POETAS TRADICIONALES DE VIETNAM
TO HUU
BIOGRAFÍA
To Huu, el gran poeta de la revolución vietnamita
Algunos datos históricos sobre Vietnam. En 939 el norte del actual VietNam recupera su independencia después de nueve siglos de dominación china. Las dinastías se suceden, en 1407 vuelven a invadir los chinos y así hasta 1858, Napoleón Tercero intenta la conquista de Indochina, cruce estratégico hacia China. En 1867, anexión de la Cochinchina por Francia. Es decir, que los franceses imponen sus valores y se apropian de las materias primas del país. Frente a esa situación, hubo varios lideres nacionalistas que lucharon para conseguir la independencia.
En 1940, segunda guerra mundial, Francia se rinde frente a Alemania, Japón invade Indochina, y Vietnam queda sometido a los franceses y a vez a los japoneses. Más tarde, ganará el movimiento de independencia del Vietnam dirigido por Ho Chi Minh y se irán los franceses y los japonés, para dejar lugar a los americanos del norte que querrán dominar a ese pequeño país, y tampoco lo conseguirán. En 1976, se funda la republica socialista de Vietnam reunificado.
El poeta, cuenta de la situación:
Nuestro pueblo ha conocido una suerte terrible y dolorosa a todo lo largo de su historia milenaria. Lo que le salvará, por encima de todo, es su amor por los hombres, su humanidad. Jamás hemos conocido un largo periodo de tranquilidad. Siempre había invasiones, éstas vinieran del Norte, de Sur, y hasta en algunas ocasiones del Oeste. Es una historia trágica. Porque las invasiones engendran rebeliones: en el interior del país contra el régimen feudal, en el exterior contra los invasores venidos de todas partes. Y aún más abundan las crecidas, los tifones. En todo tiempo, eso ha hecho muy dura la vida del pueblo: muertos, desgracias, calamidades de todo tipo. Casi nunca había la paz. En nuestro país casi no hemos conocido la paz-incluso desde hace cuatro mil años.
TO HUU: el gran poeta de la revolución vietnamita
Apodado simultáneamente “Poeta de la Revolución”, “poeta del pueblo” y “cofundador de la poesía revolucionaria vietnamita”, To Huu es el más conocido de los líricos vietnamitas del siglo XX. Consagró su carrera artística a la revolución y al amor, convirtiéndose en una celebridad de la cultura vietnamita y un poeta del humanismo revolucionario. En 1996, el Estado le condecoró con el Premio Ho Chi Minh.
To Huu, cuyo nombre de pila es Nguyen Kim Thanh, nació el 4 de octubre de 1920 en Phu Lai, un pueblo no muy lejos de la antigua ciudadela de Hue. Sus primeros poemas fueron publicados en columnas de periódicos cuando tenía dieciocho años.
Se incorporó al partido comunista en 1938 mientras era estudiante y fue encarcelado al año siguiente por sus actividades políticas. En 1942 se fugó de la prisión y en agosto de 1945 fue nombrado jefe de información regional del Viet Minh, la guerrilla que luchaba contra Francia. Tras la derrota de ésta y la división del país, To Huu fue nombrado viceministro de Cultura en el Gobierno del Norte. En 1956 se incorporó al Comité Central del partido comunista.
En 1946, To Huu publicó su primer poemario titulado “Tu ay” (De ahora en adelante). Más tarde, sacó al aire otras obras poéticas denominadas “Viet Bac” (Norte de Vietnam), “Gio long” (Viento), “Ra tran” (Yendo al frente), “Mau va hoa” (Sangre y flores) y “Mot tieng don” (Un sonido de música). El profesor asociado y subdirector del Departamento de Vietnamología de la Universidad Nacional de Educación de Hanói, Le Quang Hung, consideró: “To Huu fue la antorcha de la poesía revolucionaria vietnamita durante la primera mitad del siglo XX. Vivió los momentos más duros de aquella época, pero también los más gloriosos. La guerra y la revolución fueron los temas predilectos de este “poeta de la Historia del país”. Sus obras relatan los principales acontecimientos de la nación y el anhelo de libertad del pueblo vietnamita, siendo el reflejo y resultado de una perfecta sintonía entre el arte y la política, entre el pueblo y la revolución”.
Durante la guerra con Estados Unidos tuvo puestos de responsabilidad en las áreas de educación, propaganda y ciencia. En 1976 se incorporó al Buró Político. Integrará el gobierno en diferentes puestos. Muere en 2002 y este año, 2020 en octubre festejaron el centenario de su nacimiento. En Hanói inauguraron un museo que recompila sus trabajos.
Vamos a descubrir su vida contada por el mismo en el único libro que encontré SANGRE Y FLORES
Mi padre, nunca imagino en modo alguno que yo pudiera llegar un día a hacer algo pasable en poesía, él hubiese querido que sea un pequeño funcionario, y nada más. Y en mi pueblo, no había un solo alumno del segundo ciclo, ni siquiera una escuela primaria. Así, yo soy el primero en haber seguido los cursos de enseñanza primaria superior siendo desde entonces un “intelectual”.
MI VERDADERA ESCUELA
Mi primer camino político lo he hecho en el ambiente pequeño burgués de la escuela, mas no solamente en ella. Mi verdadera escuela de hombre y de comunista fue la escuela de las masas obreras y campesinas. Y en el colegio, mi verdadera escuela fue la Biblioteca de los alumnos. En ella pude leer a Victor Hugo, Rimbaud. Verlaine, Musset… – pero en clase, Rimbaud no nos lo enseñaban – Verlaine, Musset, si y Hugo: Les Misérables, Notre Dame de Paris y también sus Feuilles d’Automne, Légende des siècles, sin olvidar Les Châtiments. Les châtiments es el que más me impresionó. También leía yo Rabelais, Rousseau, Voltaire y Diderot: Le Neveu de Rameau me gustó mucho. También Daudet, pero sobre todo Anatole France quien me hizo descubrir el encanto de la lengua francesa. Fue eso mi verdadera escuela. En cuanto a los profesores, pues bien, entre ciertos de ellos y nosotros, jóvenes comunistas, existía frecuentemente la polémica. ¡Una polémica abierta! Éramos jóvenes y entonces enseñábamos todos los dientes. Cuando ellos extenuaban la historia de la Comuna, cuando murmuraban sobre los Comuneros, éramos nosotros los que cogíamos su defensa. Ya en esa época lo que pasaba ante todo, era la política, no la poesía, sino la política, la práctica… Y la poesía era un medio de lucha, nada más – pero ya ello es mucho… Para los poetas, en general eso no es bastante, más para mí sí. Se utiliza como una forma, como un arma de combate y cuando yo no estoy muy ocupado por la política ¡pues bien! Hago poemas.
Leía todo lo que caía entre las manos. Era la época del Frente popular en Francia y aquí contábamos con una librería del Partido o mejor dicho con dos librerías privadas. Una de ellas era cuidada por el actual primer secretario del Partido, Le Duan. En ellas se vendían periódicos y libros del Partido, progresistas, comunistas del país y de Francia. Ese fue mi primer contacto con el Partido.
Tal fue mi primera escuela de marxismo. Yo leía de todo, el Manifiesto Comunista, La Revolución de Octubre, el 18 de Brumario, la Santa Familia, Los principios del Leninismo, todo aquello por donde se comienza.
EL ARTE POR LA VIDA
El patrón de la otra librería, Hai Trieu, era también un comunista, literato y crítico literario. Con él podía discutir de literatura. Acababa de publicar un ensayo sobre Romain Rolland, Henri Barbusse, Gorki – los tres grandes- Romain Rolland vivía aún y en nuestro país era conocido como el gran humanista que se manifestó contra la guerra, contra los fascistas y Barbusse también con “El fuego”, etc. Era tiempo ese de gran movimiento antifascista que se hallaba en nuestra tierra, como en la tuya, como en todas partes.
Había leído su libro y un día vine a su casa. En esa época sostenía él una gran polémica con los defensores del Arte por el Arte. Él defendía el arte por la vida. Me hizo subir a su habitación que era un cuarto pequeño y lleno de libros. Allí me habló durante un gran rato de la belleza con B mayúscula.
Y me hizo un verdadero curso sobre la estética. Me dejó fascinado con sus palabras, en su minúsculo cuarto.
Así pues, me formé en política con Le Duan y en literatura con Hai Trieu
Su concepción es marxista: todo está ligado a la vida- ética y estética marchan de par; no hay estética sin ética, ni ética sin estética. Eso era entonces un lenguaje muy nuevo, porque anteriormente lo que tenía curso público, oficial y legalmente era la literatura romántica. Se cantaban las hojas del otoño, se cantaban las nubes, se cantaban las flores… pero sin decir prácticamente ni una palabra sobre la vida de las masas, del pueblo. Era un gran problema progresista para mi, en ese tiempo. Yo leía todos los que parecían más destacados entre nuestros colegas contemporáneos.
Ellos nos traían un soplo de novedad, un soplo moderno occidental, en la poesía vietnamita, una forma de expresión nueva y sobre todo, ese lenguaje directo, que habla de las cosas del corazón. Era el reino del romanticismo y paralelamente a él, existía otra corriente literaria: el realismo crítico, vivamente defendido por los progresistas, camaradas o no, convencidos o no convencidos, comunistas o no comunistas, pero en todo caso: progresistas.
Che Lan Vien evocaba en cuanto a él la nostalgia del pueblo Cham que se extinguió – a su manera se trataba también de un canto patriótico puesto que lloraba la desdicha de los pueblos avasallados. Con ellos: The Lu, Xuan Dieu, Che Lan Vien, Huy Can, aprendí esas fuerzas nuevas, esas nuevas formas de expresión, un lenguaje más directo, más poético, más humano, más flexible. Más poético porque antes, desde hace mucho, de cierta manera la poesía no existía en nuestra lengua, no habían más que sentencias rimadas, frases hechas e imágenes hechas, prestadas de la literatura china: no hay nieve en nuestra tierra y hablaban siempre de nieve aquí. Sí, habían grullas o pájaros semejantes, que viven en el Norte, en China, en Europa. Y se hablaban de ellas en nuestro país aunque aquí no había ni siquiera una. Esas son imágenes estereotipadas que corresponden a la mentalidad de una cierta clase de letrados más que a la realidad del país. También había sin duda, letrados que eran patriotas y querrían trasmitirnos alguna cosa pero lo decían de una forma muy apagada, muy dogmática y académica. A decir verdad, no eran nada más que alusiones, préstamos hechos a la literatura china sobre todo por los viejos letrados. En cuanto a los literatos modernos que se alimentan de la cultura europea, ellos son los primeros que la habían aportado a nuestro país. Con Victor Hugo, Voltaire, Rimbaud, esta literatura va a introducirse en las escuelas, en las que los jóvenes intelectuales van a digerirla a su manera aportando una sangre nueva, con un nuevo modo de expresión más flexible que expresa una gran necesidad de libertad y florecimiento de la personalidad, pero ellos se encuentran cortados de las masas trabajadoras y sobre todo de las masas campesinas. En ellos, está ausente esa esencia que no solamente la expresión de la simplicidad sino también la sutileza, la poética del lenguaje popular. Existe en ellos un orden dogmático que es el dogmatismo europeo, el individualismo europeo que viene del romanticismo europeo y sobre todo el romanticismo francés – el contenido es individual – es el individualismo pequeño burgués en el fondo burgués por entero. Con ellos no hay ese realismo social ni lirismo cívico, por cuya razón se producen dos corrientes: una corriente romántica y otra de realismo crítico. El realismo crítico que toca al principio una mayor cantidad de gentes; pero como la masa era iletrada y carecía de dinero, leía apenas las obras que editábamos nosotros y que circulaban muy poco entre los obreros y campesinos sino solamente entre los estudiantes y pequeños funcionarios. Existía entonces el movimiento contra el analfabetismo, desplegado por el Partido y las organizaciones democráticas que en aquella época, del Frente Popular eran legales; se trataba del Movimiento por la Difusión de la Escritura Vietnamita Romantizada. En el curso de las reuniones leíamos un poquito las obras del realismo social que entonces todavía existían muy pocas.
Yo estudié pues en esas dos librerías. En esa época entré en conocimiento con otro comunista: Phan Dang Luu que dirigía un periódico legal: Dan (El pueblo). Fue el que publicó mis primeros poemas que le envié. Así es como llegué a hacerme poeta. Los primeros poemas que le envié se titulaban Mo Coi (Huerfano) y Hai Dua Be (Los dos Huérfanos). Llevaban este título, porque yo me quedé huérfano de madre a la edad de doce años. Una vez fallecida mi madre, mi padre se fue a trabajar lejos, en el sur y a los trece años de edad dejé el hogar, la casa, la familia porque mi hermano no podía seguir alimentándome con su sueldito de funcionario de correos. Me acogieron como becario internado en el colegio y allí me fui haciendo mayor hasta 1936 cuando la llegada de Godard, mensajero del Frente Popular Francés, llegué entonces a ser uno de los dirigentes de la Juventud comunista que era ilegal. Legalmente se llamaba la Juventud Democrática.
No existía ninguna complicidad con los enseñantes franceses eran todos funcionarios. Te das cuenta, todos los que llegaban de Francia, una vez aquí no podían, ni querían oponerse para que no hubieran sido despedidos. Yo publicaba pues mis pequeños poemas en el diario que dirigía Luu. Era miembro del Comité central que acaba de liberarse del presidio de Ban Me Thuot. Tenía en casa El capital – y fue él quien me inculcó las primeras nociones de economía política con su Capital. Intentó hacérmelo leer. Yo leía las primeras páginas pero no comprendía nada. Él buscaba a enseñarme también los primeros rudimentos de filosofía política. Fue él que me dijo un día: Pues bien, Ven acá, ya eres poeta – joven – ¡¡
Sigue adelante. Mas tienes en cuenta esto: permanece cerca de la vida de las masas trabajadoras, de los obreros, de los campesinos. Es necesario que te expreses con el lenguaje del pueblo, que te hagas comprensible, accesible y no muy pesado.
Éstas son las tres cosas que él me dijo: -la vida del pueblo – no ser demasiado difícil – y no ser demasiado pesado.
Estas fueron las primeras directivas para mi, poeta en ciernes…
Yo me intereso a las necesidades del país, a los problemas del pueblo, pues hablar de los héroes, de la gente pobre, sencilla, es eso lo que les conmueve ante todo. Si me expreso mal, cuando hablo de ellos, de las cosas del país, seré aceptado mil veces mejor que los princesas, las nieves y todo lo que no se encuentra por aquí. El otro dato que sigue después es el lenguaje popular, las expresiones populares, las imágenes de la vida del pueblo y del país. Hasta las formas tradicionales chinas son más accesibles a las masas que las formas venidas del Occidente.
Se ama aquello que es más accesible, más íntimo. El molde de la poesía se halla en el oído popular tradicional. Por cuya razón busco en particular la vida del pueblo, la gente y las cosas del pueblo y del país. Cuando no se habla de eso, ¿qué puede uno decir, si no se toca al pueblo? Por esta razón yo creo que la vida del poeta debe mezclarse con la vida del pueblo, de las masas, de otra manera nada se puede lograr. Cuando no se está con la gente desde el fondo del corazón, todas las fantasías, las reflexiones son vanas como todas las tentativas de renovación desde el punto de vista de la forma. Mas hace falta mucho trabajo para lograr todo eso. Y las imágenes que se imponen son también una forma de trabajo porque crear, como se suele decir, es siempre el trabajo de recrear. ¿Cómo he podido yo encontrar el tiempo para todo eso? Yo soy un trabajador nocturno y a veces aprovecho inclusivo los días pasados en el hospital. Sobre los pasos del Tío Ho, por ejemplo, ha sido escrito en un hospital. ¡Ah! Sí, en prisión también se encuentra el tiempo puesto que no tiene uno ninguna otra cosa que hacer. Entonces como por fortalecerse se hacen poesías mentalmente y poco a poco se aprenden de memoria. Mis camaradas han recogido así numerosos versos. Más tarde, cuando la Revolución de Agosto llegó, algunos me dijeron:
-¿Dónde están tus poemas?
-Los he olvidado todos
-¡Oh! Ven acá, esfuérzate por recordarlos
Mas no logré recordarlos. No me quedaba casi nada en la cabeza – ni sobre las paredes, porque ciertas veces escribía con un alfiler sobre las paredes de la cárcel, en letras pequeñitas sobre la masa del cal. Pero algún tiempo más tarde blanquearon las paredes y todo desapareció. Y si se puede decir, así perdí bastantes poemas en las prisiones. Cuando me encontraba encerrado en esas celdas, no tenía amigos, ni vecinos, ni lectores. Era entonces… el arte por el arte (sonrisa) – puramente individual, una manera de olvidar los días… y una vez logré decir algunos poemas a mis camaradas de prisión. Algunos de ellos trabajaban como peones al exterior, en cuanto a mi no se me autorizaba a trabajar fuera, ni a quitar mi celda, yo debía permanecer siempre encerrado. Como los prisioneros llevábamos una lucha incesante en la prisión, por esta causa me habían aislado. En el interior de las prisiones, existen otras prisiones, las celdas donde encierran aquéllos que temen, los peligrosos, los dirigentes.
Como yo no podía salir, otros camaradas me hacían pasar hojas verdes, hojas plátanos y de otras especies de árboles que se podían encontrar en la prisión, como el mirobálano y otros más. Pues bien, hojas lisas y espesas y con un alfiler escribía yo sobre ellas. Era lisible, muy lisible, sin necesidad de productos químicos, nada; las hojas bien verdes, bien espesas bastan y los caracteres tenían un color violeta-negro muy bonito. Los prisioneros que salían a trabajar fuera las entregaban a otros camaradas que les esperaban a la salida. Ésas fueron mis primeras publicaciones, mis primeros ejemplares: toda, una rama, pequeña, pero con muchas hojas. Así se hacían públicos los poemas. Una rama… una rama poética hojas verdes… es inocente, inofensiva esta rama poética y ..política. No se las envían directamente a los diarios, sino primeramente a las organizaciones de masas. Y no sé porqué las gentes las enviarán a los diarios y se los publicaron, a toda luz. Los poemas de prisión con la firma: To Huu, tanto en Saigón como en Hanói – y jamás he entendido porqué no se me dio una paliza, – Tampoco he entendido porqué no se me dio una paliza, – Tampoco he entendido porqué, cómo y de dónde venían todo eso. Lo ignoraba yo todo eso, pues estaba encerrado en la cárcel y no sabía lo que pasaba afuera. Alguien, pues, los publicó, al exterior, y luego los hizo circular entre camaradas, en las organizaciones de masa. Algunos compañeros los aprendieron de memoria – lo que salvó una cantidad de versos – y cuando llegó la revolución logró hacer así una cosecha.
Fui detenido a finales del mes de abril de 1939 y el frente Popular había desaparecido. Era precisamente la víspera del primero de mayo. Yo había partido al campo para organizar esta fiesta y regresé a casa hacia las dos o las tres de la madrugada. Me dormí tarde pues el día siguiente me desperté tarde. Los agentes de la seguridad llegaron a mi casa y me detuvieron en mi cama. Nos detuvieron antes del primero de mayo para impedir el mitin, el gran mitin que se organizaría por ese día. Es un arresto preventivo.
El director de la policía era un colonialista. Conocía de memoria muchos poemas, largos poemas. Recitaba en vietnamita, y podía incluso declamar el Kieu. Poeta a su manera, era un opiómano y un erudito amante del arte.
(cont.)
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