ANELIER, GUILLERMO
Fte.- GRAN ENCICLOPEDIA DE NAVARRA.
(Tolosa, Francia, ? – Pamplona, 1291). Autor del poema La guerra civil en Pamplona. Se sabe que era natural de Toulouse porque lo declara en la línea antepuesta al texto del poema: “Guillelmus Anelier de Tolosa me fecit”. Apenas se conoce nada más de él. En los versos de su obra no aparece por su nombre más que una vez, en el canto LXXVIII:
“E dadonc anet s´en la En Guillem Anelers
Ben armatz, car el era de lançar esquerers;
E fy apportar peyras e´n loguet .ij. feyssers
E pres l´escut el col e me se tot prumers,
E secodet las peyras contra ´ls trach(r)s guerrers”
Este retrato de caballero “bien armado, impedido para manejar la lanza”, que “hizo traer piedras y pagó para eso a dos mozos y tomó el escudo y se colocó el primero y sacudió las piedras contra los traidores guerreros” acaso no case bien con otros trazos en que se ha querido ver una alusión de Anelier a sí mismo. En la estrofa XLI, cuando Eustaquio de Beaumarhais, nombrado gobernador de Navarra por el rey Felipe, pasa por Toulouse, “Ab si menet un savi qu´entendia razo”, “llevó consigo un sabio”.
El poema consta de 5.118 versos dodecasílabos, con hemistiquios de seis, divididos en ciento cuatro cantos o estrofas de desigual extensión. Cada estrofa termina con un hemistiquio, que se repite en el verso siguiente. El más breve es el primero, con 12 versos; el más extenso, el XCVIII, con 132. La división numerada en cantos no figura en el manuscrito original, pero éstos son evidentes, porque cambia la rima de los versos y porque la primera letra de cada canto es mayor y va adornada. Tampoco tiene el poema título alguno: comienza directamente con el verso ya citado que declara la autoría y la invocación “In nomine Patris…”
El poema se conserva en un manuscrito que forma un cuaderno en cuarto menor de 145 hojas de pergamino vitela, depositado en la Academia de la Historia. El códice dormía ignorado en la biblioteca del monasterio de Fitero. En otoño de 1844 la comisión de Monumentos de Navarra encargó a su vocal Pablo Ilarregui que visitase Fitero y redactase el índice de los volúmenes conservados; entre éstos destacaba el de Anelier. La noticia del hallazgo corrió y el ministro de Educación francés, el conde de Salvandy, comisionó a Francisque-Michel para que transcribiese el poema, a fin de incorporarlo a la colección de documentos inéditos para la historia de Francia. Francisque-Michel publicó su edición en 1856, con traducción y abundantes notas documentales y lingüísticas. Ilarregui se adelantó y sacó a la luz su edición en Pamplona, en 1847.
El poema no tiene gran interés literario. Anelier demuestra conocer la Canción de la cruzada albigense de Guillermo de Tudela* y utiliza recursos parecidos -descripciones tópicas, discursos ficticios, digresiones retóricas-, que rebajan la fuerza poética. La fuerza del texto es su aportación testimonial, que hace de los cantos del tolosano navarrizado una fuente documental de la máxima importancia, cuya tara acaso pueda ser el verismo excesivo de las escenas que pinta.
Tras la invocación inicial a Jesucristo, para que le inspire y mantenga en la composición de la “Cansó”, Anelier recuerda a Sancho el Fuerte, su viaje a África, la batalla de las Navas, reinado y muerte; repasa los tiempos de los Teobaldos, el del rey Enrique, y a partir del canto XX se adentra en los hechos que precedieron a la guerra de la Navarrería, a la que dedica una minuciosa atención.
Anelier no es neutral. Cuenta la guerra desde el burgo de San Cernín, habitado por gentes procedentes u oriundas, como él, de tierras francesas y provenzales, es decir francos. Estos no dejaron de apreciar el poema, que fue propiedad de Miguel Laceilla, burgués de San Cernín y cuyos familiares participaron en guerra, pues aparecen en el texto. Laceilla prestó algunas crónicas a Garci López de Roncesvalles, que éste no aprovechó, pues, según escribe, “desta contienda el escripvano de este libro no quiere más poner, porque ystoria es luenga, et largamente scripta en otros libros de la jurería de Pomplona et otras partes.” Tales textos son los que debió de consultar el Príncipe de Viana para redactar su “Crónica”.
No es neutral, pero tampoco desfigura los hechos. A veces, calla deliberadamente y se guarda datos. Así, cuando García Almoravit, jefe de la resistencia de la Navarrería, escapa con todos los nobles rebeldes por el camino de los peregrinos, deliberadamente desguarnecido, se limita a insinuar: “Yo sé bien quién fue, pero no lo quiero decir.”
También hay que advertir que su rigor documental no avala todas las aseveraciones contenidas en el poema, sobre todo las que cuenta y no ha conocido, como las de Sancho el Fuerte. Moret enmendó, por ejemplo, la razón del viaje del monarca a África. A su vez, con los datos de Anelier ante los ojos cabe rectificar algunos extremos de Moret sobre la guerra de la Navarrería.
El valor documental del poema no se limita a los hechos militares y políticos de la guerra que expone, sino que, como advirtió Francisque-Michel, es una fuente valiosa “para el conocimiento de las costumbres y de la vida militar a fines del siglo XIII”.
Anelier, tolosano de origen y acaso pariente de un trovador homónimo a principios del mismo siglo, redactó su obra en la lengua natal, llamada durante mucho tiempo provenzal y, más propiamente de oc, u occitana. Pero salta a la vista que conoce el romance del reino de Navarra, porque el occitano del poema va entreverado de abundantes vocablos navarros o cispirenáicos. Por otra parte, es evidente la semejanza de este poema con la obra de Guillermo de Tudela*: métrica, cantos o estrofas, hemistiquios finales de éstos. La única diferencia formal es que ese hemistiquio en el poema de Anelier, se repite y forma la mitad inicial del primer verso del canto siguiente. El citado Michel llega a decir que se trata de un “poema calcado, por así decirlo, sobre el mismo patrón, sesenta años después”, y encuentra en él un argumento de valor frente a la tesis de Fauriel contraria a la autoría de Guillermo de Tudela: Fauriel negaba que en el país de origen del trovador se hablara la lengua occitana. Parece que Anelier pudo morir en Navarra ajusticiado, en 1291, por falsificación de moneda. Un documento no consigna más que el nombre y el delito.
Bibliografía
La Guerra civil de Pamplona, poema escrito en versos provenzales por Guillermo Aneliers, de Tolosa de Francia, e ilustrado con un prólogo y notas por D. Pablo Ilarregui, individuo de la Comisión de Monumentos de Navarra (Pamplona, 1847). Histoire de la guerra de Navarra en 1276 el 1277 par Guillaume Anelier de Toulouse, edición de Francisque-Michel, París, 1856 (Colleción “Documents inédits sur l´histoire de France”). J. M. Doussinague, La Guerra de la Navarrería. Rectificaciones al P. Moret, según el Poema de Anelier, 19 (1945), 209-282. A. Jeanroy. Histoire sommaire de la poésie occitane de origines à la fin du XVIII e siècle (Toulouse-París, 1945), 110 ss.
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