagen o una idea insuficiente.
Pintor, ayuda a quien está contigo
y piensa, siente y construye.
Ni a mí ni a otro, sino a él, quiere el pueblo,
el pueblo, cual Homero, triplica la alabanza.
Pintor, cuida y conserva al guerrero,
el bosque de la humanidad tras él camina y se espesa—
El porvenir es la hueste del sabio
y le escucha atento, sonriente.
Él se inclinó desde la tribuna como desde
una montaña,
sobre un cerro de cabezas. Deudor de la demanda
más fuerte,
sus ojos poderosos son decididamente buenos,
sus cejas espesas iluminan a alguien de cerca.
Y yo quisiera mostrar con una flecha
la dureza de la garganta del padre de habla
obstinada—
sus modelados, difíciles y empinados párpados
trabajan desde millones de marcos.
Es abierto y tiene la voz de cobre
y el oído avizor, que no se pierde en la sordina.
Están dispuestas a vivir y a morir por todos,
y corren y juegan, las hoscas arrugas de su frente.
Con mano ávida, como un grito,
con mano voraz, como un eje,
aprieto el carboncillo en el que todo confluye
y lo desmenuzo en busca de su rostro.
Aprendo de él, sin aprender de mí
aprendo de él, sin conocer la gracia.
¿Acaso las desgracias recortan el gran Plan?
Lo descubro en la vida azarosa de sus vástagos.
Quizás aún no soy digno de tener amigos,
quizás no estoy lleno de cólera y de lágrimas.
Él me asombra con su capote, su gorra.
Y sus ojos felices en la maravillosa plaza.
La montaña se separó de los ojos de Stalin
y a lo lejos entornó los ojos la llanura.
Como un mar sin surcos, como el mañana del ayer,
desde el arado hasta los rayos del sol
se extiende el titán.
Él sonríe con la sonrisa de un segador
y conversa con un apretón de manos
que comienza y dura sin fin
en el campo abierto de las seis promesas.
Y cada era, y cada gavilla
es fuerte, prieta y sabia como la vida.
¡Asombro del pueblo! ¡Ojalá viva muchos años!
Da vueltas la rueda de la fortuna.
Guardo seis veces en mi conciencia
al lento testigo del trabajo, de la lucha y la siega.
Su gran marcha a través de la taiga
y el octubre de Lenin hasta la promesa cumplida.
Se aleja el cerro de las cabezas de la gente,
y yo, empequeñecido, me uno a ellos y ya no se me ve.
Pero en los tiernos libros y en los juegos de los niños
resucitaré para decir cómo brilla el sol.
La única verdad veraz es la sinceridad del guerrero.
Para el honor y el amor, para el aire y el acero
hay un nombre de gloria para los potentes labios
del lector.
Lo hemos oído y encontrado.
Enero - Febrero de 1937
III
Si me apresan nuestros enemigos
y la gente deja de hablarme.
Si me despojan de todo:
Del derecho a respirar y a abrir las puertas,
a afirmar que la vida seguirá
y que el pueblo, como un juez, juzga;
si se atreven a tratarme como a un animal
y me echan de comer en el suelo,
no callaré, ni mitigaré el dolor,
sino que dibujaré lo que yo quiera,
tañeré la desnuda campana de los muros,
y tras despertar el ángulo de las tinieblas enemigas,
anudaré diez cabellos en mi voz
y pasaré la mano, como un arado, por las tinieblas,
y en la profunda noche de guardia
Se humedecerán los ojos de los trabajadores de la tierra,
y apretado en una legión de ojos fraternos,
caeré con el peso de toda la cosecha,
con la concisión de los juramentos lejanos,
y echará a volar la bandada de los años fogosos,
y susurrará Lenin en medio de la tormenta,
y en la tierra, que huye de la putrefacción,
Stalin despertará la razón y la vida.
Febrero de 1937
De Cuadernos de Voronezh
Osip Mandelstam nació en Varsovia en 1891 y se inició como poeta militando en el movimiento “acmeísta”, –derivación del simbolismo ruso, y reacción contra él–, pero evolucionó con el tiempo hacia posiciones muy personales, síntesis del simbolismo, el futurismo y el acmeísmo. Un poema contra Stalin le valió en 1934 un destierro a los Urales, donde intentó suicidarse, y tras varios años en Voronezh, en los que pudo continuar su producción en condiciones precarias, regresó para ser nuevamente arrestado en 1938 y condenado a cinco años de trabajos forzados.
Murió en un campo de trabajo cercano a Vladivostok el 27 de diciembre de 1938. La poesía de Mandelstam, considerado ya uno de los mayores poetas rusos del siglo, fue milagrosamente conservada por Nadiezhda, su mujer, autora de dos libros: Contra toda esperanza y Libro segundo, en los que cuenta las trágicas experiencias que vivió con el poeta durante los años del terror. Mandelstam fue también un gran prosista. Coloquio sobre Dante, prueba de su conocimiento de la Divina Comedia, la cual citaba de memoria cuando aún no había descendido él mismo al infierno de Stalin.
Gran poeta de la tradición rusa, nacido en Varsovia. Llegó a San Petersburgo a los cinco años. Es autor de los poemarios “Piedra”, “Tristia”, “Cuadernos de Voronezh” entre otros y de los libros de ensayo “El rumor del tiempo”, “La palabra y la cultura” y “Coloquio sobre Dante”. Sufrió cárcel y ostracismo por no plegarse al modelo soviético. Murió en los campos de trabajo de Vladivostok. Según unas versiones, había pasado sus últimos días leyendo a Petrarca, otras sostienen que estuvo desvariando como un loco de un lado a otro hasta perder el conocimiento.
Tres poemas a Stalin
I
Tú debes mandarme
y yo estoy obligado a ser servicial,
al desdeñar el nombre y el honor
crecí enfermizo y me hice débil.
Prueba el método inventado,
sin rodeos, a la desesperada:
Soy un bolchevique sin partido,
como todos mis amigos, como ese que no es
mi amigo.
Abril - Mayo 1935
II
Cuando cogí un carboncillo para una alabanza
suprema,
para el gozo del dibujo inmutable,
con inquietud y cautela
marqué en el aire ángulos de malicia.
Para replicar a los trazos
crucé con audacia las fronteras del arte,
conté que el eje terrestre se movía,
y honré las costumbres de ciento cuarenta pueblos.
Levanté el carboncillo hasta las cejas,
y lo alcé de nuevo, de otro modo:
Es evidente que Prometeo avivó el fuego:
¡Contempla, Esquilo, cómo al dibujar lloro!
Tomé algunas líneas estridentes
de su juventud milenaria,
uní el coraje y la sonrisa,
y los diluí en una débil luz.
Para el hermano gemelo, no diré de quién,
hallé al acercarme esa expresión
en la amistad de los ojos sabios.
En ella, en él, se reconoce al padre
y se desea sentir la cercanía del mundo.
Quiero agradecer a las colinas
por dar impulso al hueso y al pincel:
Él nació en las montañas y conoció la amargura
de la cárcel,
quiero llamarle no Stalin, sino Yugashvili.
Pintor, cuida y conserva al guerrero:
Rodea su figura de un bosque de coníferas
húmedo y azul,
con sudoroso cuidado. No amargues al padre
con una mala imagen o una idea insuficiente.
Pintor, ayuda a quien está contigo
y piensa, siente y construye.
Ni a mí ni a otro, sino a él, quiere el pueblo,
el pueblo, cual Homero, triplica la alabanza.
Pintor, cuida y conserva al guerrero,
el bosque de la humanidad tras él camina y se espesa—
El porvenir es la hueste del sabio
y le escucha atento, sonriente.
Él se inclinó desde la tribuna como desde
una montaña,
sobre un cerro de cabezas. Deudor de la demanda
más fuerte,
sus ojos poderosos son decididamente buenos,
sus cejas espesas iluminan a alguien de cerca.
Y yo quisiera mostrar con una flecha
la dureza de la garganta del padre de habla
obstinada—
sus modelados, difíciles y empinados párpados
trabajan desde millones de marcos.
Es abierto y tiene la voz de cobre
y el oído avizor, que no se pierde en la sordina.
Están dispuestas a vivir y a morir por todos,
y corren y juegan, las hoscas arrugas de su frente.
Con mano ávida, como un grito,
con mano voraz, como un eje,
aprieto el carboncillo en el que todo confluye
y lo desmenuzo en busca de su rostro.
Aprendo de él, sin aprender de mí
aprendo de él, sin conocer la gracia.
¿Acaso las desgracias recortan el gran Plan?
Lo descubro en la vida azarosa de sus vástagos.
Quizás aún no soy digno de tener amigos,
quizás no estoy lleno de cólera y de lágrimas.
Él me asombra con su capote, su gorra.
Y sus ojos felices en la maravillosa plaza.
La montaña se separó de los ojos de Stalin
y a lo lejos entornó los ojos la llanura.
Como un mar sin surcos, como el mañana del ayer,
desde el arado hasta los rayos del sol
se extiende el titán.
Él sonríe con la sonrisa de un segador
y conversa con un apretón de manos
que comienza y dura sin fin
en el campo abierto de las seis promesas.
Y cada era, y cada gavilla
es fuerte, prieta y sabia como la vida.
¡Asombro del pueblo! ¡Ojalá viva muchos años!
Da vueltas la rueda de la fortuna.
Guardo seis veces en mi conciencia
al lento testigo del trabajo, de la lucha y la siega.
Su gran marcha a través de la taiga
y el octubre de Lenin hasta la promesa cumplida.
Se aleja el cerro de las cabezas de la gente,
y yo, empequeñecido, me uno a ellos y ya no se me ve.
Pero en los tiernos libros y en los juegos de los niños
resucitaré para decir cómo brilla el sol.
La única verdad veraz es la sinceridad del guerrero.
Para el honor y el amor, para el aire y el acero
hay un nombre de gloria para los potentes labios
del lector.
Lo hemos oído y encontrado.
Enero - Febrero de 1937
III
Si me apresan nuestros enemigos
y la gente deja de hablarme.
Si me despojan de todo:
Del derecho a respirar y a abrir las puertas,
a afirmar que la vida seguirá
y que el pueblo, como un juez, juzga;
si se atreven a tratarme como a un animal
y me echan de comer en el suelo,
no callaré, ni mitigaré el dolor,
sino que dibujaré lo que yo quiera,
tañeré la desnuda campana de los muros,
y tras despertar el ángulo de las tinieblas enemigas,
anudaré diez cabellos en mi voz
y pasaré la mano, como un arado, por las tinieblas,
y en la profunda noche de guardia
Se humedecerán los ojos de los trabajadores de la tierra,
y apretado en una legión de ojos fraternos,
caeré con el peso de toda la cosecha,
con la concisión de los juramentos lejanos,
y echará a volar la bandada de los años fogosos,
y susurrará Lenin en medio de la tormenta,
y en la tierra, que huye de la putrefacción,
Stalin despertará la razón y la vida.
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- Mensaje n°45
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Gracias, Samara, por esta excepcional participación. Un beso
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- Mensaje n°46
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Gracias a ti Pascual, besito, sigo con Osip Mandelstam
El oído afinado dirige la vela sensitiva
El oído afinado dirige la vela sensitiva,
La mirada dilatada se despobla
Y un coro enmudecido de pájaros nocturnos
Atraviesa el silencio.
Yo soy tan pobre como la naturaleza
Y tan simple como el firmamento,
Y mi libertad es tan quimérica
Como el canto de los pájaros nocturnos.
Yo veo al mes inanimado
Y al cielo más muerto que el lienzo;
Y acepto del vacío
¡Su mundo enfermo y extraño!
1910
Versión de Jorge Bustamante García
El oído afinado dirige la vela sensitiva
El oído afinado dirige la vela sensitiva,
La mirada dilatada se despobla
Y un coro enmudecido de pájaros nocturnos
Atraviesa el silencio.
Yo soy tan pobre como la naturaleza
Y tan simple como el firmamento,
Y mi libertad es tan quimérica
Como el canto de los pájaros nocturnos.
Yo veo al mes inanimado
Y al cielo más muerto que el lienzo;
Y acepto del vacío
¡Su mundo enfermo y extraño!
1910
Versión de Jorge Bustamante García
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- Mensaje n°47
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Curiosamente nací el mismo día que Mandestalm, un 15 de Enero, pero 61 años después. Eso me enorgullece. También Nazîm Hîkmet creo que nació por alrededor de esa fecha. De Mandestalm ya habló Pedro. Y Samara está completando una exposición muy digna. Quiero pues felicitarla y animarla a continuar.
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- Mensaje n°48
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
El hombre nace, luego muere, pero la policía permanece... había dicho ya Nikolai Gumiliev, el acmeista pionero entre los artistas por la fecha de su muerte: fue fusilado en agosto de 1921.
Lo que distingue a Mandelstam de sus pares es que nunca participó del ímpetu revolucionario que recorrió la literatura rusa. No adhería a la poesía política ni tenía pretensiones de vincular su creación estética con el compromiso social, tal como hacían muchos de sus amigos. ¿Cuál fue el impulso, entonces, que lo llevó a crear una única poesía política en toda su vida, y precisamente en contra de Stalin? ¿Por qué, sin haberla volcado al papel desafió recitarla en algunos círculos literarios, donde muy probablemente encontraría un delator? Manifestación de rabia o búsqueda de un suicidio distinto que el utilizado por Maiakovski, Esenin, Svetaieva o tantos otros, nadie podrá responder nunca a esas preguntas. Una frase pronunciada a su esposa podría orientar para descifrar el enigma del gesto que lo impulsó al sacrificio: La muerte de un artista no es el fin, sino su último acto creador.
Poema
(sin título)
Vivimos insensibles, al suelo bajo nuestros pies,
Nuestras voces a diez pasos no se oyen.
Pero cuando a medias a hablar nos atrevemos
Al montañés del Kremlin siempre mencionamos.
Sus dedos gordos parecen grasientos gusanos,
Como pesas certeras las palabras de su boca caen.
Aletea la risa bajo sus bigotes de cucaracha
Y relucen brillantes las cañas de sus botas.
Una chusma de jefes de cuellos flacos lo rodea,
infrahombres con los que él se divierte y juega.
Uno silba, otro maúlla, otro gime,
Sólo él parlotea y dictamina.
Forja ukase tras ukase como herraduras
A uno en la ingle golpea, a otro en la frente, en el ojo, en la ceja,
Y cada ejecución es un bendito don
Que regocija el ancho pecho del Osseta.
Noviembre de 1933
Lo que distingue a Mandelstam de sus pares es que nunca participó del ímpetu revolucionario que recorrió la literatura rusa. No adhería a la poesía política ni tenía pretensiones de vincular su creación estética con el compromiso social, tal como hacían muchos de sus amigos. ¿Cuál fue el impulso, entonces, que lo llevó a crear una única poesía política en toda su vida, y precisamente en contra de Stalin? ¿Por qué, sin haberla volcado al papel desafió recitarla en algunos círculos literarios, donde muy probablemente encontraría un delator? Manifestación de rabia o búsqueda de un suicidio distinto que el utilizado por Maiakovski, Esenin, Svetaieva o tantos otros, nadie podrá responder nunca a esas preguntas. Una frase pronunciada a su esposa podría orientar para descifrar el enigma del gesto que lo impulsó al sacrificio: La muerte de un artista no es el fin, sino su último acto creador.
Poema
(sin título)
Vivimos insensibles, al suelo bajo nuestros pies,
Nuestras voces a diez pasos no se oyen.
Pero cuando a medias a hablar nos atrevemos
Al montañés del Kremlin siempre mencionamos.
Sus dedos gordos parecen grasientos gusanos,
Como pesas certeras las palabras de su boca caen.
Aletea la risa bajo sus bigotes de cucaracha
Y relucen brillantes las cañas de sus botas.
Una chusma de jefes de cuellos flacos lo rodea,
infrahombres con los que él se divierte y juega.
Uno silba, otro maúlla, otro gime,
Sólo él parlotea y dictamina.
Forja ukase tras ukase como herraduras
A uno en la ingle golpea, a otro en la frente, en el ojo, en la ceja,
Y cada ejecución es un bendito don
Que regocija el ancho pecho del Osseta.
Noviembre de 1933
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- Mensaje n°49
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Muchas gracias Pascual, que causalidad lo de tu nacimiento, :), agradezco que me animes, pues no conocia a fondo a Mandelstam, y ahora, gracias al compromiso que me he impuesto a mi misma, me adentro en su vida, y me gusta, busco, leo y aprendo , de eso se trata.
Pedro me ayudas? aviva mi curiosidad, tu que le conocerás mejor que yo
Pedro me ayudas? aviva mi curiosidad, tu que le conocerás mejor que yo
Pascual Lopez Sanchez- Administrador-Moderador
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- Mensaje n°50
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Hay aspectos, Samara, que al tocarlos como anécdotas, puede desvirtuar una realidad, pasada, pero dura. Sobre STALIN nadie duda cual fue su papel - incluso los que en un momento pensamos que fue un libertador-. Entre un libertador y un asesino deberían existir direncias notables, tangibles, dolorosas. Algunos no nos dimos cuenta de ello ( asumo mi propia culpa de manera devastadora para mi alma insignificante). Esa culpa, sin embargo, fue asumida por el mayor poeta ruso de todos los tiempos V. Maiacovsky -sólo comparable a Puskhin-. Y hay multitud de hechos que así lo demuestran. Pero que Stalin fuera un asesino en serie no implica que la RUSIA DE TODOS LOS ZARES no precisara un cambio; una revolución que inició V.Lenín y que recibió el estímulo de la poesía rusa porque se preveía una libertad que luego no llegó. No es este el momento de hablar de si el marxismo es o no necesario como contrapunto a un sistema como el nuestro ( o como el ruso actual) donde los mercados imponen sus criterios a la voluntad de los pueblos y cuya máxima es ganancia para unos y desolación para otros. Pero la figura de Stalin - asesino que ya no discutimos- fue alabada también por poetas como PABLO NERUDA. Los poemas que Pablo Neruda dirige a Stalin son alabanzas, loas...Y el mismo Pablo Neruda debió llorar por ello, cuando percibió que entre leninismo y stalinismo habían notables diferencias. La primera, la fundamental, insisto : Stalin era un asesino sólo comparable a Hitler. Pero Hitler era el representante máximo de una doctrina política que en sí misma encierra la diferencia, la potencia hasta eliminar. Por contra Stalin hace un flaco favor a la doctrina política que dice representar, la de la igualdad de los seres humanos, de todos los seres humanos. Y ello le costó la vida también, por pura honestidad personal a V. Maikovsky : Entre las teorías más claras sobre su suicidio se encuentra la desvirtuación de la revolución soviética, la megalomanía del gran asesino, Stalin. Y sin embargo, las denuncias más potentes contra Stalin no nacen de Mandelstam, nacen del propio Maiakovsky. Contradicciones brutales de la vida, porque cuando le plantean a Stalin que Maiakovsky está hablando contra los cambios del stalinismo , este responde : "Vladimir Maikovsky...dejadlo en paz. Este es el poeta preferido por nuestro pueblo".
Por cuanto a los poemas de Pablo Neruda alabando a Stalin se encuentran en el Canto General. Si no los encuentras te doy las referncias. Pero me consta que a Pablo Neruda esos poemas le costaron más de una lágrima. Una losa. Aunque tuvo la honestidad de no eliminarlos.
Yo, con las diferencias que se quieran, también fui -o creí ser- en su momento Stalinista. Me costó bastantes bofetadas comprender lo que hoy sé : Stalin fue un asesino y no un libertador.
(Al repasar este escrito he apreciado un error "tipográfico" que ahora no soy capaz de detectar. Te juro que trabajar con una Degeneración Macular es una "extrasístole" asegurada. Pero debo vivir con ella. Besos)
Por cuanto a los poemas de Pablo Neruda alabando a Stalin se encuentran en el Canto General. Si no los encuentras te doy las referncias. Pero me consta que a Pablo Neruda esos poemas le costaron más de una lágrima. Una losa. Aunque tuvo la honestidad de no eliminarlos.
Yo, con las diferencias que se quieran, también fui -o creí ser- en su momento Stalinista. Me costó bastantes bofetadas comprender lo que hoy sé : Stalin fue un asesino y no un libertador.
(Al repasar este escrito he apreciado un error "tipográfico" que ahora no soy capaz de detectar. Te juro que trabajar con una Degeneración Macular es una "extrasístole" asegurada. Pero debo vivir con ella. Besos)
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- Mensaje n°51
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Querido Pascual el error creo lo encontré,
Entre un libertador y un asesino deberían existir direncias notables
Lo tuve que leer 2 veces, la mente se lo facilita a la vista y lee de corrido lo que en realidad sería, que cosas. muchas gracias por tu exposición , entraré esta noche y comentaré, besito
Entre un libertador y un asesino deberían existir direncias notables
Lo tuve que leer 2 veces, la mente se lo facilita a la vista y lee de corrido lo que en realidad sería, que cosas. muchas gracias por tu exposición , entraré esta noche y comentaré, besito
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- Mensaje n°52
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
NACIMIENTO
V. Maikovsky
Que aprendan los contemporáneos a escribir,
y también los historiadores imbéciles.
"Un notable poeta vivió una vida mezquina y
sin interés."
Yo sé,
no pronunciarán mi nombre los pecadores,
asfixiándose en el infierno.
Mi telón en el Gólgota,
no se bajará con el aplauso de los popes.
Mejor,
me beberé mi café por la mañana,
en este espléndido parque de verano.
En el día de mi llegada,
en el cielo de Belén,
no encenderán ninguna señal.
Nadie molestó las tumbas,
donde duermen los magos de pelo rizado.
El día de mi llegada,
fue como todos los días,
absolutamente igual,
V. Maikovsky
Que aprendan los contemporáneos a escribir,
y también los historiadores imbéciles.
"Un notable poeta vivió una vida mezquina y
sin interés."
Yo sé,
no pronunciarán mi nombre los pecadores,
asfixiándose en el infierno.
Mi telón en el Gólgota,
no se bajará con el aplauso de los popes.
Mejor,
me beberé mi café por la mañana,
en este espléndido parque de verano.
En el día de mi llegada,
en el cielo de Belén,
no encenderán ninguna señal.
Nadie molestó las tumbas,
donde duermen los magos de pelo rizado.
El día de mi llegada,
fue como todos los días,
absolutamente igual,
Samara Acosta- Cantidad de envíos : 3488
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- Mensaje n°53
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
MAXIMILIAN VOLOSHIN
(1877-1932)
EL JURAMENTO
De la sangre derramada en las batallas,
del polvo de los que fueron convertidos en polvo,
del martirio de las generaciones ejecutadas,
de las almas que se santiguaban con sangre,
del amor que odia, de los crímenes, de los furores
surgirá una Rusia justa.
Rezo tan sólo por ella.
Tengo fe en los propósitos eternos:
se forja a golpes de espada;
se empiedra en los huesos;
se consagra en las batallas;
se construye en las reliquias ardientes;
se funde en las oraciones enfurecidas.
De Caminos de Rusia
1921
(1877-1932)
EL JURAMENTO
De la sangre derramada en las batallas,
del polvo de los que fueron convertidos en polvo,
del martirio de las generaciones ejecutadas,
de las almas que se santiguaban con sangre,
del amor que odia, de los crímenes, de los furores
surgirá una Rusia justa.
Rezo tan sólo por ella.
Tengo fe en los propósitos eternos:
se forja a golpes de espada;
se empiedra en los huesos;
se consagra en las batallas;
se construye en las reliquias ardientes;
se funde en las oraciones enfurecidas.
De Caminos de Rusia
1921
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- Mensaje n°54
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
En la nómina de autores que puse al principio los hay de una personalidad arrolladora: Sergio Essenin; Ilya Ehrenburg; Alexander Blok; Evtushenko- que Pedro inteligentemente sacara de este limbo-; Anna Ajmátova - de la que Pedro también ha hablado-; Alexander Púshkin...Y en realidad yo de quien queria hablar era de Vladimir Maiakovski.
Esta tarde, por encargo de mi amigo Diego buscaba un libro. Él sabe mi pasión por las epístolas ( Cartas de Nazim Hikmet a Taranta- Babu; Cartas de Paul Eluard a Gala... Y "Cartas de Amor a Lili Brik" de Vladimir Maiakovski). Este último es una joya de coleccionista que yo leí con 19 años. Rditado en ARGENTINA. Son las cartas recopiladas por Lili BriBrik de 1917 a 1930. Ediciones de La Flor, Buenos Aires 1970. E importado a España por Visor. En la portada una fotografía de V.M y L.B. Pese a que no he abandonado la Promoción poética de los 50, me gustaria retomar a V.M. Creo que tuvo una notable influencia en mí - salvando la enorme distancia entre una estrella y un pequeño asteroide. Así pues volveré a colgar algún poema suyo. Y algunas de las simpáticas cartas de este libro.
Esta tarde, por encargo de mi amigo Diego buscaba un libro. Él sabe mi pasión por las epístolas ( Cartas de Nazim Hikmet a Taranta- Babu; Cartas de Paul Eluard a Gala... Y "Cartas de Amor a Lili Brik" de Vladimir Maiakovski). Este último es una joya de coleccionista que yo leí con 19 años. Rditado en ARGENTINA. Son las cartas recopiladas por Lili BriBrik de 1917 a 1930. Ediciones de La Flor, Buenos Aires 1970. E importado a España por Visor. En la portada una fotografía de V.M y L.B. Pese a que no he abandonado la Promoción poética de los 50, me gustaria retomar a V.M. Creo que tuvo una notable influencia en mí - salvando la enorme distancia entre una estrella y un pequeño asteroide. Así pues volveré a colgar algún poema suyo. Y algunas de las simpáticas cartas de este libro.
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"LOS DEMÁS TAMBIÉN EXISTIMOS"
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- Mensaje n°55
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Los poemas ( fragmentos9 editados hasta hora de V. M son :
* La guerra y el mundo.
* La nube en pantalones.
* La bofetada al gusto del público.
* La flauta vertebrada.
* Amor.
* Escuchen.
* Macanudo.
* Y de todos modos.
* Esperanza.
Vamos a seguir con fragmentos del poema Amor ( escrito en 1922 y dedicado a Lili Brick; de carácter utobiográfico). Y entre fragmentos iremos colgando algunas de las Cartas mencionadas por su valor documental, que no poético,
"COMÚNMENTE ES ASÍ
El amor le es dado a cualquiera
pero...
entre el empleo,
el dinero y demás,
día tras día,
endurece el subsuelo del corazón.
Sobre el corazón llevmos el cuerpo,
sobre el cuerpo la camisa,
pero esto es poco.
Sólo el idiota,
se pone los puños,
y el pecho lo cubre de almidón.
De viejos se arrepienten.
La mujer se maquilla.
El hombre hace ejercicios con sistema Müller,
pero ya es tarde.
La piel multiplica sus arrugas.
El amor florece,
florece,
y después se deshoja" (V.M. Antología poética. Losada. Pág.-119)
-----oooOooo----
"I
Moscú, septiembre 25 de 1917 (1)
¡Querida Licika, querido Oska!
Os beso en seguida al comienzo de la carta y no al final, como se acostumbra, por impaciencia. ¿Qué tal marchan las cosas por ahí? Personas felices, a quienes les pregunté cuando estaban de vuelta de ese país encantado que es "vuestra casa", salieron del paso los muy sinvergüenzas, con la clásica frase: "lilia es siempre Lilia".
Ayer declamé mis versos (3). El salón estaba repleto; pero lamentablemente no se vio nada de plata, eran todos buenos conocido. Hubiera podido comenzar tranquilamente mi discurso no ya con un frío "ciudadanos", sino con un "tierno" queridos Abram Vasilevic, Elsa y Lióva". (4)
Vivo en Presnia, (5). Me dan de comer y caminan en puntas de pie. Bien por lo primero, mal por lo segundo. Genio de familia. Casi un Averchenko.
No sé si lograré inventar algo para irme al campo. Aquí mi primer amigo es Nika (6).
¡Hijos míos, queridos, escribidme!
Besos
Vuestro Volodia que engorda
25/IX
¡A todos! ¡A todos ! ¡ A todos!
Les recomiendo el afiche(7). ¿Cómo sigue Guerra y universo?(8)
(Todas las antotaciones son hechas por el editor. El significado de cad una de ellas es :
(1) Dirigida a Petrogrado
(2) Maiakovski usa el nombre de Lili ( o Lilia en ruso) en un sinfín de diminutivos y sobrenombres propios de la lengua rusa que adquieren matices y significados distintos, según las circunstancias. Por ejemplo: Licik, Lícika, por liciko: carucha; Lisik, Lisiók, Lisiónys, por lisá: zorra, y además Lilióck, Lilik, etc. Lo mismo por Osip Brik: Oska; osia; Osik, Osiucha.
(3) Maiakovski había pronunciado una conferencia en el Museo Politécnico sobre Los bolcheviques del arte, y después había declamado sus versos.
(5) Abram Vasilevic Evnin, amigo de Maiakovski, es recordado en el poema Hombre; Elsa Triolet, Hermana de Lili Brik; L.A. Grinkruug, amigo de Maiakosvki y del matrimonio Brik.
(%) En Presnia vivían la madre y la hermana de M.
(6) Hermano de Liova Grinkrug.
(7) El afiche que anunciaba la lectura del poema Hombre en el nstituto Tenisevski.
(8) El poema Guerra y universo estaba por ser publicado en las ediciones Porus."
(Cartas de Amor a Lili Bik. V. Maiakovski)
* La guerra y el mundo.
* La nube en pantalones.
* La bofetada al gusto del público.
* La flauta vertebrada.
* Amor.
* Escuchen.
* Macanudo.
* Y de todos modos.
* Esperanza.
Vamos a seguir con fragmentos del poema Amor ( escrito en 1922 y dedicado a Lili Brick; de carácter utobiográfico). Y entre fragmentos iremos colgando algunas de las Cartas mencionadas por su valor documental, que no poético,
"COMÚNMENTE ES ASÍ
El amor le es dado a cualquiera
pero...
entre el empleo,
el dinero y demás,
día tras día,
endurece el subsuelo del corazón.
Sobre el corazón llevmos el cuerpo,
sobre el cuerpo la camisa,
pero esto es poco.
Sólo el idiota,
se pone los puños,
y el pecho lo cubre de almidón.
De viejos se arrepienten.
La mujer se maquilla.
El hombre hace ejercicios con sistema Müller,
pero ya es tarde.
La piel multiplica sus arrugas.
El amor florece,
florece,
y después se deshoja" (V.M. Antología poética. Losada. Pág.-119)
-----oooOooo----
"I
Moscú, septiembre 25 de 1917 (1)
¡Querida Licika, querido Oska!
Os beso en seguida al comienzo de la carta y no al final, como se acostumbra, por impaciencia. ¿Qué tal marchan las cosas por ahí? Personas felices, a quienes les pregunté cuando estaban de vuelta de ese país encantado que es "vuestra casa", salieron del paso los muy sinvergüenzas, con la clásica frase: "lilia es siempre Lilia".
Ayer declamé mis versos (3). El salón estaba repleto; pero lamentablemente no se vio nada de plata, eran todos buenos conocido. Hubiera podido comenzar tranquilamente mi discurso no ya con un frío "ciudadanos", sino con un "tierno" queridos Abram Vasilevic, Elsa y Lióva". (4)
Vivo en Presnia, (5). Me dan de comer y caminan en puntas de pie. Bien por lo primero, mal por lo segundo. Genio de familia. Casi un Averchenko.
No sé si lograré inventar algo para irme al campo. Aquí mi primer amigo es Nika (6).
¡Hijos míos, queridos, escribidme!
Besos
Vuestro Volodia que engorda
25/IX
¡A todos! ¡A todos ! ¡ A todos!
Les recomiendo el afiche(7). ¿Cómo sigue Guerra y universo?(8)
(Todas las antotaciones son hechas por el editor. El significado de cad una de ellas es :
(1) Dirigida a Petrogrado
(2) Maiakovski usa el nombre de Lili ( o Lilia en ruso) en un sinfín de diminutivos y sobrenombres propios de la lengua rusa que adquieren matices y significados distintos, según las circunstancias. Por ejemplo: Licik, Lícika, por liciko: carucha; Lisik, Lisiók, Lisiónys, por lisá: zorra, y además Lilióck, Lilik, etc. Lo mismo por Osip Brik: Oska; osia; Osik, Osiucha.
(3) Maiakovski había pronunciado una conferencia en el Museo Politécnico sobre Los bolcheviques del arte, y después había declamado sus versos.
(5) Abram Vasilevic Evnin, amigo de Maiakovski, es recordado en el poema Hombre; Elsa Triolet, Hermana de Lili Brik; L.A. Grinkruug, amigo de Maiakosvki y del matrimonio Brik.
(%) En Presnia vivían la madre y la hermana de M.
(6) Hermano de Liova Grinkrug.
(7) El afiche que anunciaba la lectura del poema Hombre en el nstituto Tenisevski.
(8) El poema Guerra y universo estaba por ser publicado en las ediciones Porus."
(Cartas de Amor a Lili Bik. V. Maiakovski)
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Pascual Lopez Sanchez- Administrador-Moderador
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- Mensaje n°56
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
"DE NIÑO
Yo fui agraciado en el amor, sin límites.
Pero de niño,
la gente preocupada, trabaja.
Y yo,
escapaba a las orillas del río Rión,
y vagaba sin hacer nada.
Se enojaba mi madre:
"¡Chiquillo maldito!"
Mi padre me amenazaba con el zinturón.
Pero yo,
me ganaba tres rublos falsos
y jugaba con los soldados bajo las tapias.
Sin el peso de la camisa,
sin el peso e los botines,
daba vueltas
y me quemaba bajo el sol de Kutaís(1),
hasta que me daban puntadas l corazón.
"Apenas se ve
y también tiene corazón
se empeña el chiquillo."
¿Cóo es que cabe en este pedazo de un metro,
el río,
yo,
y las kilométricas cumbres?" (V.M. Antología Poética.Losada. Págs.-119/120).
Yo fui agraciado en el amor, sin límites.
Pero de niño,
la gente preocupada, trabaja.
Y yo,
escapaba a las orillas del río Rión,
y vagaba sin hacer nada.
Se enojaba mi madre:
"¡Chiquillo maldito!"
Mi padre me amenazaba con el zinturón.
Pero yo,
me ganaba tres rublos falsos
y jugaba con los soldados bajo las tapias.
Sin el peso de la camisa,
sin el peso e los botines,
daba vueltas
y me quemaba bajo el sol de Kutaís(1),
hasta que me daban puntadas l corazón.
"Apenas se ve
y también tiene corazón
se empeña el chiquillo."
¿Cóo es que cabe en este pedazo de un metro,
el río,
yo,
y las kilométricas cumbres?" (V.M. Antología Poética.Losada. Págs.-119/120).
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- Mensaje n°57
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Gracias, Pascual, por tu
trabajo en este post
de MAIACOVSKI Y OTROS POETAS RUSOS...
Besos
Maria Lua
trabajo en este post
de MAIACOVSKI Y OTROS POETAS RUSOS...
Besos
Maria Lua
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"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
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- Mensaje n°58
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Lo usaré, este trabajo, como base de la Conferencia que he de dar en Cieza sobre los POETAS DE LA REVOLUCIÓN RUSA, en conmemoración del Centenario de la misma.
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- Mensaje n°59
Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
Poetas rusas contemporáneas, de la búsqueda de dios al 'performance'
CULTURA20 MARZO 2015YULIA SHEVYOLKINA
Vera Polozkova. Fuente: TASS
Follow Russia Beyond on Facebook
En RBTH celebramos el Día Mundial de la Poesía con una selección de cinco poetas que muestran algunas de las tendencias predominantes en la poesía escrita por mujeres.
"Soy poeta, no poetisa", escribió Marina Tsvietáieva a su amigo y académico Yuri Ivask en 1934. Desde principios del siglo XIX la poesía escrita por mujeres se consideraba casi exclusivamente como si no fuera más que una serie de notas amorosas. Pero las dos poetas más importantes del siglo XX en Rusia, Tsvietáieva y Ajmátova, abandonaron esta categoría y entraron en lo que se consideraba el "mundo serio" de las letras.
Después de la Segunda Guerra Mundial la poesía escrita por mujeres se dedicada sobre todo a la memoria de las víctimas y los supervivientes. Destacan Olga Bergholz, con sus poemas acerca del sitio de Leningrado y Yulia Drúnina, que escribe sobre su hermana que toma las armas. En la URSS no se publicaban muchos de estos textos y en los años 60 y 70 había un activo mundo de poesía clandestina.
Yelena Shvartz: mística
Fuente: Photoxpress
Antes de los años 90 la poesía de Yelena Shvartz (1948-2010) se publicaba en samizdat (copias que se distribuían de manera escondida en la URSS) y su primera colección oficial se publicó en 1985 en Nueva York. Su obra trata, sobre todo, del lugar del poeta y del hombre en el mundo. Shvartz mezcla religiones, hechos históricos y los combina con la realidad y el misticismo. Las imágenes tienen mucha fuerza en sus poemas, como por ejemplo en "Flor-bestia" (1976):
“Seré violeta y roja,
purpúrea, negra, amarilla, dorada.
Estaré en una nube zumbante y peligrosa,
deseado bebedero de avispas y abejorros.
Cuando me marchite, oh Dios, oh Dios,
¿qué grumo mordido quedará?
Fría, con la piel reventada,
Animal-flor mediomuerta y marchitada
"Era difícil concebir su poesía, y por eso se consideró como si fuera una especia de mensajera de la Edad de Plata- desde principios del siglo XX hasta los años XX", dice el académico Alexander Kobrinski. Solamente a finales de los años 90 comenzó a publicarse en revistas especializadas.
Olga Sedakova: teóloga
Fuente: Photoxpress
La filóloga, doctora en teología y traductora Olga Sedakova (1949) publicó por primera vez en 1989 y también lo hizo fuera de la URSS, concretamente en París. Sus libros han sido traducidos al inglés, al francés, al chino y al hebreo. Escribe sobre el hombre y dios, que lo dirige a lo largo de su vida. Su tarjeta de visita es un poema del poemario Viaje chino (1986), del que reproducimos un fragmento:
Infeliz
es quien hablando con un huésped piensa en las cosas de mañana.
Infeliz
es quien hace las cosas y piensa en que las hace,
y no son el aire y el rayo quien le guían
como al pincel, la mariposa, la abeja..."
Sedakova no es solo una poeta, tiene presencia pública. Fue una de las intelectuales que habló negativamente de la reacción de la sociedad rusa ante los eventos del Maidán ucraniano y del trato que se le dio en la televisión rusa.
"Todos los que estamos en Rusia, los que estamos horrorizados ante una posible guerra en Crimea, nos sentimos desesperanzados. Aunque eso no es lo peor, lo peor es que resulta completamente imposible tener un diálogo con la gran mayoría de nuestros compatriotas, que de manera sincera, creen y repiten cada palabra de las repudiables calumnias con las que les alimenta la propaganda oficial. Esta propaganda provoca que haya un nivel sin precedentes de agresividad...No, no quiero ser culpable. Espero que no deje de tener esperanza en que la razón y la salud del alma vuelvan a Rusia
haya un futuro abierto y de libertad, un futuro en el que los espírtus malignos ahora tratan de asfixiar. Ojalá Dios impida que tengan éxito".
Les pido que si no perdonan a esta gente, por lo menos no dejen de esperar que la razón y la salud mental regresen a Rusia. Solamente en este caso ser
Les pido que si no perdonan a esta gente, por lo menos no dejen de esperar que la razón y la salud mental regresen a Rusia. Solamente en este caso será posible la paz por la que rogamos a Dios”.
Yelena Fanailova: ciudadana
Fuente: Photoxpress
La "poesía cívica" de Yelena Fanailova (1962) está vinculada al amor. El poema De nuevo están por su Afganistán (2001) narra la historia de un soldado que es enviado a luchar a Grozni, capital de Chechenia. La historia se entrelaza con la relación con su mujer. Ella vuela y lo ve, luego aborta y envejece. El soldado lucha, viola a chicas locales y vuelve a casa. "Ahora los amantes tiene cuarenta años... Nunca encontraré otro país como este".
A menudo se califica a Fanailova como una poeta severa, debido a su naturalismo y a la representación que hace de las personas (“Una mujer tullida en la playa, se quita su prótesis, nada y se tumba al sol”), por sus palabrotas ("Soy una persona vacía, un contenedor de mierda"), por ser directa y por sus particulares puntos de vista políticos ("La nación me saluda (...) cada día es hecha rehén, y es como si no lo sintiera"). Fanilova trabaja en Radio Liberty.
Vera Pavlova: amante
Fuente: RodrigoFernandez/wikipedia.org
Vera Pavlova (1963) escribe poesía con un obvio subtexto erótico. Muestra las diferentes etapas del desarrollo de una chica y las experiencias íntimas y sentimentales de una mujer contemporánea: desde la adquisición del primer sujetador y reflexiones sobre la virginidad hasta la primera de amor sensual, como si fuera la última. A menudo sus poemas están escrito en verso libre, algo menos común en ruso que en español, y cuentan tan solo con dos versos.
"Sexualidad adolescente, ¿y acaso hay otra?
Experiencia amorosa, ¿acaso existe otra?"
o
"Me he cepillado los dientes.
Hoy y yo estamos ahora empatados."
Vera Polozkova: estrella de la Red
Fuente:YouTube
Vera Polozkova pertenece a una generación de poetas más joven. Tiene 29 años y se hizo popular gracias a la Red, donde publicaba sus poemas en un blog de LiveJournal con el nombre de Vero4ka. Sus poemas son siempre un diálogo entre la protagonista y su amantes y a menudo tratan sobre la partida o los malentendidos. Los críticos la consideran amateur y naif.
Actualmente Polozkova recita en clubes que se llenan en cada ocasión. Actúa como lo hacen sus personajes en los poemas, también los graba en vídeo, les añade música, imágenes y literatura. "Quiero romper el género. Me parece muy aburrido ver a alguien subir al escenario con las manos temblorosas, tartamudeando, estropeando el final de los poemas y leyendo durante una hora", declaró en una entrevista en la revista Exper
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"Soy poeta, no poetisa", escribió Marina Tsvietáieva a su amigo y académico Yuri Ivask en 1934. Desde principios del siglo XIX la poesía escrita por mujeres se consideraba casi exclusivamente como si no fuera más que una serie de notas amorosas. Pero las dos poetas más importantes del siglo XX en Rusia, Tsvietáieva y Ajmátova, abandonaron esta categoría y entraron en lo que se consideraba el "mundo serio" de las letras.
Después de la Segunda Guerra Mundial la poesía escrita por mujeres se dedicada sobre todo a la memoria de las víctimas y los supervivientes. Destacan Olga Bergholz, con sus poemas acerca del sitio de Leningrado y Yulia Drúnina, que escribe sobre su hermana que toma las armas. En la URSS no se publicaban muchos de estos textos y en los años 60 y 70 había un activo mundo de poesía clandestina.
Yelena Shvartz: mística
Fuente: Photoxpress
Antes de los años 90 la poesía de Yelena Shvartz (1948-2010) se publicaba en samizdat (copias que se distribuían de manera escondida en la URSS) y su primera colección oficial se publicó en 1985 en Nueva York. Su obra trata, sobre todo, del lugar del poeta y del hombre en el mundo. Shvartz mezcla religiones, hechos históricos y los combina con la realidad y el misticismo. Las imágenes tienen mucha fuerza en sus poemas, como por ejemplo en "Flor-bestia" (1976):
“Seré violeta y roja,
purpúrea, negra, amarilla, dorada.
Estaré en una nube zumbante y peligrosa,
deseado bebedero de avispas y abejorros.
Cuando me marchite, oh Dios, oh Dios,
¿qué grumo mordido quedará?
Fría, con la piel reventada,
Animal-flor mediomuerta y marchitada
"Era difícil concebir su poesía, y por eso se consideró como si fuera una especia de mensajera de la Edad de Plata- desde principios del siglo XX hasta los años XX", dice el académico Alexander Kobrinski. Solamente a finales de los años 90 comenzó a publicarse en revistas especializadas.
Olga Sedakova: teóloga
Fuente: Photoxpress
La filóloga, doctora en teología y traductora Olga Sedakova (1949) publicó por primera vez en 1989 y también lo hizo fuera de la URSS, concretamente en París. Sus libros han sido traducidos al inglés, al francés, al chino y al hebreo. Escribe sobre el hombre y dios, que lo dirige a lo largo de su vida. Su tarjeta de visita es un poema del poemario Viaje chino (1986), del que reproducimos un fragmento:
Infeliz
es quien hablando con un huésped piensa en las cosas de mañana.
Infeliz
es quien hace las cosas y piensa en que las hace,
y no son el aire y el rayo quien le guían
como al pincel, la mariposa, la abeja..."
Sedakova no es solo una poeta, tiene presencia pública. Fue una de las intelectuales que habló negativamente de la reacción de la sociedad rusa ante los eventos del Maidán ucraniano y del trato que se le dio en la televisión rusa.
"Todos los que estamos en Rusia, los que estamos horrorizados ante una posible guerra en Crimea, nos sentimos desesperanzados. Aunque eso no es lo peor, lo peor es que resulta completamente imposible tener un diálogo con la gran mayoría de nuestros compatriotas, que de manera sincera, creen y repiten cada palabra de las repudiables calumnias con las que les alimenta la propaganda oficial. Esta propaganda provoca que haya un nivel sin precedentes de agresividad...No, no quiero ser culpable. Espero que no deje de tener esperanza en que la razón y la salud del alma vuelvan a Rusia
haya un futuro abierto y de libertad, un futuro en el que los espírtus malignos ahora tratan de asfixiar. Ojalá Dios impida que tengan éxito".
Les pido que si no perdonan a esta gente, por lo menos no dejen de esperar que la razón y la salud mental regresen a Rusia. Solamente en este caso ser
Les pido que si no perdonan a esta gente, por lo menos no dejen de esperar que la razón y la salud mental regresen a Rusia. Solamente en este caso será posible la paz por la que rogamos a Dios”.
Yelena Fanailova: ciudadana
Fuente: Photoxpress
La "poesía cívica" de Yelena Fanailova (1962) está vinculada al amor. El poema De nuevo están por su Afganistán (2001) narra la historia de un soldado que es enviado a luchar a Grozni, capital de Chechenia. La historia se entrelaza con la relación con su mujer. Ella vuela y lo ve, luego aborta y envejece. El soldado lucha, viola a chicas locales y vuelve a casa. "Ahora los amantes tiene cuarenta años... Nunca encontraré otro país como este".
A menudo se califica a Fanailova como una poeta severa, debido a su naturalismo y a la representación que hace de las personas (“Una mujer tullida en la playa, se quita su prótesis, nada y se tumba al sol”), por sus palabrotas ("Soy una persona vacía, un contenedor de mierda"), por ser directa y por sus particulares puntos de vista políticos ("La nación me saluda (...) cada día es hecha rehén, y es como si no lo sintiera"). Fanilova trabaja en Radio Liberty.
Vera Pavlova: amante
Fuente: RodrigoFernandez/wikipedia.org
Vera Pavlova (1963) escribe poesía con un obvio subtexto erótico. Muestra las diferentes etapas del desarrollo de una chica y las experiencias íntimas y sentimentales de una mujer contemporánea: desde la adquisición del primer sujetador y reflexiones sobre la virginidad hasta la primera de amor sensual, como si fuera la última. A menudo sus poemas están escrito en verso libre, algo menos común en ruso que en español, y cuentan tan solo con dos versos.
"Sexualidad adolescente, ¿y acaso hay otra?
Experiencia amorosa, ¿acaso existe otra?"
o
"Me he cepillado los dientes.
Hoy y yo estamos ahora empatados."
Vera Polozkova: estrella de la Red
Fuente:YouTube
Vera Polozkova pertenece a una generación de poetas más joven. Tiene 29 años y se hizo popular gracias a la Red, donde publicaba sus poemas en un blog de LiveJournal con el nombre de Vero4ka. Sus poemas son siempre un diálogo entre la protagonista y su amantes y a menudo tratan sobre la partida o los malentendidos. Los críticos la consideran amateur y naif.
Actualmente Polozkova recita en clubes que se llenan en cada ocasión. Actúa como lo hacen sus personajes en los poemas, también los graba en vídeo, les añade música, imágenes y literatura. "Quiero romper el género. Me parece muy aburrido ver a alguien subir al escenario con las manos temblorosas, tartamudeando, estropeando el final de los poemas y leyendo durante una hora", declaró en una entrevista en la revista Exper
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Pascual Lopez Sanchez- Administrador-Moderador
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Re: MAIACOVSKI (1893-1930) Y OTROS POETAS RUSOS
MARINA TSVIETÁIEVA
De Marina Tsvietáieva se ha dicho de todo, dentro y fuera de Rusia, desde que su fuerte temperamento creador comenzara a dar sus más precoces frutos con el inicio del siglo y sin embargo hoy sigue siendo la gran desconocida de la literatura rusa. Nacida en Moscú en 1892, fue autora de una de las más complejas obras literarias y dueña de una intensa biografía con las que dinamitó el falso orden moral y el verdadero desorden político que tuvo la desgracia de padecer, como rusa y como poeta, privilegiadamente. Pese a su dramático final (se ahorcó en Elabuga en 1941), su conflictiva peripecia personal cobra ahora nueva actualidad puesto que, por deseo de su hija, sólo en el año 2000 podrán ser conocidos sus archivos completos, que incluyen gran cantidad de textos, cartas y diarios inéditos.
Existe casi un millar de poemas y otras tantas cartas que reflejan su inteligente diálogo con figuras como Pasternak o Rilke, además de sus textos teatrales y medio centenar de obras en prosa de imprescindible lectura. Buena conocedora de los clásicos, Tsvietáieva reflexionó sobre las raíces euroasiáticas de Rusia, recuperó la tradición épica y folclórica y desarrolló unos temas poéticos esencialmente románticos y líricos. La mujer que pasaba por abanderar los ideales más conservadores en plena Edad de Plata estaba materializando con su manera de escribir, por no hablar de su propia vida, la innovación más radical de la cultura rusa.
Si cualquiera de sus ensayos es una fuente inagotable para el más exigente amante de la epigrafía, la colección de opiniones sobre Tsvietáieva es, como decíamos antes, casi infinita. «Una persona difícil porque, clínicamente hablando, era una verdadera mitómana. Eso le ayudaba a escribir, pero era una catástrofe para su vida», decía uno de sus contemporáneos compitiendo con otro que le criticaba que entrase «en la literatura en bata y con los rulos puestos, como si fuera al cuarto de baño». Personajes como Gorki, Trotski o el propio Mandelstam, a quien llegó a estar muy unida, no se quedan a la zaga en la incómoda digestión de esa existencia marcada por el dolor y la grandeza, «que no vivía más que de amor y de absoluto» en palabras de Véronique Lossky, quien figura entre los críticos que mejor han sabido indagar en la razón intuitiva y en la condición sagrada del arte de Marina Tsvietáieva.
El centenar de poemas de esta Antología ha sido entresacado de la primera edición de conjunto de su lírica para el lector ruso (1984). Cabe, por supuesto, discutir el acierto de la traducción de muchos de los versos aquí reunidos (Reina Palazón advierte que se trata de «traducciones, no versiones, que reproducen muy literalmente el texto original») y a menudo llama la atención la neutralidad con que aparecen en español, pero no están los tiempos como para no interpretar esa frialdad como un acto de respeto por el personal estilo de Tsvietáieva. Más aún, ese mecánico traslado de lo que los especialistas llaman el aparato gramatical, debería tener al cabo la virtud de no solapar tanta fuerza y tanto genio, y hasta es posible que sirva para despertar todavía más la curiosidad del lector sobre la voz más singular de la poesía rusa moderna. Y hablar de singularidad en la era de Maiakovski, Biely, Jlébnikov o el mismísimo Brodski es decir mucho de la apuesta de Tsvietáieva por no supeditar la pulsión creadora a las limitaciones del lenguaje humano.
Mandelstam elogiaba uno de los poemarios capitales de Pasternak diciendo que era «una colección de excelentes ejercicios respiratorios». En cada uno de sus poemas Tsvietáieva encontró una nueva manera de destruir las convenciones lingüísticas y estéticas y eso hace que su traducción sea especialmente difícil desde todo punto de vista porque, como señala su biógrafo Simon Karlinsky en Marina Tsvietáieva (Grijalbo Mondadori, 1991, traducción de F. Segovia), hasta «el desplazamiento sorpresivo del acento da a los versos un ritmo particular».
Precisamente el personal sistema de puntuación, muy vinculado a una formación musical que fue clave en su vida, es (y aún debería serlo más, sobre todo en lo que concierne a su traducción a otras lenguas) objeto de una larga reflexión sobre su sistema expresivo. «El guión –escribe Elizabeth Burgos– es para ella una forma de pausa que le permite respirar: «Cuando en mis escritos tropiece con un guión, sepa que se trata de un suspiro».
En todo caso hay que saludar con optimismo la aparición de esta nueva antología de Tsvietáieva porque, además de incluir algunos de los más hermosos poemas de la autora de Indicios terrestres, contribuye a normalizar un inaplazable pero complicado proceso que se enfrenta a numerosas dificultades: la traducción a nuestra lengua de una inmensa obra, de riquísimos matices, en la que el ensayo, la narrativa, el teatro o la correspondencia proyectan su genio poético hasta la cima de la modernidad literaria. Las excelentes ediciones de Selma Ancira (Cartas del verano de 1926, El poeta y el tiempo, El diablo) sólo se han visto arropadas hasta la fecha con pequeñas antologías aisladas (incluyendo las versiones de Severo Sarduy de sus Poemas franceses) que todavía están lejos de establecer una continuidad como la que se ha sabido dar a la difusión de sus textos en francés, inglés o alemán.
Pero ni las dificultades ni la demora en su difusión impiden que, desde su apasionada y múltiple condición de víctima, Marina Tsvietáieva relate con cada uno de sus versos su triunfo sobre el tiempo y la gravedad.
De Marina Tsvietáieva se ha dicho de todo, dentro y fuera de Rusia, desde que su fuerte temperamento creador comenzara a dar sus más precoces frutos con el inicio del siglo y sin embargo hoy sigue siendo la gran desconocida de la literatura rusa. Nacida en Moscú en 1892, fue autora de una de las más complejas obras literarias y dueña de una intensa biografía con las que dinamitó el falso orden moral y el verdadero desorden político que tuvo la desgracia de padecer, como rusa y como poeta, privilegiadamente. Pese a su dramático final (se ahorcó en Elabuga en 1941), su conflictiva peripecia personal cobra ahora nueva actualidad puesto que, por deseo de su hija, sólo en el año 2000 podrán ser conocidos sus archivos completos, que incluyen gran cantidad de textos, cartas y diarios inéditos.
Existe casi un millar de poemas y otras tantas cartas que reflejan su inteligente diálogo con figuras como Pasternak o Rilke, además de sus textos teatrales y medio centenar de obras en prosa de imprescindible lectura. Buena conocedora de los clásicos, Tsvietáieva reflexionó sobre las raíces euroasiáticas de Rusia, recuperó la tradición épica y folclórica y desarrolló unos temas poéticos esencialmente románticos y líricos. La mujer que pasaba por abanderar los ideales más conservadores en plena Edad de Plata estaba materializando con su manera de escribir, por no hablar de su propia vida, la innovación más radical de la cultura rusa.
Si cualquiera de sus ensayos es una fuente inagotable para el más exigente amante de la epigrafía, la colección de opiniones sobre Tsvietáieva es, como decíamos antes, casi infinita. «Una persona difícil porque, clínicamente hablando, era una verdadera mitómana. Eso le ayudaba a escribir, pero era una catástrofe para su vida», decía uno de sus contemporáneos compitiendo con otro que le criticaba que entrase «en la literatura en bata y con los rulos puestos, como si fuera al cuarto de baño». Personajes como Gorki, Trotski o el propio Mandelstam, a quien llegó a estar muy unida, no se quedan a la zaga en la incómoda digestión de esa existencia marcada por el dolor y la grandeza, «que no vivía más que de amor y de absoluto» en palabras de Véronique Lossky, quien figura entre los críticos que mejor han sabido indagar en la razón intuitiva y en la condición sagrada del arte de Marina Tsvietáieva.
El centenar de poemas de esta Antología ha sido entresacado de la primera edición de conjunto de su lírica para el lector ruso (1984). Cabe, por supuesto, discutir el acierto de la traducción de muchos de los versos aquí reunidos (Reina Palazón advierte que se trata de «traducciones, no versiones, que reproducen muy literalmente el texto original») y a menudo llama la atención la neutralidad con que aparecen en español, pero no están los tiempos como para no interpretar esa frialdad como un acto de respeto por el personal estilo de Tsvietáieva. Más aún, ese mecánico traslado de lo que los especialistas llaman el aparato gramatical, debería tener al cabo la virtud de no solapar tanta fuerza y tanto genio, y hasta es posible que sirva para despertar todavía más la curiosidad del lector sobre la voz más singular de la poesía rusa moderna. Y hablar de singularidad en la era de Maiakovski, Biely, Jlébnikov o el mismísimo Brodski es decir mucho de la apuesta de Tsvietáieva por no supeditar la pulsión creadora a las limitaciones del lenguaje humano.
Mandelstam elogiaba uno de los poemarios capitales de Pasternak diciendo que era «una colección de excelentes ejercicios respiratorios». En cada uno de sus poemas Tsvietáieva encontró una nueva manera de destruir las convenciones lingüísticas y estéticas y eso hace que su traducción sea especialmente difícil desde todo punto de vista porque, como señala su biógrafo Simon Karlinsky en Marina Tsvietáieva (Grijalbo Mondadori, 1991, traducción de F. Segovia), hasta «el desplazamiento sorpresivo del acento da a los versos un ritmo particular».
Precisamente el personal sistema de puntuación, muy vinculado a una formación musical que fue clave en su vida, es (y aún debería serlo más, sobre todo en lo que concierne a su traducción a otras lenguas) objeto de una larga reflexión sobre su sistema expresivo. «El guión –escribe Elizabeth Burgos– es para ella una forma de pausa que le permite respirar: «Cuando en mis escritos tropiece con un guión, sepa que se trata de un suspiro».
En todo caso hay que saludar con optimismo la aparición de esta nueva antología de Tsvietáieva porque, además de incluir algunos de los más hermosos poemas de la autora de Indicios terrestres, contribuye a normalizar un inaplazable pero complicado proceso que se enfrenta a numerosas dificultades: la traducción a nuestra lengua de una inmensa obra, de riquísimos matices, en la que el ensayo, la narrativa, el teatro o la correspondencia proyectan su genio poético hasta la cima de la modernidad literaria. Las excelentes ediciones de Selma Ancira (Cartas del verano de 1926, El poeta y el tiempo, El diablo) sólo se han visto arropadas hasta la fecha con pequeñas antologías aisladas (incluyendo las versiones de Severo Sarduy de sus Poemas franceses) que todavía están lejos de establecer una continuidad como la que se ha sabido dar a la difusión de sus textos en francés, inglés o alemán.
Pero ni las dificultades ni la demora en su difusión impiden que, desde su apasionada y múltiple condición de víctima, Marina Tsvietáieva relate con cada uno de sus versos su triunfo sobre el tiempo y la gravedad.
Última edición por Pascual Lopez Sanchez el Sáb Mar 11, 2023 5:40 am, editado 1 vez
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