Poema en verso libre
Sacado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Verso_libre ; http://literatura.about.com/od/terminosliterarios/g/Versiculo.htm
El verso libre es la forma de expresión poética que se caracteriza por su alejamiento intencionado de las pautas de rima y metro que predominaron en la poesía europea hasta finales del siglo XIX. Por tanto, es una forma muy próxima al poema en prosa y la prosa poética, de los que se distingue visualmente por conservar la disposición tipográfica en líneas sangradas propia del verso.
El versículo, sinónimo de verso libre, es un tipo de verso sin rima intencional, acentuación y cómputo métrico fijo. Por ende, un poema en versículos no se divide en estrofas tradicionales, si bien el poeta puede optar por separar versos en grupos parecidos a estrofas. Para no caer en el prosaísmo, los poetas emplean otros recursos, como por ejemplo simetrías y paralelismos de conceptos, tonalidades líricas o la repetición de palabras o estructuras sintácticas.
Historia
El verso libre nace en la segunda mitad del siglo XIX como alternativa a las formas métricas consagradas por la tradición, como el soneto y la décima. El primer poeta notable que lo práctica es Walt Whitman, que se inclina por un tipo de verso irregular de gran extensión (el versículo inspirado en la versión inglesa de la Biblia.
Algunos poetas simbolistas franceses, como Gustave Kahn y Jules Laforgue, que lo introdujeron en Francia, adaptan esta forma de expresión a sus necesidades, separándose así del preciosismo parnasiano, cuyas formas sentían agotadas. Stéphane Mallarmé resume así su postura:
Asistimos ahora a un espectáculo verdaderamente extraordinario, único, en la historia de la poesía: cada poeta puede esconderse en su retiro para tocar con su propia flauta las tonadillas que le gustan; por primera vez, desde siempre, los poetas no cantan atados al atril. Hasta ahora –estará usted de acuerdo- era preciso el acompañamiento de los grandes órganos de la métrica oficial. ¡Pues bien! Los hemos tocado en demasía, y nos hemos cansado de ellos.
En la concepción simbolista, el verso libre no supone una pérdida de la musicalidad del poema, sino un enriquecimiento de la misma, al preferirse el ritmo sutil y complejo al compás monótono del verso tradicional. Años más tarde, Luis Cernuda retoma esta argumentación:
Si en el verso hay música, mi preferencia se orientó hacia la «música callada» del mismo.
Algunos poetas, especialmente los vanguardistas de la Generación del 27, así como los de generaciones siguientes hasta la actualidad han optado por el versículo para dar rienda suelta a su creatividad y liberarse de las limitaciones de la métrica clásica.
Aunque fueron los vanguardistas quienes consolidaron su uso, el versículo apareció aun antes en la poesía de Rosalía de Castro, José Martí, Amado Nervo, Rubén Darío y Juan Ramón Jiménez.
En la poesía española, el verso libre cobra por primera vez importancia en el Diario de un poeta recién casado de Juan Ramón Jiménez. A partir de entonces, se consolida como forma de expresión común en la generación del 27 y siguientes.
En los últimos años, el cansancio del versolibrismo ha producido una reacción significativa de regreso al verso medido (rimado o blanco), notoria en la producción de autores como Luis Alberto de Cuenca, Luis García Montero o Miguel Ángel Velasco.
Con independencia de dicho cansancio, las reticencias contra el verso libre de autores como Antonio Machado y Agustín García Calvo se centran en dos aspectos:
- con demasiada frecuencia, se llama verso libre a lo que no es sino prosa presentada visualmente de forma equívoca.
- la libertad a la que alude el término no debe entenderse como despreocupación de la musicalidad, que es condición constitutiva del verso. Es célebre la advertencia en este sentido de Machado:
Verso libre, verso libre,
líbrate mejor del verso
cuando te esclavice.
***
EL POEMA EN VERSO LIBRE EN ESPAÑA:
SOLEDAD (Diario de un poeta recién casado) – Juan Ramón Jiménez (1881-1958)
En ti estás todo, mar, y sin embargo,
¡qué si ti estás, qué solo,
qué lejos, siempre, de ti mismo!
Abierto en mil heridas, cada instante,
cual mi frente,
tus olas van. Como mis pensamientos,
y vienen, van y vienen,
besándose, apartándose,
con un eterno conocerse,
mar, y desconocerse.
Eres tú, y no lo sabes,
tu corazón te late y no lo siente...
¿Qué plenitud de soledad, mar sólo!
AL GLORIOSO GENERAL FRANCISCO FRANCO DESPUÉS QUE FIRMÓ EL FUSILAMIENTO DE GRIMAU (Nuevos poemas) – León Felipe (1884-1968)
Mi general
¡Qué bonita letra tiene usted!
¡Oh, qué preciosa caligrafía de cuartel!
Así escriben los tiranos, ¿verdad?
¡Y los gloriosoa dictadores...!
¡Qué rasgos!
¡Qué pulso!
¿Quién le enseñó a escribir así, mi general?
Se dice general y se dice verdugo.
Los dos tienen el mismo rango,
los mismos galones.
El general se diferencia del verdugo solamente
en que el general tiene la letra más bonita.
Para firmar una sentencia de muerte
hay que tener la letra muy bonita...
¡Qué bonita letra tiene Ud., mi general!
SÍ, TEQUIERO – Pedro Salinas (1892-1951)
Sí, te quiero,
no es porque te lo digo:
es porque me lo digo y me lo dicen.
El decírtelo a ti, ¡qué poco importa
a esa pura verdad que es en su fondo
quererte! Me lo digo
y es como un despertar de un no decirlo,
y como un nacer desnudo,
el decirlo yo solo, sin designio
de que lo sepa nadie, tú siquiera.
Me lo dicen
el cielo y los papeles tan en blanco,
las músicas casuales que se encuentran
al abrir los secretos de la noche.
Si me miro en espejos,
no es mi faz lo que veo: es un querer.
El mundo,
según le voy atravesando,
que te quiero me dice
a gritos o en susurros.
Y algunas veces te lo digo a ti;
pero nunca sabrás que ese “te quiero”
sólo signo es, final, y prenda mínima;
ola, mensaje -roto al cabo,
en son, en blanca espuma-
del gran querer callado, mar total.
EL SELLO - Gerardo Diego (1896-1987)
El universo tiene sus bordes dentados
y es todo él de un color nuevo rarísimo
de un ignorado nombre filatélico
El universo
quiso besar a Dios
y al cruzarse un vuelo de ángeles
se quedó pegado en la mejilla
del más lento
el de las alas en cresta de fuego.
EL POETA SE ACUERDA DE SU VIDA - Vicente Aleixandre (1898-1984)
Perdonadme: he dormido.
Y dormir no es vivir. Paz a los hombres.
Vivir no es suspirar o presentir palabras que aún nos vivan.
¿Vivir en ellas? Las palabras mueren.
Bellas son al sonar, mas nunca duran.
Así esta noche clara. Ayer cuando la aurora
o cuando el día cumplido estira el rayo
final, ya en tu rostro acaso.
Con tu pincel de luz cierra tus ojos.
Duerme.
La noche es larga, pero ya ha pasado.
GRITO HACIA ROMA - Federico García Lorca (1899-1936)
(Desde la torre del Chrysler Building)
Manzanas levemente heridas
por finos espadines de plata,
nubes rasgadas por una mano de coral
que lleva en el dorso una almendra de fuego,
Peces de arsénico como tiburones,
tiburones como gotas de llanto para cegar una multitud,
rosas que hieren
Y agujas instaladas en los caños de la sangre,
mundos enemigos y amores cubiertos de gusanos
caerán sobre ti. Caerán sobre la gran cúpula
que untan de aceite las lenguas militares
donde un hombre se orina en una deslumbrante paloma
y escupe carbón machacado
rodeado de miles de campanillas.
Porque ya no hay quien reparte el pan ni el vino,
ni quien cultive hierbas en la boca del muerto,
ni quien abra los linos del reposo,
ni quien llore por las heridas de los elegantes.
No hay más que un millón de herreros
forjando cadenas para los niños que han de venir.
No hay más que un millón de carpinteros
que hacen ataúdes sin cruz.
No hay más que un gentío de lamentos
que se abren las ropas en espera de la bala.
El hombre que desprecia la paloma debía hablar,
debía gritar desnudo entre las columnas,
y ponerse una inyección para adquirir la lepra
y llorar un llanto tan terrible
que disolviera sus anillos y sus teléfonos de diamante.
Pero el hombre vestido de blanco
ignora el misterio de la espiga,
ignora el gemido de la parturienta,
ignora que Cristo puede dar agua todavía,
ignora que la moneda quema el beso de prodigio
y da la sangre del cordero al pico idiota del faisán.
Los maestros enseñan a los niños
una luz maravillosa que viene del monte;
pero lo que llega es una reunión de cloacas
donde gritan las oscuras ninfas del cólera.
Los maestros señalan con devoción las enormes cúpulas sahumadas;
pero debajo de las estatuas no hay amor,
no hay amor bajo los ojos de cristal definitivo.
El amor está en las carnes desgarradas por la sed,
en la choza diminuta que lucha con la inundación;
el amor está en los fosos donde luchan las sierpes del hambre,
en el triste mar que mece los cadáveres de las gaviotas
y en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas.
Pero el viejo de las manos traslucidas
dirá: amor, amor, amor,
aclamado por millones de moribundos;
dirá: amor, amor, amor,
entre el tisú estremecido de ternura;
dirá: paz, paz, paz,
entre el tirite de cuchillos y melones de dinamita;
dirá: amor, amor, amor,
hasta que se le pongan de plata los labios.
Mientras tanto, mientras tanto, ¡ay!, mientras tanto,
los negros que sacan las escupideras,
los muchachos que tiemblan bajo el terror pálido de los
directores,
las mujeres ahogadas en aceites minerales,
la muchedumbre de martillo, de violín o de nube,
ha de gritar aunque le estrellen los sesos en el muro,
ha de gritar frente a las cúpulas,
ha de gritar loca de fuego,
ha de gritar loca de nieve,
ha de gritar con la cabeza llena de excremento,
ha de gritar como todas las noches juntas,
ha de gritar con voz tan desgarrada
hasta que las ciudades tiemblen como niñas
y rompan las prisiones del aceite y la música,
porque queremos el pan nuestro de cada día,
flor de aliso y perenne ternura desgranada,
porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra
que da sus frutos para todos.
LOS ÁNGELES MUERTOS - Rafael Alberti (1902-1999)
Buscad, buscadlos:
en el insomnio de las cañerías olvidadas,
en los cauces interrumpidos por el silencio de las basuras.
No lejos de los charcos incapaces de guardar una nube,
unos ojos perdidos,
una sortija rota
o una estrella pisoteada.
Porque yo los he visto:
en esos escombros momentáneos que aparecen en las neblinas.
Porque yo los he tocado:
en el destierro de un ladrillo difunto,
venido a la nada desde una torre o un carro.
Nunca más allá de las chimeneas que se derrumban,
ni de esas hojas tenaces que se estampan en los zapatos.
En todo esto.
Más en esas astillas vagabundas que se consumen sin fuego,
en esas ausencias hundidas que sufren los muebles desvencijados,
no a mucha distancia de los nombres y signos que se enfrían en las paredes.
Buscad, buscadlos:
debajo de la gota de cera que sepulta la palabra de un libro
o la firma de uno de esos rincones de cartas
que trae rodando el polvo.
Cerca del casco perdido de una botella,
de una suela extraviada en la nieve,
de una navaja de afeitar abandonada al borde de un precipicio.
LOS MARINEROS SON LAS ALAS DEL AMOR - Luis Cernuda (1902-1963)
Los marineros son las alas del amor,
son los espejos del amor,
el mar les acompaña,
y sus ojos son rubios lo mismo que el amor
rubio es también, igual que son sus ojos.
La alegría vivaz que vierten en las venas
rubia es también,
idéntica a la piel que asoman;
no les dejéis marchar porque sonríen
como la libertad sonríe,
luz cegadora erguida sobre el mar.
Si un marinero es mar,
rubio mar amoroso cuya presencia es cántico,
no quiero la ciudad hecha de sueños grises;
quiero sólo ir al mar donde me anegue,
barca sin norte,
cuerpo sin norte hundirme en su luz rubia.
EL POEMA EN VERSO LIBRE EN HISPANOAMÉRICA:
HERALDOS NEGROS – César Vallejo (1892-1938)
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!
Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
NOCHE - Vicente Huidobro (chileno, 1893-1948)
Sobre la nieve se oye resbalar la noche
La canción caía de los árboles
Y tras la niebla daban voces
De una mirada encendí mi cigarro
Cada vez que abro los labios
Inundo de nubes el vacío.
…..............................................En el puerto
Los mástiles están llenos de nidos
Y el viento,
…...................gime entre las alas de los pájaros
LAS OLAS MECEN EL NAVÍO MUERTO
Yo en la orilla silbando
…..........Miro la estrella que humea entre mis dedos.
EL VIAJE – Carlos Pellicer (mexicano, 1897-1977)
Y moví mis enérgicas piernas de caminante
y al monte azul tendí.
Cargué la noche entera en mi dorso de Atlante.
Cantaron los luceros para mí.
Amaneció en el río y lo crucé desnudo
y chorreando la aurora en todo el monte hendí.
Y era el sabor sombrío que da el cacao crudo
cuando al mascar lo muelen los dientes del tapir.
Pidió la luz un hueco para saldar su cuenta;
(yo llevaba un puñado de amanecer en mí).
Apretaron los cedros su distancia, y violenta
reunió la sombra el rayo de luz que yo partí.
Sobre las hojas muertas de cien siglos, acampo.
Vengo de la montaña y el azul retoñé.
Arqueo en claro círculo la horizontal del campo.
Sube, sobre mis piernas, todo el cuerpo que alcé.
Rodea el valle. Hablo,
y alrededor, la vida, sabe lo que yo sé.
MATEO XXV, 30 – Jorge Luis Borges (argentino, 1899-1986)
El primer puente de Constitución y a mis pies
Fragor de trenes que tejían laberintos de hierro.
Humo y silbidos escalaban la noche,
Que de golpe fue el Juicio Universal. Desde el invisible horizonte
Y desde el centro de mi ser, una voz infinita
Dijo estas cosas (estas cosas, no estas palabras,
Que son mi pobre traducción temporal de una sola palabra):
-Estrellas, pan, bibliotecas orientales y occidentales,
Naipes, tableros de ajedrez, galerías, claraboyas y sótanos,
Un cuerpo humano para andar por la tierra,
Uñas que crecen en la noche, en la muerte,
Sombra que olvida, atareados espejos que multiplican,
Declives de la música, la más dócil de las formas del tiempo,
Fronteras del Brasil y del Uruguay, caballos y mañanas,
Una pesa de bronce y un ejemplar de la Saga de Grettir,
Algebra y fuego, la carga de Junín en tu sangre,
Días más populosos que Balzac, el olor de la madreselva,
Amor y vísperas de amor y recuerdos intolerables,
El sueño como un tesoro enterrado, el dadivoso azar
Y la memoria, que el hombre no mira sin vértigo,
Todo eso te fue dado, y también
El antiguo alimento de los héroes:
La falsía, la derrota, la humillación.
En vano te hemos prodigado el océano,
En vano el sol, que vieron los maravillosos ojos de Whitman;
Has gastado los años y te han gastado,
Y todavía no has escrito el poema.
PARA QUE TÚME OIGAS - Pablo Neruda (chileno,1904-1964)
Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.
Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.
Y las miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.
Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.
Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.
Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.
Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú las oigas como quiero que me oigas.
El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban.
Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.
Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.
Voy haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves como las uvas.
ERES LA COMPAÑÍA CON QUIEN HABLO (Reflejos, 1926) - Xavier Villaurrutia (mexicano, 1903-1950)
Eres la compañía con quien hablo
de pronto, a solas.
te forman las palabras
que salen del silencio
y del tanque de sueño en que me ahogo
libre hasta despertar.
Tu mano metálica
endurece la prisa de mi mano
y conduce la pluma
que traza en el papel su litoral.
Tu voz, hoz de eco
es el rebote de mi voz en el muro,
y en tu piel de espejo
me estoy mirando mirarme por mil Argos,
por mí largos segundos.
Pero el menor ruido te ahuyenta
y te veo salir
por la puerta del libro
o por el atlas del techo,
por el tablero del piso,
o la página del espejo,
y me dejas
sin más pulso ni voz y sin más cara,
sin máscara como un hombre desnudo
en medio de una calle de miradas.
ÑOQANCHIS (Nosotros) - Leoncio Bueno (peruano, 1920-)
(1)
Nosotros somos un poco apáticos
…....no nos preocupamos mucho
Nosotros tenemos otros más responsables
…....que se preocupan por nosotros
…....compañeros de buena labia
…....que han estudiado mucho
Antes de cada mañana ellos ya están enterados
…....exactamente de lo que debemos hacer
Ellos se pasan la vida ante los libros
mientras nosotros nos divertimos
…....derrochando energías en las fábricas las minas
…....las factorías y los pueblos jóvenes
Ellos conocen las últimas noticias/saben cuál es la voz
…....ubican exactamente los textos
…....el pensamiento apropiado/la cita pertinente
Nosotros no somos nada interesantes no tenemos buena
…......................................presencia
…....hablamos poco tenemos pésima memoria
…....y un deplorable balance cultural
Eso sí: la sudamos toda - ¿eh? - de sola a sol y a veces a
…......................................pan y agua
y en las grandes turbulencias sociales
somos los que con más entusiasmo ponemos los muertos.
CRIMENES CONTRA LA HUMANIDAD - Maya Angelou (norteamericana, 1928-2014)
...(Cuando) Los Hombres Buenos Permanecen Indiferentes."
"Lo único necesario para que el mal triunfe, es que la buena gente nada haga."
Edmund Burke
"Buena gente"...
Iglesia de puntiagudas torres, asiduos
concurrentes a catedrales,
adoradores en ambientes seguros,
arrodillados en las bancas,
en sus oraciones imbuidos.
Cabezas inclinadas,
mirando a sus empalmadas manos.
Cánticos de salmos, limosnas para salvar almas,
manos contritas.
"Buena gente..." que nada hace
por los moribundos que gritan
para detener a esos tanques.
La cosecha no quemada
se convierte en combustible para alimentar
la guerra que otro inicia.
Mas tierra muerta,
y tumbas por doquier...para
los hombres de las manos rogativas,
aferrados a la vida, agonizantes.
"Buenos vecinos..."
Miembros leales al sindicato,
prestos para el voluntariado.
Padres voluntarios de nuestra vecindad,
patrocinadores de los que limpian nuestros caminos
en los fines de semana.
Amigos de la tierra, hagan su tarea,
embolsen los desperdicios...empaquen la basura,
ataquen la mugre.
"Buenos vecinos..." que nada hacen
por las atormentadas,
lágrimas que vierten las viudas
muy cerca de nuestras puertas.
Piedad por nuestras hijas vejadas,
yendo camino a la muerte,
y nuestros hijos en las drogas,
víctimas de rufianes,
dos cuadras más allá...
Y no hay viso de socorro que de esperanza
para los que luchan contra la mugre
y lanzan gritos de dolor.
"Gente buena"
No son bromas dirigidas a grupos étnicos,
de mente liberal,
tolerantes, bondadosos, de fácil sonrisa.
Las manos siempre extendidas para socorrer
a las madres de la asistencia social,
con sus migajas de ayuda.
Hermandad de la boca para afuera,
amasadores de fortunas,
hacedores de nobles acciones.
"Gente buena"...que nada hacen
por las víctimas de la "limpieza" étnica,
de los despellejados por no tener la piel matizada
a su antojo,
imbuidos en sus dioses,
riñendo con aquellos, los escogidos...
Cañones y bombas,
y páginas de escritos
en favor de los bienhechores
de las limpiezas étnicas.
Buena gente, ve a vivir en una casa de espejos, allá,
por la carretera pavimentada de buenas intenciones.
Pretensiones de los bien habidos,
moviendo solo la espuma de la realidad
y que ellos mismos camuflan, con sus miserables
acciones de caridad.
Denegada claridad...puestos al descubierto
se expondría la falsedad...
Y la despiadada verdad anula nuestros sentidos,
nos hace entender que la "buena gente" nada hace...
mientras los buenos mueren.
LA JAULA - Alejandra Pizarnik (argentina, 1936-1972)
Afuera hay sol.
No es más que un sol
pero los hombres lo miran
y después cantan.
Yo no sé del sol.
Yo sé del mediodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.
Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche
y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer mis sueños enfermos.
Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.
(continuará)
.
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