RAMÓN DE CAMPOAMOR (1817-1901)
LOS PEQUEÑOS POEMAS
PRÓLOGO
VII -
El paganismo en el arte
Pero antes de entrar en la cuestión del objetivo en las letras, conviene hablar algo de lo que, aunque no en toda la extensión de la frase, llamaremos el paganismo en el arte.
Existe una mojigatocracia literaria, que convierte en pecado mortal, así el uso de un neologismo, como la exhibición de una estatua.
Ya he dicho en otra parte, que a un autor se le puede exigir que sea decoroso en la expresión de sus pensamientos; pero hacerle renunciar a la descripción de escenas excépticas o atrevidas, que puedan ser más o menos arriesgadas, sería desterrar del imperio del arte una de las fuentes más ricas de inspiración y de pasiones. En esta parte, la gazmoñería moderna, queriendo tener a una sociedad en babia, es de lo más remilgado y más hipócrita que ha habido en ninguna época del mundo. Por que hoy no se describan las Cammas, los Edipos y las Fedras, ¿dejarán de ser eternamente tipos ciertos, aunque desastrosos, de las aberraciones a que llega la humana naturaleza? Ciertamente que en la pintura de las pasiones es muy cómodo huir de las dificultades, suprimir en el alma la duda y las exageraciones, y dejar de describir lo más difícil de la vida por razones de conveniencia o de decoro; pero contando con el pudor, a cuyo sentimiento no se puede faltar impunemente, es menester que todo lo que es propio de nuestra naturaleza moral se cuente, que el hombre no deje de ser nunca un representante de las pasiones y de la inteligencia, y no se le reduzca a un ser neutro, sin capacidad física, intelectual ni moral; término incoloro a que tienden a limitar al hombre todos los entendimientos vulgares. Además, un gran escritor siempre sabe y puede hablar de todo con decoro, aunque esto pueda tener el inconveniente de que los imitadores lleven el arte a un realismo demasiado empírico, que, desempeñado con poco ingenio, llegaría a ser intolerable.
Yo no soy de los que creen que el pudor en las mujeres no es más que el miedo que tienen de que no se las halle bastante hermosas; ni soy del parecer de Schopenhauer que dice que, como dar la vida es perpetuar el mal en la tierra, el pudor es la vergüenza que siente el traidor que se dispone a cometer un crimen en la sombra. No; el pudor es una cualidad moral que compensa y casi santifica ciertas debilidades de nuestra flaca naturaleza. Por lo mismo, no creo tampoco que las mujeres, verdaderas propagadoras del cristianismo, son la imagen del pecado. Yo bien sé que esto lo dicen, aunque no lo creen, los que, convirtiendo la hipocresía en la primera de las virtudes, predican en materias de amor una moral tan restricta, que pretenden reducir al hombre a la condición de eunuco. Afortunadamente, estudiada la cuestión a fondo, resulta que en esta parte no hacen más que imitar la conducta del excéptico de Atenas que decía: «Yo de un modo hablo en la escuela, y de otro modo me compongo en casa».
Cuando un artista tiene repugnancia en ocuparse en asuntos femeniles, podéis asegurar que es un talento vulgar que, no comprendiendo lo espiritual, teme caer en la torpeza de lo carnal. Nada prueba tanto el buen sentido de un artista como cuando marcha con seguridad por esa senda escabrosa que separa lo galante de lo peligroso. No hay pintura más obscena que aquel beso que Pablo da a Francisca en la boca. Los autores modernos hubiéramos dado ese beso en los labios, en la mejilla o en la frente, y el episodio entonces desaparecería, echando un jarro de agua fría sobre el poema. Cuando después, leyendo, se atraviesa el Paraíso, no se siente una emoción tan divina como la que causa aquel beso en la boca, que lleva al infierno al que lo da y a la que lo recibe.
La santurronería inglesa, traída al continente con los anatemas lanzados contra Byron, nos ha contagiado hasta a los mismos católicos, haciéndonos tener más antipatía a la diosa Venus que a la diosa Razón.
Como en buena lógica lo absurdo de los principios se conoce por su ampliación, la continencia ilimitada ha sido proclamada como dogma religioso por alguna de las sectas de los actuales nihilistas que se proponen concluir con el mundo por medio de una castidad absoluta.
El bello desnudo es el enemigo de la voluptuosidad. Es más dado a tentaciones el velo exagerado de una monja, que el traje corto de una bailarina.
En la poesía, en la pintura, en la escultura, no hay nada más difícil que el desnudo vestido, que esa gracia de los grandes artistas de echar paños sobre la forma para que se adivine mejor lo que se oculta más.
La belleza es un ángel que no tiene sexo.
No hay que exagerar los puritanismos mojigatos; porque estos son los que, como en Inglaterra en tiempo de la restauración, producen las reacciones deshonestas. Si la moral demasiado fácil hiere a las costumbres, cuando es muy intransigente irrita a la naturaleza.
La mujer, objeto el más bello de la creación, es una estatua viva sobre la cual el arte tiene fueros y derechos imprescriptibles.
Una belleza nunca puede ser objeto de escándalo, porque en ella lo material siempre parece que está envuelto en cierta nube de luz.
Es ya opinión común, la de que un solo cabello de mujer, por efecto de una natural asociación de ideas, hace vibrar en toda su extensión esa cadena eléctrica de penas y de ternuras que une el fin y el principio de la vida humana. En el dibujo de la mano de una mujer, hay más poesía que en la cabeza de Apolo, más amor que en un jardín de flores en un día de primavera, más vida que en una nube cuajada de nidos de ángeles, y más recato que en un templo. Y ¿por qué la emoción que causa el contorno de esa mano de mujer, no es una sensación de placer como suponen algunos timoratos inconscientes, sino que es un sentimiento mezclado de ternura, de belleza y de santidad? Porque esa mano nos recuerda aquella que nos ha sostenido en la niñez; que nos ha acariciado en la juventud; que cerrará nuestros párpados el día de la muerte, y que, separando las nieblas de la eternidad, nos ayudará a subir a lo alto de los cielos.
Es inútil querer remediar lo que afortunadamente es irremediable. La vida va llamando siempre a las puertas de la vida, hasta que se la abren, sin llamar, las puertas de la muerte. Suprimid el paganismo artístico y despoetizaréis el mundo.
Personas que se creen discretas, aseguran que no se deben escribir libros que no puedan estar en manos de la inocencia ¡Ilusiones de niños grandes! Para la inocencia no se ha escrito, no se escribe, ni se puede escribir nada. En cualquier cuento de niños tienen que ir incluidas las palabras padre y madre. ¿Qué contestarían esas personas que se creen discretas al niño que preguntaba: «¿qué es ser padre y qué es ser madre?»
Hay un axioma que dice- «que las gracias nunca están bastante desnudas».- Pero esto se suele entender sólo con los autores muertos, porque para los vivos existe una rigidez que les impide hasta la aplicación metafórica de esta máxima.
Hermosilla, crítico de la familia de los roedores, censuraba a Meléndez porque, en su oda a la paloma, la pedía un beso, mínimo pecado de antojo zoológico, que D. Juan Nicasio Gallego disculpaba, por comparación, haciendo notar el atrevimiento de Moratín, que era el ídolo de Hermosilla, y que a una ninfa de carne y hueso la pedía, no un beso; sino los últimos favores.
Estos últimos favores de Moratín, y la tristeza de aquella niña de Meléndez,
| que yendo a buscar flores, | | | | perdió la que tenía, | | |
|
son unas licencias sin mérito que, figurando como modelos en las colecciones de nuestros clásicos, siempre hallan quien las disculpe en autores muertos: pero en tratándose de escritores vivos, en los cuales nunca se podrían rebuscar libertades tan vulgares, entonces los calumnian por lo bajo ciertos ascetas por industria que nunca oyen hablar de los encantos de una mujer sin aparentar que se escandalizan, olvidándose de que son herederos de las tradiciones de aquellos castos varones que leían, y que leen todavía, sin que se les levante el estómago de asco, los amores de los Virgilios y los Teócritos, consagrados a unos Alexis, cuyo sólo recuerdo rebaja al hombre a la condición del sub-bruto.
Los mojigatos de la honestidad me hacen el mismo efecto que los remilgos de algunas beatas de provincia que hacen ascos de nombrar el beso, al mismo tiempo que están besando el hocico de un perro. También esto me recuerda unas buenas religiosas a quienes, señalándome los apólogos que no dejaban leer a las niñas de su colegio, tuve que hacerlas notar la contradicción en que caían dejándoles leer unas vidas de santos, en las cuales la deshonestidad rivalizaba con la grosería.
Uno de los amigos más buenos que yo he tenido y que siempre me aconsejaba que tuviese mucho cuidado con las pinturas amorosas, con un candor angelical, tradujo y publicó aquel pasaje de uno de los capítulos de los proverbios de Salomón, en el cual- «una mujer se echa resueltamente a la calle, encuentra al joven con el cual ha jurado cumplir sus ansias, le echa los brazos, lo besa, se lo lleva, y se embriagan los dos de amores hasta la mañana, porque el marido no estaba en casa».
Otro amigo mío que cree que en las letras se debía desterrar a las mujeres de todo comercio humano, ya me ha hecho aprender de memoria, a fuerza de oírsela recitar, la pintura de aquella emperatriz
Cuando cansada se iba, mas no harta. |
Y cuyos versos no me atrevo a trasladar por razones de decoro fáciles de comprender, y de cuya descripción el señor Quintana asegura que, en esta pintura de los desórdenes de Mesalina, Quevedo no iguala todavía en vigor a Juvenal. Cuando se leen estas cosas en los libros santos, en las colecciones clásicas y en las obras de autores que pasan justamente por meticulosos, casi parece una injusticia que a ciertos autores modernos no nos reserve la crítica para el porvenir un rinconcito en un altar.
Hoy a las 04:02 por Pascual Lopez Sanchez
» MAIAKOVSKY Y OTROS POETAS RUSOS Y SOVIÉTICOS, 3
Hoy a las 03:29 por Pascual Lopez Sanchez
» POESÍA SOCIAL XX. . CUBA. (Cont.)
Hoy a las 00:22 por Lluvia Abril
» POETAS LATINOAMERICANOS
Ayer a las 19:08 por Maria Lua
» LA POESIA MÍSTICA DEL SUFISMO. LA CONFERENCIA DE LOS PÁJAROS.
Ayer a las 19:05 por Maria Lua
» LA POESÍA PORTUGUESA - LA LITERATURA PORTUGUESA
Ayer a las 19:00 por Maria Lua
» Rabindranath Tagore (1861-1941)
Ayer a las 18:52 por Maria Lua
» Yalal ad-Din Muhammad Rumi (1207-1273)
Ayer a las 18:51 por Maria Lua
» EDUARDO GALEANO (1940-2015)
Ayer a las 18:45 por Maria Lua
» DOSTOYEVSKI
Ayer a las 18:42 por Maria Lua