Poemas de Amor

MADRIGAL DE LA MUJER ISLEÑA



Tú llevas en tus formas la armonía

De nuestros valles y nuestras montañas.

Y así el mar, a tus plantas, se extasía,

Con un rumor de sílabas extrañas.



Penumbra de arrorró, luz de folía,

En el goce o dolor nos acompañas.

Todo el bosque, en tu voz, es melodía;

Todo el volcán palpita en tus entrañas.



Tú eres la esencia de este paraíso

Anclado en el azul. Y es que Dios quiso

Dar a tu ser tan peregrinas artes



Que surges, con tu dulce realeza,

Lo mismo que una isla de belleza

Rodeada de amor por todas partes.



(EMETERIO GUTIÉRREZ ALBELO)

DE UN ÁLBUM



Al posarse tus manos —fugitivas palomas—

En las páginas bellas de este libro encantado,

Mensajero de ensueños y sutiles aromas,

En albura de nieve prisionero ha quedado.



Te comparó un poeta a un astro refulgente,

Mas en el brillo intenso de tu mirada inquieta,

Hay un vago misterio, amalgama secreta

Del albor matutino con la luz del poniente.



Mañana, cuando tornes al Madrid bullicioso,

Y comparen tus ojos este cuadro borroso

Con los parques fragantes, en tu casa, después



Darás, Luz, al olvido el rumoroso huerto;

Mas si vuelven tus ojos sobre el álbum abierto

Florecerán de nuevo mis rosas a tus pies.



(JOSÉ HERNÁNDEZ AMADOR: LA LAGUNA, 1878 - 1945 )

Fte.- BienMeSabe.Org

Poeta n. y m. en La Laguna (Tenerife), ciudad en la que residió siempre, salvo una breve estancia en Andalucía. Catedrático de Historia en la Escuela de Comercio Tenerife. Profesor del Colegio Politécnico de La Laguna (Tenerife).
 

SONETO I



¡Fresca arboleda del jardín sombrío,

Clara fuente, sonoras avecillas,

Verde prado que esmaltas las orillas

Del celebrado y anchuroso río!



¡Grata Aurora que viertes ya el rocío

Por entre nubes rojas y amarillas,

Bello horizonte de lejanas villas,

Aura blanda que templas el estío!



¡Oh soledad! Quien puede te posea:

Que yo gozara en tu apacible seno

El placer que otros ánimos recrea,



Si tu silencio, y tu retiro ameno

Más viva no ofrecieran a mi idea

La imagen de la ingrata por quien peno.





(TOMÁS IRIARTE: PT. DE LA CRUZ, 1750 - MADRID, 1791 )



Para mayor información biográfica puede acudirse a SONETOS DEL SIGLO XVIII.

SONETO VIII



Fili, siempre cruel, y envanecida

Por que debiste a Venus tantos dones,

La edad te cogerá desprevenida,

Y el viento llevará tus presunciones.



Perderás la madeja que esparcida

Al soplo de los céfiros expones;

Y huirá de la tez envejecida

Ese color que al de la rosa opones.



Entonces al espejo podrás verte,

Y exclamarás: ¿Por qué no pensaría,

Mientras hermosa fui, joven y fuerte,



Como hoy pienso al perder mi lozanía?

O ¿por qué, cuando pienso de esta suerte,

La hermosura no tengo que tenía?



(TOMÁS IRIARTE)

SONETO IX



"Estado feliz del amor "



¡Ay de ti, si proféticos amores

Manteniendo de verdes esperanzas,

Ausencia sufres o desconfianzas,

Hecho el ánimo a prueba de rigores!



¡Ay de ti, si después que los favores

De tu hermosura idolatrada alcanzas,

Empiezas a inferir de sus mudanzas

Que se ha cansado ya de que la adores!



El que de Amor la tiranía siente,

Ya al principio, ya al fin es desdichado:

Solo es feliz quien goza el bien presente,



Sin que a su idea sirvan de cuidado

Los males que pasó de Pretendiente,

Ni los que pasará de Jubilado.



(TOMÁS IRIARTE)

EL ELOGIO DE TU RISA



¡Oh, tu risa! El divino tesoro

De tu risa! Son armonioso y blando

Que en mis oídos cae, deslizando

Entre el gallardo trino, un "Yo te adoro".



Es un gorjeo plácido, canoro,

Que sale de tus labios tintinando,

Como una blanca perla rebotando

Sobre una suave lámina de oro.



¡Oh, cabecita loca y adornada!;

Ríe siempre, tu loca carcajada

Es un reto al dolor: Ríe, Divina.



¿Qué es el mal, la injusticia, el desencanto

Y el tedio de la vida, ante el encanto

De una nítida perla que tintina?



(FRANCISCO IZQUIERDO; LA LAGUNA, 1886 - LA HABANA 1971 )



Fte.- GEVIC:



Francisco Izquierdo (La Laguna, Tenerife, 1886 – La Habana, Cuba, 1971) Autor de dos libros de poemas que lo integran en la veta modernista: Alta plática (1915), con prólogo de Manuel Verdugo, y Medallas (1925). Publicó sus primeros poemas en el periódico Diario de Tenerife y marchó a Cuba en 1916, donde permaneció veinte años trabajando como redactor en Diario de la Marina. En 1936 regresa a Tenerife y de entonces son los poemas aparecidos en La Tarde. No obstante, marchó definitivamente a Cuba donde falleció en 1971

EL MADRIGAL DE TUS MANOS



Tus manos son dos rosas: delicadas

Blancas rosas de amor, que abiertas fueran

Por dos rayos de luna que estuvieran

De su ingenuo candor enamoradas.



Si el fuego en que se animan sus miradas

Por peregrino modo recogieran,

Dos luces, las dos flores se volvieran,

Al culto de la Virgen consagradas.



Pulcras manos de niña principal:

Vuestra excelsa blancura no desdora

El roce de la aguja y el dedal.



El sello del trabajo nunca humilla.

¡También las tuvo así nuestra señora

Doña Isabel Primera de Castilla!...



(FRANCISCO IZQUIERDO)

EL MISTERIO DE TUS OJOS



Mirando tu mirada, se comprende

Todo lo ambiguo de la vida actual:

Esa luz insondable en que se enciende

¿Es ropaje del bien o flor del mal?



Escrutando en el fondo, se sorprende

Como un alto deseo espiritual,

Burlona ríe a veces y otras prende

En viva llama lúbrica, infernal.



Amantes, desdeñosas o tranquilas

Me estremecen, me acucian tus miradas:

¿Eres Marta?... ¿María?... ¿Salomé?...



¡Misteriosa atracción de tus pupilas!...

¡Piedras trágicas, verdes, irisadas

Como aquellas malditas de Astarté!



(FRANCISCO IZQUIERDO)

¡ARRIBA, CORAZÓN!...



¡Arriba, corazón!... ¿Estás cansado?

¿Tu belicoso ánimo flaquea?...

¡Pareces empeñarte en que te crea

Un viejo setentón desengañado!



No quiero verte triste, resignado,

Y es preciso que vibre en la pelea

Tu febril entusiasmo por la Idea:

¡Hay que ser fuerte, corazón, y osado!...



Te ha mandado tu fe, Dios y tu espada

Una bandera sostener izada,

Contra todo orgullosa y arrogante;



¿Son tus penas de amor? ¿Son desengaños?

¿Y tus dulces, floridos veinte años?...

¡Arriba, corazón!... ¡Siempre adelante!



(FRANCISCO IZQUIERDO)

NUPCIAL





Ven acá Princesita, ven; depón tus enojos

Que se irradie de gozo tu semblante de aurora,

¡Ya el arroyo te espera, con su linfa sonora

Que tachonarse quiere con tus divinos ojos!



El campo está cubierto de mirtos y azucenas

Los ruiseñores trinan… hasta el insecto ama!

Y tu voz, bajo el palio de la verde retama,

Acaso es la parodia de una lira que suena!



Ven acá, para amarnos al frescor de la fuente

Mientras sus rojas teas va encendiendo el Oriente,

Dibujando quimeras sobre el agua que pasa…



Ven a ver en los lampos que fulgura su espejo

El balcón florecido y el tejado bermejo

De aquel nido de amores que ha de ser nuestra casa!...



(FRANCISCO JORDÁN FRANCHY: HARÍA- LANZAROTE, 1880 / SANTA CRUZ DE TENERIFE, 1963)



Fte.- eldiario.es



Francisco Jordán Franchy, marino lanzaroteño, nació en 1888 en Haría, y murió en La Habana en 1963. Su infancia se desarrolló en su pueblo y en la isla Alegranza, ya que su padre fue destinado a ella como farero. Sobre la cual escribió en su poema:




Tosco peñón secular

que sobre el azul Atlántico

tiene el aspecto romántico

de los colores del mar.

 

En 1902 se desplazan a Arrecife donde hace el bachiller. Se graduó en la Escuela de Marina de Tenerife primero de piloto, en 1912 y como capitán de la Marina Mercante en 1918.

 

En este ambiente sereno

se deslizaba mi infancia,

cuando el Hado en su inconstancia

me dijo con voz de trueno:

“Un mundo de glorias lleno

encierra el mar para ti...”

 

El pailebot ‘Bella Lucía’ fue el primer barco que dirigió como capitán. Fueron muchos los viajes realizados entre las islas y, numerosas también las travesías hacia los puertos americanos.


Logró burlar el huracán del 25 de septiembre de 1929 y llegar a La Habana con doce horas de antelación, motivo de felicitaciones y homenajes. Solicitó destino en la Compañía Naviera de Cuba.

Francisco Jordán atrae sobre todo por su obra, formada por un total de nueve libros con una poesía sencilla, sincera, llena de frescura y de colorido, una poesía romántica costumbrista, sin versos y frases rebuscadas, sin excesivo cuidado por las formas y los cánones. Sus versos están llenos de sugerencias marinas, se nota que su formación no ha sido libresca, sino que ha bebido de la naturaleza y de la vida. Su poesía es muy personal. Cada verso de su obra tiene el origen en una vivencia propia.

"No he hecho nada definitivo en mi inclinación literaria. Mis libros son montones de versos escritos al azar, producidos con la profusión de las naturalezas salvajes que producen por necesidad de producir. Momentos vividos que quedaron presos en las páginas de algún álbum o en las varillas de un abanico y luego recopilados a instancias de quienes nunca deben ser oídos: los amigos".



De su poema ‘Palmeras de Cuba’, extraemos:

Son columnas de plata, arcos de gloria

Si sus penachos aproxima al viento;

¡Abrazo militar, en campamento,

Entre titanes de una misma historia! 



Publicó sus obras canarias Espigas y amapolas (1913), Tinerfe (1913) y sus obras cubanas Olas que pasan (1930) Ediciones de Autor, Imprenta La Ideal, Campana de a bordo (1934), Editorial Imprenta Sucre y Versos de Retaguardia (1938), a la vez que colaboraba con revistas canario-cubanas de la época, como Tierra Canaria. Dejó inéditos La isla azul y Playa sonora. Fue laureado con la Cruz del Mérito Naval de Primera Clase.

AFRODITA



Sobre la albura mágica del lecho,

Las rosas de su carne se mostraron,

Que en la curva del vientre se plegaron

Y abrieron sus botones, sobre el pecho…

 

Al verla, como búcaro deshecho,

Que, sobre de la nieve, abandonaron,

Mis brazos fervorosos la tomaron

Y toda la besé de trecho en trecho…



Estremeció febril sus senos blancos;

Mis besos resbalaron por sus flancos,

Como tropel de abejas rumorosas,



Y me detuve, un punto, vampiresco,

Como lo hiciera el fauno más grotesco,

Para sorber las mieles de sus rosas.



(FRANCISCO JORDÁN FRANCHY)

ANFITRITE Y POSEIDÓN



Átomo por átomo, besara

El nácar de tus carnes primorosas,

Donde esplenden las luces misteriosas,

Que reflejan los soles de tu cara…



Como vibrante lira te pulsara,

Glosando tus bellezas armoniosas,

Y pétalo por pétalo, las rosas

De tus vírgenes senos deshojara…



Admirando del mar su poliforme

Ceremonia de añil, en el enorme

Templo donde oficia la Ilusión,



En la magnificencia de sus ritos,

Reviviendo la pompa de sus mitos,

Seríamos Anfitrite y Poseidón…



(FRANCISCO JORDÁN FRENCHY)

AMO, ERGO SUM



De altas aves rozado y firmamento,

Yo era un cerebro en solitaria almena

Fuste sin corazón, de luna llena.

Era dueño de mí, dueño de viento.



Mas de pronto un letal descendimiento,

Una presencia mía en forma ajena,

Una muerte pisando sobre arena

Desposeyó mi carne sin tormento.



Mi corazón, mis venas cada día

Más ajenas me habitan y más muero.

He dado mi razón, mi fe, mi hombría.



Todo te he dado, amor, nada soy; pero

Te siento aquí, te siento ya tan mía

Que solo sé que soy porque te quiero.



(PEDRO LEZCANO: MADRID 1920 / LAS PALMAS DE GRAN CANARIA 2002)



FTE.- blogdeleonbarreto



Como bien recoge Teresa Cancio en su extraordinaria tesis doctoral, Pedro Lezcano —nacido en Madrid, 1920, criado en Gran Canaria, fallecido en 2002– fue impresor, dibujante, ajedrecista, político que llegó a presidente del Cabildo, submarinista, conocedor de setas (micólogo), narrador, dramaturgo y, sobre todo grandísimo poeta de la calle. En sus últimos años con el grupo Mestisay fue musicada parte de su obra y fue a Cuba, a Argentina y otros lugares de América Latina. Él es uno de los poetas fundamentales del siglo XX en Canarias, su voz fue cívica, su voz fue política, su voz fue estética y sin embargo es casi imposible encontrar un libro suyo en alguna librería. Tal vez aquel modelo de ética cívica y de humanismo crítico que predicaba ha hecho mutis por el foro en tiempos de ligereza y evanescencia. Y, sin embargo, sus versos todavía están calientes como el pan recién hecho. ¿Cómo no emocionarse con aquel Consejo de Paz que provocó un consejo de guerra? Muchas veces elogié ante Pedro su humanismo, y respondía que no tiene mérito, ya que sería tan absurdo como homenajear a los perros por ser perrunos. En realidad, aquella conciencia panteísta, aquella identificación con la naturaleza, aquella vena polifacética y creativa, aquella sintonía con la calle, aquella noción de practicar una literatura arraigada y a la vez comprometida con su tiempo ya no son actitudes de hoy, a veces la poesía se ha vuelto abstracta, poesía del lenguaje, metapoesía para abrir con un abrelatas. Pero Pedro nos daba una voz clara y bella como el agua limpia, acento poderoso que enardecía a las masas. En cierto modo Agustín Millares y él fueron nuestros Neruda mitineros con corazón del pueblo.

NEVADA



Cándidos besos llueven con cuidado

No se despierte el alma de repente.

Besos de desamor, besos de ausente,

Besos de corazón a cero grado.



Besos de amor que nadie nos ha dado.

Besos de adiós en amarilla frente.

Soñados besos del adolescente,

Que envejecen el alma y el peinado.



Besos de virgen o ángel a porfía

Visten la luz de novia o mariposas,

Tenaces y febriles y posesos…



Besos del más allá que nos envía

La legión de los muertos o las rosas.

Besos de almas quizá o almas de besos.



(PEDRO LEZCANO)

ENSUEÑO



Al escanciar las mieles sabrosas del ensueño,

En la copa de oro que me brinda Morfeo,

Como en lejanos días ante mis ojos veo,

La blancura de nieve de tu cuerpo sedeño.



Otra vez, como antaño, en tus miradas creo,

Y ante la indiferencia, es inútil mi empeño;

Contra la dura roca se siente el mar pequeño,

Y es tu corazón roca, y mar es mi deseo.



Mi mayor pesadilla son tus azules ojos,

Y mi anhelo más grande tus frescos labios rojos

Llenos de un casto brillo romántico y sensual.



Y viera la más preciada ilusión de mi vida,

En toda su magnífica idealidad, cumplida,

Al desflorar temblando tus labios de vestal.



(MANUEL MANRIQUE)

 NO ENCUENTRO DATOS BIOGRÁFICOS SUYOS

MOTIVO PAGANO



En las tupidas frondas de la verde floresta,

Grave y acariciante, sutil y arrobadora,

Se oye la melodía de una flauta sonora

A cuyos ecos vibra todo el follaje en fiesta.



Las ninfas que la escuchan, en turba bullidora

Abandonan la dulce placidez de la siesta

Y danzan de la mano en desnudez que presta

A las sombras del bosque claridades de aurora.



La flauta se va oyendo cada vez más cercana;

La armonía del Todo a su armonía hermana,

Y pone en las deidades un infinito afán.



Mas, de pronto, han sonado pisadas misteriosas,

Y en tanto que las ninfas se ocultan temblorosas,

Del fondo de la selva surge el divino Pan.



(MANUEL MANRIQUE)

SÍMIL



¡Mujeres! ¡Flores! Igualmente bellas,

Del alma y los sentidos alegría,

Ellas son las que endulzan esta fría

Realidad de vivir, tan solo ellas.



Doquier palpiten sus divinas huellas

Habrá aromas y luz y poesía;

Sin su presencia el existir sería

Una noche infinita sin estrellas.



Su perfume la flor rinde a la brisa;

En amor la mujer su ciencia agota,

Cada botón abierto es una nota



Que el tibio beso de la luz irisa;

Cada mujer que nace, una sonrisa

Que entre la tierra y los espacios flota.



(DOMINGO J. MANRIQUE; TETIR - FUERTEVENTURA- 1869 / MADRID, 1934 )



Fte.- BienMeSabe.org



Poeta n. en Vega de Tetir (Fuerteventura) y m. en Madrid. Primeros estudios en Puerto del Rosario. Pasa a La Laguna (Tenerife). Estudia bachillerato en el Instituto General de Canarias, donde en 1902 será profesor de Caligrafía, y dos años después catedrático de esa disciplina, que enseñaría en la Escuela Normal de dicha ciudad.

UN CARARET

(Apunte)




A media luz la sala; en el círculo opaco

Que, atenuada, proyecta la luz artificial,

Viejos adoradores de Venus y de Baco,

Mozalbetes y heteras en conjunción sexual.




Prostitutas que beben y gustan del tabaco,

Un incómodo asiento y un café nominal;

A nuestro lado un punto de mirada glacial 


A cuya sola vista se presiente el atraco.




En la escena unas tiples que, con voz apagada,

Marcan la frase chula de los cuplets obscenos,

Temblantes las caderas y desnudos los senos,




Y un público que ruge como bestia encelada

Ante aquellos espasmos de la carne viciada,

Portadora del rastro de todos los venenos.

(DOMINGO J.MANRIQUE)

TU RISA

 

Tu risa, bajo el negro palio de tu melena

Es cual cantar de alondra que, de la luz avara,

Entre nimbos astrales y alburas de azucena

En estrofas de oro sus notas desgranara.



Cuando ríes y tiemblan las rosas de tu cara

Y en diamantes se tornan tus ojos de agarena,

Parece que el espacio de claridad se llena,

Es como si a tu rostro la gloria se asomara.



Tu risa: ¡Cuántas veces mi espíritu la evoca!

Festín de maravillas con luz de madrigales,

Orgía de embelesos, perturbadora y loca;



Y osados, tentadores, divinos y triunfales

Tus blancos dientes como diminutos puñales

Prendidos en el rojo milagro de tu boca.



(DOMINGO J. MANRIQUE)

BEATRIZ DE PORTINARI





Ángel, diosa o mujer, tan bella era,



Que solo imaginarla es vano empeño.



¿Fue la dichosa realidad de un sueño



O la dulce visión de una quimera?





¿Calcó el Divino Orfebre la severa



Línea de su cuerpo en el diseño



Del dios Amor, o acaso fue el risueño



Espejismo de un sol de primavera?





Tal hermosura el cielo darle quiso,



Tal secreta atracción a su semblante,



Que viviendo por ella vivió el Dante,





Y para aquel amor le fue preciso



Poner juntos Infierno y Paraíso,



Porque una eternidad no era bastante.


(DOMINGO J. MANRIQUE)

YO HE CANTADO A UNOS OJOS…



Yo he cantado a unos ojos que, por mi amargo sino,

Cruzáronse en mi senda, bellos y retadores;

Yo me abrasé en la llama de sus vivos fulgores,

Y ellos desorientaron mi rumbo y mi destino.



Acaso conociendo mi sed de peregrino,

Llegaron a mi vera falaces y traidores;

Me hirieron a mansalva como dos malhechores

Y exangüe me dejaron en medio del camino.



Tus ojos, como aquellos que mi ilusión truncaron,

En sus penumbras llevan irisaciones de oro;

Si es que buscan la presa con que, tal vez, soñaron,



A mi triste retiro ¡ay, cuán tarde llegaron!

Que un corazón tenía por único tesoro,

Un corazón que, aleves, aquellos me robaron.


(DOMINGO J. MANRIQUE)

SONETO



A…



De esos cándidos ojos celestiales

El fuego seductor mi alma ilumina,

Y su vívida lumbre peregrina

Ansioso el corazón bebe a raudales:



Esas negras pupilas virginales

Oculta por piedad, mujer divina,

Y esa dulce mirada que fascina

Y solo sirve a acrecentar mis males…



Mas no hermosa; a mi vista con enojos

No ocultes nunca esos luceros bellos,

Esos del sol magníficos despojos



Del alba matinal claros destellos:

Vea yo siempre tus divinos ojos,

Aunque haya de encontrar mi muerte en ellos.



(MANUEL MARRERO TORRES; STA. CRUZ DE TENERIFE 1823 - 1855)



Fte.- La Web de las BIOGRAFÍAS



Escritor español, nacido y muerto en Santa Cruz de Tenerife. Tuvo que trabajar como aprendiz de tipógrafo desde su adolescencia, a raíz de la prematura muerte de su padre, y fue un intelectual casi autodidacta pero de profunda formación. El mismo año de su muerte se publicó un volumen que reunía sus cuarenta y nueve Poesías, de estilo apasionadamente romántico y evidentes influencias de Byron, Lamartine, Víctor Hugo, Espronceda y Zorrilla. Algunas de ellas tienen también una sutil vena satírica y humorística, otras tienen encendidos acentos patrióticos, y en muchas se trasluce un sentimiento de culto panteísta de la naturaleza.

SONETO



Ese limpio reflejo matinal

Que en tu aurora derrama sus fulgores,

Alumbre el casto porvenir de amores

De tu vida inocente, angelical:



De esa vida que en sueño divinal

Se retrata en las urnas de colores

En donde beben las risueñas flores

El rocío de aljófar y cristal;



Y goza tus purísimos Abriles

En ese cielo de carmín y rosa

Que pintan los delirios juveniles,



Porque es breve esa dicha misteriosa

Y presto se marchita en sus pensiles

La blanca flor de la existencia hermosa.



(MANUEL MARRERO TORRES)

A CRISTINA



SONETO



Tú eres el lirio, que fragante aroma

Bebe en el ámbar que del Cielo emana,

El ángel que le presta a la mañana

Rosada luz que en el oriente asoma.



Tu eres la bella, tímida paloma

Que de oro y arreboles se engalana,

Y en la Arabia feliz extiende ufana

Plumaje azul en la pintada loma.



Tú eres la blanca virgen peregrina

Que revela al pintor sus creaciones:

Hay en tu rostro una expresión divina;



Tu risa llena el alma de ilusiones,

Y la luz de tus ojos que fascina

Al poeta le brinda inspiraciones.



(MANUEL MARRERO TORRES)

A CARMEN


SONETO



Gozo tanto en mirarte, que me olvido

De lo mucho que sufro con no verte,

Y vivo con tu vida de tal suerte

Que me figuro que antes no he vivido.



Tu amor el rayo fulgurante ha sido

Que dio aliento vital al pecho inerte:

El ángel eres que arrancó a la muerte

La vaga sombra de mi bien perdido.



No hay un solo recuerdo en mi memoria

Que no te pertenezca; un pensamiento

Que tú no inspires, y te adoro tanto,



Que no envidio la dicha de la Gloria

Mientras guarde la fe de un juramento

Que por ser de tus labios es tan santo.



(RAFAEL MARTÍN FERNÁNDEZ NEDA: LA OROTAVA, 1883 / MADRID, 1908).



Fte.- La Web de las BIOGRAFÍAS



Martín Fernández Neda, Rafael (1843-1905).(*)







Escritor español nacido en Villa de la Orotava y muerto en Madrid. Establecido en Madrid a partir de 1862, y casado con la también poetisa Carmen González del Castillo, se suicidó sobre el sepulcro de su esposa al poco de la muerte de ésta. En 1859 publicó su extenso poema narrativo El doncel de Mondragón, bajo el seudónimo de Aned-Anelif-Ruigame. Posteriormente publicó Auroras (1865), donde combina los acentos románticos con un tono filosófico y moral muy original. Fue también traductor de poetas románticos franceses y alemanes, y colaborador de la prensa periódica, con finos y muy bien ambientados artículos de costumbres.



(*) HAY DIFERENTES VERSIONES SOBRE LA FECHA DE SU NACIMIENTO Y SU MUERTE.



FTE.- ISLAS PERDIDAS

Rafael Martín Fernández Neda nació en La Orotava, el 28 de noviembre de 1833. Desde 1852 comienza a publicar poemas en los periódicos de Santa Cruz de Tenerife, El Noticioso de Canarias y en El Eco del Comercio. 

Se sabe que estudió Derecho en La Laguna durante el bienio progresista, es decir, entre 1854 y 1856. Durante estos años sigue publicando poemas y ensayos en los periódicos antes citados. Algunos de esos poemas figuran en el libro Auroras pero otros no, como es el caso del dedicado a la poeta Fernanda Siliuto con motivo de su muerte, ocurrida en 1859.

En Septiembre de ese mismo año viaja a Madrid donde permanece un sólo año, ya que en septiembre de 1861 publica en el Eco del Comercio un poema fechado en La Orotava.

No se sabe con seguridad en qué año regresa de nuevo a Madrid. Lo cierto es que su libro Auroras se publica en dicha ciudad en 1865 y que su autor permanecerá en ella, con algunos paréntesis de viajes efectuados a Francia y Suiza, hasta su muerte.

Casado con la también poeta orotavense Carmen González del Castillo, al morir esta en 1905 el poeta cae en una profunda depresión que lo lleva a quitarse la vida, ese mismo año, ante la tumba de su esposa.

No cabe duda de que Fernández Neda fue un poeta de su tiempo y que de él asimiló aquello que mejor convenía a su personalidad y a su poesía, que, por encima de todo guarda una estrecha relación con lo que fue su vida, y su visión sobre la realidad que lo rodeaba. Como afirma Pérez Galdós en la crítica que con motivo de la edición de su libro Auroras escribió en el periódico La Nación de Madrid, en su poesía «se encuentra el sentimiento junto a la sátira; la gravedad lírica del amor platónico junto a la triste hilaridad del amor desengañado…; descripciones en las que se adula a la diosa Naturaleza como hace Zorrilla, a lado de otras en la que se la insulta, a manera de Heine».

A MI AMADA



SONETO



¡Oh virgen del Edén, hurí preciosa,

Imagen del amor y la ternura,

Más bella que la flor cándida y pura

Que nos prodiga la pradera hermosa!



Dios te dotó de la virtud preciosa

Que del bien llena al alma y de ventura,

Y del pesar que al corazón tortura

Calma la herida cruel y dolorosa.



Si para hacer el bien fuiste nacida,

Y alivian tus virtudes el quebranto

Y los dolores de incurable herida;



Enjuga, hermosa, mi continuo llanto;

Y con tu amor devuélveme la vida,

Ya que te admiro y que te adoro tanto.



(AMARANTO MARTÍNEZ ESCOBAR. LAS PALMAS DE GRAN CANARIA 1835 / 1912)



Fte.- Mi Playa de Las Canteras



D. Amaranto nació en Las Palmas, en 1835 y murió en la misma ciudad en 1912. Fue nieto del imaginero Lujan Pérez y hermano de los célebres sacerdotes don Emiliano y don Teófilo Martínez de Escobar, ambos canónigos de gran cultura y de ideario liberal. Don Amaranto fue hombre inquieto, de carácter muy afable y jovial, patriota efectivo, no de palabra, y comprometido siempre con los empeños de toda índole de carácter progresivo. Fue socio co-fundador del Museo Canario y uno de sus dirigentes primeros más activos.



Fue desde siempre un adicto a la playa de Las Canteras. En el siglo XIX la playa (que era un paraje desierto) solía ser visitada anualmente por los habitantes de Las Palmas en la estación de los baños, no por muchos, y prácticamente olvidada el resto del año, salvo por la gente que vivía del mar en torno a La Puntilla. D. Amaranto en cambio, la visitaba con mucha frecuencia y era un fervoroso panegirista de sus excelencias. Tanto, que hacia finales del XIX llegó a residir permanentemente en ella, en chalets que fueron las primeras edificaciones urbanas en el lugar, de los cuales uno todavía subsiste, con su pintoresco mirador, al final de la calle Franchy y Roca, casi en el mismo Paseo de Las Canteras, a pocos metros de la terminación de la «Playa Chica».

LA VENUS DE MI JARDÍN



Con tristeza recuerdo los floridos abriles

En las horas dormidas de mi jardín risueño,

Donde solo violaban frescas brisas sutiles

El juvenil encanto de mi lírico ensueño.



Adoraba a una Venus que fuentes armoniosas

A sus pies desgranaban delicada canción…

Y siempre le llevaba las brazadas de rosas

A la que muda estaba para mi corazón.



Con los años quedose cubierta de rosales

Y bajo la caricia de tiernos madrigales

Que mi pasión rimara con dulzura y fervor.



Venus que, en mi camino, fue la bella alborada

Que iluminó mi vida con clara llamarada

Convertida en hoguera de un imposible amor.



(NICOLÁS MINGORANCE: STA. CRUZ DE TENERIFE, 1903 - SANTIAGO DE CHILE, 1999)



Fte.- Historia y personajes del Sur de Tenerife: el Blog de Octavio Rodríguez Delgado



"... don Nicolás Mingorance Pérez (1903-1999), natural de Santa Cruz de Tenerife, fue actor cómico-dramático, poeta, periodista, directivo de varias sociedades culturales y deportivas, presidente de la Asociación General de Empleados de Comercio, Industria y Banca, presidente de la Sección de Tejidos, Sombrererías y Peleterías, dirigente de la Agrupación Socialista Tinerfeña y concejal del Frente Popular de Santa Cruz, preso político fugado, sargento del Ejército Republicano y exiliado en Chile, donde murió…" (*)



(*) He puesto el artículo incompleto.

BÁQUICA



Suelto el cabello, palpitante el seno,

Con espasmos de lúbrico erotismo,

Bordeaba entre besos el abismo,

Flotando, sin mancharse, sobre el cieno.



Apenas su pureza débil freno

Oponiendo a su torpe sensualismo;

Fascinada por lúbrico espejismo,

Aproximó a sus labios el veneno.



Él la atrajo hacia sí, y ella, sencilla,

(Como el mal ignorado no acobarda)

Ebria de amor, sentose en su rodilla.



Una oleada de pudicia, tarda,

La nieve enrojeció de su mejilla…

¡Y huyó, espantado, el ángel de su guarda!



(ELÍAS MIQUEL. Pese  a que encuentro actos en los que ha participado el autor, con su figura y rostro que lo identifican plenamente, no encuentro ningúan dato biográfico)

SONETO



Yo nací para amar: Amor me llama

Lo mismo que el imán llama al acero;

Y aunque sufro al amar, amar prefiero;

Que más goza, sufriendo, quien más ama.



El ardor de este fuego que me inflama

Me ocasiona, al sentirlo, un goce fiero;

¡No es digno de piedad el caballero

Que goza en los desdenes de una dama!



Más adoro a mi hermosa en su desvío,

Que, si amante y rendida, amor invoca

O compasión le pide al pecho mío.



Su desdén más a amarla me provoca.

¡Cuanto más la combate el mar bravío

Aún más firme y más dura está la roca!



(ELÍAS MIQUEL)

EL BESO DE EUNICE



Vencida por su amor casto y profundo,

Contempla, Eunice, de su amado y dueño

La soberbia escultura; y, en un ensueño,

La siente reanimarse en un segundo.



¡Pobre esclava!; no hay nada ya en el Mundo

Que pueda disuadirla de su empeño:

Del marmóreo Petronio el grave ceño,

Para ella, en sonrisas es fecundo…



Y amante, temerosa, sublimada

(Queriendo ver su anhelo satisfecho)

Abrazándose a ella, de amor loca,

 

Pone en los labios de la efigie amada,

El fuego abrasador que arde en su pecho

Y el néctar milagroso de su boca.



(ELÍAS MIQUEL)