Tan cerca, tan lejos. La percepción de la distancia es algo muy subjetivo, sin embargo ciertas separaciones son de una materialidad contundente, manifiesta y a la vez inexplicable. Por ejemplo: ¿sabemos realmente lo que pasa acá al lado en los países limítrofes?
En materia cultural, el diálogo entre las geografías no siempre es fluido o constante, aunque debería serlo. Tal es el caso entre Argentina y Brasil en relación a la literatura. Digamos, entonces, que la literatura de Brasil, a pesar de estar marcada a fuego por unos pocos nombres muy extendidos –Clarice Lispector, Jorge Amado, João Guimarães Rosa, por nombrar algunos– sigue siendo para lectores de nuestro país todo un mundo, inmenso y frondoso, a descubrir que parece estar amplificándose con el tiempo.
En 2007, escribía en el prólogo de Terriblemente felices (una antología sobre nueva narrativa brasileña) el escritor y traductor del portugués Cristian Di Nápoli: “No solo existe una proximidad fatal de las dos culturas sino que hay, sobre todo, una enorme tradición literaria en el Brasil que no podemos desatender".
O, habría que decir –expresa– muchas tradiciones literarias, todas ellas de enorme peso: la que arranca con el precursor de Borges como lo es Machado de Assis; la línea del costumbrismo y la sátira donde se destacan Manuel de Almeida, Lima Barreto y, más cerca, Nelson Rodrigues; la línea de intervención social (realista o no) de Graciliano Ramos u Oswald de Andrade; las ficciones de desestabilización del imaginario de clase media alta (Clarice Lispector); la épica moderna, erudita y oral, experimentalista y refranera de un maestro como Guimarães Rosa”.
Unos años después, la cosa cambió un poco, aunque no demasiado. En la primera parte de este 2022, la literatura de Brasil, por suerte, se encontró en las mesas de novedades de las librerías. Estos son algunos de esos libros.
"Macunaíma. El héroe sin ningún carácter", de Mário de Andrade
Pieza fundamental en la historia de la literatura de Brasil del siglo XX y que se expande hasta nuestros días, Macunaíma era una obra que llega a estas tierras con atraso (apareció por primera vez en 1928) pero finalmente aterriza en este suelo para contar una historia donde confluyen elementos mitológicos con procedimientos de vanguardia y personajes que arrasan con cualquier marca de lo habitual.
Mário de Andrade, el autor, concibe a este héroe desgeografizado: nacido en el corazón de la selva virgen, luego de unirse con la Madre de la Selva se convierte en Emperador y en el Monte de Roaraima, en esa zona donde confluyen Brasil, Venezuela y las Guyanas funda su imperio, que es el de los márgenes.
Luego viaja a San Pablo, la ciudad máquina, y en sus corridas llega hasta Mendoza. De Andrade presenta a Macunaíma como un héroe sin edad, satírico y totalmente amoral. “Debido a la complejidad, las resonancias del texto y la erudición de su autor, podría decir que Mário de Andrade es un escritor que viene del futuro a resignificar nuestro presente”, dice Julieta Benedetto, la traductora.
Francamente, esta novela, editada por Mansalva, es una fuerza indomable de la naturaleza. Hay una leyenda de origen: se cuenta que Andrade la escribió en seis días acostado en una hamaca paraguaya. Si es así (hay que creer que sí), fueron, quizás, los días más productivos en la historia de la literatura brasilera.
Hubo un desafío inmenso que llevó años: la traducción. Explica Julieta Benedetto: “Realicé un trabajo minucioso con las palabras, tratando de mantener la pluralidad de lenguas que teje el autor, donde conjuga las lenguas tupi y guaraní, con términos de otras lenguas amazónicas, africanas y con el portugués".
"Hay que recordar –señala– que en 1758 que el Marquês de Pombal resolvió por decreto imponer el portugués en Brasil, prohibiendo el uso de lenguas indígenas cuando el guaraní ocupaba un lugar central; y la enseñanza del nheengatu (variante moderna del tupí, que fue enseñada por los jesuitas y que hoy hablan más de treinta mil habitantes de la Amazonia de Brasil y Venezuela)".
Por último, expresa que "recién a fines de 1800 –casi 150 años después de esa orden– el portugués se consolidó como lengua corriente en Brasil. El guaraní, por su parte –hablado desde San Pablo y hacia el sur–, hoy es primera o segunda lengua de más de diez millones de personas que habitan Brasil, Paraguay, Bolivia, Uruguay y Argentina”.
La aparición por primera vez en nuestro país de Macunaíma salda una deuda que debe ser valorada como lo que es: un acontecimiento literario.
Paulo Leminski siempre está volviendo
Los libros del poeta y narrador Paulo Leminski (1944-1989) han circulado mucho en Argentina: desde su obra maestra Catatau, una novela-idea (“la historia de una espera” y “es un texto en mutación: un mutante”, dijo el autor), pasando por sus poesías en diversas ediciones, sus textos de no ficción reunidos en Un signo incompleto, hasta llegar a Vida (cuatro biografías) y la novela Ahora es que son ellas.
Ahora aparece una antología de su influyente poesía: Parezca y desparezca (Años Luz), traducido por Alejandro Güerri. Explica el traductor sobre la relación de Leminski con Argentina: “Su escritura deslumbra y toca varias notas. Leminski sabe ser clásico y moderno, popular y vanguardista, reflexivo y repentino, y a todo su coctel de influencias le imprime vitalismo y agudeza".
"También –arriesga– debe influir en ese interés, como algo lateral pero no menor, su figura de escritor vinculado a otras manifestaciones de la cultura popular, y lo corta de su vida. Y creo además que hay un gran trabajo de sus herederas en mantener viva la obra. Por darte un ejemplo, su Toda poesía se publicó recién en 2013 y él falleció en 1989”.
En la poesía de Leminski se observan diversos caminos (puentes de unión con quienes leen) y herramientas que pueden ir desde lo lúdico, el puramente reflexivo, su veta oriental (fan del haiku escribió la biografía de Basho), su fuerte costado aforístico, su desparpajo que lleva a pensar que la poesía está en todos lados y solo hay que afilar la intuición para reconocerla: “Nunca sé con certeza/si soy un chico de dudas/o un hombre de fe//Certezas el viento lleva/solo las dudas siguen en pie”, escribe en el libro póstumo El ex extraño (1996).
Dice Alejandro Güerri sobre la importancia de volver a traducir a Leminski: “Es una poesía que está viva, que todavía le habla al presente y en la que muchas personas pueden encontrar un espejo donde mirarse. Parezca y desaparezca reúne poemas de todos sus libros y da cuenta de su destreza múltiple para practicar la poesía en todas sus formas: verso libre y métricas fijas, estrofas largas y muy breves, un trabajo con la rima y el fonema, haikus y letras de canciones, poesía visual y juegos tipográficos. Y después su decir directo, que siempre te la deja picando, y su capacidad para incorporar el humor, el chiste, algo que me encanta cuando pasa en poesía”.
https://www.clarin.com/cultura/literatura-brasilena-quiere-hacerse-lugar-argentina-autores-libros-gustos_0_VtqazLMfYs.html
Hoy a las 00:25 por Lluvia Abril
» POESÍA SOCIAL XX. . CUBA. (Cont.)
Hoy a las 00:22 por Lluvia Abril
» Poetas murcianos
Ayer a las 23:53 por Lluvia Abril
» POETAS LATINOAMERICANOS
Ayer a las 19:08 por Maria Lua
» LA POESIA MÍSTICA DEL SUFISMO. LA CONFERENCIA DE LOS PÁJAROS.
Ayer a las 19:05 por Maria Lua
» LA POESÍA PORTUGUESA - LA LITERATURA PORTUGUESA
Ayer a las 19:00 por Maria Lua
» Rabindranath Tagore (1861-1941)
Ayer a las 18:52 por Maria Lua
» Yalal ad-Din Muhammad Rumi (1207-1273)
Ayer a las 18:51 por Maria Lua
» EDUARDO GALEANO (1940-2015)
Ayer a las 18:45 por Maria Lua
» DOSTOYEVSKI
Ayer a las 18:42 por Maria Lua