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Eugenio de Nora (Zacos, Magaz de Cepeda; 13 de noviembre de 19231-Madrid, 2 de mayo de 2018) fue un poeta español de la generación de la posguerra.
Biografía
Doctor en Filología románica, fundó junto con Antonio González de Lama y Victoriano Crémer la revista de poesía comprometida Espadaña en 1944. Publicó en otras revistas poéticas de la posguerra española, como Cisneros o Corcel. En 1953 obtiene el Premio Boscán de poesía por España, pasión de vida. En 1949 se traslada a Suiza para trabajar como profesor de Literatura española en la Universidad de Berna hasta su jubilación en 1989.
Entre 1945 y 1955 publica la mayor parte de su obra poética: Cantos al destino (1945), el clandestino Pueblo cautivo (1945-1946) publicado anónimo, pues contenía una incisiva crítica del régimen franquista, Amor prometido (1946), Contemplación del tiempo (1948), Siempre (1953) y España, pasión de vida (1953). Tras este libro sobrevendría un largo silencio hasta que en 1975 aparece una extensa antología de su obra poética titulada Poesía (1939-1964), en la que se incluía el nuevo poemario Angulares, que contiene poemas escritos entre los años 1955 y 1964.
Escribió también un estudio en tres volúmenes acerca de la novela española de posguerra titulado La novela española contemporánea (1958-62), inspirado por los principios del realismo social.
Desde sus inicios, Eugenio G. de Nora escribió una poesía comprometida social y políticamente, a la que Dámaso Alonso llamó poesía desarraigada, cuyo máximo exponente es su libro España, pasión de vida, de 1953. Sin embargo, la adscripción a la revista Espadaña y a las corrientes poéticas de compromiso social no debe hacer olvidar que Nora abordó otros temas relacionados con la condición humana, como el del amor. Así, ya en el poema inicial de Cantos al destino (1945) «Otra voz», se afirma la amplitud temática que caracterizará toda su producción poética, en especial la de los años 50. Amor, muerte, la preocupación por el paso del tiempo y el afán de trascendencia del ser humano van a ser los grandes temas de mucha de la poesía de Eugenio de Nora. El tono es elegíaco y a veces escéptico, revelando una visión existencialista del mundo.
De este modo, en Eugenio de Nora se observa por un lado una vertiente de su obra centrada en el momento histórico, la poesía de compromiso social, y por otro una poesía preocupada por el destino individual del hombre, en el sentido existencial, que estaría representada por obras como Contemplación del tiempo (1948), si bien este poemario no está exento de poemas en los que se recuerda la guerra civil y sus consecuencias traumáticas.
Pueblo cautivo (1945-1946) inaugura la poesía testimonial y de denuncia que caracterizará los libros posteriores de Gabriel Celaya o Blas de Otero.
España, pasión de vida (1953) tiene componentes noventayochescos y regeneracionistas, como muestran los siguientes versos:
¡España, España!
¡Pasión de sangre!
Amor de vida,
amor de libertad te canta
en una aurora de destino.
Amor amargo de la patria
Pero su tema principal es la reivindicación de la dimensión histórica de un pueblo y la preocupación política. La palabra España aparece con frecuencia obsesiva, y domina la exclamación y la interrogación retórica. El poemario constituye una amarga denuncia del pasado, pero también alberga esperanza en el futuro.
Falleció en Madrid el 2 de mayo de 2018 a causa de una insuficiencia respiratoria.
(Sacado de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] )
*
Algunos poemas de Eugenio de Nora del libro No he de callar... Cantos civiles, 1944-1951, Endymion, 1997:
MANDATO
Todo el que pueda, oiga: porque cada palabra
que escribo está madura de verdad. Oiga y mire,
y compruebe las cosas, y su esencia en el verbo.
Ahí está lo más simple: lo azul sobre los montes;
y yo le digo: cielo. Y es verdad lo que canto.
La claridad que pasa, reflejando las nubes;
fuente, nombro. Y la tierra ha rendido un secreto.
La cabellera verde del valle iluminado:
hierba, árboles; y toco la tibieza y la sombra.
Palabras, luz. No puedo poner velos al fuego.
Sí. bien sabe el poeta su mandato divino;
dar la verdad, hacer justicia a cada cosa.
¿Quién desvelará el Orden, y su norma, y el Caos?
La fuerza es misteriosa. ¿Quién dirá la palabra?
¡Oh Dios, oh hueco ausente!
.....................................No hubo un ángel ni un cáliz
para nuestra amargura. Todos estamos solos:
si existieran los ángeles, como voluntad pura
del Todo, darían signo
de paz sobre la Tierra. Pero ¿quién vio algún ángel?
Yo soy un hombre, y canto
con los ojos abiertos. Digo cosas que veo,
no los ángeles puros ni su claro mensaje.
Las cosas que yo he visto sobre la tierra dura,
voz a voz, llanto a grito las iré declarando.
(En verdad, cualquier hombre, con su sangre y sus huesos
lleva ya demasiado de ira y desprecio y pena.
Acaso yo debiera purificar mis ojos
en luz de agua o de luna, maravillar mis manos
en el tacto amoroso de mejillas y flores).
Acaso, y no lo hago: las ciudades de muertos
-Badajoz, Zaragoza, Guernica…- interminables;
los caminos de España bordeados de sepulcros;
las cárceles oscuras, y las madres más solas,
todo lo que es presencia de la patria escupida,
me dicen: persevera.
....................................Si la virtud del hombre
fuera amar, y olvidarse, y perdonar, desprecia:
Nos ha tocado un tiempo en que ser hombre es poco.
Pura voz de poeta. Honda voz de las cosas.
No sé si canta o llora
con los ojos abiertos:
.....................................Ahí están mis palabras.
QUIERO DECIR
España, quiero atestiguarte.
Quiero esculpir en roble viejo, a hachazos,
con mano tosca, pero estremecida
de ira y cariño y pena,
tu águila y tu serpiente, entrelazadas.
España, quiero arropar tu desgracia
en palabras hermosas como pliegues airados,
para que te conozcan y te amen
los que aún te ignoran, los que siguen ciegos
a tu dolor de cárcel y naufragio.
Quiero poner un poco de luz en este acto
de esclavitud y de mordaza puesta
sobre sangre reseca o renovada;
porque no son ajenos
a tu vivir los que tacha con trazos
de oscuridad y luna el enrejado
de los presidios.
..............................Quiero expresar algo
de tu verdad inalterable y viva.
Y aún otra vez cantar cómo te amo,
patria injuriada por tus mismos hijos
de perra, los que ensucian
y mean en tu sagrado, los que arrojan tu nombre
cada día como insulto al hermano.
Corral en que vivimos, patria,
quiero decir la náusea de tus días marchitos,
quiero soñar y prometer la ruta
de libertad de tu pueblo cautivo.
LOS DÍAS
Una vez más el gris de otro crepúsculo
como ceniza sucia en la boca del alma.
Un día de vergüenza a transcurrido.
Sabedlo ahora vosotros, que por la libertad
ofrecisteis la vida, aceptasteis la muerte;
que con la libertad
ordenáis la victoria, coméis pan bien ganado,
esperáis otro día más feliz cada noche:
hay compañeros vuestros que sella la derrota,
porque si la traición segó o vendió sus vidas,
traición y cobardía perpetúan fosa y cárcel.
Cada día que pasa
es otro en que la herida se agiganta y encona,
en que los criminales digieren su rapiña,
en que a millones de hombres camaradas del mundo
se les niega la vida, la ocasión de una muerte
con honor, combatiendo. Perdemos cada hora
la ocasión todavía
de pensar que allá lejos existen pueblos libres.
Un día más transcurre.
Aún podemos seguir llamándonos esclavos.
Eugenio de Nora (Zacos, Magaz de Cepeda; 13 de noviembre de 19231-Madrid, 2 de mayo de 2018) fue un poeta español de la generación de la posguerra.
Biografía
Doctor en Filología románica, fundó junto con Antonio González de Lama y Victoriano Crémer la revista de poesía comprometida Espadaña en 1944. Publicó en otras revistas poéticas de la posguerra española, como Cisneros o Corcel. En 1953 obtiene el Premio Boscán de poesía por España, pasión de vida. En 1949 se traslada a Suiza para trabajar como profesor de Literatura española en la Universidad de Berna hasta su jubilación en 1989.
Entre 1945 y 1955 publica la mayor parte de su obra poética: Cantos al destino (1945), el clandestino Pueblo cautivo (1945-1946) publicado anónimo, pues contenía una incisiva crítica del régimen franquista, Amor prometido (1946), Contemplación del tiempo (1948), Siempre (1953) y España, pasión de vida (1953). Tras este libro sobrevendría un largo silencio hasta que en 1975 aparece una extensa antología de su obra poética titulada Poesía (1939-1964), en la que se incluía el nuevo poemario Angulares, que contiene poemas escritos entre los años 1955 y 1964.
Escribió también un estudio en tres volúmenes acerca de la novela española de posguerra titulado La novela española contemporánea (1958-62), inspirado por los principios del realismo social.
Desde sus inicios, Eugenio G. de Nora escribió una poesía comprometida social y políticamente, a la que Dámaso Alonso llamó poesía desarraigada, cuyo máximo exponente es su libro España, pasión de vida, de 1953. Sin embargo, la adscripción a la revista Espadaña y a las corrientes poéticas de compromiso social no debe hacer olvidar que Nora abordó otros temas relacionados con la condición humana, como el del amor. Así, ya en el poema inicial de Cantos al destino (1945) «Otra voz», se afirma la amplitud temática que caracterizará toda su producción poética, en especial la de los años 50. Amor, muerte, la preocupación por el paso del tiempo y el afán de trascendencia del ser humano van a ser los grandes temas de mucha de la poesía de Eugenio de Nora. El tono es elegíaco y a veces escéptico, revelando una visión existencialista del mundo.
De este modo, en Eugenio de Nora se observa por un lado una vertiente de su obra centrada en el momento histórico, la poesía de compromiso social, y por otro una poesía preocupada por el destino individual del hombre, en el sentido existencial, que estaría representada por obras como Contemplación del tiempo (1948), si bien este poemario no está exento de poemas en los que se recuerda la guerra civil y sus consecuencias traumáticas.
Pueblo cautivo (1945-1946) inaugura la poesía testimonial y de denuncia que caracterizará los libros posteriores de Gabriel Celaya o Blas de Otero.
España, pasión de vida (1953) tiene componentes noventayochescos y regeneracionistas, como muestran los siguientes versos:
¡España, España!
¡Pasión de sangre!
Amor de vida,
amor de libertad te canta
en una aurora de destino.
Amor amargo de la patria
Pero su tema principal es la reivindicación de la dimensión histórica de un pueblo y la preocupación política. La palabra España aparece con frecuencia obsesiva, y domina la exclamación y la interrogación retórica. El poemario constituye una amarga denuncia del pasado, pero también alberga esperanza en el futuro.
Falleció en Madrid el 2 de mayo de 2018 a causa de una insuficiencia respiratoria.
(Sacado de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] )
*
Algunos poemas de Eugenio de Nora del libro No he de callar... Cantos civiles, 1944-1951, Endymion, 1997:
MANDATO
Todo el que pueda, oiga: porque cada palabra
que escribo está madura de verdad. Oiga y mire,
y compruebe las cosas, y su esencia en el verbo.
Ahí está lo más simple: lo azul sobre los montes;
y yo le digo: cielo. Y es verdad lo que canto.
La claridad que pasa, reflejando las nubes;
fuente, nombro. Y la tierra ha rendido un secreto.
La cabellera verde del valle iluminado:
hierba, árboles; y toco la tibieza y la sombra.
Palabras, luz. No puedo poner velos al fuego.
Sí. bien sabe el poeta su mandato divino;
dar la verdad, hacer justicia a cada cosa.
¿Quién desvelará el Orden, y su norma, y el Caos?
La fuerza es misteriosa. ¿Quién dirá la palabra?
¡Oh Dios, oh hueco ausente!
.....................................No hubo un ángel ni un cáliz
para nuestra amargura. Todos estamos solos:
si existieran los ángeles, como voluntad pura
del Todo, darían signo
de paz sobre la Tierra. Pero ¿quién vio algún ángel?
Yo soy un hombre, y canto
con los ojos abiertos. Digo cosas que veo,
no los ángeles puros ni su claro mensaje.
Las cosas que yo he visto sobre la tierra dura,
voz a voz, llanto a grito las iré declarando.
(En verdad, cualquier hombre, con su sangre y sus huesos
lleva ya demasiado de ira y desprecio y pena.
Acaso yo debiera purificar mis ojos
en luz de agua o de luna, maravillar mis manos
en el tacto amoroso de mejillas y flores).
Acaso, y no lo hago: las ciudades de muertos
-Badajoz, Zaragoza, Guernica…- interminables;
los caminos de España bordeados de sepulcros;
las cárceles oscuras, y las madres más solas,
todo lo que es presencia de la patria escupida,
me dicen: persevera.
....................................Si la virtud del hombre
fuera amar, y olvidarse, y perdonar, desprecia:
Nos ha tocado un tiempo en que ser hombre es poco.
Pura voz de poeta. Honda voz de las cosas.
No sé si canta o llora
con los ojos abiertos:
.....................................Ahí están mis palabras.
QUIERO DECIR
España, quiero atestiguarte.
Quiero esculpir en roble viejo, a hachazos,
con mano tosca, pero estremecida
de ira y cariño y pena,
tu águila y tu serpiente, entrelazadas.
España, quiero arropar tu desgracia
en palabras hermosas como pliegues airados,
para que te conozcan y te amen
los que aún te ignoran, los que siguen ciegos
a tu dolor de cárcel y naufragio.
Quiero poner un poco de luz en este acto
de esclavitud y de mordaza puesta
sobre sangre reseca o renovada;
porque no son ajenos
a tu vivir los que tacha con trazos
de oscuridad y luna el enrejado
de los presidios.
..............................Quiero expresar algo
de tu verdad inalterable y viva.
Y aún otra vez cantar cómo te amo,
patria injuriada por tus mismos hijos
de perra, los que ensucian
y mean en tu sagrado, los que arrojan tu nombre
cada día como insulto al hermano.
Corral en que vivimos, patria,
quiero decir la náusea de tus días marchitos,
quiero soñar y prometer la ruta
de libertad de tu pueblo cautivo.
LOS DÍAS
Una vez más el gris de otro crepúsculo
como ceniza sucia en la boca del alma.
Un día de vergüenza a transcurrido.
Sabedlo ahora vosotros, que por la libertad
ofrecisteis la vida, aceptasteis la muerte;
que con la libertad
ordenáis la victoria, coméis pan bien ganado,
esperáis otro día más feliz cada noche:
hay compañeros vuestros que sella la derrota,
porque si la traición segó o vendió sus vidas,
traición y cobardía perpetúan fosa y cárcel.
Cada día que pasa
es otro en que la herida se agiganta y encona,
en que los criminales digieren su rapiña,
en que a millones de hombres camaradas del mundo
se les niega la vida, la ocasión de una muerte
con honor, combatiendo. Perdemos cada hora
la ocasión todavía
de pensar que allá lejos existen pueblos libres.
Un día más transcurre.
Aún podemos seguir llamándonos esclavos.
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